lunes, 6 de noviembre de 2017

Parte III: LA HISTORIA DE JOSÉ: (Génesis 37:1:-50:26)

Parte III:
LA HISTORIA DE JOSÉ:
(Génesis 37:1:-50:26)

José Es Vendido Por Sus Hermanos:

Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán… Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos… Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores… Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente… Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía… Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío…”.
(Génesis 37:1:-50:26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Dios escogió a José y él respondió a esa elección. Bien podía el pedir su libertad, una recompensa material acorde con el trabajo de su consultora internacional. Inclusive él pudo haber pedido el castigo de aquellos que causaron su sufrimiento.
Pero José reconoce que por su elección no es un simple espectador de la historia, sino un instrumento protagonizador de la historia, ya escogido por Dios de antemano. Pese a todo, fue necesario un nombramiento oficialpor parte de faraón en perfecto equilibrio entre la soberanía de Dios y el libre albedrío del hombre.

Los nombramientos van acompañados de las ceremonias apropiadas de proclamación y reconocimiento oficial. El faraón entrega a José su anillo personal, lo cual concede autoridad legal para promulgar decretos y establecer las políticas necesarias a la situación. El vestido y las joyas dan a conocer su nueva condición de realeza y autoridad imperial, las cuales permitirán una esfera de acción sin impedimentos.
El segundo carro del faraón otorga a José movilidad y autoridad administrativa en representación directa del faraón en todo el territorio egipcio. Finalmente, en un acto público se proclama la investidura oficial de José y su inicio en la vida pública. La población reconoce con gesto de sumisión a esta nueva autoridad imperial.

El siguiente paso obligatorio es el de integrar a José a la vida social y cultural de Egipto. Para ello el faraón le concede un nuevo nombre egipcio que expresa la característica sobresaliente de José.
Además, le otorga una esposa de posición social privilegiada. Es muy importante notar que ella pertenece a una familia sacerdotal (religiosa). No sabemos si fue a pedido de José o una concesión libre del faraón. De cualquier manera, esta determinación juzga el factor religioso de más afinidad con José y de más importancia para este nuevo cargo.

(6) José Planifica Para Los Años De Hambre. Gn.41:45b-57.
A los 30 años, 13 años después de haber estado en Egipto, se inicia José como el gobernador de Egipto. De acuerdo con el plan propuesto, él desarrolla todas sus actividades. Recorre toda la tierra para tener un conocimiento exacto y correcto de los recursos materiales y humanos disponibles.
Con los datos obtenidos determina áreas de cultivo, distribuye el trabajo en la forma más apropiada e imparte las responsabilidades necesarias. Estas acciones aseguran una producción agrícola abundante, aprovechando las condiciones favorables de la tierra. De la producción cuantiosa durante los siete años fácilmente se almacena en cada ciudad todo el excedente. Se resalta que el almacenamiento no fue en un lugar centralizado para asegurar una distribución rápida y equitativa.

Manasés  José llamó el nombre del primogénito Manasés, porque dijo: Dios me ha hecho olvidar. La expresión: todo mi sufrimiento y toda la casa de mi padre parece un complemento natural que el autor expresa en una identificación propia y justa con el sufrimiento que José había soportado y el abandono por parte de sus hermanos. El concepto expresa más la idea de perdón, de haber superado un sentimiento por la gracia sanadora de Dios.
Manasés fue el hijo de José que más tarde Jacob adopta (aunque no como primogénito (Gn.48:13-20) para que reciba sus bendiciones. Así llega a ser el padre de una de las tribus de Israel y por lo tanto heredó una parte de la tierra prometida.

Pese a su excesiva ocupación, José no descuida su vida familiar. Durante estos primeros siete años nacen sus dos hijos, asegurándose la continuación de la descendencia, tan importante en relación con el pacto.
Los nombres puestos son muy significativos porque reflejan el cambio favorable de su situación concedida por Dios en la tierra de Egipto, pero al mismo tiempo su deseo y añoranza por su tierra y la casa de su padre. Aquí se mantiene una fidelidad a la promesa patriarcal.

