domingo, 26 de julio de 2020

CRECIMIENTO, Y CRISTO EXALTADO: COLOSENSES 1:


CRECIMIENTO, Y CRISTO EXALTADO:
COLOSENSES 1:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Mucha gente en el día de hoy, como los falsos maestros en Colosas, le da a Jesucristo un lugar de eminencia, pero no le dan su lugar correcto de preeminencia. Él no es «un gran hombre entre los grandes»; es el Hijo de Dios, ¡Él tiene la preeminencia en todas las cosas! En este primer capítulo el apóstol declara la preeminencia de Cristo en varias áreas de la vida.

I.       Preeminencia En El Mensaje Del Evangelio (Col.1:1–12):
Los falsos maestros tenían un mensaje, pero su mensaje no tenía ningún poder. Enseñaban acerca de los ángeles, «emanaciones» de Dios, reglas legalistas y disciplina corporal, pero su mensaje no tenía ningún poder para transformar vidas. En estos versículos Pablo repasa el efecto que el evangelio de Cristo tuvo en los colosenses. Él no había visitado personalmente a esta iglesia, pero había oído de Epafras las buenas nuevas de su salvación (vv. 4, 7).

A.      Cómo Se Salvaron.
Al parecer, Epafras oyó el evangelio de Cristo por boca de Pablo en Éfeso y llevó consigo este mensaje que cambia la vida al regresar a Colosas (v. 7). El testimonio debe empezar en casa (Mr. 5:19). Epafras les dio «la palabra verdadera del evangelio» (v. 5), en contraste con las mentiras de los falsos maestros. La fe viene por el oír; estas personas oyeron el evangelio, creyeron y se salvaron.

B.      Las Evidencias De Su Salvación.
Estos creyentes demostraron fe, esperanza y amor (vv. 4–5, 8). Solamente Jesucristo puede dar fe, cambiar un corazón egoísta en uno de amor y dar una bendita esperanza para el futuro. La Palabra dio fruto en sus vidas (v. 6); fruto es la evidencia de la verdadera salvación (Mt.13:23).

C.     Pablo Ora Por El Crecimiento (vv. 9–12).
Puesto que la salvación es una experiencia personal con Jesucristo y no la sencilla aceptación de un conjunto de doctrinas, un creyente puede experimentar crecimiento y desarrollo diario. Los herejes enseñaban una «plenitud» mística que sus seguidores al parecer podrían obtener; pero aquí Pablo afirma que cada creyente en Cristo puede ser lleno. Hemos sido hechos «completos en Él» (2:9, 10); ahora ora para que puedan disfrutar esta plenitud en sus vidas diarias. Note: las peticiones que hace:
(1) Que puedan conocer la voluntad de Dios;
(2) Que anden de tal manera que agrade a Dios;
(3) Que se esfuercen por llevar fruto;
(4) Que comprendan mejor la Palabra; y
(5) Que conozcan el glorioso poder de Dios.
Estas son cosas que los herejes les prometían falsamente a sus seguidores, pero estas bendiciones pueden hallarse sólo en Cristo. ¡Él es preeminente!

II.      Preeminencia En La Cruz (Col.1:13, 14):
Es su cruz la que hace que Jesucristo sobresalga, de los hombros arriba, más que cualquier otra persona en la historia. Los líderes religiosos han muerto, pero únicamente Cristo, el Hijo de Dios, murió en la cruz por los pecados del mundo.
El cuadro que se presenta en estos versículos es el de un gran general que libera de la esclavitud a una nación y lleva al pueblo a una nueva tierra de bendición. ¿Qué ángel alguna vez murió para redimir a los pecadores (ponerlos en libertad)? ¿Qué reglas religiosas alguna vez dieron perdón? Es la cruz lo que coloca a Jesucristo por sobre todas las cosas.

III.    Preeminencia En La Creación (Col.1:15–17):
Los maestros gnósticos aducían que Dios hizo los mundos mediante una serie de «emanaciones» de sí mismo y que Cristo era una de esas emanaciones. Pablo afirma que Cristo no es ninguna emanación de Dios, sino ¡Dios mismo! «Imagen» aquí significa «reproducción exacta».
Cristo no sólo es una de las criaturas de Dios, sino lo más alto (primogénito) de toda la creación. ¡El término «primogénito» aquí no se refiere a tiempo (como si Cristo fuera lo que Dios creó en primer lugar), sino a posición!
Todas las cosas fueron creadas por Él (véase Jn. 1) y para Él: Él mantiene unidas todas las cosassubsisten» significa «mantener unidas»).

