martes, 26 de julio de 2016

EL NOMBRE DE JESÚS: (Mateo 1:21)

EL NOMBRE DE JESÚS:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
(Mateo 1:21)

“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”.
(Lucas 1:31)    

Introducción:
Jesús significa "Salvador". Jesús[1] vino a la tierra a salvarnos porque nosotros no podíamos hacerlo. No podíamos librarnos de las consecuencias del pecado. Por buenos que seamos, no podemos eliminar la naturaleza pecaminosa presente en todos nosotros. Solo Dios puede hacer esto. Jesús no vino para que la gente se salvara a sí misma. Vino para salvarnos del poder y del castigo del pecado. Dele gracias a Cristo por haber muerto en la cruz por sus pecados, y luego pídale que tome el control de su vida. Una nueva vida empezará para usted en ese momento.

Etimología:
·         Jesús:
Por Yesh’uah  = יְהוֹשׁוּעַ: Nombre hebreo y original de nuestro Señor. Notemos: que Yeshuah, no puede traducirse o transliterarse al castellano como Jesús, sino como “Salvador”.[2]

(H3091 יְהוֹשׁוּעַ = Yejoshúa o יְהוֹשֻׁעַ = Yejoshúa; de H3068 y H3467; salvado de Jehová; Jeoshúa (i. e. Josué), líder judío:- Josué. Compárese con H1954, H3442).   G2424 ησος = Iesoús de origen hebreo [H3091]; Jesús (i. e. Yejoshúa), nombre de nuestro Señor y de otros dos (tres) israelitas:- Jesús, Josué. (Strong).

“Tu nombre es como ungüento derramado” (Cantares 1:3). Tal es para el Redimido el nombre de Jesús. El solo hecho de pronunciarlo debería hacer estremecer nuestros corazones de un santo gozo.
Nombre digno de alto honor;
Nombre del Divino amor;
Nombre de mi Redentor;
¡Cristo, Jesucristo!

La pregunta que hacía Agur, varios siglos atrás, evocando el poder Creador de Dios, llama nuestra atención: “¿Quién subió al cielo, y descendió?... ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes” (Proverbios 30:4).

1.       El Antiguo Testamento:

En el Antiguo Testamento, Dios da a conocer su nombre a Moisés: “Jehová [HA-SHEM ‘El Nombre’ Adonai]”, “Yo Soy”. “Éste es mi nombre para siempre” (Éxodo 3:14-15). El misterio de las personas divinas no fue Revelado antes que la Palabra se hiciera carne, aunque haya pasajes que hagan alusión a ello: “Con él estaba yo ordenándolo todo, y era su delicia de día en día, teniendo solaz delante de él en todo tiempo” (Proverbios 8:30).
El Enviado, el Ángel de Jehová, aparece a veces un momento, pero no comunica su nombre (Jueces 13:18). Cuando el profeta anuncia la venida del niño que nacerá de una virgen, aprendemos que en él, Dios estará presente: su nombre será Emanuel, Dios con nosotros (Isaías 7:14; 8:8); luego se dan algunos de sus títulos Divinos (9:6-7).

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz… Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.
(Isaías  9:6-7)
 
Surge entonces la pregunta: ¿De qué acontecimientos habla el profeta? Se ha opinado que Isaías da expresión a las expectativas del pueblo oprimido y amenazado por los ejércitos de Asiria, expectativas de una gran liberación futura que haría un gran contraste con la tragedia presente bajo el rey Acaz. Hay quienes han propuesto que en los vv. 6 y 7 Isaías vuelca sus vehementes expectativas en la persona de Ezequías, el hijo de Acaz, que entonces era tan sólo un niño pequeño. Pero nos preguntamos si Isaías pudiera referirse a él con los títulos que usó para el heredero del trono de David y su reino, aquel que vendría para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre (v. 7).
Veamos los títulos que el profeta adjudica a este niño que nacería y sobre cuyo hombro estaría el dominio y el imperio:
·      El primer título es Péle  H6383, “Admirable”, el mismo nombre que el Angel de Jehová se llama a sí mismo en su revelación a Manoa, padre de Sansón: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Es Admirable (Jueces 13:18).
·      El segundo título es Yoéts  H3272, “Consejero”; es decir, el soberano que no necesita rodearse de consejeros para gobernar. La tradición de ReinaValera ha considerado las palabras Péle Yoéts como dos títulos independientes, lo cual es perfectamente posible. La RVA los ha unido en un sólo título, como lo hace la LXX: Thaumastós súmboulos. Esto presupone que Péle Yoéts es la inversión de Yoéts Péle; inversiones de este tipo existen en hebreo.
·      Luego vienen los títulos El  H410, “Dios”, y Guibor  H1376, “Fuerte: o “Poderoso”. La tradición de Reina Valera los ha tomado como títulos separados. Los editores de la RVA., han visto aquí un solo título, como en Deuteronomio 10:17; Jeremías 32:18 y Nehemías 9:32. Y difícilmente en Isaías 10:20 (ver comentario allí). Indiscutiblemente estos títulos reconocen divinidad al mesiánico heredero del trono de David, cosa imposible de imaginar si no fuera que lo escrito, escrito está.
·      Luego vienen los títulos Abiad  H1 y 5703, “Padre Eterno”, y Sar  H8269-shalom  H7965, “Príncipe de Paz”, que apuntan al carácter eterno y estable de este Rey, cuya influencia difundiría la paz en todo su imperio (comp. v. 7).
Los nombres de algunos ángeles han sido Revelados, como: Gabriel y Miguel (Daniel 9:21: 10:13). El Hijo de Dios es infinitamente sobre todos. Es el Creador, y los otros son sus criaturas. No tiene otro nombre que el de Jehová, Dios.

