Parte II:
SEA CLARO EN SU PREDICACIÓN:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
La ventaja del método deductivo[6] es que disminuye la posibilidad de confusión, ya
que el oyente sabe en qué dirección va el mensaje. Es ideal para un sermón
doctrinal que se presta a confusión. Sin embargo, en esta clase de sermón se
asume el riego de que el oyente pierda el interés, ya que sabe desde el
principio lo que el PREDICADOR piensa decir. Es como si alguien le
contara el argumento antes de que usted comprara el libro.
La Introducción Debe
Motivar a Los Oyentes a Seguir
Escuchando:
Por
otro lado, en el sermón inductivo el PREDICADOR crea suspenso en
la introducción al presentar la idea principal en forma de pregunta, sin
revelar el complemento. El oyente se va enterando del complemento poco a poco a
medida que se desarrolla el sermón.
La
introducción de nuestro mensaje prototipo (un sermón inductivo[5]) termina con el sujeto en forma de pregunta (repetida
tres veces usando diferentes palabras).
La
introducción prepara al oyente para reconocer su necesidad de las verdades
expuestas en el mensaje. Sus pensamientos serán dirigidos haca el tema por
medio de una pregunta específica que centra la mente, y anticipa la respuesta.
Este estilo facilita la claridad y mantiene el interés del oyente. Concluido el
mensaje, éste habrá recibido la idea completa, el sujeto y el complemento.
3.3. Comunique
Información Acerca Del Trasfondo Histórico Antes De Anunciar El Tema Del Sermón
De Manera Concisa, Sacando a Relucir Lo Que Será Relevante Para La Proposición
Central Del Mensaje.
Sin embargo, el sermón no debe convertirse en
una clase de historia, sino proveer suficiente contexto histórico para que la
audiencia contemporánea vea que los patriarcas, la nación de Israel, o la
Iglesia Primitiva enfrentaban los mismos problemas. Filipenses 4:6-7.
Cobra
más sentidos cuando sabemos que Pablo, el autor de la carta, estaba encarcelado
esperando lo que tal vez fuera su sentencia de muerte (1:12-26). Además, los
filipenses sufrían conflictos y divisiones (1:27-30). A pesar de las
circunstancias difíciles Pablo muestra su amor y preocupación por ellos y les
explica lo que deben hacer para aliviar la ansiedad provocada por su situación.
En la introducción, después de despertar el interés de los oyentes por medio de
algo relevante al tema, podríamos decir lo siguiente:
“Nosotros no somos los únicos que
luchamos contra la ansiedad. Hubo una congregación en el Nuevo Testamento
azotada por la adversidad, la división, la enseñanza falsa y la necesidad
económica. Además, uno de sus miembros casi se muere en un viaje para ayudar al
fundador de la iglesia, quien se encontraba encarcelado a causa del evangelio.
Ellos, como nosotros, necesitaban una solución para la ansiedad y la
preocupación. El fundador de esa iglesia era el apóstol Pablo y la congregación
eran los filipenses. Pablo, con corazón lleno de amor estos creyentes que lo
habían ayudado en sus necesidades, les comunica principios bíblicos para
aprender a lidiar con las preocupaciones. Abramos nuestras Biblias en
Filipenses 4 y veamos cómo el creyente puede vencer la ansiedad. ¿Qué
prescripción provee la Escritura para nuestras preocupaciones? ¿Cómo podemos
vencer la ansiedad que a menudo sentimos?”.
De esta
manera habremos explicado el trasfondo del pasaje vinculado con el tema del
sermón y la situación contemporánea. Con el pasaje ubicado en su contexto
histórico y contemporáneo los oyentes pueden concentrase en los principios que
escucharán.
3.4. Anuncie El Pasaje Varias Veces y
Esperar Hasta Que La Audiencia Haya Encontrado El Texto En Sus Biblia.
A veces el PREDICADOR comienza a leer o
explicar un pasaje sin que los oyentes ni siquiera hayan hallado el texto en
sus Biblias. Mientras las personas buscan el pasaje uno puede repetir el tema.
De esta manera, los oyentes no pierden el hilo mientras lo encuentra. Otra
opción es pedir que busquen el pasaje en sus Biblias antes de comenzar la
introducción del sermón, orar y luego seguir adelante con la introducción.
3.5. Comunique Los Punto Del Sermón Eb
Forma De Principios Aplicable a La Vida.
A veces
vemos bosquejos que expresan los puntos de la manera siguiente:
I. El
creyente y la ansiedad.
II. La
adoración y la ansiedad.
III. L paz
de Dios y la ansiedad.
Este
bosquejo está claro y bien organizado, pero no comunica una verdad que se pueda
aplicar. Sería mejor decir:
I.
