domingo, 12 de julio de 2020

Capítulo XI (2) EL ADVENIMIENTO DEL PROTESTANTISMO:


Capítulo XI (2)
EL ADVENIMIENTO DEL PROTESTANTISMO:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:



Uno de los aspectos más característicos e influyentes de la obra protestante en Sudamérica ha sido el educativo. En todo el continente han surgido y desarrollado un gran número de escuelas y colegios de primera clase. Algunas de estas instituciones han ejercido y siguen ejerciendo una profunda influencia en la vida cultural de los varios países en que se hallan establecidas. Además de la contribución que han hecho a la formación del carácter cristiano de sus graduados, han establecido normas de eficiencia educativa e idealismo ético. Difícil resultado sobreestimar la influencia que dichas instituciones mantienen al presente en la vida espiritual de estas jóvenes naciones.
No es poco significativo el hecho de que el nuevo Presidente liberal de Colombia sea un ex alumno de una escuela evangélica de su país. Haya de la Torre era, cuando lo expulsaron del Perú, un miembro entusiasta y valioso del cuerpo de maestros del Colegio Anglo peruano de Lima, institución que fundó en 1916 la Misión de la Iglesia Libre de Escocia. La tradición de esta escuela ha sido identificarse lo más íntimamente que se pueda con la vida y el pensamiento nacional. A momento de escribir etas líneas, tanto el Secretario de la Universidad como el Secretario de la Facultad de letras son miembros de su profesorado, y al igual que otros, siguen prestando sus servicios a la institución, no por los modestos elementos que reciben, sino porque cree en lo que la escuela representa y están deseosos de hacer una aportación a su país por medio de ella. Una reciente declaración del Director interino del Colegio, Mr. W. S. Rycroft, ilustra cuál es la actitud de la comunidad hacia esta institución, lo cual no es sino un ejemplo típico de lo que pasa igualmente en el caso de otros establecimientos semejantes en otros países sudamericanos. Hace pocoescribe el señor Rycroft- uno de nuestros maestros, escritor bien conocido, fue nombrado Secretario del Rector de la Universidad. A principio pensé que con ese motivo renunciaría a su puesto en nuestra escuela, y expresé mis temores a otro maestro, el cual me respondió inmediatamente: “ ‘Oh no, no renunciará, porque él pertenece al profesorado del Colegio Angloperuano le otorga a uno bastante prestigio moral en la comunidadY en efecto, el maestro en cuestión dejó sus clases en otras escuelas, pero todavía enseña en la nuestra”.
El ejemplo más notable de obra educativa en Sudamérica es fruto de más de treinta años de cristiano servicio y de la inteligente visión educativa del R. William C. Morris, ministro anglicano de Buenos Aires. Hace treinta años que Mr. Morris fundó una escuela para niños pobres en la capital argentina. Aquel trabajo creció y las escuelas de ese tipo se multiplicaron. En 1930 estaban educándose seis mil doscientos niños en las Escuelas Filantrópicas Argentinas, y en el nuevo orfanato llamado El Alba se hallaban asilados trescientos treinta huérfanos de uno y otro sexo.
En el curso de esos años han pasado ciento cuarenta mil niños argentinos por las Escuelas Morris como se llama familiarmente a esos establecimientos. La obra se ha sostenido con aportaciones privadas de ciudadanos argentinos y por extranjeros de espíritu cívico residentes en la república. En años recientes estas escuelas han recibido también un considerable subsidio del gobierno nacional. Su lema es: “TODO POR MI DIOS, MI PAÍS Y MI DEBER”. Los muros de los salones de clase y de los patios de la escuela están cubiertos de los lemas más sugestivos. En un folleto que contiene el informe correspondiente a 1930 se leen dos lemas de Mr. Morris que han sido la inspiración y el secreto de la obra a que ha consagrado su vida. Uno es: Educación más quien ama más”, y el otro: “Los tesoros más valiosos de un país son sus niños”. No es demasiado decir que William Morris es el hombre más querido en Argentina. Durante treinta años no ha tenido ninguna vacación. Es tan práctico e individual en su lealtad al espíritu de su Maestro que acostumbra probar con sus propias manos los zapatos nuevos en los piececitos de las rapazuelas a quienes ha prohijado. Uno de los más prominentes educadores contemporáneos de la Argentina, el doctor Antonio Sagarna, es un ex profesor de las Escuelas Morris. Cuando era joven, e inspirándose en la vida y obra de Morris, Sagarna cedió voluntariamente sus servicios como maestro. Más tarde llegó a ser Ministro Nacional de Educación. Cuando William Morris muera, las escuelas pasarán a propiedad de la nación, y él quedará en la historia como uno de los ciudadanos más cristianos y creadores de la gran república.
O años recientes se han señalado por la aparición de un nuevo espíritu de cooperación entre las muchas misiones protestantes que laboran en Sudamérica. En 1916 se efectuó un histórico Congreso en el istmo de Panamá, al cual asistieron representantes de las Iglesias Evangélicas nacionales y de Juntas de Misiones que trabajan en la América Latina. Por primera vez se pasó revista completa a las condiciones del mundo latinoamericano y se acordó un plan de acción por medio del cual pudieron compartir con dichos países la herencia evangélica en su espíritu y frutos. El principal resultado de dicho Congreso fue la formación de un comité llamado Comité de Cooperación en la América Latina con oficinas centrales en Nueva York. Este comité ha ejercido una influencia suprema y creadora estimulante y coordinando los varios aspectos de la actividad en el continente del sur.
Con sus auspicios se fundó y publica una revista mensual, La Nueva Democracia, dirigida por un distinguido intelectual y ex monje español, el doctor Orts González. Esta revista ha tenido considerable influencia en muchos países latinoamericanos por su presentación de temas de interés presente y continental tratados desde  un punto de vista cristiano. El secretario del Comité el doctor Samuel Guy Inman es probablemente el hombre que más ha hecho hoy día por crear un mejor entendimiento y un aprecio mutuo entre los Estado Unidos y el grupo latinoamericano de naciones.1)
Nueve años después el Congreso de Panamá se reunió una convención de la misma índole en la ciudad de Montevideo para tratar especialmente del área sudamericana. Esta conferencia constituyó un testimonio de la potencia e influencia creciente del cristianismo protestante en el continente. Las lenguas oficiales de esta asamblea fueron el español y el portugués, y el papel que desempeñaron los nacionales de esos países fue mucho mayor que en Panamá.
Asistieron como huéspedes cierto número de hombres y mujeres distinguidos de varios países sudamericanos, aunque no pertenecientes a la comunión evangélica, y prestaron a la conferencia el beneficio de sus ideas sobre la situación general religiosa y cultural del continente, ofrecieron su crítica franca del movimiento protestante y al mismo tiempo expresaron su interés en lo que ésta estaba haciendo. Las estadísticas mostraron que en el curso de nueve años la comunidad total evangélica había más que duplicado el número de sus miembros. Todos se vinieron a dar cuenta de que el protestantismo se había convertido ya en una fuerza continental autóctona. Tres años después, en su reunión de Jerusalén, el Concilio Internacional Misionero admitió a la América Latina dentro de los ámbitos de su interés, y en esta forma quedó.

