viernes, 4 de noviembre de 2016

arte VI: JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS: (Hechos 1:7-9)

Parte VI:
JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS:
(Hechos 1:7-9)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

La ascensión
“Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra… Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (Hechos 1:7-9).

Capítulo VI
Sexto Encuentro: El Monte De Los Olivos:
(Hechos 1:6-11).
Hch. 1:6: μὲν2   men G3303  •  οὖν3   oun G3767  Entonces  Οἱ1   Hoi G3588  los  ←  que  →  se  →  habían  συνελθόντες4   synelthontes G4905  reunido  αὐτὸν6   auton G846  le  ἐπἠρώτων epêrôtôn G1905  preguntaron,  λέγοντες7   legontes G3004  diciendo:  Κύριε8   Kyrie G2962  Señor,  εἰ9   ei G1487  •  ἀποκαθιστάνεις14   apokathistaneis G600  ¿restaurarás  τὴν15   tên G3588  el  βασιλείαν16   basil eian G932  reino  →  a  ‹  τῷ17 Ἰσραήλ18 ›   tô Israêl G3588 G2474  Israel  ἐν10   en G1722 en  τούτῳ13   toutô G5129  este  ‹  τῷ11 χρόνῳ12 ›   tô chronô G3588 G5550  tiempo?

Restaurar: G600 ἀποκαθίστημι: apokadsítemi: de G575 y G2525; reconstituir (en salud, hogar u organización):- restablecer, restaurar, restituir. (Strong).

La Soberanía De Dios Actuando: 1:6-8,11:

La pregunta de los apóstoles de si por fin iba a restablecer el reino a Israel parece estar sugerida por la anterior promesa del Señor de que, pasados pocos días, serían bautizados en el Espíritu Santo. A través de todo su ministerio Jesús trabajó dentro de un concepto del reino de Dios completamente diferente del de los líderes del judaísmo (pensamiento religioso judío) del primer siglo. Es interesante hacer notar cómo los discípulos, después de varios años de convivencia con el Maestro, seguían aún esperando una restauración temporal de la realeza davídica, con dominio de Israel sobre los otros pueblos.
Por tanto, así interpretaban lo dicho por los profetas sobre el reino mesiánico (ver Is. 11:12; 14:2; 49:23; Ez. 11:17; Os. 3:5; Amós 9:11–15; Salmo 2:8; 110:2–5), a pesar de que ya Jesús, en varias ocasiones, les había declarado la naturaleza espiritual de ese reino (ver Mt. 16:21–28; 20:26–28; Lc. 17:20, 21; 18:31–34; Juan 18:36).

Los discípulos no negaban con esta pregunta su fe en Jesús, antes al contrario, viéndole ahora resucitado y triunfante, se sentían más confiados y unidos a él. Sin embargo, tenían aún muy firme la concepción político-mesiánica que tantas veces se encuentra en los Evangelios (ver Mt. 20:21; Lc. 24:21; Juan 6:15) y que exigía a Jesús suma prudencia al manifestar su carácter de Mesías, a fin de no provocar alzamientos peligrosos que impidieron su misión (ver Mt. 13:13; 16:20; Mr. 3:11, 12; 9:9).
Solamente la iluminación del Espíritu Santo logrará corregir estos prejuicios judaicos de los apóstoles, dándose a conocer la verdadera naturaleza del evangelio y así del reino. Dios es un Dios que realiza sus propósitos. La historia no es un rompecabezas de hechos desconectados, presididos por el azar; es un proceso dirigido por un Dios actuante y capaz de ver el fin en el principio.

En esta ocasión, Jesús no considera oportuno volver a insistir sobre el particular, y se contenta con responder a la cuestión cronológica. Les informa que el pleno establecimiento del reino mesiánico, de cuya naturaleza él ahora no va a especificar, es de la sola competencia del Padre, que es quien ha fijado los diversos tiempos: de preparación (Hech. 17:30; Rom. 3:26; 1 Pd. 1:11), de inauguración (Mr. 1:15; Gál. 4:4; 1 Tim. 2:6), de desarrollo (Mt. 13:30; Rom. 11:25; 1 Cor. 1:7, 8), y ahora de consumación final (Mt. 24:33–36; 25:31–46; Rom. 2:5–11; 2 Ts. 1:6–10). En tal ignorancia, lo que a ellos toca, una vez recibida la fuerza del Espíritu Santo, es obrar por ese restablecimiento, manifestándose como testigos de los hechos y enseñanzas de Jesús, primero en Jerusalén, luego en toda Palestina, y finalmente hasta lo último de la tierra (es decir, en medio del mundo gentil).

