viernes, 4 de noviembre de 2016

Parte V: JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS: (Hechos 1:7-9)

Parte V:
JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS:
(Hechos 1:7-9)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

La ascensión
“Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra… Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (Hechos 1:7-9).


Capítulo V

Quinto Encuentro: A Siete Discípulos Mar De Galilea:
(Juan 21:1-19).


Juan 21:1: Μετὰ1   Meta G3326  Después  →  de  ταῦτα2   tauta G5023  esto,  ‹  ὁ6 Ἰησοῦς7 ›   ho Iêsous G3588 G2424  Jesús  ἑαυτὸν4   heauton G1438  se  ἐφανέρωσεν3   ephanerôsen G5319  manifestó  πάλιν5   palin G3825  otra  ←  vez  ► 9  a  τοῖς8   tois G3588  sus  μαθηταῖς9   mathêtais G3101  discípulos  ἐπὶ10   epi G1909  junto  τῆς11   tês G3588  al  θαλάσσης12   thalassês G2281  mar  →  de  ‹  τῆς13 Υιβεριάδος14 ›   tês Tiberiados G3588 G5085  Tiberias;  δὲ16   de G1161  y  →  se  ἐφανέρωσε15   ephanerôse G5319  manifestó  →  de  →  esta  οὕτως17   houtôs G3779  manera. (Interlineal RV1960).

G5085 Τιβεριάς = Tiberiás: de G5086; Tiberias, nombre de una población y un lago en Palestina:- Tiberias. (Strong).

El escenario de la pesca milagrosa se sitúa en Galilea, sobre el mar de Tiberias, cuyo nombre se toma de un pueblo construido por Herodes (aprox. 25 d. de J.C.) en honor a Tiberio César, sobre la orilla sudoeste del mar. Sólo el Evangelio de Juan emplea este nombre al referirse al mar de Galilea (ver 6:1, 23; 21:1), o el lago de Genesaret en los Sinópticos (Lc.5:1; ver Mt.14:34; Mr.6:53). Es el relato más extendido que tenemos sobre una aparición del Señor. El carácter principal en el relato, además de Jesús, es Simón Pedro. Como en la aparición a María Magdalena, los discípulos demoraron en reconocer a Jesús.

La expresión general y ambigua Después de esto (ver 3:22) no parece tener una relación directa con los capítulos anteriores. El verbo se manifestó, se mostró o literalmente “manifestó a sí mismo”, muy común en los escritos juaninos (ver 7:4; 11:33, 55; 13:4; 1 Jn.3:3; Ap. 6:15; 8:6; 19:7), se repite en este versículo y se refiere a una aparición. Este verbo se refiere a Dios o a Cristo frecuentemente en el NT. Hasta ahora Jesús había manifestado su gloria, pero ahora se manifiesta a sí mismo en su estado glorificado.
Nótese: que esta sección comienza y termina con esta expresión (v. 14). Vincent acota que en las múltiples referencias donde se usa este verbo no sólo apela a los sentidos físicos, sino se dirige a la percepción espiritual y contempla un efecto moral y espiritual. Beasley Murray, Morris y otros opinan que todo el versículo tiene el efecto de anunciar un tema: Jesús se manifestó. Los discípulos estaban en Galilea en obediencia del mandato de Jesús (ver Mr.14:28; 16:7). Aparentemente se fueron de Judea después de la aparición a los discípulos en el aposento alto, estando presente Tomás (ver 20:26-29).
Quizás que se hable de siete discípulos debe verse como simbólico y representativo de los once, sino de todo el cuerpo de discípulos. El nombre completo Simón Pedro (v. 2) es la manera común con que Juan se refiere a este discípulo, pero Jesús lo llama “Simón, hijo de Jonás”. Tomás llamado Dídimo, o mellizo, se menciona en 11:16; 14:5; y 20:24. Natanael no se menciona fuera de este Evangelio (ver 1:45) y solo aquí se establece que era de Caná de Galilea.
Los hijos de Zebedeo, Juan y Jacobo (ver Mt.4:21), no se mencionan por nombre en este Evangelio, pero se asume que son conocidos. Una posible explicación es la reticencia de Juan en relación con su persona y su familia. Hovey comenta que, si este capítulo hubiera sido escrito por otro que Juan, seguramente habría mencionado los nombres de los hijos de Zebedeo y los hubiera ubicado inmediatamente después de Pedro. Algunos identifican a los otros dos de sus discípulos con Andrés y Felipe (ver 1:40, 43), aunque Lindars y otros opinan que el autor omitió sus nombres porque quería dejar sin definir la identidad del “discípulo amado”.
Beasley-Murray dice que es obvio que el autor quiere que captemos el hecho de que uno de los dos no nombrados es el discípulo amado (v. 7). Plummer, Hovey y otros opinan que la omisión de los nombres de los otros dos se debe al hecho de que no eran apóstoles.

