Parte I:
LA HISTORIA DE
JOSÉ:
(Génesis
37:1:-50:26)
José Es Vendido
Por Sus Hermanos:
“Habitó Jacob en
la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán… Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de
edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven
estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e
informaba José a su padre la mala fama de ellos… Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en
su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores… Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos
sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente… Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos
llegaron a aborrecerle más todavía… Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he
soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi
manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor
y se inclinaban al mío…”.
(Génesis
37:1:-50:26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
José fue hijo de
Jacob y Raquel. Jacob amaba a José más que a los hermanos de éste, por ser el
hijo de su ancianidad, y le dio una túnica de muchos colores. Sus hermanos, que
lo odiaban, urdieron maldades en contra suya. Lo vendieron como esclavo por
veinte piezas de plata (Génesis 37:28).
Pero José confiaba en Dios y no
consintió en pecar; el Señor lo acompañó llegó a ser intérprete de los sueños
de Faraón en Egipto. José predijo un tiempo de hambre, fue nombrado gobernador
de Egipto y en los años de abundancia almacenó los excedentes de alimento.
Los hermanos de José llegaron desde
Canaán a comprar alimento durante el hambre. Él perdonó a sus hermanos y los
trató bien; Jacob se reunió con ellos en sus últimos años, y la familia volvió
a estar junta (Génesis 45-46).
I. José Es
Vendido Como Esclavo. Génesis 37:1-36:
Jacob Reside En Canaán, 37:1, 2a.
En contraste con Esaú, Jacob permanece
en la tierra de Canaán, la tierra prometida a los patriarcas.
Aunque hasta ahora no exista una posibilidad de concreta de
poseer la tierra, Jacob obedece el llamamiento de Dios y cumple la condición de
permanecer en la tierra. Esta obediencia se debe a que él está plenamente
convencido que es el instrumento humano del plan redentor de Dios. Como Jacob,
un ser humano con intereses y necesidades propias tal vez podría tener otras
opciones mejores.
Pero como Israel, futura nación escogida
por Dios, su opción única era obedecer y esperar en Dios. Así la continuación
del pacto se hace posible. Aunque Jacob todavía llega a aparecer en la
narrativa de los siguientes capítulos de Génesis, la atención primaria es con
José, el instrumento de Dios para proveer la sobrevivencia al pueblo de Israel
en formación.
DIOS Y JOSÉ, 37:2b-50:26
Una vez asentado Jacob en Canaán, la familia
de Jacob se desarrolla y se organiza en la descendencia patriarcal prometida.
Gran parte de la atención bíblica es en algunos de los miembros de la familia
de Jacob por los conflictos que hacen peligrar seriamente la sobrevivencia como
unidad familiar y potencial de nación.
La tierra también presenta sus
dificultades para la sobrevivencia. Varios conflictos experimentados por los
patriarcas anteriores se repiten, algunos con más gravedad. El hambre, la
desintegración familiar, el exilio que hace abandonar la tierra prometida, la
dependencia de un país extranjero —Egipto—
que siempre es precaria y amenazante aparecen en los últimos años del patriarca
Jacob.
Pero
no es él el instrumento de resolución. El instrumento principal en esta
sobrevivencia es José, el hijo mayor de Raquel y de sentimiento el primogénito
de Jacob. José se distingue de entre sus hermanos y, por su confianza en Dios,
su sabiduría y su fidelidad al propósito divino, es usado por Dios en la
continuación de su plan redentor.
1. JOSÉ TIENE CONFLICTOS
CON SUS HERMANOS. Gn. 37:2b-11.
El
primer problema de unidad familiar viene por los conflictos de José con sus
hermanos.
Varias son las causas de estos
conflictos que se agravan más con el tiempo:
Ø Primera, José era muy responsable y el hombre de
confianza de su padre. La actividad principal de Jacob y su familia era la
cría de ovejas. José desde muy joven participaba de dicha actividad, pero con
un papel diferente.