Ahora, en el v. 8, se ve claramente lo que es el reino (la soberanía) de Dios actuando. La declaración en este versículo,... me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra, se había aceptado comúnmente como el bosquejo de Los Hechos y la indicación del propósito de Lucas. Desde luego esto provee algún plan dentro del cual escribió Lucas, pero en ninguna manera representa su interés principal. Contrario a lo expuesto por varios comentarios, antiguos y recientes, Lucas no demostró cómo el evangelio se extendía de Jerusalén a Roma. Hasta hoy día no conocemos cómo el evangelio alcanzó a Roma, a Damasco, a Chipre, a Cirene, a Éfeso, a Troas, a Corinto, a Creta y a innumerables otros lugares. Aparentemente, Lucas no dio estos datos porque su propósito iba en otra dirección.

Esto no quiere decir que en Los Hechos no encontramos mucha atención dedicada a la expansión geográfica; obviamente todo lo contrario, los cristianos se presentaban moviéndose constantemente. Se preconiza aquí, sin embargo, que estar demasiado preocupado con este factor es perder un asunto más importante, aquello que aparentemente Lucas quería presentar. Las fronteras más difíciles de cruzar en aquel entonces como hoy en díaeran las religiosas, nacionales, raciales y de clase social, y no los límites geográficos. Es más fácil hoy día enviar misioneros a África que establecer y mantener una fraternidad que cruce las líneas raciales, nacionales y de clase social en la casa de uno. En el libro de Los Hechos es obvio que el cristianismo marchó de Jerusalén, Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra, pero al hacer esto se precipitaba el tema que resultó en la ruptura entre la sinagoga y la iglesia, y en la autoexclusión del mismo pueblo en quien vio la luz el cristianismo.

En la carta de Pablo a los efesios él nos comparte sus pensamientos sobre esta soberanía de Dios actuando. Cuando Pablo escribió esta epístola de la prisión, estaba dando testimonio personal a los primeros treinta años de la historia en la iglesia temprana, la que se halla en el libro de Los Hechos:
Por revelación me fue dado a conocer este misterio... Por tanto... podéis entender cuál es mi comprensión en el misterio de Cristo. En otras generaciones, no se dio a conocer este misterio a los hijos de los hombres, como ha sido revelado ahora a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu, a saber: que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartícipes de la promesa por medio del evangelio (Ef. 3:3–6).

En su escrito a las iglesias de Galacia Pablo habla aún más explícitamente de lo que quiere decir el ministerio de Cristo (la soberanía de Dios actuando): Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gál. 3:28).

¿Fue el cristianismo fiel al judaísmo? En su Evangelio y en el libro de Los Hechos Lucas demuestra que en verdad el cristianismo fue fiel al judaísmo. El cristianismo nació dentro del judaísmo más estricto. No abandonó las sinagogas o el templo en el principio del movimiento cristiano. Sin embargo los cristianos fueron excluidos de las sinagogas y del templo, porque el cristianismo incluía cualquiera que por fe seguía a Jesucristo.
Vemos el interés verdadero de Jesús por toda la gente, no sólo por los judíos. A él le interesaban todas las necesidades de toda la gente. A Jesús no le interesaban las instituciones de la religión judía tales como el sábado, el ayuno, los ritos de purificación y otras por el estilo. Su interés estaba en Dios y en la gente. El definió su sentido de misión, tanto en su sermón en la sinagoga de Nazaret (Lc. 4:14–30) como en su respuesta a los mensajeros del encarcelado Juan el Bautista (Lc. 7:18–23). La crucifixión de Jesús resultó de este conflicto básico entre él y la religión institucional, tanto de los fariseos como de los saduceos. Jesús no dejó la sinagoga o el templo porque él quiso dejarlos, sino que fue echado de la sinagoga en Nazaret (Lc. 4:29) y fue rechazado en Jerusalén (Lc. 19:41–48; 23:1, 2).

