JUSTIFICADOS POR LA FE ES APLICADO: LA
ÉTICA DE PABLO:
GÁLATAS 5 - 6:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Ahora
avanzamos a la sección final de la carta en la cual Pablo hace la aplicación
práctica de la libertad cristiana a la vida del creyente en una serie de cuatro
contrastes.
I. Libertad, No Esclavitud (Gálatas 5:1–15):
«¡Tu doctrina de gracia y libertad es peligrosa!», argüían
los enemigos de Pablo. «Porque si los cristianos están libres de la ley, ¡vivirán en perversidad! ¡Necesitamos
la ley para controlarlos!». Así es como la gente ha argumentado a
través de los siglos, sin casi darse cuenta de que la gracia, no la ley, es la
mejor del mundo para enseñar y «controlar» (Tít. 2:11, 12).
Pablo
nos amonesta a estar firmes en nuestra libertad cristiana. Si retrocedemos al
legalismo, corremos el riesgo a enredarnos y esclavizarnos. ¡Cuán bien conocían
los judíos del día de Pablo lo que era la esclavitud legal! (Hch.
15:10). La circuncisión era el sello del pacto y por eso Pablo les advierte a
los gálatas que retroceder al antiguo pacto es privarse de las bendiciones que
Cristo compró para ellos.
Cristo
no puede satisfacer al pecador que rechaza la gracia y confía en la ley; Cristo
no puede satisfacer al santo que trata de vivir por la ley en lugar de por la
gracia. «Circuncisión»
en los versículos 2–3 denota el sistema mosaico por entero. La gente que se
colocaba bajo la ley se convertía en deudores al sistema entero.
«Caer de la gracia» (v. 4) no quiere decir «caer de la
salvación». Pablo no escribe a personas que han «perdido su salvación» debido a que
tal cosa no es posible. Les escribe a santos que han salido de la esfera de la
gracia y entrado en la agobiante esfera de la ley. Watchman Nee dice:
«La ley significa que debo hacer algo por Dios; la gracia
significa que Dios hace algo por mí».
¡Qué maravilloso es para el cristiano disfrutar de la
libertad de la gracia! Esto quiere decir: ¡salir de la esclavitud descrita en Romanos 7 y entrar en la gloriosa
libertad de Romanos 8! En los versículos 5–6 Pablo describe el
verdadero andar cristiano: nuestro poder es el del Espíritu; recibimos este
poder por fe; esta fe produce amor y obras en nuestras vidas.
En
otras palabras, la doctrina de la libertad cristiana no estimula una vida
perversa; en lugar de eso, nos liga más de cerca a Cristo y Él vive a través
del creyente (2:20).
¿Cómo
se introdujo tal falsa enseñanza en los gálatas? De la misma forma que la
levadura se introduce en la masa buena. A la levadura siempre se le considera
mala (comp. Mt. 13:33; 1 Cor. 5:1–7). La falsa doctrina se plantó en la iglesia
como un poquito de levadura, pero luego creció e infectó a todo el cuerpo. Los
gálatas corrieron bien hasta ese punto; ahora les estaban estorbando en su
andar cristiano. Pablo entonces se señala como ejemplo y les recuerda cómo
había sufrido por predicar el evangelio. Sus enemigos tal vez mentían respecto a
él y decían que en realidad predicaba la circuncisión (o sea, la obediencia a
la ley del AT.).
Pero,
arguye Pablo, si estuviera predicando legalismo, ¡los
judíos nunca me hubieran perseguido! «El
tropiezo de la cruz» (v. 11) significa el tropezadero de la cruz
para los judíos (1 Cor. 1:23–25), quienes no podían aceptar a un Salvador
crucificado. Usando la circuncisión como ejemplo Pablo dice: «¡Quisiera
que se mutilasen los que los perturban!».
Pablo
cierra esta sección con el recordatorio de que la libertad no es libertinaje. «Servíos por amor los
unos a los otros», dice. Cumplimos la ley cuando vivimos en amor (Rom.
13:8–10). El cristiano que dice: «¡Tengo libertad
para pecar!», no comprende nada de la cruz ni de la gracia de Dios.
