Parte VI:
LIBERTAD MORAL EN CRISTO:
(2 Pedro 1:5-7)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Prolegómeno:
“vosotros también,
poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;… al conocimiento,
dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;… a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. (2 Pe 1:5-7).
Lección
7
CONOCIMIENTO:
MEDITACIÓN
DE LA PALABRA DE DIOS:
Veamos una figura correcta:
DIOS ES CONFIABLE EN
TODAS SUS PALABRAS Y OBRAS, QUE SE CARACTERIZAN POR SU:
1.
Justicia,
2.
Fidelidad, y
3.
Gracia.
Estos
versículos resumen el corazón del (Salmo 33:4-5).
7.1.
Al Principio De Su Ministerio, Jesús Hizo Un Llamado, Cuando Dijo: “Escudriñad Las Escrituras” (Juan 5:39):
Este
Imperativo (Imperativo, que impera o demanda; dominio Gramatical dice del modo
del verbo con que: Ruega, Manda, Pide,
Exhorta, Anima o Disuade).
De
Escudriñar es sustancial en la vida del Ministro o Miembro, porque ¿Cómo
podríamos compartir si no conocemos la PALABRA?
Ministro que tienen hambre por la PALABRA,
conocerá la palabra y será elocuente en las ESCRITURAS
como Apolo, según vemos en (Hech.18:24). “Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de
Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras”.
Si
de veras queremos resistir en el campo, tendremos que alimentarnos de la
Palabra diariamente:
a.
En las tentaciones tendremos que
resistir con la PALABRA
(Col.1:11-13).
b.
En las victorias tendremos que
alabar con la PALABRA
(1 Cor.15:57).
c.
En las pruebas tendremos que
reclamar las promesas en la PALABRA
(1 Cor.10:13; Ap.3:10).
d.
Facultades personales, compusieron
y registraron sin error alguno la PALABRA
de Dios a los hombres) Nuestro mensaje es con la PALABRA
(2 Ts.3:1; Heb.4:12; 2 Tim.4:2).
e.
Nuestra obediencia es a la PALABRA
(1 Jn.2:5).
f.
En cada Ministro la PALABRA
tiene que morar en abundancia (Col.3:16).
¡NECESITAMOS, POR TANTO QUE MINISTROS BIEN CIMENTADO EN LA PALABRA!
7.2. Toda (la)
ESCRITURA Es Inspirada Por Dios. “Lit.” Alentada (o Soplada) Por Dios; La
Biblia Vino De Dios A Través, De Los Hombres Que La Escribieron (Compare 2
Pedro 1:21):
a. Dios dirigió la
actividad de estos autores humanos de modo que, usando ellos sus facultades
personales, compusieron y registraron sin error alguno la PALABRA de Dios a los hombres.
b. Cristo atestiguó
que la Inspiración se extienda a las Palabras mismas. (Mt.5:18; Jn.10:35).
c. En un mismo
versículo, cita Pablo (Dt. Y Lc) como Escritura (1 Tim.5:18).
d. Pedro declara
que las epístolas de Pablo son Escrituras (2 P.3:16).
La
Inspiración no implica que Dios mecánicamente las ESCRITURAS,
sino que registre esmeradamente las PALABRAS DE DIOS.
La Inspiración se extiende
únicamente a los Manuscritos Originales aunque los Textos que hoy poseemos han
sido Transmitidos con Gran Esmero y Fidelidad (2 Tim.4:2).
7.3.
A Esa Virtud, Hay Que Añadir
Conocimiento*:
Para usar debidamente el vigor de la fe,
es menester hacerlo con buen conocimiento; el cual, por supuesto, no es el
primer conocimiento que tuvimos de Dios cuando le amemos por primera vez, al
ser amados, conocidos, por ÉL (1 Cor.8:3; 1 Jn.4:19), sino una MAYOR PENETRACIÓN en las verdades de la fe, una
mayor COMPRENSIÓN de la
naturaleza misma que compartimos con Dios.
*G1108
γνῶσις = gnosis: de G1097;
conocer (el acto) i.e. (por implicación) conocimiento:- sabiamente, ciencia, conocimiento.