Los siete años de abundancia terminan y llegan los de hambre. El pueblo clama por alimento al faraón. Este puede responder a dicho clamor, gracias al plan desarrollado e indica a José como el responsable de proveer de alimentos. Los graneros de Egipto están preparados para proveer alimento para el pueblo.
Como el hambre estaba extendida a otras regiones, de otros países también vienen a comprar trigo de Egipto. José dirige la venta del producto tanto al pueblo egipcio como a los extranjeros que acudían a él. Aquí no hay monopolio o deseo excesivo de poder; simplemente hay una vocación de servicio e instrumentación de sobrevivencia a la humanidad en crisis.

Varias Lecciones Útiles Se Pueden Entresacar De Este Incidente Bíblico:
Ø Hay muchos lugares donde existe escasez y hambre en el mundo de hoy día, mientras que en otros hay abundancia.
En el caso de Egipto, Dios reveló al gobernante de la inminente hambre.
Ø Un hombre de Dios interpretó ese problema y ejecutó un plan previsor y con el propósito de asegurar la sobrevivencia humana.
Hoy día también se pueden evitar situaciones penosas de hambre si hombres de Dios y naciones con capacidad de producción abundante, en su mayoría identificadas como cristianas, se hacen responsables de desechar la codicia de poder y el enriquecimiento desmedido en perjuicio de la vida de tantos seres humanos.
Ø No es la escasez mundial la causante de hambre, sino el abuso de recursos por algunos, la mala distribución y la codicia ilimitada de unos pocos.

VI. Los Hermanos De José En Egipto. Génesis 42:1-28:


6.1.    La Primera Visita De Los Diez Hermanos.            Gn.42:1-38:

7. JOSÉ SE REENCUENTRA CON SUS HERMANOS. Gn. 42:1-45:14.
Esta sección se relaciona nuevamente con Canaán y la familia de Jacob. Mientras José gana prominencia, poder y fecundidad, su familia pasa por varias crisis. La más aparente es la del hambre, aunque también están presentes el sufrimiento de Jacob por la pérdida de José y el apego excesivo por Benjamín.
El sentimiento de culpabilidad no resuelto de los demás hijos y el temor de ser descubiertos controlan todas las relaciones familiares, las que ciertamente causan desconfianza y ansiedad en todos. La familia de la promesa estaba paralizada en el cumplimiento de su propósito patriarcal. La unidad familiar estaba rota, la vocación redentora sin impulso y ahora la misma sobrevivencia estaba en peligro.
En los encuentros entre hermanos, que tienen lugar en los dos primeros años de hambre, se cumplen parcialmente los sueños de preeminencia de José, aunque reconocido sólo por él.
José tuvo que “reinar sobre todo un imperio, antes de ser permitidoreinar sobre su familia. En estos encuentros se pueden notar acciones de manipulación de poder y dureza como también de extrema generosidad y ternura. Aparecen expresiones apasionadas de temor, tristeza, ansiedad y culpabilidad como asimismo de confianza, alivio, perdón y alegría.

(1) Los Hermanos De José Van a Comprar Trigo De Egipto. Gn. 42:1-6.
La atención del testimonio bíblico vuelve a Canaán, la tierra de la promesa patriarcal. Esta tierra, como todas las otras regiones, padece el hambre que afecta a Jacob y su familia. Este toma la iniciativa de enfrentar la situación buscando lo necesario.
A diferencia de Abraham quien descendió a Egipto (12:10), o de Isaac quien intentó ir a Egipto en tiempo de hambre (Gn.26:2), Jacob no va a Egipto ni piensa en mudarse allá. Envía a sus hijos tan sólo para comprar alimentos para la sobrevivencia.

Jacob retiene a Benjamín consigo, para salvaguardarle de cualquier desgracia. Aquí se nota el dolor que todavía Jacob guarda por José y el apego extremo que siente por Benjamín, único sobreviviente conocido de Raquel, su esposa favorita. Es interesante notar que estos 10 hermanos que parten para Egipto fueron los que vendieron a José justamente a Egipto.

