Parte VI:
LA HISTORIA DE JOSÉ:
(Génesis 37:1:-50:26)
José Es Vendido Por Sus Hermanos:
“Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán… Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos… Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores… Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente… Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía… Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío…”.
(Génesis 37:1:-50:26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Conclusión:
Jacob pudo reflexionar sobre su vida y las muchas experiencias con Dios, y
reconocer que Dios lo había acompañado, de acuerdo con la declaración en
Génesis 28:20. ¿Podemos hacer lo mismo?
Se pueden notar algunos hechos
resaltantes en relación a algunos de los hijos en estos pronunciamientos.
Rubén, por su comportamiento vil y usurpador, pierde el derecho a la
primogenitura. Judá, como tribu, recibe una atención especial. Se resalta su
prominencia política en el sentido de que tendrá permanentemente un gobernador
propio y será líder a las demás tribus de las que ha de recibir alabanzas.
El cumplimiento histórico del sueño de
José se proyecta para la tribu de Judá. Los demás pueblos también estarán en sujeción
a Judá. El v. 10 se considera un pasaje mesiánico que se refiere al reinado
universal del Mesías. La bendición a José indica que él es considerado como
primogénito y responsable de la continuación del pacto:
Ø Primero, se
desea la fecundidad y prosperidad de esta tribu.
Ø Luego, se lo conecta íntimamente
con el Dios de la tradición patriarcal descripto con diferentes nombres.
Ø Y finalmente, se pronuncian bendiciones sobre esta tribu en todos los
aspectos de su vida.
Aclaración:
¿Fueron Setenta?
En Génesis 46:8-27 el relato dice
claramente que el total de los miembros de la familia de Jacob que entraron en
Egipto fueron setenta. Sin embargo, dentro de este pasaje se alcanza esta cifra
de dos maneras diferentes.
Primero hay una lista general de la
familia de Jacob con el subtotal de treinta y tres (v. 15), dieciséis (v. 18),
catorce (v. 22) y siete (v. 25), lo cual suma setenta. En esta lista se incluye
a Jacob mismo (observe la inclusión de Jacob y sus hijos a los nombres de los
hijos de Israel que entraron a Egipto, v. 8.
En nuestra RVA., se diluye la adición
por medio de colocar los dos puntos y no el punto y seguido o punto y coma que
la lectura del hebreo sugiere); también se incluye a José (v. 19) y a sus dos
hijos nacidos en Egipto (v. 20), pero no se mencionan a Er y a Onán (v. 12)
quienes murieron en Canaan antes del viaje a Egipto.
El subtotal en la lista también incluye a Dina (v. 15).
La
dificultad en la lista radica en la adición: El
total de las personas de sus hijos y de sus hijas, la cual parece excluir a
Jacob, pero el v. 8 ya trató el problema.
Por
otra parte, el subtotal dado en los vv. 26 y 27: Todas
las personas fueron sesenta y seis. Esto es lógico,
pues excluye a las esposas de los hijos de Jacob que no eran sus descendientes
directos. Cuando se añade a Dina, Sera, Efraín y Manasés, el total es setenta.
El número setenta es consistente con
Ex.1:5 y Deut.10:22, en donde claramente se dice que fueron setenta los hijos
de Israel que fueron a Egipto.
Es interesante que en la Septuaginta se
añadan cinco nombres más en el v. 20. Los nombres se tomaron de Num.26:29-36.
Consecuentemente esa versión dice en Ex.1:5 que fueron setenta y cinco quienes
fueron a Egipto.
Sin duda fue esta tradición la que citó
Esteban en Hechos 7:14 (recordemos que la Septuaginta fue la Biblia de los
hebreos del tiempo de Jesús). Una nota que ayuda es que tanto en la Septuaginta
como en los textos de Qumran no se dice los descendientes de Jacob, sino "el número
de los hijos de Dios".
