Parte II:
El Juicio Inminente y El Final:
(Mateo 24:1-26:2)
Señales Antes Del Fin:
(Mr. 13:3-23; Lc. 21:7-24)
“…Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?... Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe… Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán… Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin… Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares… Y todo esto será principio de dolores… Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
(Mateo 24:1-26:2)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Jesús
Advierte Que Las Señales Que Muchos Citaban Presencia De:
Ø Falsos[3]
“cristos”,
Ø Guerras[4],
Ø Rumores[5] de guerra[5],
Ø Pestes[6]
Ø hambre[7],
Ø terremotos[8].
Como prueba de la proximidad del fin (v.
6), vendrían, sí, pero no anunciaban el fin. Solo anunciaban principio de
dolores (v. 8), como de parto. Estos dolores que los seguidores de Cristo
tendrían que soportar son “necesarios” (comp. v. 6) en los designios de Dios.
Forman parte de
lo que falta de las tribulaciones de Cristo a favor de su cuerpo, que es la
iglesia (Col.1:24).
Hasta el día de hoy hay grupos
evangélicos en América Latina que se dedican, por predicación y distribución de
literatura, a asegurar la proximidad inmediata de la Segunda Venida de Cristo, basándose
en las señales mencionadas en este pasaje. Pero el Señor vendrá cuando él mismo
lo determine.
Mirad que no os turbéis (v. 6b) es el segundo mandato con el
imperativo del tiempo presente. El verbo en griego (G3708) es distinto al del v. 4.
Allí se refiere más bien a dirigir los ojos a un objeto mientras aquí tiene la
idea de “observar,
o contemplar” con cuidado. Los creyentes no deben “turbarse”,
o “atemorizarse”.
El verbo griego denotaba el “grito de angustia, o temor”.
La advertencia de Jesús (vv. 9-12) del
costo de ser sus discípulos describe con precisión lo que los mismos discípulos
sufrieron luego, y lo que los fieles han sufrido a través de los siglos, hasta
el día de hoy. Jesús hizo mención especial del peligro del engaño (vv. 5, 11)
por causa de falsos
profetas.
Otra consecuencia de las persecuciones y
maldad es que se enfriará el amor de muchos (v. 12). El comentarista Carr
observa que el uso por el Señor en este pasaje de una palabra que expresaba la
más alta y perdurable de las virtudes cristianas (1 Cor. 13), y que fue el
vínculo que unía la sociedad cristiana, es en sí profética. El término “amor”
(agápe
G26) se usa en este sentido solamente aquí en los
Sinópticos.
Pero el que persevere hasta el fin será salvo (v. 13). El
pasaje no enseña explícitamente ni la seguridad de los santos ni la posibilidad
de la apostasía. Implica, sí, que no todos los creyentes nominales serán
salvos.
Persevere
traduce un verbo griego (jupoméno G5278) que significa “permanecer debajo
de”, o “soportar”. De este verbo viene el término “paciencia”,
o sea, la capacidad de sufrir largo tiempo sin reacciones indebidas.
El complemento del verbo se
sobreentiende, o sea, las tribulaciones mencionadas. Hasta el fin (v. 13) puede
referirse al fin de las persecuciones, o al fin de la vida. En aquel caso, será
salvo (v. 13) significa que será salvado o librado de las tribulaciones, pero
en este caso significa será salvo para vida eterna. Jesús estaba advirtiendo
contra la tentación de negarle o desertar de la iglesia en tiempos de
persecución.
La
perseverancia, o la paciencia,
juntamente con el amor son dos de las virtudes
cristianas más destacadas en la Biblia. La perseverancia a través de pruebas es una de las evidencias de
la fe que salva.
En
otras palabras, la fe que salva es la fe que permanece
fiel.
Pablo
enseña que:
Ø la tribulación
produce paciencia,
y
Ø la paciencia
produce carácter
aprobado, y
Ø el carácter aprobado
produce esperanza
(Rom.5:3-4; trad. del autor).
Verdades Prácticas:
1. Los falsos
cristos pueden engañar porque nunca aceptaron la verdad y sólo han
aprendido a mentir. En cambio, el creyente sano, por amar la verdad, ni debe
saber cómo mentir (comp. 24:5).
