miércoles, 6 de julio de 2016

Parte IV: El Constructor Del Sermón:

Parte IV:
El Constructor Del Sermón:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

4) aplicación, e
5) ilustración.
Desarrollando cada punto de esta manera, el expositor comienza con el texto bíblico como su autoridad, y termina explicando y aplicando la verdad absoluta a su audiencia.

Habiendo identificado cuáles serán sus puntos, el predicador no puede simplemente detenerse sin añadirle la carne a los huesos.
Hay al menos cinco partes claves de este proceso para el desarrollo (adaptado de Tom Pennington). Los primeros dos de estos elementos han sido combinados porque fueron detallados en la sección de “exégesis” del Constructor de Sermón.

1) La Observación y la Explicación.
Con cada punto de su bosquejo, el expositor debe empezar por señalar y explicar la información exegética pertinente – los datos que él recabó durante su estudio. Haciendo esto, él le dice a su audiencia tanto lo que el texto dice como lo que quiere decir.
Ésta es la carne del sermón, el fundamento sobre el cual el bosquejo es desarrollado. Si el expositor debe dar marcha cualquiera de los pasos del proceso de construcción del sermón, esto no debe ser momento.

2) La Argumentación.
El propósito de la argumentación es decirle a la audiencia por qué deberían creer la interpretación que están recibiendo del predicador – “para convencer al oyente que su interpretación se conforma el resto de la Escritura y deberían aceptarla como la verdad” (Pennington).
Las herramientas que el expositor utilice para apoyar sus afirmaciones primordialmente deberían constar de pasajes paralelos de la Escritura y otras referencias cruzadas que apoyen el punto que se esté estableciendo. Las herramientas secundarias podrían incluir comentarios, teologías sistemáticas, historia de la iglesia, y aun deducciones lógicas.

3) La Ilustración.
El flujo del sermón consiste no sólo en transiciones suaves, sino que también en ilustraciones pertinentes – los retratos hablados y las anécdotas que le ayuden a la audiencia a entender mejor la verdad que está siendo dada. Las ilustraciones proveen un descanso mental para la audiencia, por consiguiente auxilian tanto en su atención como en comprensión.
Mientras que la premisa o principio básico de cualquier sermón seguramente no debería ser historias, las ilustraciones no obstante sirven para un papel secundario importante. De hecho, las ejemplificaciones funcionan en diferentes formas.
Por ejemplo, ayudan a hacer de la verdad interesante y concreta así como también memorable. Ayudan a la audiencia a guardar relación a lo que de otra manera podría ser aparentemente conceptos abstractos. Al clarificar, humanizar, o enfatizar ciertos conceptos, las ilustraciones proveen al expositor de una herramienta comunicativa poderosa. Con esto en mente, John Broadus escribió:

Las buenas ilustraciones son más fáciles de recordarse que los dichos brillantes del argumento. No es una experiencia rara en los predicadores encontrarse con que sus frases más finas y la mayoría de las observaciones profundas fácilmente se borran de la memoria, mientras alguna anécdota aparentemente trivial o una ilustración permanecen. Si estos pueden ser hechos tan apropiados como necesariamente para recordar el argumento o línea de pensamiento, tanto mejor.

Las ilustraciones mismas incluyen todo desde imágenes verbales y alusiones históricas hasta anécdotas y experiencias personales. Pueden ser encontrados en la Biblia misma, de la observación de todos los días, en periódicos y libros, y aun de la imaginación del expositor. Las ilustraciones son ventanas dentro del sermón, dejando a los oyentes visualizar lo que oyen. Ayudan a que la audiencia a vea lo que el orador está diciendo.

He Aquí Algunos Consejos Prácticos Para Usar Ilustraciones:
1. Una ilustración debería ilustrar un punto, no sólo debería ser una historia aleatoria.
2. Una ilustración debería dirigir la atención a la idea detrás de ella, no hacia sí misma.
3. Una ilustración debe tener sentido si ha de ser efectiva.
4. Una ilustración debería ser convincente, aun si la situación es imaginaria.
5. Una ilustración debería ser interesante, no aburrida u abusar.

Tom Pennington enlista varios malos usos y escollos de las de ilustraciones.

Malos Usos:
1. Manipular las emociones de los oyentes.
2. Conmocionar al oyente.
3. Relatar una historia interesante aun cuando no tiene nada que ver con el punto del sermón.
4. Para rellenar un mensaje pobremente preparado.
5. Simplemente para hace reír.

Escollos:
1. Incluir demasiados.
2. Incluir hechos inexactos.
3. Anunciar que una ilustración viene (en vez de simplemente empezar la ilustración).

