CORAZONES
DESCARRIADOS:
(Éxodo 32:1-35)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se
acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante
de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de
Egipto, no sabemos qué le haya acontecido… Y Aarón les dijo: Apartad los
zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos
y de vuestras hijas, y traédmelos… Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos
de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;…”.
(Éxodo 32:1-35)
Ase
poco, la carretera central así Junín estuvo cerrada durante varias horas porque
un camión con ganado se había volcado. Las vacas se habían escapado y vagaban
por la pista. Ver esta noticia sobre ganado
a la deriva me hizo pensar en
algo que hacía poco había estudiado en Éxodo 32 sobre el pueblo de Dios que se
había alejado de ÉL.
En el reino dividido de la antigua
Israel, el rey Jeroboam erigió dos becerros de oro para que el pueblo adorara
(1 Reyes 12:25-32). Pero la idea de adorar trozos de oro no había sido
originalmente suya. Aun después de escapar de una esclavitud brutal y ver el
poder y la gloria del Señor, los israelitas de inmediato permitieron que sus
corazones se alejaran de ÉL. (Éxodo 32). Conozcamos más esta realidad y
transportémonos a nuestro contexto actual.
1. La Rebeldía. Ex. 32:1-6:
La Biblia no
oculta la realidad de la vida de Israel; se relatan las victorias y no se
ocultan los fracasos. Con todo, se revela la situación psicológica del pueblo y
la incredulidad de muchos a pesar de las grandes hazañas de Dios en Egipto, en
el mar Rojo, en el desierto, y aproximadamente siete semanas atrás en Sinaí.
Moisés
tardaba en descender del monte. ¿Qué le pasaba? El pueblo se
había acostumbrado a vivir con mucha conmoción y el esperar les daba tiempo de
reflexionar. Si no veían alguna actividad visible de Dios, pensaban que no
estaba. Llegaron a inquietarse e impacientarse:
¿Qué les pasaría a ellos?
¿Quién los guiaría?
¿Dónde estaba Dios?
¿Cómo podrían servir a un dios
invisible?
Querían tener a alguien o algo visible
en que pudieran confiar y adorar.
Recordaron los cultos en Egipto,
y ellos todavía no tenían un culto formal de adoración para Jehová. La memoria
del pueblo era muy corta en cuanto a los hechos salvíficos de Jehová; sin
embargo, era muy larga en cuanto a la vida en Egipto. Las quejas anteriores
habían sido indicaciones de la flaqueza humana, pero la adoración del becerro
era asunto más grave. Recientemente habían aceptado el pacto ofrecido por Dios
y le habían prometido obedecer su ley. Consecuentemente, la rebelión en
Sinaí era más que una murmuración:
Era apostasía.
El pueblo pedía a Aarón que les hiciera
dioses para guiarlos, y dijeron con desprecio: porque a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto,
no sabemos qué le haya acontecido (v. 1). Además de la falta de aprecio por
Moisés, todavía no entendían que había sido Jehová el que los había redimido.
Tenían
tres fallas:
· La impaciencia,
· el desprecio
para Moisés, y
· la falta de
confianza en Dios.
No creían que Jehová podía cuidar a Moisés en el monte, y no
tenían confianza en la habilidad del Señor de guiarlos en la salida de Sinaí.
No estaban completamente convencidos de que Jehová debiera ser el único Dios para ellos.
Además de la experiencia en Egipto, se
habían contaminado con la idolatría de sus vecinos (ver
Lv.17:7*; Jos.24:14**; Ex.20:3-6***). Estaban acostumbrados a ver imágenes usadas en la adoración a los dioses
de ellos. Su libertad de la esclavitud egipcia era más de lo que habían
anticipado.
*“Y nunca más
sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado;
tendrán esto por estatuto perpetuo por sus edades”. (Levítico 17:7).
**”Ahora, pues,
temed a Jehová, y servidle con
integridad y en verdad; y quitad de
entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado
del río, y en Egipto; y servid a Jehová”. (Josué 24:14).
***”No tendrás dioses
ajenos delante de mí… No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra…
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,… y hago misericordia a
millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. (Éxodo 20:3-6).
Aarón tuvo la oportunidad de ser un
líder de valor en aquel momento; sin embargo, como tantos, no quiso oponerse al
deseo popular. No les hizo recordar el segundo mandamiento, ni les
explicó la maldad de lo que querían. Tomó el camino de menor resistencia;
optó por el popular en vez del profético.
