Parte I:
El
Constructor Del Sermón:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Bienvenido a el
Constructor del Sermón – una guía paso a paso para la preparación expositiva
del sermón. Mientras el Constructor de Sermón no le escribirá al sermón a
alguien, está dirigido a conducir a pastores y maestros de la Biblia hacia los
pasos básicos de la exégesis y la exposición. Es nuestro deseo que aun al
exponente experimentado, al abrirse paso por el Constructor de Sermón, será
refrescado y recordado de verdades y principios útiles.
Se denomina sermón
al género de la oratoria que consiste en un discurso de tema religioso, por lo
general pronunciado por el culto cristiano:
· El sermón es un discurso acerca de un tema, una de las
definiciones dice que se enfoca a un mensaje bíblico, de forma social.
· El sermón es pronunciado por un predicador quien se dirige a
una audiencia con el objeto de instruirla y exhortarla.
· Un sermón es bíblico cuando su función corresponde a la
función del texto que le sirve de base. Es decir, un sermón bíblico logra en el
oyente un efecto similar al que logra el texto.
· El sermón es una exhortación sobre el tema doctrinal o moral
y que utiliza los textos, y su fin en persuadir al oyente de hacer algo.
El
Sermón Podría Ser Dogmático, Místico, Ascético o Parenético.
· Era dogmático si
trataba de dogmas; los que explicaban los misterios,
· Eran los
sermones místicos; los que trataban sobre las prácticas religiosas,
· Se denominaban
ascéticos y los que versaban sobre cuestiones morales, parenéticas.
Estos últimos se
subdividían a su vez en:
·
Homilías,
·
pláticas,
y
·
sermones
propiamente dichos.
Sermón s. m.
1. Discurso de contenido
moral pronunciado por el Predicador durante el culto para explicar los textos
bíblicos u otro tema religioso o social. Homilía.
2. Consejos y
enseñanzas morales destinados a reñir a una persona o corregir un determinado
comportamiento o actitud, especialmente si resultan largos y pesados: cada vez que
salgo con el coche tengo que soportar el sermón de mi padre sobre los peligros
de una conducción imprudente. (Según el diccionario).
El Constructor de Sermón ha dividido la
construcción del sermón incorporando un proceso en cuatro lecciones principales:
1) La Preparación,
2)
La
Precisión,
3) La Producción,
y
4)
La
Presentación.
Lección 1:
La Preparación:
La predicación
poderosa siempre comienza con una preparación correcta. El hombre de Dios no
puede esperar interpretar correctamente el texto o exponer apasionadamente la
verdad sin primero preparar su propio corazón y mente para la tarea. Esta
preparación requiere al menos seis áreas de consideración:
1.
El Predicador –
¿Estoy preparado para predicar?
2. El Propósito – ¿Por Qué estoy predicando?
3. El Paradigma – ¿La Clase de sermón predicaré?
4. Las Personas – ¿A Quiénes predicaré?
5. El Potencial – Cuáles son los resultados
potenciales de mi mensaje?
6. El Pasaje – ¿Qué texto voy a predicar?
A través de considerar en oración cada
uno de estas áreas, el predicador estará bien preparado para empezar el proceso
de construcción del sermón.
Etapa
1:
Paso
1: Considera al Predicador (¿Estoy Preparado
para predicar?)
El predicador debe empezar por mirar su
propia vida, impregnando todo el proceso de construcción del sermón en oración,
confesando todo pecado conocido, y recordándose a sí mismo que él es más que un
simple siervo de Su Amo.
Es crucial, desde el principio, que el
predicador auto examine su propio corazón antes de predicarle a otros. Con esto
en mente, Steve Lawson indica:
Antes de que el predicador pueda
preparar el sermón, Dios debe primero, preparar al predicador. El que desee
obtener una comprensión precisa del texto bíblico debe ser una persona que esté
creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo. De esta manera,
el expositor nunca debería acercarse a un pasaje clínicamente, simplemente para
elaborar un sermón. En lugar de eso, él debe estudiar para comprometer su
corazón a amar y adorar a Dios. Ningún expositor puede llevar a otros
espiritualmente a donde él no ha ido.
