LAS BODAS DEL
CORDERO:
(Apocalipsis 19:7-10)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
La Cena De Las
Bodas Del Cordero:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado
las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado… Y a ella se le ha concedido
que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las
acciones justas de los santos… Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los
que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son
palabras verdaderas de Dios… Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me
dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen
el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el
espíritu de la profecía”.
(Apocalipsis
19:7-10)
INTRODUCCIÓN:
Las bodas[1]
del Cordero[2],
tal como se nos presenta en este pasaje de Apocalipsis, ofrece varias
similitudes con las bodas que habitualmente conocemos. Se hallan los mismos
signos característicos.
Encontramos las indicaciones concernientes a las
personas que participan en ellas:
· Primeramente el
esposo,
· Luego la esposa,
y
· Por último, los
invitados (o “llamados”).
El
Esposo es el Señor en su carácter d Cordero. La Esposa representa al conjunto
de los creyentes de la época actual, desde el día de Pentecostés (Hechos 2)
hasta la Venida del Señor cuando tome a los suyos consigo.
También tiene que ver con una comida y
con un traje de bodas. Pero notemos que, en esta escena, la persona principal
no es la Esposa, como en nuestros casamientos, sino el Esposo. Resalta en
primer lugar su gloria y su gozo. ÉL debe ocupar el centro de esta escena, “para que en
todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18).
Para que un casamiento pueda ser
celebrado, es preciso que el Esposo y la Esposa sean reunidos:
v Una condición, para que pueda tener lugar las
bodas del Cordero es el arrebatamiento de los creyentes, tanto los que hayan de
vivir en la tierra cuando el Señor Venga a buscarlos como los que serán
Resucitados en ese momento. Este suceso se encuentra descrito en (1 Tesalonicenses
4:15-17) y en otros pasajes.
NOTA: 1 Ts. 4:16-17: Trompetas de
Dios Compare 1 Cor.15:52. Los muertos en Cristo resucitarán primero, cuando el
Señor venga a recoger a Su pueblo (v.17). Entonces los creyentes que vivan
serán “arrebatados”.
Del latín rapiemut viene el término “rapto” o “arrebatamiento” de la Iglesia. El
arrebatamiento descrito aquí, comprende tanto a los creyentes que hayan muerto
[aceptado en vida a Jesucristo] como a los que todavía vivan [han acepta a
Cristo como su Señor] cuando el Señor Venga. Esta Venida será en el aire, no a
la tierra, y sucederá justamente antes del comienzo del período de la
Tribulación (compare Apocalipsis 3:10). Este período terminará cuando Cristo
Venga a la tierra (compare Mateo
24:29-30; Apocalipsis 19:11-16).
v Una segunda, condición previa para las bodas es la
realización de un mismo pensamiento entre el Esposo y la Esposa. Por eso, los creyentes primero
deben comparecer “antes el tribunal de Cristo” (2 Corintios 5:10).
NOTA: 2
Cor.5:10: El Tribunal De Cristo. El bema (asiento de juicio) era bien conocido de los
corintios (compare Hechos 18:12). Los creyentes serán juzgados cuando se pase
revista a sus obras a fin de recibir las recompensas correspondientes (véase en
1 Cor.3:14). Malo, i es, sin valor.
1 Cor.3:14: Recompensa. La SALVACIÓN es
un puro regalo, pero los que son SALVOS pueden obtener recompensas. La cualidad
de nuestros servicios (v.13) es el criterio. La recompensas son llamadas, a
veces, coronas (compare 9:25; 1 Ts.2:19; 2 Tim.4:8; Stg.1:12; 1 P.5:4; Ap.2:10;
3:11; 4:4, 10).
Por medio de éste, serán llevados a ver
su vida tal como el Señor Jesús siempre la vio, y a estar perfectamente de
acurdo con ÉL referente a esto. Este acuerdo en el juicio de nuestras propias
vidas es una condición indispensable para la realización de una comunión sin
nubes.
v En tercer lugar, vemos que el juicio definitivo de
la falsa Esposa –la
cristiandad sin Cristo- tiene lugar antes de las bodas del Cordero.
Este juicio cae sobre el conjunto de los que profesan formar parte de la
cristiandad pero que no tienen la vida de Dios.