4) La Aplicación.
Finalmente, cada punto del sermón debería ser aplicado a la audiencia, queriendo decir que el predicador debería decir a sus oyentes qué hacer con la verdad que han escuchado. Después de todo, Dios pretende que la enseñanza de Su Palabra sea aplicada (Rom. 4:23-24; 15:4; 1 Cor. 9:9-10; 10:6, 11).

Pennington da los siguientes consejos prácticos para aplicarle los puntos de un sermón:

La definición de la aplicación (de John Broadus):

·      Enfocando las afirmaciones de la verdad – la aplicación correcta, en la cual uno muestra al oyente como las verdades de un sermón se aplican a él.
·      Sugiriendo formas y medios – la conclusión del mensaje en Salm. 119; la conclusión de 1 Cor. 12; – sugerencias prácticas con respecto al mejor modo y la medios para realizar el deber urgido.
·      Persuadiendo a la respuesta vital – la persuasión en el sentido de súplica moral y espiritual para la respuesta correcta.

Los Principios Orientadores De La Aplicación:
1. Debería fluir del propósito del autor.
2. Debería ser apropiado para la audiencia.
3. Debería estar colocado en el mensaje donde mejor sea apropiado para el texto.

Las Fuentes Para La Aplicación:
1. Aclare la aplicación en el texto mismo.
2. Sus propias experiencias espirituales (cf. 1 Cor. 10:13).
3. La observación de su audiencia.
4. La observación de la cultura.
5. Los comentarios y otros recursos.

Paso 14: El Flujo (Parte 2).
Estudiar las Transiciones:

Resumen: Con los puntos del bosquejo desarrollado, el expositor, al menos, debería pensar detenidamente cómo efectuará una transición de un punto a otro. Las tangentes aleatorias, una falta de paralelismo entre los puntos, y las ilustraciones que no tienen aplicación lastimarán el flujo lógico del mensaje. Pensar detenidamente en las transiciones con anticipación minimizará las distracciones innecesarias durante la entrega del sermón.

Si el bosquejo es la estructura, y la investigación provee las tablas, entonces las transiciones son los clavos. Pegan todo. Sin buenas transiciones el sermón sonará como a una conglomeración agitada de ideas inconexas, y la audiencia se encontrará perdida y confundida mientras se preguntan: “¿De dónde vino eso?”.

Con respecto a la importancia de las transiciones suaves, John Broadus escribió:

La transición puede ser formalmente definida como tanto el acto y el medio de moverse de una parte del sermón hacia otra, de una división hacia otra, y de una idea hacia otra. Las transiciones son para los sermones lo que las coyunturas son para los huesos del cuerpo. Son los puentes del discurso y por ellos las maniobras del predicador de punto por punto.

Aquí hay algunos consejos útiles para recordar cuándo pensamos detenidamente en las transiciones de un sermón:

·      Asegúrese de que los puntos de su bosquejo son paralelos. Si no lo son, será difícil de efectuar una transición entre ellos de una manera clara.
·      Sea creativo en la manera en que usted efectúa una transición. No diga repentinamente: “punto 2” e inicie un pensamiento nuevo. Más bien, las buenas transiciones son claras, en lo referente a que un punto nuevo está claramente siendo discutido y evidentemente sutil, en lo referente a que no son desagradables para la audiencia.
·      Asegúrese de que la transición retroceda en círculo a atraer a alguien en la audiencia que pudo haberse distraído y pudo haber perdido el flujo de pensamiento durante el último punto.
·      Asegúrese de que su transición se relacione de manera lógica a todo su discurso. (i.e. Si usted inicia un punto central nuevo, debería relacionarse de vuelta con su tesis de manera lógica. Si usted está comenzando un sub-punto nuevo, lógicamente debería relacionarse con el punto central de manera lógica en el cual está.)

Paso 15: Los Toques Finales.
Escribiendo la Introducción y la Conclusión:

Resumen: Sólo después de que el cuerpo del mensaje haya sido completado el expositor está en condición de componer su introducción y su conclusión. La razón de porque hasta que él termine el cuerpo de su sermón, él no sabe correctamente lo que él estará introduciendo o concluyendo.

El paso final en el proceso de construcción del sermón es la adición de una introducción y una conclusión. Con el cuerpo del mensaje terminado, el expositor está ahora en condición de escribir tanto una conclusión como una introducción apropiada para su sermón.

