martes, 8 de noviembre de 2016

Parte VI: LIBERTAD MORAL EN CRISTO: (2 Pedro 1:5-7)

Parte VI:
LIBERTAD MORAL EN CRISTO:
(2 Pedro 1:5-7)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Prolegómeno:


“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;… al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;… a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (2 Pe 1:5-7).

Lección 7

CONOCIMIENTO:

MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS:

Veamos una figura correcta:



DIOS ES CONFIABLE EN TODAS SUS PALABRAS Y OBRAS, QUE SE CARACTERIZAN POR SU:
1.      Justicia,
2.      Fidelidad, y
3.      Gracia.
Estos versículos resumen el corazón del (Salmo 33:4-5).

7.1. Al Principio De Su Ministerio, Jesús Hizo Un Llamado, Cuando Dijo: “Escudriñad Las Escrituras” (Juan 5:39):
Este Imperativo (Imperativo, que impera o demanda; dominio Gramatical dice del modo del verbo con que: Ruega, Manda, Pide, Exhorta, Anima o Disuade).
De Escudriñar es sustancial en la vida del Ministro o Miembro, porque ¿Cómo podríamos compartir si no conocemos la PALABRA? Ministro que tienen hambre por la PALABRA, conocerá la palabra y será elocuente en las ESCRITURAS como Apolo, según vemos en (Hech.18:24). Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Si de veras queremos resistir en el campo, tendremos que alimentarnos de la Palabra diariamente:
a.      En las tentaciones tendremos que resistir con la PALABRA (Col.1:11-13).
b.      En las victorias tendremos que alabar con la PALABRA (1 Cor.15:57).
c.       En las pruebas tendremos que reclamar las promesas en la PALABRA (1 Cor.10:13; Ap.3:10).
d.      Facultades personales, compusieron y registraron sin error alguno la PALABRA de Dios a los hombres) Nuestro mensaje es con la PALABRA (2 Ts.3:1; Heb.4:12; 2 Tim.4:2).
e.       Nuestra obediencia es a la PALABRA (1 Jn.2:5).
f.       En cada Ministro la PALABRA tiene que morar en abundancia (Col.3:16).

¡NECESITAMOS, POR TANTO QUE MINISTROS BIEN CIMENTADO EN LA PALABRA!

7.2. Toda (la) ESCRITURA Es Inspirada Por Dios. “Lit.” Alentada (o Soplada) Por Dios; La Biblia Vino De Dios A Través, De Los Hombres Que La Escribieron (Compare 2 Pedro 1:21):
a. Dios dirigió la actividad de estos autores humanos de modo que, usando ellos sus facultades personales, compusieron y registraron sin error alguno la PALABRA de Dios a los hombres.
b. Cristo atestiguó que la Inspiración se extienda a las Palabras mismas. (Mt.5:18; Jn.10:35).
c. En un mismo versículo, cita Pablo (Dt. Y Lc) como Escritura (1 Tim.5:18).
d. Pedro declara que las epístolas de Pablo son Escrituras (2 P.3:16).
La Inspiración no implica que Dios mecánicamente las ESCRITURAS, sino que registre esmeradamente las PALABRAS DE DIOS.
La Inspiración se extiende únicamente a los Manuscritos Originales aunque los Textos que hoy poseemos han sido Transmitidos con Gran Esmero y Fidelidad (2 Tim.4:2).

7.3.   A Esa Virtud, Hay Que Añadir Conocimiento*:
Para usar debidamente el vigor de la fe, es menester hacerlo con buen conocimiento; el cual, por supuesto, no es el primer conocimiento que tuvimos de Dios cuando le amemos por primera vez, al ser amados, conocidos, por ÉL (1 Cor.8:3; 1 Jn.4:19), sino una MAYOR PENETRACIÓN en las verdades de la fe, una mayor COMPRENSIÓN de la naturaleza misma que compartimos con Dios.
*G1108 γνῶσις = gnosis: de G1097; conocer (el acto) i.e. (por implicación) conocimiento:- sabiamente, ciencia, conocimiento. (Strong).

7.4.   No Os Conforméis. (Rom.12:2):
No viváis de acuerdo con el estilo o manera de vida del presente siglo, sino vivid como si hubiese llegado ya el siglo venidero, nuevo. El otro único caso en que la palabra griega sale en el Nuevo Testamento es en (1 P.1:14). No os adaptéis a la forma


Lección 8

CONOCIMIENTO: a
UN ENCUENTRO GUIADO POR DIOS:




  
Para poder formar buenas amistades con otros, es bueno reconocer de  antemano que Dios les ha creado, está tratando con ellos, y el encuentro no es por casualidad. Con esta actitud podemos formar buenas amistades con nuevas personas, buscando las respuestas a las siguientes preguntas:

·      ¿Qué está tratando Dios de hacer en esa persona?
·      ¿Cuándo ha progresado Dios?
·      ¿En qué ha sido impedido?
·      ¿Cómo puedo cooperar?
·      ¿Qué puedo aprender de esta persona?