El uso del número "setenta" no es
caprichoso, pues encontramos en Génesis 10 que el número de las naciones fue
setenta. Lo que encontramos en este relato es la demostración del tema de Deut.32:8
que fue Dios quien estableció los límites y la estructura del pueblo hebreo en
medio de todas las naciones de la tierra.
Con una nación tan pequeña entre un
número tan grande de otras naciones Dios cumplirá su propósito y llevará a cabo
sus planes.
Rubén:
Inestable como el agua Rubén el hijo
primogénito de Jacob (Gn.49:3-4), recibe una bendición limitada y casi hasta un
castigo por haber cometido el pecado de incesto.
Aunque la tribu adquiere un mediano
tamaño nunca llega a tener verdadera importancia. Para los días de Moisés
apenas cuenta con unos pocos hombres competentes para la guerra.
Estos hechos nos demuestran que la falta
de fidelidad a los principios de la palabra del Señor produce un carácter
inestable como el agua. Es decir que siempre tiende a buscar el nivel más bajo
y no retiene sus estados (líquido,
gaseoso, sólido) por ella misma, sino depende de las circunstancia que la
rodean.
Debilidad
Transformada En Fuerza:
Simeón y Levi se caracterizaron por un
carácter violento y la historia del ataque alevoso contra los hombres de Siquem
lo confirma (Gn.34:1-31). Muchos años más tarde, sin embargo, cuando Dios pide
que los que estén de su parte den un paso al frente, los levitas lo hicieron y
se mantuvieron firmes en la defensa de la causa del Señor (Ex.32:25-29).
Como
resultado, Dios los escogió para que fueran los sacerdotes de Israel.
Dios puede transformar las debilidades de nuestro carácter en fuerza, eso fue
lo que hizo con los descendientes de Levi. Cualquiera que sea la debilidad de
nuestro carácter llevémosla con confianza delante del Señor y pidamos que lo
cambie y lo use de modo que sea para honra de su nombre.
Génesis
50:1-26:
(4)
Muerte y Sepultura De Jacob. Gn. 49:29-50:13.
La
narración de la muerte y sepultura de Jacob es bastante extensa y detallada. Por
ello nos sirve para encontrar orientaciones sabias al enfrentar esta
experiencia común a los seres humanos. Una vez terminada la bendición, último
acto significante de un patriarca, Jacob reconoce que el final de su
peregrinación terrenal ha llegado.
Y como ser humano y como hombre de fe hace todas las
preparaciones necesarias para enfrentar la última experiencia humana terrenal:
· El primer acto,
de preparación tiene que ver con su sepultura, y reitera ser sepultado en
Canaán. Ello refleja el cumplimiento de una tradición familiar. Hay una
sepultura familiar y la muerte se mira como una reunión con los antepasados. Es
interesante notar que Jacob da una lista de todos los antepasados sepultados
allí y se empeña en describir correctamente el lugar del sepulcro y el derecho
de propiedad familiar adquirido legítimamente. Esta reiteración refleja además la fe en
las promesas de Dios: Canaán será la tierra de Israel.
· El segundo acto,
de preparación tiene que ver con la transmisión de la visión o promesa
patriarcal. Se asegura que el propósito divino continúe en su descendencia. Por ello,
termina de dar todas las instrucciones necesarias a sus hijos.
· El tercer acto,
de preparación tiene que ver con el aspecto físico de la muerte. La narración
resalta que Jacob enfrenta la muerte espiritual y físicamente con dignidad.
Cuando se dio cuenta que “su hora había llegado” usó su última energía
para volver a acostarse en la cama y recibir a la muerte sin resistencia,
remordimientos o temor. Para aquel que había aceptado y cumplido el llamamiento
de Dios, y quien había vivido en la fe en Dios, la muerte no era aterradora.
Era el “acabar
una carrera” con el gozo puesto en el premio por excelencia. Cuánta
necesidad hay hoy día de permitir que la gente enfrente la muerte con dignidad.