IV.    Preeminencia En La Iglesia (Col.1:18–23):
La Iglesia es su cuerpo y Él es la Cabeza. La Iglesia es la nueva creación y Él es «el principio», o sea, el que da origen a la nueva creación. Su resurrección le da el título al trono de la preeminencia, porque es el «primogénito» de entre los muertos, es decir, el primero que resucitó de entre los muertos para nunca morir otra vez. Note la repetición de la palabra «todo» en este capítulo, mostrando el reinado universal de Jesucristo sobre todo lo que existe.
Los detalles del significado de «el cuerpo» se dan en Efesios 2:11ss; este pasaje describe cómo Cristo hizo la paz entre los judíos y gentiles, y reconcilió a ambos en un solo cuerpo, la Iglesia. Pero su cruz no sólo reconcilió a judíos y gentiles; también hizo posible la reconciliación de «todas las cosas», ¡el universo entero!
Pablo aplica esto a los creyentes personalmente (vv. 21–23), recordándoles que Cristo ha cambiado por completo sus vidas y les ha reconciliado con Dios. Los falsos maestros pueden pregonar enmarañadas doctrinas acerca de los ángeles y de las «emanaciones», pero Cristo todavía tiene la preeminencia como la Cabeza de la Iglesia. Él es «el primogénito» de la creación (v. 15) y de los muertos (v. 18), lo que indica su prioridad y soberanía.

V.     Preeminencia En El Ministerio De Pablo (Col.1:24–29):
¡Qué necio hubiera sido que Pablo sufriera por un Cristo que era sólo una «emanación»! ¡Por qué arriesgarse a la muerte para decirle a la gente que Jesús no es preeminente! Las primeras palabras de Pablo cuando vio al Salvador glorificado fueron: «¿Quién eres, Señor?». El señorío de Cristo, su preeminencia sobre todas las cosas, era el latido de la vida y ministerio de Pablo. Él veía sus sufrimientos personales como sufrimiento por amor a Cristo.
En el versículo 24 Pablo no dice que habían sufrido como Cristo sufrió, ni que sus sufrimientos eran parte del sufrimiento de Cristo en la cruz. Más bien lo que expresa es que así como Cristo sufrió por otros, también él sufría por otros, y su sufrimiento era por amor al cuerpo, la Iglesia.
La palabra que se usa para «sufrimiento» aquí no es la misma que se usa para los sufrimientos de Cristo en la cruz. Habla más bien de sus sufrimientos durante su ministerio terrenal, sufrimientos que el pueblo de Dios experimenta al procurar vivir por Cristo en un mundo hostil.
Luego Pablo describe «el misterio»: esa verdad acerca de Cristo y de la Iglesia que había estado escondida en tiempos pasados, pero que ahora se revelaba (véase Ef. 3). En realidad, Pablo habla de un misterio triple:
(1) El misterio de la Iglesia, vv. 24–26;
(2) El de cómo Cristo mora en el creyente (v. 27), y
(3) El de la Persona de Cristo, la plenitud de Dios, 2:2–3.

Pablo tenía un ministerio equilibrado: predicaba, enseñaba y advertía; procuraba llevar la verdad a todos, no solamente a unos pocos; y su meta era presentar a cada creyente maduro (perfecto) en Cristo. La perfección cristiana no es una ausencia absoluta del pecado, sino madurez, crecer en Cristo en todas las cosas (Ef. 4:15).
El tema total de Colosenses es: «¡Cristo es todo lo que necesitan!». Somos hechos completos en Él, y esto es todo lo que se necesita. ¡Qué trágico cuando los cristianos sustituyen reglas, disciplinas y rituales de cosecha humana por la plenitud que tenemos en Cristo!
Pero Pablo no desempeña su ministerio por su propio poder; Dios obraba en él y entonces trabajaba para Dios. Véanse Filipenses 1:12, 13 y Efesios 3:20, 21.

Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.



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