Parte III:
LA HISTORIA DE JOSÉ:
(Génesis 37:1:-50:26)
José Es Vendido Por Sus Hermanos:
“Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán… Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos… Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores… Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente… Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía… Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío…”.
(Génesis 37:1:-50:26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Dios escogió a José y él respondió a esa
elección. Bien podía el pedir su libertad, una recompensa material acorde con
el trabajo de su “consultora internacional”. Inclusive él pudo haber
pedido el castigo de aquellos que causaron su sufrimiento.
Pero José reconoce que por su elección
no es un simple espectador de la historia, sino un instrumento protagonizador
de la historia, ya escogido por Dios de antemano. Pese a todo, fue necesario un
nombramiento “oficial”
por parte de faraón en perfecto equilibrio entre la soberanía de Dios y el
libre albedrío del hombre.
Los nombramientos van acompañados de las
ceremonias apropiadas de proclamación y reconocimiento oficial. El faraón
entrega a José su anillo personal, lo cual concede autoridad legal para promulgar
decretos y establecer las políticas necesarias a la situación. El vestido y las
joyas dan a conocer su nueva condición de realeza y autoridad imperial, las
cuales permitirán una esfera de acción sin impedimentos.
El segundo carro del faraón otorga a
José movilidad y autoridad administrativa en representación directa del faraón
en todo el territorio egipcio. Finalmente, en un acto público se proclama la
investidura oficial de José y su inicio en la vida pública. La población
reconoce con gesto de sumisión a esta nueva autoridad imperial.
El siguiente paso obligatorio es el de
integrar a José a la vida social y cultural de Egipto. Para ello el faraón le
concede un nuevo nombre egipcio que expresa la característica sobresaliente de
José.
Además,
le otorga una esposa de posición social privilegiada.
Es muy importante notar que ella pertenece a una familia sacerdotal
(religiosa). No sabemos si fue a pedido de José o una concesión libre del
faraón. De cualquier manera, esta determinación juzga el factor religioso de
más afinidad con José y de más importancia para este nuevo cargo.
(6)
José Planifica Para Los Años De Hambre. Gn.41:45b-57.
A los 30 años, 13 años después de haber
estado en Egipto, se inicia José como el gobernador de Egipto. De acuerdo con
el plan propuesto, él desarrolla todas sus actividades. Recorre toda la tierra
para tener un conocimiento exacto y correcto de los recursos materiales y
humanos disponibles.
Con los datos obtenidos determina áreas
de cultivo, distribuye el trabajo en la forma más apropiada e imparte las
responsabilidades necesarias. Estas acciones aseguran una producción agrícola
abundante, aprovechando las condiciones favorables de la tierra. De la
producción cuantiosa durante los siete años fácilmente se almacena en cada
ciudad todo el excedente. Se resalta que el almacenamiento no fue en un lugar
centralizado para asegurar una distribución rápida y equitativa.
Manasés José llamó el nombre del primogénito Manasés,
porque dijo: Dios me ha hecho olvidar. La
expresión: todo mi sufrimiento y toda la casa de mi
padre parece un complemento natural que el autor expresa en una identificación
propia y justa con el sufrimiento que José había soportado y el abandono por
parte de sus hermanos. El concepto expresa
más la idea de perdón, de haber superado un sentimiento por la gracia sanadora
de Dios.
Manasés fue el hijo de José que más
tarde Jacob adopta (aunque no como primogénito (Gn.48:13-20) para que reciba
sus bendiciones. Así llega a ser el padre de una de las tribus de Israel y por
lo tanto heredó una parte de la tierra prometida.
Pese
a su excesiva ocupación, José no descuida su vida familiar. Durante
estos primeros siete años nacen sus dos hijos, asegurándose la continuación de
la descendencia, tan importante en relación con el pacto.
Los nombres puestos son muy
significativos porque reflejan el cambio favorable de su situación concedida
por Dios en la tierra de Egipto, pero al mismo tiempo su deseo y añoranza por
su tierra y la casa de su padre. Aquí se mantiene una fidelidad a la promesa
patriarcal.
Los
siete años de abundancia terminan y llegan los de hambre.