Por causa de la falta de aceptación completa de esta
limitación humana, y por causa de los efectos del pecado, nuestra sociedad
resiste a la muerte y usa recursos y técnicas costosos para prolongar, no la
vida, sino la agonía de la muerte. La muerte jamás será vencida en el laboratorio
científico, sino en la fe en el poder de Dios quien resucitó a Jesucristo de
entre los muertos (1 Cor.15:54-57).
Y
Usted, ¿Quién Es? Génesis 49:1-28.
En cierto sentido más que bendiciones
las palabras de Jacob a sus hijos fueron oráculos o profecías, es decir ciertas
predicciones de lo que les iba a acontecer en los días postreros (v. 1). Jacob
conocía bastante bien a cada uno de sus hijos y resume sus cualidades y
debilidades para formular lo que de acuerdo con su manera de ser podría
ocurrirles en la vida. Tratando de crear
un paralelismo entre los hijos de Jacob y nosotros nos vendría bien la
pregunta: ¿A quién de ellos me parezco yo?
1.
Inestable Como Rubén (v. 3).
Rubén
era principal en dignidad y principal en poder.
Con muchos recursos personales y materiales. Lleno de posibilidades. Su
debilidad era tener un carácter inestable como las aguas. Se dejaba controlar
por las circunstancias del momento sin importarle mucho su destino.
Esa inestabilidad lo condujo a cometer
un pecado que su padre nunca pudo olvidar y que al fin le costó el derecho de
ser el hijo primogénito (1 Cron.5:1). Rubén nunca fue a su padre ni a Dios para
pedir perdón. Su orgullo pudo más que su humildad.
2.
Violento Como Simón o Leví (v. 5).
Sus
armas eran instrumentos de violencia y en su desenfreno lisiaron bueyes.
Su furor fue fiero, y su ira cruel. El carácter iracundo, grosero, agresivo
siempre conduce a actuar más allá de lo que podría juzgarse como justa
venganza. El daño hecho a su hermana Dina debía ser señalado, pero sin duda
ellos obraron con exceso.
El resultado de su violencia produjo que
tuvieran que vivir separados de sus hermanos y esparcidos entre las tribus de
Israel. El carácter iracundo siempre conduce al aislamiento y a tener que vivir
separado pues irrita al que lo posee y daña a quienes lo rodean.
Aun así, la muerte significa una
separación y causa dolor y tristeza en los seres queridos. La manera propia de
enfrentar estos sentimientos es expresarlos y pasar necesariamente por el
proceso de duelo que incluyen actos emotivos y rituales. José, y toda la
familia, expresa su dolor con llanto, recurso natural dado por Dios para
descargas emotivas (catarsis).
Los rituales canalizan cultural y
religiosamente las expresiones y acciones que ayudan a la aceptación final y
reajuste necesario ante la pérdida. Primeramente se realiza en Jacob el ritual
egipcio. Se lo embalsama, actividad destacada de los egipcios por el cual el
cadáver queda conservado en lo que conocemos como momia.
Este acto estaba reservado sólo a
faraones, príncipes o personas egipcias muy importantes. Jacob es considerado
alguien digno de tal privilegio. Luego, se cumplen con él los días de luto
propio de los egipcios: 70 días.
3.
Alabado Por Su Valentía Como Judá (v. 8).
Los hermanos de Judá lo alaban porque
con dignidad y valor ha sabido someter a sus enemigos. Un ejemplo de esa
valentía está ilustrada en Num.10:14. De su simiente saldrán los reyes de
Israel y Jesucristo el Rey de reyes y Señor de señores. Su control durará hasta
que venga Siloh.
Según esta expresión podría traducirse: "Hasta que
venga aquel a quien pertenece el cetro"; además, la palabra "Siloh"
también quiere decir "descanso y paz". Eso nos permite otra
posibilidad de traducción: "Hasta que venga aquel a que trae descanso y paz".
