martes, 19 de septiembre de 2017

Parte I: LA POESÍA EN LA BIBLIA: (Lucas 1: 68-79)

Parte I:
LA POESÍA EN LA BIBLIA:
(Lucas 1: 68-79)

Bendito el Señor Dios de Israel,  Que ha visitado y redimido a su pueblo,… Y nos levantó un poderoso Salvador  En la casa de David su siervo,… Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;… Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;… Para hacer misericordia con nuestros padres,  Y acordarse de su santo pacto;… Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre,  Que nos había de concederQue, librados de nuestros enemigos,   Sin temor le serviríamosEn santidad y en justicia delante de él, todos nuestros díasY tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados,… Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora,… Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz”.
(Lucas 1: 68-79)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Introducción:

En las traducciones modernas de la Biblia más de un tercio del Antiguo Testamento aparece como poesía. Los Salmos, la literatura sapiencial (Job, Prov. y Ecl.) y buena parte de los profetas son poesía.
También hay algunos poemas en el Pentateuco y en los libros históricos. El poder y la popularidad de muchos de estos pasajes sugieren que la poesía tiene la habilidad de llegar al corazón de nuestra relación con Dios.
Entender la poesía bíblica es, por lo tanto, no un mero ejercicio técnico, sino una manera de comprender el significado espiritual de pasajes que significan más para nosotros que lo que podría expresar una prosa común.
La poesía bíblica es distinta de la mayoría de las formas poéticas occidentales, pero se han encontrado composiciones poéticas similares en las culturas que rodeaban a Israel, como son Ugarit y Mesopotamia.
Los escritos judíos posteriores siguen esta tradición, según lo demuestran los himnos de los Rollos del Mar Muerto (el Hodayot, 1 QH). Veremos principalmente la poesía del Antiguo Testamento, ya que la del Nuevo Testamento (Por ejemplo Lucas 1:46–55, 68–79) es infrecuente y sigue mayormente las modalidades del Antiguo Testamento.

A.     ¿En Qué Consiste La Poesía Bíblica?

Existen tres características comunes de la poesía en las Escrituras:
Ø Ritmo (o métrica),
Ø Paralelismo, y
Ø concentración de significado.
No necesariamente aparecen juntas, aunque así sucede con frecuencia, y ocasionalmente hay pasajes donde no estamos seguros de sí estamos leyendo prosa poética o poesía prosaica.
Puede que pasajes como Filp. 2:5–11 y Col. 1:15–20 reflejen poesías cristianas más primitivas, pero es también posible que la majestad del tema impulsara al escritor a usar un lenguaje poético para expresarlo. No obstante, en la mayoría de los casos es bastante fácil determinar si un pasaje es poesía, aun en su traducción castellana.

I.       RITMO Y MÉTRICA:

Ya que no contamos con una grabación del rey David recitando los salmos, cualquier observación sobre el sonido y el ritmo de la poesía bíblica obligadamente tendrá que incluir algunas suposiciones.
Algunos eruditos piensan que la cantidad de sílabas en una línea de poesía tiene significado; la mayoría considera que una pauta más apropiada es el patrón de sílabas acentuadas en una línea, reflejando los acentos de la voz oral en lugar de la mera cantidad de sonido.
En cualquiera de los dos casos, la poesía bíblica tiende a estar compuesta de frases distintivas de más o menos el mismo largo. Esto puede observarse en las traducciones que se apegan a la forma original.
En lo que a la teoría de las acentuaciones se refiere, por lo general las líneas de la poesía tienen dos frases balanceadas, con dos o tres acentos en cada una (2 + 2, compare Salm. 29; o 3 + 3, compare Is. 40–55; Job; Prov.).
De cuando en cuando aparecen excepciones a esta regla del balance. Varios lamentos presentan un ritmo desequilibrado llamado metro quinah (de la palabra heb. que significa “lamentación”). Una frase con tres énfasis es seguida por otra con dos (3 + 2), como si la desesperación del escritor hubiera consumido tanto sus fuerzas que ya no tiene la energía para repetir la línea entera.