2. Todos los que
han venido después de Jesucristo diciendo
que son "el Cristo" deberían haberse
crucificado, muerto y resucitado; pero ese plagio es muy costoso e incierto el
resultado.
3. En la desesperación nadie se detiene a pensar quién
puede ser su "salvador". Es como el
náufrago en el mar, dispuesto a aferrarse al salvavidas que cualquiera le
arroje, aunque este salvavidas sea de plomo. La consigna es: No os turbéis (Mateo
24:6).
4. Las guerras
comienzan cuando un país contiende afirmando: "Esto
es mío". Finalizan cuando ya no se puede sostener lo mismo.
5. Einstein
declaraba que no sabía cómo iba a ser la tercera guerra
mundial, pero afirmaba que la cuarta sería
con flechas. Hoy los futuristas confirman que si históricamente hubo dos
circunstancias del mismo tenor, como fueron las guerras, se dará también una tercera.
Pero ya nadie habla de una cuarta.
6. Las guerras y
los rumores de guerra no nos llevan al final
de la historia sino al principio de las maldades humanas (comp. 24:8).
1.3. Referencia
Particular a La Destrucción De Jerusalén. Mateo 24:15-28:
Esta sección se refiere a la destrucción
de Jerusalén, con la posible excepción de los vv. 27 y 28. Sin embargo hasta
estos versículos se relacionan con la destrucción de Jerusalén en que ofrecen
una señal segura para distinguir a los falsos cristos del verdadero. En este pasaje hay dos temas:
(1) la venida del ejército romano y los consejos para
huir de la ciudad (vv. 15-22);
(2) la advertencia de no creer a los falsos cristos y falsos
profetas (vv. 23-28).
Jesús
describe la destrucción de Jerusalén (vv. 15-21).
Mateo no dice explícitamente que el
pasaje se refiere a la ciudad de Jerusalén, pero Lucas no deja lugar a dudas al
respecto (Lucas 20:21). La abominación desoladora (v. 15) es un término que se
usa en la profecía de Daniel (Dn.9:27; 9:31; 12:11). Daniel pronosticó el
sacrilegio horrible que Antíoco IV, rey sirio, cometió en el año 168 a. de
J.C., en el templo en Jerusalén.
Sacrificó un cerdo sobre el altar y
derramó los jugos del cerdo sobre los rollos sagrados. El apodo de este rey fue
“Epífanes”
(el ilustre), pero sus enemigos le llamaban “Epímanes” (el loco).
Este acto provocó el levantamiento de los macabeos. Jesús utilizó
la expresión la abominación
desoladora (v. 15) como profecía que tendría una segunda aplicación: la
destrucción del templo por los romanos.
NOTA: V.15: LA
ABOMINACIÓN DESOLADORA. Este es el hombre de
pecado (2 Ts.2:3-4), el Anti-cristo, quien en este punto medio de la
Tribulación, quebranta el pacto que había hecho con el pueblo judío al comienzo
de la Tribulación (Daniel 9:27), y demanda
que los judíos y el mundo entero le adoren. Quienes resistan serán perseguidos
y muchos serán martirizados; ésta es la razón de la urgencia que comportan las
instrucciones de los vv. 16-22.
El lugar santo (v. 15) se refiere al
templo, o quizá al mismo altar del templo. Abominación se refiere a algo repugnante
o detestable;
desoladora
describe una fuerza que produce un estado desierto, abandonado, totalmente
destruido (comp. 23:38).
El término es un genitivo de aposición, u
objetivo, y expresa la naturaleza o resultado de la abominación. Nuestra
versión encierra entre paréntesis el que lee, entienda (v. 15). La mayoría de
los traductores parece indicar que estas serían palabras de Mateo y no de
Jesús, aunque el texto original no tenía signos de puntuación.
Anticipando la tragedia que iba a caer
sobre Jerusalén, Jesús urge a sus seguidores a salir de la ciudad con toda
premura cuando ven que llega el ejército romano. Los montes proveerían refugio
hasta pasar lo peor de la invasión (v. 16). La urgencia de la huida se describe
con dos ejemplos:
(1) El que se
encuentre en la azotea no debe perder tiempo buscando cosas en su casa, pues la
vida vale más que las cosas (v. 17).
(2) El que se halla trabajando en el campo no debe perder
tiempo volviendo a casa a buscar su manto (v. 18); tal acción podría costarle la vida.
