Parte I:
LA POESÍA EN LA BIBLIA:
(Lucas 1: 68-79)
“Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,…
Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,… Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde
el principio;… Salvación de nuestros enemigos, y
de la mano de todos los que nos aborrecieron;… Para
hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto;… Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder… Que, librados de nuestros enemigos, Sin
temor le serviríamos… En santidad y en justicia
delante de él, todos nuestros días… Y tú, niño,
profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del
Señor, para preparar sus caminos;… Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón
de sus pecados,… Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora,… Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por
camino de paz”.
(Lucas
1: 68-79)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
En las traducciones modernas de la Biblia
más de un tercio del Antiguo Testamento aparece como poesía. Los Salmos, la
literatura sapiencial (Job, Prov. y Ecl.) y buena parte de los profetas son
poesía.
También hay algunos poemas en el
Pentateuco y en los libros históricos. El poder y la popularidad de muchos de
estos pasajes sugieren que la poesía tiene la habilidad de llegar al corazón de
nuestra relación con Dios.
Entender la poesía bíblica es, por lo
tanto, no un mero ejercicio técnico, sino una manera de comprender el
significado espiritual de pasajes que significan más para nosotros que lo que
podría expresar una prosa común.
La poesía bíblica es distinta de la
mayoría de las formas poéticas occidentales, pero se han encontrado
composiciones poéticas similares en las culturas que rodeaban a Israel, como
son Ugarit y Mesopotamia.
Los escritos judíos posteriores siguen
esta tradición, según lo demuestran los himnos de los Rollos del Mar Muerto (el
Hodayot, 1 QH). Veremos principalmente la poesía del Antiguo Testamento, ya que
la del Nuevo Testamento (Por ejemplo Lucas 1:46–55, 68–79) es infrecuente y
sigue mayormente las modalidades del Antiguo Testamento.
A. ¿En Qué Consiste La Poesía Bíblica?
Existen
tres características comunes de la poesía en las Escrituras:
Ø Ritmo (o métrica),
Ø Paralelismo, y
Ø concentración de significado.
No necesariamente aparecen juntas,
aunque así sucede con frecuencia, y ocasionalmente hay pasajes donde no estamos
seguros de sí estamos leyendo prosa poética o poesía prosaica.
Puede que pasajes como Filp. 2:5–11 y
Col. 1:15–20 reflejen poesías cristianas más primitivas, pero es también
posible que la majestad del tema impulsara al escritor a usar un lenguaje
poético para expresarlo. No obstante, en la mayoría de los casos es bastante
fácil determinar si un pasaje es poesía, aun en su traducción castellana.
I. RITMO
Y MÉTRICA:
Ya que no contamos con una grabación del
rey David recitando los salmos, cualquier observación sobre el sonido y el
ritmo de la poesía bíblica obligadamente tendrá que incluir algunas suposiciones.
Algunos eruditos piensan que la cantidad
de sílabas en una línea de poesía tiene significado; la mayoría considera que
una pauta más apropiada es el patrón de sílabas acentuadas en una línea,
reflejando los acentos de la voz oral en lugar de la mera cantidad de sonido.
En cualquiera de los dos casos, la
poesía bíblica tiende a estar compuesta de frases distintivas de más o menos el
mismo largo. Esto puede observarse en las traducciones que se apegan a la forma
original.
En lo que a la teoría de las acentuaciones
se refiere, por lo general las líneas de la poesía tienen dos frases
balanceadas, con dos o tres acentos en cada una (2 + 2, compare Salm. 29; o 3 +
3, compare Is. 40–55; Job; Prov.).
De
cuando en cuando aparecen excepciones a esta regla del balance. Varios lamentos
presentan un ritmo desequilibrado llamado metro quinah (de la palabra heb. que
significa
“lamentación”). Una frase con tres énfasis es seguida por otra con
dos (3 + 2), como si la desesperación del escritor hubiera consumido tanto sus
fuerzas que ya no tiene la energía para repetir la línea entera.
