Parte I
SALMOS MESIÁNICOS:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Repudio del Mesías que la casa de Israel
fue dejada desierta.
Y Jesús dice:
«Ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que
viene en el nombre del Señor» (Mt. 23:37-39).
Y así, en cumplimiento exacto a la
profecía, esta nación ha sido descartada por Dios por un largo período durante
el cual otro propósito divino se está llevando a cabo y consiste en el
llenamiento y la formación de la iglesia, el cuerpo de Cristo (Rom. 11:25-27;
Ef. 3:1-6).
Pero Israel sí tiene un futuro. Cuando sea restaurado totalmente
ocupará otra vez el lugar central. Para esta restauración sólo es necesario su
arrepentimiento, cuando la gente reconozca que Cristo es la piedra verdadera y
cambie el veredicto del Calvario exclamando «Bendito el que viene en el nombre de Jehová».
Luego habrá bendiciones y prosperidad en su casa que será-equivalente la casa
de Jehová (v. 26).
Los últimos tres versículos son la alabanza
del pueblo restaurado. Sus sacrificios y adoración, ahora reanudados, son olor
suave para Jehová, el José verdadero recibe a sus hermanos en reconciliación y
aún la casa de Faraón se une a la celebración.
APLICACION PERSONAL:
El repaso de la historia de Israel es en
realidad un repaso de nuestra historia personal. Nosotros también desechamos la
piedra, también hemos sufrido el castigo divino; y también reconocemos a Cristo
como piedra del ángulo y el fundamento de nuestras vidas.
Debemos gozarnos, pues, en lo que el Señor
hace por nosotros, reconociendo que sólo si le recibimos cada mañana diciendo: «Bendito el que
viene» podemos bendecir a otros. Al entregarnos al Señor Jesús nos
damos cuenta de cómo nos libramos del tiránico «yo»
y descansamos en El, alabándole.
Al terminar nuestro estudio de los Salmos
Mesiánicos exclamo nuevamente: «Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es
su misericordia».
CONTENIDO:
Lección
1. Breve Introducción a los Salmos.
2. Salino 2.
3. Salmos 8 y 16.
4. Salmo 22.
5. Salmos 40 y 41.
6. Salmo 45.
7. Salmo 68.
8. Salmo 69.
9. Salmos 91 y 97.
10. Salmo 102.
11. Salmo 110.
12. Salmo 118.
Lección 1
BREVE INTRODUCCION
A LOS SALMOS:
Era una tarde de domingo. En un aposento
alto en la antigua ciudad de Jerusalén se encontraba un grupo de judíos, todos
ellos muy atemorizados, y con sobrada razón, pues su Maestro habla sido
públicamente ejecutado hacía sólo tres días y ellos pensaban que les tocaría la
misma suerte. Todas las puertas estabas cerradas, con llave y ellos hablaban en
voz baja.
Repentinamente su Maestro amado apareció
entre ellos ¡Había
resucitado de entre los muertos! Para demostrar que no era una
ilusión, Jesús comió los alimentos que le ofrecieron, les enseñó sus heridas y
habló con ellos. Entre sus primeras palabras encontramos que dijo:
"Era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en... los salmos" (Lucas 24:44).
Esta declaración nos muestra que los
salmos contienen testimonio de Cristo. Luego, años más tarde, Pablo exhorta a
los creyentes en Éfeso:
"Hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y
alabando al Señor en vuestros corazones" (Efesios 5:19).
Es evidente que la
iglesia primitiva usaba los Salmos en su adoración.
¿QUIEN ESCRIBIO LOS SALMOS?
Aunque muchas veces nos referimos a esta
sección del Antiguo Testamento como "los Salmos de David", únicamente setenta y
tres salmos se identifican como suyos. De estos setenta y tres casi todos los
del primer libro, (Salmos 1-41) son de David. Otros autores son Asaf, Coré,
Moisés, Salomón, Etán y Hemán, cincuenta salmos son anónimos, o "huérfanos".
Moisés, autor del Salmo 90 (y
probablemente el 91), es indudablemente el primero que escribió y se
piensa que Esdras, el reformador después de la cautividad, fue el último. El
Salmo 119 generalmente se le atribuye. Cada uno de estos autores podría
suscribir el testimonio de David y decir:
"El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su
palabra ha estado en mi lengua" (2 Sam.23:2). "El Espíritu
Santo habló antes por boca de David" (Hech.1:16).
¿PARA QUIEN FUERON
ESCRITOS?