(Strong).
7.4.
No Os Conforméis. (Rom.12:2):
No
viváis de acuerdo con el estilo o manera de vida del presente siglo, sino vivid
como si hubiese llegado ya el siglo venidero, nuevo. El otro único caso en que
la palabra griega sale en el Nuevo Testamento es en (1 P.1:14). No os adaptéis
a la forma…
Lección
8
CONOCIMIENTO: a
UN
ENCUENTRO GUIADO POR DIOS:
Para
poder formar buenas amistades con otros, es bueno reconocer de antemano que Dios les ha creado, está tratando
con ellos, y el encuentro no es por casualidad. Con esta actitud podemos formar
buenas amistades con nuevas personas, buscando las respuestas a las siguientes
preguntas:
·
¿Qué
está tratando Dios de hacer en esa persona?
·
¿Cuándo
ha progresado Dios?
·
¿En
qué ha sido impedido?
·
¿Cómo
puedo cooperar?
·
¿Qué
puedo aprender de esta persona?
Lección
9
DOMINIO PROPIO:
COMO
HALLAR PROPÓSITO EN LA VIDA:
El propósito de
Dios para nuestra vida (su voluntad para nosotros) no tiene que ver tanto con
lo que hacemos, ni adónde vamos, si no con el mensaje que comunicamos por medio
de nuestra vida.
Muchos jóvenes y adultos viven
confundidos acerca de su futuro, no sabiendo cual es la voluntad de Dios para
ellos. Esto es así porque no toman en cuenta las siguientes cosas.
9.1. El Propósito Principal De Dios Para Nuestra
Vida Es Comunicar Un Mensaje Especial Por Medio De Ella. (Jn.1:14, 18; 2
Cor.4:6-11; 1 Tim.1:16):
Las únicas cosas que podemos enseñar
eficazmente son aquellas que hemos aprendido por experiencia propia: cosas que
hemos comprobado que dan resultados positivos.
Dios nos hará pasar por ciertas
experiencias para así desarrollar el mensaje de nuestra vida (2 Cor.4:8-11).
Sea que estamos activos en la obra de Dios (como el apóstol Pablo), o estemos
sentados en la cárcel (como José); Dios está cumpliendo su voluntad en
nosotros, forjando nuestro carácter, y concediéndose experiencias, que nos
servirán para comunicar un mensaje especial (2 Cor.1:4). Importante es esto es
que reaccionemos correctamente, y no según la carne. Así aprendemos a morir a
nuestro “YO” personal para que la vida de Cristo se manifieste en
nosotros (2 Cor.4:10-11).
9.2. La Voluntad De Dios Para Nosotros Tiene Que
Ver Con Ciertas A Las Cuales Él Quiere Que Ministremos (Gn.25:5-8).
Dios traerá a nosotros personas a
quienes ÉL quiere que ayudemos a resolver sus conflictos. Su voluntad es que
trabajemos con ciertas personas,
especialmente con creyentes, pues la mayoría de ellos están alejándose a otros
de Dios (Gál.6:10; 2 Cor.7:14; 1 P.4:17).
9.3. Creyentes Serán La Causa De La Mayoría De Los
Problemas En Nuestra Vida.
Las personas que nos causan problemas, o
quienes vienen a nosotros trayendo series de problemas, son como una visitación
de parte de Dios a que entreguemos nuestra vida en buscar la solución a sus
problemas (1 Jn.3:16). Por medio de ayudarles adquiriremos sus experiencias y
conocimientos que ampliarán nuestro ministerio. Si huimos de sus problemas,
perderemos la oportunidad de desarrollar capítulos enteros en el mensaje de
nuestra vida.
9.4. El Propósito De Nuestros Dones Debe Ser
Claro:
Nuestros dones y habilidades deben
servirnos para ayudarnos en presentar nuestro mensaje. Nunca deben ser para
exaltarnos, para demostrar lo que podemos hacer, ni para determinar nuestro
ministerio. Primero debemos determinar cuál es el mensaje que Dios quiere
comunicar por medio de nuestra vida, entonces usar nuestros dones para
comunicarlo.