Está descrito en Apocalipsis 18. Luego,
en los primeros versículos del capítulo 19, asistimos a la irrupción de alegría
que la noticia de ese juicio produce en el cielo:
“Después
de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya!
Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;… porque sus
juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha
corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus
siervos de la mano de ella”. (vv.1-2).
Antes que la verdadera Esposa, la mujer del CORDERO, aparezca, es necesario que la falsa esposa, la gran
ramera, sea juzgada.
Etimología:
*G3566 νυμφίος
= numfíos: de G3565; novio (literalmente o figurativamente):- esposo. (Strong).
El Esposo es presentado como el Cordero. El pensamiento del Cordero corre a través de toda la
Palabra. Mientras Abraham subía a la Montaña de Moriah, dijo: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto” (Génesis 22:8).
En el momento de la liberación de la Esclavitud de Israel
en Egipto, el pueblo fue puesto al abrigo de la sangre del cordero (éxodo 12)
El profeta Isaías describe al cordero dejándose llevar al matadero (Is. 53:7).
El
Nuevo Testamento también lo pone varias veces delante de nuestros ojos. Cuando
el Señor Jesús apareció, Juan el Bautista exclamó: “He
aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
NOTA:
Jn.1:29: Cordero. Historia (el cordero pascual, éx.12:3) y profecía (EL
Mesías, Is.53:7) están unidas en esta metáfora, el pecado del mundo. Ya no más
sólo los pecados de Israel (Is.53:4-12; 1 Jn.2:2).
Pedro
habló de ÉL “como de un cordero sin mancha y sin
contaminación” (1 Pedro 1:19), y
el apóstol Juan vio al “Cordero
como inmolado” (Apocalipsis 5:6).
NOTA: Ap.5:6: Como
Inmolado: Cristo, el Cordero, conserva. Las MARCAS DE SU MUERTE (compare Lucas 24:40; Juan 20:20, 27) incluso en Su
estado glorificado. Los cuernos son símbolos de fuerza (compare 1 R.22:11;
Zc.1:18).
En la eternidad, veremos las heridas que el
Señor Jesús recibió en la tierra. Aunque
los capítulos 6 a 18 del Apocalipsis hablan varias veces de la ira del Cordero
y de su juicio, la mención que encontramos en el capítulo 19 dirige nuestros
pensamientos a los sufrimientos infinito que padeció a fin de adquirir para Sí
está “perla preciosa”, la Iglesia (Mateo 13:46). Efesios 5:25 dice: “Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella”. Su
propia vida –tal
es el precio que pagó en la cruz del Calvario para adquirir a la Iglesia, su
Esposa-.
3. La Esposa*:
Etimología:
*G1135 γυνή = guné: de la base de G1096;
mujer; específicamente esposa:- casado,
esposa, mujer. (Strong).
La Iglesia, Esposa de Cristo.
Ya
indicamos quiénes son las personas representadas por la Esposa. Por el hecho de
que las bodas tienen lugar en el cielo, se necesita que la Esposa esté en el
cielo. Esto muestra claramente que no se trata de la Esposa terrestre de Cristo,
que es Israel, sino de los santos celestiales.
En el
momento del Arrebatamiento
[rapto], todos los creyentes dormidos y resucitados –tanto los que vivieron antes de
Pentecostés y todos los creyentes vivos en ese momento ser como los que
vivieron después-, y todos los creyente vivos en ese momento
serán arrebatados juntos para encontrarse
al Señor Jesús, para estar para siempre con él en la gloria (1 Tesalonicenses
4:15-17).
En
Apocalipsis 19 se ve claramente que los creyentes pertenecen a dos categorías
diferentes: está la Esposa (v.7) y también “los que son llamados a la Cena de las Bodas” (v.9). Podemos deducir de ello que la Esposa representa a
los creyentes de la época que comienza en Pentecostés, mientras que los
llamados –o invitados- a las bodas representan a los creyentes de la época
precedente.
Más de
una vez, la relación entre Cristo y su Iglesia es comparada a la que existe
entre un hombre y su mujer. Leemos por ejemplo en Efesios 5:31-32: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a
su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; más yo digo
esto respecto de Cristo y de la iglesia”.
