domingo, 3 de noviembre de 2019

LA GUERRA CONTRA LOS BENJAMITAS: (3) LOS RESULTADOS DE LA GUERRA: JUECES 21:1-25


LA GUERRA CONTRA LOS BENJAMITAS: (3)
LOS RESULTADOS DE LA GUERRA:
JUECES 21:1-25
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

III.    Obtención De Esposas Para Los Benjamitas. Jueces 21:1-25:

a. Amenaza De Extinción De La Tribu De Benjamín. Juc.21:1-4.
Justo cuando la historia parece haber terminado, se introduce otra complicación. El autor ahora revela que antes de las batallas (comp. 20:1) los israelitas habían jurado no casar a sus hijas con los benjamitas (21:1). Este capítulo muestra que consideraban que el voto era irrevocable.
La Ley de Moisés recalca la importancia de cumplir promesas de pagar a Dios ofrendas o alabanzas (comp. Núm.30:2), pero el voto de los israelitas, aunque pronunciado en el nombre de Jehová (comp. v. 7), no le prometía nada. Fue una promesa poco pensada, formulada en el ardor del momento.

El problema creado por el voto se revela en la lamentación de Israel ante el arca del pacto (Núm.21:2-3; comp. 20:27). Ya que habían matado a todas las mujeres de Benjamín (ver vv. 16; 20:48), no quedaban mujeres israelitas con quienes los 600 sobrevivientes de Benjamín podrían casarse (comp. 20:47). Si este problema no se solucionaba, la tribu dejaría de existir.

La pregunta de los israelitas en el v. 3 es ingenua. Fue a causa de su voto y su matanza (comp. exposición Deut.20:35) que Benjamín estaba en peligro de extinción. Hacen caso omiso de su culpa y, al referirse a Jehová como Dios de Israel, intentan responsabilizar a él de esta calamidad en su pueblo (nótese: la repetición de la palabra Israel). Probablemente por la misma tendencia de la pregunta Jehová no responde.

La mañana después del día de lamentación, los israelitas ofrecen sacrificios a Jehová (Deut.20:4). Cuando lamentaron y ofrecieron sacrificios en 20:26, Dios les ayudó (ver 20:28).
Sin embargo, frente a la presente crisis guarda silencio. El llanto y los sacrificios también hacen eco Juc. 2:4-5. Allí los israelitas lamentaron los problemas causados por su pecado; aquí lamentan sin reconocer que el problema es producto de su pecado.

¿Por qué construyen un altar? Ya había uno allí (ver 20:26). Tal vez lo hicieron para renovar el pacto con Jehová. Cuando Moisés inauguró el pacto, él también se levantó muy de mañana, edificó un altar y ofreció holocaustos y sacrificios de paz (ver Ex.24:4-5).
Sin embargo, la actitud de Israel ahora se contrasta con la sumisión del pueblo en Ex.24:3; 24:7. Hace falta que confiese su genocidio contra Benjamín. Sobre los holocaustos y sacrificios de paz, ver la exposición Juc.20:26.

b. Obtención De 400 Esposas Para La Tribu De Benjamín. Juc.21:5-14.
Ahora el autor revela que Israel ha hecho otro voto (Juc.21:5). Hay tres votos en el libro, todos malos pero considerados irrevocables por quienes los hicieron (ver vv. 1-3; 11:30-31; 11:34-39; comp. 1 Sam.14:24-25). Contrastan con los votos de lealtad a Jehová que Israel no cumplía (ver exposición Juc.11:35-36). El voto aquí, como los otros dos, fue demasiado drástico (comp. exposición 5:23).

El autor nos deja preguntándonos qué relación hay entre este voto y la crisis de Benjamín, mientras aclara lo que ya hemos leído entre líneas: que Israel ha cambiado su actitud hacia Benjamín (21:6a), y que Benjamín camina hacia la extinción (21:6b, 7). El verbo traducido se lamentaban (v. 6) significa se arrepintieron o sintieron compasión”. A raíz de este cambio de actitud, Israel busca una solución para Benjamín (v. 7a).

Hicieron un recuento y descubrieron que nadie de Jabes había llegado a la asamblea en Mizpa (Juc.21:8-9). La repetición en los vv. 8b, 9 retarda la acción, aumentando nuestra impaciencia por saber qué tendrá que ver el juramento del v. 5 con la crisis benjamita. Sin embargo, no se trata de una mera repetición.
 El v. 8b informa al lector que nadie de Jabes había llegado (hallaron no está en el heb.), y luego el v. 9 cuenta que los israelitas descubrieron esta ausencia. Jabes en Galaad estaba al lado oriental del Jordán, en el territorio de Manasés, aunque su ubicación exacta es desconocida hoy (ver exposición 5:17a).