9.5. Debemos
Decidir Cuál Es Nuestra Esfera De Responsabilidad Hacia Otras Personas y
Cumplirla:
Cuando
cumplimos nuestras responsabilidades hacia esas personas, Dios nos abrirá
nuevas puertas de oportunidad y ministerio. Muchos dependen de que seamos
fieles en cumplir nuestras responsabilidades.
Para
ayudarnos ver cuáles son nuestras responsabilidades, es de ayudar hacer una
lista de nuestros puestos de responsabilidades (hijo (s), esposo (a), padres,
hermanos, pastores, etc.) y analizar cuáles son las responsabilidades que
tenemos en ellos.
9.6. La Templanza (enkráteia. 2 P. 1:6):
G1466 ἐγκράτεια = enkráteia: de G1468;
dominio propio (específicamente continencia, templanza):- dominio (propio), templanza. (Strong).
Por medio de la
cual el hombre se domina a sí mismo y a sus pasiones. La TEMPLANZA es necesaria para que la CONCIENCIA o el CONOCIMIENTO no sean turbados
por la pasión o los excesos.
9.7. El Verbo “enkrateuomai”:
Se utilizó por primera vez en al
(LXX, EN LA BIBLIA DE LOS 70. La Septuaginta) en Génesis 43:31, para describir
el control de José sobre sus impulsos afectivos hacia sus hermanos.
También se refiere al falso
dominio de sí mismo en el caso de Saúl en (1 Sam.13:12), y al de Amán en (Ester
5:3).
Según Josefo, los esenios
ejercieron “una
invariable sobriedad” (G.J. 2.133) y algunos rechazaron el
matrimonio por considerarlo incompatible con la continencia. Los griegos veían
en la templanza una virtud cardinal.
9.8.
La VRV 1, “Continencia”, Templanza”:
Traduce el
griego “enkrateia”, que aparece en
tres versículos del Nuevo Testamento.
El adjetivo “enkrates” y el verbo “enkrateumai” correspondientes se
utilizan en forma tanto positivo (+) como negativo (-).
Otro término,
traducido “sobrio”,
“nefalios”, se refiere a veces en forma restringida a la bebida, como a
menudo ocurre con la palabra moderna “temperancia”.
9.9. En El Nuevo
Testamento El Dominio Propio, Es Esencialmente “Fruto
Del Espíritu” (Gál.5:22-23), VRV 2 “templanza”.
Se introduce una
deliberada antítesis entre la vida espiritual y la embriaguez carnal en varios
pasajes que describen la Inspiración profética (por ejemplo: Hech.2:15-17; Ef.5:18).
Lección
10
DOMINIO PROPIO:
a
ORACIÓN
Y AYUNO:
Es fácil a
ser insensible a la dirección del
Espíritu Santo en nuestra vida, y así vivir en incertidumbre, por no poder
discernir la dirección de Dios.
El creyente no debe ignorar cuál es la
voluntad de Dios para él (Ef.5:17). Conocer la Voluntad de Dios no debe ser
algo difícil para el creyente, pues la vida consiste mayormente de muchísimas
decisiones pequeñas, y no de varias decisiones grandes. Así, si aprendemos a
discernir la dirección de Dios en las decisiones pequeñas no nos será difícil
conocer su voluntad en las decisiones grandes.
La Palabra de Dios (Biblia), Oración,
Ayuno forma una combinación poderosísima que no sólo desarrolla sensibilidad
espiritual en nosotros, sino que abre el camino para que Dios pueda obrar
poderosamente a nuestro favor, según su voluntad.
10.1.
La Oración Y Sus Beneficios:
a.
Diálogo del
hombre con Dios.
Es un acto de ADORACIÓN y comunicación, e incluye la
presentación de nuestros deseos a Dios, en el nombre de Jesucristo y con la
asistencia del Espíritu Santo (Jn. 14:13, 14; Rom. 8:26, 27; Filp. 4:6).
Algunos consideran Gn. 4:26 como el primer registro de una oración pública. La
oración, juntamente con el AYUNO, era una de las
prácticas del judío piadoso.
b.
