lunes, 6 de noviembre de 2017

Parte I: LA HISTORIA DE JOSÉ: (Génesis 37:1:-50:26)

Parte I:
LA HISTORIA DE JOSÉ:
(Génesis 37:1:-50:26)

José Es Vendido Por Sus Hermanos:

Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de CanaánEsta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellosY amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos coloresY viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamenteY soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía… Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío…”.
(Génesis 37:1:-50:26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:


Introducción:
José fue hijo de Jacob y Raquel. Jacob amaba a José más que a los hermanos de éste, por ser el hijo de su ancianidad, y le dio una túnica de muchos colores. Sus hermanos, que lo odiaban, urdieron maldades en contra suya. Lo vendieron como esclavo por veinte piezas de plata (Génesis 37:28).
Pero José confiaba en Dios y no consintió en pecar; el Señor lo acompañó llegó a ser intérprete de los sueños de Faraón en Egipto. José predijo un tiempo de hambre, fue nombrado gobernador de Egipto y en los años de abundancia almacenó los excedentes de alimento.
Los hermanos de José llegaron desde Canaán a comprar alimento durante el hambre. Él perdonó a sus hermanos y los trató bien; Jacob se reunió con ellos en sus últimos años, y la familia volvió a estar junta (Génesis 45-46).

I.      José Es Vendido Como Esclavo. Génesis 37:1-36:


Jacob Reside En Canaán, 37:1, 2a.
En contraste con Esaú, Jacob permanece en la tierra de Canaán, la tierra prometida a los patriarcas.
Aunque hasta ahora no exista una posibilidad de concreta de poseer la tierra, Jacob obedece el llamamiento de Dios y cumple la condición de permanecer en la tierra. Esta obediencia se debe a que él está plenamente convencido que es el instrumento humano del plan redentor de Dios. Como Jacob, un ser humano con intereses y necesidades propias tal vez podría tener otras opciones mejores.
Pero como Israel, futura nación escogida por Dios, su opción única era obedecer y esperar en Dios. Así la continuación del pacto se hace posible. Aunque Jacob todavía llega a aparecer en la narrativa de los siguientes capítulos de Génesis, la atención primaria es con José, el instrumento de Dios para proveer la sobrevivencia al pueblo de Israel en formación.

DIOS Y JOSÉ, 37:2b-50:26

Una vez asentado Jacob en Canaán, la familia de Jacob se desarrolla y se organiza en la descendencia patriarcal prometida. Gran parte de la atención bíblica es en algunos de los miembros de la familia de Jacob por los conflictos que hacen peligrar seriamente la sobrevivencia como unidad familiar y potencial de nación.
La tierra también presenta sus dificultades para la sobrevivencia. Varios conflictos experimentados por los patriarcas anteriores se repiten, algunos con más gravedad. El hambre, la desintegración familiar, el exilio que hace abandonar la tierra prometida, la dependencia de un país extranjero —Egipto— que siempre es precaria y amenazante aparecen en los últimos años del patriarca Jacob.
Pero no es él el instrumento de resolución. El instrumento principal en esta sobrevivencia es José, el hijo mayor de Raquel y de sentimiento el primogénito de Jacob. José se distingue de entre sus hermanos y, por su confianza en Dios, su sabiduría y su fidelidad al propósito divino, es usado por Dios en la continuación de su plan redentor.

1. JOSÉ TIENE CONFLICTOS CON SUS HERMANOS. Gn. 37:2b-11.

El primer problema de unidad familiar viene por los conflictos de José con sus hermanos. Varias son las causas de estos conflictos que se agravan más con el tiempo:
Ø Primera, José era muy responsable y el hombre de confianza de su padre. La actividad principal de Jacob y su familia era la cría de ovejas. José desde muy joven participaba de dicha actividad, pero con un papel diferente.
Daba información a su padre referente a las acciones de sus hermanos. Los hijos de Jacob no eran conocidos como hijos modelos, pero por lo visto, Jacob intentaba controlarlos. José se diferenciaba de sus hermanos por no participar con ellos en la mala fama y por ser el hijo de confianza del padre.
Ø Segunda, Jacob mostraba visible y determinadamente su amor y preferencia por José. Varias eran las razones por las que Jacob tuviera tal inclinación: La conducta fiel y correcta de José para con su padre; era el hijo de Raquel, la esposa de amor de Jacob; además su nacimiento fue tardío y algo muy especial y juntamente con Benjamín, el otro hijo de Raquel, eran huérfanos de madre. La distinción de túnica de diversos colores es señal de privilegio y posición jerárquica en la familia. Era la ropa propia de un príncipe, elegido para reinar.
Ø Tercera, José relataba sus sueños, lo que le concedía un lugar de prominencia política en la familia. Estos sueños se repetían, dando así claridad y solidez a su mensaje. El sueño desde la perspectiva bíblica es un vehículo de revelación que Dios usa con personas a quienes escoge como instrumento o mensajero de su propósito. Por ello la interpretación de estos sueños es un don de Dios y no una técnica humana que puede ser adquirida o desarrollada. Jacob conocía por experiencias propias el poder de los sueños en hacerse realidad cuando esos sueños son causados por Dios.

Es interesante notar que tanto la túnica como los sueños de José apuntan a un desarrollo progresivo de la promesa de Dios de hacer una nación de esa descendencia. Parecía que el tiempo estaba parado y que nada pasaba hacia ese objetivo. En esta túnica y en los sueños se expresa una visión de futuro que muchas veces ayuda a mantener viva la esperanza frente a una realidad estática.

La reacción de los hermanos es clara y enfática. Resisten toda idea de subordinación a José y alimentan odio y envidia hacia él. El mismo Jacob intenta reprimir a José, pero aun así no desecha estas visiones. Hasta aquí parece ser el desarrollo normal de una familia con sus propios conflictos.
Y si ahí quedaba todo, no habría razón de preocupación. Pero la vulnerabilidad de la familia patriarcal aparece nuevamente.

Actitudes Sobre Las Cuales Reflexionar: 
1) Tratar a todos de la misma manera.
Hay personas a quienes parece que nos resulta amar más fácilmente que a otras. El favoritismo que Jacob demostró hacia uno de sus hijos, José, resultó en graves y profundos daños emocionales entre todos los miembros de su familia.

2) Tener sensibilidad hacia los sentimientos de otros.
Tanto Jacob como su hijo José son ejemplo de cuánto daño puede causar la falta de sensibilidad hacia los sentimientos de otros, especialmente cuando esos otros son los miembros de nuestra familia.

3) Evitar ser controlados por la envidia.
Permitir que la envidia y sus primos hermanos, los celos, pueden producir peligrosos y aun trágicas consecuencias. Los hermanos de José actuaron movidos por ese sentimiento de envidia y celos que tanto dolor les trajo el resto de su vida.

4) Ser leales a pesar de todo.
Fue ese sentimiento de lealtad familiar la que actuó para impedir que los hermanos de José lo mataran. Rubén intervino oportunamente y apela al hecho de ser hermanos como el último recurso para salvar a José. Un sano sentido de lealtad hacia nuestra familia, hacia nuestra iglesia, hacia nuestra sociedad, nos provee la búsqueda de alternativas para contribuir antes que para destruir.

2. JOSÉ ES VENDIDO Y LLEVADO A EGIPTO. Gn. 37:12-36.

El odio y la envidia, al igual que en Caín, crecen en los hermanos de José impulsándoles a obrar con violencia. La ocasión se presenta fácilmente en el transcurso rutinario del trabajo (ver 4:8). En la cría de ovejas, el rebaño es llevado a diferentes lugares por ciertos períodos de tiempo en busca de pastura y mejor comercialización.
Es así que los hijos de Jacob con sus rebaños van de un lugar a otro. Jacob envía a José de Hebrón a Siquem, unos 80 km., a buscar a sus hermanos y traer informes sobre ellos. José los halla en Dotán, unos 25 km. al norte de Siquem. Cuando los hermanos lo reconocen, movidos por el odio y la envidia, deciden eliminar al soñador y deshacerse así de la molestia de los sueños.

El amor en concreto  Jacob, el padre de José, demostró su amor en concreto hacia su hijo al regalarle una túnica de colores y al asignarle ciertas tareas especiales. Los hijos necesitan no solamente palabras que les expresen amor, sino también demostraciones concretas: regalos, tratos especiales, tareas especiales, que los harán sentirse amados y afirmados como individuos.

Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre guardaba en mente el asunto (37:11).

Jehová  Obra En Las Circunstancias  (Gn.37:25-28).

Aunque el relato no menciona la presencia de Jehová , o "Adonai" que era la manera favorita de José de referirse al Señor, es un hecho que Dios estaba obrando en las circunstancias para salvar la vida de José y dar continuación al plan que tenía para él.
La intervención de Rubén, la aparición de los ismaelitas, la propuesta de Judá, todo fue usado por Dios para cumplir su propósito en la formación y desarrollo de la nación hebrea.

Para la eliminación de José se traman tres planes:
Ø Primero, el de matarlo, tirarlo en una cisterna y culpar la muerte a una fiera.
Ø Segundo, Rubén sugiere echarlo en la cisterna y dejarlo allí sin atentar contra la vida. Rubén, como primogénito sentía la responsabilidad de librarlo de la muerte y enviarlo más tarde de vuelta a Jacob.

Este plan se acepta y se lleva a cabo de la siguiente manera:
Ø Primero, despojan a José de su túnica, distintivo que lo identificaba como el hijo favorito.
Ø Segundo, lo echan en la cisterna o aljibe que tenía el propósito de acumular el agua de lluvia. Esta cisterna estaba sin agua por lo cual servía sólo como prisión. Por la forma de botella y la profundidad de la cisterna, era prácticamente una trampa de la cual no se podía salir. En 42:21, se relata la angustia de José y su pedido de compasión estando en la cisterna.
Ø Tercero, los hermanos se sientan a comer, mostrando una total indiferencia hacia la angustia de José.

Pero luego se añade un tercer plan a sugerencia de Judá. Con la llegada de una caravana de ismaelitas y madianitas, mercaderes que con sus productos iban a Egipto, Judá propone vender a José a los mercaderes por el precio de un esclavo. Este plan cumpliría el propósito de eliminar a José, pero sin matarlo, en consideración fraternal. Así José es vendido y llevado a Egipto destino final de la caravana de mercaderes.

Cuando Rubén, quien no estuvo en la venta de José, vuelve con la intención de librar a José, reclama a sus hermanos reconociendo su responsabilidad de tener que dar cuenta a Jacob de él. Los hermanos, para ocultar el hecho y tener una explicación de la desaparición de José, tiñen la túnica de José con sangre y la llevan a Jacob, diciéndole que la encontraron sin declararle nada.
Jacob reconoce que es la túnica de José y dicha túnica sirve de evidencia para pronunciar legalmente la muerte de José. Más adelante la esposa de Potifar usará también el manto de José como evidencia para que se pronuncie el destino de José. La desaparición de José afecta profundamente a Jacob quien reconoce que el peso de esa pérdida lo llevará toda su vida. Nadie puede consolarlo de su duelo.
Una vez más, el engaño aparece en la familia de Jacob. Esta vez causando mucho dolor en Jacob, un sentimiento de culpa profundo en los hermanos de José (42:21, 22), esclavizando a José y poniendo en peligro la formación de la nación escogida. Pero José no fue muerto. Llega a Egipto y un funcionario del faraón lo adquiere como esclavo.

II.      Judá Y Tamar. Génesis 38:1-30:


3. JUDÁ Y SU FAMILIA. Gn. 38:1-30.
En esta historia que concierne a Judá, la integridad de la descendencia corre peligro. Pero la acción arriesgada de una mujer previene que la descendencia de Judá sea cortada.
El hecho es significativo porque de esta descendencia viene el rey David y Jesucristo.

No se nos dice el tiempo exacto en que Judá se aparta de sus hermanos y forma su propia familia independientemente. Pero todos los incidentes narrados en la historia indican que transcurren en un tiempo de por lo menos dos a tres décadas. El problema surge ante el impedimento de continuación de la descendencia. En un sistema patriarcal, la descendencia del primogénito es crucial para la identificación y dirección del clan.
Para proveer en casos en que el primogénito moría sin dejar hijo se establece la ley del levirato. Esta ley permitía que el hermano del primogénito muerto sin hijo, le hiciera concebir a la viuda. El hijo nacido era entonces la cabeza del clan (Deut.25:5-10).
Y este es el caso de Judá. Su hijo mayor muere sin hijos. Y aunque él aplica la ley del levirato con su segundo hijo, éste también, por razones egoístas, muere sin dejar hijos. Judá teme que el mal está en la mujer y engañosamente le promete su tercer hijo, aunque ya decide no darlo en casamiento.

Al final Judá también queda viudo, poniendo en peligro aún más la sobrevivencia de su línea patriarcal. Aquí es donde aparece Tamar, la dos veces viuda y personaje principal en el desarrollo de esta historia. Ella hace varias cosas para ser el instrumento de descendencia de este patriarca:
Ø Primero, espera un tiempo suficiente para el cumplimiento de la promesa de casamiento con el tercer hijo. Pero pronto se da cuenta que ello no ocurriría.
Ø Segundo, toma la decisión de quedar encinta del mismo Judá. El relato bíblico no menciona la motivación de esta decisión tan riesgosa y de dudosa moralidad.

La explicación que se desprende de la historia es que ella toma el privilegio de la descendencia con mucha seriedad y responsabilidad, mucho más que el propio Judá, recipiente directo de la promesa patriarcal.
Ella, aunque extranjera, acepta que esta es una descendencia especial y necesaria en los planes de Dios. Es aquí, como en el caso de Abraham al ofrecer a Isaac, que un valor supremo se antepone ante otro de menor trascendencia.
Hay similaridad de decisión en la aceptación de embarazo de María arriesgando toda su integridad moral y social y aún su misma vida al convertirse en instrumento del plan de Dios (Lucas 1:30-38). Para llevar a cabo su decisión se disfraza de prostituta ritual, costumbre social y religiosamente sancionada en la cultura cananea. Así logra tener relación con Judá, de quien concibe hijos mellizos, uno de los cuales (Fares) continúa la línea de descendencia de Judá hasta el mismo Jesucristo (Mateo 1:1-14).

Tragedias Amontonadas.  Gn.38:1-30.

Este capítulo nos presenta una serie de acontecimientos, todos los cuales terminan en tragedia. Así podemos ver:

1.     Los hijos de Judá y su pecado:
(1)  Er, hijo mayor, quien se casó muy joven con Tamar, era malo ante los ojos de Jehová  y murió joven (v. 7).
(2)  Onán, segundo hijo, no quiso tener hijos en nombre de Er; vertió su simiente en tierra para evitarlo; murió porque hizo lo malo ante los ojos de Jehová  (v. 10).

2.     Tamar, la nuera, y su pecado:
(1)  Resentía al suegro porque no quiso darle el tercer hijo, Sela, para tener prole (v. 11).
(2)   Engañó al suegro, portándose como una ramera (vv. 14, 15).
(3)  Consideró que el fin justifica los medios. Su deseo de tener prole le llevó al extremo del pecado del incesto.

3.     Judá y sus pecados:
(1)   Se alejó de su familia y tomó por esposa a una cananea (v. 2).
(2)  Al morirse la esposa, decidió ceder a la tentación de adulterio o fornicación para saciar sus deseos carnales (v. 16).
(3)  Estaba listo a castigar severamente a su nuera, sin reconocer que él mismo era culpable también (v. 24). La ley levítica posteriormente condenaba tales actos (Deut.22:20-24; Lv.20:14; 21:29).
(4)  Reconoció que su pecado era mayor que el de la nuera (v. 26).

Joya bíblica: Pero Jehová  estuvo con José, y el hombre tuvo éxito. Él estaba en la casa de su señor, el egipcio, quien vio que Jehová  estaba con él y que todo lo que él hacía, Jehová  lo hacía prosperar en su mano (Gn.39:2-3).

Es importante aclarar varios detalles para comprender bien esta historia:
·      Primero, la relación de Judá y Tamar fue hecha como parte de un ritual religioso, aceptable social y moralmente entre los cananeos. Entre los hebreos se considera una abominación. Aunque el uso del término prostituta en un lugar es el de la prostituta sagrada y en otro el de la prostituta social, la diferencia se puede explicar desde la perspectiva de ambos participantes. Desde el punto de vista hebreo estos actos religiosos son considerados perversión social simplemente.
·      Segundo, Tamar queda disfrazada y Judá nunca descubre su identidad. No hay aquí una relación incestuosa intencional o consciente por parte de Judá.
·      Tercero, ambas partes son viudos y disponibles para entablar una relación marital legal. Es cierto que Tamar estaba legalmente desposada con el hijo de Judá. Pero dicha relación matrimonial nunca fue consumada y obviamente Judá había anulado ya ese acuerdo legal.
·      Cuarto, Tamar se asegura de la identidad de su pareja tomando como prenda el anillo y bastón, los que servían de documento de identificación personal.
·      Quinto, al ser descubierto todo, Judá reconoce su error (no de relación sexual sino de rehusar su hijo a Tamar) y la acción justificada de Tamar.
Esta acción justa es en referencia al empeño de Tamar en conseguir descendencia a Judá. Este empeño es similar al de las hijas de Lot (Lv.19:30-38).
·      Sexto, nunca más tienen relaciones sexuales. La única que Tamar permitió fue con propósito generacional y nada más. Tamar fue la madre de los dos hijos de Judá, pero nunca fue su esposa. La relación fue única y con total intención de progenitura. El nombre de Tamar es mencionada en la genealogía de Jesucristo (Mateo 1:1-14).

No sólo en esta ocasión la descendencia de Judá corre el peligro de extinción. En el tiempo de los Jueces, nuevamente esta línea casi se corta. Y nuevamente la acción fiel y arriesgada de una mujer extranjera permite a la descendencia continuar (ver el libro de Rut).
Desde la perspectiva cristiana, todas estas amenazas de extinción de la descendencia de Judá son intentos de impedir el plan redentor de Dios en Jesucristo. Esa amenaza se intensifica con el decreto de Herodes de matar a todos los niños de Belén y sus alrededores (Mateo 2:16-18).
Y en el intento del dragón contra la mujer se aclara que detrás de todos estos incidentes históricos estaba Satanás en su lucha por impedir la salvación del hombre (Ap. 12:1-9).

III.   José En La Casa De Potifar. Génesis 39:1-23:


4. DIOS ESTA CON JOSÉ EN CASA DE POTIFAR EL EGIPCIO. Gn. 39:1-18.
El primer lugar, donde se establece a José, se determina su carácter y se lo prepara para su papel futuro. Lo destacado de la estadía de José en casa de Potifar es su fidelidad a Dios y su diligencia como esclavo. Las circunstancias al principio favorecen a José. Pero luego se torna en contra de él.

(1) Dios Prospera a José. Gn. 39:1-6a.
Dos factores, el uno humano, el otro divino, se unen para proveer a José el ambiente y las circunstancias necesarias para su sobrevivencia y bienestar en Egipto.
Ø El primero, un alto funcionario del faraón lo adquiere como esclavo y lo asigna a su propia casa reconociendo la capacidad de José. Este hecho provee a José de casa y de oportunidades para desarrollar sus actividades y nuevamente su condición de preeminencia. En esta nueva circunstancia José pone de sí todo su empeño, diligencia y buena voluntad. Su trabajo prospera y él cumple con sus responsabilidades de una manera excelente.
Ø El otro, factor es la presencia constante, visible y fructífera de Jehová  con José. Este factor será la clave de todo el desarrollo de la historia de José. Esta presencia de Jehová  es, en primer lugar, fruto del propósito divino de Dios para con José. El causante de los sueños no ha sido eliminado ni su propósito anulado, pese a la circunstancia adversa causada por el pecado humano. Pero también esa presencia es el resultado de la fidelidad de José a Dios y a su compromiso indeclinable de mantener comunión con Dios y guardarse para el propósito divino.

La presencia de Dios en José se traduce en dos resultados concretos:
·      Primero, Potifar reconoce la relación especial de José con Dios. Obviamente esta relación, como la de Daniel (Dn.6:10) no es secreta, sino visible y abierta.
·      Segundo, la presencia de Dios en José causa bendición a Potifar. El éxito de la prosperidad de Potifar es el resultado de la bendición de Dios. Aquí vemos dos cosas: el cumplimiento de la promesa patriarcal de ser de bendición a todas las familias.
·      Además, la humildad de José, quien seguramente ante preguntas o alabanzas por su trabajo, atribuye todo a Dios. La presencia de Jehová  en José que le daba éxito en sus tareas y el reconocimiento de ello por parte de Potifar, resultan finalmente en el nombramiento de José como administrador de la casa y los recursos materiales del egipcio.
·      En la antigüedad asignaban responsabilidades importantes a los esclavos que demostraban lealtad, conocimientos y habilidades especiales. Dos áreas importantes quedaban fuera de la autoridad de José:
Ø Por razones rituales y ceremoniales él no podía encargarse del alimento del capitán (Daniel 43:32), y
Ø la esposa del egipcio, la que ha de ser causa de tragedia a José.

Fidelidad Sexual Como Fidelidad a Dios. Gn.  39:9.
En nuestros tiempos, especialmente fuera de la comunidad cristiana, es conocido que las relaciones sexuales son solamente un asunto de consentimiento entre los participantes.
La conveniencia, el placer, y las relaciones sociales minimizan la gravedad del asunto, pero qué diferente fue la actitud de José. El consideró que el adulterio era un pecado mayúsculo en contra de Dios. Esta dimensión es tan necesaria si esperamos salvaguardar la familia y a nuestra sociedad.

Cuando Los Inocentes Sufren...  Gn.39:20.
La experiencia de José cuando fue echado a la cárcel por las calumnias de la mujer de Potifar (39:20) nos enseña que algunas veces una persona inocente es víctima de los poderosos y tiene que sufrir. Desafortunadamente esta historia se repite con mucha frecuencia hasta el punto que los inocentes comienzan a preguntarse, ¿dónde está la justicia de Dios?
La Biblia nos recuerda que el Señor no deja pasar por alto estos actos de opresión y que él tiene un propósito que está llevando a cabo. Al fin, los justos serán vindicados y los opresores puestos en evidencia y desgracia.

(2) La mujer de Potifar calumnia a José. Gn. 39:6b-18.
Todo parece ir bien para José. Pero una nueva tragedia se le presenta debido a su fidelidad a Dios y la lealtad a su amo. La diligencia de José en su trabajo, su hermosura física y su presencia continua en la casa despiertan deseos físicos en la esposa de Potifar, quien ordena a José que tenga relaciones sexuales con ella.
El lenguaje usado es directo y en forma de orden. La diferencia de posición social, señora del amo y esclavo doméstico, sería más que suficiente para que la orden fuera cumplida, aunque dicha acción era penada con la muerte.

Pero José rehúsa y confronta a la mujer exponiendo dos razones por las que dicho acto está fuera de su posibilidad:
Ø La primera, tiene que ver con la lealtad a su amo y esposo de la mujer. Contestando seguramente a argumentos usados por la mujer, José reconoce que Potifar le dio un lugar de autoridad y confianza. Pero aclara que ella, por ser mujer del amo, estaba fuera de su esfera de acción. La afirmación de José es: ¿Cómo, pues, haría yo esta gran maldad? (v. 9). Desde el punto de vista social, era inconcebible para José la propuesta de la mujer.
Ø Pero la segunda razón es más determinante aún: Dicha acción sería pecado contra Dios. José reconoce que la fidelidad a Dios se demuestra en una conducta de pureza y santidad. Estas dos razones son muy importantes y complementarias: la razón social y la razón teológica o religiosa. El apóstol Pablo une las dos razones en su exhortación a los tesalonicenses (1 Ts.4:1-6).

Pero, no termina aquí el peligro. La mujer insiste con su orden. La determinación se vuelve firme y sin inhibiciones. Los argumentos de José no hacen efecto en ella, ya que estaba acostumbrada a otro sistema de valores. La reacción de José es tan firme como la determinación de la mujer: No le hacía caso para acostarse con ella (v. 10). Aquí se refleja la convicción de José que no estaba orientada por circunstancias o ganancias ventajosas, sino por su fidelidad a Dios.
La mujer cambia de método e intenta una relación de compañía o amistad que pudiera ser más aceptable para José. José interpreta este cambio como simplemente un medio astuto de ganar su confianza para luego llegar a su deseo original. Tampoco responde a este pedido, evitando todo contacto con la mujer.

Si desea ascensos en su trabajo,  comience por aquí. Ciertamente la presencia de Dios hacía prosperar a José, pero es innegable la diligencia y responsabilidad que José dio a sus tareas:
1. José, en lugar de lamentar su situación de soledad y malos tratos, se dedicó a hacer bien lo que tenía a mano para hacer. Y eso era lo que pasaba: Jehová  lo hacía prosperar en su mano (v. 3).
2. José no abusó de la autoridad y confianza que se le había entregado. Mantuvo muy claros sus privilegios y sus responsabilidades (vv. 8, 9).
3. José comprendió que su buena presencia y apariencia física no fueron la base de su reputación, sino su honestidad, integridad y temor al Señor.
4. José trabajó con dedicación y pronto fue reconocido por el encargado de los presos como un hombre digno de confianza. José se dedicó a sus tareas laborales y a cuidar de sus compañeros antes que a buscar posiciones por la vía fácil u oportunista.
5. José mantuvo su confianza en Dios a pesar de las circunstancias. No claudicó de su fe ni negó sus convicciones como hijo del pueblo de Dios.

Finalmente, el cumplimiento del trabajo de José se vuelve la ocasión para su perjuicio. A pesar del riesgo, José seguía cumpliendo sus responsabilidades y se encuentra a solas con la mujer.
No se aclara si el hecho de que ningún hombre estuviera en el lugar fue una casualidad o algo previamente arreglado.
La mujer intenta su deseo con más osadía: A la orden verbal añade un intento físico de seducción. El manto era una camisa larga, atada con cinto por la cintura y usada como prenda de entrecasa.

José reacciona con firmeza y prontitud haciendo dos cosas:
Ø Primero, deja su manto en las manos de la mujer. Esta decisión vino seguramente después de intentos de librarse de la mujer sin que ella le soltara. Más tarde, la mujer usa este manto como evidencia para calumniar a José.
Ø Segundo, se escapa y se aleja de ella. Ya no era momento de argumentar o dar razones. José interpreta muy bien la gravedad de la situación y actúa acorde con ello. No había otra salida sino la de escapar y alejarse de la mujer.

Los consejos del sabio Salomón (Salmo 5:1-14) son claros en insistir que la única manera de evitar este pecado es alejándose de la seducción. El apóstol Pablo también aconseja con autoridad no caer en el pecado de fornicación (1 Cor.6:12-20).

Véase Parte II:

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