Parte I:
LOS SIETE “Yo Soy” DE JESÚS:
(Juan 6:48; 8:12; 10:7; 10:11; 11:25; 14:6; 15:5)
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida;
el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed
jamás”. “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida”. “Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Yo soy el buen
pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque
esté muerto, vivirá”. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí”. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada podéis hacer”.
(Juan
6:48; 8:12; 10:7; 10:11; 11:25; 14:6; 15:5)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
El estudio del
siguiente artículo está basado en las Siete Veces que el Señor Jesús define su Deidad con las siguientes palabras “Yo Soy”.
Antes que vinieses a la tierra en forma de hombre [naciese como un bebé], ya
que su existencia era evidente según, Juan 1:1: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios”. (Léase Juan 1:1-18).
Recuerde lo que dice Juan 1:1, “En el
Principio”. Antes de que comenzase el tiempo, Cristo ya existía con
Dios. Esto es lo que se entiende con el término “el Cristo pre-existente”. Compare
Génesis 1:1y 1 Juan 1:1.
Vemos
entonces el YO SOY del Antiguo Testamento,
con el YO SOY del Nuevo Testamento:
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos
de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. (Éxodo 3:14).
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí
viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. (Juan 6:35).
Estas
palabra que se atribuía Jesús, a los líderes religiosos judíos lo hacía a Jesús
como un blasfemo, que le costaría la vida por hacerse tan igual como a Dios del
Antiguo Testamento “Yo Soy”, según Ex. 3:14.
En
por lo menos siete ocasiones Jesús usa estas palabras para definir su misión,
su divinidad:
·
“Yo
soy el pan de vida” (Juan 6:35);
·
“Yo
soy la luz del mundo”
(Juan 8:12);
·
“Yo
soy la puerta” (Juan 10:7; 10:9);
·
“Yo
soy el buen pastor” (Juan 10:11);
·
“Yo
soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25);
·
“Yo
soy el camino, la verdad, y la vida” (Juan 14:6); y
·
“Yo
soy la vid verdadera” (Juan 15:1;
15:5).
Con cada una de estas expresiones Jesús
amplía la dimensión de la vida que él ha venido a traer a cada uno de los que creen en su nombre.
I.
Estudiemos Primero. Los Paralelos Del Yo Soy:
En Su Etimología: AT, y NT:
1.1. EL ANTIGUO TESTAMENTO: YO SOY:
“Y respondió Dios a Moisés: YO
SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. (Éxodo 3:14)
Éxodo 3:14: Yo soy EL
QUE SOY: El significado intrínseco de Yavé: “Yo
soy Aquel que es”. Destaca el auto existencia dinámica y activa de Dios.
Véase Génesis 2:4.
Génesis 2:4: El Señor. Literalmente, YHWH (probablemente pronunciado “Yavé”). El nombre más importante para Dios en el
Antiguo Testamento. Tiene un doble significado:
· El Autoexistente, activo (ya que la palabra está
relacionada con el verbo “ser”, éxodo 3:14),
y
· el Redentor de Israel (Ex.6:6).
Este nombre
aparece en 6,823 veces en el AT., y está asociado especialmente con la Santidad
de Dios (Lv.11:44-45). Su odio del pecado (Génesis 6:3-7), y Su
Misericordiosa provisión de Redención (Isaías 53:1, 5, 6, 10)
La
Incertidumbre De La Identidad De Dios (Éxodo 3:13-22). La segunda
objeción de Moisés trata del temor de un nuevo rechazo del pueblo por no
conocer a la deidad que le hablaba. La pregunta no era hipotética, “¿quién eres?”,
sino más bien era una pregunta bien discreta y práctica. Si fuera al pueblo en
nombre del Dios de los antepasados y el pueblo le preguntara ¿cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
(v. 13). Ya sabía la respuesta a “¿quién?”,
porque Dios ya le había dicho que era el Dios de sus padres. La pregunta, ¿Cuál es su nombre? (v. 13), iba más al
fondo. En Israel el nombre significaba la persona misma, es decir, su
naturaleza, su carácter, sus atributos, su ser. ¿Cómo era Dios? ¿Qué hacía él?
El
conocer el nombre daba alguna influencia sobre la persona. De acuerdo con
el pensar de Moisés, al no tener nombre, no había existencia. Al existir y
conocer el nombre de la divinidad era tener poder sobre ella o, por lo menos,
apoderarse de su poder. Dios conocía a Moisés por nombre.