En el Antiguo
Testamento la oración estaba relacionada con el SACRIFICIO en el templo, y después del año 70 d.C., los
rabinos llegaron a sostener que la oración era "mejor que
el sacrificio".
En la sinagoga, aquella ocupó el lugar de este. Aunque no
existe en la Biblia un orden al respecto, el judío acostumbraba orar al menos
tres veces al día (Salmo 55:17; Dn. 6:10). Las
horas de oración eran: la tercera, o sea las 9.00 (Hch. 2:15), la sexta,
las 12.00 (Hch. 10:9) y la novena, 15.00 (Hch. 3:1). Al orar, se acostumbraba
mirar hacia Jerusalén (2 Crón. 6:34; Dn. 6:10). Cuando la oración se hacía en
los atrios del templo, el rostro se tornaba hacia el templo mismo. Ambas
costumbres, las de las horas fijas de oración y la de mirar hacia Jerusalén,
las practicaron también los primeros cristianos.
La oración no
solo se practicaba en el templo, sino también en las casas o en los lugares
apartados (Dn. 6:10; Lc. 1:10). Cuando se hacía en la casa, generalmente se
usaba una habitación en la planta alta, denominada APOSENTO
ALTO,
una especie de azotea (Hch. 10:9). La posición usual para orar era de pie (Mt.
6:5), aunque también se hacía inclinándose o de rodillas (Hch. 21:5).
c.
El Nuevo
Testamento manda orar en todo tiempo (Lc. 18:1; Ef. 6:18; 1 Ts. 5:17) y en todo
lugar (1 Tim. 2:8).
De acuerdo con
las Sagradas Escrituras, la actitud del espíritu del que ora es más importante
que la hora, el lugar, la posición del cuerpo o las fórmulas. Se debe orar con
intensidad espiritual (Lc. 22:44; Ef. 6:18; 1 Ts. 3:10).
Con excepción de
la oración dedicatoria de diezmos y primicias en el Antiguo Testamento (Dt. 26:1-15)
y del Padrenuestro en el Nuevo Testamento (Mt. 6:9-13), la Biblia no ordena la
repetición de fórmulas fijas de oración. Aun en el Padrenuestro la intención es
establecer los elementos principales que deben incluirse en toda oración
cristiana y el orden de importancia en que deben presentarse.
En ocasiones ni
las palabras son necesarias para que una oración sea eficaz (Neh. 2:4, 5).
Puede ser un acto de contemplación, o un diálogo entre el orante y Dios en el
lenguaje del espíritu. En el más puro sentido cristiano, una lágrima, un gemido
o el silencio pueden convertirse delante de Dios en oración del más alto nivel
espiritual (1 Sam. 1:10, 12, 13; Rom. 8:26). La Biblia dice que Cristo pasó
noches enteras en oración. Probablemente no hablaba en voz alta, sino oraba en
su fuero interno sin palabras siquiera. Eso es lo que hace practicable el
mandamiento de 1 Ts. 5:17. La mucha palabrería y no la falta de palabras fue lo
que Cristo censuró (Mt. 6:7).
La oración no debe usarse tampoco para ostentar
religiosidad.
En Mt. 6:5 Cristo no condena el hecho de la oración pública, sino la motivación
orgullosa con que esta se hacía.
La historia bíblica revela un proceso evolutivo en
la oración.
En el Antiguo Testamento, con algunas bellas excepciones, la oración es un
recurso para conseguir bienes materiales y protección temporal. No muchos
encontraban en ella un medio de comunión verdadera con Dios. En el Nuevo
Testamento la oración se convierte, en forma más general, en una experiencia
del espíritu. Disfrutar de la presencia de Dios y la unión con Cristo son los
fines principales.
La oración ha
involucrado generalmente ADORACIÓN, por la que
expresamos nuestro sentimiento de la bondad y grandeza de Dios (Dn. 4:34, 35); CONFESIÓN, por la que reconocemos nuestra iniquidad
(1 Jn. 1:9); súplica, por la que pedimos perdón, gracia o cualquier otra
bendición (Mt. 7:7; Filp. 4:6); INTERCESIÓN, con la que
rogamos por otros (Stg. 5:16); y ACCIÓN DE
GRACIAS,
con la que expresamos nuestra gratitud a Dios (Filp. 5:6).