II. El Espíritu, No La Carne (Gálatas 5:16–26):
La primera
admonición de Pablo fue: «¡Estén firmes!» Ahora
dice: «¡Anden en el Espíritu!». Nuestro
estar en Cristo determina nuestro andar en Cristo. Las palabras «carne»
y «Espíritu»
se encuentran diez veces cada una en los capítulos 5–6.
Los
que viven de acuerdo a la ley dependen de la energía de la carne; los que viven
por gracia dependen del poder del Espíritu.
«Andar en el Espíritu» significa tener
nuestras vidas diarias bajo su control, o sea, bajo la dirección de la Palabra
de Dios. «Ser
guiado por el Espíritu» significa ser libre de una vida de esclavitud
al legalismo. El hermano mayor de la parábola del hijo pródigo (Lc. 15) vivía
en esclavitud y no tenía gozo en su andar o servicio.
¡Cuántos cristianos son como él!
«La carne» se
refiere a la naturaleza caída que persiste en el creyente. El cuerpo en sí
mismo no es pecaminoso; los apetitos no son necesariamente pecaminosos, pero
las tendencias de la vieja naturaleza van en declive. En Romanos 6 Pablo nos
dice que el viejo hombre ha sido crucificado y que podemos vencer a la carne al
considerarnos como muertos al pecado y al presentarnos a Dios. Aquí en Gálatas,
Pablo describe el conflicto entre las dos naturalezas del creyente.
Después
de la conversión, los nuevos cristianos disfrutan de inmediato de varios días o
semanas de maravillosa victoria; entonces viene la tentación y la derrota, y se
desaniman. Alguien debería haberles dicho que la vieja naturaleza volverá a
surgir. La última frase del versículo 17 no enseña que el creyente no puede
obtener victoria.
La
frase se traduce bien en español: «para que no hagáis
lo que quisiereis». O sea, una simple determinación del cristiano
nunca controlará la carne o producirá el fruto del Espíritu. Pablo amplía este
tema en Romanos 7, donde muestra que determinados intentos del creyente para
agradar a Dios en su fuerza están destinados al fracaso.
¡Qué contraste entre las obras y el fruto! El
fruto es el resultado de una unión viva; una máquina puede producir obras, pero
nunca fruto. Incluso la ley produce obras, pero Dios las llama obras muertas (Heb.
6:1). La ley nunca produciría el fruto de la gracia que se describe aquí. Lea
esta lista de «obras
de la carne» en una versión moderna para que obtenga la magnitud
completa de su significado. ¡Qué terrible catálogo de pecados! ¡Cuántos se hallan incluso entre cristianos!
El
carácter cristiano viene de adentro, por el poder del Espíritu. El Espíritu
procura transformarnos a la semejanza de Cristo (2 Cor.3:18; Rom. 8:29; 12:1,
2). Podríamos meditar por horas en el fruto de nueve aspectos producido por el
Espíritu.
Nótese:
especialmente que el amor encabeza la lista. Pablo aclara que ninguna ley jamás
podría desarrollar esta clase de carácter. ¡Cuándo aprenderá la gente que hacer resoluciones jamás la
santificará!
«Si vivimos por el Espíritu» (esto
es salvación, vivificados por el Espíritu), «andemos
también por el Espíritu» (esto es santificación,
permitiendo que el Espíritu controle y dirija nuestras vidas). Compare
Efesios 5:18–24 con Colosenses 3:15–19 y verá que estar lleno del Espíritu es
ser controlado por la Palabra de Dios, porque los resultados son idénticos.
«Andar en el Espíritu» no es alguna
experiencia emocional, ajena a la vida diaria. Es una experiencia diaria del
creyente que se alimenta en la Palabra, que ora y obedece lo que dice la
Biblia.
Para
concluir note los tres ruegos que Pablo hace a los cristianos para que vivan en
santidad por la gracia de Dios:
Ø Dios el Padre les ha llamado (v. 13);
Ø Dios el Hijo ha muerto por
ellos (v. 24); y
Ø Dios el Espíritu Santo mora en ellos (vv. 16–23).
Cada
Persona de la Trinidad nos ayuda en nuestra batalla contra la carne.
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
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