Parte II:
LA POESÍA EN LA BIBLIA:
(Lucas 1: 68-79)
“Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,… Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,… Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;… Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;… Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto;… Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder… Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos… En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días… Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;… Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados,… Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora,… Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz”.
(Lucas 1: 68-79)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Podríamos
resumirlo sugiriendo que el concepto primitivo judío era que “A no es igual a
B”,
el estilo tradicional es que “A es igual
a B”, y la teoría de Kugel es “A y,
además, B”.
Kugel considera el paralelismo como un
concepto que no ayuda, y en realidad cuestiona si hay alguna diferencia de tipo
entre poesía y prosa. Pero se ocupa principalmente del “paralelismo semántico”, y el
paralelismo a otros niveles y las otras características de la poesía son con
frecuencia más evidentes.
Robert Alter propone algo similar a lo
que sugiere Kugel (The Art of Biblical Poetry [Basic Books, 1985], p. 19): “(Donde) ocurre el paralelismo semántico
en una línea, el movimiento característico del significado es uno de realce o
intensificación (como el caso del paradigma de los números), de enfoque,
especificación, concretización y aun lo que podríamos llamar dramatización”.
Siguiendo un criterio similar, David
Clines sugiere que la frase A tiende a ser general o ambigua pero que B
especifica el poder particular de una palabra o símbolo o declaración en la
frase A (“The Parallelism of Greater Precision: Notes from Isaiah 40 for a
Theory of Hebrew Poetry”, en Directions in Biblical Hebrew Poetry [JSOT Press,
198] = "El Paralelismo de Mayor Precisión: Nota de Isaías 40 para una Teoría de
Poesía Hebrea”, en Directions en Biblical Hebrew Poetry [ JSOT Press, pp.
77–100). Is. 40:3 dice así:
¡En el desierto preparad el camino de Jehovah;
enderezad calzada en la soledad para nuestro Dios!
La segunda frase aclara que el “camino”
es un camino literal, no una metáfora de una manera de vivir, y que es para
Dios mismo.
Lo que resulta claro es que un autor
puede pasar de A a B en varias maneras. Algunas de las sugerencias son:
¡Saúl derrotó a sus miles!
¡Y David a sus diez miles!
(1 Sam. 18:7)
A Saúl no le gustó esta intensificación
de la cantidad. Un sustantivo y adjetivo puestos después de un sustantivo
ilustran la intensificación gramatical (Prov. 4:3):
Pues yo también fui hijo de mi padre,
tierno y singular delante de mi madre
En Jr. 7:34 la segunda frase específica
con mayor precisión dónde está el pueblo y quiénes lo constituyen:
Haré cesar en las ciudades de Judá
y en las calles de Jerusalén
la voz de gozo y la voz de alegría,
la voz del novio y la voz de la novia
La
dramatización se da cuando una frase. Literalmente culmina en una hipérbole:
Con el rostro a tierra se postrarán
ante ti
y lamerán el polvo de tus pies (Is. 49:23)
Puede usarse una metáfora o un símil obteniendo el
mismo efecto:
Tú los quebrantarás con vara de hierro;
como a vasija de alfarero los
desmenuzarás (Salm. 2:9)
Un tipo de movimiento más es de
particular significado. Alter destaca que, aunque los escritores bíblicos eran
expertos en contar historias en prosa, no existen poemas épicos como la Ilíada
o la Épica de Gilgamesh. La solución de Alter a este desconcertante vacío es
que “lo que los poetas nos dan no es
narración sino ’narratividad’, o sea, el
desarrollo narrativo de la metáfora” (ibíd., p. 39).
Las frases del versículo no son tanto
paralelas como en desarrollo, haciendo un relato que no es una experiencia.
Literalmente del poeta, pero que, a pesar de ello, interpreta realmente su
experiencia:
He aquí que gesta maldad,
concibe afanes y da a luz mentira (Salm. 7:14)
Aquí la lenta
pero segura producción de mal es entendida grotescamente en términos del
proceso que culmina en el nacimiento (ver ejemplos similares en Salm. 7:5, 14;
18:7–15; 23).
III. CONCENTRACIÓN DE SIGNIFICADO:
La
poesía puede expresar muchas cosas en un breve compás. El paralelismo
contiene de por sí infinidad de posibilidades, pero la poesía bíblica es
también abundante en metáforas.