Y en esta forma quedó rectificada una decisión de la Conferencia Misionera de Edimburgo en 1910, según la cual quedaba dichos países excluidos de la esfera de la actividad evangélica misionera. En la asamblea de Jerusalén se dio reconocimiento a dos cosas que jamás lo habían obtenido:

(1) Primero: que la situación religiosa de América Latina era tal que demandaba la presencia del cristianismo evangélico en interés del buen nombre y progreso de la fe cristiana;
(2) Segundo: Que el cristianismo evangélico había llegado a naturalizarse en toda América Latina.
En vista del segundo de estos hechos se estuvo de acuerdo en que en lo sucesivo las iglesias nacionales de la América Latina estuvieran representadas en el Concilio por tres miembros plenos de él.2)

11.4.  Algunos Movimientos Nacionales:
Para ilustrar lo que se acaba de decir respecto a la nacionalización del cristianismo evangélico en Sudamérica, permítasenos referirnos a algunos movimientos nacionales que nos ayudarán a parar mientras en la índole potente y significativa de esta nueva cruzada religiosa. Piensa uno desde luego en un notable movimiento religioso que empezó en Chile en 1910 mediante la predicación de un ex-miembro de la Misión Metodista Chilena y que se conoce generalmente con el nombre de Movimiento Pentecostal. En un principio, sus reuniones se caracterizaban por fenómenos extravagantes. En los nuevos convertidos se desarrolló, con todo, una pasión religiosa incandescente, y el movimiento se extendió por ciudades y aldeas con sorprendente rapidez.
Al tiempo de escribir estas líneas sus adherentes suman entre diez y quince mil, o sea más del doble de los de las Iglesias metodista y presbiteriana del país. Quienes han estudiado de cerca este movimiento dicen que ha producido en sus miembros el más elevado tipo de moralidad. Habiendo comenzado entre los parias de la sociedad, ha ido alcanzando a personas situadas cada vez más alto en la escala social. Los fenómenos extravagantes tienden a desaparecer de sus reuniones, y sus miembros, sin perder por ello nada de su celo incandescente por salvar otras vidas, se han hecho más normales en su experiencia emotiva y más dispuesta a cooperar con los colegas cristianos de otros grupos en aquello que es de interés para la causa común.
Cruz y del Crucificado:

Este movimiento es un testimonio del hecho de que ningún mero dogmatismo o moralismo puede abrirse paso entre las masas sudamericanas. El futuro estriba en la producción de una pasión religiosa que tenga como centro una reinterpretación, al alcance del pueblo, de la significación de la Cruz y del Crucificado. Con mucha frecuencia el misionero anglosajón, reaccionando contra el dogmatismo y el tétrico del catolicismo español, no le ha hecho justicia al significado del Gólgota. Por tal razón no ha podido satisfacer aquellas necesidades y aspiraciones religiosas que han producido en la historia religiosa de la raza ibérica tanto al Cristo de Tánger*) como al Cristo de Velázquez**).
El centro de la religión española ha sido la sangre; desde tiempos inmemoriales el espíritu ibérico ha estado preocupado con el problema de la sangre. El lema de este nuevo movimiento de Chile La Sangre del Cordero”, podía leerse hace años trazados sobre cantiles rocosos a lo largo de las carreteras y vías férreas del país.
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*)          Tangerino, na. adj. Natural de Tánger. U. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo a esta ciudad de Marruecos. || 3. f. naranja mandarina. □ V. naranja ~. (Microsoft® Encarta® 2008).
**)        El Cristo de Velázquez (1920) es una obra de carácter religioso escrita por Miguel de Unamuno, dividida en cuatro partes, donde analiza la figura de Cristo desde diferentes perspectivas: como símbolo del sacrificio y la redención, reflexión sobre los nombres bíblicos (Cristo mito, Cristo hombre-Cruz, Cristo-Dios, Cristo eucarístico... Siguiendo, en cierto modo, la estela de fray Luis de León y su De los nombres de Cristo), significado poético y simbólico de la imagen del Cristo pintado por Velázquez, etc.