La comunidad cristiana en los días de Lucas no había quitado la fe en el verdadero judaísmo ni en Cristo Jesús. Al llegar a ser una comunión de personas que pasan por alto las distinciones de nacionalidad, raza y ritos, el cristianismo es fiel a las enseñanzas de Cristo. El movimiento cristiano estaba logrando el pacto que Dios hizo con Abraham y Moisés, los fundadores del pueblo de Dios (ver Gn. 12:3; Ex. 19:6–8; 1 P. 2:9, 10).

Jesús Asciende Al Cielo: Hech.1:9-11:


Lucas narra aquí, con todos sus detalles, el hecho trascendental de la ascensión de Jesús al cielo. Este breve pasaje nos introduce a dos pensamientos de mucha importancia en el NT:
·      Nos relata la historia de la ascensión, y
·      Nos enfrenta con el asunto de la segunda venida.
La ascensión. Parece que la acción de la ascensión fue más bien lenta, pues los apóstoles estaban mirando al cielo mientras se iba. La ascensión no es un fenómeno del que tengamos causas para dudar. Aparentemente, se trata de una descripción según las apariencias físicas, sin intención alguna de orden científico-astronómico. Es el cielo atmosférico, que puede contemplar cualquier espectador, y está fuera del propósito ver ahí alusión a alguno de los cielos de la cosmografía hebrea o de la cosmología helenística (2 Cor. 12:1, 2).
Levantar: G1869 ἐπαίρω = epaíro: de G1909 y G142; levantar (literalmente o figurativamente):- alzar, enaltecer, izar, levantar. (Strong).
Alzar: epairo = (ἐπαίρω G1869) levantar, alzar (epi = sobre, y Nº 1). Se usa de alzar los ojos: «alzando» (Mt.17:8; Lc.6:20; 16:23; 18:13; Jn.4:35; 6:5; 17:1); la cabeza (Lc.21:28  «levantad»; Hech.2:14  «alzó»); las manos (Lc.24:50; 1 Tim.2:8; «levantando»); la voz (Lc.11:27  «levantó»; Hech.2:14; 14:11; 22:22); una vela de proa (Hch. 27:40: «izada»); metafóricamente, del calcañar (Jn.13:18), como de uno levantando el pie para patear; la expresión indica menosprecio y violencia. En la voz pasiva (Hech.1:9, de la ascensión de Cristo: «fue alzado»; 2 Cor.10:5  «toda altivez que se levanta»; 11:20: «se enaltece»). (VINE).

En cuanto a la nube, ya en el AT., una nube reverencial acompañaba casi siempre a los mensajeros de Dios (Ex. 13:21, 22; 16:10; 19:9; Lv. 16:2; Salm. 97:2; Is. 19:1; Ez. 1:4). También en el NT., aparece la nube en la ocasión de la transfiguración de Jesús (Lc. 9:34, 35; ver también la relación entre Dn. 7:13, 14 y Mt. 24:30; 26:64). Es obvio que, al entrar Jesucristo ahora en la gloria, una vez cumplida su misión terrestre, aparece también la nube, símbolo de la presencia y majestad de Dios.
Nube: G3507 νεφέλη = neféle: de G3509; propiamente nublado, i.e. (concretamente) nube:- nube.

Según Lucas, el propósito de los cuarenta días y las apariciones del Señor resucitado aparentemente era demostrar el hecho histórico de la resurrección (Hech. 1:2) y para impartir más instrucciones a sus discípulos (Hech. 1:3).

Hch. 1:3: →  a  οἷς1   hois G3739  quienes  καὶ2   kai G2532  también,  μετὰ6   meta G3326  después  →  de  →  haber  ‹  τὸ7 παθεῖν8 ›   to pathein G3588 G3958  padecido,  αὐτὸν9   auton G846  •  ἑαυτὸν4   heauton G1438  se  παρέστησεν3   parestêsen G3936  presentó  ζῶντα5   zônta G2198  vivo  ἐν10   en G1722  con  πολλοῖς11   pollois G4183  muchas  τεκμηρίοις12   tekmêriois G5039  pruebas  ←  indubitables,  ‹  ὀπτανόμενος16 αὐτοῖς17 ›   optanomenos autois G3700 G846  apareciéndoseles  διʼ13   di’G1223  durante  τεσσαράκοντα15   tessarakonta G5062  cuarenta  ἡμερῶν14   hêmerôn G2250  días  καὶ18   kai G2532  y  λέγων19   legôn G3004  hablándoles  τὰ20   ta G3588  •  περὶ21   peri G4012  acerca  τῆς22   tês G3588  del  βασιλείας23   basileias G932  reino  →  de  ‹  τοῦ24 Θεοῦ25 ›   tou Theou G3588 G2316  Dios. (Interlineal RV1960).