Sin duda, lo mejor es juntar ambas traducciones para decir: "Hasta que
venga aquel a quien pertenece el cetro, pues él trae descanso y paz".
4.
Próspero Como Zabulón (v. 13).
Puerto de navíos es una rica figura del
lugar donde el comercio fluye y se intercambia entre naciones. Al ser el punto
de encuentro marítimo, la región de Zabulón, gozaría de los beneficios
económicos. Hasta Sidón: Sidón era un punto en la geografía, pero en los
equivalentes morales un lugar de inmoralidad.
El
peligro de la prosperidad económica es que facilita el desorden moral. Si
podemos usar nuestra prosperidad económica para ser de ayuda a quienes se
encuentran zozobrando en un mar de ansiedades entonces seremos un consolador y
seguro puerto de navíos como Zabulón.
5.
Tímido y Conformista Como Isacar (v. 14).
Vio que el lugar de descanso era
bueno... Una persona fuerte como un asno, pero inclinada a buscar siempre lo
que no exige mucho esfuerzo y las cosas fáciles. Y se sometió al tributo laboral: Isacar no
estaba dispuesto a cambiar la comodidad aunque ello le costara un poco más.
Muchas personas hoy prefieren dejar que
las cosas se resuelvan por sí mismas en lugar de enfrentarlas con valor, aunque
eso signifique perder un poco de comodidad.
6.
Astuto Como Dan (v. 16).
Como
víbora junto al sendero: Una persona que sabe aprovechar el
momento de la oportunidad y sacar la mayor ventaja a su favor. Saben cuál es la
mejor manera de derrotar a sus enemigos y emitir el juicio adecuado en medio de
las divergencias.
Los que son como Dan saben relacionarse
con las personas de tal manera que las pueden llegar a controlar. Esta
capacidad, bien usada, puede ser muy útil en el liderazgo cristiano.
7.
Afortunados Como Gad (v. 19).
El nombre Gad significa "buena
fortuna" o "afortunado", aquel hombre que a pesar de
ser atacado por un batallón tiene la dicha de revertir el orden para ser él
quien llega a controlar la pelea y vencer.
La persona que frente a los problemas no
se acobarda ni corre, sino busca la manera de atacarlos por atrás y finalmente
sale victorioso.
8.
Satisfecho Como Aser (v. 20).
Aser es símbolo de esos bienaventurados
que tiene cubiertas todas sus necesidades personales, pero que a la vez tienen
la capacidad de compartir lo que poseen con otras personas.
En cierto modo todos los cristianos
debiéramos sentirnos y ser como Aser. Satisfechos por la obra amorosa del Señor
para con nosotros y dispuestos a compartir a Jesucristo con otras personas.
9.
Libre y Feliz Como Neftalí (v. 21).
Libre
como una venada suelta. Otras traducciones dicen: "Como una encina frondosa que arroja ramas hermosas".
Expresa la libertad de quien ha estado en cautiverio pero ahora disfruta con
todo su ser su nueva oportunidad de vivir. Feliz como la que tiene hermosos
venaditos.
Otra traducción hace hablar a la venada
diciendo que "pronunciará dichos hermosos". La
felicidad es tal que un animal llega a hablar y proclamar su gozo. Neftalí es
el símbolo de aquellos que disfrutan su nueva vida en Cristo y reflejan con
todo su ser el gozo de la presencia del Espíritu de Dios.
10.
Fructífero Como José (v. 22).
La razón de su prosperidad no radica en
sí mismo sino en que el Dios de su padre le ayudará (v. 25). Este es el deseo
de Jesús, que cada uno de sus discípulos sea fructífero. El secreto es
mantenernos bien vinculados al Señor.
11.
Agresivo Como Benjamín (v. 27).