Daba información
a su padre referente a las acciones de sus hermanos. Los hijos de
Jacob no eran conocidos como hijos modelos, pero por lo visto, Jacob intentaba
controlarlos. José se diferenciaba de sus hermanos por no participar con ellos
en la mala fama y por ser el hijo de confianza del padre.
Ø Segunda, Jacob mostraba visible y determinadamente
su amor y preferencia por José. Varias eran las razones por las que Jacob
tuviera tal inclinación: La conducta fiel y correcta de José para con su
padre; era el hijo de Raquel, la esposa de amor de Jacob; además su nacimiento
fue tardío y algo muy especial y juntamente con Benjamín, el otro hijo de
Raquel, eran huérfanos de madre. La distinción de túnica de diversos colores es
señal de privilegio y posición jerárquica en la familia. Era la ropa propia de
un príncipe, elegido para reinar.
Ø Tercera, José relataba sus sueños, lo que le
concedía un lugar de prominencia política en la familia. Estos sueños se
repetían, dando así claridad y solidez a su mensaje. El sueño desde la
perspectiva bíblica es un vehículo de revelación que Dios usa con personas a
quienes escoge como instrumento o mensajero de su propósito. Por ello la
interpretación de estos sueños es un don de Dios y no una técnica humana que
puede ser adquirida o desarrollada. Jacob conocía por experiencias propias el
poder de los sueños en hacerse realidad cuando esos sueños son causados por
Dios.
Es interesante notar que tanto la túnica
como los sueños de José apuntan a un desarrollo progresivo de la promesa de
Dios de hacer una nación de esa descendencia. Parecía que el tiempo estaba
parado y que nada pasaba hacia ese objetivo. En esta túnica y en los sueños se
expresa una visión de futuro que muchas veces ayuda a mantener viva la
esperanza frente a una realidad estática.
La
reacción de los hermanos es clara y enfática. Resisten toda idea de
subordinación a José y alimentan odio y envidia hacia él. El mismo Jacob
intenta reprimir a José, pero aun así no desecha estas visiones. Hasta aquí
parece ser el desarrollo normal de una familia con sus propios conflictos.
Y si ahí quedaba todo, no habría razón
de preocupación. Pero la vulnerabilidad de la familia patriarcal aparece
nuevamente.
Actitudes
Sobre Las Cuales Reflexionar:
1)
Tratar a todos de la misma manera.
Hay personas a
quienes parece que nos resulta amar más fácilmente que a otras. El favoritismo
que Jacob demostró hacia uno de sus hijos, José, resultó en graves y profundos
daños emocionales entre todos los miembros de su familia.
2) Tener sensibilidad hacia los sentimientos de
otros.
Tanto Jacob como
su hijo José son ejemplo de cuánto daño puede causar la falta de sensibilidad
hacia los sentimientos de otros, especialmente cuando esos otros son los
miembros de nuestra familia.
3) Evitar ser controlados por la envidia.
Permitir que la
envidia y sus primos hermanos, los celos, pueden producir peligrosos y aun
trágicas consecuencias. Los hermanos de José actuaron movidos por ese
sentimiento de envidia y celos que tanto dolor les trajo el resto de su vida.
4) Ser leales a pesar de todo.
Fue ese
sentimiento de lealtad familiar la que actuó para impedir que los hermanos de
José lo mataran. Rubén intervino oportunamente y apela al hecho de ser hermanos
como el último recurso para salvar a José. Un sano sentido de lealtad hacia
nuestra familia, hacia nuestra iglesia, hacia nuestra sociedad, nos provee la
búsqueda de alternativas para contribuir antes que para destruir.
2. JOSÉ ES VENDIDO Y
LLEVADO A EGIPTO. Gn. 37:12-36.
El odio y la envidia, al igual que en
Caín, crecen en los hermanos de José impulsándoles a obrar con violencia. La
ocasión se presenta fácilmente en el transcurso rutinario del trabajo (ver
4:8). En la cría de ovejas, el rebaño es llevado a diferentes lugares por
ciertos períodos de tiempo en busca de pastura y mejor comercialización.