Debemos controlar la ansiedad y no ser controlado por ella.
II.
Debemos responder a la ansiedad con oración.
III. Cuando ponemos
nuestras preocupaciones en las manos de Dios. Él calma nuestra ansiedad con su
paz incomprensible.
En el
primer ejemplo los puntos aparecen como título que no se pueden aplicar. En el
segundo, éstos aparecen como principios prácticos. La tarea del PREDICADOR consiste en demostrar que la Biblia enseña estos
principios, explicar su significado para el creyente, y motivar a los oyentes a
aplicarlos en su vida diaria.
Comunique Los Puntos
Del Sermón En Forma De Principios Aplicables a La Vida:
3.6. Repita Los Puntos Importantes Tres Veces Seguidas Usando
Diferentes Palabras.
La repetición
goza de las siguientes ventajas:
a) Cada una es una manera verbal de
subrayar o enfatizar una idea;
b) Ayuda a mantener el interés de los
distraídos;
c) Asegura que
todos entienden, porque se repite la misma idea en tres formas diferentes;
d) Habrá tres
oportunidades seguidas de captar el principio, la persona que no lo entienda la
primera vez tal vez lo capte en la segunda o tercera exposición. Ningún otro
método combate con tanta eficacia las muchas distracciones externas (el ruido
de vehículos que pasan, personas que conversan durante el sermón, algún niño
que llora) e internas (pensamientos que llegan a la mente, preocupaciones) que
compiten con lo que el predicador intenta comunicar.
3.7. Exprese El Principio Antes De Leer El Texto Bíblico.
A veces un PREDICADOR lee un pasaje Bíblico
y comienza a explicar directamente. Sin embargo, es preferible comunicar
primero el principio y después leer el pasaje bíblico.
“Abramos nuestra Biblias en Filipenses 4 y veamos cómo el creyente
puede vencer la ansiedad. ¿Qué prescripción proveen las Escrituras para nuestra
preocupación? ¿Cómo podemos vencer la ansiedad que a menudo sentimos? El Señor
nos ordena vencer la ansiedad y no ser vencidos por ella. El creyente puede y
debe decirle NO a la
ansiedad. Leamos la primera parte del versículo 6 que dice: ‘Por nada estéis
afanosos’”.
La ventaja es que antes de leer el
pasaje el primer punto del sermón ha sido expresado como un principio que puede
ser aplicado por el creyente y reiterado tres veces para enfatizar, clarificar,
y asegurar que los oyentes lo entienden. Al abrir la Biblia verán que expresa
la misma verdad que acaban de escuchar, y se darán cuenta de que el principio goza
de autoridad bíblica ya que se encuentra en las Escrituras.
3.8. Explique Lo
Suficiente Como Para Demostrar Al Oyente Que Estamos Enseñando Lo Que Dicen Las
Escrituras.
La aplicación que le sigue al principio
debe contener suficiente información para respaldar lo que se acaba de decir.
Para lograrlo, recurrimos a una de las tres preguntas (¿Qué significa?; ¿Es
verdad? ¿Estoy realmente persuadido?; ¿Cómo aparecerá éste principio en mi
vida?) Que estamos presentando en el artículo. Por ejemplo, no hay dificultad
en comprender lo que significa: “El creyente puede y debe decirle ‘no’ a la ansiedad”.
Por lo tanto, no será necesario invertir tiempo en la primera pregunta: “¿Qué significa?”.
Sin embargo, será indispensable
contestar la segunda y la tercera pregunta. Tal vez el oyente piense: “¿Cómo
puedo vencer la ansiedad cuando es algo fuera de mi control?”. Aquí entra
en juego la segunda pregunta: “¿Es
verdad?”. El oyente no está convencido de la verdad del principio y está
confundido acerca de cómo aplicarlo a su vida.
Anticipando esa posibilidad, se puede
decir: “Es cierto que a veces no podemos
controlar las emociones ansiosas que surgen de manera espontánea. Sin embargo,
podemos controlar nuestra respuesta o reacción a dichas emociones. Cuando
notamos que hay ansiedad en nosotros no debemos dejar que persista, sino tomar
control de la situación”.
El próximo punto del sermón proveerá
instrucción más específica referente a cómo el creyente puede vencer la
ansiedad. En cierto sentido la idea principal se comprenderá mejor cuando
expresemos el segundo punto, ya que el tercer punto nos dará el resultado que
podemos esperar como consecuencia de haber obedecido a Dios.
3.9.
Use La Misma Palabra Claves En Cada Principio y
Transición.