Jerry
Vines y Jim Shaddix simplemente dicen esto: “La
preparación es un elemento importante en la buena predicación expositiva. El
predicador no sólo debe pasar tiempo preparando el mensaje, sino que él también
debe prepararse”. Con esto en mente, la preparación personal del
predicador consta al menos de tres elementos cruciales:
· La oración,
· la pureza, y
· la perspectiva.
1)
La Oración (Salmo 19:14; 119:10, 18, 33-40).
De principio a fin, el predicador debe
impregnar todo el proceso de construcción del sermón en oración – la oración
por sí misma (para que él correctamente interprete y aplique la verdad) y la
oración para sus oyentes (para que correctamente entiendan y respondan a la
verdad). En esencia, la oración es dependencia. El predicador que no ora,
indica que él depende más en sus habilidades persuasivas que en el poder del Espíritu
de Dios. James Rosscup dice esto:
La oración no es una
disyuntiva sino el elemento principal en el caleidoscopio de características
espirituales que señalan a un predicador. Estos rasgos se unen en una fuerza
espiritual poderosa; crean a un portavoz para Dios. Jesús, el modelo más fino,
y otros portavoces efectivos para Dios han sido poderosos en la oración unida a
las virtudes de santidad y dependencia en Dios. . . . Los predicadores que
siguen el modelo bíblico toman seriamente la oración misma. En la preparación
del sermón, se empapan ellos mismos en oración.
2)
La Pureza (1 Ts. 2:1-12; 1 Tim. 3:2-3; Stg.
1:21).
Además de la devoción, el hombre de Dios
debe ser un hombre caracterizado por una vida justa. Cualquier estándar
inferior socava el mismo mensaje que el predicador proclama. Ciertamente, nadie
es perfecto. Pero, el patrón de vida del predicador debe ser uno que refleje y
refuerce la verdad que él expone. A consecuencia de esto, Stephen Olford
simplemente indica: “Las Escrituras y la experiencia práctica nos han
enseñado que Dios está más preocupado con lo que somos que con lo que hacemos”.
John MacArthur está de acuerdo, notando:
La rectitud y la santidad
juntas son dos cualidades indispensables de un hombre de Dios, y aún son su
búsqueda de toda la vida. Son centrales para su utilidad; están en el corazón
de su poder. Él las posee y aún las busca (cf. Filp. 3:7-16). Un predicador no
santificado es inútil para Dios, y un peligro para sí mismo y las personas.
De
esta manera, Richard Baxter escribió:
Un buen número de sastres va cubierto de harapos, haciendo
ropas costosas para otros; y un buen número de cocineros apenas se chupan sus
dedos, cuando él ha adornado para otros los platos más costosos... Es algo
espantoso ser un profesor no santificado, pero bastante más lo es ser un
predicador no santificado.
3)
La Perspectiva (Salm. 8:3-4; Is. 6:5; Rom.
12:3).
En el mismo comienzo del proceso del
sermón, el predicador humildemente debe recordarse a sí mismo que él no es nada
fuera de la gracia de Dios. Él es simplemente un instrumento en las manos del
amo, un mensajero al servicio del rey.
Si el predicador tiene éxito (como Dios
lo mide), no es por su elocuencia o su carisma – más bien el éxito verdadero
proviene de una fidelidad inquebrantable sin importar las consecuencias.
El
hombre piadoso no les sirve a los hombres, sino a Dios. El predicador
piadoso, por consiguiente, no debe buscar la aprobación de los hombres, sino
más bien la sonrisa de su Señor.
Además,
la Palabra que él proclama nunca debe ser minimizada, la salvación que él recibió
nunca debería olvidarla:
· Primero, debería ser un combustible para su
pasión por Dios, y
· Segundo, debería ser una parte necesaria de su
vocación.