Los hijos de Jacob se unen a la caravana de personas que acuden a Egipto en busca de alimentos. Sin saberlo, llegan a Egipto y se enfrentan con José, ahora gobernador y el responsable de la venta de todos los alimentos. Asimismo, sin saberlo, los hermanos se postran ante el gobernador, rindiéndole honor, cosa que habían rehusado reconocer anteriormente y que causara la desgracia de José.

(2) José Reconoce y Trata Con Hostilidad a Sus Hermanos. Gn.42:7-25.
A diferencia de la ignorancia de los hermanos, José reconoce enseguida a sus hermanos y a su memoria vienen sus sueños acerca de ellos. Justamente el relato de esos sueños fueron factores decisivos en desencadenar odio y envidia que tanta angustia causara a la familia.
Varias son las reacciones posibles en un encuentro de esta naturaleza, desde una venganza cruel hasta un reconocimiento feliz. Sin embargo, José aparentemente siguiendo un plan, actúa de la siguiente manera.
Ø Primero, evita ser reconocido. Habían pasado más de 20 años desde que se apartaron los hermanos. Los años, seguramente el vestido y afeite de José, su posición inverosímil y lo imposible de encontrar a un hermano perdido, hicieron difícil la posibilidad de reconocimiento por parte de los hermanos. José se asegura de su simulación, hablando a través de un intérprete, preguntándole de dónde venían y tratándoles con hostilidad y desconfianza.
Ø Segundo, les acusa de espías, falta que en todo país y generación es muy grave y castigada con la muerte. El límite de Egipto con Canaán era el más vulnerable de invasión y el lugar por donde normalmente atacaban los imperios de Mesopotamia. De allí que la acusación de espías, actividad imperdonable, era lógica y de esperar al saber que ellos eran de Canaán.
Los hermanos se defienden de esta acusación identificando a la familia con mucha precisión y asegurando su honestidad. Se reconocen como siervos del gobernador, una sumisión completa a José, y mencionan a los demás miembros de la familia ausentes: un mismo padre en Canaán, un hermano menor que ha quedado y uno desaparecido.
Más adelante los hermanos explican a Jacob que la razón de dar todos los datos familiares se debió a las insistentes y precisas averiguaciones de José (Gn.43:6-7). De cualquier manera, los hermanos respondieron esta vez con honestidad.
Ø Tercero, aprovechando todos los datos familiares recibidos, José los apresa a todos con la condición de que uno de ellos regrese a Canaán y traiga el hermano menor como prueba de veracidad y garantía de vida. Aparentemente, este plan no se llevó a efecto tal vez por la solidaridad fraternal y el reconocimiento que el pedido por Benjamín era difícil de cumplirse (Gn.44:20-23). Lejos de que esto irrite más al gobernador, éste finalmente adopta una propuesta más benigna que permite una salida condicional y honorable para ambas partes. Sólo uno de ellos quedará preso y el resto podrá regresar a Canaán con los alimentos con el compromiso de traer al hermano menor y así verificar su honestidad. El hermano que es escogido como rehén es Simeón, quien a la vista de todos ellos es sometido al encarcelamiento.
Es interesante notar que José basa esta propuesta en dos principios fundamentales:
·  primero su temor a Dios. Esta actitud de reverencia y responsabilidad de todo ser humano, en toda posición social o política ante el Ser Supremo, es básica y orientadora en toda relación humana que pueda ser beneficiosa. Los hermanos de José, conocedores del verdadero Dios, no habían actuado anteriormente en el temor de Dios.
·     El segundo principio mencionado es el humanitario: el hambre de la familia de estos hombres. Hay una responsabilidad ineludible en el bienestar de la humanidad por parte de esta autoridad gubernativa. Lastimosamente hoy día ninguno de estos principios son los que guían a gobiernos y naciones en posición privilegiada de recursos. ¡La humanidad sigue esperando a un rey justo!