Un segundo movimiento de significación ha tenido lugar en las filas del cristianismo evangélico en Sudamérica. Descuellan entre los movimientos juveniles del continente las dos Federaciones, la uruguaya y la argentina. Ha llegado ya el tiempo en que la juventud evangélica de esos dos países presta reconocimiento al valor de su herencia religiosa y acepta su responsabilidad personal de introducirla en la corriente de la vida de sus respectivas naciones. Un grupo notable de jóvenes de uno y otro sexo forman entre los miembros de esas Federaciones. Muchos de ellos ocupan puestos profesionales importantes. Las Federaciones sostienen tres grandes ideales:
·      Están decididos a trabajar por un frente unido evangélico que eliminará con el correr del tiempo, las diferencias denominacionales de la familia protestante;
·      Se esfuerzan por expresar los principios del cristianismo en forma de tal modo práctico que sea una demostración del valor social de la religión;
·    Conceden suprema prominencia al evangelismo, y en diferentes formas proyectan la Palabra de Cristo sobre los problemas de la vida y el pensamiento.
Nadie puede estudiar de cerca este movimiento juvenil sin convencerse de que éste tiene delante un gran futuro espiritual.3)
Sin embargo en Brasil donde el cristianismo evangélico ha alcanzado su mayor desarrollo y hecho la más importante contribución a la vida nacional. En un capítulo anterior hemos hecho la observación de que la República del Brasil posee probablemente el mayor poder de absorción del mundo. Ningún otro país ha sido tan hospitalario como éste a las ideas de afuera. Es ahí donde el espiritismo y el positivismo han obtenido sus mayores triunfos, y ahí también donde la  fe evangélica ha hallado su más propicio terreno. Difícil cuál sea la razón de ello. Debe tomarse en cuenta, sin embargo, al menos una cosa: Brasil ha crecido con más rapidez que cualquier otra república sudamericana. Los elementos étnicos que componen su población son más numerosos y variados que en cualquiera república hermana.
Las tradiciones y el fanatismo religioso han tenido menos fuerza ahí. La población del Brasil llega en estos momentos a casi cuarenta millones (actual 198’739,296 millones habitantes año 2011; evangélicos 40 millones: añadido), y en unos cuantos años llegará a ser el país más extenso y población del mundo.
La hospitalidad natural con que el Brasil acoge las nuevas ideas y a los recién llegados ha sido aprovechada por el movimiento misionero protestante, el cual ha tenido, además, la gran fortuna de estar representado durante toda su historia en esa república por hombres y mujeres de gran espíritu y visión. Desde un principio los misioneros trabajaron por la nacionalización de la causa que representaban. A medida que los años pasaban empezaron a aparecer directores eminentes en las iglesias evangélicas nacionales. En ningún otro país de Sudamérica y en pocos países del mundo es tan perfecto y efectivo como en el Brasil el movimiento de cooperación, lo cual se debe en gran parte a los esfuerzos de un notable estadista cristiano, el doctor Erasmo Braga, evangélico brasileño de la tercera generación. Se calcula que la comunidad protestante del Brasil asciende en la actualidad a casi un millón de almas.
Los evangélicos brasileños han organizado recientemente una sociedad misionera que trabajará en la madre patria Portugal, y otra que se dedicará a la evangelización de los indios del interior.

La Federación de Escuelas Evangélicas, surgida hace unos cuantos años, es la federación más grande de escuelas privadas que existe en el país. Ya no dominan los misioneros extranjeros la vida religiosa, sino que trabajan como simple socios de sus compañeros nacionales y en esa forma aportan su propia contribución al progreso del movimiento en general.
Hace algunos años, con motivo de la muerte de un prestigiado pastor evangélico en la ciudad de Río de Janeiro, a municipalidad dio su nombre, a fin de perpetuar su honrosa memoria, a uno de los parques de la ciudad.4) Como símbolo del espíritu y futuro del cristianismo evangélico con esa gran república se levanta una hermosa ciudad jardín construida en las montañas, y proyectada como lugar de reposo para los obreros cristianos, y centro de conferencias y retiros de las iglesias evangélicas nacionales. El alma de este equivalente brasileño de los famosos retiros de Keswick en Inglaterra, y Northfiel, en los Estados Unidos, se expresa en su nombre: Uamuarama, que quiere decir lugar de los aliados”.
En junio de 1932 tuvo lugar un evento histórico en la vida religiosa de Sudamérica. La Convención Mundial de Escuelas Dominicales se reunió en Ríos de Janeiro, siendo esa la primera vez en la historia del continente que se celebra una reunión mundial en suelo sudamericano. No carece de significación el hecho de que la primera asamblea ecuménica llegada a playas sudamericanas, playas de un continente destinado por su espíritu y posición a convertirse en el más ecuménico del mundo, se haya reunido con los auspicios del cristianismo evangélico, y con el propósito de fomentar la educación cristiana de la niñez y la juventud.