El proceso de
construcción del sermón no debería ser un simple trabajo, sino también
adoración. Steven Lawson dice esto:
El predicador siempre debe
abordar la Palabra de Dios con reverencia, humildad, y temor de Dios. Cada vez
que él abra la Escritura, él debe ser agudamente consciente de que él está
abriendo la Palabra del Dios vivo. Él nunca debe permitirse venir a la Biblia
insensiblemente o en una rutina hueca. Más bien, su corazón siempre debería
estar absorbido con la verdad profunda que Dios está hablando en el texto. Así,
él siempre debe estudiar un texto en la manera que Moisés abordó a Dios
diciendo, “muéstrame Tu gloria”. Entonces, antes de que pueda tener una
comprensión clara de la Palabra de Dios, primero debe haber un amor consumado
por Dios y Su gloria.
Teniendo una perspectiva correcta, el
predicador se da cuenta de que él es insignificante, pero que el Dios a quien
él sirve lo es todo. El proceso del construcción del sermón, por consiguiente,
no es un trabajo pesado meticuloso, sino más bien el privilegio máximo para el
cual cualquier ser humano pecaminoso podría ser llamado.
Etapa
1.
Paso 2: Considere el Propósito
– ¿Por Qué estoy predicando? ¿Por qué debería Predicar Expositivamente?
El
llamado a predicar no es meramente una invención humana. Más bien, es
una idea de Dios – de hecho, es Su mandamiento para aquellos que son Sus
mensajeros. Aún, el llamado a predicar no es un llamado para exponer nuestras
ideas o nuestras opiniones. El púlpito no es nuestra tribuna improvisada.
De esta manera el predicador debe tener
el compromiso de predicar la Palabra – para exactamente y adecuadamente
expresar las verdades de Dios como se han dado en la Escritura.
Aquí hay cinco razones (adaptado de
Carey Hardy) para predicar la Palabra de Dios con fidelidad y precisión:
1. Bíblicamente – la predicación expositiva es el
modelo presentado y prescrito en la Escritura:
· Mt. 28:19-20 – Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y
he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
· 1 Tim. 4:13 – Entre tanto que voy, ocúpate en la
lectura, la exhortación y la enseñanza.
· 2 Tim. 2:2 – Lo que has oído de mí ante muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros.
· 2 Tim. 4:1-2 – Te encarezco delante de Dios y
del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su
manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y
fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
· Tito 2:1 – Pero tú habla lo que está de acuerdo
con la sana doctrina.
*
Un modelo expositivo de predicar se sobreentiende también en Esdras
7:10; Nehemías 8:8; Lucas 4:16-22; Hechos 6:4; 7:2-53; 8:27-35; y Rom. 10:17.
MacArthur Resume El Ejemplo Que Encontramos En La Escritura:
[La Palabra de Dios] es lo que Jesús
predicó (Lucas 5:1):
· Fue el mensaje
que los apóstoles enseñaron (Hechos 4:31 y 6:2).
· Fue la palabra
que los samaritanos recibieron (Hechos 8:14) como dada por los apóstoles
(Hechos 8:25).
· Fue el mensaje
que la Gentiles recibieron como fue predicada por Pedro (Hechos 11:1).
· Fue la palabra
que Pablo predicó en su primer viaje misionero (Hechos 13:5, 7, 44, 48, 49;
15:35-36).
· Fue el mensaje
predicado en el segundo viaje misionero de Pablo (Hechos 16:32; 17:13; 18:11).
· Fue el mensaje
que Pablo predicó en su tercer viaje misionero (Hechos 19:10).
· Fue el enfoque
de Lucas en el Libro de hechos con respecto a que se propagó rápidamente y
ampliamente (Hechos 6:7; 12:24; 19:20).
Pablo tuvo el
cuidado de decirle a los corintios que él habló la Palabra como fue le dada por
Dios, que no había sido adulterada y que era una manifestación de la verdad (2
Cor. 2:17; 4:2). Pablo admitió que fue la fuente de su predicación (Col. 1:25;
1 Ts. 2:13).
2. Teológicamente – una comprensión correcta de la
Escritura nos conducirá a predicar ex posicionalmente.