¿Perdonar? ¡Jamás! Después de muchos años los hermanos de José aún vivían prisioneros de sus sentimientos de culpa. Ellos habían vendido a su hermano pensando que nunca más volverían a saber de él; por lo tanto, nunca imaginaron que habría alguna oportunidad para el perdón ni la reconciliación.
Alguien ha dicho que quién sabe cuántas veces Rubén habría dicho a sus hermanos: "Yo se los dije". Los hermanos de José habían sufrido mucho.

Muchas veces esperamos que quienes nos han ofendido den el primer paso de venir a buscar nuestro perdón, pero la experiencia de José nos ilustra que los puentes hacia la reconciliación los debemos poner nosotros con iniciativa y deseo.

Antes de la resolución de esta situación se produce un reconocimiento de culpa por parte de los hermanos. A su memoria viene la acción cruel de haber vendido a su hermano ignorando la súplica de angustia del joven.
Pero más que reconocimiento de una acción, viene el sentimiento de culpabilidad y el efecto de desgracia que esta culpa acarrea en ellos. El sentimiento de culpabilidad se agrava con la mención de Rubén, quien trató de persuadir a sus hermanos de no cometer tal acto malicioso.
Aquí el reconocimiento no es simplemente en su perjuicio familiar o social sino en su efecto religioso. El acto es identificado como pecado y ni el hecho de haber ocultado tan cuidadosamente ni el paso de los años ha eliminado el castigo que el pecado lleva consigo: ¡su sangre nos es demandada!
Hace veinte años que están soportando esta carga tan pesada y que hasta ahora no deciden resolver con su padre. El efecto de este sentimiento de culpabilidad ha de acompañar a estos patriarcas hasta aún después de la muerte de Jacob (Gn.50:15-16).

Este reconocimiento de culpabilidad afecta profundamente a José, quien no reprime sus sentimientos, sino que los expresa a espaldas de sus hermanos para evitar ser reconocido y continuar así con su plan original que hasta ahora no es revelado.

Finalmente, José ordena que generosamente se les conceda las provisiones no tan sólo para sus casas sino también lo necesario para el camino. La generosidad se extiende en hacer devolución secreta de todo el dinero pagado por los alimentos.
Así culmina este primer encuentro entre José y sus hermanos. El problema del hambre se resuelve temporalmente, pero surge un problema más grave a esta familia: un hermano está de rehén y la vida del hermano menor queda en peligro.

(3) Los Hermanos Regresan a Canaán Con Los Alimentos. Gn.42:26-38.
El regreso a Canaán, lejos de ser un evento de satisfacción y alivio, trae sobresaltos, conflictos y temores que no pueden ser resueltos fácilmente. El primer incidente de sobresalto ocurre en la posada cuando uno de los hermanos descubre el dinero de compra devuelto en su costal. Este hecho lo ponía en falta ante el gobernador. Por causa del fuerte sentimiento de culpa que arrastran, reconocen que esta acción es causada por Dios.
Una vez en la casa paternal, cuentan detalladamente a Jacob todo lo ocurrido y conversado. Con fuerza se identifica al gobernador como aquel hombre, el señor de la tierray a Benjamín cuya presencia en Egipto es condición insustituible para liberar a Simeón y seguir comprando alimentos. Los dos hijos favoritos de Jacob están en juego y en situaciones opuestas: José, el que creen estar muerto, está vivo y con poder de vida sobre todos ellos. Benjamín, el que está vivo, está en peligro de muerte.

Pero el temor se apodera de ellos al descubrir, juntamente con Jacob, que todos tienen en su poder el dinero de la compra. No podían entender cómo había ocurrido esto, pero sí comprendían que ello podría significar una situación más precaria todavía frente al gobernador.
Jacob se apresura no precisamente a explicar, sino a hacerles responsable a los diez hijos por la vida de los tres hijos con peligro:
Ø Menciona primero a José, a quien lo pronuncia como desaparecido en una ocasión pasada,
Ø luego a Simeón cuya vida en el presente está en grave peligro, y
Ø finalmente a Benjamín quien en un futuro cercano estaría en el mismo peligro.