Es así que los hijos de Jacob con sus
rebaños van de un lugar a otro. Jacob envía a José de Hebrón a Siquem, unos 80
km., a buscar a sus hermanos y traer informes sobre ellos. José los halla en
Dotán, unos 25 km. al norte de Siquem. Cuando los hermanos lo reconocen,
movidos por el odio y la envidia, deciden eliminar al soñador y deshacerse así
de la molestia de los sueños.
El amor en concreto Jacob, el padre de José, demostró su amor en
concreto hacia su hijo al regalarle una túnica de colores y al asignarle
ciertas tareas especiales. Los hijos necesitan no solamente palabras que les
expresen amor, sino también demostraciones concretas: regalos, tratos
especiales, tareas especiales, que los harán sentirse amados y afirmados como
individuos.
Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre
guardaba en mente el asunto (37:11).
Jehová Obra
En Las Circunstancias (Gn.37:25-28).
Aunque el relato no menciona la
presencia de Jehová , o "Adonai" que era la manera favorita de José de
referirse al Señor, es un hecho que Dios estaba obrando en las circunstancias
para salvar la vida de José y dar continuación al plan que tenía para él.
La intervención de Rubén, la aparición
de los ismaelitas, la propuesta de Judá, todo fue usado por Dios para cumplir
su propósito en la formación y desarrollo de la nación hebrea.
Para la eliminación de José se traman tres planes:
Ø Primero, el de matarlo, tirarlo en una cisterna y
culpar la muerte a una fiera.
Ø Segundo, Rubén sugiere echarlo en la cisterna y
dejarlo allí sin atentar contra la vida. Rubén, como primogénito sentía la
responsabilidad de librarlo de la muerte y enviarlo más tarde de vuelta a
Jacob.
Este plan se acepta y se lleva a cabo de la siguiente manera:
Ø Primero, despojan a José de su túnica,
distintivo que lo identificaba como el hijo favorito.
Ø Segundo, lo echan en la cisterna o aljibe que
tenía el propósito de acumular el agua de lluvia. Esta cisterna estaba sin agua
por lo cual servía sólo como prisión. Por la forma de botella y la profundidad
de la cisterna, era prácticamente una trampa de la cual no se podía salir. En
42:21, se relata la angustia de José y su pedido de compasión estando en la
cisterna.
Ø Tercero, los hermanos se sientan a comer,
mostrando una total indiferencia hacia la angustia de José.
Pero luego se añade un tercer plan a
sugerencia de Judá. Con la llegada de una caravana de ismaelitas y madianitas,
mercaderes que con sus productos iban a Egipto, Judá propone vender a José a
los mercaderes por el precio de un esclavo. Este plan cumpliría el propósito de
eliminar a José, pero sin matarlo, en consideración fraternal. Así José es
vendido y llevado a Egipto destino final de la caravana de mercaderes.
Cuando Rubén, quien no estuvo en la
venta de José, vuelve con la intención de librar a José, reclama a sus hermanos
reconociendo su responsabilidad de tener que dar cuenta a Jacob de él. Los
hermanos, para ocultar el hecho y tener una explicación de la desaparición de
José, tiñen la túnica de José con sangre y la llevan a Jacob, diciéndole que la
encontraron sin declararle nada.
Jacob reconoce que es la túnica de José
y dicha túnica sirve de evidencia para pronunciar legalmente la muerte de José.
Más adelante la esposa de Potifar usará también el manto de José como evidencia
para que se pronuncie el destino de José. La desaparición de José afecta
profundamente a Jacob quien reconoce que el peso de esa pérdida lo llevará toda
su vida. Nadie puede consolarlo de su duelo.
Una
vez más, el engaño aparece en la familia de Jacob. Esta vez
causando mucho dolor en Jacob, un sentimiento de culpa profundo en los hermanos
de José (42:21, 22), esclavizando a José y poniendo en peligro la formación de
la nación escogida. Pero José no fue muerto. Llega a Egipto y un funcionario
del faraón lo adquiere como esclavo.
II. Judá Y Tamar.
Génesis 38:1-30:
3. JUDÁ Y SU FAMILIA.
Gn. 38:1-30.
En esta historia que concierne a Judá,
la integridad de la descendencia corre peligro. Pero la acción arriesgada de
una mujer previene que la descendencia de Judá sea cortada.
El hecho es significativo porque de esta
descendencia viene el rey David y Jesucristo.
No se nos dice el tiempo exacto en que
Judá se aparta de sus hermanos y forma su propia familia independientemente.
Pero todos los incidentes narrados en la historia indican que transcurren en un
tiempo de por lo menos dos a tres décadas. El problema surge ante el
impedimento de continuación de la descendencia. En un sistema patriarcal, la
descendencia del primogénito es crucial para la identificación y dirección del
clan.
Para proveer en casos en que el primogénito
moría sin dejar hijo se establece la ley del levirato. Esta ley permitía que el
hermano del primogénito muerto sin hijo, le hiciera concebir a la viuda. El
hijo nacido era entonces la cabeza del clan (Deut.25:5-10).
Y este es el caso de Judá. Su hijo mayor
muere sin hijos. Y aunque él aplica la ley del levirato con su segundo hijo,
éste también, por razones egoístas, muere sin dejar hijos. Judá teme que el mal
está en la mujer y engañosamente le promete su tercer hijo, aunque ya decide no
darlo en casamiento.
Al final Judá también queda viudo,
poniendo en peligro aún más la sobrevivencia de su línea patriarcal. Aquí es
donde aparece Tamar, la dos veces viuda y personaje principal en el desarrollo
de esta historia. Ella hace varias cosas para ser el instrumento de descendencia
de este patriarca:
Ø Primero, espera un tiempo suficiente para el
cumplimiento de la promesa de casamiento con el tercer hijo. Pero pronto se da
cuenta que ello no ocurriría.
Ø Segundo, toma la decisión de quedar encinta del
mismo Judá. El relato bíblico no menciona la motivación de esta decisión tan
riesgosa y de dudosa moralidad.
La explicación que se desprende de la
historia es que ella toma el privilegio de la descendencia con mucha seriedad y
responsabilidad, mucho más que el propio Judá, recipiente directo de la promesa
patriarcal.
Ella, aunque extranjera, acepta que esta
es una descendencia especial y necesaria en los planes de Dios. Es aquí, como
en el caso de Abraham al ofrecer a Isaac, que un valor supremo se antepone ante
otro de menor trascendencia.
Hay similaridad de decisión en la
aceptación de embarazo de María arriesgando toda su integridad moral y social y
aún su misma vida al convertirse en instrumento del plan de Dios (Lucas 1:30-38).
Para llevar a cabo su decisión se disfraza de prostituta ritual, costumbre
social y religiosamente sancionada en la cultura cananea. Así logra tener
relación con Judá, de quien concibe hijos mellizos, uno de los cuales (Fares)
continúa la línea de descendencia de Judá hasta el mismo Jesucristo (Mateo 1:1-14).
Tragedias Amontonadas. Gn.38:1-30.
Este
capítulo nos presenta una serie de acontecimientos, todos los cuales terminan
en tragedia. Así podemos ver:
1. Los
hijos de Judá y su pecado:
(1) Er, hijo mayor, quien se casó muy joven con
Tamar, era malo ante los ojos de Jehová y
murió joven (v. 7).
(2) Onán, segundo hijo, no quiso tener hijos en
nombre de Er; vertió su simiente en tierra para evitarlo; murió porque hizo lo
malo ante los ojos de Jehová (v. 10).
2. Tamar,
la nuera, y su pecado:
(1) Resentía al suegro porque no quiso darle el
tercer hijo, Sela, para tener prole (v. 11).
(2) Engañó al suegro, portándose como una ramera
(vv. 14, 15).
(3) Consideró que el fin justifica los medios. Su
deseo de tener prole le llevó al extremo del pecado del incesto.
3. Judá y
sus pecados:
(1) Se alejó de su familia y tomó por esposa a
una cananea (v. 2).
(2) Al morirse la esposa, decidió ceder a la
tentación de adulterio o fornicación para saciar sus deseos carnales (v. 16).
(3) Estaba listo a castigar severamente a su
nuera, sin reconocer que él mismo era culpable también (v. 24). La ley levítica
posteriormente condenaba tales actos (Deut.22:20-24; Lv.20:14; 21:29).
(4) Reconoció que su pecado era mayor que el de
la nuera (v. 26).
Joya
bíblica: Pero
Jehová estuvo con José, y el hombre tuvo
éxito. Él estaba en la casa de su señor, el egipcio, quien vio que
Jehová estaba con él y que todo lo que
él hacía, Jehová lo hacía prosperar en
su mano (Gn.39:2-3).
Es
importante aclarar varios detalles para comprender bien esta historia:
· Primero, la relación de Judá y Tamar fue hecha
como parte de un ritual religioso, aceptable social y moralmente entre los
cananeos. Entre los hebreos se considera una abominación. Aunque el uso del
término “prostituta”
en un lugar es el de la prostituta sagrada y en otro el de la prostituta
social, la diferencia se puede explicar desde la perspectiva de ambos
participantes. Desde el punto de vista hebreo estos actos “religiosos” son considerados
perversión social simplemente.
· Segundo, Tamar queda disfrazada y Judá nunca
descubre su identidad. No hay aquí una relación incestuosa intencional o
consciente por parte de Judá.
· Tercero, ambas partes son viudos y disponibles
para entablar una relación marital legal. Es cierto que Tamar estaba legalmente
“desposada”
con el hijo de Judá. Pero dicha relación matrimonial nunca fue consumada y
obviamente Judá había anulado ya ese acuerdo legal.
· Cuarto, Tamar se asegura de la identidad de su
pareja tomando como prenda el anillo y bastón, los que servían de documento de
identificación personal.
· Quinto, al ser descubierto todo, Judá reconoce
su error (no de relación sexual sino de rehusar su hijo a Tamar) y la acción
justificada de Tamar.
Esta acción justa es en referencia al
empeño de Tamar en conseguir descendencia a Judá. Este empeño es similar al de
las hijas de Lot (Lv.19:30-38).
· Sexto, nunca más tienen relaciones sexuales. La única que
Tamar permitió fue con propósito generacional y nada más. Tamar fue la madre de
los dos hijos de Judá, pero nunca fue su esposa. La relación fue única y con
total intención de progenitura. El nombre de Tamar es mencionada en la
genealogía de Jesucristo (Mateo 1:1-14).
No sólo en esta ocasión la descendencia
de Judá corre el peligro de extinción. En el tiempo de los Jueces, nuevamente
esta línea casi se corta. Y nuevamente la acción fiel y arriesgada de una mujer
extranjera permite a la descendencia continuar (ver el libro de Rut).
Desde la perspectiva cristiana, todas
estas amenazas de extinción de la descendencia de Judá son intentos de impedir
el plan redentor de Dios en Jesucristo. Esa amenaza se intensifica con el
decreto de Herodes de matar a todos los niños de Belén y sus alrededores (Mateo
2:16-18).
Y en el intento del dragón contra la
mujer se aclara que detrás de todos estos incidentes históricos estaba Satanás
en su lucha por impedir la salvación del hombre (Ap. 12:1-9).
III.
José En La
Casa De Potifar. Génesis 39:1-23:
4. DIOS ESTA CON JOSÉ EN CASA DE POTIFAR EL EGIPCIO.
Gn. 39:1-18.
El
primer lugar, donde se establece a José, se determina su carácter y se lo
prepara para su papel futuro. Lo destacado de la estadía de José en casa de
Potifar es su fidelidad a Dios y su diligencia como esclavo. Las circunstancias
al principio favorecen a José. Pero luego se torna en contra de él.
(1)
Dios Prospera a José. Gn. 39:1-6a.
Dos factores, el uno humano, el otro divino, se unen para proveer a
José el ambiente y las circunstancias necesarias para su sobrevivencia y
bienestar en Egipto.