Jesús expresa un “¡ay!” de profundo lamento ante la
gran dificultad que tendrían las mujeres embarazadas y las que amamantaban
todavía a sus pequeños, para huir de los peligros de la invasión (v. 19).
Para todos los creyentes habría gran
dificultad para trasladarse rápidamente si sucediera la invasión durante los
meses fríos del invierno y aún más, si fuera en el día sábado (v. 20).
Cristo
había anulado muchas de las restricciones judaicas del sábado, por ejemplo las
limitaciones en cuanto a las distancias que podrían caminar. Sin embargo, sus
seguidores de entre los judíos demoraron muchos años en romper con la adoración
en el templo y las tradiciones del sábado.
Jesús describe la gran tribulación que
vendría como resultado de la invasión de los romanos. En cuanto a sufrimiento y muerte, serían días incomparables de todos
los tiempos:
· Pasado y futuro (v. 21). La construcción en el texto
griego es enfática, no usual y redundante, pues se emplea un triple negativo
que se traduce ni habrá jamás (v. 21b).
· Tan grande sería la matanza que si aquellos días no
fuesen acortados (v. 22), ninguna persona sobreviviría la experiencia.
· El evento es aún futuro, pero desde la óptica de
Dios es tan seguro como si ya hubiera pasado.
Por
eso, fuesen cortados y se salvaría son verbos del pretérito indefinido. Una traducción literal sería:
Ø Si aquellos días no fueron
acortados, no se salvó nadie. Sin embargo, por causa de los escogidos
(v. 22), Dios intervendría para limitar el sitio de Jerusalén.
Varias
Circunstancias Se Dieron Para Acortar La Duración Del Sitio:
· Depósito limitado de alimentos,
· el gran número de personas en la ciudad,
· disensiones internas, y
· el abandono de las defensas
estratégicas.
Tito, el general romano, se sorprendió
cuando la ciudad, tan fortificada, resistió tan poco, afirmando que seguramente
fue Dios mismo quien expulsó a los judíos de su fortaleza.
Jesús advierte de no creer a los falsos cristos y falsos profetas (vv. 23-28).
Ante la amenaza de la invasión de las tropas romanas, se crearía un ambiente
enrarecido de expectativa mesiánica en toda Judea. Sería un tiempo propicio
para la aparición de hombres que pretendían hablar en nombre de Dios,
asegurando al pueblo de una inminente intervención divina para defender a los
judíos y destruir a los enemigos.
Tasker visualiza como la noticia de que
el “mesías”
había regresado y estaría en un lugar indefinido en el desierto, o quizá en un
recinto secreto en el templo correría como pólvora.
La noticia sería muy convincente, acompañada inclusive por grandes
señales y maravillas
(v. 24), pero los escogidos (v. 24),
habiendo sido advertidos de antemano, no serían engañados.
Jesús describe su parousía como un evento patente, luminoso, instantáneo y visible a
todos, en contraste con los falsos cristos y falsos profetas que estaban en
lugares remotos y oscuros (v. 27). No hay consenso general en cuanto al significado
de la figura del cadáver y los buitres (v. 28).
El término buitres puede significar “águilas”.
Algunos piensan que se refiere a los ejércitos romanos, cuyo emblema era el
águila. En este caso, el cadáver se refiere a Israel, nación que está muerta y no
se salva.
Otros sugieren que se refiere a lo
inevitable de la venida de Cristo en juicio, como es inevitable que aparezcan
los buitres cuando hay un animal muerto.
En
resumen,
es mejor considerar estos vv. 27 y 28 como una descripción de la Segunda Venida,
la cual Jesús dio a sus discípulos para que no se dejasen engañar por los falsos profetas
en el tiempo de la destrucción de Jerusalén.
Sin embargo, otros opinan que se
refieren solamente a la venida de Cristo en juicio sobre Jerusalén.
Otros más piensan que se refieren a
ambos eventos.
1.4. Referencia Particular a La Segunda Venida. Mateo
24:29-31:
El texto parece
sugerir que la Segunda
Venida se efectuará inmediatamente después de los eventos descritos
anteriormente, o sea, la destrucción de Jerusalén.
Algunos autores sostienen que Jesús
esperaba que sucediera así, pero que estaba equivocado.