La iniciativa de pescar (v. 3) fue del impulsivo Pedro, pero parece que los demás estaban de acuerdo. Los verbos dijo y dijeron están realmente en el tiempo presente descriptivo:
v “dice”, y
v “dicen”.
Algunos entienden que la decisión de ir a pescar significa algo aproximado a una apostasía de parte de Pedro y los otros, en cumplimiento Deut.16:32. En cambio, otros opinan que ellos no sabían hacer otra cosa para pasar el tiempo mientras esperaban instrucciones precisas de su Señor. Beasley-Murray y Plummer agregan que la razón más sencilla y natural que explica esta acción es que tenían que comer. Sin embargo, Strachan sugiere que debemos considerar la pesca como simbólica de la misión que Jesús les había asignado de ser pescadores de hombres (ver Lc.5:10), en que ellos descubrieron la necesidad de depender de la dirección y poder de su Señor (ver 15:5). Hull comenta que la decisión entre estas diversas interpretaciones depende de la relación que asignamos al cap. 21 respecto al cap. 20.

Algunos sugieren que la pesca nocturna se consideraba más productiva y esto explicaría por qué estaban en el barco toda la noche. También, la pesca durante la noche aseguraría mercadería fresca para la venta la mañana siguiente. Otros opinan que Juan recalca que era de noche porque en su simbolismo de luz y oscuridad el resultado se conoce de antemano: la pesca será un fracaso. El término traducido consiguieron es el mismo que se usa en relación con el arresto de Jesús por las autoridades (ver 7.30, 32, 44; 8:20; 10:39; 11:57).

El texto del v. 4 dice literalmente: “Pero habiendo llegado la mañana, estuvo de pie Jesús en la playa…”. Lindars comenta que Jesús siempre estaba de pie en las apariciones después de la resurrección (ver 20:14, 19, 26). La inhabilidad de reconocer a Jesús en la playa podría significar que todavía era demasiado oscuro, estaba demasiado lejos (ver v. 8) o que había una densa neblina, común en las primeras horas de la mañana, o quizás, como piensan Hull, Lindars y otros, la falta de fe en la resurrección y percepción espiritual (ver 20:14).
Beasley Murray concuerda con Brown en explicar que la expresión no se daban cuenta de que era Jesús apunta al misterio de su estado resucitado, es decir, su modo de existencia era distinto al de su vida antes de la crucifixión. Estos dos rechazan la sugerencia de Bultmann de que “sus ojos estaban velados” como sucedió con los dos discípulos en el camino a Emaús (ver Lc.24:16).

El término traducido Hijitos (pais  G3816, “niño”, “sirviente”), aquí se presenta en forma diminutiva y significa literalmente “niños pequeños” o “niñitos” más bien que “hijitos”.
Muchacho: G3816 παῖς = país: tal vez de G3817; muchacho (por ser a menudo golpeado con impunidad); o (por analogía) niña, y (generalmente) niño o niña; específicamente esclavo o siervo (específicamente ministro ante un rey; y por eminencia ante Dios):- niño, siervo, hijo, joven, muchacho, criado. (Strong).

Se considera que es una manera amigable y cariñosa de dirigirse a ellos (ver 1 Jn.2:14; 2:18), pero es menos afectuoso y tierno que el término “hijitos” (teknon  G5043; ver 13:33; 1 Jn.2:1; 2:12; 2:28; 3:7; 3:18; 4:4; 5:21).
Hijo: G5043 τέκνον = téknon: de la base de G5098; hijo (como producido):- hijo, descendencia. (Strong).

