jueves, 28 de noviembre de 2019

Parte I Cuando La Mirada De Un Hombre: SE DESVÍA: (Cómo zafarse de las garras de la pornografía) (Proverbios 5:3)


Parte I
Cuando La Mirada De Un Hombre: SE DESVÍA:
(Cómo zafarse de las garras de la pornografía)
(Proverbios 5:3)

«Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite»
(Prov.5:3)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Ayuda Pastoral: Consejos Sexual: Solo Para Adultos:

El hombre detrás del escritorio estaba inquieto. No veía la hora que el día llegará a su fin. Aunque era bueno en su empleo, ya no se dedicaba a éste con entusiasmo. Antes pensaba que su trabajo le presentaba desafíos y le brindaba satisfacciones.
Ahora simplemente le aburría. Vivía con una sensación constante de que debía haber algo más en la vida que la rutina de ir a trabajar y llegar a fin de mes. Faltaba algo importante en su vida —pero él no sabía qué. Había estado cumpliendo con su vida familiar, su fe e incluso sus actividades recreativas por inercia desde hacía tanto que casi ya ni se acordaba.
Al caer en picado frente a su computadora en casa, el deseo de huir y el anhelo por aventuras llevaron su atención en una dirección conocida. Imágenes prohibidas se habían mantenido fijas, guardadas en su memoria todo el día, pero ahora eran lo único en lo que podía pensar. Una vez que se conectó a la Internet, se encontró digitando direcciones conocidas que finalmente le llevarían a sitios en la red donde ya había estado muchas veces antes.
Cuando las imágenes comenzaron a cargarse en su pantalla, supo que no había marcha atrás. Sintió una ráfaga de excitación mientras navegaba de página en página en la red. Aquellas emociones estaban dando resultado con él. Mirar imágenes sexualmente gráficas hizo que su aburrido corazón se volviera a sentir vivo. El alivio vino con facilidad mientras estuvo absorto en su propia fantasía.

Por Unos Breves Momentos, Disfrutó De La Euforia Pasajera:
·      Pero luego la vergüenza irrumpió dentro de él como una tormenta violenta.
·      Se sintió sucio y débil.
·      Con un profundo suspiro, se cubrió el rostro con las manos.
·      No podía creer que lo había vuelto a hacer.
·      En cierto grado, él sabía que su problema estaba fuera de control.
·      Quería ir en busca de ayuda, pero se sentía demasiado avergonzado.
¿Qué pensarían los demás de él?
¿Cómo podría decirle a alguien la verdad alguna vez?
Temía perder todo aquello que significaba algo para él, y sin embargo, no sabía cuánto tiempo más podría seguir llevando una doble vida. Asqueado consigo mismo, juró que lo dejaría. Así era como generalmente trataba de resolver su confusión interior.
Le rogó a Dios que le perdonara y prometió que esta vez hablaba en serio. Casi se creyó la ya gastada frase que se estaba repitiendo a sí mismo. Pero muy en el fondo sabía que no sería para siempre. Si no había un cambio, sólo era cuestión de tiempo antes de que él volviera a caer en la tentación.
Es triste decirlo, pero la historia de este hombre es algo muy normal. Montones de hombres cargan un oscuro secreto que les deshonra y está envenenando sus relaciones. Parece que el público se está haciendo cada vez más consciente del problema. Pero a la comunidad cristiana le falta mucho camino por recorrer para reconocer el alcance de este cáncer dentro de su propio terreno.

La Verdad Es Que Una Multitud De Hombres Cristianos, Tanto:
Ø Jóvenes como adultos, y
Ø De todas las profesiones y condiciones sociales,
Ø Miran con frecuencia imágenes sexualmente explícitas.
No todos los hombres que han visto pornografía son adictos a ella, pero muchos sí que lo son. Y cualquiera que eche una mirada ocasional o se tope con ella accidentalmente está en peligro de caer en el vicio. Trágicamente, la mayoría de los hombres no admiten que tienen un problema sino hasta que los atrapan. Algunos creen tontamente que tienen el control de su hábito.
Otros se sienten impotentemente fuera de control y viven en un confinamiento solitario por elección propia. Pero esto no tiene por qué ser así. Hay una salida del pantano de la autodestrucción sexual. Si eres un hombre que está luchando con la tentación de mirar material pornográfico, o si conoces a algún hombre atrapado en este problema, en las siguientes páginas intentamos decirles a esos hombres que no están solos.
Juntos, tomaremos una mayor conciencia del problema de la pornografía y de los múltiples aspectos involucrados en la lucha de un hombre contra la tentación de mirar imágenes sexualmente explícitas. Y, gracias a la resurrección de Aquel que sacrificó Su vida por nosotros, también descubriremos que hay una manera para que un hombre sea restaurado a la gloria y vida originales para las que Dios le creó desde el principio (Rom. 6:4).

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.

1.      ¿QUÉ ES LA PORNOGRAFÍA1)?
Con los años, nuestra cultura secular ha relajado su definición de lo que es porno. Lo que hace 30 años solía considerarse como material sólo para adultos, ahora algunas veces es clasificado para menores acompañados o incluso para mayores de 13 años.
Aunque puede que algunos ajusten sus criterios para que encajen con sus propios deseos, este estudio define como porno2) a cualquier imagen o descripción de desnudos o actividades sexualmente gráficas que se hace y se ve para propósitos de provocar excitación y comportamientos sexuales3) inapropiados.
Por supuesto, no todas las descripciones o imágenes de desnudos y comportamiento sexual (como los que se encuentran en material educativo o libros de texto médicos) son pornográficos.
Incluso el Cantar de los Cantares de Salomón en el Antiguo Testamento contiene imaginería gráfica de interacción sexual entre un hombre y su esposa. Pero a diferencia de la pornografía, la intención es enseñar acerca del diseño de Dios para la sexualidad humana —no inflamar la inmoralidad sexual.

Existen varias formas de pornografía. Este artículo no tratará el transexualismo, el sadomasoquismo, la homosexualidad, la bestialidad, el voyerismo ni la pornografía infantil. El enfoque aquí será sobre dos de las formas de pornografía más comunes:
Ø La «blanda», y
Ø La «dura».

1- La pornografía blanda presenta mujeres desnudas o escasamente vestidas. Destaca los senos y los órganos genitales pero no muestra relaciones sexuales.
2- La pornografía dura incluye todo lo antes mencionado, pero también muestra diversos tipos de relaciones sexuales, forzadas o espontáneas, entre dos o más personas.[1]

Los productores de imágenes sólo para adultos tienen mucha experiencia en cómo aprovechar los recursos de la tecnología más avanzada para ofrecer su producto. Cuando la televisión por cable se hizo más popular en los años 70, los pornógrafos comenzaron a abastecer los televisores con imágenes sexualmente explícitas por todos los Estados Unidos.
Cuando el uso de videocasetes comenzó a incrementarse en los años 80, la industria pornográfica rápidamente dejó la cinta de película de 16 mm para introducirse en las cada vez más populares cintas de video. Los «aficionados» también comenzaron a usar videocámaras para hacer y vender videos caseros sexualmente explícitos. Y, con la popularidad de la televisión por cable y vía satélite, e Internet en los años 90 y 2,000, la pornografía se ha propagado agresivamente en la televisión y en las pantallas de las computadoras a nivel mundial.
Sin embargo, puede que la venta de pornografía no se hubiese convertido en la floreciente industria que es hoy, de no ser por una decisión tomada por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1973. Ese año, la Corte Suprema resolvió en el caso de Miller contra el estado de California, que la pornografía estaba protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Si bien los legisladores y el público siguieron debatiendo si ésta debería disfrutar de la protección constitucional, sería sólo cuestión de tiempo antes que la industria de películas para adultos creciera hasta llegar al enorme tamaño que tiene hoy.

Consumo Pornográfico Por Hombre Latinoamericanos:
El 19% de los hombres latinoamericanos mira videos con contenido para adultos desde la computadora laboral:
·      En primer lugar están los peruanos (26%),
·      Seguidos por los brasileños (24%), y
·      Luego por los mexicanos y argentinos, con un 19%.
·      A su vez, quienes menos consumen material de este tipo son los chilenos (14%), y
·    Colombianos (12%). El dato surge de un sondeo realizado por Kaspersky Lab y la consultora de mercado Corpa.

Consumo Pornográfico Por Mujeres Latinoamericanos:
Ø En lo que respecta a las mujeres, las colombianas llevan la delantera con un 13%,
Ø Seguidas por las peruanas (10%).
Ø El tercer puesto, con 9%, está compartido por las mexicanas y brasileñas.
Ø En tanto que en último lugar quedan las argentinas (7%) y chilenas (4%).

Tal como se recuerda en el estudio, los videos pornográficos suelen ser una de las puertas por donde ingresan los atacantes. Se estima que más del 25% de los malware en Androide se esconden detrás de aplicaciones con contenido triple X. (Fuente: © El Tiempo El Diario de Piura. 19 de Noviembre del 2019-Perú).

2.       EL TAMAÑO DE LA INDUSTRIA DE LA PORNOGRAFÍA:

2.1.    El Dinero Proveniente De La Pornografía:
Vender pornografía es un gran negocio. En los últimos 40 años, la industria de la pornografía en los Estados Unidos se ha disparado desde una operación a pequeña escala de 5–10 millones de dólares anuales a una gigantesca industria con ingresos anuales de 13,300 millones de dólares en 2,006 —mayores que todos los ingresos juntos provenientes de las franquicias del fútbol americano, baloncesto, y béisbol profesionales para ese mismo año.[2]
A nivel mundial, las cifras son aún más espeluznantes. Se ha informado que las ventas en la industria del sexo para el año 2,006 fueron de 97 mil millones de dólares.[3] Y eso no toma en cuenta todo el dinero que se genera bajo mano.

2.2.   La Disponibilidad De La Pornografía:
En los Estados Unidos, el número de las librerías para adultos y otros puntos de venta para la pornografía dura sobrepasa a los restaurantes McDonald’s en casi 3 a 1.[4] El material para adultos puede conseguirse fácilmente en cualquier parte.
Se vende en las gasolineras, en las tiendas de comestibles de las esquinas, y en los hoteles por todos los Estados Unidos. E Internet ha llevado la pornografía a otro nivel totalmente distinto. Ya han quedado atrás los días en que los hombres tenían que dejar sus hogares o sus empleos para encontrar imágenes sexualmente explícitas. Con un clic en el «mouse» (ratón), aquéllos con acceso a la Internet tienen el «lujo» de seleccionar de entre más de 4,2 millones de sitios pornográficos en la red.[5]
En los últimos años, los teléfonos celulares y los iPods de video ahora pueden descargar y mostrar videos para adultos. Los ingresos anuales provenientes de la pornografía en la telefonía móvil a nivel mundial están creciendo rápidamente y se espera que pronto lleguen a varios miles de millones.[6]
El consumo de la pornografía. Se estima que más de 40 millones de adultos en los Estados Unidos visitan con regularidad sitios pornográficos en Internet.[7] En 2005, 55% de las películas que se alquilaron en los hoteles eran pornográficas.[8] En 2002, uno de cada cuatro norteamericanos adultos que fueron encuestados admitió haber visto una película para adultos en el año anterior.[9]
Los estudios muestran que el uso de la pornografía en la comunidad cristiana es igual de desenfrenado. Algunos estiman que alrededor de un 70% de los cristianos luchan con la pornografía.[10] Según un estudio publicado por la revista Leadership Journal, en marzo de 2005, el 57% de los pastores dijo que la adicción a la pornografía es el problema sexual más dañino en sus congregaciones.[11]
En otra encuesta, el 51% de los pastores dijo que la pornografía cibernética es una tentación personal, y el 37% admitió que es una lucha actual.[12]
Es importante que seamos conscientes de los peligros potenciales con el material sexualmente explícito que está más accesible y que se ve con más frecuencia que nunca.

3.      LOS PELIGROS DE LA PORNOGRAFÍA:
Algunos bromean con sarcasmo que el peor daño que la pornografía puede causar es una reducción de papel. No podrían estar más equivocados. La pornografía no es un vicio inofensivo.
La Verdad Es Que Todos:
·      La sociedad,
·      Las mujeres,
·      Las relaciones conyugales, y
·      Los usuarios individuales sufren consecuencias devastadoras.

3.1.   Es Perjudicial Para La Sociedad:
Desde el inicio de la revista Playboy en 1953, el ciudadano medio lentamente se ha vuelto más tolerante a las imágenes para adultos, pero no sin severas consecuencias. Los investigadores han notado que una exposición periódica a la pornografía puede llevar a cometer actos de violación y abuso sexual infantil:
v En un estudio, el 86% de los violadores convictos confesaron hacer uso periódico de la pornografía, y el 57% reconoció que trató de recrear una escena pornográfica durante la violación.[13]
v El mismo estudio reveló que el 87% de los que abusaron de niñas y el 77% de los que abusaron de niños hacían uso periódico de pornografía dura.[14]
v Otro estudio encontró que el 51% de los estudiantes masculinos expuestos a pornografía violenta indicaron una probabilidad de violar a una mujer si pudieran salirse con la suya.[15]
En un sentido más general, la pornografía tiene un efecto perjudicial sobre las actitudes públicas en cuanto al sexo. Rebaja al sexo llevándolo fuera del contexto del matrimonio.
También promueve una visión superficial e irreal del sexo que ignora por completo la amenaza de embarazos no deseados o de contraer enfermedades de transmisión sexual. Mirar pornografía te expone a la mentira de que el sexo es impersonal y que puedes tenerlo con cualquiera, en cualquier momento y sin consecuencia alguna.

3.2.    Es Degradante Para Las Mujeres:
Con frecuencia, las mujeres son explotadas en el mundo de la pornografía.
Algunas de las historias más tristes que se puedan leer jamás son las de aquellas mujeres que participaron en la realización de películas para adultos. En muchos casos, las mujeres son coaccionadas para que lleven a cabo actividades humillantes, degradantes y abusivas, a fin de satisfacer sexualmente a los personajes masculinos.
De hecho, la mayoría de las mujeres que entran en la industria de los videos pornográficos (al menos las que entran por voluntad propia), hacen una película y luego renuncian debido a que es una experiencia extremadamente denigrante.
La depravada propaganda de la pornografía es la responsable de propagar la mentira de que las mujeres están disponibles y dispuestas al momento para satisfacer las exigencias sexuales de un hombre. En la mayoría de los casos, muestra a las mujeres como objetos mecánicos que sólo existen para ocuparse de cada uno de los caprichos sexuales de un hombre.
En última instancia, alienta a mujeres de todas las edades a regalar uno de sus regalos más preciados e íntimos y permitir que otros lo exploten para obtener beneficio monetario o sexual.

3.3.   Es Dañino Para Los Matrimonios:
Es sólo cuestión de tiempo antes de que un esposo le transmita la infección de la pornografía a su matrimonio. Contrariamente a lo que algunos nos harían creer, el material sexualmente explícito no realza la relación sexual entre un esposo y su esposa. La arruina. Y recuperar la intimidad y la confianza que se ha perdido es un proceso largo y lleno de baches.
La pornografía crea exigencias irreales en cuanto a la frecuencia de las relaciones sexuales, los actos sexuales específicos, y la naturaleza de la respuesta de una mujer, por nombrar sólo unas cuantas. Rara vez la vida real está a la altura de lo que se representa en el mundo falso de las películas para adultos. Cuando un esposo exige que la realidad imite su fantasía, las relaciones sexuales se vuelven vacías para él y denigrantes para su esposa. Al final, ambos se sienten resentidos y menos interesados en tener relaciones sexuales el uno con el otro.
Más aún, mirar imágenes sexualmente gráficas no hace que un esposo desee más a su esposa. Hace que la desee menos. Un investigador encontró que, cuando a los hombres se les mostraba fotografías de modelos de Playboy, posteriormente afirmaban que disfrutaban de menos amor conyugal que otros hombres a los que se les había mostrado imágenes no pornográficas.[16]
Muchos hombres que visualmente devoran imágenes sexuales injustamente comparan a sus esposas con lo que han visto. Y ninguna esposa puede estar a la altura de la realzada imagen juvenil y de formas perfectas de las páginas centrales. Una esposa dijo: «Aunque yo era cuidadosa con mi vestimenta y mi figura, encontré que mi esposo criticaba cada vez más mi aparienciaNo era lo suficientemente atractiva como para competir con las modelos eternamente jóvenes y alteradas quirúrgicamenteAl final, él perdió todo interés en mí como pareja sexual. Esto tuvo un impacto devastador en la opinión que yo tenía de mi valía como mujer. Creó tal desesperación en mí que comencé a descuidar mi apariencia».[17]
En casos extremos, mirar pornografía puede llevar al abuso sexual en la relación conyugal. Se considera un abuso sexual que un esposo coaccione a su esposa para que recree algo que él ha visto en la pornografía. Un esposo imprimió sus fotografías para adultos favoritas de Internet y las tenía guardadas en un cuaderno. Varias veces a la semana hojeaba el cuaderno como si éste fuera un catálogo, escogía una escena y luego obligaba a su esposa a que la representara.

3.4.   Es Destructiva Para Los Usuarios:
La pornografía corrompe las mentes de sus consumidores. Los hombres que repetidamente miran imágenes sexualmente explícitas quedan tan afectados por lo que ven que sólo pueden ver a las mujeres como objetos sexuales. En vez de aprender cómo disfrutar y realzar la mente y el corazón de una mujer, terminan centrándose en su cuerpo y fantaseando en cómo explotar su belleza física.

Véase Parte II:



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