Los israelitas enviaron a 12,000 guerreros (ver exposición 18:2a) para ejecutar el juramento (21:10-11; comp. v. 5). El verbo traducido eliminarás es lit. haréis anatema (ver exposición 1:17). Eximieron a las vírgenes (21:11; comp. Num.31:17-18; 20:10-14). Así matarían dos pájaros de un tiro:
·      Cumplir con el voto de anatema, y
·   Conseguir esposas para los benjamitas sin romper su voto de no darles sus propias hijas.

Nos maravillamos de la insensatez e insensibilidad moral de los israelitas. Primero matan a todas las mujeres de Benjamín, y luego, como acto de compasión hacia Benjamín, aniquilan a los habitantes de Jabes y raptan a sus doncellas. En vez de aceptar las consecuencias de romper su voto imprudente (ver vv. 1, 7, 18), prefieren matar a toda una ciudad sencillamente por no apoyar su acción en contra de Benjamín.
Toda la nación comete un pecado aún más grave que el de Gedeón contra las ciudades también Transjordania de Sucot y Peniel (comp. 8:4-9, 13-17).

Llevaron la cosecha de 400 vírgenes a Silo (21:12). Probablemente el campamento de Israel se había mudado a dicha ciudad porque el tabernáculo estaba allí (ver exposición 20:27). En tierra de Canaán aclara que de Jabes en Galaad la expedición regresó al lado occidental del Jordán (comp. Jos.22:9; 21:2).
Sin embargo, tal vez el autor quería comunicar algo más. Aun después de la conquista, la tierra todavía era Canaán, no solamente porque algunos cananeos seguían allí (ver 1:19-35), sino también porque Israel había sido cananeizado. La frase inesperada aquí corresponde a la nota inesperada sobre la frontera de los amorreos en 1:36 (ver exposición allí).

Israel entregó las vírgenes a los benjamitas, quienes ya tenían cuatro meses de estar refugiados en la peña de Rimón, pero las 400 mujeres no alcanzaron para los 600 varones (21:13, 14; comp. 20:47). ¡Los israelitas habían masacrado a los habitantes de Jabes sin siquiera hacer bien sus cálculos!

Posteriormente, Jabes tendrá una relación estrecha con el benjamita Saúl, de Gabaa (comp. 1 Sam.11:1-11; 31:11-13). Tal vez esa relación tuvo su inicio en los 400 matrimonios, o quizás la relación existía antes, y era la razón por la cual Jabes no envió a nadie a la asamblea que condenó a Gabaa.

Cuando no hay rey  Los resultados de no tener rey son desastrosos y caóticos.

Terminando de leer el libro de Jueces uno parece haber captado el tema general del libro. Hay una frase que se repite dos veces y que parece anunciar (1 Sam.17:6; 21:25) el tema de fondo del libro. Este tema es: “En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que bien le parecía”.

Al mismo tiempo no podemos y no debemos pasar por alto los resultados naturales de tal situación. En ese tiempo ocurrieron muchas cosas fuera de lo ordinario: idolatría, inmoralidad y anarquía. Éstas fueron consecuencias ordinarias de una situación en que se pretendió vivir independientemente de Dios.
Pero la vida económica, social, religiosa, doméstica, política y comercial, todo cayó en la ruina como para darnos un anuncio de que no podemos vivir efectivamente sin la intervención de Dios y las autoridades que él establece para nuestro beneficio.

c. Obtención De Las Demás Esposas Para La Tribu De Benjamín. Juc.21:15-23a.
El dilema persiste, a pesar de tanta matanza innecesaria (comp. 21:15 18 con vv. 6 y 7).

Los vv. 15 y 16 están cargados de ironía. El v. 15b representa la opinión de los israelitas, quienes no aceptan su culpa. Quien abrió la brecha en Israel no fue Jehová, sino ellos mismos (ver 20:44-48 y la exposición 20:35). En el v. 16, al usar la voz pasiva ha sido exterminadas en lugar de hemos exterminado, una vez más soslayar su responsabilidad.
La voz pasiva en la Biblia frecuentemente se usa para denotar acción divina. Hasta cierto punto los israelitas tenían razón, pues Jehová soberanamente había permitido el exterminio. Sin embargo, el instrumento humano usado por Dios para castigar a su pueblo es responsable por sus acciones (comp. Is.10:5-19).

Los ancianos creen que a ellos les corresponde rectificar el problema creado por Jehová (Is.21:16; comp. v. 7). Idear otro plan para conseguir esposas israelitas para Benjamín sin romper su juramento. He aquí (Is.21:19) indica que creen haber dado con la solución. No les importa que viole el espíritu del juramento, los derechos de otra ciudad israelita y una fiesta de Jehová.