Puesto que “niñitos” no expresa en castellano lo que significaba el término griego para los judíos en ese entonces, muchos traductores optan por traducirlo “hijitos”; Tasker lo traduce “jóvenes”. Lindars sugiere que es el término normal que se usa en la relación maestro/discípulo, y también al referirse a un niño (ver 4:49), o a un bebé recién nacido (ver 16:21).

La pregunta ¿no tenéis nada de comer? emplea la partícula griega que anticipa una contestación negativa. El término de comer traduce un vocablo griego que significa literalmente: lo que se come al lado”, o algo para comer con pan”. La contestación de los discípulos, con una sola palabra No, expresaría la frustración y quizás fastidio de pescadores que con gran vergüenza están obligados a confesar total fracaso. ¡Y en el barco estaban pescadores profesionales!

Juan no afirma explícitamente que la notable pesca fue un milagro. Por otro lado, algunos sugieren que Jesús sencillamente pudo ver un cardumen de peces al lado opuesto del barco de donde estaban pescando y los dirigió en esa dirección; pero se pregunta: ¿cómo pudo Jesús ver un cardumen a 100 m de distancia cuando los discípulos en el mismo lugar no lo vieron? Algunos opinan que el lado derecho era el de la “buena suerte”, pero no es el lado derecho, ni izquierdo, sino la obediencia al mandato del Señor lo que produjo el milagro.

Dos cosas del contexto indicarían que se consideraba un milagro:
·      El hecho de haber pescado toda la noche sin éxito, conociendo bien los lugares óptimos para la pesca, y
·      de repente las redes se llenan cuando obedecen la voz del Señor.

También, la percepción de Juan (ver 20:8), en el versículo siguiente, basado en la cantidad de peces encerrados en la red indicaría que era un milagro. La expresión ya no podían sacarla significa que no pudieron levantar la red y volcar los peces en el barco. Tuvieron que arrastrarla hasta la playa (v. 8). El término gran cantidad traduce plethos  G4128, que significa “magnitud, plenitud, amplitud” y del cual nuestro término “plétora” es una transliteración.
Plenitud: G4128 πλῆθος = plédsos: de G4130; llenura, plenitud, i.e. número grande, multitud, populacho:- asamblea, cantidad, congregación, juntar, muchedumbre, multitud, número. (Strong).

La lección es obvia. La misión asignada a los discípulos de antaño y de hoy es la de extender el reino de Dios por una pesca abundante”. Sin la dirección específica de él, por medio del Espíritu Santo, la tarea será infructífera; con él será sorprendentemente abundante.

Las etapas de la fe vistas en Juan  presenta la fe como un estilo de vida. Aun cientos de años antes de nuestro interés en las etapas de la fe”, Juan presenta un análisis de las etapas de fe que el creyente experimenta en su respuesta a Jesús:
Ø La primera etapa, de la fe se ve en aquellos que creen en Jesús a base de ver las señales que le veían hacer. Después de la primera señal que Jesús hace en este Evangelio, la de cambiar el agua en vino, los discípulos creen en él (2:11). Al final del Evangelio, Tomás expresa su fe en Cristo después de verlo. Cristo acepta su declaración de fe, pero le dice: “... ¡Bienaventurados los que no ven y creen!” (20:29b).
Ø La segunda etapa, de la fe se ve en aquellos que vienen a Jesús y creen en él por sus palabras; esto lo vemos en la mujer samaritana y sus conciudadanos, y en el oficial romano (cap. 4).
Ø La etapa, más avanzada de la fe se ve en aquellos que conocen”, aman y dan testimonio de su fe en Cristo. Se ve esta clase de fe en el discípulo amado, quien estaba en el pecho de Jesús tal como Jesús estaba en el pecho del Padre. Solamente aquellos que tienen fe conocen y entienden que el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre (10:38b). Todos aquellos que conocen a Dios tienen vida eterna (17:3).

Los que creen en Cristo son enviados a dar testimonio y a hacer la voluntad del Padre, tal como Jesús la ha hecho (20:21). Su meta es que “el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado, como también a mí me has amado” (17:23). Esto es posible solamente por medio de la relación con Cristo, que lleva a una unión de Dios, Jesús y el creyente (17:23a). La señal de los seguidores de Jesús es que deben vivir tal como Jesús vivía (13:15, 34; 15:10, 12; 17:18; 20:21); manifiestan su paz (14:27), su gozo (16:20, 22) y su amor el uno para con el otro en su nombre (13:34; 15:12).