Las imágenes y metáforas se desplazan con rapidez, corrigiendo,
reforzando y complementándose una a otra. A veces las metáforas son el elemento
básico que refuerza creencias fundamentales acerca de Dios (Por ejemplo el Señor es mi pastor).
En otros pasajes el desarrollo puede
sorprendernos (Por ejemplo Salm. 39:11; Dios como polilla) o ser extraordinariamente
detallado (Por ejemplo Job 14; Os. 14:4–18). Es imposible sobrestimar el valor
práctico y teológico de las metáforas. Son el medio por el cual podemos
interpretar nuestra experiencia y los mapas con los cuales podemos dar
dirección a nuestras vidas.
Por ello, vale la pena que los lectores
de la Biblia hagan el esfuerzo de aprender algo de la cultura del antiguo
Cercano Oriente, para que sientan la fuerza de las verdades que tantas veces son
presentadas en un vívido lenguaje pictórico.
El uso de las metáforas en la poesía
bíblica ayuda a que ésta sea un poderoso vínculo de comunicación con creyentes
de todos los tiempos. El proverbio o el salmo están diseñados para aplicarse a
todo tipo de personas en muchas circunstancias. La enfermedad, los enemigos y
la ausencia de Dios pueden representar las potencias que acosan al pueblo de
Dios (Por ejemplo Salm. 6).
Puede que no se tenga a mano un palo
(Prov. 13:24), pero la palabra severa o una penitencia pueden igualmente dar
resultado. Arribamos a principios generales con naturalidad partiendo de un
ejemplo particular, y luego encontramos una aplicación particular de lo
general.
En los profetas hallamos con frecuencia
que los oráculos son adaptados o “reciclados” para ser aplicados a diferentes
ocasiones históricas (Por ejemplo Is. 13 y Ap. 18). Existe una apertura en la
poesía que estimula al lector a ampliar su entendimiento por medio de encontrar
muchas interpretaciones. Por otro lado, en la ley o doctrina, muchas veces es
importante decidirse por un solo significado.
Esta apertura es una razón por la cual
leer poesía es más trabajoso que leer narración. Tenemos que llenar los
espacios en blanco y darle, nosotros mismos, sentido al poema. Tenemos que
hacer un esfuerzo por relacionar la poesía con nuestras propias vidas al
explorar su misterio, complejidad y vívidas imágenes.
Esto aumenta nuestro involucramiento y
nos desafía a que hagamos nuestro el concepto que el poeta tiene del mundo. No
significa esto que leer poesía es puramente subjetivo y arbitrario.
El análisis cuidadoso de una poesía debe enriquecer
y disciplinar nuestra exploración del significado que el texto tenía para:
· su autor, y
· sus primeros oyentes,
y
· ahora, para nosotros.
IV. LA COMPOSICIÓN DE UNA POESÍA:
Hasta
aquí hemos enfocado el carácter poético de la línea o pequeña sección. Esto basta para
entender muchos de los proverbios y fragmentos poéticos aislados, pero en
composiciones más extensas se puede notar que la poesía está organizada en una
forma coherente y satisfactoria.
En términos de su estructura podemos
detectar con frecuencia varias secciones en una poesía que muestran unidad de
significado y de gramática. Puede ser también que una o más secciones se unan
de alguna manera como estrofas.
Cada
poesía tiene su propia unión, pero las características comunes de su
composición incluyen:
(i) Uso de
líneas más largas y más cortas. La mayoría de los versículos poéticos
contienen dos frases. Pero de cuando en cuando aparece una frase aislada, o una
línea con tres frases. Estas a menudo dan inicio (Por ejemplo Cant. 6:19; Jr.
10:12) o concluyen una sección (Por ejemplo Jr. 14:9; Gn. 49:27) y un versículo
de tres frases con frecuencia lleva una sección o poesía a su clímax (Por
ejemplo Salmo 16:11).
(ii)
“Anacrusis”.