Es posible que la petición de quitar los
aretes de oro de las orejas de las mujeres y de los hijos (v.2) fuera
una medida, por ser costosas las joyas, de hacerles retroceder en su demanda.
Si así fue, el resultado no fue lo que esperaba. Cuando recibió el oro parece
que hizo un becerro de madera (ver v.20, lo quemó en el fuego) y lo
cubrió con el oro (v.4, aunque dice un becerro de fundición posiblemente
pasaron los aretes por el fuego).
Los adornos de oro eran muy
comunes en Egipto, y entre los israelitas había la evidencia del despojo de los
egipcios (Ex.11:2; 12:36). En cuanto al culto, tanto los egipcios como los cananeos
consideraban al buey un símbolo de vigor y fuerza. En Egipto había el culto al buey
Apis, y en Canaán se lo empleaba en el culto de Baal.
Los dos pueblos tenían la práctica de
acompañar la adoración con:
v comidas
comunales,
v danzas,
v cantos, y
v orgías sexuales.
El pueblo pidió
dioses (v.1); Aarón les hizo un becerro y les dijo: ¡Israel, éste es tu dios
que te sacó de la tierra de Egipto! (v.4). ¡Trágicamente, alabaron a un ídolo hecho por un hombre dándolo crédito
por librarlos de la esclavitud! Al ver el placer del pueblo, Aarón edificó
un altar delante del becerro y pregonó diciendo: ¡Mañana habrá fiesta para
Jehová! (v.5)
Parece que Aarón no quiso darles los
dioses que pedían, pero violó el segundo mandamiento; les dio una forma
visible de Jehová, diciendo que el becerro era una representación del Señor.
Aunque es posible que la apostasía fue
doble, es decir, que también incluía un rechazo de la revelación de Jehová a favor de dioses adorados previamente (v.2), el hecho de decir que el becerro era aquel que les había sacado de Egipto
(v.4), el edificar un altar delante de él (v.5), y el tener una fiesta con
sacrificios y comida (v.6) indican un esfuerzo sincrético de mezclar la
adoración de Jehová con un culto
egipcio.
No había duda de que Jehová los había librado de Egipto, y hacía pocas
semanas atrás habían sellado el pacto con Jehová por medio de una comida. Parece que Aarón
quiso establecer un culto para Israel e identificó el becerro visible como el
símbolo de Jehová. Sin embargo, la apostasía fue una violación
fundamental del pacto: No te harás
imagen...
No te inclinarás ante ellas ni les
rendirás culto, porque yo soy Jehová tu
Dios, un Dios celoso (Ex.20:4-5).
Además, a la apostasía
se agregó el pecado de la conducta inmoral en el culto de adoración. Después de comer y beber, se
levantó para divertirse (v.6). Divertirse (tsachaq[1] H6711)
es el mismo verbo que se usa en Gn.26:8 cuando el rey Abimelec miró por una
ventana y vio a Isaac que acariciaba (tsachaq[1] H6711)
a Rebeca su mujer. El verbo sugiere que se entregaron a la práctica de orgías sexuales tal
como hacían en los cultos paganos de fertilidad en Egipto y en Canaán (ver
especialmente el Baalismo).
El peligro del culto del becerro en
Sinaí se multiplicaría aún más cuando el pueblo llegara finalmente a Canaán, y
Aarón, el líder religioso, no quiso oponérsele. ¿Están dispuestos los líderes hoy en día de oponerse al culto moderno
de fertilidad que florece?
Años más tarde, con la división del
reino, Jeroboam I hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: “...¡He aquí tus dioses, oh Israel, que te hicieron subir de la
tierra de Egipto!“ (1 Reyes 12:28) La tendencia hacia el sincretismo[2] seguiría en Israel: el pueblo, buscando una fuente de revelación sensible,
substituiría con una imagen creada por el hombre al Dios viviente y después
lamentaría la ausencia de la dirección divina.
2. La Justicia y Misericordia Divinas. Éx.32:7-14:
Abruptamente, hubo un cambio del
escenario. Jehová informó a Moisés, con
detalles, de la apostasía, y le dijo, Anda, desciende porque tu pueblo... se ha
corrompido (v.7). El Señor dijo que Israel no era pueblo de él; era pueblo de
Moisés, y era uno de dura cerviz (v.9). Israel había rechazado a Dios;
consecuentemente, Jehová repudió a
Israel.
