domingo, 3 de julio de 2016

Parte II: SEA CLARO EN SU PREDICACIÓN:

Parte II:
SEA CLARO EN SU PREDICACIÓN:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

La ventaja del método deductivo[6] es que disminuye la posibilidad de confusión, ya que el oyente sabe en qué dirección va el mensaje. Es ideal para un sermón doctrinal que se presta a confusión. Sin embargo, en esta clase de sermón se asume el riego de que el oyente pierda el interés, ya que sabe desde el principio lo que el PREDICADOR piensa decir. Es como si alguien le contara el argumento antes de que usted comprara el libro.


La Introducción Debe Motivar a Los Oyentes a Seguir Escuchando:

Por otro lado, en el sermón inductivo el PREDICADOR crea suspenso en la introducción al presentar la idea principal en forma de pregunta, sin revelar el complemento. El oyente se va enterando del complemento poco a poco a medida que se desarrolla el sermón.
La introducción de nuestro mensaje prototipo (un sermón inductivo[5]) termina con el sujeto en forma de pregunta (repetida tres veces usando diferentes palabras).
La introducción prepara al oyente para reconocer su necesidad de las verdades expuestas en el mensaje. Sus pensamientos serán dirigidos haca el tema por medio de una pregunta específica que centra la mente, y anticipa la respuesta. Este estilo facilita la claridad y mantiene el interés del oyente. Concluido el mensaje, éste habrá recibido la idea completa, el sujeto y el complemento.

3.3. Comunique Información Acerca Del Trasfondo Histórico Antes De Anunciar El Tema Del Sermón De Manera Concisa, Sacando a Relucir Lo Que Será Relevante Para La Proposición Central Del Mensaje.

 Sin embargo, el sermón no debe convertirse en una clase de historia, sino proveer suficiente contexto histórico para que la audiencia contemporánea vea que los patriarcas, la nación de Israel, o la Iglesia Primitiva enfrentaban los mismos problemas. Filipenses 4:6-7.
Cobra más sentidos cuando sabemos que Pablo, el autor de la carta, estaba encarcelado esperando lo que tal vez fuera su sentencia de muerte (1:12-26). Además, los filipenses sufrían conflictos y divisiones (1:27-30). A pesar de las circunstancias difíciles Pablo muestra su amor y preocupación por ellos y les explica lo que deben hacer para aliviar la ansiedad provocada por su situación. En la introducción, después de despertar el interés de los oyentes por medio de algo relevante al tema, podríamos decir lo siguiente:
Nosotros no somos los únicos que luchamos contra la ansiedad. Hubo una congregación en el Nuevo Testamento azotada por la adversidad, la división, la enseñanza falsa y la necesidad económica. Además, uno de sus miembros casi se muere en un viaje para ayudar al fundador de la iglesia, quien se encontraba encarcelado a causa del evangelio. Ellos, como nosotros, necesitaban una solución para la ansiedad y la preocupación. El fundador de esa iglesia era el apóstol Pablo y la congregación eran los filipenses. Pablo, con corazón lleno de amor estos creyentes que lo habían ayudado en sus necesidades, les comunica principios bíblicos para aprender a lidiar con las preocupaciones. Abramos nuestras Biblias en Filipenses 4 y veamos cómo el creyente puede vencer la ansiedad. ¿Qué prescripción provee la Escritura para nuestras preocupaciones? ¿Cómo podemos vencer la ansiedad que a menudo sentimos?”.

De esta manera habremos explicado el trasfondo del pasaje vinculado con el tema del sermón y la situación contemporánea. Con el pasaje ubicado en su contexto histórico y contemporáneo los oyentes pueden concentrase en los principios que escucharán.

3.4.  Anuncie El Pasaje Varias Veces y Esperar Hasta Que La Audiencia Haya Encontrado El Texto En Sus Biblia.
 A veces el PREDICADOR comienza a leer o explicar un pasaje sin que los oyentes ni siquiera hayan hallado el texto en sus Biblias. Mientras las personas buscan el pasaje uno puede repetir el tema. De esta manera, los oyentes no pierden el hilo mientras lo encuentra. Otra opción es pedir que busquen el pasaje en sus Biblias antes de comenzar la introducción del sermón, orar y luego seguir adelante con la introducción.

3.5.   Comunique Los Punto Del Sermón Eb Forma De Principios Aplicable a La Vida.

A veces vemos bosquejos que expresan los puntos de la manera siguiente:
I. El creyente y la ansiedad.
II. La adoración y la ansiedad.
III. L paz de Dios y la ansiedad.

