Parte III:
EL SEXO Y
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Capítulo II
LA TENTACIÓN:
Santiago 1:13-15.
1.   La tentación sexual comienza con nuestros deseos.  Santiago 1:14.
Dios nos ha dado la capacidad de desear y el deseo sexual.
Dios nos ha dado la capacidad de decidir. A menudo abusamos de los deseos que Dios nos ha dado. 
Nuestros pensamientos, decisiones y acciones revelan nuestros deseos.
Nuestros deseos revelan la  condición de nuestro corazón y de nuestro
verdadero ser: qué somos y cómo estamos.
La
fórmula cómo funcionan los deseos y las tentaciones:
Lo que quiero  +   Veo que  
+    Creo que lo   +   
Decido tomarlo   =   Lo hago                
                                                                     puedo
obtenerlo. Necesito obtenerlo.
(El Deseo) (
Génesis 39:5-15; 2 Timoteo 2:22
Conquista Vs. Edificar
Decisión
Presente -----à deseos malos:
El
Ejemplo en la Vida:
Gn. 39:9.
| 
            José | ||
| 
·     
   Ella quiso. 
·     
  Ella puso sus ojos en José. 
·     
  Para ella fue “dormir”. 
·     
  Ella vio que estaban solos. 
·     
   Ella insistió. | 
·     
  Él no quiso. 
·     
  Él estaba trabajando. 
·     
  Para él fue “un grande mal” 
 y “pecado”. 
·     
  Él vio a Dios entre ellos. 
·     
  Él huyó. | 
2. La tentación se intensifica con el engaño. Santiago 1:14.
A.    Se intensifica cuando nos enfocamos en los placeres y nos
olvidamos de las consecuencias de los deseos y las acciones, el deleite por el
pecado toma el lugar de Dios.
LA
TENTACIÓN:
B.     Se intensifica cuando nos enfocamos en los
placeres y nos olvidamos de Dios y Su presencia.  Si nos concentramos en el placer sexual y no
en la gloria de Dios y la supremacía de Cristo, las hormonas de la lujuria nos
controlan.
Miremos la palabra en su original: 
TENTACIÓN, TENTADO:
A.
NOMBRE peirasmos = (πειρασμός, G3986), relacionado
con peirazo, tentar. Se utiliza: 
(1) de pruebas con un propósito y efecto beneficioso: 
(a) de pruebas o tentaciones permitidas o enviadas
por Dios (Lc.22:28; Hech.20:19; Stg.1:2; 1 P.1:6; 4:12: «prueba/s»; 2 P.2:9  «tentación»; Ap.3:10  «prueba»); en Stg.1:12  «pruebas» (RV: «tentaciones»), aparentemente el
término comunica ambos significados (1) y (2) combinados (véase más abajo), y
se emplea en su sentido más amplio; 
(b) con un sentido bueno o neutral (Gál. 4:14), de
la enfermedad física de Pablo, una «prueba» para los convertidos gálatas, de un
tipo tal que suscitaría sentimientos de repugnancia natural (cf. VM: «lo que era
para vosotros una prueba en mi carne»; RVR traduce «la prueba que
tenía en mi cuerpo», siguiendo el texto del TR; cf. LBA, que sigue
el mismo texto que VM); 
(c) de pruebas de diverso carácter (Mt.6:13; Lc.11:4),
donde se manda a los creyentes que oren para no ser llevados a ellas por
fuerzas fuera de su control; también en Mt.26:41; Mr. 14:38; Lc.22:40,46, donde
reciben el mandamiento de velar y orar para no entrar en tentaciones debidas a
su propia negligencia y desobediencia; en todos estos casos Dios provee «la salida»
(1 Cor.10:13, donde peirasmos aparece dos veces); 
(2) de una prueba con el propósito concreto de
conducir a actuar mal, tentación (Lc.4:13; 8:13; 1 Tim.6:9); 
(3) de probar o retar a Dios, por parte de hombres
(Heb.3:8). 
B.
Adjetivo apeirastos = (ἀπείραστος, G551), no tentado, no probado. Se emplea en Stg.1:13, con eimi = ser: «no puede ser tentado»,
«intentable». 
Antes de pecar, nuestros deseos
carnales junto con el engaño de Satanás magnifican los placeres del pecado de
tal modo que aparentan ser más grandes de lo que son.  Es decir, en nuestro corazón se presentan
como un deleite tan sublime que nunca tendrá fin y que no tiene ninguna consecuencia;