Ø El primero, un alto funcionario del faraón lo
adquiere como esclavo y lo asigna a su propia casa reconociendo la capacidad de
José. Este hecho provee a José de casa y de oportunidades para desarrollar sus
actividades y nuevamente su condición de preeminencia. En esta nueva
circunstancia José pone de sí todo su empeño, diligencia y buena voluntad. Su
trabajo prospera y él cumple con sus responsabilidades de una manera excelente.
Ø El otro, factor es la presencia constante,
visible y fructífera de Jehová con José.
Este factor será la clave de todo el desarrollo de la historia de José. Esta
presencia de Jehová es, en primer lugar,
fruto del propósito divino de Dios para con José. El causante de los sueños no
ha sido eliminado ni su propósito anulado, pese a la circunstancia adversa
causada por el pecado humano. Pero también esa presencia es el resultado de la
fidelidad de José a Dios y a su compromiso indeclinable de mantener comunión
con Dios y guardarse para el propósito divino.
La
presencia de Dios en José se traduce en dos resultados concretos:
· Primero, Potifar
reconoce la relación especial de José con Dios. Obviamente esta relación, como
la de Daniel (Dn.6:10) no es secreta, sino visible y abierta.
· Segundo,
la presencia de Dios en José causa bendición a Potifar. El éxito de la
prosperidad de Potifar es el resultado de la bendición de Dios. Aquí vemos dos
cosas: el cumplimiento de la promesa patriarcal de ser de bendición a todas las
familias.
· Además, la
humildad de José, quien seguramente ante preguntas o alabanzas por su trabajo,
atribuye todo a Dios. La presencia de Jehová
en José que le daba éxito en sus tareas y el reconocimiento de ello por
parte de Potifar, resultan finalmente en el nombramiento de José como
administrador de la casa y los recursos materiales del egipcio.
· En
la antigüedad asignaban responsabilidades importantes a los esclavos que
demostraban lealtad, conocimientos y habilidades especiales. Dos áreas importantes quedaban fuera de la
autoridad de José:
Ø Por razones rituales y
ceremoniales él no podía encargarse del alimento del capitán (Daniel 43:32), y
Ø la esposa del
egipcio, la que ha de ser causa de tragedia a José.
Fidelidad
Sexual Como Fidelidad a Dios. Gn. 39:9.
En nuestros tiempos, especialmente fuera
de la comunidad cristiana, es conocido que las relaciones sexuales son
solamente un asunto de consentimiento entre los participantes.
La conveniencia, el placer, y las
relaciones sociales minimizan la gravedad del asunto, pero qué diferente fue la
actitud de José. El consideró que el adulterio era un pecado mayúsculo en
contra de Dios. Esta dimensión es tan necesaria si esperamos salvaguardar la
familia y a nuestra sociedad.
Cuando
Los Inocentes Sufren... Gn.39:20.
La experiencia de José cuando fue echado
a la cárcel por las calumnias de la mujer de Potifar (39:20) nos enseña que
algunas veces una persona inocente es víctima de los poderosos y tiene que
sufrir. Desafortunadamente esta historia se repite con mucha frecuencia hasta
el punto que los inocentes comienzan a preguntarse, ¿dónde está la justicia de
Dios?
La Biblia nos recuerda que el Señor no
deja pasar por alto estos actos de opresión y que él tiene un propósito que
está llevando a cabo. Al fin, los justos serán vindicados y los opresores puestos
en evidencia y desgracia.
(2)
La mujer de Potifar calumnia a José. Gn. 39:6b-18.
Todo
parece ir bien para José. Pero una nueva tragedia se le presenta debido a su
fidelidad a Dios y la lealtad a su amo. La diligencia de José en su trabajo, su
hermosura física y su presencia continua en la casa despiertan deseos físicos
en la esposa de Potifar, quien ordena a José que tenga relaciones sexuales con
ella.
El lenguaje usado es directo y en forma
de orden. La diferencia de posición social, señora del amo y esclavo doméstico,
sería más que suficiente para que la orden fuera cumplida, aunque dicha acción
era penada con la muerte.