Si se leyeran los salmos con cuidado se
daría uno cuenta de que un gran número de ellos no son apropiados para los
creyentes ahora. Por instinto evadimos algunas expresiones y citamos otras con
vacilación. Los Salmos 139:21, 22 y
51:11 nos pueden ilustrar esto:
“¿No odio, oh
Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo. Los tengo por enemigos”. “No me eches de delante de ti, y no quites de mi tu Santo
Espíritu”.
Muchos salmos expresan la fe y las
emociones personales del autor en un período de prueba durante el cual experimentó
liberación, y estos cantos fueron dirigidos al "músico principal" para
que le pusiera música y se usaran en la adoración en el templo. Otro gran
número de Salmos, expresa el lenguaje de una minoría de judíos que pasa por un
período de persecución y anticipa los gemidos de aquel remanente piadoso de
Israel en el período, aún futuro, de la gran tribulación.
También veremos lenguaje que sólo puede
ser del Señor Jesús en algunos Salmos[1]. De hecho, aquí se exponen sus
sentimientos más íntimos, sentimientos que no se revelan ni siquiera en los
cuatro evangelios.
Pero no podemos excluir la voz del creyente,
porque mucho de lo que está escrito en los Salmos nos proporciona un lenguaje
abundante para expresar nuestras más profundas aspiraciones espirituales en el
día de hoy.
¿QUE DISTINGUE A LOS SALMOS?
(1) Son Poesía.
Hasta el lector más descuidado notará que
los libros de Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares son de una
estructura diferente. Y es porque son poesía hebrea en vez de prosa.
Además, son intensamente experimentales,
reflejando las alegrías y los dolores de una experiencia espiritual profunda.
El que quiera una explicación clara de la poesía hebrea debe consultar la nota
que está en la página 527 de la Biblia de Scofield.
(2) Tienen Títulos.
Los títulos que tienen 116 de los Salmos
son importantes, de mucha antigüedad e indudablemente genuinos. Frecuentemente
revelan la identidad del autor inspirado y las circunstancias bajo las cuales
escribió, proveyéndonos así una clave para la interpretación histórica.
Estos nos enseñan que las oraciones y
alabanzas se forjaron en el yunque de gran aflicción. Eruditos piadosos han
señalado que el epígrafe: "Al músico principal", seguido de una palabra
hebrea que significa un instrumento musical, estaría mejor colocado si
estuviera al final (compare Habacuc 3:19).
Las palabras, puestas así en vez de al principio (como en nuestra versión Reina-Valera), iban dirigidas al director del coro del templo o preceptor que les ponía música. Pero esto no se ha comprobado plenamente. El creyente se deleita en reconocer a Cristo glorificado como el músico principal que inspira sus alabanzas al Padre (véase Hebreos 2:12).
(3) Tienen Sus Divisiones
Naturales.
Los Salmos se dividen en cinco libros,
cada división claramente indicada por una doxología. Estas se encuentran al
final de los Salmos 41, 72, 89, 106 y 150. Tome nota de esto buscándolas en su
Biblia. Al leer estos cinco libres, nuevas alabanzas brotarán de nuestras
almas.
Aunque los Salmos, en conjunto, no están
en un orden histórico o profético, su disposición moral y espiritual es
perfecta. Cada Salmo cabe perfectamente en su lugar, y está armónicamente
relacionado al conjunto. Creemos pues que están divinamente ordenados así como
inspirados.
(4) Sus Horizontes
Son Diferentes.
Para contemplar los misterios de Dios tal
como los conoce la cristiandad es necesario recurrir al Nuevo Testamento. El
horizonte de los Salmos es terrenal. El pueblo de Dios, en ellos, es un pueblo
terrenal. La esposa de Jehová es Israel no la iglesia. Ni siquiera el Espíritu
en el creyente clama "Abba Padre"; la relación paternal de Dios con
Israel es muy diferente... ya que no
se basa en el nuevo nacimiento ni contempla la eternidad, sino que se limita al
tiempo y a lo terrenal. La unidad Cristiana no es la de una nación, sino que es
la de una comunión de santos.
No obstante, los autores de los Salmos son santos, y en todo lo que a esto se refiere, cualquiera que sea la dispensación, estamos en las mismas condiciones. Además, el carácter típico de Israel permite una interpretación espiritual que da a los Salmos un significado más amplio para los cristianos que el que pudieran tener para Israel.
(5) A Veces Usan Un
Lenguaje Fuerte.
Este "lenguaje fuerte" se conoce como imprecación
que significa "proferir palabras que desean vivamente el mal para alguien".