y Dios se presenta tan pequeño e insignificante que no influye para nada en las
decisiones que se toman.  Los placeres
son exagerados y Cristo es minimizado.
El engaño siempre procura
malograr nuestros pensamientos acerca de Cristo.  Pecamos cuando perdemos de vista a Cristo y
la meta suprema – glorificarle.  El temor
a Dios y el deseo de glorificarle y agradarle son señales claras que estamos
siguiendo la meta suprema.  Viviendo así,
estamos en la dirección correcta con la brújula en el norte y no nos hemos
perdido en camino.
Henry Blackaby
escribió: 
“La razón por la cual no tememos al pecado es porque no tememos a Dios”.
No tememos al pecado porque no
tememos las consecuencias del pecado, y no tememos las consecuencias del pecado
porque no tememos a Dios.  Y la razón
porque no tememos a Dios es porque no lo conocemos.  Si lo conociéramos o si lo conociéramos como
deberíamos, le temeríamos.  ¡Y si le temeríamos, jamás arriesgaremos
nuestra vida pecando y ofendiéndole! 
C.    Los
deseos de la carne nos engañan.  Santiago 1:14; Efesios 4:22.  Aquí presentamos algunos pensamientos
engañosos:
1. Tengo necesidades sexuales. 
“Necesito
sexo”. “Es necesario tener sexo en alguna forma”.  Efesios 2:1-3; Colosenses 3:5-7.
2.       
Puedo controlar el pecado: la codicia, la concupiscencia, la lascivia, la lujuria.  “Puedo pararlo cuando quiero”.  Santiago 1:13-15.
3.       
Dios
no ve y no está presente.  (Ni piensa en Dios.)  Hebreos 4:13; 13:4.
___________
1)       ¿QUÉ SIGNIFICA TEMOR A  Jehová = 
יִרְאָה  = HA-SHEM ‘El Nombre’ Adonai?
           ¿Qué pide
D-os de nosotros? Usamos D-os por Dios.
Sólo pide que le Temamos. (H3374 יִרְאָה = yirá: femenino de H3373;
temor ‘también usado como infin.’; moralmente reverencia:- espantoso, temer,
temor)
Gn. 20:11,
Éx. 20:20, Deut.2:25, 2 Sam.23:3, 2 Cron. 19:9, Neh.5:9; 5:15, Job 4:6; 6:14;
22:4 (2); 28:28, Salm.2:11; 5:7; 19:9; 90:11 (2); 111:10; 119:38, Prov.1:7;
1:29 2:5; 8:13; 9:10; 10:27; 14:26-27 (2); 15:16; 15:33; 16:6; 19:23; 22:4;
23:17; Is.7:25; 11:2-3 (2), Is; 29:13; 33:6; 63:17; Jr.32:40, Ez.30:13. Ez. 1:18. 1 Salm.55:5.
Deut. 10: 12, 13; 10:12; 10:13; 1 Sam. 12:24.
Si le tememos, consecuentemente buscamos seguir
sus pasos de bondad y misericordia; le amaremos, le serviremos de corazón y
cumpliremos sus leyes y mandamientos. Es decir, cuando uno es tentado a pecar
debe combatir la tentación, visualizando el castigo de D-os.
Un nivel más elevado de TEMOR A HA-SHEM al que
debiéramos aspirar, es sentir reverencia en presencia de D-os, y se forja
mediante la contemplación de la grandeza de HA-SHEM y nuestra propia humildad.
La reverencia a la voluntad de D-os nos produce temor ante el pecado
.
4. El
pecado no hace daño.  Es
inocente.  “Es una necesidad biológica que todos tenemos
y tiene que ser saciada”.  1 Corintios 6:9, 10; Gálatas 5:19-21;
Efesios 5:3-5.
5. El
pecado satisface y trae alivio.  “Esto (el
pecado) me satisface” Romanos
6:12-23.
6.  No es pecado. 
Es una acción biológica e inocente.  “Así somos”. 1 Corintios 6:9, 10; Gálatas 6:7-9.
7. No hay esperanza.  No puedo vencerlo.  “Es mi debilidad”.  1 Corintios 10:13.
8.  Para los varones: El pecado me hace más viril, más hombre.  “Soy macho”.  1
Pedro 4:1-5; Proverbios 7:22, 23.
9.  Para las mujeres: El pecado me va a dar mayor intimidad, cariño,
afecto y seguridad.  “Me siento
segura en sus brazos”.  
Proverbios 11:22.
¡Los deseos nos engañan!  ¡Mira la
advertencia de la Palabra 
de Dios!
| 
Advertencia
  para la Dama: | 
Advertencia
  para el Joven: | |
| 
“Como: 
         Zarcillo
  de oro 
         Hocico de
  cerdo 
         Mujer  hermosa 
         Apartado
  de razón”. 
Proverbios 11:22.    | 
      “Como: 
                 
