lunes, 20 de noviembre de 2017

INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS: JUAN 13:

INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS:
JUAN 13:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Contraste 1:11–12 y 12:36 con 13:1, y verá que hemos avanzado a una nueva sección del Evangelio de Juan. «A lo suyo [el mundo] vino, y los suyos [Su pueblo] no le recibieron». Ahora Él se aparta de su ministerio público a la nación y se reúne en privado con «los suyos», los discípulos.
Los capítulos 13 al 16 registran el ministerio de Cristo en el «aposento alto» a los discípulos, mientras los preparaba para su muerte y la obra que harían después de su ascensión. El capítulo 13 contiene tres lecciones importantes para todos los cristianos.

I.       Una Lección De Humildad (Juan 13:1–5):
La acción de Jesús al lavar los pies fue un ejemplo de humildad y servicio (v. 15):
·  En los países del Medio Oriente eran los esclavos los que lavaban los pies de los invitados;
·    aquí Cristo ocupó el lugar de un esclavo.
Dejó esto en claro para sus discípulos en los versículos 13–16:
Si su Señor y Maestro les había lavado los pies, deberían también lavarse los pies unos a otros y servirse en humildad. Esto debe haber sido un contundente reproche a los doce, porque esa misma noche ¡habían discutido quién sería el mayor! (véase Lc. 22:24–27).

Las acciones de Cristo en los versículos 1–5 representan lo que hizo cuando dejó el cielo para venir a la tierra:
Ø Se levantó de su trono, dejó a un lado la expresión externa de su gloria, se hizo siervo y se humilló para morir en una cruz.
Ø Filipenses 2:5–11 Despojó*[1] delinea hermosamente estos pasos.
*kenoo = (κενόω, G2758), vaciar. Se traduce «despojó» en Filp.2:7. Las cláusulas que siguen al verbo dan la exégesis de su significado, especialmente las frases «forma de siervo», y «semejante a los hombres». Cristo no se vació a sí mismo de su deidad. No dejó de ser lo que era esencial y eternamente. La Versión Autorizada Inglesa, aunque no da una traducción exacta (traduce «se hizo carente de gloria»), expresa muy bien lo que hizo el Señor (véase Gifford sobre la encarnación). Para otros usos de la palabra, véanse Rom.4:14; 1 Cor.1:17; 9:15; 2 Cor.9:3. En la lxx aparece en Jr.14:2; 15:9. (VINE).
Ø Después de completar su obra de redención, se puso sus vestidos y se sentó (v. 12), describiendo como sombra anticipada su resurrección, ascensión a la gloria y su sentarse a la diestra del Padre.
Pedro debe haber recordado esta lección en humildad años más tarde cuando escribió 1 Pedro 5:5, 6. Lea esos versículos cuidadosamente:
·      Hoy en día, demasiados cristianos están luchando por reconocimiento y posición, y
·      necesitan recordar esta lección de humildad.
·      Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

II.     Una Lección En Santidad (Juan 13:6–17):
Las palabras de Cristo a Pedro en el versículo 8 son importantes: «Si no te lavare, no tendrás parte [comunión] conmigo». Hay una diferencia entre unión y comunión. Pedro estaba en unión con Cristo como uno de «los suyos» por medio de la fe, pero el pecado puede interrumpir nuestra comunión con el Señor. Hay una diferencia entre la condición de hijos y la comunión. Solamente en la medida en que permitimos que Cristo nos limpie podemos permanecer en comunión con Él y disfrutar de su presencia y poder.

En el versículo 10 Cristo hace una importante distinción entre lavar y limpieza. El versículo literalmente dice:
Ø «El que se ha limpiado de una vez por todas y por completo, no necesita hacer nada más que lavarse los pies».
Ø En tierra oriental la gente usaba baños públicos; mientras caminaban por las calles polvorientas los pies se ensuciaban.
Ø Al llegar a casa no necesitaban bañarse otra vez; necesitaban únicamente lavarse los pies. Así es con el creyente.
Cuando somos salvados, se nos lava por completo (1 Cor. 6:9–11; Tít. 3:5–6); cuando confesamos nuestros pecados diariamente al Señor, se nos lava nuestros pies y se limpia nuestro «andar» (1 Jn. 1:7–9).
A los sacerdotes judíos se les ordenaba que se bañaran por completo (Éx. 29:4), lo cual es un cuadro de nuestra limpieza de una vez por todas; pero Dios también proveyó el lavatorio (Éx. 30:17–21) para que lo usaran diariamente para lavarse las manos y los pies.

