LLAMADO Y LAS OBJECIONES DE
MOISÉS:
ÉXODO 3–4:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Un nuevo día
amaneció y todo cambiaría para Moisés. Cuando esa
mañana salió con sus ovejas, no tenía idea de que se encontraría con Dios.
Vale la pena
estar listo, porque nunca sabemos lo que Dios tiene planeado para nosotros.
I.
Dios Se Aparece a Moisés (Éxodo 3:1–6):
La
zarza ardiendo tiene una significación triple:
Ø Fue un cuadro de Dios
(Dt. 33:16), porque reveló su gloria y poder, sin embargo, no se consumió.
Moisés necesitaba que se le recordara la gloria y el poder de Dios, porque
estaba a punto de acometer una tarea imposible.
Ø Segundo, la zarza
simbolizaba a Israel atravesando el fuego de la aflicción, pero no se consumía.
¡Cuántas veces naciones han tratado de
exterminar a los judíos y han fallado!
Ø Por último,
la zarza ilustraba a Moisés, un pastor humilde, ¡que con la ayuda de Dios sería un fuego
que no se podría apagar!
Nótese:
que Moisés fue llevado al lugar donde se inclinó
ante Dios y le adoró con asombro, porque este es el verdadero comienzo del
servicio cristiano. Los siervos que saben cómo quitarse los zapatos en
humildad, Dios los puede usar para andar en poder. Más tarde vemos que antes de
que Dios llamara a Isaías, reveló su gloria (Is. 6). El recuerdo de la zarza ardiendo debe haber animado a
Moisés durante más de una milla trabajosa en el desierto.
II. Dios Designa a Moisés (Éxodo 3:7–10):
«He visto […] he oído
su clamor […] sé […] he descendido». ¡Qué mensaje de gracia! Moisés a menudo
se preguntaba acerca de la condición de su querido pueblo y ahora se le muestra
que Dios siempre los había vigilado. Podemos fácilmente aplicar estos
versículos a la situación cuando Cristo nació:
fue un
tiempo de esclavitud, prueba y aflicción, sin embargo, Dios descendió en la
Persona de su Hijo para librar a los hombres del pecado.
Dios
tiene un plan definido para sacarlos y llevarlos a la tierra prometida. Lo que
Él empieza, lo termina.
Moisés
se regocijó al oír que Dios estaba a punto de libertar a Israel, ¡pero entonces oyó las nuevas de que él era el
libertador! «Te enviaré». Dios
usa instrumentos humanos para realizar su obra en la tierra:
· Pasaron ochenta años de preparación para Moisés;
· ahora era tiempo de actuar.
· Desafortunadamente Moisés no contestó:
Ø «Heme aquí,
envíame a mí» (Is. 6:8).
III. Dios Responde a Moisés (Éxodo 3:11–4:17):
Moisés
no estuvo de acuerdo de inmediato con el plan de Dios de enviarlo. ¿No era un fracaso? ¿No tenía familia? ¿No era demasiado viejo? Tal vez estos y otros
argumentos pasaron por su mente, pero expresó por lo menos cuatro objeciones
ese día mientras discutía con Dios respecto a la voluntad de Dios para su vida.
A. «¿Quién Soy Yo?»
(Éx.3:11–12).
Admiramos
a Moisés por su humildad, ¡porque cuarenta años antes le hubiera dicho a Dios quién
era! Era «poderoso en palabras y obras» (Hch. 7:22).
Pero años de comunión y disciplina en el desierto lo habían hecho humilde. Una
persona actuando en la carne es impulsiva y no ve obstáculos, pero una humilde
caminando en el Espíritu sabe de las batallas que se le avecinan.
La
respuesta de Dios fue para darle seguridad:
«¡Yo estaré contigo!» Esta promesa lo
sostuvo cuarenta años, como a Josué años más tarde (Jos. 1:5). No es importante
quiénes somos; lo que importa es que Dios está con nosotros, porque sin Él no
podemos hacer nada (Jn. 15:5).
B. «¿Quién Me Envía?»
(Éx.3:13–22).
Esta no fue una pregunta evasiva, porque
los judíos querían seguridad de que el Señor le había enviado en su misión.
Dios reveló su nombre, Jehová: «YO SOY EL QUE SOY», o «¡Yo
fui, Yo soy y siempre seré!». Nuestro Señor Jesús realzó este nombre
en el Evangelio de Juan donde hallamos las siete grandiosas declaraciones: «Yo
soy» (Jn. 6:35; 8:12; 10:9, 11; 11:25; 14:6; y 1 Sam.1–5).
Si
Dios es «YO
SOY[1]»,
siempre es el mismo y sus propósitos se cumplirán. Dios le prometió a Moisés
que Él velaría para que la obra se hiciera, a pesar de la oposición de Faraón.
C. «No Me Creerán»
(Éx.4:1–9).
