REINADO DE ATALIA Y VARIOS REYES:
2 REYES 11–16:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Tres reyes diferentes se mencionan en estos capítulos, cinco de Judá y ocho de Israel. No es necesario examinar la vida de cada uno por separado, de modo que concentraremos nuestra atención en cinco reyes en particular y trataremos de aprender lecciones de sus vidas.
I. Joás, El Niño Rey (2 R. 11–12; 2 Cron.
22–24)
A.
Protegido
(11:1–3).
Cuando
la reina madre Atalía vio que su hijo Ocozías había muerto, decidió exterminar
a toda la familia real para que ningún rival le arrebatara el trono. En la
providencia de Dios un niñito fue rescatado y protegido durante siete años y
así Dios cumplió su promesa de mantener a la simiente de David en el trono de
Judá. En 2 Crónicas 22:11 se nos dice que la piadosa mujer que salvó la vida de
Joás era en realidad su tía, media hermana de Ocozías y esposa de un piadoso
sumo sacerdote, Joiada. Satanás trató de exterminar la simiente de Dios (Gn. 3:15),
pero Dios ganó la batalla.
B.
Proclamado
Rey (11:4–21).
Joiada
coordinó todo el programa sin que la reina madre se enterara del complot. Tuvo
a los levitas y a los guardias en sus puestos antes de que la malvada Atalía
pudiera actuar y cuando ella en efecto apareció, significó su muerte. Nótese:
que los guardias usaron las armas del templo capturadas por David años antes
(v. 10).
Pero
fue más que un cambio de gobierno; fue también un despertamiento religioso. Al joven
Joás se le dio la ley (v. 12, y véase Dt. 17:18), y el rey hizo voto de servir
al Señor y al pueblo. Una vez que el trono estaba asegurado, el rey le permitió
a Joiada que «limpiara la casa» y eliminara a los adoradores de Baal y a sus
ídolos. El despertamiento tuvo tanto sus aspectos negativos de juicio como
pasos positivos de dedicación.
C.
Bendecido
Por Dios (12:1–16).
El
sumo sacerdote Joiada fue el guía espiritual del joven rey y al principio de su
reinado Joás estaba dispuesto a seguirlo. Atalía, la adoradora de Baal,
permitió que la casa de Jehová se arruinara, de modo que Joiada y el rey se
dieron a la tarea de repararla y restaurarla para el uso. Su primer plan para
financiar el programa fue pedir a los sacerdotes que solicitaran contribuciones
de los que venían a pagar sus votos y a traer sacrificios (vv. 4–5).
Pero
después de mucho tiempo se abandonó esta práctica. Puesto que los sacerdotes
tenían que vivir de los sacrificios y del dinero que se pagaba por votos, era
difícil pedir más dinero como ofrenda voluntaria. El sumo sacerdote puso un
arca para ofrendas junto al altar de bronce a la entrada de la casa del Señor.
El pueblo respondió generosamente de modo que pronto hubo suficiente dinero
para completar la obra. Tan honrados y fieles fueron los trabajadores que no se
necesitó ninguna contabilidad especial en cuanto a cómo se gastaron los fondos.
D.
Arruinado
Por El Pecado (12:17–21).
En
2 Crónicas 24:15–27 se nos informa que cuando el fiel Joiada murió (a la edad
de 130 años), el rey empezó a desviarse y cayó en la idolatría. Por desgracia,
la fe de este líder estaba ligada a otro líder y no al Señor directamente. Dios
envió profetas para que advirtieran al rey, pero no quiso escucharlos.
Uno
de ellos fue Zacarías, hijo del sumo sacerdote Joiada y primo de Joás (2 Cron.
22:11); en lugar de oírle, Joás ordenó que le apedrearan en el atrio del
templo. En Mateo 23:34–35 Jesús hizo referencia a este asesinato. Habiéndose
descarriado espiritualmente, Joás no pudo lidiar con la invasión siria, de modo
que trató de sobornar a Hazael dándole la riqueza de la casa de Dios.
Cuán a menudo el pueblo de Dios le roba tratando de resolver sus problemas, en lugar de acudir a Él en confesión. Es triste, pero al mismo Joás lo asesinaron algunos de sus siervos que buscaban vengar la muerte de los inocentes hijos de Joiada.
II. Joacaz: Oportunidad Perdida (2 R. 13):
En
los primeros nueve versículos leemos acerca de Joacaz, el padre de Joás. No se
confunda a este Joás con el joven rey de Judá de los capítulos 11–12. Este
Joacaz fue rey de Israel e hizo lo malo a los ojos de Dios. Veremos en 14:8–14
que este rey derrotó a Amasías, rey de Judá. Durante su reinado Joacaz tuvo
contacto con el profeta Eliseo, poco antes de que el varón de Dios muriera.
Eliseo le dio una oportunidad dorada de derrotar a Siria de una vez por todas,
pero desperdició la oportunidad. El versículo 25 nos dice que sólo ganó tres
veces.
