JUSTIFICADOS POR LA FE ES APLICADO: LA ÉTICA DE
PABLO:
GÁLATAS 5 - 6:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
En
este capítulo final Pablo presenta dos contrastes más de la vida cristiana.
Tenga presente que está describiendo la vida espiritual del creyente que está
bajo la gracia y no bajo la ley. Es una vida de libertad, no de esclavitud (5:1–15)
y que se vive en el Espíritu, no en la carne (5:16–26).
I. Otros, No Uno Mismo (Gálatas 6:1–10):
Hay
una ley que el creyente obedece; la ley del amor en Cristo. «Un mandamiento
nuevo os doy: Que os améis unos a otros» (Jn. 13:34). El Espíritu de
Dios es el Espíritu de amor, porque Dios es amor. Si andamos en el Espíritu no
usaremos nuestra libertad en Cristo con propósitos egoístas; le permitiremos al
Espíritu que obre por medio nuestro para ayudar a otros. «Otros» es la gran palabra del
evangelio.
Jesús
vivió por otros y debemos seguir su ejemplo. Ser libres de la ley no quiere
decir que somos independientes los unos de los otros, porque somos miembros de
la misma familia y nos ministramos unos a otros.
A.
Ayuda Espiritual (vv. 1–5).
Imagínese
a un creyente que de súbito el enemigo lo atrapa y cae en pecado. (O pudiera ser
que la palabra «sorprendido» sugiere que cayó en pecado y otros creyentes se enteraron
del asunto). ¿Debería ser nuestra actitud de juicio y condenación?
¡No! Si somos espirituales (andando en el
Espíritu, guiados por el Espíritu, produciendo el fruto mediante el Espíritu),
procuraremos restaurar al caído.
La
palabra griega para «restaurar» es un término médico que significa la
reparación de un hueso roto. Los cristianos son miembros del cuerpo de Cristo y
un cristiano en pecado debilita el cuerpo. Por supuesto, si la persona no se
somete a la restauración, se deben considerar las medidas de disciplina
delineadas en Mateo 18 y 1 Corintios 5.
Debemos
sobrellevar los unos las cargas de los otros, pero también debemos llevar
nuestras propias cargas. Véanse las palabras de Pablo a los gálatas en Gálatas
6:1–5. Hay algunas cargas que podemos compartir con otros, pero hay otras que
sólo nosotros podemos llevar.
Evadir
mi responsabilidad so pretexto de ayudar a otro es pecar. Debe haber un
espíritu de humildad al procurar ayudar a otros, sin pensar que somos mejores.
Dejemos que Dios juzgue y dé la recompensa; Él jamás se equivoca.
B.
Ayuda Material (vv. 6–10).
El
creyente que presta atención a la Palabra compartirá las bendiciones materiales
con los que enseñan; esta es la lección de los versículos 6–8. A menudo
aplicamos estos versículos al hecho de cosechar lo que sembramos en términos de
pecado y desde luego que este principio es cierto.
Pero
la lección básica aquí es la de dar y ofrendar; «haga partícipe» en el versículo 6
indica «compartir».
Este principio se ha indicado en Romanos 15:27; donde recibimos bendiciones
espirituales tenemos el privilegio y la obligación de compartir las bendiciones
materiales. «Sembrar
para la carne» significa vivir para la carne, invirtiendo tiempo y
dinero en cosas que no duran; «sembrar para el Espíritu» significa invertir
tiempo y dinero en cosas eternas.
Cuántos
cristianos usan carnalmente su tiempo y dinero (y el dinero es sólo tiempo acuñado como
para que podamos volver a invertirlo) en cosas de la carne... y ¡se
preguntan por qué nunca crecen en la gracia o cosechan frutos espirituales!
Por cierto que sembrar para el Espíritu exige fe y paciencia, pero Dios
promete la cosecha a su debido tiempo. Demanda tiempo crecer espiritualmente.
Debemos ser fieles sembradores en nuestras actividades.
II. La Gloria De Dios, No La Aprobación Del Hombre
(Gálatas 6:11–18):
Hasta
el mismo final de la carta Pablo tiene la gracia en mente. El cristiano que
depende de la gracia, a través del Espíritu, dará siempre la gloria a Dios; el
legalista que «practica
religión» se ganará la aprobación de los hombres. ¡Cómo honra el
mundo a la «gente religiosa» y detesta al cristiano consagrado!