¿Cuál
Fue El Problema?
§ En primer término, el pueblo, tan recientemente
consagrado a Dios, se había corrompido (v. 7 shachath[3] H7843).
La palabra significa “echarse a perder”,
“estar podrido”, o “estar corrompido moralmente” (ver el
mundo de Noé en Gn.6:12).
§ En segundo lugar, deliberadamente se había
apartado del camino ordenado (v.8); hizo un becerro de fundición.
§ Finalmente, lo
habían adorado y decían que era él que los había sacado de la tierra de Egipto
(v.8). La dura cerviz sugiere un animal que lucha contra la soga que lo
detiene; era el símbolo de una desobediencia obstinada.
La consecuencia normal de abandonar el
pacto tan pronto (v.8) debía haber sido la destrucción de la nación. El Señor
dijo a Moisés: ... deja que se
encienda mi furor contra ellos y los consuma, pero yo haré de ti una gran
nación (v.10; comp. Gn.12:2). El versículo lleva dos implicaciones: la ira o la justicia divina caería, y
la posibilidad de una intercesión que abriría la puerta para la misericordia:
Deja que encienda mi furor...
Moisés fue puesto a prueba y su
respuesta revela la nobleza de su persona; no buscaba ventajas personales por
medio de su relación con Dios, sino que se preocupaba por su pueblo. Si Dios
decía que era su pueblo, entonces, demostró un amor sin egoísmo hacia ellos.
Imploró el favor de Dios (v. 11) y le pidió que desistiera del ardor de su ira
(v.12). Su ruego se basaba en tres argumentos:
(1) Rogaba a
Jehová que no repudiara las grandes
hazañas hechas a favor de su pueblo al rescatarlo (v.11; nótese: que Moisés se refirió al pueblo como tu pueblo);
(2) ¿qué dirían los
egipcios del rescate del pueblo? ¿Era Jehová
un Dios caprichoso? (v.12);
(3) recordó al
Señor sus juramentos a los patriarcas: La palabra dada era sagrada e
inviolable (v.13). La apelación no trataba del valor ni del mérito de Israel,
sino que apelaba a la naturaleza de Dios y a su misericordia.
Del encuentro se ve un resultado
inesperado, pues el Señor prestó atención a la palabra de su siervo. El texto
dice que cambió de parecer en cuanto al mal que dijo que haría a su pueblo (v.
14); el Señor iba a darles otra oportunidad (ver 33:19b; 34:6-7). No obstante,
habría un castigo por la apostasía (vv.27-32).
La expresión cambió de parecer viene del
verbo naham[4] H5162 y aparece tres veces en el
libro (13:17; 32:12, 14); aparece más de 35 veces en el AT. Algunas versiones
emplean el verbo “arrepentirse” para
traducir el vocablo (ver RVR-60 y BC). El verbo naham H5162 (“cambió de parecer” o “arrepentimiento”) no es el mismo que se usa
para el cambio o el arrepentimiento del hombre, lo cual es shub H7729.
Naham
H5162 no lleva una connotación de culpabilidad ni de un
cambio de propósito de uno. La raíz del verbo significa “respirar hondamente” o “a
fondo”. Es una palabra de un sentir profundo. Al estar preocupado o
asustado, se respira más rápido y a fondo; al estar aliviado, se exhala con un
respiro de alivio, porque ha pasado la crisis. La desobediencia exige el
castigo, y Dios “respira con tristeza”,
no es lo que quiere hacer.
Al arrepentirse (shub[5] H7729) el hombre, Dios se alivia
(naham H5162) para perdonarlo
(lo que quiere hacer). Moisés no dijo que Dios se arrepintió (shub H7729), o Dios no sería absoluto y
perfecto; no se arrepiente como el hombre. Sin embargo, Moisés tocaba el deseo
de Dios de ser misericordioso.
La culpabilidad de Israel sería
castigada; habría la necesidad del arrepentimiento (shub H7729) del pueblo; sin embargo,
Dios naham H5162: “Cambió de parecer”, “respiró”, “alivió”
de la necesidad de destruir al pueblo e hizo lo que hace mejor: Se ofreció la gracia. ¿Era posible
que la gracia abundara aun por el pecado de aquel que había dicho sí al Señor? ¡Sí! Había esperanza por la vía de
arrepentimiento y la gracia divina, pero siempre habría las consecuencias y el
pago por el mal.