El plan tenía que ver con Silo, donde estaba el campamento de Israel (ver v. 12). Los datos sobre la ubicación de la ciudad (Juc.21:19) se dan porque no existía cuando el autor escribió (comp. 18:31). Aparentemente pocos recordaban este sitio sagrado. Aun cuando el tabernáculo estaba allí muchos israelitas habrían descuidado la obligación de presentarse tres veces por año (ver párrafo siguiente), limitando su adoración de Jehová a santuarios locales, como los de Gedeón (8:27), Micaías (17:5-13; 18:14) y la tribu de Dan (18:30, 31).

Los ancianos ordenan a los benjamitas raptar una doncella por cada hombre y llevarla a Benjamín, a dos horas de distancia (21:20, 21). El verbo traducido mandaron (v. 20) no significa enviaron, sino ordenaron. El rapto se haría durante una fiesta anual de Jehová (21:19), probablemente relacionada con la vendimia de la uva (21:20, 21; comp. 9:27).
Tal vez fue la fiesta de los Tabernáculos la que profanaron (ver Deut.16:13). La palabra traducida fiesta (v. 19) se usa principalmente de las tres fiestas anuales en las cuales los varones de Israel deberían presentarse delante de Jehová en el santuario central (ver Ex.23:14-17; 34:18-24; Lv.23:4-44; Deut.16:16; comp. 1 Sam.1:3).

Tan astuto era el plan de los ancianos que ya tenían preparada una respuesta al reclamo de los familiares (Juc.21:22). Apelarán a su bondad y les harían ver que no eran culpables de violar el juramento, ya que sus hijas les fueron arrebatadas. ¡Esperaban de los padres lo que el anciano en Gabaa no tuvo que hacer: entregar a sus hijas (comp. 19:22-25)! Al fin y al cabo, los de Silo tendrían que aceptar el rapto así como Micaías tuvo que aceptar el saqueo de su santuario (ver 18:22-26).

El plan funcionó. Los benjamitas, quienes insensatamente habían rechazado la orden israelita de entregar a los sátiros de Gabaa (ver 20:13), ahora con igual insensatez acatan la orden israelita de raptar a las jóvenes de Silo (21:23b). Si hubo algún reclamo, probablemente fue callado por el argumento del v. 22.

El Retorno a La Vida Normal.  21:24:

Después de las crisis provocadas por las acciones del levita y las guerras que resultaron, el pueblo estaba listo para regresar a la vida normal:
1. Volvieron a sus heredades, ilustrando la industriosidad del pueblo.
2. Reedificar las ciudades, reflejando su fervor por sobrevivir y prosperar.
3. Adoraron a Jehová, confirmando su fidelidad al pacto con Abraham.

d. Satisfacción Con La Solución. Juc. 21:25.
Tanto los de Benjamín como los de Israel se conformaron con lo logrado (21:23b, 24). Todo volvió a la normalidad, pero, ¡a qué costo y a través de qué insensateces! ¡Qué contraste entre los 600 matrimonios al final del libro y el matrimonio ejemplar de Acsa y Otoniel en 1:12-15! Habiendo aniquilado casi toda una tribu por la violación y muerte de una mujer, luego los israelitas mismos raptan a 600 mujeres, matando a los familiares de 400 de ellas.
¡El secuestro de las jóvenes israelitas que Sísara no logró (comp. 5:30), fue llevado a cabo por los israelitas mismos! ¡Y no se percataron de la incongruencia de sus acciones!

Sin embargo, el autor sí se percató. La actuación de Israel en este capítulo demuestra de nuevo que no se dejaba guiar por la palabra de Jehová, sino por sus propios criterios (21:25; ver exposición Deut.17:6). Pero esta evaluación se aplica no solamente a la asamblea en el cap. 21, sino también a casi todos los que aparecen en los caps. 17-20.
Y no es solamente en el epílogo que cada uno hace lo que le parecía recto ante sus propios ojos. De manera que 21:25 es una conclusión apta del cap. 21, el segundo relato del epílogo (caps. 19-21), el epílogo en su totalidad (caps. 17-21) y todo el libro de Jueces.

La frase los hijos de Israel en 1:1 y 21:24 enmarca el libro:
Ø Jueces comienza con los hijos de Israel emprendiendo la conquista de sus territorios tribales.
Ø Concluye con los hijos de Israel regresando a esos territorios. ¡Con cuánta ilusión principiamos la lectura de la conquista, y con qué desilusión terminamos la lectura del comportamiento en la tierra!

Jueces concluye con una nota deprimente. Sin embargo, poco después del período de los jueces, Jehová escogerá a un pastor cuyo hijo será el rey justo de Israel (comp. Is.11:1-9).
Por medio de él, cada quien hará lo que agrada a Jehová, porque la ley divina será escrita en su corazón (comp. Jr.31:31-34). Esa es la esperanza no solamente para Israel, sino para todo el mundo descarriado de hoy (comp. Gn.49:10).

Estudios para el Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

Fin Del Estudio.




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