En el sentido negativo la agresividad
puede ser hiriente y traer lágrimas y dolor a otras personas. Este fue el caso
de Benjamín. En el sentido positivo la agresividad puede ser ese impulso hacia
la lucha por lo noble, lo bueno, lo que merece tomar los riesgos para ofrecer a
otros algo nuevo y digno.
Que Dios nos ayude a evitar ser como
Benjamín y a canalizar nuestra agresividad para el bien.
Este resumen de los hijos de Jacob
resalta las cualidades que cada uno manifestaba. Representa un desafío para
nosotros para buscar imitar lo bueno y evitar lo malo en cada uno. Seguramente
Jacob pudo reflexionar sobre las influencias que habían dejado sus huellas en
cada uno de los hijos.
X. Muerte Y
Sepultura De Jacob. Génesis 49:28-50:14:
“Y cuando
acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y
expiró, y fue reunido con sus padres”. (Gn. 49:33)
Por más llamativo y cuidadoso que haya sido el privilegio
egipcio, quedaba lo más importante: la sepultura hebrea en Canaán.
Y José toma la iniciativa en dar cumplimiento a este acto:
· El primer paso necesario es obtener
el permiso oficial de traslado. Aquí podemos notar
también algunas características sobresalientes de José como un líder. Por más
privilegios que él haya tenido, y por más necesario y comprensible sean que él
sepulte a su padre, solicita el permiso correspondiente de su autoridad
superior. Aun en un acto familiar, vestido de dolor y digno de compasión, José
se hace sujeto a la autoridad y no da lugar a desconfianzas.
Dos
cosas son resaltantes en el pedido de permiso:
Ø Primero, él
no lo pide directamente al faraón. Ruega a sus “colegas”, a los de la corte,
que lo hagan por él. Puede ser que la situación era muy emotiva y que tal vez
él no tuviera la energía emocional para ello. Pero más bien refleja un
comportamiento correcto y prudente que explica cómo José se mantuvo en el pináculo
de poder, en un ambiente político donde abundan las intrigas y detracciones.
José aparentemente servía sin competencia ni abusos. Lo hacía en “colaboración” y respeto con los otros
funcionarios del faraón. Este era un momento que él necesitaba la ayuda de sus
colaboradores y en sumisión se hace reconocedor que él aún con toda la
autoridad que tenía, “necesita” del concurso de los demás. La humildad y
la prudencia no son generalmente las armas que se usan en retener cargos
políticos, sino la competencia, la intriga, la eliminación y el abuso de poder.
En José, como en Daniel, no se podía “hallar ningún
pretexto, ni corrupción ni negligencia” porque era fiel en todo (Dn.6:4).
Ø Segundo,
José declara que el permiso que pide se debe a un juramento hecho a su padre y
es temporal. Él se compromete a regresar a Egipto y seguir sirviendo al
imperio. En la cultura egipcia, los antepasados eran considerados en muy alta
estima y el faraón comprendería muy bien este pedido de José.
El regreso era una garantía al faraón que José
seguía reconociéndose como súbdito. El faraón concede el permiso, provee todo
lo necesario para un cortejo digno y ordena que las más altas autoridades,
representativas de todas las esferas gubernativas de Egipto, escoltas y
sirvientes acompañen a José en esta sepultura. Así como José reconoció la
investidura del faraón, éste reconoce la alta investidura de José y lo trata
con toda dignidad.
A pesar de toda la esplendidez imperial, Israel debe
recibir el ritual y sepultura propios de su pueblo. En cumplimiento, toda la
familia se traslada con José a Canaán, excepto los niños y el ganado que garantizan
un regreso seguro (Ex.10:8-11). La ruta que sigue el cortejo es muy significante,
ya que no es la directa, sino la ruta a Canaán por el este, lo cual significó
el cruce de la península de Sinaí. Esta es la ruta que tomarán los hijos de
Israel para conquistar
Canaán.