El pueblo clama por alimento al faraón. Este puede responder a dicho clamor,
gracias al plan desarrollado e indica a José como el responsable de proveer de
alimentos. Los graneros de Egipto están preparados para proveer alimento para
el pueblo.
Como el hambre estaba extendida a otras
regiones, de otros países también vienen a comprar trigo de Egipto. José dirige
la venta del producto tanto al pueblo egipcio como a los extranjeros que
acudían a él. Aquí no hay monopolio o deseo excesivo de poder; simplemente hay
una vocación de servicio e instrumentación de sobrevivencia a la humanidad en
crisis.
Varias
Lecciones Útiles Se Pueden Entresacar De Este Incidente Bíblico:
Ø Hay muchos lugares
donde existe escasez y hambre en el mundo de hoy día, mientras que en otros hay
abundancia.
En
el caso de Egipto, Dios reveló al gobernante de la inminente hambre.
Ø Un hombre de Dios
interpretó ese problema y ejecutó un plan previsor y con el propósito de
asegurar la sobrevivencia humana.
Hoy
día también se pueden evitar situaciones penosas de hambre si hombres de Dios y
naciones con capacidad de producción abundante, en su mayoría identificadas
como cristianas, se hacen responsables de desechar la codicia de poder y el
enriquecimiento desmedido en perjuicio de la vida de tantos seres humanos.
Ø No es la escasez
mundial la causante de hambre, sino el abuso de recursos por algunos, la mala
distribución y la codicia ilimitada de unos pocos.
VI. Los Hermanos De José En Egipto. Génesis 42:1-28:
6.1. La Primera Visita De Los Diez Hermanos. Gn.42:1-38:
7. JOSÉ
SE REENCUENTRA CON SUS HERMANOS. Gn. 42:1-45:14.
Esta
sección se relaciona nuevamente con Canaán y la familia de Jacob. Mientras José
gana prominencia, poder y fecundidad, su familia pasa por varias crisis. La más
aparente es la del hambre, aunque también están presentes el sufrimiento de
Jacob por la pérdida de José y el apego excesivo por Benjamín.
El sentimiento de culpabilidad no
resuelto de los demás hijos y el temor de ser descubiertos controlan todas las
relaciones familiares, las que ciertamente causan desconfianza y ansiedad en
todos. La familia de la promesa estaba paralizada en el cumplimiento de su
propósito patriarcal. La unidad familiar estaba rota, la vocación redentora sin
impulso y ahora la misma sobrevivencia estaba en peligro.
En los encuentros entre hermanos, que
tienen lugar en los dos primeros años de hambre, se cumplen parcialmente los
sueños de preeminencia de José, aunque reconocido sólo por él.
José tuvo que “reinar” sobre todo un imperio, antes
de ser permitido “reinar” sobre su familia. En estos encuentros se
pueden notar acciones de manipulación de poder y dureza como también de extrema
generosidad y ternura. Aparecen expresiones apasionadas de temor, tristeza, ansiedad
y culpabilidad como asimismo de confianza, alivio, perdón y alegría.
(1) Los Hermanos De José Van a Comprar
Trigo De Egipto. Gn. 42:1-6.
La atención del testimonio bíblico
vuelve a Canaán, la tierra de la promesa patriarcal. Esta tierra, como todas
las otras regiones, padece el hambre que afecta a Jacob y su familia. Este toma
la iniciativa de enfrentar la situación buscando lo necesario.
A diferencia de Abraham quien descendió
a Egipto (12:10), o de Isaac quien intentó ir a Egipto en tiempo de hambre (Gn.26:2),
Jacob no va a Egipto ni piensa en mudarse allá. Envía a sus hijos tan sólo para
comprar alimentos para la sobrevivencia.
Jacob retiene a Benjamín consigo, para
salvaguardarle de cualquier desgracia. Aquí se nota el dolor que todavía Jacob
guarda por José y el apego extremo que siente por Benjamín, único sobreviviente
conocido de Raquel, su esposa favorita. Es interesante notar que estos 10
hermanos que parten para Egipto fueron los que vendieron a José justamente a
Egipto.