Pero
Dios acababa de decir que le creerían (3:18), de modo que esta afirmación no
fue nada más que pura incredulidad. Dios le dio a Moisés dos milagros:
Ø la vara convertida
en serpiente, y
Ø la mano cubierta
de lepra.
Estas serían sus
credenciales ante el pueblo. Dios toma lo que tenemos en nuestras manos y lo usa, si sólo confiamos en Él. La vara
en sí no era nada, pero en las manos de Dios se convirtió en poder.
La mano de
Moisés mató un hombre, pero en el segundo milagro Dios le mostró que podía
curar la debilidad de la carne y usar a Moisés para su gloria. La mano de Moisés no era nada, ¡pero en la de
Dios haría maravillas! Entonces Dios añadió una tercera señal: convertir el agua en sangre.
Estas
señales convencieron al pueblo (4:29–31), pero los egipcios impíos sólo
pudieron imitarla (7:10–25).
D. «Soy Inepto»
(Éx.4:10–17).
Dios
dijo: «YO
SOY», y todo lo que Moisés pudo decir fue: «No soy». Se miraba a sí
mismo y a sus fracasos en lugar de mirar a Dios y a su poder. En este caso
Moisés argumentó que no era un orador dotado. Pero el mismo Dios que hizo la
boca podía usarla.
Dios
no necesita elocuencia u oratoria; sólo necesita un vaso limpio que pueda
llenar con su mensaje. «Envía a cualquiera, menos a mí», es el clamor
de Moisés en el versículo 13. Esta actitud de incredulidad enfureció a Dios,
pero le dio a Aarón para que fuera su ayudante.
Desafortunadamente,
más de una vez, Aarón resultó ser más un obstáculo que una ayuda. Llevó a la nación a la idolatría (32:15–28) y murmuró contra Moisés (Núm.
12). ¡Qué
trágico que Moisés estaba dispuesto a confiar en un débil hombre de carne en
lugar de en el Dios viviente de los cielos¡ El versículo 14 nos
enseña que Dios obra «en ambos extremos de la línea» cuando mueve a
su pueblo. Unió a los dos hermanos para que le sirvieran.
IV.
Dios Le Da Seguridad a Moisés (Éxodo 4:18–31):
Moisés
tenía la Palabra de Dios, las señales milagrosas y la ayuda de su hermano
Aarón; sin embargo, estos versículos dejan en claro que todavía no estaba listo
para andar por fe.
No
le dijo a su suegro la verdad respecto a su viaje a Egipto, porque Dios le
había dicho que sus hermanos vivían todavía. Valoramos que Moisés se preocupó
de sus tareas terrenales de una manera fiel antes de salir, pero no mucho de su
testimonio para Jetro.
Nótese: cómo Dios le da
seguridad al partir hacia su nueva vida de servicio:
A. Su Palabra
(vv. 19–23).
Los
que querían matar a Moisés ya habían muerto y Dios quería que Moisés confiara
en Él y no tuviera miedo. Qué paciente es Dios con los suyos. Cuán estimulantes
son sus promesas.
B. Su Disciplina
(vv. 24–26).
La
circuncisión fue una parte importante de la fe judía, sin embargo, Moisés se
descuidó en traer a su hijo al pacto (Gn. 17). Dios tuvo que disciplinar a
Moisés (tal vez mediante enfermedad)
para recordarle su obligación.
¿Cómo podía guiar a Israel si fallaba en cuanto a guiar a
su familia en las cosas espirituales? Más tarde Moisés envía a su familia de regreso a
Madián (véase 18:2).
C. Su Dirección
(vv. 27–28).
Dios
le prometió que Aarón le saldría al encuentro (v. 14) y ahora cumple su
promesa. En tanto que Moisés y Aarón tenían sus debilidades y cada uno le falló
a Dios y se fallaron mutuamente más de una vez, fue una gran ayuda para Moisés
tener a su hermano a su lado. Se encontraron en «el
monte de Dios» donde Moisés vio la zarza
ardiente (Éx.3:1).
D. La Aceptación
Del Pueblo (vv. 29–31).
Esto también fue
cumplimiento de la Palabra de Dios (Éx.3:18). Triste como
parece, estos mismos judíos que recibieron a Moisés e inclinaron sus cabezas
ante Dios, más tarde le aborrecieron y criticaron debido al aumento de sus
trabajos (5:19–23).
Es
sabio no fijar nuestras esperanzas en las reacciones de las personas, porque
estas con frecuencia no cumplen sus compromisos.
___________
Notas:
[1] H595
אָנֹכִי =
anokí: pronombre primario; yo:- yo, mi, mí. (Strong).
H595 אָנֹכִי = Yo (Job 33:9). Posiblemente se
trate de una forma enfática de אֲנִי. (Diccionario de Hebreo Bíblico).
Clase Para Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
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