En un sentido, Jacob ya estaba anticipando esa conquista. Al
llegar al Jordán y antes de cruzarlo, se cumple el ritual hebreo de lamentación
y siete días de duelo. La única referencia de ubicación de este lugar es que
queda al lado oriental del río Jordán. Aparentemente los cananeos se
impresionan por la lamentación intensa e identificando a la caravana como
egipcia, ponen al lugar un nombre recordatorio del evento: Abelmizraim.
Ø Y por último, se
realiza la sepultura hebrea. Son los hijos —no los médicos egipcios— quienes finalmente
sepultan a Jacob. Y la sepultura es en el sepulcro patriarcal de Macpela,
Hebrón, no las monumentales sepulturas de Egipto.
XI. Los últimos Días De José. Génesis
50:15-20:
(5)
José Asegura La Sobrevivencia De La Familia De Jacob En Egipto. Gn.50:14-21.
Una
vez muerto Jacob, la vida de la familia no termina.
Todos regresan a Egipto y reinician sus actividades. José, por haber sido
designado en lugar del primogénito, queda como el patriarca de la familia.
Además, por su posición política, él tenía autoridad y poder sobre todos,
incluyendo su propia familia hebrea. Esta situación alarma a sus hermanos,
quienes temen un acto de venganza por parte de José. La tradición familiar de
los patriarcas estaba llena de conflictos que muchas veces quedaban “apaciguados”
por respeto al patriarca.
Los hermanos de José toman la iniciativa
y esta vez, son ellos los que enfrentan a José y procuran una solución final y
definitiva. Hasta ahora en la narración no hubo un acto específico de expresión
de arrepentimiento o pedido de perdón por parte de los hermanos a José. Fue
siempre éste el que había tomado la iniciativa en la reanudación del
relacionamiento. Movidos por el temor causado por un sentimiento de culpa que
hasta ahora no pudieron resolver, se unen y acuerdan un “plan” para con José.
Pero este plan no es de destruir a José,
sino el de pedir perdón y buscar una reconciliación completa. Tal vez la
intención original fue simplemente el conseguir un “perdón o favor político” que
les permitiera sobrevivir en una sociedad donde no podrían tener autoridad o
representación. Es interesante que los hermanos atribuyen a José dos posibles
actitudes que fueron las que les hicieron maquinar en contra de él: rencor y
deseos de venganza.
Así se presentan ante José y manifiestan dos propuestas de
solución.
Ø La primera,
es un pedido de perdón que póstumamente lo ponen en los mismos labios de Jacob
su padre. Así el pedido tiene más autoridad, más fuerza. Ellos no se sienten
todavía capaces de peticionar directamente a José, sino que necesitan un
intermediario o “padrino”. Mucho de esto hay todavía en nuestro pueblo
latino.
No hemos llegado a la madurez de enfrentar las
situaciones directamente y con dignidad. El pedido de perdón es por la maldad —dimensión
social— o el mal que el pecado ocasiona, y por el pecado —dimensión
religiosa— contrario a Dios.
Aquí hay pesar no sólo por la consecuencia del
pecado, común en muchos pedidos de perdón de líderes religiosos y políticos hoy
día que han caído en faltas: “Pido perdón por el mal que mi acción ha causado”. Esto
no es arrepentimiento de pecado, sino pesar por la consecuencia del pecado.
Pero hay también expresión de un arrepentimiento por
el pecado, por la acción misma que está fuera de la voluntad de Dios, no
importa si causa o no consecuencia en otros.
Ø La segunda, propuesta es un ofrecimiento
de sumisión: se postran y se declaran siervos de
José. Aquí hay una imitación perfecta de lo que Jacob hizo con Esaú y que José
y los hermanos vieron con sus propios ojos cuando niños (Ex.33:1-8).
· La primera reacción,
de
reconciliación es la expresión de fuertes emociones por parte de José y de sus
hermanos. En todo conflicto personal se acumulan fuertes
sentimientos que impiden muchas veces la actuación racional y la resolución.