Ha-extendido una-red a-mis-pies.
y me hizo-volver atrás (Lam. 1:13).

Pero ésta no es una regla rígida (las otras líneas de este versículo no siguen este patrón), y es difícil estar seguros de la base psicológica de los patrones de palabras.
En el pasado, los eruditos a veces sugerían que el texto debía cambiarse para caber en el metro cuando la frase o línea parecía muy corta o demasiado larga.
En la actualidad, la importancia de la métrica como un aspecto de la poesía bíblica ha disminuido. Tenemos mayor percepción de nuestra ignorancia de los convencionalismos del pasado y la libertad que los poetas tienen para variar su estilo.

II.     PARALELISMO:

La segunda característica mayor de la poesía bíblica es  el paralelismo, donde dos frases breves (A, B) son de alguna manera similares o paralelas. Ha sido sólo en la época moderna que los eruditos han rescatado la importancia del paralelismo.
James Kugel (The Idea of Biblical Poetry: Parallelism and its History = La Idea de Poesía Bíblica: El paralelismo y su Historia [Yale University Press, 1981]) toca el tema del paralelismo, olvidado por los rabíes, que no reconocían la importancia de la repetición. Tendían a hacer que cada palabra y frase fuera claramente marcada, como en Deut. 33:10:

Ellos-enseñarán tus-juicios a-Jacob
y tu-ley a-Israel

Los juicios y la ley eran considerados cuerpos totalmente diferentes (La Torah[1] escrita y la oral). A decir verdad, los rabíes no estaban del todo equivocados, dado que las frases raramente son exactamente sinónimas.
A pesar de ello, el volver a recordar el paralelismo generalmente se atribuye a obras de Robert Lowth, publicadas originalmente en latín en 1753 y 1778 (traducidas como Lectures on the Sacred Poetry of the Hebrews  =  Enseña la Poesía Sagrada de los Hebreos Tomando Posición en contra [Bucking ham, 1815]) y Isaiah: A New Translation with a Preliminary Dissertation and Notes = Una Traducción Nueva con una Disertación Preliminar y las Notas [Wm. Tegg, 1848]).
Son de ayuda para describir la línea básica de dos frases como: A/ B//, con una leve pausa (/) al final de la primera frase y una pausa total al final de la línea completa (//). Así, el Salm. 2:3 sería así:

¡Rom-pa-mos            sus-ataduras! A/
¡E-che-mos-de-noso-tros sus-cuerdas! B//

Las frases también pueden dividirse en elementos más pequeños, con frecuencia en palabras solas en heb. (o con guiones). Estas pueden ser representadas por letras minúsculas a, b, c, etc., teniendo a’, b’, c’, etc. como su paralelo; Por ejemplo: el Salm. 147:8:

Él es que cubre los cielos de nubes (a, b, c)
el que prepara la lluvia para la tierra (a’, b’, c’)

Lowth describe los tipos principales de paralelismo. El Salm. 2:3 ilustra el paralelismo sinónimo, en el cual la primera frase es repetida en términos similares en la segunda (a b/ a’ b’//). Un desarrollo de esto, paralelismo externo (A/ B// A’/ B’//) ocurre en, Por ejemplo: el Salm. 27:1:

Jehovah es mi luz y mi salvación; A
¿de quién temeré? B
Jehovah es la fortaleza de mi vida, A’
¿de quién me he de atemorizar? B’

Si en lugar de que dos frases digan algo similar, ellas tienen un significado opuesto, tenemos entonces un paralelismo antitético [más simple serían:  Antonimo]. Así en Prov. 10:1:

El hijo sabio alegra a su padre,
pero el hijo necio es tristeza de su madre

Lowth define un tercer tipo, paralelismo sintético, como sigue: “El paralelismo consiste sólo en la forma de su construcción, en que palabra no corresponde a palabra ni oración a oración, como equivalente (paralelismo sinónimo) u opuesto (paralelismo antitético), pero contiene una correspondencia e igualdad entre diferentes proposiciones, con respecto a la forma de la oración entera, y de las partes que la construyen… ”.

