Parte V
Lección 5
LA OBEDIENCIA
PERECTA:
Salmos 40 y 41
Salmo 40
1. ASOCIACION HISTORICA:
Aunque no lo podemos decir con seguridad, es probable que el Salmo 40 se escribiera cuando uno de los hijos de David, ya sea Absalón o Adonías se levantó en rebeldía. El salmista habla de su perfecta sumisión a la voluntad de Dios y reconoce que todas sus aflicciones vienen de la mano de Dios y no del hombre Su actitud refleja la de Aquel que dijo: «Sí, Padre, porque así –e agradó» (Mt. 11:26).
2. ANTICIPACION PROFETICA.
Hebreos 10:5-9 identifica al que habla en
este Salino: es
Cristo (vs. 6-8). Y aunque muchas veces nos aplicamos los tres
primeros versículos, su verdadera aplicación es al Señor Jesucristo. Es su
canto de resurrección. El «pozo de la desesperación» y el «lodo cenagoso»
nos hablan de las profundidades del juicio y de las tinieblas que soportó
Cristo en el Calvario.
Aquí las «Partes más bajas de la tierra» (Ef.
4:9) se refieren a algo moral, no físico. Dios le libró de la muerte. Habiéndole
oído (Heb.5:7). El «pozo» se cambia por la «peña». Se enderezan sus pasos y en
su boca hay «cántico
nuevo». Ahora el gozo es tan grande, como terrible fue la ira.
Los que ponen en Jehová su confianza y ven su Omnipotencia (maravillas) y su Omnisciencia («pensamiento para con nosotros») son verdaderamente felices. Así, pues, a la confianza le sigue la adoración (vs. 4, 5).
Un método frecuente utilizado en las
Escrituras es el de empezar con la consumación y después regresar a ver como se
llegó a ella. Vemos esto en los versículos 6-17 que trazan el camino de Jesús
proféticamente desde su encarnación hasta su muerte. “Por lo cual, entrando en el mundo dice…”
(Heb.10:5). Estas palabras nos ayudan a ver la cronología de los versículos
6, 7.
Fue cuando Jesús como hombre entró en el mundo que anunció la insuficiencia de los sacrificios de animales bajo la economía judaica. Estos jamás podrían quitar la culpa del pecador ante Dios. Es absurdo pensar que la SANGRE animal satisficiera la Justicia de Dios. ¿Entonces por qué habían sido ordenados? Dios por medio de Moisés mandó que se hicieran para proveer un ejemplo del sacrificio supremo de su Hijo. Así que eran sólo tipos pasajeros.
En contraste con todo esto, Jesús se hizo
hombre y se consagró a hacer la voluntad del Padre ofreciéndose, sin importarle
el recio, a cumplir su voluntad. En probable que el “rollo del libro” (v.7) se refiere
al libro de la ley, especialmente Levíticos, que está lleno de tipología.
Note: que dice del
libro “que está
escrito de mí”, señalando que la palabra escrita y la palabra viva
son inseparables. Cristo está sujeto a, y es objeto de, las Escrituras.
Las palabras “Has abierto mis oídos” se traducen
en Hebreos 10:5 “Mas me preparaste cuerpo”. La diferencia que hay entre el
Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento no es contradictoria sino más bien una
aclaración. Los autores del Nuevo Testamento muchas veces explican al citar.
(Vea la N° 2 de Scofield en la página 1255).
Con aquel cuerpo perfecto que le preparó
Dios por medio del Espíritu Santo, Jesucristo vino al mundo con un SOLO PROPÓSITO
que llenaba su alma: era la OBEDIENCIA COMPLETA a la voluntad de Dios.
Y porque la ley de Dios estaba en su corazón, amaba al Señor su Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza, y a su prójimo como a sí mismo. Esto nunca se puede decir de cualquier otro. Y es por esta obediencia única, hasta la muerte, que los creyentes santificados. (Medite en Hebreos 10:10).