Cuarenta: G5062 τεσσαράκοντα = tessarákonta: década de G5064; cuarenta:- cuarenta. (Strong).

Día: G2250 ἡμέρα = jeméra: femenino (con G5610 implicación) de un derivado de ἧμαι = jémai  (sentarse; similar a la base de G1476) significa manso, i.e. gentil; día, i.e. (literalmente) espacio de tiempo entre el amanecer y la noche, o las H24 horas enteras (pero los judíos por lo general consideraban varios días como incluyendo parte de ambos extremos); figurativamente período (siempre definido más o menos claramente por el contexto):- edad, fiesta, hoy, mediodía, amanecer, día, tiempo, tribunal.
El v. 3 hace hincapié en el hecho de que por cuarenta días Jesús se hizo visible a sus apóstoles y les dio pruebas indubitables de que él estaba vivo entre ellos. Durante esos días les hablaba acerca del reino de Dios, dándole forma y declarando su carácter y su objeto. Jesús, pues, estaba personal y responsablemente unido con el movimiento cristiano tanto antes como después de su muerte.

En consecuencia es normal que Jesús, después de su resurrección, apareció a sus apóstoles durante una comida (ver Lc. 24:30–43; Juan 21:9–13; Hech. 10:41). Y así, la prueba de que estaba realmente resucitado era más evidente. En una de estas apariciones, al final ya de los cuarenta días que median entre la resurrección y la ascensión, les da un aviso importante: que no deben ausentarse de Jerusalén hasta después de recibir la promesa del Padre (aparentemente la promesa de Lc. 24:49, hasta que seáis investidos del poder de lo alto).

Este pasaje nos relata cómo la iglesia iba a recibir el poder necesario para llevar a cabo su ministerio. El doctor T. W. Manson opina que hay solamente un ministerio esencial en la iglesia, el ministerio continuo del mismo Señor resucitado y siempre con nosotros. O sea que Jesucristo —quien ministró en Judea, Samaria y Galilea— continúa su ministerio por medio de la iglesia, su cuerpo. Según Pablo este ministerio esencial es el ministerio de la reconciliación (2 Cor. 5:18–20). Todos los otros ministerios dentro de la iglesia se derivan y dependen de ese viviente Señor Jesús.

La ascensión fue declarada necesaria para que sus seguidores pudieran recibir el Espíritu Santo (Hech. 2:33; Juan 16:7, 20:22). El Jesús resucitado, visible y palpable, se retiró para que ellos pudieran realizar más de su presencia y poder como el Señor ahora reconocido como el Espíritu Santo. Por tanto, Jesús quería dar a sus seguidores una prueba incuestionable de que había retornado a su gloria. Cuando Lucas nos relata la ascensión en su Evangelio agrega algo: ... regresaron a Jerusalén con gran gozo (Lc. 24:52). A pesar de la ascensión, o tal vez debido a ella, los discípulos estaban seguros de que Jesús no se había alejado, sino que estaba con ellos para siempre.

La segunda venida. Los dos personajes vestidos de blanco (v. 10) de modo semejante al evento en la escena de la resurrección (Lc. 24:4), anuncian a los apóstoles que Jesús reaparecerá de la misma manera (v. 11) que lo ven ahora desaparecer, sólo que a la inversa, pues ahora desaparece subiendo y entonces reaparecerá descendiendo. Es alusión, sin duda, al retorno glorioso de Jesús en la segunda venida, parousia  G3952, que desde ese momento constituye la suprema expectativa de la primera generación cristiana, y cuya esperanza los alentaba y sostenía en sus trabajos.
Venida: G3952 παρουσία = parousía: del presente participio de G3918; estar cercar, i.e. adviento (a menudo, retorno; específicamente de Cristo para castigar a Jerusalén, o finalmente a los malos); (por implicación) fís. aspecto:- advenimiento, presencia, venida. (Strong).
En el NT., se usa el concepto de la parousía especialmente para designar la venida del Cristo resucitado a su pueblo al final de un intervalo de tiempo indeterminado después de su resurrección (Mt. 24:3; 1 Cor. 15:23; 1 Ts. 2:1, 19; 3:13; 4:15; 5:23; 2 Ts. 2:1, 8; Stg. 5:7, 8; 2 Pd. 1:16; 3:4, 12; 1 Jn. 2:28). Se nota que estas citas representan a todos los escritores del NT., y se nota además que en estas citas no se utiliza “segunda venida”.