11.5. Una Expresión Ecuménica*) Del Espíritu Protestante:
En las secciones anteriores de este capítulo hemos dedicado nuestra atención casi exclusivamente a la historia y desarrollo del protestantismo como un movimiento de iglesias. Necesitamos hacer hincapié, sin embargo, en que el espíritu protestante en Sudamérica ha tenido una expresión laica así como tiene una eclesiástica. Aquella ha tomado la forma de dos asociaciones cristianas de la juventud conocidas con  los nombres respectivas de Asociación Cristiana de Jóvenes y Asociación Cristiana Femenina, organizaciones que en Sudamérica han asumido un carácter decididamente ecuménico, pues aunque expresan el espíritu protestante esencial en su sentido religioso han procurado trascender firmemente tanto el eclesiasticismo protestante como el católico.
Haciendo que la base para ser miembros activos consista en una simple declaración de fe personal en Cristo, han podido hacer que no tengan dificultad para figurar en sus cuerpos directivos los miembros de iglesias protestantes, los católicos liberales y los cristianos sinceros que no han hallado un hogar  espiritual en ninguna de ambas comuniones. La primera Asociación Cristiana de Jóvenes de Sudamérica se fundó en Brasil en 1900, por obra de un secretario norteamericano. Desde entonces, el desarrollo del movimiento, por lo que toca a la expresión institucional, ha sido relativamente pequeño. Al momento de escribir estas líneas está representado por once asociaciones locales en cinco de los países sudamericanos.
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*)         Ecuménico, ca. (Del lat. oecumenĭcus, y este del gr. οκουμενικς). adj. Universal, que se extiende a todo el orbe. □ V. concilio ~. Reservados todos los derechos. Ecumenismo. m. Rel. Tendencia o movimiento que intenta la restauración de la unidad entre todas las iglesias cristianas. (Católico Romano, evangélicos, mormones, testigos, pentecostales, etc.). (Microsoft® Encarta® 2008).