Sin
embargo, hay otras alternativas que se pueden ofrecer:
· Se puede
considerar el lenguaje del v. 29 como una descripción críptica en términos
simbólicos de la ruina de Jerusalén.
· Un evento en que
cerca de un millón de personas murieran, y otros tantos llevados como presos,
tendría que describirse en términos apocalípticos (comp. Hechos 2:19-20).
Una solución quizá más satisfactoria
sería la de considerar el adverbio inmediatamente como modificador del verbo se
oscurecerá (v. 29). Jesús señala dos eventos de inmenso significado, en
secuencia, pero sin especificar el lapso entre ellos. Entonces se traduciría así:
Ø Pero después de la tribulación de aquellos
días (destrucción de Jerusalén), el sol se oscurecerá inmediatamente... (Segunda
Venida).
Ø El adverbio se
entiende en el sentido de “de inmediato”, o “repentinamente", sin previo
aviso.
Entendido así, este versículo constituye
una transición entre los dos eventos. Los dos versículos que siguen describen
claramente la Segunda
Venida de Cristo y el fin del mundo.
La señal del Hijo del Hombre en el cielo (v. 30)
es una expresión que ha dado lugar a muchas conjeturas. Sin embargo, es mejor
considerar del Hijo
del Hombre como un genitivo de aposición, o sea, la señal es la
aparición del Hijo
del Hombre.
El duelo se producirá entre los que han
escuchado el evangelio y no aprovecharon su oportunidad, o de los que
despreciaron al Hijo
del Hombre y reconocen que ahora él viene para juzgarlos.
En
el v. 30 se unen dos pasajes del AT:
· Zc.12:10-12 describe el
duelo del pueblo sobre el que atravesaron; y
· Daniel 7:13-14 presenta la venida triunfante del
Hijo del hombre (comp. Hechos 1:9; 1:11).
Ángeles con un gran sonar de trompeta (v. 31)
describe la función del heraldo que toca fuertemente la trompeta para anunciar
la llegada del rey. Por tercera vez en este capítulo se menciona a los escogidos
(vv. 22, 24, 31).
Algunos opinan que el término se refiere
a los judíos
creyentes en Cristo (comp. Is.65:9),
pero parece más bien referirse a todos los creyentes en Cristo de todas las naciones sobre la faz de la tierra. Esta profecía
contempla la extensión del cristianismo hasta los confines de la tierra.
También indica que Jesús no esperaba la Segunda Venida
en relación con la destrucción de Jerusalén, como algunos sostienen
equivocadamente.
1.5. Discusión General Referente Al Propósito De
Dios y Su Trato Con Los Hombres. Mateo 24:32-25:46:
En
esta sección se notan dos enfoques:
(1) Habrá señales suficientes en cuanto a la destrucción de
Jerusalén (24:32-35), y
(2) instrucciones acerca de cómo esperar la Segunda Venida
(24:36-25:13).
El problema principal en el pasaje se
encuentra en la referencia a la destrucción de Jerusalén después de haber
iniciado el trato de la parousía
(vv. 30, 31), y luego la continuación del tema de la Segunda Venida.
La
nube del Señor A lo largo de la Biblia
se menciona muchísimas veces la presencia de una nube:
· Si leemos bien
Éxodo 13:21, se nos dice que Dios iba delante de los hebreos en una columna de nube.
· También en Num.16:42
surge la nube
cubriendo el tabernáculo en un momento difícil para Moisés y Aarón.
· En Deut.31:15,
Dios se aparece en la columna de nube. Cuando Moisés subió al monte para
estar cuarenta días y cuarenta noches, al séptimo día él llamó a Moisés de
dentro de la nube (Ex.24:16).
· Cuando Salomón
traslada el arca en el tiempo de dedicación del templo, de Jehová se llenó con una nube* (2 Cron.5:13). Todo indica
una relación entre la nube y la presencia de Dios. Ahora bien, a esta nube se
la conoce en algunos escritos hebreos como la shekinah[9], pero no es
una palabra que esté en la Biblia.
· Hay quienes
sostienen que es también la nube shekinah que apareció en el monte de la
transfiguración, (2 Cron.17:5), la que más tarde le llevó a Jesús
(Hechos 1:9**) y la que en el futuro será la que Jesús utilizará en su segunda venida.
Véase Parte III:
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