Este bosquejo está claro y bien organizado, pero no comunica una verdad que se pueda aplicar. Sería mejor decir:
I. Debemos controlar la ansiedad y no ser controlado por ella.
II. Debemos responder a la ansiedad con oración.
III. Cuando ponemos nuestras preocupaciones en las manos de Dios. Él calma nuestra ansiedad con su paz incomprensible.

En el primer ejemplo los puntos aparecen como título que no se pueden aplicar. En el segundo, éstos aparecen como principios prácticos. La tarea del PREDICADOR consiste en demostrar que la Biblia enseña estos principios, explicar su significado para el creyente, y motivar a los oyentes a aplicarlos en su vida diaria.


Comunique Los Puntos Del Sermón En Forma De Principios Aplicables a La Vida:

3.6. Repita Los Puntos Importantes Tres Veces Seguidas Usando Diferentes Palabras.
La repetición goza de las siguientes ventajas:
a)   Cada una es una manera verbal de subrayar o enfatizar una idea;
b)  Ayuda a mantener el interés de los distraídos;
c) Asegura que todos entienden, porque se repite la misma idea en tres formas diferentes;
d) Habrá tres oportunidades seguidas de captar el principio, la persona que no lo entienda la primera vez tal vez lo capte en la segunda o tercera exposición. Ningún otro método combate con tanta eficacia las muchas distracciones externas (el ruido de vehículos que pasan, personas que conversan durante el sermón, algún niño que llora) e internas (pensamientos que llegan a la mente, preocupaciones) que compiten con lo que el predicador intenta comunicar.

3.7. Exprese El Principio Antes De Leer El Texto Bíblico.

A veces un PREDICADOR lee un pasaje Bíblico y comienza a explicar directamente. Sin embargo, es preferible comunicar primero el principio y después leer el pasaje bíblico.
“Abramos nuestra Biblias en Filipenses 4 y veamos cómo el creyente puede vencer la ansiedad. ¿Qué prescripción proveen las Escrituras para nuestra preocupación? ¿Cómo podemos vencer la ansiedad que a menudo sentimos? El Señor nos ordena vencer la ansiedad y no ser vencidos por ella. El creyente puede y debe decirle NO a la ansiedad. Leamos la primera parte del versículo 6 que dice: ‘Por nada estéis afanosos’”.
La ventaja es que antes de leer el pasaje el primer punto del sermón ha sido expresado como un principio que puede ser aplicado por el creyente y reiterado tres veces para enfatizar, clarificar, y asegurar que los oyentes lo entienden. Al abrir la Biblia verán que expresa la misma verdad que acaban de escuchar, y se darán cuenta de que el principio goza de autoridad bíblica ya que se encuentra en las Escrituras.

3.8.  Explique Lo Suficiente Como Para Demostrar Al Oyente Que Estamos Enseñando Lo Que Dicen Las Escrituras.

La aplicación que le sigue al principio debe contener suficiente información para respaldar lo que se acaba de decir. Para lograrlo, recurrimos a una de las tres preguntas (¿Qué significa?; ¿Es verdad? ¿Estoy realmente persuadido?; ¿Cómo aparecerá éste principio en mi vida?) Que estamos presentando en el artículo. Por ejemplo, no hay dificultad en comprender lo que significa: “El creyente puede y debe decirle ‘no’ a la ansiedad”. Por lo tanto, no será necesario invertir tiempo en la primera pregunta: “¿Qué significa?”.
Sin embargo, será indispensable contestar la segunda y la tercera pregunta. Tal vez el oyente piense: “¿Cómo puedo vencer la ansiedad cuando es algo fuera de mi control?”. Aquí entra en juego la segunda pregunta: “¿Es verdad?”. El oyente no está convencido de la verdad del principio y está confundido acerca de cómo aplicarlo a su vida.
Anticipando esa posibilidad, se puede decir: “Es cierto que a veces no podemos controlar las emociones ansiosas que surgen de manera espontánea. Sin embargo, podemos controlar nuestra respuesta o reacción a dichas emociones. Cuando notamos que hay ansiedad en nosotros no debemos dejar que persista, sino tomar control de la situación”.
El próximo punto del sermón proveerá instrucción más específica referente a cómo el creyente puede vencer la ansiedad. En cierto sentido la idea principal se comprenderá mejor cuando expresemos el segundo punto, ya que el tercer punto nos dará el resultado que podemos esperar como consecuencia de haber obedecido a Dios.