Por otra parte, algunas de ellas se han desarrollado mucho y llegado a ser instituciones muy grandes e influyentes, caso en particular de la Asociación de Buenos Aires. A mayor abundamiento, la influencia ejercida por este movimiento en todo el continente ha estado fuera de toda proporción con su crecimiento institucional.
En los primeros años de su historia, la Asociación Cristiana de Jóvenes se especializó en la educación física y la actividad social, pues encontró que el desarrollo de esas formas de trabajo ofrecía el mejor punto de contacto con la comunidad. Aunque no se descuidaba la formación de grupos para el estudio de la Biblia y de los problemas vivos de la juventud se dedicó la principal atención a introducir un nuevo espíritu y propósito de los deportes y formas sanas de recreación, y a proveer un ambiente atractivo y puro en que los jóvenes pudieron emplear su tiempo libre. Las dos Asociaciones han sido las primeras en introducir y popularizar en Sudamérica nuevos juegos y formas de recreación que ahora se han generalizado.
Todo aquel que conozca íntimamente los problemas de la juventud en esos países y las tentaciones que asaltan el tiempo libre, puede apreciar el gran valor espiritual de la obra hecha por la Asociaciones Cristianas de Jóvenes y Femenina mediante su actividad física y social.
Sin embargo, en años recientes se han desarrollado nuevos e importantes aspectos en el trabajo especialmente de la Asociación Cristiana de Jóvenes, principalmente el hincapié en obras de beneficencia, y el igualmente vigoroso en la responsabilidad de la Asociación para con las grandes masas del continente que no forman parte de las iglesias. Con respecto a lo primero, se ha hecho trabajos muy importantes a favor de los muchachos abandonados y delincuentes. No puede uno dejar de pensar, particularmente en los nobles y desinteresados esfuerzos que desarrollan en los barrios bajos de Buenos Aires los secretarios argentinos, que han consagrado su vida al rescate y servicio, a la manera de Cristo, de los granujillas de la ciudad.
El más notable caso de esa clave de servicio es el de un joven argentino, educado en uno de los colegios de la Asociación en los Estados Unidos, que de tal manera causó impresión en el Gobierno por haber creado y desarrollado un hogar para muchachos delincuentes en Buenos Aires, que se le nombró como director del reformatorio más grande de la república. En el curso de uno o dos años, la organización y espíritu de dicha institución se habían transformado por completo, y no pasó mucho tiempo antes de convertirse en una de las glorias legítimas del país. Un educador norteamericano que hizo una visita al establecimiento dijo que si bien en los Estados Unidos podían hallarse algunas instituciones igualmente buenas, ciertamente no había ahí ninguna mejor que ésta.
Formas de acción como las mencionadas le han conquistado a la Asociación Cristiana de jóvenes la gratitud y buena voluntad de más de una comunidad sudamericana; han establecido normas de trabajo social desinteresado; han dado expresión al espíritu cristiano en una forma nueva y dinámica; han ganado para el compañerismo de la Asociación a hombres que anhelaban una organización por medio de la cual pudieron expresar sus ideales para la comunidad. Por su contacto con el trabajo de esta índole y su participación en él, muchos sudamericanos han llegado a tener una nueva estimación del espíritu religioso que lo inspira, y al mismo tiempo se han visto impulsados a estudiar la fe cristiana con simpatía.
Un prominente educador argentino, que cuando se puso primeramente en relación con la Asociación, abogaba enérgicamente por la eliminación de  la palabra Cristiana de su título oficial para que decía él, este movimiento pudiera tener buen éxito entre la juventud del país, vino a reconocer más tarde que esa palabra simbolizaba el alma del movimiento se señalaba hacia lo que Argentina necesitaba más: un sentido cristiano de la vida.
Durante los últimos años, el aspecto religioso de la Asociación ha recibido creciente prominencia, tanto que ha llegado a convertirse en la principal preocupación de los directores de ella, que gradualmente se han percatado del hecho de que el movimiento al que pertenecen ocupa una posición única y estrategia para llamar la atención de la juventud sudamericana a la significación de Jesucristo. Aceptando su responsabilidad en ese sentido, se han dedicado a desarrollar la actividad espiritual de la Asociación en tres formas principales:
Se han organizado campamento de verano en puntos escogidos de diferentes países, a la orillas del mar, en los bosques, cabe las corrientes de las montañas. Los nombres  de Piriápolis, en Uruguay, de Ymcáolis en la sierra argentina de La Ventana, de Angol, en el sur de Chile, y de Chosica, en el valle peruano del Rímac-Perú, tienen un sentido sagrado en la memoria de numerosos hombres y jóvenes de Sudamérica que hicieron ahí, en el seno de la naturaleza, el más grande descubrimiento que puede hacer el hombre: el de su propia persona desnuda de todo disfraz, y el de Dios. ¿Quién de cuantos hayan asistido a esos campamentos podrá jamás olvidar la Noche del Corazón Abierto con que termina, y en que todos comparten con los demás sus impresiones, y no pocos confiesan haber tenido una suprema experiencia espiritual?
Por medio de su Comité continental en Montevideo, la Asociación ha publicado muchos libros valiosos sobre el cristianismo y el problema religioso, los cuales han circulado profundamente por el continente. El principal autor de esa serie ha sido el eminente pensador a quien nos hemos referido ya, don Julio Navarro Monzó. Sin embargo, el principal trabajo espiritual de la Asociación ha consistido en auspiciar conferencias sobre religión y reuniones íntimas sencillas para aquellas personas que teniendo profundas preocupaciones espirituales no han podido hallar satisfacción para ellas en las iglesias existentes. La Asociación ha tenido que desempeñar así en años recientes, una doble función religiosa, cada  una de las cuales constituye una experiencia nueva en ese campo.
Personas especialmente empleadas y aparatadas para ese trabajo, han dado conferencias sobre los problemas más vitales de la vida y la religión, en edificios de los propias Asociaciones, escuelas, universidades, teatro y otros salones públicos, por toda la extensión del continente, y muchos que de otra manera jamás habría escuchado un mensaje religioso, debido a su antipatía por toda clase de eclesiasticismo, han acudido en gran número a estas reuniones. Tan grandes es el prestigio de la plataforma de la Asociación en algunos países que cuando el prominente predicador y conferencista doctor E. Stanley Jones hizo su primera visita a Sudamérica, hace algunos años descubrió que la manera de obtener sus mejores auditorios y entrevistarse con personas que deseaba conocer, era poner sus conferencias bajo los auspicios de la Asociación. Tal vez él mismo no se dio cuenta de hasta qué punto la posibilidad y buen éxito de sus reuniones se debieron al trabajo preliminar que la Asociación ha hecho acostumbrando a los que no pertenecen a ninguna iglesia a escuchar conferencias religiosas.
Además de esta función apologética y Evangelístico, la Asociación se ha visto en la necesidad de proporcionar un equivalente sencillo y sin formalidades de las reuniones de las iglesias, para beneficio de aquellos que no pertenecen a ninguna de estas o que son reacios en esencia a todo lo que sea de índole eclesiástico. Para estas personas, la Asociación ha sido algo así como la Casa del Intérprete de que nos habla Juan Bunyan en su inmortal alegoría El Peregrino, es decir, una posada al lado del camino, en que puede hallarse confortación y dirección espiritual. Es obvio que tal función debe ser de naturaleza transitoria y no permanente, por cuanto la Asociación jamás puede convertirse en una institución que asuma las funciones plenas de una iglesia. Su papel concreto a esto respecto debe ser de ofrecer alimento y orientación espiritual, con la esperanza de que aquellas personas a quienes ella presta ayuda conduciéndolas por la senda cristiana, hallarán finalmente su propio hogar espiritual.
¿Qué futuro tienen estas organizaciones ecuménicas en el continente sudamericano? Su tarea ha sido probablemente más difícil en esa porción del mundo que en cualquiera otra. En el Oriente, y en otras partes, simplemente han participado del prestigio o la ignorancia que se atribuyen al movimiento cristiano en general. En Sudamérica, donde el cristianismo era ya conocido, pero donde el nombre de cristiano y especialmente el de protestas suscitan desafortunadas asociaciones en el pensamiento así de católicos como de no católicos las mencionadas instituciones han tenido que evitar dos extremos igualmente aborrecibles. Por una parte, han debido cuidarse de no funcionar como simples anexos y prolongaciones de la actividad eclesiástica protestante, atrayéndose así el cargo de ser organizaciones puramente sectarias entre el pueblo a quien tratan de servir.
Por el otro lado, han debido precaverse constantemente contra la universalización de su propia posición religiosa hasta el punto de hacerse completamente inocuas como agencias cristianas creadoras. Su constante problema espiritual ha sido el de combinar la universalidad con el poder, tomando en cuenta que lo puramente espiritual es generalmente estéril. En un sentido muy real.