Reconoce que el efecto final de todas estas desgracias es contra él. Es interesante que Jacob señale como responsables de la desaparición de José a los hermanos. Tal vez esta mención no se debió a la sospecha en contra de ellos, sino al hecho de que José había sido enviado por Jacob justamente para encontrarse con sus hermanos y traerle noticias de ellos.
De cualquier manera, esta fue una apertura y oportunidad para que los diez hermanos confesaran la verdad y solucionaran por lo menos en parte el problema de culpabilidad que arrastraban.
Pero nada de eso ocurre. Por el contrario, Rubén elude esta oportunidad, desviando el problema a la provisión futura de alimento que implicaría la ida de Benjamín a Egipto. Como garantía de la vida de Benjamín ofrece a Jacob la vida de sus dos hijos.

Jacob reafirma su posición de no permitir que Benjamín vaya con ellos. La desaparición de José antes y la perspectiva de la pérdida de Benjamín causarían un daño y sufrimiento desconsolador e irreparable en Jacob.

Con la conciencia perturbada: Los hermanos de José nos ilustran cómo se pueden agolpar de repente sobre nuestra conciencia todos aquellos actos pecaminosos que hemos cometido. Es entonces cuando la agonía del alma no encuentra otra salida sino aceptar la justicia y el castigo de Dios.
El cuadro es triste y por lo tanto una advertencia que debemos evitar llegar a esa condición antes que sea demasiado tarde:
1. Tenían la conciencia perturbada por no haber escuchado a su hermano cuando les pedía compasión (v. 21).
2. Tenían la conciencia perturbada por no haber escuchado a su hermano Rubén cuando intercedía a favor de su hermano (v. 22).
3. Tenían la conciencia perturbada por haber tenido que dejar a su hermano Simeón en Egipto (v. 25).
4. Tenían la conciencia perturbada por causa del dolor que todo esto había provocado a su padre ya anciano (v. 36-38).
5. Tenían la conciencia perturbada porque no aceptaron completamente el perdón que José les ofreció (Gn.50:15-17).

6.2.   La Segunda Visita De Los Once Hermanos. Gn.43:1-44:34.


8. JOSÉ SE DA A CONOCER A SUS HERMANOS. Gn. 43:1-45:14.
Esta sección contiene algunos de los pasajes más significativos y tiernos del libro de Génesis. La forma literaria que nos presenta estos episodios es una excelente narrativa.
Los diálogos que se desarrollan, los detalles que se mencionan, el orden de los acontecimientos narrados enriquecen pronunciadamente la revelación bíblica.
Las explosiones emotivas toman sus cursos libremente y las rememoraciones fluyen con facilidad. Todo apunta hacia un propósito final que promete resolver todos los misterios y conflictos pasados, presentes y futuros.
En el momento preciso, cuando todas las circunstancias y condiciones requeridas por José de sus hermanos se cumplen, él se da a conocer. Hasta ahora, nadie sino José sabían esos requisitos y ese momento. Obviamente resalta el cambio de actitud de los hermanos, expresado representativamente por Judá, en cuanto a Jacob y Benjamín.
Otros reconocimientos como el sentimiento de solidaridad fraternal, el pronunciamiento de culpabilidad ante Dios y la humildad ante José contribuyeron para un desenlace feliz.

(1) Los Hermanos Con Benjamín Vuelven a Egipto. Gn. 43:1-34.
La decisión de Jacob de dejar ir a Benjamín no fue fácil. Aparentemente tardaron todo lo que pudieron sin tener que ir en busca de alimentos. Pero al final, los alimentos se acabaron y fue necesario otro viaje. Jacob mismo toma la iniciativa en pedir a sus hijos que vuelvan a Egipto, pero sin Benjamín. Judá le recuerda que no pueden ir así.
Ante la protesta de Jacob, los hermanos explican que ningún dato familiar pudieron esconder del hombre de Egipto ya que éste preguntaba con mucha insistencia y precisión justamente acerca del padre y del hermano menor.
Finalmente, Judá pide que Benjamín vaya con ellos comprometiéndose él mismo de fiador.
Además de la garantía que su vida significa, Judá apela a dos argumentos principales para convencer al padre:
Ø Primero, le dice que la vida de los demás, especialmente la del mismo Jacob y la de los niños, están en peligro de extinción por la falta de alimento. Aquí Jacob debe sopesar el valor dado a la vida de Benjamín en oposición a la vida de los demás. Hasta ahora, lo único de valor para él fue la seguridad de vida de Benjamín.
Ø Segundo, le indica que se ha dejado pasar mucho tiempo y ya se perdieron dos oportunidades de provisiones por causa de la intransigencia paterna.
Ø Finalmente, Jacob decide enviar a Benjamín, pero tomando todas las precauciones y dando todas las orientaciones necesarias:
· Primero aconseja que le lleven como presente los mejores productos de Canaán, mostrando así buena voluntad. Esto indica que aparentemente los árboles y algunos vegetales todavía producían algo. En su encuentro con Esaú, Jacob apaciguó la ira de su hermano enviando una serie de presentes. Sin saberlo, estos presentes serían también para apaciguar la ira de otro hermano ofendido. Los productos nativos habrán tenido un impacto muy favorable en José, quien aparentemente hasta entonces no se había preocupado de su familia ni de su tierra.
·      Segundo, les ordena que lleven el doble del dinero necesario para adquirir los granos.
·   Tercero, les señala que ellos mismos deben devolver el dinero que encontraron en sus costales y que debía pertenecer al gobernador. Esto probaría honestidad y buena intención.
·  Cuarto, y tal vez lo más resaltante de sus acciones, les encomienda al Dios Todopoderoso (El Shaddai). En la fe en el Dios quien se le apareció por primera vez en Betel y quien estuvo con él en todas sus experiencias, él puede desprenderse de Benjamín. Jacob pide a Dios misericordia para sus hijos y liberación para Simeón y Benjamín.
·      Finalmente, Jacob afirma su resignación de aceptar si fuera necesario la privación de sus hijos, mayormente refiriéndose a Simeón y Benjamín.

Con todos estos elementos y con Benjamín, los hijos de Jacob vuelven a Egipto y se presentan ante José. Por indicaciones de éste, los hermanos se encontrarán ante varias situaciones que les causan sorpresa, temor y expectativa:
Ø Primero, son llevados a la casa del gobernador. La reacción inmediata fue de temor, ya que se interpreta esta acción como un encarcelamiento masivo. Queriendo solucionar la causa supuesta de dicho castigo, ellos ofrecen devolver todo el dinero del pago anterior. Pero al intentarlo se encuentran con la segunda situación sorprendente. El mayordomo les informa que él había recibido el pago anterior.
Ø Además, les dice que si ellos encontraron dinero en sus costales, debió haber sido obra del Dios de ellos. Lejos de aliviarles, esta información reafirma en ellos el temor de que Dios está causando ocasión para que ellos reciban el pago por la culpabilidad de sangre que tienen.
Ø Tercero, Simeón es liberado y todos ellos son provistos de todo lo necesario para estar preparados de ver al gobernador y comer con él al mediodía. Este fue un trato digno de los mejores huéspedes y los hermanos se disponen a hacer lo mejor que pueden.

En el encuentro inicial con José hay reacciones paralelas pero diferentes por ambas partes. En los hermanos dos acciones sobresalen:
·  Primera, le entregan personalmente el presente que habían traído. Este era un arma importante en ganar la simpatía o el favor del gobernador.
·     Segunda, se resalta los actos de sumisión y homenaje que brindan a José. En estos actos, ellos reconocen la posición que José ocupa y la que le toca a ellos. Esta misma actitud demostró Jacob en su encuentro ante Esaú. En las reacciones de José también sobresalen su interés íntimo en la familia. Su pregunta en cuanto al padre de ellos y la bendición que pronuncia sobre Benjamín una vez que éste es propiamente identificado por los diez.
La otra reacción es la profunda emoción que siente que le obliga a buscar un lugar privado para descargarse. En verdad José, pese a su posición y dura experiencia en la vida política, no perdió su ternura ni su amor hacia su familia. La fortaleza de su personalidad le permitía seguir soportando esta relación de no identificarse con sus hermanos. Esto refuerza la idea de que él estaba siguiendo un plan específico para revelarse a los suyos.

La última situación sorprendente fue el arreglo y la distribución de acuerdo al rango de nacimiento o jerárquico de todos los hermanos en la mesa. Ninguno de ellos se podía explicar cómo el gobernador u otro allí sabían exactamente el orden de nacimiento de ellos.
Contrario a la costumbre del sistema patriarcal, a Benjamín le sirvieron la porción doble que normalmente le debía tocar al primogénito. Las costumbres rituales de egipcios y hebreos se mantienen estrictamente. Pero, finalmente, todos se relajan y comparten animadamente la comida.

Génesis 44:1-34:

(2) José Hace Prisionero a Benjamín. Gn. 44:1-17.
Para lograr este propósito José prepara un complot con su mayordomo quien ejecuta con precisión todas las órdenes superiores necesarias:
Ø Primero, se despide a los hermanos para que regresen a Canaán. Para ello se les provee de abundante alimento a todos, nuevamente con el dinero de pago en sus respectivos costales. Además, específicamente José ordena que su copa de plata sea puesta en la boca del costal de Benjamín. Este objeto serviría de ocasión irrefutable de procedimiento de arresto.
Ø En segundo lugar, José, quien personalmente estaba dirigiendo el complot, ordena a su mayordomo a ir a apresar a Benjamín bajo la pena de robar la copa de plata del gobernador. Esta orden no fue tan simple en cumplirse con precisión, ya que los hermanos protestan vehementemente su inocencia. No pueden admitirse culpable de tal acción después de haber demostrado fehacientemente su honestidad y buena intención. Para reafirmar su inocencia, los hermanos pronuncian un castigo extremo si son hallados culpables: el que robó la copa sería muerto y los demás serían convertidos en esclavos. El mayordomo acepta el desafío pero lo suaviza: sólo el que tiene la copa será hecho esclavo; el resto podrá irse libre.
Ø Finalmente, la copa es hallada en el costal de Benjamín. Pero no abandonan a Benjamín. Todos regresan con él a la ciudad, sumidos en profundo pesar y disponiéndose a enfrentar la situación solidariamente.

Al llegar ante José, expresan su culpabilidad postrándose en tierra, acto propio de reos y esclavos. Ante la acusación de José, Judá, quien había salido de fiador por Benjamín, reconoce que es Dios quien ha descubierto la culpabilidad de ellos.
Aquí no sólo se reconoce la culpa por la copa, sino una culpa mucho más grave y que les ha estado persiguiendo todo este tiempo: es la culpa por su acción contra el hermano José, 22 años antes. Judá ofrece la esclavitud incontestable de todos y especialmente de aquel en cuyo poder se halló la copa.

José, buscando una reacción más de sus hermanos, les propone que sólo Benjamín quede como esclavo y los demás regresen a Canaán con los alimentos. Posiblemente esta es la prueba final que José estaba buscando en su relacionamiento con sus hermanos antes de identificarse.

En Medio De Las Crisis. Gn.  44:1-17.

Llega el momento cuando José decide enviar a sus hermanos con los alimentos de regreso a Canaán. Cuando todos pensaban que las cosas se habían mejorado, José tenía otro plan que pone a sus hermanos en medio de una nueva crisis. Esta crisis pone en evidencia que cuando no hemos resuelto adecuadamente los asuntos espirituales y la relación con Dios, nuestros valores se confunden y aunque deseamos hacer lo mejor no siempre es posible.

Véase Parte IV:

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