Pablo
solía usar un secretario cuando escribía, dictando la carta, y luego añadía al
final su «rúbrica
de gracia» personal (1 Cor. 16:21–24; Col. 4:18; 2 Ts. 3:17, 18).
Pero al parecer escribió Gálatas personalmente y debido a su deficiencia visual
(nótese: Gál. 4:15) tuvo que
escribir con letras grandes. «Cuán grandes letras» no quiere indicar un gran
número de palabras, porque la carta es relativamente corta; se refiere al tamaño
de las letras. Pablo no permitió que su deficiencia física le impidiera
obedecer a Dios y advertir a sus amigos cristianos sobre los males del
legalismo.
«Estos judaizantes quieren usarlos a ustedes para su gloria», afirma
Pablo (v. 12). «No
están ministrándolos para bien de ustedes, sino para su propia alabanza.
Quieren evitar la persecución que viene a los que predican la cruz. ¡Pero ni
siquiera ellos mismos obedecen la ley!».
¡Qué reprensión tan incisiva! Estos
judaizantes, como los fariseos del día de Cristo, recorrían mar y tierra para
hacer un convertido (Mt.23:15), no para ayudarlo, sino para añadir más gloria a
sus propios nombres. Pero Pablo no era de este tipo:
v Se gloriaba en la cruz y
voluntariamente llevó toda la vergüenza y persecución que ella traía.
v Pablo podía gloriarse en
la cruz porque conocía a la Persona que estuvo en la cruz, el propósito de la
cruz y el poder de la cruz[1].
De
nuevo Pablo menciona su propia crucifixión (6:14; véase 2:20).
La salvación quiere decir que Cristo murió por mí:
· Sustitución; santificación quiere
decir que yo muero con Cristo: identificación.
· «Estos falsos
maestros pertenecen al mundo y viven para el mundo», afirma el
apóstol. «El
mundo no tiene atracción para mí; he sido crucificado al mundo y el mundo ha
sido crucificado a mí».
· Hoy a
menudo la cruz es un objeto pulido; en los días de Pablo era un vergonzoso
instrumento de dolor y muerte. La «religión»
ha hecho de la cruz un símbolo; el Espíritu hace de la cruz una realidad en la
vida del cristiano que vive por gracia.
El
cristiano pertenece a una «nueva creación» (2 Cor. 5:17), al verdadero «Israel de Dios»
(v. 16). Esto no quiere decir que la iglesia del NT., ha tomado el lugar del
Israel del AT., porque en Cristo no hay distinciones raciales (3:28). Más bien
lo que Pablo está diciendo es que estos judaizantes no son parte del verdadero
Israel, el pueblo real de Dios.
Los
gentiles que reciben a Cristo como Salvador no son hijos de Abraham genéticamente,
sino en sentido espiritual (3:7). La iglesia de hoy es el verdadero Israel de
Dios, porque por un tiempo el pueblo antiguo de Dios se ha desechado en
incredulidad y calificado como «no pueblo mío» (Os. 1:9, 10; 2:23; Rom. 9:25, 26).
Un
día Israel se convertirá en el pueblo de Dios y heredará sus promesas
nacionales. La «regla»
por la cual debemos vivir es la gracia y la nueva creación en Cristo. Cuántos
cristianos bien intencionados, pero ignorantes, andan con una regla diferente,
tratando de «traer
el reino» o reformar al mundo.
Con
un solo golpe de su pluma Pablo barre con todos esos buscapleitos legalistas. «Ustedes falsos
maestros están marcados por la circuncisión», escribe, «pero yo tengo en
mi cuerpo las marcas de Jesucristo». Esto no significa que Pablo
tenía cinco heridas en su cuerpo similares a las de Cristo; lo que significa
más bien es que tenía en su cuerpo las cicatrices que probaban que llevó el
reproche de la cruz de Cristo.
En
los días de Pablo se solía marcar a los soldados, esclavos y gente que se auto-consagraba
a algún dios. Pablo era el soldado de Cristo, esclavo de Cristo y su devoto
seguidor. ¡Qué
maravillosa bendición: «La gracia de nuestro
Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu»! (v. 18).
___________
[1] G4716 σταυρός = staurós:
de la base de G2476; estaca o poste (como clavada erecta), i.e. (específicamente) poste o cruz (como instrumento de pena capital);
figurativamente exposición a la muerte, i.e. negación propia; por implicación
expiación de Cristo:- cruz. (Strong).
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
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