1) La Introducción. En su nivel más básico, la introducción debería hacer al menos dos cosas:
·      Primero, debería asegurar el interés de la audiencia con respecto al tema que esté tratando. A través de una ilustración interesante, estadística, o algún otro medio, la introducción del expositor debería convencer a su audiencia de que el resto de su mensaje es digno de escuchar.
·      En segundo lugar, debería presentar un plan hacia dónde el mensaje se dirige. Usualmente, esto es algo tan simple como indicar la proposición, aunque puede incluir una visión general del bosquejo entero.

Tom Pennington da varios consejos útiles para las introducciones:

·      Debe ser diseñado para lograr tres cosas:
v Capte la atención del oyente y obtenga su interés – pero evite el sensacionalismo.
v Cree una necesidad; ¿Por qué le debería escuchar?
v Introduzca el tema del pasaje y el cuerpo del sermón.

·      Debería hacer una impresión dominante a través de un foco estrecho en un solo tema.
·      Si es una serie, la introducción debería hacer la conexión con mensajes previos.
·      Se sacó de: Las situaciones y las experiencias de la vida, los trasfondos históricos, las biografías, los hechos noticiosos, las citas, las referencias de literatura, geografía, cultura, costumbres, materiales de trasfondo, anécdotas, incidentes humorísticos, declaraciones sorprendentes.
·      Es importante hacer una transición suave para la proposición…y la proposición necesita ser determinada con precisión.
·      La introducción debería terminar con la proposición y la frase de transición.
·      Debería ser de una longitud apropiada – tan resumido como sea posible….tan largo como sea necesario.
·      En la mayoría de los casos, es mejor redactar la introducción (pero trate de no simplemente leer la introducción).

2) La Conclusión. En contra de lo que algunos puedan pensar, la conclusión debería ser el clímax del sermón (y no simplemente una declaración resumida etiquetada agregada hasta el fin).
Mientras que ciertamente incluye un resumen total del mensaje, también debería incluir una llamado a poner en acción – recordándole a la audiencia que, basado en el peso de la evidencia en el sermón, cierta aplicación es requerida. ¿En otras palabras, la conclusión debería proveer a la audiencia de un final y culminante, “¿y ahora qué?”.

Aquí Hay Algunos Consejos Útiles Para Una Conclusión Apropiada:
·      Nunca debería ser espontánea, sino siempre cuidadosamente preparada.
·      Debería ser un final natural para el sermón, no un alto abrupto.
·      Debería ser personal en su meta – la meta es alcanzarle e impactarle a cada uno y a todo individuo de la audiencia.
·      El llamado a la acción debería ser el clímax del sermón.
·      La conclusión no debería salir a la luz, no sea que los oyentes no dejen de escuchar la conclusión completa.
·      Normalmente debería incluir una súplica para que los incrédulos se arrepientan.
·      Debería ser una súplica evidente, enérgica, y natural del predicador hacia su congregación, emergiendo de y basándose del cuerpo de su sermón.
·      El predicador siempre debería intentar tener la última línea de su conclusión escrita (a fin de evitar innecesario desvarío).

Anécdota: EL SERMÓN LEÍDO:  

Un pastor protestante leyó su primer sermón estando presente Bernard Shaw.  Terminada la ceremonia religiosa, el pastor preguntó a Bernard Sahw su opinión acerca del sermón. “Le haré tres objeciones” dijo Shaw:
§  En primer lugar, lo ha leído.
§  En segundo término, lo ha leído mal. Y,
§  por último, la verdad es que no valía la pena leerlo.



Lección 4:
La Presentación:
Consejos Prácticos Para La Entrega Del Sermón.

El resumen: Con el estudio completado y el sermón construido, el expositor está todavía sin acabar con su tarea. Permanece otro aspecto crucial para el sermón para completar el proceso de construcción – a saber, la entrega.

Al comunicarse eficazmente, al menos siete cosas esenciales deberían ser consideradas: La preparación, la perspicuidad, el equilibrio, la proyección, ayudas visuales, los parámetros, y la pasión.

El sermón no está realmente terminado hasta que sea entregado. Ciertamente, la presentación no es el paso más importante durante el proceso. Si la exégesis es incorrecta o la exposición pobremente elaborada, la presentación fracasará.
Aún, al mismo tiempo, el expositor constantemente debe tratar de ser un comunicador excelente – no con el objeto de asombrar a las personas con su habilidad, sino más bien que la verdad de la Palabra de Dios pueda ser claramente expresada al pueblo de Dios.

Para comunicarse eficazmente, hay varios aspectos de entrega que deberían ser considerados.