El desarrollo de la fe en la vida del creyente es tarea de toda la vida. Las etapas o niveles de fe indicados en el Evangelio de Juan ayudan al creyente a hacer un examen de su propia relación con Cristo como Señor de su vida.
Plummer comenta que el v. 7 es la tercera y última vez que Juan habla en su propia narrativa (ver 1:38; 13:25). Se entiende que aquel discípulo a quien Jesús amaba era uno de los hijos de Zebedeo, es decir, el mismo apóstol Juan.
En cambio, Lindars y otros opinan que sería uno de los otros dos mencionados en el v. 1. Los discípulos usaron el título Señor, con el sentido absoluto del término, después de la resurrección (ver 20:18, 20, 25, 28; 21:8).
Nótese: la característica propia de Juan de percibir la presencia de Jesús y, por otro lado, la audacia e impulsividad de Pedro de tirarse al agua con el afán de llegar primero al lado de Jesús. Cuando Juan expresó su convencimiento de que la figura en la playa era Jesús, Pedro se da cuenta sin demora de que Juan tenía razón. El texto no indica qué hizo Pedro cuando llegó, ni siquiera si llegó antes que los otros.

Hoskyns especula que los que se quedaron en el barco llegaron primero.

La expresión se ciñó el manto no implica que estaba desnudo.

Los traductores procuran evitar un malentendido al traducir un texto que dice literalmente porque estaba desnudo con se lo había quitado. Probablemente tenía puesta sólo la ropa interior, pues alguien tendría que entrar en el agua para desprender la red cuando se enganchaba en las rocas al rastrearse sobre el fondo del lago. Se ciñó el manto es lo opuesto a lo que se esperaría de uno preparándose para tirarse al agua. Lo hizo en respeto por Jesús, aunque esto significa que llegaría empapado. El término manto traduce un vocablo griego que se emplea sólo aquí en el NT., y significa la camisa o túnica con que se cubría la parte superior del cuerpo.
Este término se emplea en la versión LXX (1 Sam.18:4) al referirse a la túnica que Jonatán obsequió a David (ver 2 Sam.13:18). Algunos sugieren que no había mucha profundidad en el agua cerca de la orilla y que Pedro pudo ir vadeando, sin mojarse por completo. Sin embargo, el verbo se tiró o se echó indicaría que el agua era profunda y que tuvo que ir a nado.
Es evidente que no estaban lejos de la orilla porque pudieron oír la voz de Jesús cuando se dirigió a ellos (v. 5). Pedro dejó para sus compañeros la tarea de arrastrar la red a la playa detrás del barco, un trabajo no fácil. Sin embargo, no lo sacaron del agua, dejando los peces vivos por el momento. La distancia mencionada, como a doscientos codos, es aprox. 100 m.

Beasley Murray sugiere que sería más natural colocar el v. 9 junto con los vv. 12 y 13, pero ningún texto griego apoya este cambio. El verbo griego traducido vieron, está realmente en el tiempo presente descriptivo: “ven”. No sólo Jesús había preparado un desayuno sustancioso para este grupo de hombres hambrientos, sino que la comida estaba caliente. El término brasas ocurre sólo aquí y en 18:18 en todo el NT., una posible indicación de que el mismo autor escribió ambos pasajes. Nótese la cantidad de detalles precisos en el relato, evidencia de que un testigo ocular está escribiendo. No hay provecho en discutir si Jesús preparó la comida por vía natural o sobrenatural. De todos modos, el énfasis está en que él proveyó para las necesidades físicas de sus discípulos, quizás simbolizando que él proveerá todo lo necesario para la realización de la misión Evangelístico de sus seguidores.

Vincent cita a Bengel, quien dice acerca del v. 10: “Por la dádiva del Señor ellos los habían pescado; sin embargo, él dice cortésmente que ‘ellos’ los habían pescado”. Puesto que ya Jesús tenía el desayuno pronto y caliente, no se aclara el propósito de traer los peces ahora, a menos que sea para comprobar la cantidad atrapada en la red. Sin embargo, el mandato Traed de los pescados parece indicar algunos de los peces”. Quizás la idea es de agregar algunos más a las brasas para complementar lo que Jesús había preparado. El verbo Traed se dirige a todos pero solo Pedro responde en el versículo siguiente.

