Parte III:
¿Y Qué Hay de Satanás y El Origen Del Mal?
(Isaías 14:12)
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las naciones. Is. 14:12 (RVG).
Origen Del Mal:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
¡Cómo caíste del cielo,
oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado
fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al
cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el
monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de
las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. (Isaías 14:12–14).
Cuando él
pecó, fue echado del cielo (Isaías 14:12). Esto debe haber sido después del día sexto de la semana de la creación
porque Dios declara que todo era muy bueno (Génesis 1:31). De lo contrario, Dios habría declarado que la rebelión de Satanás era
buena; sin embargo, en toda la Escritura, Dios absolutamente asevera que el
pecado es detestable delante de Sus ojos.
Dios santificó el día séptimo. Parece poco probable que Dios hubiera santificado un día en el que se
produjo una gran rebelión. En Génesis 1:28, Dios ordenó a Adán y Eva que se fructificaran y que se multiplicaran. Si
hubieran esperado mucho tiempo para tener relaciones sexuales, habrían pecado
contra Dios por no ser fructíferos. Por lo tanto, no podría haber sido mucho
después del día séptimo que Satanás tentó a la mujer a través de la serpiente.
El Arzobispo
Ussher, el gran erudito de la Biblia del siglo 17, coloca la caída de Satanás
en el décimo día del primer año, que es el Día de la Expiación. El Día de la
Expiación parece reflejar de vuelta al primer sacrificio cuando Dios hizo
túnicas para Adán y Eva con pieles de animales (Génesis 3:21). Puede ser que las generaciones venideras (de Abel a Noé a Abraham hasta
los israelitas) siguieron este patrón de hacer sacrificios por los pecados en
el Día de la Expiación.
En cualquier
caso, la caída de Satanás probablemente habría tomado lugar un poco después de
día séptimo.
VI. ¿Cómo Pudo Satanás, Que Fue
Creado Bueno, Convertirse En Un Ser Malo?
La respuesta
a esta pregunta se adentra profundamente en el debate de “la soberanía de Dios frente a la
responsabilidad del hombre” sobre el cual la Iglesia ha luchado
durante mucho tiempo.
Por lo que
podemos decir por medio del estudio de la Biblia, Satanás fue el primero en
pecar. Él pecó antes de que la mujer pecara y antes de que Adán pecara.
Algunos
afirman que pecamos porque Satanás entra en nosotros y nos hace caer en pecado,
pero la Biblia no enseña eso. Pecamos ya sea si Satanás entra en nosotros o no.
Satanás estaba influyendo en la serpiente cuando la mujer pecó y cuando pecó
Adán; ellos pecaron por su propia voluntad, sin poder decir, "Satanás
me obligó a hacerlo".
Pero, ¿Qué Causa Este
Pecado Inicial?;
¿Por Qué Satanás Pecó En
El Primer Lugar?
Cuando alguno es tentado, no diga que
es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él
tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que
ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte. (Santiago 1:13–15).
La muerte es el castigo por el pecado. El
pecado se origina en el propio deseo; nuestro propio deseo. Santiago 1:14 da a entender que el mal viene de la voluntad de cada quien. Fue por el
deseo propio de Satanás que su soberbia en su propia hermosura y habilidades se
apoderó de él.
En la
creación original que era "buena", parece que es probable que
Satanás y la humanidad tuvieran el poder de tomar decisiones contritas. En el
Jardín del Edén, la mujer se convenció por su propio deseo (el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría, Génesis 3:6). Satanás no había entrado en ella;
su propio deseo la sedujo:
· Dios no es
el autor del pecado; nuestros deseos lo son.
· Dios no
engañó ni embaucó a Satanás para que se llenara de soberbia.
· Dios odia
la soberbia (Proverbios 8:13), y no sería parte de Su naturaleza causar
que uno se volviera soberbio.
· Tampoco fue Él quien
engañó a Eva.
· El engaño y la mentira van de la mano (Salmo 78:36; Proverbios 12:17), además, Dios no miente ni engaña (Tito 1:2; Hebreos 6:18).
Tenga en
cuenta que, dado que los propios deseos de Satanás causaron su soberbia, Dios
no puede tener la culpa de que entrara el mal en la creación. Para aclarar,
esto no significa que Dios no estaba al tanto que esto pasaría, pero Dios
permitió que sucediera. Dios es soberano y actuó con justicia echando a Satanás
del cielo después de que él se rebeló contra el Creador.
Por lo tanto,
cuando Dios encarnado vino a destruir el mal y la obra del diablo (1 Juan 3:8), realmente fue un acto de amor, no un truco para corregir lo que Él “había echado a
perder”. Él fue glorificado en Su plan para la redención.
Algunos han
preguntado por qué Dios no envió a Satanás al infierno en lugar de echarlo a la
tierra, asumiendo que eso habría evitado la muerte, el sufrimiento o las
maldiciones de la humanidad. Pero Dios es amor, y esto muestra que Dios fue
paciente con él como Dios es paciente con nosotros. Tal vez Satanás hubiera
tenido una posibilidad de salvación si no hubiera seguido en su rebelión y
sellado su destino, aunque en Génesis 3:15 se revela que la cabeza de Satanás sería aplastada (después de su
continuo pecado y el engaño a la mujer).