Tienes que ser fanático, una cuña, una centella
si quieres abrir brecha en este mundo de granito.

Puede decirse sin embargo, que ambas Asociaciones han podido responder, en grado notable, a un medio en que tanto por razones psicológicas como por circunstancias históricas infortunadas, el secretarismo y la religión organizada son un tabú para la vasta mayoría de las personas que piensan. Han logrado las Asociaciones colocarse por encima del choque de los intereses sectarios; han creado una expresión, que hasta se necesitaba, de la religión en acción; han rehabilitado la religión y el cristianismo en el pensamiento y vida de muchas personas, haciendo de Cristo el centro de todo; han proporcionado medios de sustento espiritual para no pocos peregrinos del camino de la vida. ¿Deben continuar siendo lo que son, haciendo lo que han hecho, o deben ser y hacer algo diferente, a fin de aportar aquella contribución espiritual suprema que la presente situación exige? Reservamos para el siguiente capítulo la discusión del problema que así queda plateado.

Véase capítulo XII.















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1)          Al aparecer esta edición castellana, el director de La Nueva Democracia es el doctor Alberto Remboa. El doctor W. Stanley Rycroft a quien se menciona en el texto, sucedió al Dr. Inman como secretario, y ha pasado luego a ser el presidente del Comité. (Nota del traductor).
2)       En la siguiente asamblea pena del Concilio, efectuada en Támbaram, Madrás, India, en 1938, hubo 24 delegados de la América Latina. (Nota del traductor).
3)     Por iniciativa y en gran parte debido a la tesonera labor de esas Federaciones se ha llegado a constituir la Unión Latinoamericana de Juventudes Evangélicas que cuentan ya, al hacer la presente traducción con varias federaciones como afiliadas, y ha celebrado dos Congresos continentales, uno en Lima, y otro en la Habana, 1n 1946. (Nota del Traductor).
4)          Una de las nuevas avenidas de Río de Janeiro lleva el nombre del doctor Erasmo Braga, ya firmado. (N. del trad.).


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