¿Cuál
era el nombre de aquel que le hablaba? El hablar indicaba que era una persona.
Decía que estaba preocupado por Israel; sin embargo, evidentemente era un Dios
ausente. Por años no había estado presente para ayudarles. ¿Cómo iba el pueblo a reconocerlo?
La respuesta de Dios a Moisés no es del
toda clara, y los intérpretes de la Biblia no están seguros de su significado: YO SOY EL QUE
SOY:
Etimología
Hebreo:
Ø ‘ehyeh H1961’
[1]
Ø asher H834,
[2]
Ø ehyeh H1961, v. 14.
La
gramática hebrea no incluye el tiempo en el sistema verbal, pero el tiempo se
encuentra en el contexto. El verbo indica una
acción y el contexto da el tiempo:
· El verbo ‘הָיָה = ehyeh = hayah, es un imperfecto que
es una acción incompleta y tiene varias traducciones: “era”, “soy”,
“seré”, o “llegué a ser”, “llego a ser”, y “llegaré a ser”.
· La partícula ‘אֲשֶׁר = Asher: tiene una variedad de significados tales
como “quien”,
“qué”, “que”,
“el que”, “aquel
que”, “lo que”, “aquel”, y “porque”.
Es
evidente que hay una variedad de posibles interpretaciones de la frase; sin
embargo, hay cinco que parecen ser las más aceptables a la luz del contexto:
(1) Al revelar
el nombre, el Señor deliberadamente se lo oscureció. En efecto, es
decir: “No
te importa quién soy”. Él es
Dios y nadie tendrá poder sobre él para manipularlo: Dios no es esclavo ni
siervo del hombre: “Yo soy quien SOY”.
No se puede expresar la naturaleza de Dios por medio de un nombre, ni tiene el
hombre la capacidad de comprender a Dios; consecuentemente, el ser supremo
quedará en el misterio. Al no revelarse el significado pleno de su nombre,
significa que será conocido por medio de lo que hace. Moisés no irá a Egipto
con el nombre de un Dios nuevo. Como siempre, él se revela y se esconde a la
vez. Él es libre y soberano, y de la misma manera, no será atado a Moisés ni a
Israel contra su voluntad. El nombre misterioso tiene que ser aceptado por la
fe tal como el seguirle será por la fe.
(2) Se enfatiza
la presencia activa y viva del Señor: en el hebreo no hay verbos diferentes
para “ser”
y “estar”.
Se incluye la presencia y la esencia en el mismo verbo. Así que algunos
sugieren que en el versículo se hace referencia a la promesa recientemente
hecha a Moisés, estaré contigo (v. 12),
la cual se puede traducir “estoy contigo” (un presente continuo). El Ser
Supremo está siempre contigo.
(3) Otros lo
traducen, “Seré lo que seré”. Aquí el énfasis
recae en la suficiencia de Dios para afrontar cualquier necesidad que surja.
Moisés e Israel pueden confiar en la presencia y en el poder del Señor de
cumplir con sus promesas en la historia. A la vez, él revelará su persona de
acuerdo con su voluntad, no la del hombre. El será lo que quiere ser, y es
independiente del hombre.
(4) Albright ha
propuesto una interpretación que merece consideración (Yahweh and the Gods of
Canaan = (Yahweh, Dios de
Canaan), 1968, pp. 168-172). Con un leve cambio del texto del hebreo
de la forma usada, un presente simple (Qal),
a una forma causativa (Hiph’il), y
de la primera a la tercera persona del verbo (ser), se traduce la frase así: “El hace
(ser) lo que existe”. Según su
interpretación, de este contexto se deriva el nombre divino “Yahweh”
o “Jahveh”,
que analizaremos luego. Esta explicación interpreta el significado del nombre
revelado, “El
causa ser”, lo cual subraya el papel de Dios como el ser creador del
universo tanto como el libertador de Israel.
(5) La última
es, “Yo seré lo que era”. Es decir: “Seré
siempre en el futuro lo que era en el pasado”. Dios haría en la vida
de Moisés lo que hizo con Abram, Isaac, Jacob y Amram (el padre el Moisés). Dice: “Yo soy
lo mismo ayer, hoy, y mañana” (ver Hebreos 13:8).
De
las interpretaciones, parece que la primera y la última son las más fuertes. Con todo, Dios
es una persona; tiene nombre, y al darlo en una revelación especial, da a los
suyos ciertos privilegios y responsabilidades. Por lo menos hay acceso directo
a él.