Estos sentimientos deben ser ventilados apropiada y previamente al intento de
una comunicación razonada.
· La otra reacción, es la que corresponde únicamente a José.
Con entereza él resuelve la situación de la siguiente manera:
Ø Primero,
les conforta
en lo que es más urgente: no temáis (v.19). Este es uno de los
sentimientos más fuertes y paralizantes del hombre que está en desobediencia a
Dios.
Ø Segundo,
les informa
cuál es el lugar o llamado que él ha tenido en la vida: él no está
en el lugar de Dios, sino que fue escogido como instrumento para mantener vida.
El seguirá actuando consecuentemente con ese llamado. Afirma su liderazgo
patriarcal y su cargo imperial, pero les asegura que esos cargos los tiene para
responsabilizarse del sustento a ellos y de la generación que les sigue.
Ø Tercero,
ubica a los hermanos en el lugar que les corresponde.
En verdad, ellos pensaron hacer mal y lo que hicieron fue una maldad. Sólo Dios
pudo cambiar la consecuencia de esa maldad. Es Dios quien tiene el control
último de todas las circunstancias y hace cumplir su propósito a pesar del
pecado humano. Aquí José reafirma su “filosofía de la historia”.
Por eso, ya no tiene en cuenta la consecuencia de
esa maldad, pero no puede resolver el sentimiento de culpabilidad de sus
hermanos. Cada uno tendrá que enfrentarse con Dios por sus pecados, porque sólo
Dios puede perdonar los pecados. Todo lo que él puede hacer por sus hermanos es
fortalecerles espiritualmente, ser proveedor de todo lo necesario para el
diario vivir, y reafirmarles su amor y cuidado que hará que no sufran
consecuencias en el presente o en el futuro inmediato por causa del pasado.
(6) José Confirma El Cumplimiento
Del Pacto y Pide Que Sus Restos Sean Llevados a Canaán. Génesis 50:22-26.
Esta última sección se concentra en José y describe tres
aspectos muy importantes en el desarrollo del cumplimiento del Pacto:
· Primero,
se menciona a los hijos, nietos y bisnietos indicando que la familia de José —y de los otros
hermanos— seguía multiplicándose en Egipto. Indica también la
satisfacción que un gran hombre tuvo en su vida familiar. A pesar de toda la
fama y ocupación política, no descuida la importancia de la familia.
Para José, no es el honor o la memoria política lo
que finalmente cuenta sino la continuación de su descendencia. ¡Cuántos hombres
grandes en la historia, que han dejado riquezas y fama, han visto a su familia
desintegrarse aún durante sus propias vidas! La fe bíblica en todos
sus testimonios da suprema importancia a la familia.
· Segundo,
hace la conexión correcta con los
antepasados. Hay una promesa de Dios que pertenece a esta descendencia. Esa
promesa fue hecha a los patriarcas y su cumplimiento es inalterable, porque
Dios es fiel. Es resaltante que ese cumplimiento no tiene una agenda política.
Políticamente él pudo haber conseguido el apoyo imperial de Egipto, invadir
Canaán y establecer a su pueblo allí. Las circunstancias históricas eran
favorables y el pueblo había crecido mucho. Pero él afirma enfáticamente que es
la intervención directa de Dios en tres actos propios de él —visitación,
favor y ayuda— la que hará posible que el pueblo sea liberado de
Egipto y establecido en la tierra prometida.
Para José, un gran político y un famoso estadista,
el cumplimiento de las promesas de Dios para su pueblo, llámese Israel o la
iglesia, no depende de acontecimientos históricos favorables. Tampoco se
asegura con la sobrevivencia holgada de un pueblo, ni se garantiza con una
supremacía política. Ese cumplimiento depende sola y exclusivamente de la
fidelidad de Dios quien se dignó en hacer un Pacto con Abraham, Isaac y Jacob y
un Nuevo Pacto en Jesucristo. José no juega a ser el libertador ni se apresura
al éxodo. Su llamado fue el de “preservar la
vida”. Por más que se haya apropiado de la visión del éxodo, decide
esperar completamente en Dios y en el tiempo que Dios ha elegido para esa
liberación.