Los hijos de Jacob se unen a la caravana
de personas que acuden a Egipto en busca de alimentos. Sin saberlo, llegan a
Egipto y se enfrentan con José, ahora gobernador y el responsable de la venta
de todos los alimentos. Asimismo, sin saberlo, los hermanos se postran ante el
gobernador, rindiéndole honor, cosa que habían rehusado reconocer anteriormente
y que causara la desgracia de José.
(2) José Reconoce y Trata Con Hostilidad
a Sus Hermanos. Gn.42:7-25.
A diferencia de la ignorancia de los
hermanos, José reconoce enseguida a sus hermanos y a su memoria vienen sus
sueños acerca de ellos. Justamente el relato de esos sueños fueron factores
decisivos en desencadenar odio y envidia que tanta angustia causara a la
familia.
Varias son las reacciones posibles en un
encuentro de esta naturaleza, desde una venganza cruel hasta un reconocimiento
feliz. Sin embargo, José aparentemente siguiendo un plan, actúa de la siguiente
manera.
Ø Primero, evita ser reconocido. Habían
pasado más de 20 años desde que se apartaron los hermanos. Los años,
seguramente el vestido y afeite de José, su posición inverosímil y lo imposible
de encontrar a un hermano perdido, hicieron difícil la posibilidad de
reconocimiento por parte de los hermanos. José se asegura de su simulación,
hablando a través de un intérprete, preguntándole de dónde venían y tratándoles
con hostilidad y desconfianza.
Ø Segundo, les acusa de espías, falta
que en todo país y generación es muy grave y castigada con la muerte. El
límite de Egipto con Canaán era el más vulnerable de invasión y el lugar por
donde normalmente atacaban los imperios de Mesopotamia. De allí que la
acusación de espías, actividad imperdonable, era lógica y de esperar al saber
que ellos eran de Canaán.
Los hermanos se defienden de esta acusación
identificando a la familia con mucha precisión y asegurando su honestidad. Se
reconocen como siervos del gobernador, una sumisión completa a José, y
mencionan a los demás miembros de la familia ausentes: un mismo padre en Canaán, un hermano menor
que ha quedado y uno desaparecido.
Más adelante los hermanos explican a Jacob que la
razón de dar todos los datos familiares se debió a las insistentes y precisas
averiguaciones de José (Gn.43:6-7). De cualquier manera, los hermanos
respondieron esta vez con honestidad.
Ø Tercero,
aprovechando todos los datos familiares recibidos, José los apresa a todos con
la condición de que uno de ellos regrese a Canaán y traiga el hermano menor
como prueba de veracidad y garantía de vida. Aparentemente, este plan no se
llevó a efecto tal vez por la solidaridad fraternal y el reconocimiento que el
pedido por Benjamín era difícil de cumplirse (Gn.44:20-23). Lejos de que esto
irrite más al gobernador, éste finalmente adopta una propuesta más benigna que
permite una salida condicional y honorable para ambas partes. Sólo uno de ellos
quedará preso y el resto podrá regresar a Canaán con los alimentos con el
compromiso de traer al hermano menor y así verificar su honestidad. El hermano
que es escogido como rehén es Simeón, quien a la vista de todos ellos es
sometido al encarcelamiento.
Es
interesante notar que José basa esta propuesta en dos principios fundamentales:
· primero su temor a Dios. Esta
actitud de reverencia y responsabilidad de todo ser humano, en toda posición
social o política ante el Ser Supremo, es básica y orientadora en toda relación
humana que pueda ser beneficiosa. Los hermanos de José, conocedores del
verdadero Dios, no habían actuado anteriormente en el temor de Dios.
· El segundo principio mencionado es
el humanitario: el hambre de la familia de estos
hombres. Hay una responsabilidad ineludible en
el bienestar de la humanidad por parte de esta autoridad gubernativa. Lastimosamente
hoy día ninguno de estos principios son los que guían a gobiernos y naciones en
posición privilegiada de recursos. ¡La humanidad sigue esperando a un rey justo!
¿Perdonar?
