Colosenses:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Bosquejo
Sugerido De Colosenses:
I. Doctrina:
Declaración de la preeminencia de Cristo (1).
A.
En el mensaje del evangelio (1:1–12).
B.
En la cruz (1:13, 14).
C.
En la creación (1:15–17).
D.
En la Iglesia (1:18–23).
F.
En el ministerio de Pablo (1:24–29).
II. Peligro: Defensa de la preeminencia de
Cristo (2).
A.
Cuidarse de las filosofías huecas (2:1–10).
B.
Cuidarse del legalismo religioso (2:11–17).
C.
Cuidarse de la disciplina y el ascetismo que el hombre inventa (2:18–23).
III. Deber: Mostrar la preeminencia de
Cristo (3–4).
A.
En la pureza personal (3:1–11).
B.
En el compañerismo cristiano (3:12–17).
C.
En el hogar (3:18–21).
D.
En el trabajo diario (3:22–4:1).
E.
En el testimonio cristiano (4:2–6).
F.
En el servicio cristiano (4:7–18).
Colosenses
hace hincapié en Cristo, la cabeza del cuerpo, en tanto que Efesios lo hace en
la Iglesia como el cuerpo de Cristo. Estas dos cartas se complementan
mutuamente; a decir verdad, se puede encontrar muchos paralelos entre ellas. Al
enfatizar en Cristo como la Cabeza de la Iglesia, Pablo muestra que nuestro
Señor es todo suficiente para nuestras necesidades.
Notas: Preliminares a
Colosenses.
I. La ciudad:
Colosas
era una de tres ciudades (Hierápolis y
Laodicea eran las otras dos) localizadas a unos doscientos
kilómetros al sureste de Éfeso. Esta era un área rica tanto en riqueza mineral
como en comercio, con una numerosa población judía y gentil. Estas tres
ciudades estaban casi a la vista la una de la otra.
II. La iglesia:
Pablo
nunca visitó Colosas (véase 2:1). Durante sus tres años de ministerio en Éfeso «toda Asia»
oyó el evangelio (Hch. 19:10, 26).
Uno
de los convertidos por Pablo en Éfeso fue un hombre llamado Epafras, cuya
residencia estaba en Colosas. Epafras llevó el mensaje del evangelio a su
regreso a su hogar y mediante su ministerio fundó la iglesia (1:4–7; 4:12, 13).
Este grupo tal vez se reunía en la casa de Filemón, el cual vivía en Colosas
(Col. 4:9; Film.).
III. La Crisis:
Pablo
estaba ahora preso en Roma. Epafras fue a visitarle e informarle que una nueva
enseñanza estaba invadiendo la iglesia y causando problemas. Esta herejía hoy
se le conoce generalmente como el «gnosticismo»,
que procede de la palabra griega gnosis, la cual significa «conocer». Los gnósticos
insistían en «el
saber», o sea, profesaban tener un conocimiento superior de las
cosas espirituales. Su doctrina era una extraña mezcla de verdad cristiana,
legalismo judío, filosofía griega y misticismo oriental.
Por
un lado, estos herejes enseñaban que toda la materia es mala, incluyendo el
cuerpo; y por consiguiente Dios no podía entrar en contacto con la materia. ¿Cómo,
entonces, fue creado el mundo? Por una serie de «emanaciones» de Dios, aducían. Y,
puesto que Cristo tuvo un cuerpo humano, fue sólo una de estas «emanaciones» y no verdaderamente el Hijo
de Dios. Los gnósticos proponían una compleja serie de «emanaciones» (incluyendo
a los ángeles) entre el hombre y Dios, y de este modo negaban la
preeminencia de Cristo.
Pretendían
que su sistema le daba al creyente un «conocimiento pleno» especial, que otros no
poseían. A los gnósticos les encantaba usar la palabra «plenitud» y por eso se
encuentra que Pablo la usa muchas veces en esta carta. Su doctrina exigía
prácticas legalistas (2:16) y estricta disciplina de la carne (ascetismo,
2:18–23). «¡No
toques, no gustes, no manejes!». Era parte de sus reglas. Enseñaban
que ciertos días eran santos y que ciertos alimentos eran pecaminosos. El
sistema gnóstico tenía una apariencia de espiritualidad, pero sin valor
espiritual (véase Col. 2:21–23).
IV. La Correspondencia:
Tal
parece que Pablo envió de regreso a Colosas a Onésimo y a Epafras, junto a
Tíquico, con las cartas a los cristianos colosenses, a los efesios (Ef. 6:21,
22) y a su amigo Filemón. Algunos eruditos piensan que la carta a los
cristianos de Laodicea (Col. 4:16) es la que nosotros conocemos como Efesios.
Colosenses hace hincapié en la
preeminencia de Cristo. Al leerla, note cómo se repiten las
palabras «todo»,
«plenitud» y «lleno» (véanse 1:9–11, 16–20,
28; 2:2, 3, 9, 10, 13, 19; 3:8, 11, 14, 16, 17, 20, 22; 4:9, 12). El tema de
Pablo es «Cristo
es todo y en todos» (3:11) y que estamos «completos en Él» (2:10). Puesto que
los creyentes están completos en Cristo, ¡Él es todo lo que necesitan!
El
legalismo, las filosofías de cosecha humana, dietas estrictas, observación
obligatoria de días santos, disciplina de la carne, todo esto debe desaparecer
cuando se le da a Cristo su lugar de preeminencia. Colosenses es un ruego por
la madurez espiritual (nótese la oración en 1:9–12).
Las prácticas religiosas hechas en la carne pueden aparentar espiritualidad,
pero no tienen ningún valor para la vida interna de la persona. Qué fácil es incluso
para los cristianos evangélicos sustituir reglas de cosecha humana por la
verdadera espiritualidad.
V. COLOSENSES (el libro de lo completo): 4 capítulos,
95 versículos:
• Los versículos claves: Colosenses 2:9–10.
• Las palabras claves: completo en
Cristo. La frase “en Cristo” o “en él” con sus frases relacionadas (Cristo en
vosotros, etc. aparece muchas veces. El gran énfasis que da el libro está en la
posición del cristiano: “nos ha... trasladado al reino de su amado Hijo”
(1:13–14); y que en Cristo somos completos y hemos sido librados de los poderes
del reino de la oscuridad.
•
El bosquejo:
El gobierno poderoso de Cristo (2:10) sobre todos los reinos (1–2); el
gobierno de Cristo en la vida del cristiano (3–4). Aquí hay otra presentación clara del reino
triple de Dios:
(1) Tiene
dominio sobre los reinos de este siglo y los principados satánicos;
(2) Gobierna
en el cristiano y en la iglesia;
(3) El reino
eterno al regreso de Cristo.
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea
Su Biblia.
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