2.      En El Nuevo Testamento:

Cuando fue “hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre” (Filipenses 2:7-8), según su humanidad perfecta, Dios mismo le dio un nombre. Ni José, ni María, ni nadie podían hacerlo. Era necesario que ese nombre testificara lo que él es, eternamente, y la obra que iba a cumplir.

NOTA: Filipenses 2:7: SE DESPOJÓ A SÍ MISMO: La kenosis[3] (vaciamiento) de Cristo durante Su Encarnación no quiere decir que renunciase a ningún atributo de Su Deidad, sino que tomó sobre Sí las limitaciones de la humanidad. Esto implicaba un velo sobre la gloria que tenía antes de la Encarnación (Juan 17:5) y el desentenderse voluntariamente de algunas de Sus prerrogativas Divinas durante el tiempo en que estuvo en la tierra (Mateo 24:36).

Así Dios envió un Angel a José y María para decirles a cada uno: “Llamarás su nombre”, esto es, Salvador, “porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21; Lucas 1:31).
Con el nombre de Jesús, vivió aquí abajo y fue crucificado. “Pusieron sobre su cabeza su causa escrita: Éste es Jesús, el Rey de los Judíos” (Mateo 27:37). Más tarde, dirigiéndose a Anás, a Caifás y a los ancianos de Israel, Pedro les dirá: “Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quién Dios resucitó de los muertos… y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:10-12). [Esta demanda la Iglesia Católica ha Cambiado, por sus ídolos e Imágenes, de hombres y mujeres].

3.       Los Testigos De Su Resurrección, y Su Partida Al Cielo:

Durante cuarenta días después de su Resurrección, Jesús fue visto por los apóstoles y también por “más de quinientos hermanos a la vez” (1 Corintios 15:5-7); luego, “fue recibido arriba… Viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hechos 1:2-3, 9).
He aquí la respuesta a la pregunta de Agur: “¿Quién subió al cielo, y descendió?” (Proverbios 30:4). Así Pablo escribió a los efesios: “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo” (4:10). “Jesús entró por nosotros como precursor” (Hebreos 6:20). Hay pues ahora un hombre en la gloria. Lleva el nombre que tenía aquí abajo.
Entró allí según sus propios méritos, y nosotros entraremos en virtud de los suyos. Está allá arriba, nuestro precursor. Entonces, nuestra esperanza es “como segura y firme ancla del alma” (Hebreos 6:19).

Saulo = Pablo, El Testigo Fiel:
Alrededor de cuatro años más tarde, mientras “Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor”, era detenido en el camino a Damasco, y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo. ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quién tú persigues (Hechos 9:1-5).
Es difícil imaginar lo que esta respuesta proveniente del cielo, acompañada de un resplandor de luz celestial. Logró producir en el corazón de este hombre. Jesús, el crucificado del Gólgota, cuyos discípulos Saulo perseguía, estaba en el cielo y le hablaba delante de testigos irrecusables que quedaron atónitos.

4.       La Profecía De Jeremías 627-585 a. C.:

El profeta Jeremías había denunciado la maldad de los hombres que darían muerte a Jesús: “Yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo:… cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre” (Jeremías 11:19).
He aquí lo que quería Satanás; hacer morir a Jesús y borra la memoria de su nombre. Sin embargo, “el impío hace obra falsa” (Proverbios 11:18): tan igual como las religiones que dan más honor a sus ídolos que al mismo Dios de verdad, para que el hombre se olvide de Dios y su Cristo.

…: La Muerte y la Resurrección de Jesús habrían de ser un triunfo; habrían de ser la Salvación de una multitud de hombres y mujeres que se acordarán del nombre de su Salvador, hasta que Él Venga de Nuevo a buscarlos y a tomarlos con ÉL. A la espera de esto, dicen: “Tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma” (Isaías 26:8).

Aún hoy, muchos responden al deseo que el Señor expresó hace casi dos mil años, la noche que fue entregado, cuando instituyó la cena y dijo: “Haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11:24-25). Pronto, cuando hayan sido introducidos en la gloria, tendrán el gozo de poder decirle: “Me acordé en la noche de tu nombre”, durante tu ausencia (Salmo 119:55).

Y los que no creyeron [los que confían en los ídolos] en Jesús el Salvador ¿qué dirán? Es necesario “que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la  tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:10-11).