El verbo subió (v. 11) probablemente significa que Pedro subió a la proa del barco, encajada en la playa, y caminó a la popa donde estaría atada la red. El primero para obedecer el mandato de Jesús fue Pedro, rápido para hablar y rápido para obedecer. Algunos sugieren que Pedro era sumamente fuerte y pudo subir la red cuando los otros no pudieron. Sin embargo, es más probable que Pedro haya organizado un equipo para hacer un trabajo que un solo hombre difícilmente podría hacer. La abundancia de peces en la red nos hace recordar de la abundancia del vino en las bodas de Cana y lo mucho que sobró de la multiplicación de cinco panes y dos pececillos con que alimentó a los 5,000 (6:1-15). Hay evidencia de que normalmente había abundancia de peces en el mar de Galilea y que muchos pescadores se ganaban la vida sobre estas aguas.
Juan anota con precisión el número y tamaño de los peces, indicando probablemente que él participó en el recuento y que consideraba que era una pesca notable, algo fuera de serie”. Muchos ven un simbolismo en el número preciso (153), señalando varias combinaciones para llegar a ese número.
Plummer menciona tres tipos de simbolismos en la interpretación de las Escrituras:
v Imaginativo e ilegítimo;
v imaginativo y legítimo;
v legítimo y con intención divina.
En esta tercera clase el significado espiritual es señalado en las Escrituras (ver Lc.5:10), o está tan obviamente en armonía con la narración que parece razonable aceptarlo como incluido con un propósito. Así se clasifica esta pesca milagrosa y la mención de este número. Generalmente se entiende que 153 representa el número completo, o la totalidad.
Algunos zoólogos* griegos sostienen que hay 153 especies de peces, llevando a Jerónimo a ver en este número el cumplimiento de la profecía de Ez.47:10 y el símbolo de la entrada de todas las razas en el reino de Dios. Manejando los números, se ha determinado que la suma de 1 a 17 (1 + 2 + 3… +17) da 153, representando la Trinidad en un triángulo equilátero con 17 unidades en la base y en cada lado.
___________
*)          Zoólogo, ga. m. y f. Persona que profesa la zoología o tiene en ella especiales conocimientos. zoología. (De zoo- y -logía). f. Ciencia que trata de los animales. Microsoft® Encarta® 2009.


Se llega a este número también al multiplicar 3 x 50 + 3. Este número ideal podría representar también “la plenitud de los gentiles” (Rom.11:25) que entrarán en el reino de Dios por la misión apostólica. Bultmann y muchos otros, sin embargo, opinan que el número es simbólico, pero que nosotros no tenemos la llave de interpretación para saber con seguridad cuál es su significado.
Beasley Murray dedica una larga sesión en su comentario sobre las distintas teorías que se han presentado sobre el número 153.
Morris comenta que es probable que el número preciso de 153 no signifique más que el solo hecho de que a Juan le gusta registrar detalles precisos. Temple es más categórico al decir que es perverso el intento de encontrar un significado escondido en este número.
El hecho de que eran tantos, y que eran grandes pescados, lleva al autor a sorprenderse de que la red no se rompió. Se implica que aquí tenemos otro milagro. Si buscamos simbolismos, esto podría representar la unidad de la iglesia, como el manto sin costura (Rom.19:23), que habiendo tantos y tan diversos, no habría divisiones (ver 10:16; 17:21-23; 1 Jn.2:19). Algunos dicen que las dos pescas milagrosas muestran la iglesia militante (ver Lc.5:1-11) y la triunfante (ver 21:1-14).

El término traducido Venid del v. 12 es una partícula de exhortación o exclamación en el plural y es seguido por un subjuntivo en el tiempo aoristo, comed, que se refiere normalmente al desayuno, pero a veces al almuerzo. En este caso sería el desayuno, por cuanto todavía era muy temprano en la mañana. La invitación Venid, comed podría haber sugerido a los discípulos que la cosecha esperada de la misión mundial sería invitar a un banquete que Jesús mismo prepararía.
Hull comenta que cuando pescamos peces los sacamos de vida a muerte, pero cuando pescamos hombres los sacamos de muerte a vida (ver Mr.1:17). El verbo preguntarle traduce un vocablo griego que ocurre sólo tres veces en el NT., y se refiere a una búsqueda diligente (ver Mt.2:8; 10:11).