3. La Ira De Moisés. Éx.32:15-29:
Moisés descendió del monte trayendo
consigo las dos tablas del testimonio... escritas por ambos lados... y la escritura era escritura de
Dios (vv.15, 16). Los descubrimientos arqueológicos indican que los asirios y
babilonios solían escribir sus tablillas por ambos lados mientras que las de
los egipcios no eran así.
La cultura israelita se acerca más a la
de Mesopotamia y de Canaán que a la de Egipto aunque, en ciertos aspectos,
Egipto hizo una fuerte impresión sobre Israel. No obstante, las tablas del
testimonio eran únicas: al contrario de la costumbre egipcia
estaban escritas por ambos lados, y la escritura era de Dios. El autor
acentuó la autoridad del Decálogo, pues fue revelado y grabado divinamente;
entonces, el contenido era de Dios mismo.
Al acercarse al campamento, Moisés y
Josué escucharon el estruendo de la fiesta, y al llegar vieron el becerro y
toda la actividad corrupta (v.19a). El texto dice que la ira de Moisés se
encendió, y arrojó las tablas de sus manos y las rompió al pie del monte (v.19b). Más allá de la frustración y el enojo de Moisés, el romper las tablas fue
un símbolo de que el pueblo había quebrantado la alianza con Dios. Israel había
repudiado la obra de Dios (v.16). ¡El
convenio había sido anulado por la idolatría y el paganismo de la gente!
El carácter de Moisés se mostró con gran
fuerza; tomó el becerro y lo quemó. Luego lo molió hasta reducirlo a polvo, lo
esparció sobre el agua, y lo hizo beber a los hijos de Israel (v.20). Parece
que estaba hecho de madera y cubierto de oro, y el pueblo bebió la mezcla de
las cenizas y el oro molido. La bebida amarga era un castigo y, a la vez, una
manera de deshacerse del ídolo.
El relato de la conversación de Moisés y
de Aarón es gracioso y a la vez trágico. Moisés se dio cuenta del problema de
la gente. Sin embargo, ¿cómo pudo haber participado Aarón en el episodio sin
haber tenido presión de parte del pueblo? Para excusarse, Aarón echó la culpa
sobre el pueblo (v. 22); después culpó a Moisés por la demora en volverse (v.23); y finalmente, al decir que era un milagro, culpó a Jehová: Dijo que simplemente arrojó el oro al
fuego; y salió este becerro (v.24). ¡Le
había declarado que la fiesta era para Jehová
(v.5)!
Únicamente la Biblia hubiera incluido
unas excusas tan ridículas; sin embargo, la evidencia de su culpa y
responsabilidad como líder religioso fue condenada aún más seriamente en el v.
25; la desenfrenada locura y frenesí que Aarón permitió llegaron a ser una
vergüenza entre los enemigos de Israel. El culto a Jehová nunca debió haber degenerado en excesos
emocionales ni en prácticas inmorales, sino que debió hacerse todo decentemente
y con orden (1 Cor.14:40). “pero hágase todo decentemente y con orden”.
Fue
un momento decisivo. Aunque
no hay evidencia en el texto de que algunos se hubieran opuesto al culto falso,
es evidente que no todos estuvieron de acuerdo. Moisés hizo un llamado al
pueblo a definirse: ¡Quien esté de parte
de Jehová únase conmigo! Y se
unieron con él todos los hijos de Leví (v.26); eran más leales a Jehová que Aarón. A ellos Moisés les dio la orden de
matar a los culpables, fueran parientes o amigos, y aquel día cayeron del
pueblo como 3,000 hombres (v. 28).
Evidentemente
no todos los que participaron fueron ejecutados: No murió Aarón,
por ejemplo. El hecho de perdonar a muchos fue evidencia de la misericordia de
Dios, ya que en aquella época la infidelidad era considerada como un crimen
capital. Al mismo tiempo, la fidelidad a la palabra de Dios no era fácil para
los levitas. La tarea era sumamente difícil. Sin embargo, debido a la lealtad
suprema de los levitas aquel día, el Señor les concedió el derecho del
sacerdocio, o el de ser los futuros líderes de Israel (compare Números 25:10-13).
Aunque la
sentencia fue dura, la situación era muy crítica; si sobrevivía el pueblo, si
llegaba a cumplir con la voluntad divina, y si alcanzaba finalmente la
revelación final de Dios en Cristo Jesús, el pueblo (o un remanente) tendría
que aprender la importancia de obedecer las estipulaciones del pacto. Además,
el pecado siempre traerá el castigo aunque exista la posibilidad de la gracia.