Ha-extendido una-red a-mis-pies.
y me hizo-volver atrás (Lam. 1:13).
Pero ésta no es una regla rígida (las
otras líneas de este versículo no siguen este patrón), y es difícil estar
seguros de la base psicológica de los patrones de palabras.
En el pasado, los eruditos a veces
sugerían que el texto debía cambiarse para caber en el metro cuando la frase o
línea parecía muy corta o demasiado larga.
En la
actualidad, la importancia de la métrica como un aspecto de la poesía bíblica
ha disminuido. Tenemos mayor percepción de nuestra ignorancia de los
convencionalismos del pasado y la libertad que los poetas tienen para variar su
estilo.
II. PARALELISMO:
La segunda característica mayor de la
poesía bíblica es el paralelismo, donde dos frases breves (A, B)
son de alguna manera similares o paralelas. Ha sido sólo en la época moderna
que los eruditos han rescatado la importancia del paralelismo.
James Kugel (The Idea of Biblical
Poetry: Parallelism and its History = La Idea de Poesía Bíblica: El paralelismo
y su Historia [Yale University Press, 1981]) toca el tema del paralelismo, “olvidado”
por los rabíes, que no reconocían la importancia de la repetición. Tendían a
hacer que cada palabra y frase fuera claramente marcada, como en Deut. 33:10:
Ellos-enseñarán tus-juicios a-Jacob
y tu-ley a-Israel
Los “juicios” y la “ley” eran considerados cuerpos totalmente
diferentes (La Torah[1] escrita y la oral). A decir verdad, los
rabíes no estaban del todo equivocados, dado que las frases raramente son
exactamente sinónimas.
A pesar de ello, el volver a recordar el
paralelismo generalmente se atribuye a obras de Robert Lowth, publicadas
originalmente en latín en 1753 y 1778 (traducidas como Lectures on the Sacred
Poetry of the Hebrews = Enseña la Poesía Sagrada de los Hebreos Tomando
Posición en contra [Bucking ham, 1815]) y Isaiah: A New Translation with a
Preliminary Dissertation and Notes = Una Traducción Nueva con una Disertación
Preliminar y las Notas [Wm. Tegg, 1848]).
Son
de ayuda para describir la línea básica de dos frases como: A/ B//, con una
leve pausa (/) al final de la primera frase y una pausa total al final de la
línea completa (//). Así, el Salm. 2:3 sería así:
¡Rom-pa-mos sus-ataduras! A/
¡E-che-mos-de-noso-tros sus-cuerdas! B//
Las frases también pueden dividirse en
elementos más pequeños, con frecuencia en palabras solas en heb. (o con
guiones). Estas pueden ser representadas por letras minúsculas a, b, c, etc.,
teniendo a’, b’, c’, etc. como su paralelo; Por ejemplo: el Salm. 147:8:
Él es que cubre los cielos de nubes (a, b, c)
el que prepara la lluvia para la
tierra (a’, b’, c’)
Lowth describe los tipos principales de
paralelismo. El Salm. 2:3 ilustra el paralelismo sinónimo, en el cual la primera
frase es repetida en términos similares en la segunda (a b/ a’ b’//). Un
desarrollo de esto, paralelismo externo (A/ B// A’/ B’//) ocurre en, Por
ejemplo: el Salm. 27:1:
Jehovah es mi luz y mi salvación; A
¿de quién temeré? B
Jehovah es la fortaleza de mi vida, A’
¿de quién me he de
atemorizar? B’
Si en lugar de que dos frases digan algo
similar, ellas tienen un significado opuesto, tenemos entonces un paralelismo
antitético [más simple serían: Antonimo]. Así en Prov. 10:1:
El hijo sabio alegra a su padre,
pero el hijo necio es tristeza de su madre
Lowth define un tercer tipo, paralelismo
sintético, como sigue: “El paralelismo consiste sólo en la forma de su construcción,
en que palabra no corresponde a palabra ni oración a oración, como equivalente
(paralelismo sinónimo) u opuesto (paralelismo antitético), pero contiene una
correspondencia e igualdad entre diferentes proposiciones, con respecto a la
forma de la oración entera, y de las partes que la construyen… ”.