Moisés no pudo ir a Israel y responder a
la pregunta ¿Cuál es su nombre? (v. 13) con
las palabras yo soy (v. 14).
Entonces Dios le dijo: Así dirás a los
hijos de Israel: “JEHOVÁ... me ha enviado a
vosotros. Este es mi nombre para siempre...“ (v. 15). Jehová viene del verbo ser y la forma es una tercera
persona masculina singular. Es decir: “EL ES me ha enviado a vosotros”.
El nombre sagrado hebreo es llamado el tetragrámaton
porque aparece en el texto con cuatro letras YHWH (o con otra transliteración JHVH). Probablemente se deriva del
verbo ser. El uso del nombre se encuentra pocas veces antes de la época de
Moisés (ver Génesis 4:26; 17:1), y
su pronunciación original es desconocida. El texto antiguo del hebreo no
incluía las vocales. Se escribían únicamente las consonantes y se aprendía la
vocalización de memoria.
Pasando los años se reemplazó el hebreo
con el arameo, un habla más flexible; y para preservar el texto hebraico, unos
estudiosos, los masoretas, cerca del siglo séptimo de la era cristiana
inventaron un sistema de signos que representan los sonidos vocales y los intercalaron
en el texto de sus manuscritos.
Desde la época de Moisés, en Israel se
había considerado que el nombre de Dios era tan sagrado que no se lo
pronunciaba. Cada vez que aparecía en el texto se leía otra palabra para Dios, “Adonai”,
que significa “Señor”.
Los traductores de la versión griega (la LXX) empleaban la palabra Kyrios =
(Señor) para el nombre sagrado. En la
traducción latina, la Vulgata, emplearon la palabra Dominus (Señor).
Los masoretas, en su tarea de colocar
los signos vocálicos al hebreo, pusieron las vocales de la palabra “Adonai”
en la palabra “YHWH”[5] (JHVH).
Cuando los traductores de la versión
inglesa King James (1,611) trataron del nombre sagrado, decidieron hacer la
transliteración de la palabra hebrea tal como aparecía en el texto que usaron,
y de acuerdo con su sistema de pronunciación, llegó el nombre “Jehovah”.
Aunque el nombre no representa ninguna
forma usada en el texto hebreo, en nuestra tradición ha llegado también a
representar al Dios creador y redentor, y de acuerdo con el entendimiento
teológico del término, el uso de Jehová
es válido y se lo emplea en la RVA., y en el comentario.
1.2. EL NUEVO TESTAMENTO: YO
SOY:
“Jesús les dijo: Yo soy
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá
hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. Juan 6:35.
Marcos, Mateo y
Juan registran las mismas palabras de Jesús, evidentemente porque se habían
grabado en sus mentes. Yo[3] soy[4] es una expresión
que nos recuerda de la manera en que Dios se identificó con Moisés (Éxodo 3:14)
y que Juan emplea repetidas veces (ver 8:24, 28, 58; 13:13, 19; 18:5, 6, 8).
“Yo soy” es la traducción
del término heb. Para Jehová. Al decir Yo soy,
Jesús estaba afirmando su deidad. El
pronombre personal yo es enfático y el verbo soy del tiempo presente enfatiza
el eterno ser de Dios.
El autor de la carta a los Hebreos lo declara en
otros términos: “¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy
y por los siglos!” (13:8). El mandato ¡no temáis! sigue la afirmación
identificadora. Este imperativo está en el tiempo presente, y siendo así, manda
la terminación de una acción en progreso.
Una traducción que capta este sentido sería “no continuéis temiendo”. Juan omite la
reacción de Pedro quien se invitó a caminar sobre el agua hacia Jesús. Ese
evento, relatado en los Sinópticos, revela el carácter impulsivo y audaz de
Pedro, pero también su debilidad en medio de una crisis.
II. LAS SIETE PALABRAS DICHAS POR EL SEÑOR
JESÚS: “YO SOY”:
2.1. “YO SOY”:
El Pan De Vida. (Juan 6:35-52):
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí
viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
Juan 6:35
Etimología:
G740 ἄρτος = ártos: de G142; pan
(como leudado) u hogaza:- pan.
G2222 ζωή = zoé: de G2198; vida
(literalmente o figurativamente):- vida, vivir. Compare H5590.
(Strong).
El v.