A veces el elemento de una línea (una conjunción o una frase) queda fuera del
patrón regular de las frases. Los “anacrusis”
se usan con frecuencia para enlazar las líneas (Por ejemplo por, ahora,
maldito) o para presentar una declaración importante. El Salm. 1:1 tiene tres
frases con quiasmos parciales parafraseados por un “anacrusis” (a). Es un comienzo de peso, importante para el Salterio.
Bienaventurado el hombre (a)
que no anda según el consejo de los impíos, (b c)
ni se detiene en el camino de los
pecadores, (c’ b’)
ni se sienta en la silla de los burladores. (c’’
b’’)
(iii) Refrán. Esta es una
repetición periódica de un verso, como el coro que se canta entre las estrofas
de un himno. En los Salm. 42:5, 11 y 43:5, el refrán aparece tres veces y da un
resumen del tema:
¿Por qué te abates, oh alma mía
y te turbas dentro de mí?
Espera a Dios,
porque aún lo he de alabar,
¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!
Esta es una de las razones por las
cuales los eruditos están seguros de que estos dos salmos fueron originalmente
uno solo y que deben leerse juntos.
(iv) Palabra
clave.
Una poesía, o una sección, a veces son unificadas por la repetición de palabras
significativas, como “voz” en el Salm. 29 o diversas palabras para
significar “tiempo”
en el Salm. 90.
(v) Inclusivo. Esto se refiere
a una palabra o frase que ocurre tanto al principio como al final de una unidad
de prosa o poesía (Por ejemplo “Bendice alma mía al Señor”, Salm. 103:1, 22). El “inclusivo” mantiene
unido al pasaje e indica a los oyentes el final de una sección. El significado
de la frase que se repite con frecuencia se enriquece por lo que aparece
entremedio.
(vi) Acróstico. Cada elemento
del acróstico comienza con una letra diferente del alfabeto heb. En orden
alfabético. Los acrósticos aparecen a nivel de frase (Salm. 111; 112), un
versículo (Salm. 25), dos versículos (Salm. 37) o tres versículos (Lam. 2).
La culminación
de los acrósticos es el Salm. 119, donde las ocho líneas de cada una de las 22
secciones empiezan con la misma letra. Las limitaciones impuestas por este
estilo explican por qué los versículos muchas veces apenas parecen conectarse.
(vii) Variedad
en el estilo poético. El paralelismo sinónimo es una forma equilibrada y
apropiada de la expresión objetiva y reflexiva. La variación y narración
proveen interés y nuevas percepciones, pero, si son demasiadas, pueden resultar
superficiales y no darnos tiempo para absorber el significado de una afirmación
acerca de Dios o de nosotros mismos.
En
general, la poesía de la
Biblia es una sana combinación de:
· historia e interpretación,
· acción y reflexión.
CONCLUSION:
David es llamado “el dulce salmista de Israel” (2
Sam. 23:1), y gracias a él y a otros, tenemos en la Biblia algunas de las
poesías más grandiosas que jamás hayan sido escritas. La poesía del Antiguo
Testamento encuentra muchas veces eco o es citada en las palabras de Jesús.
Ignorarla sería ignorar su contribución específica a la humanidad inspirada de
las Escrituras.
El propósito de este artículo ha sido
presentar el arte y la sutileza con que los poetas bíblicos comunicaron su
porción del mensaje total de Dios. Hemos de admitir que un enfoque en la
técnica y hermosura puede cegarnos a las realidades finales (1 Cor. 13:1).
Por otra parte, las Escrituras dan
amplio testimonio de que el pueblo de Dios, a través de las edades, ha
considerado que únicamente la poesía puede expresar adecuadamente nuestras
experiencias más elevadas y profundas de Dios y del mundo que su pueblo habita
(compare Ecl. 12:10; Col. 3:16).