El
Salm. 2:6, Por ejemplo demuestra un paralelismo que no es sinónimo ni
antitético:
¡Yo he instalado a mi rey
en Sión, mi monte santo!
La
clasificación de Lowth puede pulirse y aumentarse de diversas maneras:
(i) Paralelismo
complementario: Las dos frases expresan verdades que se
complementan:
Jehovah es mi pastor;
nada me faltará (Salm. 23:1)
Jehovah y el salmista son los compañeros
complementarios en la relación de fe. El resultado de tener un pastor es la
ausencia de carencias.
(ii) Paralelismo
en escalera: La segunda frase repite sólo una de
las unidades básicas de la primera línea logrando así una progresión de
pensamiento (a b/ a’ c//):
Dad
al Señor, oh hijo de los fuertes;
dad al Señor la gloria y el poder (Salm. 29:1)
Otra manera de considerarlo es en
términos “elípticos” (dejando afuera un elemento). Los seres celestiales
aparecen en la segunda línea tanto como en la primera, pero no son mencionados
explícitamente.
El paralelismo en escalera es un efecto
especial, ocurriendo con frecuencia por una razón particular. Se usa para
iniciar poemas (Salm. 29:1; Ecl. 1:1) y para finalizarlos (Ecl. 12:8) y pueden
aparecer como un estribillo (Salm. 67:3, 5).
(iii) Quiasmo: La secuencia de los elementos
paralelos en una línea se invierten (a b/ b’ a’//). Esto produce un efecto “cruzado”
(la palabra se deriva de la letra gr. “ji” que tiene la forma de cruz).
Porque Jehovah conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos perecerá (Salm. 1:6)
En su nivel más bajo, esta técnica
agrega variedad e interés, pero también puede contribuir a su significado. El
contraste entre los caminos del justo y del impío se enfatiza claramente como
resultado de la forma “quiasmática” del versículo precedente.
A veces se usa para enfatizar el
elemento central. También es posible encontrar quiasmos extendidos (Por ejemplo: a b c c’ b’ a’ en Amós 6:4b–6a; a b c b’ a’ en Is. 55:8, 9).
(iv) Merismo: La expresión de totalidad usando
dos extremos (que pueden describirse como a- a+):
En su mano están las profundidades de la
tierra;
suyas son las alturas de los montes (Salm. 95:4)
La totalidad del mundo es representado
por dos extremos verticales (a b+/ b- a’// - nótese el quiasmo). El siguiente
versículo del Salmo agrega una dimensión horizontal, abarcando el mar y la
tierra seca.
Otro marismo que representa a todo el
universo es “los
cielos y la tierra” (Gn. 1:1), usado en la línea inicial del poema
babilónico sobre la creación (Enuma Elish I,1):
Cuando arriba (+) los cielos (+) no tenían nombre,
y abajo
(-) a la tierra (-) no
le había sido dado un nombre
DESARROLLOS RECIENTES:
El tercer tipo de paralelismo (“sintético”)
de Lowth ha causado mucho debate. ¿Qué significa “correspondencia” e “igualdad”?
¿Es el “paralelismo sintético”
meramente una red en la cual poner todos los casos que no cubren los otros dos?
La obra de Adele Berlin (The Dynamics of Biblical Parallelism = La Dinámica de Paralelismo Bíblico [Indiana
University Press = Prensa de la Universidad de Indiana, 1985]) ofrece
aclaraciones que son de ayuda.
Sugiere
que hay no menos de cuatro distintos niveles de escritos por medio de los
cuales el poeta puede crear paralelismo:
· Estos niveles son los de sonido
(“paralelismo fonético”),
· de palabras
(“paralelismo léxico”),
· de la estructura de
la oración (“paralelismo gramatical”), y
· de significado
(“paralelismo semántico”).