¡Jamás! Después de muchos años los hermanos de José aún
vivían prisioneros de sus sentimientos de culpa. Ellos habían vendido a su
hermano pensando que nunca más volverían a saber de él; por lo tanto, nunca
imaginaron que habría alguna oportunidad para el perdón ni la reconciliación.
Alguien ha dicho que quién sabe cuántas
veces Rubén habría dicho a sus hermanos:
"Yo se los dije". Los hermanos de
José habían sufrido mucho.
Muchas veces esperamos que quienes nos
han ofendido den el primer paso de venir a buscar nuestro perdón, pero la
experiencia de José nos ilustra que los puentes hacia la reconciliación los
debemos poner nosotros con iniciativa y deseo.
Antes de la resolución de esta situación
se produce un reconocimiento de culpa por parte de los hermanos. A su memoria
viene la acción cruel de haber vendido a su hermano ignorando la súplica de
angustia del joven.
Pero más que reconocimiento de una
acción, viene el sentimiento de culpabilidad y el efecto de desgracia que esta
culpa acarrea en ellos. El sentimiento de culpabilidad se agrava con la mención
de Rubén, quien trató de persuadir a sus hermanos de no cometer tal acto
malicioso.
Aquí el reconocimiento no es simplemente
en su perjuicio familiar o social sino en su efecto religioso. El acto es
identificado como pecado y ni el hecho de haber ocultado tan cuidadosamente ni
el paso de los años ha eliminado el castigo que el pecado lleva consigo: ¡su sangre nos es
demandada!
Hace veinte años que están soportando
esta carga tan pesada y que hasta ahora no deciden resolver con su padre. El
efecto de este sentimiento de culpabilidad ha de acompañar a estos patriarcas
hasta aún después de la muerte de Jacob (Gn.50:15-16).
Este reconocimiento de culpabilidad
afecta profundamente a José, quien no reprime sus sentimientos, sino que los
expresa a espaldas de sus hermanos para evitar ser reconocido y continuar así
con su plan original que hasta ahora no es revelado.
Finalmente, José ordena que
generosamente se les conceda las provisiones no tan sólo para sus casas sino
también lo necesario para el camino. La generosidad se extiende en hacer
devolución secreta de todo el dinero pagado por los alimentos.
Así
culmina este primer encuentro entre José y sus hermanos. El
problema del hambre se resuelve temporalmente, pero surge un problema más grave
a esta familia: un hermano está de rehén y la vida del hermano menor queda en
peligro.
(3) Los Hermanos Regresan a Canaán Con
Los Alimentos. Gn.42:26-38.
El regreso a Canaán, lejos de ser un
evento de satisfacción y alivio, trae sobresaltos, conflictos y temores que no
pueden ser resueltos fácilmente. El primer incidente de sobresalto ocurre en la
posada cuando uno de los hermanos descubre el dinero de compra devuelto en su
costal. Este hecho lo ponía en falta ante el gobernador. Por causa del fuerte
sentimiento de culpa que arrastran, reconocen que esta acción es causada por
Dios.
Una vez en la casa paternal, cuentan
detalladamente a Jacob todo lo ocurrido y conversado. Con fuerza se identifica
al gobernador como “aquel hombre, el señor de la tierra” y a Benjamín
cuya presencia en Egipto es condición insustituible para liberar a Simeón y
seguir comprando alimentos. Los dos
hijos favoritos de Jacob están en juego y en situaciones opuestas: José, el que creen estar muerto, está vivo y con poder de
vida sobre todos ellos. Benjamín, el que está vivo, está en peligro de
muerte.
Pero el temor se apodera de ellos al
descubrir, juntamente con Jacob, que todos tienen en su poder el dinero de la
compra. No podían entender cómo había ocurrido esto, pero sí comprendían que
ello podría significar una situación más precaria todavía frente al gobernador.
Jacob se apresura no precisamente a
explicar, sino a hacerles responsable a los diez hijos por la vida de los tres
hijos con peligro:
Ø Menciona primero a José, a quien lo pronuncia
como desaparecido en una ocasión pasada,
Ø luego a Simeón
cuya vida en el presente está en grave peligro, y
Ø finalmente a Benjamín quien en un futuro
cercano estaría en el mismo peligro.