Las Sagradas
Escrituras contienen pasajes en los que pareciera que la oración pone al
arbitrio indiscriminado del hombre los poderes ilimitados de Dios. Sin embargo,
a esos pasajes los complementan otros que establecen condiciones claras para la
eficacia de la oración, a saber: relación de hijo (Mt. 6:9, 26, 32; 7:11; 15:26),
fe (Mt. 17:20; Lc. 11:24; Stg. 1:6), limpieza de vida (1 Tim. 2:8; 1 P. 3:7),
armonía con la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14), corazón perdonador (Mr. 11:22-26),
persistencia (Gn. 32:22-31; Lc. 11:5ss; Hch. 1:14; 12:5; Rom. 12:12; Col. 4:2)
y buenos motivos (Stg. 4:3).
Es
responsabilidad cristiana orar por los enemigos (Mt. 5:44), por los gobernantes
(1 Tim. 2:1-3), los unos por los otros (Stg. 5:16), la obra de Dios y para que
esta se lleve a cabo (Mt. 9:36-38) y para que su reino se establezca (Mt. 6:10).
En Judas 20, se ordena orar en el ESPÍRITU SANTO, y según
Jesucristo, lo mejor que Dios puede dar en respuesta a la oración es el
Espíritu Santo (Lc. 11:11-13).
Entre los interrogantes con relación a la oración,
algunos se preguntan:
¿Por qué orar si Dios sabe lo que sus hijos necesitan antes de que se lo pidan
y si ya Él tiene un plan para cada uno? ¿Por qué no se producen estas cosas
espontáneamente? La Biblia enseña que se debe orar porque, aun cuando Dios sabe
todas las cosas, Él ha establecido intervenir en ellas generalmente en
respuesta a la oración. Además, de esta manera se le impone al hombre cierto
grado de responsabilidad y se le permite desarrollarse y establecer un orden de
prioridades.
La oración no
tiene como finalidad decirle a Dios lo que debe hacer ni cómo debe hacerlo. El
Altísimo es árbitro de sus planes pero, siendo el hombre un ser moral, Dios no
le impone su plan, sino que se lo ofrece. A través de la oración el hombre
conoce la voluntad divina, la acata y se capacita para llevarla a cabo en su
vida (Rom. 8:26, 27).
¿Por qué algunas
oraciones no son contestadas? En realidad, Dios contesta todas las oraciones.
Lo que sucede es que a veces su respuesta es negativa. A veces Dios explica el
porqué de su negativa (Dt. 3:23-26; 2 Cor. 17:7-9).
Si el que ora
tiene absoluta fe en el amor (Jn. 3:16; Rom. 8:32), la justicia (Gn. 18:25), la
sabiduría (Judas 25) y la omnipotencia de Dios (Ap. 1:8), estará capacitado no
solo para aceptar las negativas o el silencio de Dios, sino aun las
circunstancias que parecen negar la eficacia de la oración. Saldrá triunfante
aun frente a los casos más desconcertantes (Mt. 11:11; 14:1-12).
El que ora
enfrenta en ocasiones grandes obstáculos, no todos naturales: personalidad, preocupaciones, limitación
de tiempo, ambiente, desconocimiento de lo que conviene (Rom. 8:26), etc.
Para que la oración llegue a Dios tiene que enfrentarse a las fuerzas
espirituales de maldad (Dn. 10:12-14; Lc. 4:13; Ef. 6:10-20). En esta lucha la
única garantía de triunfo en la oración viene del auxilio del Espíritu Santo
(Rom. 8:26-28; Ef. 6:18).
Durante toda la
historia de la iglesia grande hombre, han conseguido muchas victorias mediante
este elemento de la oración.
10.2.
Ayuno, (ar):
Ejercicio
espiritual en el que un individuo o una comunidad se abstienen de comida.