Despreciaron a Jesús el Salvador, pero se prosternarán temblando delante de Jesús el Juez.

Concluimos:

El último capítulo del Apocalipsis nos recuerda tres veces la próxima Venida –digamos inminente- de nuestro Señor, repetida por medio de esta promesa: “¡He aquí, vengo pronto!” (22:7, 12, 20); y un último llamamiento se dirige a aquel “que tiene sed” de perdón, de paz, de felicidad. Notemos todavía en las últimas líneas del libro de Dios esta expresión tan tierna: “Yo Jesús” (22:16). Es la segunda y última vez que el Señor se llama su nombre de Salvador. Así había respondido a Saulo = Pablo en el camino a Damasco: “Yo Soy Jesús”.


“Yo Soy Jesús”
Y
FUERA DE MÍ NO HAY SALVACIÓN:

___________
[1] iesous = (ιησους, G2424) es una transliteración del nombre heb. «Josué», significando «Jehová es salvación»; esto es, «es el Salvador»; era «un nombre común entre los judíos (p.ej., Éxodo 17:9; Lucas 3:29; Colosenses 4:11). Fue dado al Hijo de Dios en la encarnación como su nombre personal, en obediencia a la orden dada por un ángel a José, el marido de su madre, María, poco antes de que él naciera (Mateo 1:21). Es con este nombre que se le designa generalmente en las narraciones evangélicas, pero no sin excepciones, como en Marcos 16:19; Lucas 7:13, y una docena más de pasajes en este Evangelio, y en unos pocos lugares en el de Juan.
««Jesucristo» aparece solo en Mateo 1:1; 1:18; 16:21, margen; Marcos 1:1; Juan 1:17; 17:3. En Hechos se halla frecuentemente el nombre «Jesús». «Señor Jesús» se usa normalmente, como en Hechos 8:16; 19:5; 19:17; véase también los relatos de las palabras pronunciadas por Esteban (Hechos 7:59), por Ananías (Hechos 9:17), y por Pablo (Hechos 16:31); aunque tanto Pedro (Hechos 10:36), como Pablo (Hechos 16:18), usaron también «Jesucristo».
»En las epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el nombre personal no se encuentra solo ni una sola vez, pero sí en Apocalipsis, donde se encuentra ocho veces (vm, Hechos 1:9; 12:17; 14:12; 17:6; 19:10, dos veces; Hechos 20:4; 22:16). En la rvr se exceptúan los dos primeros pasajes, donde aparece el nombre compuesto «Jesucristo» (tr).
»En las Epístolas de Pablo, «Jesús» aparece solo únicamente trece veces, y en Hebreos ocho veces; en esta última, el título «Señor» se añade solo una vez (Hechos 13:20). En las Epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, hombres que acompañaron al Señor en los días de su carne, «Jesucristo» es el orden invariable (en vm ) del nombre y título, porque este fue el orden de su experiencia; lo conocieron primero como «Jesús», llegando a aprender, finalmente, en su resurrección, que él era el Mesías. Pero Pablo llegó a conocerlo por primera vez en la gloria celestial (Hechos 9:1-6), y siendo así su experiencia la inversa de la de los otros, se halla frecuentemente el orden inverso, «Cristo Jesús», en sus epístolas, pero, exceptuando Hechos 24:24, no aparece en ningún otro lugar de la vm .
»En las cartas de Pablo, el orden siempre está en armonía con el contexto. Así, «Cristo Jesús» describe al Excelso que se humilló a sí mismo (Filipenses 2:5), y da testimonio de su pre-existencia; «Jesucristo» describe al Menospreciado y Rechazado que fue después glorificado (Filipenses 2:11), y da testimonio de su resurrección. «Cristo Jesús» sugiere su gracia; «Jesucristo» sugiere su gloria» (de Notes on Thessalonians , por Hogg y Vine, pp. 26, 29). (VINE).
[2] YEHUDAH BEN, David. EL EVANGELIO ETERNO DE D-OS. Edit. Benei Yehudad Inc. Primera edición Octubre del 2001. Colombia).
[3] kenoo =  (κενόω, G2758), vaciar. Se traduce «despojó» en Filipenses 2:7. Las cláusulas que siguen al verbo dan la exégesis de su significado, especialmente las frases «forma de siervo», y «semejante a los hombres». Cristo no se vació a sí mismo de su deidad. No dejó de ser lo que era esencial y eternamente. La Versión Autorizada Inglesa, aunque no da una traducción exacta (traduce «se hizo carente de gloria»), expresa muy bien lo que hizo el Señor (véase Gifford sobre la encarnación). Para otros usos de la palabra, véanse Romanos 4:14; 1 Corintios 1:17; 9:15; 2 Corintios 9:3. En la lxx aparece en Jeremías 14:2; 15:9. (VINE).
-    Biblia De Estudio RYRIE.
-    e-Sword-the. LEDD.
-    Creced. N° 6//1998.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 26//07//2016.



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