4. Jehová
Se Aparta Del Campamento, 32:30-33:11:
Con la tragedia de la adoración del
becerro de oro surgieron problemas teológicos:
(1) ¿Cómo podía un
Dios trascendente, cuya presencia no podía ser captada en ídolos, estar
presente con Israel morando en una tienda?
(2) ¿Cómo podría
estar presente el Dios santísimo en medio del pueblo rebelde sin que éste fuese
consumido totalmente?
(3) ¿Cómo podría
Dios cumplir con sus promesas a los patriarcas, ya que los descendientes de
ellos habían quebrantado el pacto? Las condiciones del mismo habían sido
explicadas con claridad y aceptadas libremente por el pueblo.
La
sección 32:20-33:23,
trata de las preguntas, y el tema principal de ella es la presencia de
Jehová en medio de su pueblo. Dios
promete que no dejará al pueblo, sino que el ángel de Dios representará su
presencia con ellos (33:2, 3); el pueblo se arrepiente para no ser abandonado
por Dios (33:4, 6); se establece la tienda de reunión fuera del campamento
(33:7-11) y Jehová revela su gloria a
Moisés (33:12-23).
El día después de la matanza Moisés
subió otra vez al monte para interceder por el pueblo (vv. 30, 31). En una de
las oraciones más grandes de la Biblia, pidió a Jehová que perdonara al pueblo.
Dijo:
Y si no, por favor, bórrame de tu libro que has escrito (v.32; para el libro,
ver Job 69:28; Is.4:3; Filp.4:3; Ap. 3:5).
Su amor por el
pueblo era admirable, pero Dios no accedió. Le contestó que el culpable era
responsable por sus acciones y que aquel que pecara contra Dios sería borrado
del libro (v.33); no obstante, el camino del arrepentimiento y del renuevo
quedaba abierto. Finalmente, por su amor, Dios iba a revelarse en la
encarnación llevando el castigo de muchos sobre sí mismo para que todos los
pecadores no fuesen borrados del libro de la vida (ver Isaías 53:4-7; 53:10, 11
y el sacrificio de Jesucristo). Aun así, el pecador tendría que reconocer su
culpa por su propia cuenta y acudir a Dios en arrepentimiento y fe para que la
pena fuese perdonada.
Mientras tanto, Dios mandó a Moisés que
regresara para conducir a Israel al lugar indicado y le prometió que un ángel
del Señor los guiaría (v.34). El ángel
sería el agente de Dios para darles la victoria en Canaán (Is.33:1-2).
Dios mismo no podría subir en medio de
ellos para que no fuesen consumido por causa de su pecado, pues era un pueblo
de dura cerviz (Is.33:3). Además, como retribución, el Señor mandó una plaga
como castigo sobre ellos por lo que hicieron con el becerro que Aarón formó
(Is.32:35).
Concluyo:
Cuanto de verdad hay de esta historia
bíblica, con el contexto actual de la humanidad, mientras Moisés estaba en el
Monte Sinaí recibiendo la ley del Señor,
su hermano Aarón ayudó al pueblo a descarriarse construyendo un ídolo con la
forma de un becerro (un: toro, baca,
etc.) de oro. El escritor de Hebreos nos recuerda que la ira de Dios se
encendió ante esta idolatría [imágenes
hechas por las manos de los hombres, imágenes de hombres y mujeres que
suplantan a Dios, y los hombres y mujeres (los veneran y los honran, quitando-le la gloria directa a Dios, en lo cual ÉL nunca a compartido con los ídolos)] y sobre
los que andaban “vagando en su corazón” (Hebreos 3:10).
Dios sabe que nuestro corazón tiene
tendencia a descarriarse. Su Palabra [la Biblia] deja claro que ÉL es el Señor
y que no debemos tener no adorar “otros
dioses” (Éxodo 20:2-6). “Porque el
Señor es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses” (Salmos 95:3). ¡Él es el único Dios verdadero!
TODO AQUELLO QUE DESEES MÁS DE LO QUE QUIERES A DIOS, ES UN ÍDOLO:
_________
Bibliografía:
[1] H6711
צָחַק = tsakjác: raíz primaria;
reírse a carcajadas (de alegría o burla); por impl. bromear:- hacer burla,
burlarse, deshonrar, regocijarse, reírse de. (Strong).