1) La Preparación.
Habiendo estudiado correctamente para su sermón, el predicador también debe afirmar su mensaje con oración, debe asegurarse para iniciar el proceso lo suficientemente temprano para no sentirse apresurado, asegúrese de obtener un buena descanso la noche anterior, y revisar sus notas de antemano a fin de sentirse cómodo con ellas al predicar.
Preparándose correctamente (mentalmente, físicamente, y espiritualmente), el expositor estará mucho más en condición de comunicarse eficazmente.

2) La Perspicuidad.
La claridad de pensamiento y palabra es la parte más importante de la entrega – expresando la verdad de la Palabra de Dios en una manera en que la audiencia pueda comprender.
Esto, claro está, fluyen de tener un buen bosquejo y las buenas transiciones. Sin embargo, el expositor también debería conocer a su audiencia: Usando un lenguaje con el cual les sea familiares e ilustraciones con las cuales puedan tener relación.

El orador también debería hablar en voz alta y claramente. Él no debería temer o distraerse por el micrófono. Y él debería adiestrarse a evitar errores verbales comunes, como utilizar la palabra “mm,” apresurar su discurso, o hablar entre dientes.

3) El Equilibrio.
El predicador debe presentarse decentemente y con dignidad, no en una manera envanecida o arrogante, sino en una manera tal que ni su oficio o el mensaje sea trivializado o desdeñado en su relato. Su postura debería ser correcta y su contacto visual directo. Su entrega debería hacerse con confianza y convicción, siendo dada en una manera organizada y natural.
Además, el expositor debería abstenerse de degradar o exaltarse por sí mismo, ya sea a través de sus palabras, sus acciones, o su vestir (la ropa debería estar limpia, y apropiada para la ocasión).
El mensaje mismo es lo que es importante. Con un equilibrio correcto, el mensaje es comunicado eficazmente sin el excesivo enfoque colocado en el mensajero.

4) La Proyección.
La predicación debería ser natural – en lo referente a que no sea falsa o forzada, sino más bien una ampliación de estilo normal de comunicación del orador.
Sin embargo, cada parte del mensaje (como la intensidad, el volumen, la expresión facial, y los movimientos de la mano) debe ser ampliado (especialmente para audiencias grandes) a fin de que cada individuo en la congregación reciba el mensaje.

5) Ayudas Visuales.
En algunas ocasiones, es apropiado para el expositor utilizar ciertas ayudas visuales para auxiliar en la comunicación de su mensaje. Esto puede ser algo tan simple como o una proyección de Power Point del bosquejo.
Cualquier ayuda visual, por muy simple o complicada que sea, el expositor debe asegurarse de que está en su lugar y en condiciones antes de que él comience su mensaje. Nada es más divertido o bochornoso que una ayuda visual que deja de funcionar.

6) Los Parámetros.
Dependiendo donde y cuando el sermón sea dado, el expositor se adapta dentro de los parámetros de cualquier situación en particular. Tales límites incluyen cuánto lenguaje corporal y expresión usará, qué tan largo será el sermón que dará, las palabras que él elegirá decir, etcétera.
Por ejemplo, los chistes pueden ser apropiados para introducir un mensaje a la juventud en una noche de miércoles, pero no serían apropiados durante un discurso en un funeral. Los expositores que saben los límites de cada situación podrán maximizar su comunicación dentro de esa esfera dada.

7) La Pasión.
El expositor debe predicar apasionadamente si él espera que su congregación responda apasionadamente. Después de todo, si el predicador mismo no puede entusiasmarse acerca de lo que él ha estado estudiando, por qué las personas deberían entusiasmarse acerca de eso.
En cuanto que su mensaje exactamente refleje las Escrituras, el expositor puede estar confiado de que su mensaje conlleva la autoridad de Dios. Así, habiéndolo aplicado a sí mismo, él puede aplicarlo a los demás con la verdad que ya ha impactado su propia vida.

En cada una de estas áreas, es importante que el expositor continuamente evalúe sus técnicas de comunicación – siempre tratando de mejorar para la gloria de Dios y la claridad del mensaje.

Después de predicar, el expositor también debe proteger su corazón – siempre esforzándose por mejorar en su efectividad, siempre huyendo del pecado de orgullo, y siempre dejando al Espíritu Santo cumplir con su trabajo.

Anécdota: EBEN-EZER: 

Sentimos en nuestro pecho algo del ánimo de Sir Francis Drake, quien después de haber navegado por todo el mundo, tuvo que enfrentarse con una tormenta en el Támesis. “¡Qué!” dijo Drake: “he navegado con seguridad por todo el mundo, ¿Y ahora ve voy a ahogar en un vaso de agua?”. Lo mismo decimos nosotros hoy.
Hemos sido ayudados a través de tanto tiempo y tan frecuentemente; por otra parte, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”, ¿por qué, pues vamos a temer ahora? Más aún: ¿Cómo nos atrevemos a temer?