35 registra el primero de los grandes “Yo soy” de Jesús, y los versículos siguientes (35-51) son una extensión del
comentario al respecto. Es una respuesta directa a la demanda de pan
de la gente, porque era necesario que entendieran que Jesús estaba hablando de pan espiritual
y no físico.
El significado de la frase pan de vida es el de un pan que da vida, pero ese pan sólo
lo pueden obtener aquellos que creen en Jesús, una condición que no habían
cumplido sus oyentes (36).
Si la misión de Jesús dependía de la fe
del pueblo, ¿no sugiere esto un fracaso?
El v. 37 da la respuesta. El
resultado final está en las manos del Padre. El que a mí viene muestra un
énfasis en la respuesta individual. La enfática declaración negativa jamás lo
echaré fuera debe entenderse como una seguridad de que Jesús los preservará. No
hay posibilidad de un desacuerdo entre el Padre y el Hijo como muestran los vv.
38, 39. Lo que el Padre da el Hijo lo recibirá: Que
yo no pierda nada.
Nótese: que
todo en el v. 39 es neutro (como en
el v. 37) y resume cuanto haya sido dado por el
Padre al Hijo. Las dos referencias al día final (40) muestran que Jesús estaba pensando por adelantado en el
fin de la era, cuando todo será consumado.
En
este punto de la discusión las objeciones judías salieron a la luz. El punto que
molestaba era el pan que descendió del cielo (41). No podían reconciliar esto con su propio conocimiento de los
orígenes humildes de Jesús (42). El
no respondió a su objeción, más bien los reprendió por sus protestas (43), aunque señaló la necesidad del
Padre de tomar la iniciativa, con lo cual virtualmente les decía que estaban
fuera de la voluntad del Padre (44).
Necesitaban
una revelación espiritual para entender las palabras de Jesús. Esto se enfatiza
más con una apelación a los profetas (45).
El pasaje citado es el de Isaías 54:13, que describe el triunfo del Siervo en
su Reino. Apoya el criterio de que la iniciativa corresponde a Dios. Sin embargo,
la revelación llega sólo por medio de Jesús, ya que sólo él ha visto a Dios (46). Una vez más se enfatiza la necesidad
de la fe. El v. 47 es un eco del
lenguaje de 3:15.
El tema del pan vuelve a introducirse y
el reclamo del mismo Jesús se repite (Juan
6:48). Este es el primero de los Siete “Yo soy” de Jesús, que sólo aparecen en
el Evangelio de Juan:
· Hay un paralelo significativo entre
esta expresión y el nombre del Dios del pacto
(Jehová), por el cual él se reveló a Moisés en Éxodo 3:14:
«Yo soy el que soy».
· Jesús proclamó tres veces: «Yo soy el pan de vida» (vv. 35, 48, 51).
Él es el «verdadero» pan celestial, el
poder sustentador de la vida; cualquier otra cosa, no importa su significado
religioso en el pasado o el presente, es un sustituto inadecuado.
La superioridad del pan celestial sobre el maná
se ve en que el primero lleva a la vida mientras que el segundo no podía prevenir
la muerte (49, 50). En la importante
afirmación en el v. 51, Jesús declaró
ser el pan vivo, que aunque es sinónimo de pan de vida presenta aún más vívidamente el
contraste con el maná. Pero hay aún otra extensión del pensamiento en la
identificación del pan con la carne.
También hay una diferencia entre la
primera afirmación en que ahora es Jesús mismo quien da, mientras que antes era
el Padre. La palabra carne se refiere a la vida humana de Jesús. Fue
completamente mal entendida por los judíos (52).
Difiere de la palabra usada en la cena del Señor (“cuerpo” y no “carne”) lo que demuestra que esta afirmación
no debe leerse a la luz de la Cena sino vice versa. La palabra mundo en el v. 51 debe entenderse como la humanidad.
2.2. “YO SOY”:
La Luz Del Mundo[6]. (Juan 8:12; 9:5):
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida”. Juan 8:12.
“Entre tanto que estoy
en el mundo, luz soy del mundo”. Juan 9:5.
Etimología:
G5457 φῶς = fós: de un obsoleto φάω = fáo (brillar, o hacer manifiesto, específicamente
por rayos; Compare G5316, G5346); luminosidad (en la aplicación más
amplia, natural o artificial, abstractamente o concretamente, literalmente o
figurativamente):- fuego, luz, resplandor. (VINE).
Véase Parte II:
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