Por ejemplo, en nuestro sermón, en la
transición del primer punto (o principio) al segundo, es importante decir algo
específico: “para
vencer la ansiedad, además de tomar control, debemos poner nuestras
preocupaciones en las manos de Dios”. Una forma poco eficaz sería
decir: “otra
manera de hacer esto es…”. En vez de hablar en términos generales,
podemos ayudar a los oyentes a recordar el sujeto o el tema del mensaje
hablando de manera específica con la terminología precisa del sermón.
3.10. Use Ilustraciones Extendidas Que “Pinten el retrato” Del
Principio a Aplicar.
Las imágenes visuales son fáciles de
recordar. Por ejemplo: “Mario comenzó a sentirse ansiedad cuando se dio cuenta
de que no tenía dinero suficiente para mantener a su esposa y sus tres hijos.
En la fábrica comenzó a hacer su trabajo mecánicamente, como si él y su cuerpo
estuviesen en dos lugares diferentes. A medida que las distracciones mentales
aumentaron, la calidad de su trabajo disminuyó y con eso también su salario.
Pesaba las noches acostadas en la cama sin poder dormir, tomaba un poco de
leche caliente para facilitar el sueño, pero sin éxito. La frustración crecía
cada vez más hasta que una de aquellas noches fue al comedor, se sentó en la
silla gastada y comenzó a contarle a Dios todas sus preocupaciones hasta el
amanecer. Durante muchas semanas había estado culpando a Dios por su situación,
pero ahora comenzó a comunicarse con ÉL. Confesó su pecado, expresó gratitud
por todas las bendiciones que le había dado, y de corazón le contó al Señor
todas sus preocupaciones. Cuando terminó sintió la clama que lo había evadido
por largo tiempo. Pudo ver a Dios como amigo y regresó su deseo de obedecerle”.
Use Ilustraciones
Extendidas Que “Pinten El Retrato” Del Principio a Aplicar:
Sin duda, habrá varios “Marios” en la congregación que han
experimentado (o experimentado (o experimentan) algo similar. La historia les
ayudará a poner en práctica el mensaje principal del sermón. Es posible emplear
una historia ficticia siempre y cuando la identifiquemos como tal, Sin embargo,
es más poderoso usar una ilustración de la vida personal para convencer y
motivar a los oyentes. En la vida real, nosotros generalmente le creemos a la
persona que dice:
“yo probé ese producto y comprobé que da los resultados que promete”.
3.11.
Use La Conclusión Para Repasar y Concluir.
Tal vez parezca redundante decir que la
conclusión debe concluir el sermón; no es el lugar para introducir nuevas
ideas, preguntas o problemas. Todo sermón se conforma de una introducción, un
texto central, y una conclusión.
En la conclusión es preciso usar una
ilustración extendida que presente tanto un resumen como un “retrato” de la idea o proposición
central del sermón. Después de la ilustración extendida es posible repetir la
proposición junto con los tres principios en forma breve. También, en la
oración final podemos pedir al Señor su ayuda para aplicar los principios
bíblicos que han sido expuestos. Por ejemplo:
“¿Cómo podemos entonces
vencer la ansiedad? Tomando control de ella, poniendo nuestras preocupaciones
en manos del Señor con acción de gracia, y como resultado, experimentando la
paz incomprensible que Dios provee. Oremos. Señor te damos gracias porque en ti
tenemos solución para la ansiedad. Ayúdanos a tomar control de la misma y no
permitir ser controlados por ella. Recuérdanos que Tú nos has ordenado
comunicarte todas nuestras ansiedades con acción de gracias. Y te damos gracias
por la paz incomprensible que prometes darnos cuando ponemos nuestras
preocupaciones en tus manos. Oremos en el nombre de Jesús. Amén”. De manera que desde el principio hasta
el final los oyentes han escuchado la idea principal: debemos vencer la ansiedad y podemos controlarla; con acción de
gracias tenemos que poner nuestras preocupaciones en las manos del Señor, y así
experimentar su paz.
Conclusión:
Supongamos que alguien asista a la
iglesia 52 domingos, y que cada uno de esos domingos escuche un sermón de tres
puntos usando los “principios” de
claridad presentado aquí.
Al cabo de un año habrá escuchado 52
ideas bíblicas completas y 156 principios que pueden aplicar y experimentar en
su vida. Después de tres años habrá escuchado 156 proposiciones o ideas y 468
principios aplicables. ¿No es esto mejor que salir de un culto de adoración sin
una idea clara de lo que significa un pasaje de la Biblia y sin saber cómo
aplicarlo a la vida cotidiana?
Sin dudas predicar de esta manera requiere más esfuerzo en la preparación. ¡Pero vale la pena! ¿Cómo podemos predicar con claridad? Debemos descubrir una idea central y exponerla, usar las tres preguntas que ayudan a desarrollar, especificar y clarificar el mensaje, y utilizar los “secretos” de la claridad para estructurar el sermón. Que Dios nos ayude a ser obreros aprobados que manejamos “con precisión la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
“Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que use bien la palabra
de verdad”.