Reconoce
que el efecto final de todas estas desgracias es contra él. Es
interesante que Jacob señale como responsables de la desaparición de José a los
hermanos. Tal vez esta mención no se debió a la sospecha en contra de ellos,
sino al hecho de que José había sido enviado por Jacob justamente para
encontrarse con sus hermanos y traerle noticias de ellos.
De cualquier manera, esta fue una
apertura y oportunidad para que los diez hermanos confesaran la verdad y
solucionaran por lo menos en parte el problema de culpabilidad que arrastraban.
Pero
nada de eso ocurre. Por el contrario, Rubén elude esta
oportunidad, desviando el problema a la provisión futura de alimento que
implicaría la ida de Benjamín a Egipto. Como garantía de la vida de Benjamín
ofrece a Jacob la vida de sus dos hijos.
Jacob reafirma su posición de no
permitir que Benjamín vaya con ellos. La desaparición de José antes y la
perspectiva de la pérdida de Benjamín causarían un daño y sufrimiento
desconsolador e irreparable en Jacob.
Con
la conciencia perturbada: Los hermanos de José nos ilustran
cómo se pueden agolpar de repente sobre nuestra conciencia todos aquellos actos
pecaminosos que hemos cometido. Es entonces cuando la agonía del alma no
encuentra otra salida sino aceptar la justicia y el castigo de Dios.
El
cuadro es triste y por lo tanto una advertencia que debemos evitar llegar a esa
condición antes que sea demasiado tarde:
1. Tenían
la conciencia perturbada por no haber escuchado a su hermano cuando les pedía
compasión (v. 21).
2. Tenían
la conciencia perturbada por no haber escuchado a su hermano Rubén cuando
intercedía a favor de su hermano (v. 22).
3.
Tenían la conciencia perturbada por haber tenido que dejar a su hermano Simeón
en Egipto (v. 25).
4.
Tenían la conciencia perturbada por causa del dolor que todo esto había
provocado a su padre ya anciano (v. 36-38).
5.
Tenían la conciencia perturbada porque no aceptaron completamente el perdón que
José les ofreció (Gn.50:15-17).
6.2. La Segunda Visita De Los Once Hermanos.
Gn.43:1-44:34.
8. JOSÉ
SE DA A CONOCER A SUS HERMANOS. Gn. 43:1-45:14.
Esta
sección contiene algunos de los pasajes más significativos y tiernos del libro
de Génesis. La forma literaria que nos presenta estos episodios es una
excelente narrativa.
Los diálogos que se desarrollan, los
detalles que se mencionan, el orden de los acontecimientos narrados enriquecen
pronunciadamente la revelación bíblica.
Las explosiones emotivas toman sus
cursos libremente y las rememoraciones fluyen con facilidad. Todo apunta hacia
un propósito final que promete resolver todos los misterios y conflictos
pasados, presentes y futuros.
En el momento preciso, cuando todas las
circunstancias y condiciones requeridas por José de sus hermanos se cumplen, él
se da a conocer. Hasta ahora, nadie sino José sabían esos requisitos y ese
momento. Obviamente resalta el cambio de actitud de los hermanos, expresado
representativamente por Judá, en cuanto a Jacob y Benjamín.
Otros reconocimientos como el
sentimiento de solidaridad fraternal, el pronunciamiento de culpabilidad ante
Dios y la humildad ante José contribuyeron para un desenlace feliz.
(1)
Los Hermanos Con Benjamín Vuelven a Egipto.
Gn. 43:1-34.
La
decisión de Jacob de dejar ir a Benjamín no fue fácil.
Aparentemente tardaron todo lo que pudieron sin tener que ir en busca de
alimentos. Pero al final, los alimentos se acabaron y fue necesario otro viaje.
Jacob mismo toma la iniciativa en pedir a sus hijos que vuelvan a Egipto, pero
sin Benjamín. Judá le recuerda que no pueden ir así.
Ante la protesta de Jacob, los hermanos
explican que ningún dato familiar pudieron esconder del hombre de Egipto ya que
éste preguntaba con mucha insistencia y precisión justamente acerca del padre y
del hermano menor.