Y en 2 Corintios 11:2, la Iglesia está en una
relación particular con Cristo: es
desposada con él. El tiempo de ese noviazgo se terminará con las
bodas del Cordero.
Durante
ese tiempo, el Señor Jesús santifica a su Iglesia en la tierra, según Efesios
5:26. Lo hace purificándola “en
el lavamiento del agua por la palabra”. Sus
cuidados de amor concurren a la gran meta de presentársela a sí mismo “gloriosa”. Esta meta alcanzará la perfección en la escena
celestial descrita en Apocalipsis 19.
Cristo
ve a su Esposa sin “mancha
ni arruga ni cosa semejante”, vale
decir, “santa y sin
mancha”. El momento tan esperado durante mucho
tiempo se hace presente. Su Esposa está perfectamente de acuerdo con Él. ¡Qué gozo será para él, que amó tanto
a la Iglesia que se entregó a sí mismo por ella! (Efesios 5:25). Es nuestro privilegio formar parte de
esta Esposa, amada tiernamente por su Esposo Celestial.
“Su Esposa se ha preparado”.
Cómo toda Esposa, la Esposa Celestial aparece el día de
las bodas perfectamente preparada (Apocalipsis 19:7). El primer elemento de
esta preparación es la justicia que Dios le concedió. En virtud de esta
justicia, podemos mantenernos en la luz de Dios y sentirnos bien.
Los
pasajes siguientes nos muestran a la Esposa preparada para el día de las bodas:
“Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz” (Colosenses 1:12),
“porque con una sola ofrenda
hizo perfecto para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14).
Además,
ya evocamos el Tribunal
de Cristo donde todo será puesto en evidencia en la
prefecta luz divina. Es este sentido, la manifestación ante el Tribunal de
Cristo será también una preparación para el día de las bodas.
4. El Vestido De La Esposa:
“A ella se le ha concedido…”.
Estas palabras que introduce el
versículo 8 nos muestran que si la Esposa habrá de aparecer vestida de lino
fino, no será por mérito propio.
En Efesios 2:10 leemos a este respecto: “Santo
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
¡Qué
gracia! Todo
lo que pudimos hacer para el Señor en la tierra fue posible porque Dios lo había
preparado. Las buenas obras que cumplimos aquí a allí fueron puestas en nuestro
camino. Dios es bueno al venir a ayudarnos de esta manera.
“Qué se vista de lino* fino**”.
Etimología:
*G1039
βύσσινος = bússinos: de G1040;
hecho de lino (neutro tela de lino):- lino. (Strong).
**G2513
καθαρός = kadsarós: de afinidad
incierta; limpio (literalmente o figurativamente):- limpio, puro.
El traje de la Esposa es de lino fino =
[Limpio, Puro]. Este vestido elegante pero simple contrasta con la vestimenta
suntuosa de la falsa, tal como está descrito en el capítulo precedente
(Apocalipsis 18:16). Allí se encuentra también el lino fino –el diablo
imita todo-, pero está además la púrpura, la escarlata, el oro, las
piedras preciosas y las perlas.
Todo ese resplandor terrestre se acaba. “Todas las
cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallaras”
(18:14). Tal es el destino de la falsa Esposa. Al contrario, el vestido de la
verdadera Esposa subsistirá como su adorno personal y para el gozo del Señor
Jesús.
“Limpio y resplandeciente”.
El
traje de la Esposa tiene un resplandor. Como todo en esta escena Celestial, este
espléndido Vestido debe ser en primer lugar para el gozo del Esposo. Ya desde
el tiempo en que la Iglesia está en la tierra, el Señor Jesús opera en ella
para presentársela gloriosa. Para eso debe purificarla por medio de la Palabra
de Dios. El resultado de esta actividad será visible plenamente en el día de
las bodas, cuando podrá gozarse de la hermosura y pureza sin mancha de su Iglesia.
“Las acciones justas de los santos”.
El texto indica que “el lino fino es las acciones justas de los
santos” (19:8). Es interesante notar que se habla de las acciones de
los creyentes y no de las acciones de la Esposa. Esto hace resaltar que se trata
de las acciones individuales de cada creyente. Aportan su contribución al traje
de bodas, que será visto en el cielo, pero se confecciona en la tierra. ¡Qué
consecuencias deberían tener para nuestra vida de cada día!
Consecuencias prácticas.
El traje de la Esposa en el día de las
bodas del Cordero se compone de las acciones justas hechas durante nuestra vida
de creyentes. Entonces preguntémonos; ¿en qué medida contribuimos a la
hermosura de ese traje mediante nuestro comportamiento? Tenemos allí un gran
motivo para procurar con ardor serle agradable (2 Corintios 5:9).
¿No vale la pena trabaja más seriamente
para este vestido a fin de que el Señor Jesús, nuestro Esposo Celestial, pueda
regocijarse? Por amor a Aquel que tanto sufrió por nosotros, tengamos a pecho
llevar una vida que lo honre y lo regocije, y pensemos en el gozo que
encontrará en ese vestido glorioso, durante la eternidad. No olvidemos que se
confecciona ahora.
Alguien
dijo: “El traje que vestiremos con gozo en
presencia de Cristo en el día de la gloria se teje en medio de penas durante el
tiempo de su rechazo”.
Si pudimos
considerar algo de la felicidad del Esposo y de la Esposa, que Dios nos anime a
ver también a la Iglesia bajo este aspecto. Todas nuestras debilidades e
insuficiencias entonces se terminarán para siempre. Alentémonos, cada uno
personalmente, a hacer todo por el gozo de nuestro Salvador. Consideremos aún
más a su Iglesia con Sus ojos. ¡Ella le es muy preciosa!
5. Los Invitados A Las Bodas:
¿A quiénes tenemos que ver bajo el
símbolo:
“los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero”? A ese
respecto tenemos una indicación en Juan 3:29, donde leemos: “El que tiene la Esposa, es el esposo;
mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la
voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido”. Juan el
bautista, creyente de antes de Pentecostés, entonces no forma parte de la
esposa.
Podemos deducir que esos creyentes
constituyen los “amigos
del esposo”, es decir aquellos que son convidados a la cena de las
bodas. Pero, los creyentes de antes de Pentecostés ¿no se sienten perjudicados?
¿Pueden realmente regocijarse? El pasaje citado antes da una respuesta clara: “se gozan
grandemente de la voz del esposo”. A la vista de la persona del
Esposo, todo pensamiento de pesar se
borrará. No tendrán ninguna tristeza, compartirán el gozo del Señor Jesús.
Para los que están invitados, la Cena de
las Bodas habla de comunión. En esta comunión con el Esposo serán plenamente
felices. Y precisamente. Apocalipsis 19:9 los declara “bienaventurados”.
Concluimos:
El Arrebatamiento de los creyentes, su
manifestación ante el Tribunal de Cristo y el juicio de la falsa Esposa son las
condiciones previas a las bodas. El Esposo es presentado como el Cordero, lo
que nos recuerda su sufrimiento y la obra de la Redención que cumplió en la
tierra.
Durante la Eternidad, el Salvador
aparecerá delante de nuestros ojos. El pensamiento del traje de la Esposa
debería estimularnos a consagrar siempre más nuestras vidas al Señor, a fin de
que un día traigan unos elementos para la confección de este vestido de lino
fino, para el gozo y la gloria de Cristo.
Respecto a las bodas en sí, la Palabra
no da ningún detalle. Esto corresponde al carácter del Apocalipsis. Este libro
trata esencialmente de la tierra. Dios tuvo a bien no poner delante de los ojos
humanos la felicidad inefable que será la del Esposo y de la Esposa. Tenemos
algo semejante en la historia de Isaac y de Rebeca. En Génesis 24:67 leemos: “Isaac… tomó
a Rebeca por mujer, y la amó”.