El Salm. 2:6, Por ejemplo demuestra un paralelismo que no es sinónimo ni antitético:

¡Yo he instalado a mi rey
en Sión, mi monte santo!

La clasificación de Lowth puede pulirse y aumentarse de diversas maneras:

(i) Paralelismo complementario: Las dos frases expresan verdades que se complementan:

Jehovah es mi pastor;
nada me faltará (Salm. 23:1)

Jehovah y el salmista son los compañeros complementarios en la relación de fe. El resultado de tener un pastor es la ausencia de carencias.

(ii) Paralelismo en escalera: La segunda frase repite sólo una de las unidades básicas de la primera línea logrando así una progresión de pensamiento (a b/ a’ c//):

Dad al Señor, oh hijo de los fuertes;   
dad al Señor la gloria y el poder (Salm. 29:1)

Otra manera de considerarlo es en términos elípticos (dejando afuera un elemento). Los seres celestiales aparecen en la segunda línea tanto como en la primera, pero no son mencionados explícitamente.
El paralelismo en escalera es un efecto especial, ocurriendo con frecuencia por una razón particular. Se usa para iniciar poemas (Salm. 29:1; Ecl. 1:1) y para finalizarlos (Ecl. 12:8) y pueden aparecer como un estribillo (Salm. 67:3, 5).

(iii)  Quiasmo: La secuencia de los elementos paralelos en una línea se invierten (a b/ b’ a’//). Esto produce un efecto cruzado (la palabra se deriva de la letra gr.ji que tiene la forma de cruz).

Porque Jehovah conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos perecerá (Salm. 1:6)

En su nivel más bajo, esta técnica agrega variedad e interés, pero también puede contribuir a su significado. El contraste entre los caminos del justo y del impío se enfatiza claramente como resultado de la forma quiasmática del versículo precedente.
A veces se usa para enfatizar el elemento central. También es posible encontrar quiasmos extendidos (Por ejemplo: a b c c’ b’ a’ en Amós 6:4b–6a; a b c b’ a’ en Is. 55:8, 9).

(iv)  Merismo: La expresión de totalidad usando dos extremos (que pueden describirse como a- a+):

En su mano están las profundidades de la tierra;
suyas son las alturas de los montes (Salm. 95:4)

La totalidad del mundo es representado por dos extremos verticales (a b+/ b- a’// - nótese el quiasmo). El siguiente versículo del Salmo agrega una dimensión horizontal, abarcando el mar y la tierra seca.
Otro marismo que representa a todo el universo es “los cielos y la tierra” (Gn. 1:1), usado en la línea inicial del poema babilónico sobre la creación (Enuma Elish I,1):

Cuando arriba (+) los cielos (+) no tenían nombre,
y abajo (-) a la tierra (-) no le había sido dado un nombre

DESARROLLOS RECIENTES:
El tercer tipo de paralelismo (“sintético”) de Lowth ha causado mucho debate. ¿Qué significa correspondencia e igualdad?
¿Es el paralelismo sintético meramente una red en la cual poner todos los casos que no cubren los otros dos? La obra de Adele Berlin (The Dynamics of Biblical Parallelism =  La Dinámica de Paralelismo Bíblico [Indiana University Press = Prensa de la Universidad de Indiana, 1985]) ofrece aclaraciones que son de ayuda.
Sugiere que hay no menos de cuatro distintos niveles de escritos por medio de los cuales el poeta puede crear paralelismo:
·      Estos niveles son los de sonido (“paralelismo fonético”),
·      de palabras (“paralelismo léxico”),
·      de la estructura de la oración (“paralelismo gramatical”), y
·      de significado (“paralelismo semántico”).
El juego que se da entre estos niveles es lo que da a la poesía bíblica su enorme flexibilidad y potencia sin abandonar la forma y la estabilidad.

