ESTUDIO
21
GÉNESIS
17: LA IMPORTANCIA DE ESPERAR EN DIOS:
(SEGUNDA
PARTE)
Lectura bíblica: Génesis 17:1-27.
Texto Áureo: Génesis 16:2.
Objetivo: Los alumnos descubrirán
los malos resultados de no esperar en las promesas de Dios que siempre tienen
su cumplimiento.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
Ya
hemos mencionado el pacto varias veces en esta serie de lecciones. Es un tema
que corre por toda la Biblia. Podemos decir que es el hilo unificador de la Biblia
o, como algunos dicen, el hilo conductor.
La enseñanza del
pacto, sin embargo, no fue dada en un bloque, o, como decimos, "de un jalón";
más bien su revelación fue progresiva. Su revelación y su desarrollo fueron
históricos, o sea, tanto su revelación como su realización tuvieron lugar en la
historia de la humanidad. El pacto fue dado poco a poquito en lugares y tiempos
específicos.
Y es trabajo de
los estudiosos de la Biblia encontrar este hilo de eventos y momentos y
emplearlo en la interpretación de la Palabra de Dios, o sea, la Biblia misma.
En esta historia hay momentos de suma importancia.
En el camino de la revelación del pacto Dios dio en algunas ocasiones unos
pasos gigantescos. Avanzó, a veces, en un solo evento su desarrollo, y el entendimiento
de él, en una forma sorprendente. El estudio de hoy es una de estas ocasiones.
EL TIEMPO PASA:
Si nuestras
Biblias no tuvieran marcados sus capítulos y sus versos, en este punto
hubiéramos notado algo raro en la lectura de ella. Si leemos v.16 del cap. 16 y
seguimos leyendo en el v.1 del cap. 17, notamos que los dos versículos no
corren juntos.
V.16 dice "era Abram de
edad de ochenta y seis años...". El siguiente verso dice "era Abram de
edad de noventa y nueve años". Tenemos que concluir que hay una
división en el texto aquí. El texto original, que no está dividido en
capítulos, señala de esta manera el hecho de que hay un lapso en la historia en
este punto. Pasaron 13 años después de 16:16, antes de llegar al 17:1. Eran
años de espera, de una forzada paciencia, una dura prueba para la fe de Abram.
Después del intento fallido de arreglar las cosas a su manera, Abram tiene que
esperar la promesa de Dios.
EL PACTO PROMULGADO:
Empleando la
forma de los tratados y convenios de la época, Dios anuncia su pacto
identificándose. Se identifica como el Dios Todopoderoso. Siendo Él el Todopoderoso,
nada ni nadie puede estorbar ni condicionar el pacto que va a concordar con
Abram.
No negocia el
pacto con Abram; lo promulga. Sin embargo, Abram tiene que tomar una parte
activa en este pacto. Él tiene que "andar delante de Dios y ser perfecto". El pacto
que Dios promulga aquí es el pacto de gracia; y los creyentes son activos en
este pacto, aunque Dios lo promulgue soberanamente.
Hay dos personas
en este pacto, Dios y el hombre, y las dos tienen su parte. La parte de Abram
está explicada desde el principio. Para estar en el pacto Abram tiene que vivir
la vida del pacto, que es andar delante de Dios y ser perfecto. El sentido de
esta frase es que Abram tenía que vivir consciente de estar en la presencia de
Dios y guardar limpia su conciencia.
Dios también explica su propia parte en el pacto. Es una
repetición de lo que ha prometido antes. Dios hará de Abram una nación grande
como resultado de esta relación especial entre ellos. Dios dice dos cosas:
·
"Pondré mi pacto", y
·
"Te multiplicaré".
Después de que
Abram se había puesto en la postura correcta para escuchar a Dios, Dios repite
con otras palabras los mismos conceptos. Dice: He aquí mi pacto es
contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. La idea de
muchedumbre es repetida, acentuada y enfatizada. Una parte esencial del pacto
es aquello de que de Abram habrá un pueblo sobremanera grande.
El Nuevo
Testamento habla de la iglesia como la verdadera dimensión de este pueblo. En
Apocalipsis son millones de millones de gentes, de todas las tribus, naciones,
lenguas y pueblos. Y aún más; promete que el hijo Isaac continuará el pacto,
aunque todavía no ha nacido.
Abram lo conoce
por nombre solamente, porque Dios le puso el nombre, antes de ser concebido.
DIOS RATIFICA EL
PACTO:
Notamos que, en todo el capítulo, Dios toma la iniciativa.
No
solamente promulga el pacto, lo ratifica también. Lo hace de distintas maneras.
El primer paso en la ratificación es el cambio de nombres:
v
Abram
llega a ser Abraham, y
v
Sarai
se convierte en Sara.
En la Biblia en
general el cambio de nombre es significativo; a veces indica una revelación
nueva y a veces acentúa el sentido de un lugar, persona o evento. Aquí el
propósito es el de confirmar a Abram en el pacto y de confirmar el pacto a
Abram.
El cambio del
nombre de Abram en Abraham sirve para acentuar el aspecto de la maravillosa multiplicación
del pueblo del pacto, ya que el nombre quiere decir "padre de muchedumbre de naciones".
Ayuda Homilética:
(Gn.17:5;
11:27: Abram significa “padre exaltado”, el progenitor del pueblo escogido
de Dios. Después (17:5) su nombre fue cambiado por Abraham, que significa “padre de multitud”. Nació en el año 2,165 a. C. Aunque se dice
poco de Taré, el padre de Abraham, Jos.24:2 afirma que adoraba a dioses
paganos.
El cambio del
nombre Sarai indicaba que ella sería una activa partícipe en el cumplimiento de
la promesa de Dios. Abraham no lo podía creer y está dispuesto a dejar que
Ismael sea el prometido, pero Dios insiste en que no; más bien Él mismo haría
el milagro necesario para continuar el pacto por medio de Sara. (El nombre
"Sara" --princesa--
puede
tener sugerencias mesiánicas).
Ayuda Homilética:
El
cambio del nombre de Sara era menos importante que el cambio del Abraham. Sarai
significa “mi
princesa” y Sara significa “princesa”. Quizás la importancia sólo radica en
que era el momento oportuno. (Gn.17:15).
Sobre todo Dios
ratifica el pacto estableciendo el sacramento del pacto, la circuncisión. Este
rito es un sacramento, una ordenanza de Dios que es signo y sello del pacto. El
rito debe practicarse por Abraham, sus hijos y toda su casa. Se incluían en el
pacto también todos los que vivían en la casa de Abraham, o sea, todos los que
vivían bajo la influencia y jurisdicción de Abraham.
La circuncisión
era una operación en el cuerpo. Con ella se simbolizaba la pecaminosidad e impiedad
que traemos a la vida en el momento de nacer. Es preciso que esta vida muera y
sea reemplazada por una vida diferente, una vida santa que el Señor planta en
nuestro interior. Mediante la circuncisión Dios expresaba su propósito de
destruir esa vida vieja y pecaminosa en nosotros y reemplazarla por una vida
nueva y santa.
Hoy día el Señor
nos dice exactamente lo mismo por medio del bautismo.
CUESTIONARIO:
1. ¿Cuánto tiempo
pasa desde el nacimiento de Ismael hasta la promulgación del pacto en el capítulo
17?
2. ¿Qué demandó
Dios de Abraham en el pacto?
3. ¿Qué nombre le
dijo Dios a Abraham que debía de poner a su hijo y por qué?
4. ¿Cuál fue la
señal del pacto que Abraham debía practicar?
5. ¿Cuántos años
tenía Abraham cuando se circuncidó?
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