___________
Notas y
Bibliografía:
[1] (en hebreo, תּוֹרָה = [Torah], lit., «instrucción,
enseñanza») es el texto que contiene la ley y el patrimonio
identitario del pueblo israelita;3)
constituye la base y el fundamento del judaísmo.4)
El término
proviene de la raíz hebrea .י.ר.ה (Y.R.H.), que significa «acometer» y se halla etimológicamente
ligado a las nociones de ley, enseñanza e instrucción.5)
Para el
judaísmo, la Torá es la Ley. Según la tradición común al judaísmo y al
cristianismo, involucra la totalidad de la revelación y enseñanza divina
otorgada al pueblo de Israel. Considerando la importancia de Moisés en este
proceso, ambas denominaciones a veces se refieren a la Torá como la Ley de
Moisés, la ley mosaica, e incluso ley escrita de Moisés: dado que en el judaísmo, la Torá comprende tanto la ley escrita
como la ley oral.6) Ello
no es arbitrario dado que su sentido estricto, el término Torá se refiere
específicamente a los cinco primeros libros bíblicos, el Pentateuco, al que se
conoce también como los cinco libros de Moisés.7) En hebreo se los denomina Jamishá Jumshéy Torá (חֲמִשָּׁה חֻמְשֵׁי
תּוֹרָה—"Los
Cinco Quintos de la Torá"), mas habitualmente se emplea la forma
abreviada de esa expresión y se los llama y conoce entonces como el Jumásh (חֻמָּשׁ-"Quinto").5)
En su sentido
más amplio, cuando el término Torá implica todos los libros de la Biblia
hebrea, los israelitas suelen denominarla "Tanaj" (תַּנַ"ךְ). Se trata de
un acrónimo para designar a los 24 libros de la Biblia hebrea. El mencionado
acrónimo es formado por tres consonantes, T-a-N-a-J, que son a su vez las iniciales de los
términos hebreos que designan las tres secciones que forman la Biblia hebrea: T
de Torá (Pentateuco), N de Nevi'im (Profetas) y J de Ketuvim (Escritos).8)
Los libros que
forman el Pentateuco son:
Génesis —
Bereshit (בְּרֵאשִׁית), "En el
comienzo".
Éxodo — Shemot (שְׁמוֹת), "Nombres".
Levítico —
Vayikrá (וַיִּקְרָא), "Y llamó".
Números —
Bemidbar (בְּמִדְבַּר), "En el
desierto".
Deuteronomio —
Devarim (דְּבָרִים), "Palabras"/"Cosas"/"Leyes".9]
Tanto la Torá
como el Tanaj constituyen aquello que los cristianos denominan "Antiguo
Testamento".10)
Por último, los
judíos utilizan la palabra Torá para referirse también a la Mishná, la ley
oral, desarrollada durante siglos y compilada en el siglo II por Yehudah
Hanasí.
__________
3) "Scroll of the Law" y "Torah",
Jewish Encyclopedia, Nueva York, 1906.
4) Es el rollo
hecho de pergaminos unidos que contiene la ley y memoria colectiva de los hijos
de Israel (בני ישראל); "Libro de la ley de los judíos" según la
definición provista por la Real Academia Española (tora 1.1), consultada 24 de
agosto de 2014.
5) Ser judío:
Torá, consultado 24 de agosto de 2014.
6) Catholic.net:
ecumenismo y diálogo interreligioso, Verdades de la fe católica: la religión en
el hombre, Apologética católica: hermenéutica protestante aplicada a la
doctrina de la Sola Fides, Ministerio Mesiánico Pacto de Paz, Volvemos sobre la
imagen de Pablo en los Hechos de los Apóstoles; consultados 24 de agosto de
2014.
7) El conjunto de
los cinco libros se conoce como Pentateuco (del griego πεντα, penta, ‘cinco’, y
τευχος, teujós, ‘funda para libros’, por hacer referencia a las fundas en las
que se conservaban los rollos de pergamino).
8) En hebreo, como
es sabido se escribe y lee de derecha a izquierda; la inicial de Ketuvim (כְּתוּבִים)
es la letra kaf (כְּ), mas al final de una palabra, ella adquiere la forma de
una kaf final o culminante (ךְ), que se pronuncia de modo suave, como una letra
"J", y no como una "K": de ahí que el término es Tanaj (y
no Tanak).
9) «Bereshit».
Consultado el 17 de abril de 2012.
10) La primera
parte de las biblias empleadas por los cristianos incluye los siete textos
deuterocanónicos, cuyo origen se halla no en la Biblia hebrea sino en la
Septuaginta (Religions, Francia: Encyclopedia Universalis, 1990, pp. 226-228). (Fuente:
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Torá).
- e-Sword-the. LEDD.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 19//09//2017.
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