(i) Sonido.
La poesía de la Biblia hebrea, y de cuando en cuando la prosa también, contiene regularmente sonidos similares entre palabras que están cerca unas de las otras. Esto contribuye a la unidad de la poesía y puede adquirir una forma que enfatiza otros niveles de significado. La repetición de un sonido puede ser al principio de las palabras (aliteración), entre palabras (asonancia) o entre las terminaciones de palabras o líneas (rima).
Este elemento de juego de sonidos por lo general se pierde en la traducción, una pérdida particularmente triste para los proverbios, que con frecuencia dependen de la brevedad y el juego de sonidos para su efecto. En heb., Prov. 13:24 consta de sólo siete palabras con asonancia y ritmo. La Reina-Valera Actualizada utiliza no menos de 18 palabras y carece de efectos de sonido:

El-que-detiene-el-castigo-aborrece-a-su-hijo,
pero-el-que-lo-ama-se-esmera-en-corregirlo

Afortunadamente, los patrones de sonido con frecuencia enfatizan puntos que se destacan también de otras maneras pero, ¡poder apreciar el sonido de la poesía bíblica es una razón importante para aprender hebreo! Los profetas usan con frecuencia similitud de sonidos entre palabras para subrayar su mensaje (Por ejemplo: Is. 5:7; 7:9).

(ii) Palabras.
Un ejemplo: del “paralelismo léxico” en el Salm. 2:3 lo vemos en la manera como rompamos y echemos”, “ataduras y cuerdas tienen un significado similar. Las palabras de significado parecido que con frecuencia se encuentran en líneas paralelas se denominan parejas de palabras.
A veces su significado es tan igual que no tiene diferencias (sinónimos), pero hay pocos —o quizá ninguno— sinónimos absolutos en un idioma, y tenemos que buscar la diferencia tanto como la coincidencia de significado.

(iii) Estructura de la oración.
Es evidente el paralelismo gramatical exacto en las dos frases del Salm. 2:3 (verbo-pronombre-sustantivo).
Otros versículos muchas veces tienen leves variaciones en la gramática (Por ejemplo singular/plural, masculino/femenino, forma perfecta/imperfecta del verbo), para dar variedad y a veces contribuir al significado.
En Prov. 10:1 (citado anteriormente) la única diferencia gramatical es la del sustantivo (“es tristeza de”) reemplaza al verbo (“alegra”) en la segunda frase. Las palabras y la estructura de la oración son similares en este caso, lo cual subraya el contraste en el significado de lo que cambia, lo sabio a lo necio.

(iv) Significado.
El paralelismo a nivel de palabra y estructura de la oración lleva inevitablemente en el Salm. 2:3 al paralelismo semántico”, el nivel más elevado y más complejo. Ambas frases son similares en su significado, expresando cómo los reyes de las naciones planean rebelarse contra el Dios de Israel y su Mesías. Sin embargo, veremos en la próxima sección que el paralelismo semántico rara vez sucede.
El análisis cuádruple de Berlín puede ayudarnos a ver el valor y las limitaciones de la obra de Lowth. La dificultad principal de la clasificación de Lowth es que muchísimos versículos no parecen caber dentro de su esquema.

Kugel enfatiza la gran cantidad de excepciones y sugiere que, en su lugar, tendríamos que entender la relación entre las dos frases como: B, por conectarse con A —haciéndola avanzar, siendo su eco, repitiendo, siendo su contraste, no importa cual— tiene un carácter de énfasis, secundantey que es esto, más que cualquier valor estético de la simetría en el paralelismo, lo que constituye el corazón del paralelismo bíblico.

Véase Parte II:


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