· La Palabra de
Dios es inspirada (2 Tim. 3:16; 2 P. 1:20-21). Es exhalada por Dios; Es Su
misma Palabra.
· La Palabra de
Dios es inerrante (Salm. 19:7-9). Como originalmente revelada, la Biblia es sin
error en cualquier área, incapaz de fracasar en cualquiera de sus partes,
perfecta en cada aspecto.
· La Palabra de
Dios es autoritaria (Salm. 119). Debido a que es la Palabra de Dios perfecta,
conlleva en ella Su autoridad.
· La Palabra de
Dios es suficiente (2 P. 1:3-4; 2 Tim. 3:17; Heb. 4:12). Dios reveló todo lo
necesario para que las personas vivan una vida plena. Aun cuando ciertos
asuntos no se discuten específicamente en la Escritura, la Palabra de Dios
provee los principios necesarios para correctamente ocuparse del punto en
cuestión.
· La Palabra de
Dios es relevante (Salm. 119:105; Is. 40:8; 2 Tim. 3:17). Porque Su Palabra es
la autoridad final en todo lo que las personas necesitan, es de extrema
importancia a todas las personas de todo los tiempos. La Escritura se ocupa de
las necesidades verdaderas de toda persona de cada período de tiempo – a partir
de la realidad del pecado y la necesidad de un Salvador.
La única respuesta correcta para creer
en estas verdades acerca de la Escritura es predicar la Escritura
expositivamente – ¡y para no predicar nada más! Si el predicador
verdaderamente cree estas verdades, él querrá predicar de tal manera que el
significado del pasaje de la Biblia sea presentado enteramente y tal cual Dios
lo pretendió. Ésta es predicación expositiva.
3. Eclesiásticamente – como un líder en la iglesia,
el predicador tiene una responsabilidad de predicar ex posicionalmente.
· Nos encontramos
que en la Escritura la iglesia existe para adorar y glorificar a Dios (1 Cor.
10:31; Heb. 13:15); para proveer un contexto de compañerismo amoroso uno con el
otro con el objeto de la edificación mutua (Efes. 3:16-19; 4:12-16); para ser
un centro de entrenamiento por medio del cual las personas puedan crecer a
través de la aplicación de la enseñanza y la utilización de sus dones espirituales
(1 Cor. 12-14; Rom. 12; Ef. 4); y para ser luz en este mundo de tinieblas, para
la evangelización de los elegidos de Dios (Mt. 5:13-16; 28:19-20; Tito
2:11-15).
· Pero otro
propósito de la iglesia es éste: La
iglesia existe para ser un depósito de la verdad divina (1 Tim. 3:15). Si un
predicador comprende este propósito de la iglesia, él está obligado a ser un
expositor.
4. Históricamente – la predicación expositiva ha sido
el modelo primario de predicar a todo lo largo de la historia de la iglesia, a
partir de los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del NT.
· James
Stitzinger, en el capítulo tres de El Redescubrimiento de la Predicación
Expositiva, provee uno exhaustivo relato de la historia de la predicación
expositiva.
Él da ejemplos
de predicación expositiva en el período bíblico:
v la época de la
iglesia cristiana temprana (100-476 D.C.);
v el período
medieval (476-1500);
v el período de la
Reforma (1500-1648), incluyendo los ejemplos de Lutero, Calvino, y Zwinglio; y
v el período moderno (1649-presente), incluyendo a
William Perkins, Richard Baxter, John Owen, Bunyan, Charnock, Whitefield,
Matthew Henry, John Broadus, Alexander Maclaren, Spurgeon, Ironside, Barnhouse,
Criswell, G. Campbell Morgan, Lloyd-Jones, Stott, Boice, MacArthur, y
v a muchos otros.
Claramente, el
exponente bíblico está en buena compañía.