El juego que se da entre estos niveles
es lo que da a la poesía bíblica su enorme flexibilidad y potencia sin
abandonar la forma y la estabilidad.
(i) Sonido.
La poesía de la Biblia hebrea, y de
cuando en cuando la prosa también, contiene regularmente sonidos similares
entre palabras que están cerca unas de las otras. Esto contribuye a la unidad
de la poesía y puede adquirir una forma que enfatiza otros niveles de
significado. La repetición de un sonido puede ser al principio de las palabras
(aliteración), entre palabras (asonancia) o entre las terminaciones de palabras
o líneas (rima).
Este elemento de juego de sonidos por lo
general se pierde en la traducción, una pérdida particularmente triste para los
proverbios, que con frecuencia dependen de la brevedad y el juego de sonidos
para su efecto. En heb., Prov. 13:24 consta de sólo siete palabras con
asonancia y ritmo. La Reina-Valera Actualizada utiliza no menos de 18 palabras
y carece de efectos de sonido:
El-que-detiene-el-castigo-aborrece-a-su-hijo,
pero-el-que-lo-ama-se-esmera-en-corregirlo
Afortunadamente, los patrones de sonido
con frecuencia enfatizan puntos que se destacan también de otras maneras pero, ¡poder apreciar
el sonido de la poesía bíblica es una razón importante para aprender hebreo! Los
profetas usan con frecuencia similitud de sonidos entre palabras para subrayar
su mensaje (Por ejemplo: Is. 5:7; 7:9).
(ii) Palabras.
Un ejemplo: del “paralelismo léxico” en el Salm.
2:3 lo vemos en la manera como “rompamos” y “echemos”, “ataduras”
y “cuerdas”
tienen un significado similar. Las palabras de significado parecido que con
frecuencia se encuentran en líneas paralelas se denominan parejas de palabras.
A veces su significado es tan igual que
no tiene diferencias (sinónimos), pero hay pocos —o quizá
ninguno— sinónimos absolutos en un idioma, y tenemos que buscar la
diferencia tanto como la coincidencia de significado.
(iii) Estructura de la oración.
Es evidente el paralelismo gramatical
exacto en las dos frases del Salm. 2:3 (verbo-pronombre-sustantivo).
Otros versículos muchas veces tienen
leves variaciones en la gramática (Por ejemplo singular/plural,
masculino/femenino, forma perfecta/imperfecta del verbo), para dar variedad y a
veces contribuir al significado.
En Prov. 10:1 (citado anteriormente) la
única diferencia gramatical es la del sustantivo (“es tristeza de”) reemplaza al
verbo (“alegra”)
en la segunda frase. Las palabras y la estructura de la oración son similares
en este caso, lo cual subraya el contraste en el significado de lo que cambia,
lo sabio a lo necio.
(iv) Significado.
El paralelismo a nivel de palabra y
estructura de la oración lleva inevitablemente en el Salm. 2:3 al “paralelismo
semántico”, el nivel más elevado y más complejo. Ambas frases son similares
en su significado, expresando cómo los reyes de las naciones planean rebelarse
contra el Dios de Israel y su Mesías. Sin embargo, veremos en la próxima
sección que el paralelismo semántico rara vez sucede.
El análisis cuádruple de Berlín puede
ayudarnos a ver el valor y las limitaciones de la obra de Lowth. La dificultad
principal de la clasificación de Lowth es que muchísimos versículos no parecen
caber dentro de su esquema.
Kugel enfatiza la gran cantidad de
excepciones y sugiere que, en su lugar, tendríamos que entender la relación
entre las dos frases como: B, por
conectarse con A —haciéndola avanzar, siendo su eco, repitiendo, siendo su contraste,
no importa cual— tiene un carácter de énfasis, “secundante” y que es esto, más que cualquier valor estético
de la simetría en el paralelismo, lo que constituye el corazón del paralelismo
bíblico.
Véase Parte II:
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