Capítulo XIII
Datos Biográficos: John Alexander Mackay:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Fechas: (1889-1983):
Obras Disponibles:
Más yo os digo
(CUPSA); El orden de Dios y el desorden del hombre. Estudio de Efesios (CUPSA);
El otro Cristo español (CUPSA); El sentido presbiteriano de la vida (CUPSA);
Las Iglesias latinoamericanas y el movimiento ecuménico (CUPSA); Prefacio a la
teología cristiana; Realidad e Idolatría; El sentido de la vida... y otros
ensayos (Presencia).
13.1.
Datos Biográficos:
Nacido en
Inverness (Escocia), en una familia de piedad y rigor calvinista. Convertido a
los 14 años mientras leía la carta a los Efesios, “al contemplar un mundo nuevo. Ahora tenía
una nueva perspectiva, con su nueva experiencia, y con su nueva actitud para
con la demás gente. Ahora amaba a Dios. Jesucristo se me tornaba el centro de
todo lo posible” (El orden de Dios, p. 17).
Estudió en la
Universidad de Aberdeen (M.A., 1912) y en el Seminario Teológico de Princeton
(EE.UU., B.D., 1915). En la Universidad de Madrid (España) estudió bajo el
catedrático y filósofo Miguel de Unamuno,
cuya personalidad dejó en él huellas profundas. En 1916 fue ordenado al
ministerio de la Iglesia Libre de Escocia y enviado a Lima (Perú) como
misionero pedagogo, en compañía de su esposa Jane Logan. Doctorado en la
Universidad Nacional de Perú (1918), fue el primer protestante en ocupar una
cátedra de filosofía en el país (1925), concretamente la cátedra de Historia de
la Filosofía Moderna, en la Universidad de San Marcos, en Lima.
Toda su vida había
estado guiada por su amor a la filosofía y el ardor por la causa cristiana.
Como parte de su tarea misionera fundó el Colegio Anglo-Peruano de Lima (1917) del que fue
su Director hasta 1925 y donde colaboraron personajes ilustres del país.
También colaboró con la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) durante seis
años (1926-32), escribiendo y dando conferencias, tanto en Perú como en México
Robert E. Speer (1867-1947), pionero en el ecumenismo y escritor, le animó a
unirse a la Junta de Misiones Extranjeras de la Iglesia Presbiteriana del
Norte, en EUA, como Secretario para Latinoamérica y África (1932). En 1937
participó por primera vez en una conferencia del Concilio Mundial de Iglesias,
del que llegó a ser una figura destacada y central.
Gracias a la
influencia de Speer, Mackay fue nombrado Presidente del Seminario de Princeton
y profesor de ecumenismo (1936-59). Cristocéntrico, animoso, logró que el
seminario superara las controversias del pasado respecto al fundamentalismo
versus liberalismo, y recuperara su estabilidad e influencia. En 1944 fundó y
editó la revista Theology Today (La Teología Hoy).
Fue Moderador de la Asamblea General de su denominación en 1953 y Presidente de
la Alianza Presbiteriana Mundial entre 1954 y 1959; así como del Consejo
Misionero Internacional. En total desempeño alrededor de 35 cargos nacionales e
internacionales de importancia, dictó una veintena de series de conferencias y
recibió otros tantos doctorados y títulos honoríficos de universidades e
instituciones diversas. Murió el 9 de junio de 1983.
Fue el primero en
predicar en la capilla de Juan Huss, en Hungría, después de haber estado
cerrada 300 años. Su testamento espiritual puede resumirse en una carta
dirigida en 1970 al argentino Luis E. Odell, que decía:
“Cada vez siento más
intensamente que la suprema necesidad que experimentamos hoy en día en la Iglesia
y en el mundo, es lo que designo como un «renacimiento
evangélico»,
Con lo cual quiero decir: un redescubrimiento del Evangelio de Cristo en su dimensión
más plena, abarcando el acontecer histórico, la realidad teológica, la experiencia
personal, el celo Evangelístico y la preocupación social con sus implicaciones
políticas.
Estos
fundamentos cristianos, que están siendo descuidados y aun olvidados, deben ser
redescubiertos, proclamados y aplicados; pero en todo caso, esto es cierto:
Jesucristo, el
Señor de la Historia y de la Iglesia, tendrá la última palabra”.
13.2. Un Nombre Que
Marco Su Vida: Unamuno:
Desde su encuentro
inicial con Unamuno en Salamanca, Mackay se hizo un propagador entusiasta de
las ideas y el valor de la personalidad de Miguel de Unamuno, tanto en América
Latina como en los Estados Unidos.
Cuando en el Perú
se desconocía la figura de Unamuno, Mackay escribió su tesis para un segundo
doctorado en la Universidad de San Marcos de Lima acerca de Unamuno. En casi
todos sus libros lo menciona.
Una de las
primeras referencias que yo leí viene en el libro El sentido de la vida
publicado originalmente en Montevideo en 1930. En su capítulo inicial “El sentido de la
hombridad”, dice Mackay:
“La cualidad de hombre en el
sentido cabal de la palabra, Unamuno la ha llamado ‘hombridad’.
Nos cuenta en uno
de sus ensayos que leyendo al gran historiador y psicólogo portugués Oliveira
Martins, le hirió la imaginación la voz ‘hombridade’
que éste aplicaba a los castellanos. ‘Hombridade’
le pareció un hallazgo. Conforme la emplea Unamuno, esta voz encierra
cualidades más amplias que la simple probidad u honradez indicada por ‘hombría de bien’.
Su sentido es
mucho más comprensivo y viril que ‘humanidad’ o ‘humanismo’, voces que se hallan estropeadas por
oler a pedantería, a secta o a doctrina abstracta. Hombridad es ‘la cualidad de
ser hombre, de ser hombre entero y verdadero, de ser todo un hombre’. ‘¡Y son tan pocos los hombres’ agrega Unamuno ‘de quienes
pueda decirse que sean todo un hombre!’ Adoptando esta simpática
acuñación lingüística del gran vasco – quien, dicho
sea de paso, es uno de los ejemplos más legítimos de la hombridad en la escena
contemporánea – vamos a ensayar el retrato de un verdadero arquetipo humano”.
John Alexander Mackay:
Véase apendeci:
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