Hoy, Cristo limpia a su Iglesia mediante el agua de la Palabra (Ef. 5:25–26; Jn. 15:3).
·  A medida que cada día leemos la Palabra, permitimos que el Espíritu escudriñe nuestros corazones (Heb. 4:12), y
·     luego confesamos nuestros pecados, mantenemos nuestros pies limpios y andamos en la luz (véase Salm. 119:9).
Es este lavamiento diario el que mantiene al creyente en comunión con Cristo. La lección aquí no tiene nada que ver con «conseguir» o «perder» la salvación. Es estrictamente una cuestión de comunión, de compañerismo con Cristo.
Muchos creyentes cometen la misma equivocación de Pedro (v. 9); quieren ser salvos (lavados) de nuevo cuando todo lo que necesitan es solamente lavarse los pies.

III.    Una Lección En Hipocresía (Juan 13:18–38):
Judas estaba en el aposento alto pretendiendo ser de Cristo. En los versículos 10–11 Cristo dejó en claro que Él sabía que uno de ellos no era salvo. De tanto éxito fue el engaño de Judas que incluso los demás discípulos no se dieron cuenta de que era falso.
Cristo citó primero el Salmo 41:9 (v. 18) para mostrar que Él sería traicionado. Acababa de lavarle los pies a Judas; ¡ahora Judas levantaría su calcañar contra Él! Sin embargo, la muerte de Cristo en la cruz derrotará a Satanás, quien estaba usando a Judas como su instrumento (vv. 2, 27). Satanás primero planta el pensamiento en el corazón, luego entra en la persona para controlar su vida.
Cristo les citó a los doce este versículo para evitar que tropezaran por la incredulidad (v. 19). El cristiano que sabe la Palabra no se desaniman con facilidad por las derrotas que aparecen en el camino.
En el versículo 21 Cristo les dijo abiertamente a los discípulos que uno de ellos le iba a traicionar. En realidad, esta declaración fue una advertencia final a Judas. Cristo le había lavado los pies, le había citado de la Palabra y ahora le previene sin rodeos, dándole así la oportunidad para cambiar de opinión.
Juan, apoyado en el pecho de Jesús, descubrió el secreto y se lo dijo a Pedro, pero es evidente que ninguno de los hombres entendió claramente el significado de las palabras de Señor (v. 28).

Es interesante notar que el cristiano que está más cerca del corazón de Cristo es el que descubre sus secretos. Cuando Judas aceptó el pan, se rindió a Satanás, el cual entró en él, haciéndolo un hijo del diablo (véase Jn. 8:44).
Como el Espíritu Santo, Satanás obra en y a través del cuerpo y la voluntad del ser humano que se rinden a él. «Era ya de noche» (v. 30), denota la oscuridad en el corazón de Judas, y además que esta era la hora del poder de las tinieblas (Lc. 22:53).
Es peligroso que una persona sea como Judas. En Marcos 14:21 Jesús dijo:
Ø «¡Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido!».
Ø Judas pretendía ser cristiano;
Ø jugueteaba con el pecado;
Ø dilató la salvación; y
Ø cualquier persona que hace estas cosas terminará deseando nunca haber nacido.
Hay algunos misterios que rodean a Judas, pero una cosa es clara: Judas tomó una decisión deliberada cuando traicionó a Cristo.

En Juan 6:66–71 Cristo le advirtió a Judas y le llamó «un diablo». Pedro pensó que Judas era salvo, porque dijo:
·      «¡Nosotros creímos!».
·      Jesús sabía que Judas nunca había creído, y
·      por lo tanto no era salvo.
Después que Judas salió de la habitación, Jesús le advirtió a Pedro respecto a sus propias pruebas y fracasos que se avecinaban. Pedro había estado ansioso por descubrir el pecado de otros (v. 24); ahora tenía que enfrentar el suyo propio. «No juzguéis, para que no seáis juzgados» (Mt. 7:1).
La jactancia de Pedro mostró su falta de comprensión de su corazón. La autoconfianza es peligrosa en la vida cristiana. «Me seguirás después» (v. 36), probablemente se refiere a la muerte de Pedro por causa de Jesús (Jn. 21:18–19; 2 P. 1:14).

Clases Para Los Días Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:

__________
Notas:
[1] se despojó a sí mismo. Literalmente, se vació. La kenosis (vaciamiento) de Cristo su ENCARNACIÓN no quiere decir que renunciase a ningún atributo de su DEIDAD, sino que tomó sobre Sí las limitaciones de la humanidad. Esto implicaba un velo sobre la Gloria que tenía antes de la ENCARNACIÓN (Jn.17:5) y el desentenderse voluntariamente de algunas de sus prerrogativas DIVINAS el tiempo en que estuvo en la tierra (Mateo 24:36). FORMA. La misma palabra que se usa en el v. 6. Era completamente Dios y verdaderamente hombre. Quien niega la DIVINIDAD o la HUMANIDAD de Cristo exige negar la otra. (Biblia de Estudio RYRIE).



No hay comentarios.:

Publicar un comentario