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
(2 Tim. 3:16-17) 

Conclusión:

En cada una de estas áreas, es importante que el expositor continuamente evalué sus técnicas de comunicación cual fuese el tipo de sermón a presentar –siempre tratando de mejorar para la gloria de Dios y la claridad del mensaje.
Después de predicar, el expositor también debe proteger su corazón –siempre esforzándose por mejorar en su efectividad, siempre huyendo del pecado del orgullo, y siempre dejando al Espíritu de Dios cumplir con su trabajo.
El lector comprenderá que los bosquejos que acabamos de dar no constituyen sermones terminados. Falta revestir el armazón estructural con los materiales de apelación y de ilustración que sean más convenientes. Pero el armazón estructural mismo está completo.
Y todo ha sido provisto por la recta interpretación de los respectivos textos. En esto consiste la excelencia peculiar de los sermones sea cual usted se acomode. De todos los tipos legítimos de sermón, éste es el más bíblico [expositivo], y por tanto el mejor.
El deseo ferviente del que esto escribe es que cada predicador que lea estas líneas se forme de una vez el ideal de dar la preferencia en todo su ministerio a la PREDICACIÓN de sermones a escoger.


___________
Bibliografía
- Fuentes Bibliográficas Utilizadas para el Constructor de Sermón:
- Barrick, William D. “Expository Preaching—Exegetical Preparation.” Unpublished Shepherds’ Conference seminar syllabus, 2002.
- Baxter, Richard. El Pastor Reformado. Londres: El Estandarte de la Verdad, 1974.
- Bonar, Andrew A. Memoir and Remains of Robert Murray McCheyne (Grand Rapids: Baker Books, 1978).
- Broadus, John. On the Preparation and Delivery of Sermons. Reprint. Grand Rapids: AP&A, n.d.
- Busenitz, Irvin. “Thematic, Theological, Historical, and Biographical Expository Messages.” In Rediscovering Expository Preaching, 255-72. Dallas: Word Publishing, 1992.
- Calvin, John. Cited in Peter Adam, Speaking God’s Word, 132-33
- Hardy, Carey. “The Case for Expository Preaching.” Unpublished Shepherds’ Conference seminar syllabus, 2002.
- Hardy, Carey. “From Start to Finish.” Unpublished Shepherds’ Conference seminar syllabus, 2002.
- Hardy, Carey. “Expository Preaching—Turning Exegesis into Exposition.” Unpublished Shepherds’ Conference seminar syllabus, 2003.
- Larsen, David. The Anatomy of Preaching. Grand Rapids: Baker, 1989.
- Lawson, Steve. “The Exegetical Method in Expository Preaching.” Unpublished syllabus for the Expositor’s Institute, 2003.
- Liefield, Walter. New Testament Exposition.
- MacArthur, John. Rediscovering Expository Preaching. Dallas: Word Publishing, 1992.
- Mayhue, Richard L. “Rediscovering Expository Preaching.” In Rediscovering Expository Preaching, 3-21. Dallas: Word Publishing, 1992.
- McDougall, Donald G. “Central Ideas, Outlines, and Titles.” In Rediscovering Expository Preaching, 225-254. Dallas: Word Publishing, 1992.
- Olford, Stephen F. and David L. Olford. Anointed Expository Preaching. Nashville: Broadman & Holman Publishers, 1998.
- Pennington, Tom. “Expository Preaching—Making the Connection.” Unpublished Shepherds’ Conference seminar syllabus, 2003.
- Rosscup, James E. “The Priority of Prayer and Expository Preaching.” In Rediscovering Expository Preaching, 63-84. Dallas: Word Publishing, 1992.
- Mark J. Steege, “Can Expository Preaching Still Be Relevant in These Days?” The Springfielder 34 (March 1971): 261)
- Stitzinger, James F. “The History of Expository Preaching.” In Rediscovering Expository Preaching, 36-60. Dallas: Word Publishing, 1992.
- Vines, Jerry and Jim Shaddix. Power in the Pulpit. Chicago: Moody Press, 1999.
- Whitesell, Faris. Power in Expository Preaching. Old Tappan, NJ: Revell, 1963.
- Traducido por Armando Valdez. 30 DICIEMBRE 2008. tags: Exégesis, Homilética, Liderazgo, Predicación El Constructor Del Sermón. Una Guía PASO A PASO Para Realizar Mensajes Y Sermones Expositivos. Tomado de Shepherds Fellowship Traducido por Armando Valdez (favor de citar la fuente).
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 20//06//2016.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario