INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS:
JUAN 14:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
¿Por qué se
turbaron los corazones de los discípulos? Cristo les había
dicho que les iba a dejar (13:33),
que uno de ellos era un traidor y que Pedro le fallaría (13:36–38). Indudablemente esto los perturbó a todos, porque
miraban a Pedro como su líder.
Jesús
mismo había revelado su carga interna
(13:21), aunque es cierto que su espíritu angustiado no era de ninguna
manera igual al de la turbación que ellos sentían en su corazón. En este
capítulo Jesús procuró consolar a los doce y acallar la turbación de sus
corazones. Les dio cinco razones por las
cuales tenía que dejarlos e ir al Padre.
I.
Para Preparar Un Lugar Para Ellos (Juan
14:1–6):
Cristo
habla del cielo como un lugar real, no meramente un estado de la mente. Él
describió al cielo como un hogar amante donde mora el Padre. «Mansiones»
en el griego es en realidad «lugares de permanencia», lo cual habla de la
permanencia de nuestro hogar celestial. El cielo es un lugar preparado para
gente preparada. Cristo «el carpintero» (Mr. 6:3) está construyendo un
hogar celestial para todos los que confían en Él.
Y Él regresará
para recibir a los suyos. Pablo más tarde amplió esta promesa en 1
Tesalonicenses 4:13–18. «Ausente del cuerpo, presente con el Señor». Si
Cristo hubiera permanecido en la tierra, no podría haber preparado el hogar
celestial para los suyos.
¿Cómo pueden los pecadores esperar ir al
cielo algún día? ¡Por medio de Cristo! Lea
Lucas 15:11–24, la historia del hijo pródigo, en conexión con Juan 14:6. Como
el pecador, el hijo estaba perdido (Lc. 15:24).
Pero, ¡vino
al Padre! (15:20):
Ø Estaba perdido, pero
Cristo es el camino;
Ø era ignorante, pero Cristo es la verdad;
y
Ø estaba muerto (espiritualmente), pero Cristo es la vida.
Ø Y llegó a la casa del Padre cuando se arrepintió y regresó.
II.
Para Revelarles Al Padre (Juan 14:7–11):
Felipe parecía tener
problemas con sus ojos: quería ver. Casi sus primeras palabras en 1:46, fueron:
· «¡Ven y ve!».
· Vio la gran
multitud de Juan 6 y decidió que Jesús no podría alimentarlos (6:7).
Los griegos que vinieron a
Felipe le dijeron: «Quisiéramos ver a Jesús» (12:21):
Ø Jesús dejó bien en claro que verle a Él
es ver al Padre.
Ø «Desde ahora
le conocéis, y le habéis visto» (v. 7).
Ø Es por fe que vemos al
Padre, conforme llegamos a conocer mejor a Cristo.
III.
Para Concederles El Privilegio De Orar
(Juan 14:12–14):
Mientras
Cristo estaba con los discípulos Él suplió para sus necesidades (véase 16:22–24);
ahora que regresaba al cielo les da el privilegio de
orar. Promete contestar la oración para que el Padre sea glorificado:
· Orar en «su Nombre»
significa orar para su gloria, pidiendo cualquier
cosa que Él mismo hubiera deseado.
· Las «más grandes
obras» de las que se habla en el versículo
12 se refieren a los maravillosos milagros y
bendiciones que los discípulos experimentaron, según se registran en el libro
de los Hechos (véanse Mr. 16:20; Heb. 2:4).
Las obras
que Él hace a través de nosotros son todavía «más grandes», en el sentido de
que somos simplemente instrumentos humanos, mientras que Él es Dios encarnado
ministrando en la tierra.
IV.
Para Enviar Al Espíritu Santo (Juan 14:15–26):
Cristo
tiene mucho que decir respecto al Espíritu en los próximos capítulos.
· Aquí le
llama «el
Consolador», literalmente «Uno que está a su lado para ayudarle».