_____________
[1]
exegesis o exégesis.
(Del gr. ἐξήγησις, explicación, relato). f. Explicación, interpretación. Exegeta o exégeta. (Del gr. ἐξηγητής).
com. Persona que interpreta o expone un texto. exegético, ca. (Del gr. ἐξηγητικός). adj. Perteneciente o relativo
a la exegesis. || 2. Der. Se dice del método interpretativo de las leyes que se
apoya en el sentido de las palabras de estas. Microsoft® Encarta® 2009.
[2] Homilética
(Gr. homiletikos, de homilos, juntos a reunirse) es, en la teología, la
aplicación de los principios generales de la retórica específicamente en la
predicación pública.
Definiciones:
Homilética (del gr. homiletikos, reunión, y homileos= conversar) es una rama de la teología pastoral, la cual se encarga del estudio del sermón o discurso religioso. Trata de manera principal sobre la composición, reglas de elaboración, contenidos, estilos, y correcta predicación del sermón. Nos enseña cómo presentar, con elegancia y estilo, un discurso religioso. Puede decirse, por lo tanto, que la homilética es el arte y la ciencia de predicar. Además del sermón, la homilética incluye otros tipos de discursos religiosos, que por lo general son formas de exposiciones más complejas y elaboradas, para compartir los diferentes contenidos de la fe.
La
Predicación o sermón homilético, fue la principal forma de comunicar la fe
utilizada por Cristo durante su ministerio terrenal, sus apóstoles continuaron
utilizándola con grandes resultados, según ha quedado registrado en el libro de
Hechos de los Apóstoles. Durante la época apostólica de la Iglesia cristiana,
el apóstol Pablo fue sin dudas el más destacado y prolifero predicador
evangélico.
[3] ansiedad. (Del lat.
anxiĕtas, -ātis). f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. || 2.
Med. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a
ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos. Microsoft® Encarta®
2009.
[4] estrés. (Del ingl.
stress). m. Med. Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan
reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. Microsoft®
Encarta® 2009.
[5] El propósito del razonamiento inductivo
o lógica inductiva es el estudio de las pruebas que permiten medir la
probabilidad de los argumentos, así como de las reglas para construir
argumentos inductivos fuertes. A diferencia del razonamiento deductivo, en el
razonamiento inductivo no existe acuerdo sobre cuándo considerar un argumento
como válido. De este modo, se hace uso de la noción de "fuerza
inductiva", que hace referencia al grado de probabilidad de que una
conclusión sea verdadera cuando sus premisas son verdaderas. Así, un argumento
inductivo es fuerte cuando es altamente improbable que su conclusión sea falsa
si las premisas son verdaderas1
Tradicionalmente
se consideraba (y en muchos casos todavía se considera) que el razonamiento
inductivo es una modalidad del razonamiento que consiste en obtener
conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos particulares o
individuales. Por ejemplo, a partir de la observación repetida de objetos o
eventos de la misma índole se establece una conclusión general para todos los
objetos o eventos de dicha naturaleza.
Sin
embargo, esa definición, en el presente y en lógica, ya no está en uso: “Como
ya mencionamos, a veces se expresa la diferencia entre deducción e inducción
diciendo que la segunda, contrariamente a la primera, “va de lo particular a lo
general”. Si con ello se quiere decir que en un argumento inductivo válido las
premisas son siempre todas afirmaciones particulares y la conclusión es una
afirmación general (esto es, cuantificacional), no es cierto”. Lo anterior, es
dado porque es posible tanto enunciar proposiciones inductivas en forma
"deductiva" como de manera que no corresponden formalmente a lo que
clásicamente se consideraba razonamiento inductivo.
[6] El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el investigador
para hacer de su actividad una práctica científica. El método
hipotético-deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del fenómeno a
estudiar, creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de
consecuencias o proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación
o comprobación de la verdad de los enunciados deducidos comparándolos con la
experiencia. Este método obliga al científico a combinar la reflexión racional
o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la
observación de la realidad o momento empírico (la observación y la
verificación). Tradicionalmente, a partir de las ideas de Francis Bacon se
consideró que la ciencia partía de la observación de hechos y que de esa
observación repetida de fenómenos comparables, se extraían por inducción las
leyes generales que gobiernan esos fenómenos. En él se plantea una hipótesis
que se puede analizar deductiva o inductivamente.
-
Apuntes
Pastorales. “Sea Claro En Su Predicación”. VOLUMEN XVI NÚMERO 2. Marzo 1999.
Págs. 32-36. VOLUMEN XVI NÚMERO 3. Febrero de 1999. Págs. 68-73.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 28//11//2015.
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