H6711 צחק = QAL: Reír
(Gn.17:17). — Perf. צָֽחֲקָה, צַחָֽקְתְּ; Impf. יִצְחַק; Vaif. וַיִּצְחַק, וַתִּצְחַק.
PIEL:
1) Bromear
(Gn.19:14).
2) Jugar. — En
Gn.21:9 la RVA traduce מְצַחֵק como "se
burlaba", pero parece que el TM no tiene un texto completo. La LXX lo
completa así: "que jugaba con su
hijo" (con Isaac).
3) Divertirse
(Ex.32:6).
4) Acariciar
(Gn.26:8).
5) Burlarse
(Gn.39:14; Gn.39:17).
6) Servir de
espectáculo (Juc.16:25). — Impf.vaif. וַיְצַחֵק; Inf. לְצַחֵק, לְצַחֶק; Part. מְצַחֵק.
(Diccionario Hebreo)
[2] sincretismo. (Del gr. συγκρητισμός,
coalición de dos adversarios contra un tercero). m. Sistema filosófico que
trata de conciliar doctrinas diferentes. || 2. Ling. Expresión en una sola forma
de dos o más elementos lingüísticos diferentes. Microsoft® Encarta® 2009.
[3] H7843 שׁחת NIFAL:
1) Estar corrompido (Gn.6:12).
2) Quedar devastado o arruinado
(Ex.8:20). — Perf. נִשְׁחַת, נִשְׁחָֽתָה; Impf. תִּשָּׁחֵת; Part.fem.pl. נִשְׁחָתוׄת.
PIEL:
1) Arruinar, destruir (Gn.6:17;
Jr.12:10).
2)
Suprimir su compasión (Amos 1:11).
3) Corromper en el uso (Ez.28:17). — Perf.
שִׁחֵת, שִׁחַתָּ; Suf. שִׁחֶתְךָ, שִׁחֲתָהּ; Impv. שִׁחֵתוּ; Inf. שַׁחֵת; Suf. שַׁחֲתָהּ,
שַׁחֲתְכֶם.
HIFIL:
1) Destruir (Gn.18:28; 1
Sam.26:15).
2) Infestar (Salm.78:45).
3) Corromper: hishjít et darkó =
había corrompido su camino (Gn.6:12).
4)
Estropear la punta de la barba (Lv.19:27).
5) Dejar muerto: va-yashjítu ártsah
= y destruyeron a tierra = dejaron muertos en tierra (Juc.20:21).
6) Socavar (2 Sam.20:15).
(Diccionario Hebreo)
[4] H5162 נחם NIFAL:
1) Arrepentirse,
cambiar de parecer (1 Sam.15:29; Ex.32:12).
2) Retractarse
(Job 42:6).
3) Tener
compasión (Salm.90:13).
4) Lamentar
haber hecho algo (Gn.6:6; Juc.21:6; 21:15).
5) Consolarse
(Gn.24:67; 2 Sam.13:39).
6) Tomar o tener
satisfacción en (Is.1:24). — Perf. נִחַם; Impf. אֶנָּחֵם; Vaif. וַיִּנָּחֵם;
Inf. הִנָּחֵם; Part. נִחָם.
PIEL:
1) Consolar
(Is.66:13; Gn.37:35).
2) Confortar
(Gn.50:21).
3) Dar el pésame
(2 Sam.10:2). — Perf. נִחַם (= Nifal); Impf. יְנַחֵם; Suf. יְנַחֲמֻנִי; Impv. נַחֵם;
Part. מְנַחֵם.
PUAL:Ser
consolado (Is.66:13). — Perf. נֻחָֽמָה; Impf. תְּנֻחָֽמוּ.
HITPAEL:
1) Cambiar de
parecer, arrepentirse (Num.23:19).
2) Tener
misericordia o compasión (Deut.32:36).
3) Hallar
consuelo, consolarse (Salm.119:52).
4)
Tomar satisfacción en, planear vengarse (Ez.5:13; Gn.27:42). — Perf. הִתְנַחֵם,
הִנֶּחָֽמְתּי; Inf. הִתְנַחֵם; Part. מִתְנַחֵם. (Diccionario Hebreo)
[5] H7729 שׁוּבָה =
Arrepentimiento (Is.30:15). (Diccionario Hebreo)
[6] e-Sword-the. LEDD.
[7] Biblia de Estudio RYRIE.
[8] El pan diario, edición 2015.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
05//07//2016.
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