· La conclusión de
Stitzinger, después de examinar la historia de la iglesia, es de esperarse:
Un estudio de la historia de la
predicación expositiva hace constar que tal predicación está profundamente
arraigada en el terreno de la Escritura. De esta forma, es la única clase de
predicación que perpetúa la predicación bíblica en la iglesia. A lo largo de la
historia, algunos hombres bien conocidos en cada generación representativa de un
mayor cuerpo de exponentes fieles se han comprometido a este ministerio de
exposición.
Sus voces desde el pasado deberían
alentar al exponente contemporáneo y desafiarlo a alinear su predicación con el
estándar bíblico. La Escritura exige nada menos que una exposición facultada
por Dios como ha sido demostrada por aquellos santos dignos que han dedicado
sus vidas a esta tarea noble.
5. Prácticamente – la predicación expositiva también
tiene numerosos beneficios prácticos.
· Somos responsables de la enseñanza del consejo de
Dios.
Esto exige un acercamiento organizado, estratégico, expositivo. Un acercamiento
“al azar”
para predicar producirán un entendimiento “al azar” entendiendo de la Escritura.
· Promueve el
nivel más alto de alfabetismo bíblico y entre nuestro pueblo.
· Provee responsabilidad hacia el predicador. Le hace
responsable de predicar lo que dice Dios, y no sus opiniones. También le hace
surtir efecto. Es un trabajo arduo ahondar profundamente en las verdades de la
Escritura.
· La exposición sistemática protege al predicador. Muchos pastores
tienen una tendencia a caer en una rutina y desarrollar una mentalidad de un
solo tema. También, la exposición da protección en contra de usar la Biblia
como un club (encontrando una Escritura para reprender a alguien públicamente).
· Impide un inexacto uso del pasaje. No hay nada
malo en usar un solo versículo de la Escritura para establecer un punto
espiritual válido. El problema es hacer mal uso del versículo. Usted debe saber
lo que un versículo quiere decir en su contexto antes de usarlo. La predicación
expositiva asegura esto.
· Un exponente
raras veces pierde el tiempo preguntándose lo que él va a predicar la siguiente
ocasión… o donde él obtendrá sus
ideas para ver qué es lo que va a decir.
· La exposición sistemática
le da a las personas un apetito por la Palabra.
El
Redescubrimiento de la Predicación Expositiva enlista numerosos beneficios de
la predicación expositiva de la manera siguiente:
La predicación expositiva emula mejor la
predicación bíblica tanto en contenido como en estilo. Éste es el beneficio
principal. Además de esto, otras ventajas listadas en orden aleatorio incluyen
lo siguiente:
Predicación
Expositiva:
v Logra mejor el intento bíblico de predicar: Entregando el
mensaje de Dios.
v Promueve
bíblicamente la predicación autoritativa.
v Magnifica la
Palabra de Dios.
v Proporciona una
bodega de material de sermones.
v Desarrolla al
pastor como un hombre de la Palabra de Dios.
v Asegura el nivel
más alto de conocimiento de la Biblia para el rebaño.
v Induce a pensar
y vivir bíblicamente.
v Promueve la
profundidad y la comprensión.
v Da fuerza para
el tratamiento textos difíciles de interpretar.
v Permite el
manejo de amplios temas teológicos.
v Mantiene a
distancia a los predicadores de la rutina y de los caballitos de batalla.
v Impide la
introducción de ideas humanas.
v Protege en
contra de una mala interpretación del texto bíblico.
v Imita la
predicación de Cristo y de los apóstoles.
v Destaca lo mejor
en el expositor.
Etapa
1.
Paso
3: Considere el Paradigma*) – ¿Qué Clase de sermón predicaré?
Es importante, desde el principio, para
el predicador comprender la esencia de lo que la predicación expositiva es. El
exponente deberá darse cuenta de que mientras la exposición no está limitada a
una predicación versículo por versículo, hay numerosas ventajas para hacer de
la predicación versículo por versículo un patrón normal.