Los versículos 9 y 10 (Salmo 40) nos
hablan del ministerio público del Señor que se relata del Señor que se relata
en los Evangelios, especialmente en Mateo, la justicia de Dios que estaba en su
corazón la anunció con sus labios ante la grande congregación de Israel.
Observe que hablaba de la justicia,
fidelidad y misericordia de Dios. Y aunque fue este mismo mensaje el que
provocó el odio del mundo, los pecadores que por sus palabras se arrepintieron
encontraron a un «Dios justo y Salvador» (Is. 45:21).
En los versículos que siguen (11-17), se
señala la única forma en que Dios, obrando justamente, pudo proveer salvación
por la cruz. Desde aquel «pozo de la desesperación» no podía «1evantar la vista»
a causa de los pecados que cargó al morir. Así pues, ¡confiesa nuestros pecados
como suyos! (vs. 11, 12). La única ayuda vendría de Dios, y la brindó en la
resurrección.
En la cruz se observan dos actitudes contrastadas
del hombre para con el Mesías (vs. 14-16). Los avergonzados y confundidos
contrastan con los gozosos y alegres. El mundo se divide en dos:
v Enemigos y amigos cuyo destino es:
Ø El infierno, o
Ø El cielo.
v La:
Ø Paga del pecado, o
Ø La gracia de Dios.
El Salmo termina con la voz de Jesús implorando ayuda y protección pero sin perder la seguridad de que Dios no le ha olvidado. La salvación ciertamente vendrá y pronto.
3. APLICACION PERSONAL:
Si confiamos en Dios, también nos sacará del pozo y nos pondrá sobre la peña. Cambiaremos también nuestro clamor por canto que no sólo oirán los hombres sino que lo verán (v. 3). Esta trasformación será un testimonio poderoso que hará que otros teman y confíen en Jehová. Aunque nos critiquen y persigan, nuestra fe se mantendrá firme. Aunque estemos afligidos y necesitamos, nuestro ayudador y libertador no tardará.
LOS AMIGOS, LOS ENEMIGOS Y LOS FAVORES:
Salmo 41
Este Salmo es Mesiánico porque el Señor Jesús cita el versículo 9 en Juan 13: 18, 19.
1. ASOCIACÓN HISTORICA:
Es probable que este Salmo fuera escrito durante la conspiración de Ahitofel «consejero de David» (2 Sam. 15:12). Lea 2 Samuel 15:30, 31; 16:23; 17:1-3, 23. Ahitofel se conoce como el judas del Antiguo Testamento.
2. ANTICIPACION PROFETICA:
Si meditamos cuidadosamente en los tres
primeros versículos notaremos que no hablan simplemente de la caridad humana,
sino de algo mucho más profundo. Los estudiosos nos dicen que «el pobre»
(v.1) se refiere más bien a «los débiles» o «debilitados» y la bendición recae
sobre el que les ayuda. En el último versículo del Salmo anterior, el Mesías se
describe como «afligido
yo y necesitado» y aquí sigue presentándose corno tal.
«Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que
por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos» (2 Cor.8:9). «Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive
por el poder de Dios» (2 Cor.13:4). Asumió pobreza y debilidad
voluntariamente. ¿Puede haber pobreza más profunda o debilidad tan completa
como la que experimentó Cristo en el Calvario?
Se promete ahora libertad, cuidado y sustento
al que considera al Señor Jesús como suyo. Estos beneficios materiales son
particularmente para el pueblo de Dios, Israel. Sin embargo, se aplican también
a nuestras necesidades espirituales.
Al principio nos inclinamos a pensar que
el primer párrafo se refiere a alguna experiencia triste de David pero el Nuevo
Testamento identifica claramente la plegaria del versículo 9 con las palabras
del Señor, y debemos considerar todo el pasaje como palabras suyas pronunciadas
en la cruz. Ninguna criatura puede “me has hecho estar delante de ti para siempre” (v.12).