  Buey 
                 
  Ave 
                 
  Etc.”. 
                             Proverbios 7:22,
  23. | |
La
ilustración de José:
| 
39:7 
39:1-7 
39:7, 11 
39:7 
39:7 
39:8 
39:8, 9 
39:9 
39:9 
39:9 
39:9 
39:9 
39:10 
39:10 
39:11 
39:12 
39:20 
39:21 | 
1.          
  La tentación vino
  a José (no José a la tentación).  Ella
  fue; ella puso; ella dijo; la tentación fue a él.  
2.          
  La tentación vino a José
  mientras él estaba en la voluntad de Dios.  “Jehová estaba con José...”. 
3.          
  La tentación vino cuando él
  estaba sólo.  Nuestros padres,
  el pastor o el maestro de la escuela dominical no siempre están a nuestro
  lado. 
4.          
  La tentación vino en forma de
  una sugerencia.  “Duerme conmigo”.  Ella no exigió o demandó. 
5.          
  La tentación era fuerte
  y clara.  José no tuvo
  problemas para entender lo que ella estaba diciendo. 
6.          
  El secreto para ganar la
  victoria sobre la tentación era su corazón.  Profundamente,
  ¡en su
  corazón él no quiso!  “...y él no
  quiso...”  Mateo 15:19. 
7.          
  Rechazó la tentación con una
  respuesta clara y definitiva.  Ella no tuvo problemas para entender a
  José.  Santiago. 4:7, 8 
8.          
  José reconoció la santidad
  del matrimonio.  “Por cuanto tú
  eres su mujer” – “Tú le perteneces a él - no a mí”. 
9.          
  Para él - fue malo.
  “mal” 
10.      
  Para él fue un grande mal
  y pecado.  1 Corintios. 6:9-11; Gálatas  5:19-21. 
11.      
  José reconoció que Dios estaba con ellos.  Heb. 13:4; Proverbios. 5:21. 
12.       José reconoció su propia responsabilidad. “¿Cómo pues, haría yo?”  No creyó que la tentación fue demasiado
  fuerte; “El diablo me lo hizo hacer”. 
13.       La tentación era constante.  No le dejaba en paz.  “Cada día”. 
14.      
  José no hizo provisión para la carne.  Romanos 13:14. 
15.      
  Él estaba trabajando.  El Señor ayuda al que está ocupado y
  trabajando.  Ef. 4:28; Ezequiel 16:49, 50. 
16.        
  José huyó dejando su
  ropa.  No podemos razonar o dialogar.
  Hay que huir. 2 Tim. 2:22; 1 Corintios 6:18. 
17.        
  Sufrió por hacer bien.  “y lo puso en
  la cárcel...”. 
18.        
  Jehová estaba todavía con José
  a pesar de su prueba y de estar en la cárcel. 
  Fue bendecido por Dios.  1 Juan
  2:17.  Y de la esposa de Potifar, ni
  sabemos su nombre. | 
3.   La tentación vence por las decisiones que se toman.
Los pecados sexuales son evidencia de los malos pensamientos y de los deseos
internos e invisibles que se han manifestado. 
Revelan:
A.  El engaño.  Desea el beneficio de la
relación interpersonal sin tener responsabilidad en ella.    
B.  Lo auto – adoración. 
Filipenses 2:4; Lucas 9:23.  Se
corona rey de su propia vida.  No se
niega a sí mismo si no se sirve.  Toma
sus propias decisiones.
C.  El desvío de los pensamientos.  Se desvía de lo que Dios desea.  Salmo 119:9-11.
4.   La tentación que vence revela las fallas que
hay en los pensamientos que se tiene hacia Dios y la
relación con Él. (Mt.4:4-----àDt.8:3; 6:16, v.13).
A.    Se ha rechazado la provisión y bendición de
Dios.  Santiago 1:17.
B.    Se cree que hace falta y se acusa a Dios de no
conceder lo que se necesita.  Santiago 1:17.
El Progreso:
·  Se
miente.  No se dice la verdad.  1 Juan 1:6.
·  Se
engaña.  Se cree la mentira.  1 Juan 1:8.
·  Se
acusa.  Se hace a Dios mentiroso.  1 Juan 1:10. 
Cada rechazo a la tentación es un
acto de adoración a Dios porque se pone a Dios en el trono del corazón
dejándole tomar las decisiones.  Cada
rechazo a la tentación es un acto de fe creyendo la Palabra  de Dios y
rehusando sus propios pensamientos.
5.   La tentación es concebida (realizada) en la desobediencia.  Santiago 1:15. 
La concepción del pecado en la tentación es el
momento de la desobediencia.  Somos
libres de escoger y decidir hasta ese momento. 
Pero luego de desobedecer, perdemos el control.  Ya no tenemos el poder para decidir sino que
las consecuencias vienen por sí mismas. 
Como la mujer que ha concebido y no puede decidir si va a tener un bebé
o no, así es el creyente que ha pecado pues no puede decidir lo que va a
cosechar por la decisión que ha tomado.
6. La tentación que provocó el pecado termina en lo opuesto a lo que se esperaba – la muerte. Santiago 1:15. El pecado sexual nunca entrega lo que promete.
7.   El pecado sexual será juzgado.  
        Si no lo confesamos y juzgamos, Dios se encargará de juzgarnos.  Hebreos 12:1-5; 13:4; 1 Tesalonicenses 4:1-8.


 Véase Parte IV:











 
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