Los siguientes pasajes son ejemplos de imprecaciones: Salmo 58:6; 109:8-20; 137:8, 9.
Aunque este lenguaje no es apropiado para
el uso del cristiano, va de acuerdo, en cuanto a su moral, con la vocación de
Israel, ya que al establecer esta nación, Jehová había declarado que maldeciría
a los que maldijeran a Israel (vea Génesis 12:3). El Salmista estaba, pues,
pidiéndole a Jehová que cumpliera su promesa para que pudiera demostrar su
autoridad como gobernador moral del universo, y para que ellos, su pueblo
terrenal, pudieran glorificar su nombre sin impedimento.
Fue sobre este principio que Israel fue el
bisturí que Dios usó para separar al canceroso pueblo de Canaán del cuerpo de
la sociedad humana. No fue una crueldad vengativa, sino más bien una
disposición de gracia divina que había ordenado este exterminio.
En su gobierno, Dios ha decretado que la
siembra y la siega, el pecado y su paga, estén siempre relacionados. Esto se
ilustra con el destazamíento ante el Señor del malvado rey Agag, por medio del
profeta de Dios. Este tirano brutal había sido un asesino de niños y Samuel fue
el verdugo divino (véase 1 Samuel 15:33). Es evidente que el profeta no era
vengativo por naturaleza; así que su acción no fue venganza personal.
Estos Salmos son oraciones divinamente
Inspiradas y están en completa armonía con la época a la que pertenecen. Pero
la Iglesia de esta Dispensación está formada por participantes del llamamiento
celestial (véase Hebreos 3:1), identificada con un Cristo rechazado cuyo
regreso espera, ya en poder.
Y como este es el tiempo de la paciencia de Cristo y del sufrimiento de la Iglesia, ésta no invoca juicio sino bien bendición. (Lea con cuidado 1 R.1:9-14 comparándolo con Lucas 9:54; Hechos 7:60; Romanos 12:19, 21).
(6) Contienen
Profecías Del Mesías.
El Nuevo Testamento manifiesta categóricamente
que "David...
siendo profeta... viéndolo
antes, hablé de la resurrección de Cristo". (Hech.2:29-31; lea
también Lc.24:44).
Hay por lo menos catorce Salmos que se
citan claramente en el Nuevo Testamento y que se aplican al Señor Jesús. A
éstos los llamamos "Mesiánicos" porque están relacionados con el
Mesías y mientras que sólo éstos formarán parte de nuestro estudio en este
curso, no dudamos que Cristo sea el tema y que podamos escuchar su voz en
otros. Pero nos vamos a limitar a los Salmos Mesiánicos citados en el Nuevo
Testamento.
Es necesario hacer una advertencia: No se
debe suponer porque parte del salmo esté citado y aplicado a nuestro Señor, que
necesariamente todo sea su lenguaje personal. Tal vez sea la voz del remanente
futuro de judíos oprimidos. Algunas veces la voz del Mesías se une con la de su
pueblo perseguido y doliente. Aquí debemos usar discernimiento espiritual.
En este estudio vamos a seguir el sistema
usado en el excelente "Estudio Analítico de los Salmos" del Sr. A.G.
Clarke, veremos primero:
v La asociación histórica,
v La anticipación profética,
y
v Finalmente la aplicación personal.
___________
Bibliografía:
[1] G5568 ψαλμός = psalmós:
de G5567; pieza fija de música, i.e. oda sagrada (acompañada con la
voz, arpa u otro instrumento; «salmo»); colectivo el libro de los Salmos:- Salmo.
Compare G5603. (Strong).
psalo = (ψάλλω, G5567) , véase
ALABAR, Nº 8. Se traduce «cantar» en Stg.5:13: «cante alabanzas».
psalo = (ψάλλω, G5567) ,
primariamente puntear o rasgar, y luego tañer un instrumento de cuerdas con los
dedos, y de ahí, en la lxx , cantar con un arpa, cantar salmos. Denota, en el
NT., cantar un himno, cantar alabanzas; en Stg.5:13 (rv): «cante salmos» (rvr,
rvr77: «cante alabanzas»); en Rom.15:9; 1 Cor.14:15, dos veces, se traduce con
el verbo «cantar»; en Ef.5:19: «alabando», donde, para el término precedente,
ado , traducido «cantando», véase CANTAR, A, Nº 1. Véanse ALABAR, Nº 8, CANTAR.
(VINE).
Véase Parte II.
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