En su esencia, la predicación expositiva abarca los siguientes
cinco elementos (adaptada de Richard Mayhue):
1. El mensaje
encuentra su fuente exclusiva en la Escritura.
2. El mensaje es
extraído de la Escritura a través de una exégesis cuidadosa.
3. La preparación
del mensaje correctamente interpreta la Escritura en su sentido normal y en su
contexto.
4. El mensaje
claramente explica el significado original pretendido por Dios de la Escritura.
5. El mensaje
aplica el significado Bíblico para hoy.
___________
*) Paradigma. (Del lat. paradigma, y este del gr. παράδειγμα).
m. Ejemplo o ejemplar. || 2. Ling. Cada uno de los esquemas formales en que se
organizan las palabras nominales y verbales para sus respectivas flexiones. ||
3. Ling. Conjunto cuyos elementos pueden aparecer alternativamente en algún
contexto especificado; p. ej., niño, hombre, perro, pueden figurar en Él -- se
queja. Microsoft® Encarta® 2009.
Indicado algo de manera diferente, Faris Whitesell aclara lo qué
la predicación expositiva es mediante la identificación de lo que no es:
1. No es un
comentario recorriendo de palabra por palabra y versículo por versículo sin
unidad, ni bosquejo, y dirección penetrante.
2. Sin comentarios
divagantes y observaciones sin sentido acerca de un pasaje sin un trasfondo de
exégesis y orden lógico.
3. No es una masa
de sugerencias desconectadas e inferencias basadas en el significado
superficial de un pasaje pero no mantenida por un estudio a profundidad y
amplitud del texto.
4. No es una
exégesis pura, no importa cuánta erudición, si carece de un tema, tesis,
bosquejo, y desarrollo.
5. No es una simple
idea general estructural de un pasaje con algunos comentarios de apoyo pero sin
otros elementos retóricos y de sermón.
6. No es una
homilía tópica usando partes dispersas del pasaje pero omitiendo una discusión
de otras partes igualmente importantes.
7. No es una
colección en trocitos de citas y conclusiones gramaticales de comentarios sin
una unión de estos elementos en un mensaje suave, fluido, interesante e
imponente.
8. No es una charla
tipo lección de escuela dominical que no tiene un bosquejo del contenido,
informalidad, y el fervor pero con falta de estructura de sermón e ingredientes
retóricos.
9. No es una
lectura de la Biblia que conecta un número de pasajes dispersos tratando un
tema en común pero falla en manejar cualquiera de ellos en una manera cabal,
gramatical, y contextual.
10. No es un
devocional ordinario o charla de reunión de oración que combina unos
comentarios incoherentes, sugerencias inconexas, y reacciones personales en un
debate semi-inspiracional pero con falta del beneficio del estudio
contextual-exegético básico y los elementos persuasivos.
Con estos principios básicos como fundamento, hay muchos estilos
diferentes de predicación expositiva. Irvin Busenitz escribe esto:
Tal como una predicación versículo por
versículo no es necesariamente expositiva, predicar lo que no es versículo por
versículo no es necesariamente poco expositivo. Es cierto, algunos enfoques de
actualidad no son expositivos, pero tal necesidad no lo es y ciertamente no
debería ser el caso.
Ningún libro se ocupa de temas que
directamente afectan la vida diaria más de lo que lo hace la Biblia. Así, para
ser efectivo, toda predicación de actualidad y enseñanza, cualquiera que sea
tema, sea temático, teológico, histórico, o biográfico, debe ser consumido con
exponer la Palabra.
El Constructor de Sermón está
primordialmente diseñado para exponer versículos por versículo. Después de
todo, ésta es la forma más común de exposición. No obstante, a los predicadores
que quieren ocasionalmente predicar de manera tópica no les debería dar miedo
hacer eso – con tal de que exactamente proclamen la Palabra de verdad, cuidándose
de no sacar versículos de su contexto.
Véase ---------> Parte II:
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