Qué trágico es cuando desaprovechamos los momentos de las grandes oportunidades que el Señor nos da. Las decisiones equivocadas de hoy a menudo significan derrotas mañana. El milagro inusual de los versículos 20–21 sugieren la poderosa influencia que un hombre piadoso puede tener incluso después de su muerte.
III. Amasías: Derrotado Por El Orgullo (2 R. 14;
2 Cron. 25):
Este
rey empezó con buen pie obedeciendo al Señor y vengando el asesinato de su
padre Joás (v. 5, y véase 12:20).
Nótese: en el versículo 6 su estricta obediencia a Deuteronomio 24:16. Dios le dio grandes victorias en Edom, pero 2 Crónicas 25:14–16 nos dice que trajo consigo los dioses paganos de Edom y adoró a estos dioses del enemigo derrotado. Esta combinación de idolatría y orgullo le llevó a «enredarse» con Joacaz, el rey de Israel (véase 13:10–13) y desafiarle a la guerra (v. 8).
El rey de Israel fue demasiado astuto como para temer la amenaza. Como indica su incisiva parábola en los versículos 9–10, Amasías no era sino un cardo. ¿El resultado? «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu» (Prov. 16:18). Israel derrotó completamente a Judá; la destrucción de Jerusalén fue parcial y el tesoro del Señor saqueado. Si Amasías se hubiera quedado en su tierra y le hubiera dado a Dios la gloria de sus victorias, no hubiera caído cautivo de Israel. Se nos dice que fue asesinado en una conspiración (2 Cron. 25:25–28).
IV. Uzías: El Gran Rey De Judá (2 R. 15; 2 Cron.
26):
Uzías
significa «fuerza
de Jehová»; su otro nombre, Azarías, significa «ayudado por Jehová». Ascendió al
trono cuando tenía dieciséis años y bajo su sólido liderazgo la nación tomó una
nueva vida y prosperidad. Su guía espiritual fue Zacarías (2 Cron.26:5); este
no es el profeta que ministró a Joás (2 Cron. 24:17–22). Dios le dio a Uzías
grandes victorias sobre los filisteos y las naciones árabes.
Dirigió
a la nación en grandes programas de construcción, particularmente en el área de
provisión de agua:
Ø Sus efectivos militares fueron destacados;
Ø Usó los artefactos más avanzados para la guerra.
El
profeta Isaías recibió su llamado al servicio en el año en que murió el rey
Uzías; Isaías 6.
El
orgullo trajo su ruina (2 Cron. 26:16):
· Entró en el templo para quemar
incienso y el Señor le hirió con lepra.
· Su hijo Jotam reinó varios años
junto con él hasta que Uzías murió.
· Judá lamentó mucho su muerte.
Gobernó cincuenta y dos años y la
nación disfrutó de su más grande seguridad y prosperidad desde Salomón.
En 15:8–31 tenemos un breve recuento de cinco reyes de Israel: Zacarías reinó sólo seis meses y Salum lo asesinó. Salum reinó un mes y Manahem lo mató. Este reinó diez años, haciendo incluso obras más malas que los paganos, y fue sucedido por Pekaía, quien reinó dos años hasta el tiempo de Acaz. Fueron días difíciles para Israel, porque la nación se había alejado del Señor.
V. Acaz: El Costo Del Compromiso (2 R. 16) (2
Cron. 28)
Tan
perverso fue este rey de Judá que hasta sacrificó a su hijo al dios Moloc.
Reinó sólo dieciséis años. Uno de sus logros fue dedicar a Baal el valle del
hijo de Hinón. Más adelante el rey Josías profanó ese valle y lo convirtió en
muladar. El término «Ge-Hinón» («valle de Hinón») se convirtió en la
palabra griega Gehena, nombre para el infierno. Dios castigó a Acaz al traer
contra él a los sirios y, como algunos de sus predecesores, robó la casa de
Dios para sobornar a los asirios para que pelearan por él.
Su
amistad con el rey asirio le llevó a más problemas. Acaz vio un altar pagano en
Damasco y trató de duplicarlo en Jerusalén. Es más, este nuevo altar reemplazó
el que Dios ordenó en el templo. Qué fácil es imitar al mundo. En 2 Crónicas
28:20–27 se nos dice que la amistad de Acaz con Asiria lo llevó a la idolatría
y que el rey de Asiria tomó el dinero, pero al final no le dio ninguna ayuda a
Judá. En 2 Reyes 16:17–18 se nos dice que Acaz escondió del rey de Asiria las
decoraciones adicionales de oro, para evitar que se las llevara también. A su muerte,
su hijo Ezequías subió al trono.
Ezequías fue un hombre piadoso que buscó la bendición del Señor. Acaz había trató de contemporizar y de «comprar el camino» a la victoria, pero esto sólo lo llevó a la vergüenza y a la derrota.
Estudios para el Domingo.
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su
Biblia.
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