Una pregunta que se relaciona es: ¿Era necesario Satanás para que el hombre pecara? La tentación de
Satanás a la mujer la instigó a mirar el fruto del árbol del conocimiento del
bien y del mal, pero fue ella quien lo deseó y pecó. ¿Realmente podemos decir
con certeza que en algún otro día, sin Satanás, la mujer o Adán no hubiera
deseado el fruto y no hubiera pecado?
Sin embargo,
en las palabras de Aslan, el león en Las Crónicas de Narnia de
C.S. Lewis, “There are no what-ifs” (no hay que deliberar en lo que no ha
pasado).
En realidad,
sufrimos la muerte y la maldición porque Adán pecó (Génesis 3) y nosotros
pecamos en Adán (Hebreos 7:9–10) y seguimos
pecando (Romanos 5:12). Adán hizo su parte, pero tenemos que asumir la responsabilidad de
nuestra parte por cometer alta traición contra el Creador del universo. Es
incorrecto pensar que la muerte y el sufrimiento son el resultado de la
rebelión de Satanás.
El hombre tenía el dominio sobre el mundo, no
Satanás. Cuando Satanás se rebeló, maldijo al mundo; cuando
Adán pecó, la tierra fue maldita, la muerte entró en el mundo, y así
sucesivamente. Es por eso que necesitábamos a un último Adán (1 Corintios 15:45), no a una
última Eva ni a un último Satanás.
Es
por eso que Cristo vino. La buena noticia es que para aquellos que están en
Cristo, el castigo por el pecado (muerte) no
tendrá ningún aguijón (1 Corintios 15:55).
VII. ¿Por Qué Dios, Que No Es
Malo, Permite Que La Maldad Continúe Existiendo?
Al igual que
con las otras preguntas en este capítulo, grandes teólogos han luchado sobre
cómo responder esta pregunta con eficacia. Pablo, en su libro a los cristianos
en Roma, ofrece una idea de la perspectiva dominante que debemos tener:
Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados. (Romanos 8:28).
Todas las cosas, incluyendo el mal en este mundo,
tienen un propósito. Dios es glorificado a través del plan de salvación
que Él preparó desde el principio. Desde el primer Adán hasta el último Adán,
Dios planeó una manera gloriosa para redimir a un pueblo para sí mismo a través
de la promesa de un Salvador que venció tanto al pecado como a la muerte.
Jesús fue
glorificado cuando Él venció a Satanás, al pecado y a la muerte por medio de Su
muerte y resurrección (ver
Juan 7:39; 11:4; 12:16; 12:23; 1 Pedro 1:21; Hechos 3:13). Ambos, Dios
Hijo y Dios Padre fueron glorificados a través de la resurrección (ver Juan 11:4; 13:31–32). Todo lo que sucede es para la gloria de Dios, incluso cuando no podemos
ver cómo Dios puede ser glorificado desde nuestra perspectiva limitada.
VIII. ¿Qué Será De Satanás?
Los días de Satanás están contados, y será
condenado eternamente:
Por
lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la
tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira,
sabiendo que tiene poco tiempo. (Apocalipsis
12:12).
Y
lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no
engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de
esto debe ser desatado por un poco de tiempo. (Apocalipsis
20:3).
No debemos
tenerle miedo a Satanás y a sus secuaces, ya que Dios tiene poder sobre él y ya
ha declarado cuál será su consecuencia (una segunda muerte) el castigo eterno
llamado infierno:
Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. (Mateo 25:41).
Y el diablo que los engañaba fue lanzado
en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apocalipsis 20:10).
Concluyó:
Algunas
personas pueden decir que quieren “gobernar con Satanás en el infierno”, en vez
de ir al cielo y disfrutar de la infinita bondad de Dios. Lamentablemente,
estas personas no se dan cuenta de que Satanás no tiene poder en el infierno,
ni ellos lo tendrán.
Satanás no es el “gobernador” en el infierno, sino un prisionero igual que lo serán ellos si no reciben el don de la vida eterna mediante el arrepentimiento de sus pecados creyendo en la obra terminada de Jesucristo en la cruz.
Satanás no es el “gobernador” en el infierno, sino un prisionero igual que lo serán ellos si no reciben el don de la vida eterna mediante el arrepentimiento de sus pecados creyendo en la obra terminada de Jesucristo en la cruz.
Confiamos en que
aquellos que lean este artículo se darán cuenta de que la única forma de
salvación se encuentra a través de una relación personal con Jesucristo. Dios
ha provisto un camino de salvación, una relación justa con Él, y un medio de
perdón; ¿ha
recibido Ud. a Cristo como su Salvador, y Señor?
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Bibliografía:
-e-Sword-the. LEDD.
-Biblia de Estudio RYRIE.
-Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 17/02/2015.
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