Las palabras segunda venida no son neo testamentarias. Lo más cercano son las palabras de Hebreos 9:28: La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvar a los que le esperan. El uso más antiguo de “segunda venida” parece ser de Justino Mártir, a mediados del siglo II.
La razón por qué no se encuentra el concepto de la segunda venida (como se emplea hoy en día) en el NT., se halla en la comprensión de la escatología (la doctrina de los últimos días) judía del siglo I. Sin excepción, todos los autores del NT., se vieron a sí mismos como viviendo en los últimos días. En el día de Pentecostés, Pedro interpretó la venida del Espíritu Santo como el cumplimiento de la promesa en Joel de que Dios derramaría su Espíritu en los postreros días (Hech. 2:17).
En Hebreos, Dios al hablar de su Hijo lo describe diciendo en estos últimos días... (1:2). Juan dice explícitamente... ya es la última hora (1 Jn. 2:18). Las condiciones descritas como las que corresponden a los últimos días (2 Tim. 3:1; Jud. 18) tienen por intención describir los tiempos del autor. Los tiempos peligrosos y malos descritos eran los de esos autores y lectores. Los últimos tiempos habían comenzado cuando la Palabra se hizo carne (Juan 1:14).

Los Judíos Dividían El Tiempo En Dos Edades:
Esta era presente, y la era venidera.
Ø La época presente es totalmente mala; no tiene esperanza; no puede reformarse; para ella no hay otro futuro que la destrucción total. Los judíos, por lo tanto, esperaban el fin de las cosas tal como eran.
Ø La época venidera sería totalmente santa y justa; sería la edad dorada de Dios; en ella habría paz, prosperidad y justicia; en ella, por fin, el pueblo elegido de Dios sería vindicado y recibiría el lugar que le correspondía por derecho.
El día de la venida de Dios se llamaba “el día del Señor”.

Los judíos del primer siglo, incluyendo a los apóstoles, no esperaban un intervalo largo entre la era presente y la era venidera una vez que hubiera llegado el Mesías. Ellos pensaban que la era venidera iba a suceder en su propia generación. Por eso no entendían lo de vendrá de la misma manera como lo habéis visto ir al cielo (v. 11) como una segunda venida.

Hch. 1:11: οἳ1   hoi G3739  los  ←  cuales  καὶ2   kai G2532  también  •  les  εἶπον3   eipon G2036  dijeron:  Ἄνδρες4   Andres G435  Varones  Γαλιλαῖοι5   Galilaioi G1057  galileos,  →  ¿por  τί6   ti G5101  qué  ἑστήκατε7   hestêkate G2476  estáis  ἐμβλέποντες8   emblepontes G1689  mirando  ‹  εἰς9 τὸν10 ›   eis ton G1519 G3588  al  οὐρανόν11   ouranon G3772  cielo?  οὗτος12   houtos G3778  Este  ←  mismo  ‹  ὁ13 Ἰησοῦς14 ›   ho Iêsous G3588 G2424  Jesús,  ὁ15   ho G3588  que  →  ha  →  sido  ἀναληφθεὶς16   analêphtheis G353  tomado  ἀφʼ17   aph’G575  de  ὑμῶν18   hymôn G5216  vosotros  ‹  εἰς19 τὸν20 ›   eis ton G1519 G3588  al  οὐρανόν21   ouranon G3772  cielo,  οὕτως22   houtôs G3779  así  ἐλεύσεται23   eleusetai G2064  vendrá  ‹  ὃν24 τρόπον25 ›   hon tropon G3739 G5158  como  αὐτὸν27   auton G846  le  →  habéis  ἐθεάσασθε26   etheasasthe G2300  visto  πορευόμενον28   poreuomenon G4198  ir  ‹  εἰς29 τὸν30 ›   eis ton G1519 G3588  al  οὐρανόν31   ouranon G3772  cielo. (Interlineal RV1960).