Aunque la práctica bíblica era que durara generalmente un día (hasta el
anochecer), la Biblia cita ayunos de tres días, siete días, tres semanas y
cuarenta días.
Las personas
ayunaban por diversas razones. Lo hacían, por ejemplo, para prepararse antes de
recibir un mensaje de Dios y antes de ir a cumplir una misión especial de Dios.
Pero lo hacían también con motivo de la muerte de un ser querido o para
conmemorar catástrofes nacionales; y para implorar la ayuda de Dios,
discernimiento o perdón.
a.
El Ayuno En El
Antiguo Testamento.
La revisión
detallada de textos en el Antiguo Testamento nos ofrece el siguiente cuadro:
1. La mayoría de
los pasajes del pre-cautiverio presentan el ayuno en un contexto de luto,
tristeza y humillación (Jue. 20:26; 1 Sam. 31:13; 2 Sam. 1:12; 12:16-23).
2. Hay algunos
pasajes que presentan el estado de tristeza y humillación en el contexto de la
penitencia por el pecado (1 Sam. 7:6; 1 R. 21:9-27).
3. En los textos
del cautiverio y especialmente en los del pos-cautiverio (donde se encuentran
la mayoría de textos), el ayuno por lo general se presenta en el contexto de la
penitencia y la humillación y como señal de conversión (Jr. 14:12; Jon. 3:5;
Esd. 8:23; Neh. 9:1; 2 Cron. 20:3; Joel 1:14; 2:12; 2:15; Dn. 9:3; Salmo 35:13;
69:10; 109:24).
4. En Est. 4:3 la
reina pide a sus paisanos que ayunen como un acto de solidaridad. Así el pueblo
haría simbólicamente lo que Ester estaba haciendo literalmente: exponiendo su
vida en favor de su pueblo. Etc…
b.
El Ayuno En El
Judaísmo.
La ley de Moisés
específicamente mandó ayunar en el DÍA DE EXPIACIÓN. Esto llevó a
que el día se conociera también como "día del ayuno" (Jr. 36:6) o "el ayuno"
Hechos 27:9. Después del cautiverio se establecieron intervalos regulares para
la celebración del ayuno. Según Zc. 8:19, en el cuarto, en el quinto, en el
séptimo y en el décimo mes habría de observarse otros cuatro ayunos que
recordaban desastres en la historia de los judíos. Y está también el ayuno
antes de la celebración del Purim, que se instituyó en los días
de Ester (Est. 9:31).
c.
El Ayuno En El
Nuevo Testamento.
El ayuno se
menciona también en el Nuevo Testamento. Los judíos devotos ayunan (Hch. 27:9).
Algunos ayunaban los lunes y los jueves (Lc. 18:12). Otros, como Ana, que
servía a Dios en el templo con "ayunos y oraciones" (Lc. 2:37), lo hacían
más a menudo. Los discípulos de Juan el Bautista ayunaban (Mr. 2:18).
Jesucristo ayunó cuarenta días y cuarenta noches antes de la tentación (Mt. 3:2).
Asimismo, se menciona el ayuno de Cornelio (Hch. 10:30), de los cristianos de
Antioquía (Hch. 13:2-3), de Pablo y Bernabé (Hch. 14:23), y se registra la
recomendación de Pablo a los matrimonios (1 Cor. 7:5).
Algunos opinan
que pasajes como Mt. 17:21; Mr. 9:29; Hch 10:30 y 1 Cor. 7:5 no deben tomarse
en cuenta porque no se encuentran en los manuscritos más antiguos, pero la
existencia de estos versículos en muchos manuscritos demuestra por lo menos que
la iglesia primitiva creía en el valor del ayuno.
Jesús no canceló
la práctica, pero pidió que sus seguidores lo hicieran con la mirada fija en
Dios, no en los hombres (Mt. 6:16-18).
Sobre este punto
usted decide el tiempo y el día que Dios le disponga la necesidad de su persona
o su iglesia. Pero ambos puntos son un buen recurso para pedir la dirección de
Dios en su soberana voluntad.
Véase Parte VII:
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