· Tercero,
José reconoce que está llegando al final de su vida y transmite la visión o
promesa patriarcal a la descendencia, los hijos de Israel. Ahora ya el
primogénito perdió su importancia primera porque la descendencia escogida es ya
un pueblo numeroso. A través de un
juramento solemne José compromete a los hijos de Israel a dos cosas: que mantengan su fe y esperanza en el Dios de los patriarcas
que ha declarado su propósito para este pueblo.
Y pide también que cuando llegue el día de la
liberación, sus restos sean llevados a Canaán. El no pide un “permiso oficial”
ni firma “un
decreto oficial” para que se lo sepulte en Canaán. El prefiere
esperar y participar con el pueblo en el éxodo. Por un lado, esta es una
decisión de fe, basada en la seguridad de la fidelidad de Dios; por la otra, es
un acto de compromiso para las generaciones siguientes: ellos deben salir de
Egipto.
La sección termina con el relato de que José muere y es
sepultado en Egipto.
Se
cumplen en él los rituales propios a su cargo y dignidad egipcia. Así termina
el libro de Génesis con un ataúd en Egipto, esperando el siguiente capítulo en
la historia de la salvación: el éxodo.
Y pasarán muchos años y mucha aflicción
antes que se cumpla la promesa de Dios. Pero ese cumplimiento llega. Dios
visita a su pueblo y los restos de José son llevados a su sepulcro final en
Canaán (Ex.13:19; Jos.24:32).
Una filosofía de vida José
tuvo dos criterios para normar su vida y sin duda fueron su filosofía (Gn.50:19-20):
1. Se
vio a sí mismo como un siervo de Dios y no pretendió ocupar el lugar que no le
correspondía. Toda la prominencia política y el poder que podía ejercer no lo
hicieron perder la perspectiva de la posición que ocupaba con respecto a Dios.
2. Se
vio a sí mismo como instrumento para facilitar el plan de Dios para el bien de
su pueblo. José se sintió honrado de poder hacer una contribución significativa
al pueblo de Dios.
Concluyó:
Pasos
para alcanzar una visión recibida de lo alto José fue fiel a una visión.
Su vida prueba que las visiones apartan a la gente del pecado (Prov.29:18).
Porque creyó en lo que Dios le había mostrado, se mantuvo constantemente fiel y
leal hacia todos con los que se relacionaba, especialmente hacia Dios.
Los individuos que sean fieles a la visión de Dios disfrutarán
de su favor y del favor de las demás personas, y también tendrán éxito en sus
empresas.
Al final verán realizada su visión, siendo vindicados no importa las
adversidades que hayan tenido que enfrentar.
Para Aplicar: En Nuestro Desarrollo
Personal:
37:5-10:
Mantente asido a la visión que Dios
te da temprano en la vida. No te apartes de ella. Dios puede hacerla
realidad.
39:4, 21:
Espera el favor de Dios a la vista
de la gente. El Señor le otorga su favor y el triunfo al creyente.
39:9:
Mantente fiel a Dios en todo lo que
haces. No
te retractes, especialmente si tu visión tarda en llegar.
41:14-57:
Cree que Dios es suficiente. El Señor te ha dado los dones que necesitas para que su
propósito se realice a través de ti.
45:7; 50:20:
Confía en la soberana providencia
de Dios. Él hace que todas las cosas trabajen para tu bien, mientras
permaneces fiel a su llamado y propósito.
___________
Bibliografía:
-e-Sword-the. LEDD.
-Biblia
de Estudio RYRIE.
-Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 06//11//2017.
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