Así vendrá* como le habéis visto. La segunda venida de Cristo, como la Ascensión, será personal y visible (Ap.1:7; 19:11-16)
*Vendrá: ἔρχομαι = érjomai G2064, voz media de un verbo primario (usado solo en tiempos presente e imperfecto, los demás siendo suplidos por un parecido [voz media] ἐλεύθομαι = eleúdsomai  o [activamente] ἔλθω = éldso; que de otra manera no ocurre); venir o ir (en una gran variedad de aplicaciones, literalmente figurativamente):- acercar, arribar, entrar, ir, llegar, pasar, redundar, salir, sobrevenir, venidero, venir. (Strong).

Más bien era una venida de nuevo: un paso adicional de la primera venida. Al pasar el período apostólico sin el retorno de Cristo, entonces las generaciones subsecuentes de la iglesia apropiadamente comenzaron a referirse al regreso de Cristo como la segunda venida.

Pues bien, a la luz de lo que Pedro dice en su segunda carta: ... una cosa no paséis por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza... el día del Señor vendrá como ladrón (2 P. 3:8–10), cada generación desde la primera venida de Cristo estaba viviendo potencialmente en los últimos días.
En esta interpretación se puede decir justamente que hoy día estamos viviendo potencialmente en los últimos días que terminarán con la segunda venida de Jesucristo.









6) La Ascensión
    (Hech.1: 6-11)

 
 

Concluimos:

Ahora bien al margen de lo piensen los científicos, teólogos, religiosos a la  Ascensión del Señor hemos visto los testigos bíblicos que dan mayor crédito del Cristo Resucitado. Las referencias de todos los testigos que vieron a Jesús Resucitado en los cuarenta días dan evidencia del señorío que tiene sobre la muerte, muerte que no lo pudo retener bajo la sombra de la descomposición de su cuerpo, en la sombra húmeda y tenebrosa.
Antes de ascender lo vieron 500 testigos (1 Cor.15:6) es de gran valor apologético, especialmente a la vista del hecho de que la resurrección estaba aún siendo atestiguada por testigos que vivían 25 años después del acontecimiento.
Aparte de Pedro y María Magdalena y demás discípulos incluido después al incrédulo Tomás, apareció a Jacobo el medio hermano de nuestro Señor  y autor de la Epístola de Santiago (Comp. Jn.5; Hech.1:14). Esta aparición no está referida en ningún otro lugar del NT., como última evidencia de este encuentro encontramos al apóstol Pablo (1 Cor.15:8).
Ahora veamos otra forma de dar los eventos del Señor en sus  cuarenta días que estuvo antes de ir al cielo. El orden de las apariciones de Cristo después de la Su resurrección parece ser como sigue:
1)      A María Magdalena y las otras mujeres (Mt.28:8-10; Mr.16:9-10; Jn.20:11-18);
2)      A Pedro, probablemente por la tarde (Lc.24:34; 1 Cor.15:5);
3)      A los discípulos camino de Emaús, hacia el anochecer (Lc.24:13-32; Mr.16:12);
4)      A los discípulos, excepto Tomas, en el aposento alto (Lc.24:36-43; Jn.20:19-25);
5)      A los discípulos, incluyendo a Tomas, al domingo siguiente por la noche (Mr.16:14; Jn.20:26-29);
6)      A siete discípulos junto al mar de Galilea (Jn.21:1-24);
7)      A los apóstoles y a más de 500 hermanos y a Jacob el medio hermano de Jesús (1 Cor.15:6-7); y
8)      A los que fueron testigos de Su ascensión (Mt.28:18-20; Mr.16:19; Lc.24:44-53; Hech.1:3-12).
Creemos que esta realidad si confirma los hechos de la resurrección de nuestro Señor Jesús, o bien como diría el apóstol Pablo: si Jesús no resucitó vana es nuestra predica, la evangelización.



1) María Magdalena
      (Jn.20:11-17)
2) Camino a Emaús      
    (Lc.24:13-35)
3) Aparece a Los Discípulos
           (Lc.24:36-49)
4) Tomas
(Jn.20:24-29)
5) Mar De Galilea
      (Jn.21:1-19)
6) La Ascensión
    (Hech.1: 6-11)

Bibliografía:
 

___________
-Howard Marshall. Comentario Mundo Hispano Lucas. E-Sword.
-Donald Guthrie. Comentario Mundo Hispano Juan. E-Sword.
-Biblia de Estudio RYRIE.
- e-Sword. The - La Espada de Dios.

-MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico.         -Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 03//11//2016…

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