Los sufrimientos del, Mesías preceden a sus glorias. Aquí Él es el
tema. Sólo podemos entender el clamor de Jesús al confesar su culpabilidad y
pedir misericordia y la sanidad de su alma al entender el propósito expiatorio
de su muerte. «Azotado...
herido de Dios y abatido» (Is. 53:4). «Por nosotros lo
hizo pecado» (2 Cor. 5:21).
El camino a la cruz estaba lleno de enemigos. Fuertes toros
y perros rodearon su cruz (Salm. 22:12,
13, 16) y estuvieron a su acecho durante toda su vida.
Los Fariseos le traían sus adulaciones,
sus enemigos le criticaban y formaban un complot para matarlo queriendo difamar
al Señor:
v Fariseos,
v Herodianos, y
v Saduceos.
Le
ponían abundantes trampas, pero cada vez encontraron que Él sabía más que ellos.
Hay un ejemplo de esto en Mateo 22:15-40 y Marcos 12:13-17.
Es probable que el versículo 8 se refiera
directamente al Calvario. «Cosa pestilencial» tal vez debería ser «una cosa malvada».
Los verdugos veían en las tinieblas una prueba de que el cielo desaprobaba
y aun repudiaba al que sufría. Según ellos, esto era el fin. Se gozaban al
decir «el que
cayó en cama no volverá a levantarse» y para asegurarlo le pidieron
permiso a Pilato para sellar el sepulcro y ponerle guardia (Mt. 27:62-66). El
versículo 9 habla de Judas, Jesús mismo lo declara en Juan 13:18.
«El hombre de mi paz» es en verdad una. Descripción
generosa de un traidor. El hecho de que haya sido nombrado tesorero de los apóstoles
demuestra la confianza y amistad que se le tenía. Podemos estar seguros de que
el aspecto físico de Judas no era como muchos lo pintan-sagaz y ladino-sino, muy por lo
contrario, su aspecto ha de haber sido gentil y amable y nadie dudaba de su
lealtad. Solamente el Señor le conocía a fondo, y lo escogió para que se
cumplieran las Escrituras al pie de la letra.
Judas, que había recibido tanto de la mano de su Maestro, alzó contra El su calcañar. Ni el honor de haber mojado el pan en el plato con Jesús le hizo desistir de su propósito. Es seguro que esto produjo una herida profunda en el corazón de nuestro Salvador.
El párrafo final abarca los versículos
10-12, mientras que en el verso 13, se eleva una alabanza universal al Dios de
Israel que es de los siglos y hasta los siglos, cerrando con ella el primer
libro del Salterio.
Esta sección habla de las consecuencias del Calvario, indicando el triunfo de Cristo a quien Dios favoreció al levantarle de los muertos y sentarle a su diestra para siempre. Así que se cambian los papeles, El, no sus enemigos, tiene la última palabra. El, y no ellos. Actuará como Juez final.
3. APLICACION PERSONAL:
«Acordaos de la palabra que yo os he dicho», advirtió Jesús. «Si a mí me han
perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra,
también guardarán la vuestra» (Jn. 15:20. Entre los amargos ingredientes
de la copa de nuestro Señor encuentra la traición de un amigo (v.9). Este amigo
levantó contra El su calcañar y le pateó.
Pero ni aun esta vil ingratitud hizo que
Jesús cambiara su actitud para con él, ya que en el mismo momento de la
traición le dijo: «Amigo ¿a qué vienes?»
(Mt. 26:50). Esto
nos enseña una lección práctica: No ser vencidos
de lo malo sino vencer con el bien el mal (Rom. 12:21).
Amar a nuestros enemigos, bendecir a los
que nos maldicen, orar por los que nos ultrajan y nos persiguen, manifestando así
que somos hijos de nuestro Padre que está en los cielos (Mt. 5:44, 45),
esperando así el tiempo en que Dios nos vindique. Y si esperarnos ese día,
evitaremos la tentación de tornar las cosas en nuestras manos débiles.
Véase Parte VI:
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