3.9. Use La Misma Palabra Claves En Cada Principio y Transición.
Por ejemplo, en nuestro sermón, en la transición del primer punto (o principio) al segundo, es importante decir algo específico: “para vencer la ansiedad, además de tomar control, debemos poner nuestras preocupaciones en las manos de Dios”. Una forma poco eficaz sería decir: “otra manera de hacer esto es…”. En vez de hablar en términos generales, podemos ayudar a los oyentes a recordar el sujeto o el tema del mensaje hablando de manera específica con la terminología precisa del sermón.

3.10. Use Ilustraciones Extendidas Que “Pinten el retrato” Del Principio a Aplicar.

Las imágenes visuales son fáciles de recordar. Por ejemplo: “Mario comenzó a sentirse ansiedad cuando se dio cuenta de que no tenía dinero suficiente para mantener a su esposa y sus tres hijos. En la fábrica comenzó a hacer su trabajo mecánicamente, como si él y su cuerpo estuviesen en dos lugares diferentes. A medida que las distracciones mentales aumentaron, la calidad de su trabajo disminuyó y con eso también su salario. Pesaba las noches acostadas en la cama sin poder dormir, tomaba un poco de leche caliente para facilitar el sueño, pero sin éxito. La frustración crecía cada vez más hasta que una de aquellas noches fue al comedor, se sentó en la silla gastada y comenzó a contarle a Dios todas sus preocupaciones hasta el amanecer. Durante muchas semanas había estado culpando a Dios por su situación, pero ahora comenzó a comunicarse con ÉL. Confesó su pecado, expresó gratitud por todas las bendiciones que le había dado, y de corazón le contó al Señor todas sus preocupaciones. Cuando terminó sintió la clama que lo había evadido por largo tiempo. Pudo ver a Dios como amigo y regresó su deseo de obedecerle”.


Use Ilustraciones Extendidas Que “Pinten El Retrato” Del Principio a Aplicar:

Sin duda, habrá varios “Marios” en la congregación que han experimentado (o experimentado (o experimentan) algo similar. La historia les ayudará a poner en práctica el mensaje principal del sermón. Es posible emplear una historia ficticia siempre y cuando la identifiquemos como tal, Sin embargo, es más poderoso usar una ilustración de la vida personal para convencer y motivar a los oyentes. En la vida real, nosotros generalmente le creemos a la persona que dice: “yo probé ese producto y comprobé que da los resultados que promete”.

3.11. Use La Conclusión Para Repasar y Concluir.

Tal vez parezca redundante decir que la conclusión debe concluir el sermón; no es el lugar para introducir nuevas ideas, preguntas o problemas. Todo sermón se conforma de una introducción, un texto central, y una conclusión.
En la conclusión es preciso usar una ilustración extendida que presente tanto un resumen como un “retrato” de la idea o proposición central del sermón. Después de la ilustración extendida es posible repetir la proposición junto con los tres principios en forma breve. También, en la oración final podemos pedir al Señor su ayuda para aplicar los principios bíblicos que han sido expuestos. Por ejemplo:
“¿Cómo podemos  entonces vencer la ansiedad? Tomando control de ella, poniendo nuestras preocupaciones en manos del Señor con acción de gracia, y como resultado, experimentando la paz incomprensible que Dios provee. Oremos. Señor te damos gracias porque en ti tenemos solución para la ansiedad. Ayúdanos a tomar control de la misma y no permitir ser controlados por ella. Recuérdanos que Tú nos has ordenado comunicarte todas nuestras ansiedades con acción de gracias. Y te damos gracias por la paz incomprensible que prometes darnos cuando ponemos nuestras preocupaciones en tus manos. Oremos en el nombre de Jesús. Amén”. De manera que desde el principio hasta el final los oyentes han escuchado la idea principal: debemos vencer la ansiedad y podemos controlarla; con acción de gracias tenemos que poner nuestras preocupaciones en las manos del Señor, y así experimentar su paz.


Conclusión:

Supongamos que alguien asista a la iglesia 52 domingos, y que cada uno de esos domingos escuche un sermón de tres puntos usando los “principios” de claridad presentado aquí.
Al cabo de un año habrá escuchado 52 ideas bíblicas completas y 156 principios que pueden aplicar y experimentar en su vida. Después de tres años habrá escuchado 156 proposiciones o ideas y 468 principios aplicables. ¿No es esto mejor que salir de un culto de adoración sin una idea clara de lo que significa un pasaje de la Biblia y sin saber cómo aplicarlo a la vida cotidiana?

Sin dudas predicar de esta manera requiere más esfuerzo en la preparación. ¡Pero vale la pena! ¿Cómo podemos predicar con claridad? Debemos descubrir una idea central y exponerla, usar las tres preguntas que ayudan a desarrollar, especificar y clarificar el mensaje, y utilizar los “secretos” de la claridad para estructurar el sermón. Que Dios nos ayude a ser obreros aprobados que manejamos con precisión la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que use bien la palabra de verdad”. 
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[1]   exegesis o exégesis. (Del gr. ἐξήγησις, explicación, relato). f. Explicación, interpretación. Exegeta o exégeta. (Del gr. ἐξηγητής). com. Persona que interpreta o expone un texto. exegético, ca. (Del gr. ἐξηγητικός). adj. Perteneciente o relativo a la exegesis. || 2. Der. Se dice del método interpretativo de las leyes que se apoya en el sentido de las palabras de estas. Microsoft® Encarta® 2009.
[2]    Homilética (Gr. homiletikos, de homilos, juntos a reunirse) es, en la teología, la aplicación de los principios generales de la retórica específicamente en la predicación pública.
Definiciones:

Homilética (del gr. homiletikos, reunión, y homileos= conversar) es una rama de la teología pastoral, la cual se encarga del estudio del sermón o discurso religioso. Trata de manera principal sobre la composición, reglas de elaboración, contenidos, estilos, y correcta predicación del sermón. Nos enseña cómo presentar, con elegancia y estilo, un discurso religioso. Puede decirse, por lo tanto, que la homilética es el arte y la ciencia de predicar. Además del sermón, la homilética incluye otros tipos de discursos religiosos, que por lo general son formas de exposiciones más complejas y elaboradas, para compartir los diferentes contenidos de la fe.
La Predicación o sermón homilético, fue la principal forma de comunicar la fe utilizada por Cristo durante su ministerio terrenal, sus apóstoles continuaron utilizándola con grandes resultados, según ha quedado registrado en el libro de Hechos de los Apóstoles. Durante la época apostólica de la Iglesia cristiana, el apóstol Pablo fue sin dudas el más destacado y prolifero predicador evangélico.
[3]    ansiedad. (Del lat. anxiĕtas, -ātis). f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. || 2. Med. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos. Microsoft® Encarta® 2009.
[4]    estrés. (Del ingl. stress). m. Med. Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. Microsoft® Encarta® 2009.
[5]    El propósito del razonamiento inductivo o lógica inductiva es el estudio de las pruebas que permiten medir la probabilidad de los argumentos, así como de las reglas para construir argumentos inductivos fuertes. A diferencia del razonamiento deductivo, en el razonamiento inductivo no existe acuerdo sobre cuándo considerar un argumento como válido. De este modo, se hace uso de la noción de "fuerza inductiva", que hace referencia al grado de probabilidad de que una conclusión sea verdadera cuando sus premisas son verdaderas. Así, un argumento inductivo es fuerte cuando es altamente improbable que su conclusión sea falsa si las premisas son verdaderas1
Tradicionalmente se consideraba (y en muchos casos todavía se considera) que el razonamiento inductivo es una modalidad del razonamiento que consiste en obtener conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos particulares o individuales. Por ejemplo, a partir de la observación repetida de objetos o eventos de la misma índole se establece una conclusión general para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
Sin embargo, esa definición, en el presente y en lógica, ya no está en uso: “Como ya mencionamos, a veces se expresa la diferencia entre deducción e inducción diciendo que la segunda, contrariamente a la primera, “va de lo particular a lo general”. Si con ello se quiere decir que en un argumento inductivo válido las premisas son siempre todas afirmaciones particulares y la conclusión es una afirmación general (esto es, cuantificacional), no es cierto”. Lo anterior, es dado porque es posible tanto enunciar proposiciones inductivas en forma "deductiva" como de manera que no corresponden formalmente a lo que clásicamente se consideraba razonamiento inductivo.
[6]   El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el investigador para hacer de su actividad una práctica científica. El método hipotético-deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del fenómeno a estudiar, creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias o proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación o comprobación de la verdad de los enunciados deducidos comparándolos con la experiencia. Este método obliga al científico a combinar la reflexión racional o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la observación de la realidad o momento empírico (la observación y la verificación). Tradicionalmente, a partir de las ideas de Francis Bacon se consideró que la ciencia partía de la observación de hechos y que de esa observación repetida de fenómenos comparables, se extraían por inducción las leyes generales que gobiernan esos fenómenos. En él se plantea una hipótesis que se puede analizar deductiva o inductivamente.
-       Apuntes Pastorales. “Sea Claro En Su Predicación”. VOLUMEN XVI NÚMERO 2. Marzo 1999. Págs. 32-36. VOLUMEN XVI NÚMERO 3. Febrero de 1999. Págs. 68-73.
-        Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 28//11//2015.

                                           

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