· La
palabra «otro»
significa «otro
de la misma clase», porque el Espíritu es Dios así como Cristo es
Dios.
El
Espíritu viviendo en los discípulos tomaría el lugar del Salvador viviendo
junto a los discípulos.
También se
le llama «el
Espíritu de verdad». El Espíritu usa la Palabra para convencer a los
pecadores y para dirigir a los santos, y la Palabra de Dios es verdad (17:17).
El mundo
no puede recibir al Espíritu porque Él viene en respuesta a la fe. Se ha
discutido considerablemente sobre lo que Cristo quiso decir con la expresión: «vendré a
vosotros» (v. 18).
De manera literal se lee: «En realidad
vengo [tiempo presente] a ustedes». Esta declaración quizás incluye
cosas:
· La venida de Cristo a los
apóstoles después de su resurrección;
· su venida en la Persona
del Espíritu; y
· su futura venida para llevarlos al cielo.
En los versículos 21–26 Cristo habla de una
relación más profunda que los discípulos tendrían con el Padre y el Hijo por
medio del Espíritu. Ellos pensaban que se quedarían «huérfanos» (lo que en sentido
literal quiere decir «sin consolación» en el v. 18), cuando en realidad la
ida de Jesús al Padre hacía posible una relación más profunda entre el santo y
su Salvador.
Esta
relación involucra la obediencia a la Palabra (v. 21) y amor por la Palabra
(v. 24). Incluye también el ministerio de enseñanza del Espíritu Santo (v. 26). El cristiano que pasa tiempo
aprendiendo la Palabra y que luego va y vive la Palabra, disfrutará de una
comunión íntima y satisfactoria con el Padre y el Hijo.
El amor por Cristo no es
una emoción superficial sobre la cual hablar; significa amar y obedecer su
Palabra por el poder del Espíritu Santo:
Ø En 14:1–3 Jesús
habló sobre el santo yendo al cielo para morar con el Padre y el Hijo;
Ø pero aquí Él habla del
Padre y del Hijo que vienen a morar con el santo.
V.
Para Dar Su Paz[1] (Juan 14:27–31):
¡Cuánta paz
necesitaban los discípulos! La paz que Cristo da no es la del
mundo, ni tampoco la da de la manera en que el mundo la da. La paz del mundo es
superficial y temporal; mientras que la paz de Cristo yace muy profunda en el
corazón, satisface y permanecerá para siempre. El mundo ofrece paz a través de medios externos; Cristo da paz que mora
en el corazón:
· Los psicólogos hablan
de la «paz mental»,
· pero Cristo, mediante su muerte,
resurrección y ascensión, da «paz con Dios» (Rom. 5:1).
· Filipenses 4:4–9 bosqueja cómo el creyente puede tener la paz de Dios.
«El Padre es
mayor que yo» (v. 28) se refiere a los días de su vida
terrenal.
· Como Hijo de Dios es igual
al Padre;
· Como Hijo del Hombre en un
cuerpo humano, fue obediente al Padre que le dio sus palabras y obras (14:10, 24).
Al morir
en la cruz y volver al cielo, Cristo derrotó a Satanás (v. 30), quién es el autor de la confusión e intranquilidad.
Para que
los discípulos no pensaran que su muerte fue una tragedia o un error, Cristo
les asegura en el versículo 31 que
la cruz
es una prueba de su amor por el Padre:
· Él murió porque el Padre lo
ordenó y por eso vino a hacer la voluntad del Padre.
· Al revisar este capítulo,
observe cuán tiernamente Cristo procura consolar a sus perplejos discípulos.
· Estas palabras
reconfortantes son para nosotros hoy, de modo que pidámoslas por fe.
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
__________
Notas:
[1] G1515
εἰρήνη = eirene: probablemente de un verbo primario εἴρω = eiro (unir); paz (literalmente o figurativamente);
por implicación prosperidad:- paz.
(Strong)
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