Al principio, ninguno de los discípulos discernió que la persona en la playa era Jesús, pero a esta altura toda incertidumbre de su identidad se había disipado. Puesto que ellos lo habían reconocido ya, Bultmann dice que debemos leer la pregunta así: “¿Realmente eres tú?”. Esta expresión describe un sentir peculiar de los discípulos en presencia del Señor glorioso: “¡Es él, y sin embargo no es él! ¡No es el que ellos habían conocido hasta ahora, y sin embargo es él!”. No podían creer sus propios ojos. La incertidumbre desaparece cuando él toma pan y les da a comer.
Plummer comenta que este comentario del autor muestra que tenía conocimiento de los sentimientos más íntimos de los apóstoles (ver 2:11, 17, 22; 4:27, 33; 6:21; 9:2; 20:20) y es otra evidencia de la paternidad juanina.

Algunos ven en este ministerio de Jesús (v. 13) un eco de la Cena del Señor. Los verbos Vino, tomó y dio, traducidos aquí como aoristos, están realmente en el tiempo presente y describen vívidamente lo que sucedió. El verbo Vino no significa que Jesús recién apareció, sino que describe el comienzo del desayuno.
Plummer opina que ellos tenían temor de acercarse a Jesús y por eso él vino a ellos. Uno puede imaginarse a los discípulos, hambrientos y maravillados todavía por la presencia del Señor glorioso y por la pesca milagrosa, sentados en un círculo, y Jesús yendo de uno al otro sirviéndoles (ver 13:13-16).
Lindars comenta que el desayuno llega a ser un acto de comunión o compañerismo con el Señor quien es conocido por la fe (ver Lc.24:30). Juan no comenta más sobre la comida, o lo que ocurrió durante el desayuno.

Realmente esta sería la cuarta aparición relatada por Juan si contamos las tres del cap. 20. Sin embargo, Juan dice claramente que Esta era ya la tercera vez… a sus discípulos (v. 14). Varios comentaristas opinan que puesto que María Magdalena no era un discípulo, no se cuenta la aparición a ella.

Witherington encuentra la solución en el hecho de que Jesús no se había manifestado a un grupo de siete antes, incluyendo dos que, según él, no eran de los doce.
Culpepper sugiere que es posible, aun probable, que el relato de esta aparición en Galilea circulaba originalmente en forma independiente de las otras apariciones, y como la primera. Por ejemplo, no hay nada en este relato que indica que hubiera habido otras antes.
Brown encuentra nada menos que diez similitudes entre la pesca milagrosa relatada aquí y la que Lucas relata en 5:1-10, llevándolo a sugerir que Lucas y Juan han conservado independientemente dos formas variantes de un mismo evento. Él dice: “No es seria la tesis de que el hecho se produjera dos veces, a pesar de Plummer, Lagrange y otros”.
Culpepper, Lindars y otros simpatizan con la tesis de Brown y acotan que la tradición aparentemente ha pasado por un proceso extendido de desarrollo, pero las similitudes son suficientes para señalar una tradición común detrás de Lucas 5 y Juan 21.

Por más interesante y atrayente que sea la tesis de Brown y otros, no satisface las diferencias entre los dos relatos y crea más problemas de los que resuelve. Por ejemplo, Lucas afirma que él escribió su Evangelio “después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo” y que lo escribió “en orden” (1:3). Si en realidad la pesca milagrosa sucedió después de la resurrección de Jesús, ¿cómo podría Lucas equivocarse tanto, al incluirla cerca del principio del ministerio público de Jesús? En cambio, si sucedió cerca del principio del ministerio público, ¿cómo pudo Juan, un testigo ocular, o aun un miembro de su comunidad, ubicarla después de la resurrección?

Hovey dice categóricamente que “los eventos descritos en esta narración son distintos en todos los puntos esenciales de los mencionados en Lucas”, y procede a mencionar ocho de dichos puntos.


Véase Parte VI:





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