Pero
José rehúsa y confronta a la mujer exponiendo dos razones por las que dicho acto
está fuera de su posibilidad:
Ø La primera, tiene que ver con la lealtad a su amo y
esposo de la mujer. Contestando seguramente a argumentos usados por la mujer,
José reconoce que Potifar le dio un lugar de autoridad y confianza. Pero aclara
que ella, por ser mujer del amo, estaba fuera de su esfera de acción. La afirmación de José es: ¿Cómo, pues, haría yo esta gran maldad? (v. 9).
Desde el punto de vista social, era inconcebible para José la propuesta de la
mujer.
Ø Pero la segunda razón es más determinante aún: Dicha acción
sería pecado contra Dios. José reconoce que la fidelidad a Dios se demuestra en
una conducta de pureza y santidad. Estas dos razones son muy importantes y
complementarias: la razón social y la razón teológica o religiosa. El apóstol Pablo
une las dos razones en su exhortación a los tesalonicenses (1 Ts.4:1-6).
Pero,
no termina aquí el peligro. La mujer insiste con su orden.
La determinación se vuelve firme y sin inhibiciones. Los argumentos de José no
hacen efecto en ella, ya que estaba acostumbrada a otro sistema de valores. La reacción de José es tan firme como la
determinación de la mujer: No le hacía caso para
acostarse con ella (v. 10). Aquí se refleja la convicción de José
que no estaba orientada por circunstancias o ganancias ventajosas, sino por su
fidelidad a Dios.
La mujer cambia de método e intenta una
relación de compañía o amistad que pudiera ser más aceptable para José. José interpreta
este cambio como simplemente un medio astuto de ganar su confianza para luego
llegar a su deseo original. Tampoco responde a este pedido, evitando todo
contacto con la mujer.
Si
desea ascensos en su trabajo, comience
por aquí.
Ciertamente
la presencia de Dios hacía prosperar a José, pero es innegable la diligencia y
responsabilidad que José dio a sus tareas:
1. José, en lugar
de lamentar su situación de soledad y malos tratos, se dedicó a hacer bien lo
que tenía a mano para hacer. Y eso era
lo que pasaba: Jehová lo hacía prosperar en su mano (v. 3).
2. José no abusó
de la autoridad y confianza que se le había entregado. Mantuvo muy claros sus
privilegios y sus responsabilidades (vv. 8, 9).
3. José comprendió
que su buena presencia y apariencia física no fueron la base de su reputación,
sino su honestidad, integridad y temor al Señor.
4. José trabajó
con dedicación y pronto fue reconocido por el encargado de los presos como un
hombre digno de confianza. José se dedicó a sus tareas laborales y a cuidar de
sus compañeros antes que a buscar posiciones por la vía fácil u oportunista.
5. José mantuvo su
confianza en Dios a pesar de las circunstancias. No claudicó de su fe ni negó
sus convicciones como hijo del pueblo de Dios.
Finalmente, el cumplimiento del trabajo
de José se vuelve la ocasión para su perjuicio. A pesar del riesgo, José seguía
cumpliendo sus responsabilidades y se encuentra a solas con la mujer.
No se aclara si el hecho de que ningún
hombre estuviera en el lugar fue una casualidad o algo previamente arreglado.
La
mujer intenta su deseo con más osadía: A la orden
verbal añade un intento físico de seducción. El manto era una
camisa larga, atada con cinto por la cintura y usada como prenda de entrecasa.
José
reacciona con firmeza y prontitud haciendo dos cosas:
Ø Primero, deja su manto en las manos
de la mujer. Esta decisión vino seguramente después
de intentos de librarse de la mujer sin que ella le soltara. Más tarde, la
mujer usa este manto como evidencia para calumniar a José.
Ø Segundo, se escapa y se aleja de
ella. Ya no era momento de argumentar o dar razones. José
interpreta muy bien la gravedad de la situación y actúa acorde con ello. No
había otra salida sino la de escapar y alejarse de la mujer.
Los consejos del sabio Salomón (Salmo 5:1-14) son
claros en insistir que la única manera de evitar este pecado es alejándose de
la seducción. El apóstol Pablo también aconseja con autoridad no caer en el
pecado de fornicación (1 Cor.6:12-20).
Véase Parte II:
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