Finalmente, Judá pide que Benjamín vaya
con ellos comprometiéndose él mismo de fiador.
Además de la garantía que su vida significa, Judá apela a dos
argumentos principales para convencer al padre:
Ø Primero,
le dice que la vida de los demás, especialmente la del mismo Jacob y la de los
niños, están en peligro de extinción por la falta de alimento. Aquí Jacob debe
sopesar el valor dado a la vida de Benjamín en oposición a la vida de los
demás. Hasta ahora, lo único de valor para él fue la seguridad de vida de
Benjamín.
Ø Segundo,
le indica que se ha dejado pasar mucho tiempo y ya se perdieron dos
oportunidades de provisiones por causa de la intransigencia paterna.
Ø Finalmente, Jacob decide enviar a
Benjamín, pero tomando todas las precauciones y dando todas las orientaciones
necesarias:
· Primero aconseja
que le lleven como presente los mejores productos de Canaán, mostrando así
buena voluntad. Esto indica que aparentemente los árboles y algunos vegetales
todavía producían algo. En su encuentro con Esaú, Jacob apaciguó la ira de su
hermano enviando una serie de presentes. Sin saberlo, estos presentes serían
también para “apaciguar
la ira de otro hermano ofendido”. Los productos nativos habrán
tenido un impacto muy favorable en José, quien aparentemente hasta entonces no
se había preocupado de su familia ni de su tierra.
· Segundo,
les ordena que lleven el doble del dinero necesario para adquirir los granos.
· Tercero,
les señala que ellos mismos deben devolver el dinero que encontraron en sus
costales y que debía pertenecer al gobernador. Esto probaría honestidad y buena
intención.
· Cuarto,
y tal vez lo más resaltante de sus acciones, les encomienda al Dios Todopoderoso
(El Shaddai). En la fe en el Dios quien se le apareció por primera vez en
Betel y quien estuvo con él en todas sus experiencias, él puede desprenderse de
Benjamín. Jacob pide a Dios misericordia para sus hijos y liberación para
Simeón y Benjamín.
· Finalmente,
Jacob afirma su resignación de aceptar si fuera necesario la privación de sus
hijos, mayormente refiriéndose a Simeón y Benjamín.
Con todos estos elementos y con
Benjamín, los hijos de Jacob vuelven a Egipto y se presentan ante José. Por
indicaciones de éste, los hermanos se encontrarán ante varias situaciones que
les causan sorpresa, temor y expectativa:
Ø Primero,
son llevados a la casa del gobernador.
La reacción inmediata fue de temor, ya que se interpreta esta acción como un
encarcelamiento masivo. Queriendo solucionar la causa supuesta de dicho
castigo, ellos ofrecen devolver todo el dinero del pago anterior. Pero al
intentarlo se encuentran con la segunda situación sorprendente. El mayordomo
les informa que él había recibido el pago anterior.
Ø Además,
les dice que si ellos encontraron dinero en sus costales, debió haber sido obra
del Dios de ellos. Lejos de aliviarles, esta información reafirma en ellos el
temor de que Dios está causando ocasión para que ellos reciban el pago por la
culpabilidad de sangre que tienen.
Ø Tercero,
Simeón es liberado y todos ellos son provistos de todo lo necesario para estar
preparados de ver al gobernador y comer con él al mediodía. Este fue un trato
digno de los mejores huéspedes y los hermanos se disponen a hacer lo mejor que
pueden.
En
el encuentro inicial con José hay reacciones paralelas pero diferentes por
ambas partes. En los hermanos dos acciones
sobresalen:
· Primera,
le entregan
personalmente el presente que habían traído. Este era un arma
importante en ganar la simpatía o el favor del gobernador.
· Segunda, se
resalta los actos de sumisión y homenaje que brindan a José.
En estos actos, ellos reconocen la posición que José ocupa y la que le toca a
ellos. Esta misma actitud demostró Jacob en su encuentro ante Esaú. En las
reacciones de José también sobresalen su interés íntimo en la familia. Su
pregunta en cuanto al padre de ellos y la bendición que pronuncia sobre
Benjamín una vez que éste es propiamente identificado por los diez.