Gocémonos y alegrémonos y
démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] gamos = (γάμος, G1062), boda,
casamiento, o fiesta de bodas. Se usa para denotar: (a) la ceremonia y su celebración, incluyendo la fiesta de
casamiento (Juan 2:1-2); de solo la ceremonia de la boda, figuradamente (Ap.19:7),
como distinta de la fiesta de casamiento (v. 9); (b) la fiesta de casamiento (Mateo 22:2-3; 22:4; 22:8-9; 22:10;
25:10; Lucas 12:36; 14:8); en Mateo 22:11-12 el «vestido de boda» es, lit: «un
vestido de una boda». En Apocalipsis 19 , donde, bajo la figura de una boda, se
describe la unión de Cristo, como Cordero de Dios, con su novia celestial, que
tiene lugar en el cielo durante la parousia, v. 7 (indicándose con el tiempo
aoristo , o puntual, un hecho cumplido); a la Novia (numfe, prometida,
desposada, novia), se le llama «su esposa» (gune); la cena de las bodas tendrá
lugar sobre la tierra, después de la Segunda Venida (v. 9). Que Cristo sea
llamado Cordero señala a su sacrificio expiatorio como la base sobre la que
tiene lugar la unión. Los antecedentes de esta fraseología se hallan en la
descripción en el AT., de la relación de Dios con Israel (p.ej., Is.54:4ss.;
Ez.16:7ss.; Os.2:19); (c) el
matrimonio en general, incluyendo el estado matrimonial, que debe ser tenido
como «honroso» (Heb.13:4). (VINE).
Nota:
Entre los
judíos, la cena de las bodas tenía lugar en la casa del marido, y era el gran
evento social en la vida familiar. En Mateo 22:1-14 se indica una generosa
hospitalidad, y resentimiento ante cualquier rechazo a acudir a la invitación.
La boda de Caná exhibe la forma en que se llevaba a cabo una boda en hogares
humildes. Se daba un honor especial a los amigos del novio, «los hijos de la
cámara nupcial» (rvr: «los que están de bodas»; vm: «los compañeros del novio»,
Mateo 9:15; véase Nº 2). Al terminar, los padres llevaban a la novia a la
cámara nupcial (cf. Jueces 15:1). Véase MATRIMONIO.
[2] arnion = (ἀρνίον, G721) es una forma diminutiva, pero
no debe insistirse en la característica diminutiva (véase Nota bajo el Nº 3).
La tendencia general en la lengua vernácula era la de usar libremente los
nombres acabados en -ion, aparte de su significado diminutivo. Lo utiliza solo
el apóstol Juan: (a) en plural, en
el mandato del Señor a Pedro (Juan 21:15), con referencia simbólica a los
convertidos recientes; (b) en otros
pasajes, en singular, en Apocalipsis, unas 28 veces, de Cristo como el Cordero
de Dios, teniendo el simbolismo referencia a su carácter y a su sacrificio
vicario, como base tanto de la redención como de la venganza divina. él es
visto en la posición de gloria y honor soberanos (p.ej., Juan 7:17), que
comparte en un plano de igualdad con el Padre (Juan 22:1; 22:3), siendo el
centro de los seres angélicos y de los redimidos, y el objeto de la adoración
de ellos (p.ej., Juan 5:6; 5:8; 5:12-13; 15:3), el conductor y Pastor de sus
santos (p.ej., Juan 7:17; 14:4); la cabeza de su desposada espiritual (p.ej.,
Juan 21:9), la luminaria de la ciudad celestial y eterna (Juan 21:23), Aquel a
quien ha sido entregado todo juicio (p.ej., Juan 6:1; 6:16; 13:8), el
conquistador de los enemigos de Dios y de su pueblo (Juan 17:14); el cántico que
celebra el triunfo de aquellos que «habían alcanzado la victoria sobre la
bestia y su imagen» es el cántico de Moisés, y… del Cordero (Juan 15:3). Su sacrificio, cuya eficacia está
disponible para aquellos que aceptan la salvación que se provee mediante él,
constituye la base de la ejecución de la ira divina para el que lo rechaza, y
para el que desafía a Dios (Juan 14:10); (c)
en la descripción de la segunda «bestia» (Ap.13:11), que se ve en la visión
semejante «a un cordero», sugiriendo su capacidad de actuar en el papel de un
falso Mesías, usurpando el papel del verdadero. Para su utilización en la lxx,
véase Nota bajo el Nº 3. (VINE).
-
e-Sword-the.
LEDD.
- Biblia
de Estudio RYRIE.
- CRECED
Noviembre-Diciembre N° 6/2000.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 12//07//2016.
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