La
otra reacción es la profunda emoción que siente que le obliga a buscar un lugar
privado para descargarse. En verdad José, pese a su posición y dura experiencia
en la vida política, no perdió su ternura ni su amor hacia su familia. La
fortaleza de su personalidad le permitía seguir soportando esta relación de no
identificarse con sus hermanos. Esto refuerza la idea de que él estaba
siguiendo un plan específico para revelarse a los suyos.
La última situación sorprendente fue el
arreglo y la distribución de acuerdo al rango de nacimiento o jerárquico de
todos los hermanos en la mesa. Ninguno de ellos se podía explicar cómo el
gobernador u otro allí sabían exactamente el orden de nacimiento de ellos.
Contrario a la costumbre del sistema
patriarcal, a Benjamín le sirvieron la “porción doble” que normalmente le debía tocar al
primogénito. Las costumbres rituales de egipcios y hebreos se mantienen
estrictamente. Pero, finalmente, todos se relajan y comparten animadamente la
comida.
Génesis
44:1-34:
(2)
José Hace Prisionero a Benjamín. Gn.
44:1-17.
Para lograr este propósito José prepara
un complot con su mayordomo quien ejecuta con precisión todas las órdenes
superiores necesarias:
Ø Primero, se despide a los hermanos
para que regresen a Canaán. Para ello se les provee
de abundante alimento a todos, nuevamente con el dinero de pago en sus
respectivos costales. Además, específicamente José ordena que su copa de plata
sea puesta en la boca del costal de Benjamín. Este objeto serviría de ocasión
irrefutable de procedimiento de arresto.
Ø En segundo lugar, José,
quien personalmente estaba dirigiendo el complot, ordena a su mayordomo a ir a
apresar a Benjamín bajo la pena de robar la copa de plata del gobernador. Esta
orden no fue tan simple en cumplirse con precisión, ya que los hermanos
protestan vehementemente su inocencia. No pueden admitirse culpable de tal
acción después de haber demostrado fehacientemente su honestidad y buena
intención. Para reafirmar su inocencia,
los hermanos pronuncian un castigo extremo si son hallados culpables: el que
robó la copa sería muerto y los demás serían convertidos en esclavos. El
mayordomo acepta el desafío pero lo suaviza: sólo el que tiene la copa será
hecho esclavo; el resto podrá irse libre.
Ø Finalmente, la copa es hallada en
el costal de Benjamín. Pero no abandonan a Benjamín.
Todos regresan con él a la ciudad, sumidos en profundo pesar y disponiéndose a
enfrentar la situación solidariamente.
Al llegar ante José, expresan su
culpabilidad postrándose en tierra, acto propio de reos y esclavos. Ante la
acusación de José, Judá, quien había salido de fiador por Benjamín, reconoce
que es Dios quien ha descubierto la culpabilidad de ellos.
Aquí no sólo se reconoce la culpa por la
copa, sino una culpa mucho más grave y que les ha estado persiguiendo todo este
tiempo: es la
culpa por su acción contra el hermano José, 22 años antes. Judá
ofrece la esclavitud incontestable de todos y especialmente de aquel en cuyo
poder se halló la copa.
José, buscando una reacción más de sus
hermanos, les propone que sólo Benjamín quede como esclavo y los demás regresen
a Canaán con los alimentos. Posiblemente esta es la prueba final que José
estaba buscando en su relacionamiento con sus hermanos antes de identificarse.
En
Medio De Las Crisis. Gn. 44:1-17.
Llega el momento cuando José decide
enviar a sus hermanos con los alimentos de regreso a Canaán. Cuando todos
pensaban que las cosas se habían mejorado, José tenía otro plan que pone a sus
hermanos en medio de una nueva crisis. Esta crisis pone en evidencia que cuando
no hemos resuelto adecuadamente los asuntos espirituales y la relación con
Dios, nuestros valores se confunden y aunque deseamos hacer lo mejor no siempre
es posible.
Véase Parte IV:
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