Lección 9
DOMINIO PROPIO:
COMO HALLAR PROPÓSITO EN LA VIDA:

El propósito de Dios para nuestra vida (su voluntad para nosotros) no tiene que ver tanto con lo que hacemos, ni adónde vamos, si no con el mensaje que comunicamos por medio de nuestra vida.
Muchos jóvenes y adultos viven confundidos acerca de su futuro, no sabiendo cual es la voluntad de Dios para ellos. Esto es así porque no toman en cuenta las siguientes cosas.

9.1.  El Propósito Principal De Dios Para Nuestra Vida Es Comunicar Un Mensaje Especial Por Medio De Ella. (Jn.1:14, 18; 2 Cor.4:6-11; 1 Tim.1:16):

Las únicas cosas que podemos enseñar eficazmente son aquellas que hemos aprendido por experiencia propia: cosas que hemos comprobado que dan resultados positivos.
Dios nos hará pasar por ciertas experiencias para así desarrollar el mensaje de nuestra vida (2 Cor.4:8-11). Sea que estamos activos en la obra de Dios (como el apóstol Pablo), o estemos sentados en la cárcel (como José); Dios está cumpliendo su voluntad en nosotros, forjando nuestro carácter, y concediéndose experiencias, que nos servirán para comunicar un mensaje especial (2 Cor.1:4). Importante es esto es que reaccionemos correctamente, y no según la carne. Así aprendemos a morir a nuestro “YO” personal para que la vida de Cristo se manifieste en nosotros (2 Cor.4:10-11).

9.2.  La Voluntad De Dios Para Nosotros Tiene Que Ver Con Ciertas A Las Cuales Él Quiere Que Ministremos (Gn.25:5-8).

Dios traerá a nosotros personas a quienes ÉL quiere que ayudemos a resolver sus conflictos. Su voluntad es que trabajemos con ciertas  personas, especialmente con creyentes, pues la mayoría de ellos están alejándose a otros de Dios (Gál.6:10; 2 Cor.7:14; 1 P.4:17).

9.3.   Creyentes Serán La Causa De La Mayoría De Los Problemas En Nuestra Vida.

Las personas que nos causan problemas, o quienes vienen a nosotros trayendo series de problemas, son como una visitación de parte de Dios a que entreguemos nuestra vida en buscar la solución a sus problemas (1 Jn.3:16). Por medio de ayudarles adquiriremos sus experiencias y conocimientos que ampliarán nuestro ministerio. Si huimos de sus problemas, perderemos la oportunidad de desarrollar capítulos enteros en el mensaje de nuestra vida.

9.4.   El Propósito De Nuestros Dones Debe Ser Claro:

Nuestros dones y habilidades deben servirnos para ayudarnos en presentar nuestro mensaje. Nunca deben ser para exaltarnos, para demostrar lo que podemos hacer, ni para determinar nuestro ministerio. Primero debemos determinar cuál es el mensaje que Dios quiere comunicar por medio de nuestra vida, entonces usar nuestros dones para comunicarlo.

9.5. Debemos Decidir Cuál Es Nuestra Esfera De Responsabilidad Hacia Otras Personas y Cumplirla:

Cuando cumplimos nuestras responsabilidades hacia esas personas, Dios nos abrirá nuevas puertas de oportunidad y ministerio. Muchos dependen de que seamos fieles en cumplir nuestras responsabilidades.
Para ayudarnos ver cuáles son nuestras responsabilidades, es de ayudar hacer una lista de nuestros puestos de responsabilidades (hijo (s), esposo (a), padres, hermanos, pastores, etc.) y analizar cuáles son las responsabilidades que tenemos en ellos.

9.6.   La Templanza (enkráteia. 2 P. 1:6):
G1466 ἐγκράτεια = enkráteia: de G1468; dominio propio (específicamente continencia, templanza):- dominio (propio), templanza. (Strong).
Por medio de la cual el hombre se domina a sí mismo y a sus pasiones. La TEMPLANZA es necesaria para que la CONCIENCIA o el CONOCIMIENTO no sean turbados por la pasión o los excesos.

9.7.   El Verbo “enkrateuomai”:
Se utilizó por primera vez en al (LXX, EN LA BIBLIA DE LOS 70. La Septuaginta) en Génesis 43:31, para describir el control de José sobre sus impulsos afectivos hacia sus hermanos.   
También se refiere al falso dominio de sí mismo en el caso de Saúl en (1 Sam.13:12), y al de Amán en (Ester 5:3).
Según Josefo, los esenios ejercieron una invariable sobriedad (G.J. 2.133) y algunos rechazaron el matrimonio por considerarlo incompatible con la continencia. Los griegos veían en la templanza una virtud cardinal.

9.8.   La VRV 1, “Continencia”, Templanza”:

Traduce el griego “enkrateia”, que aparece en tres versículos del Nuevo Testamento.
El adjetivo “enkrates” y el verbo “enkrateumai” correspondientes se utilizan en forma tanto positivo (+) como negativo (-).
Otro término, traducido sobrio”, “nefalios”, se refiere a veces en forma restringida a la bebida, como a menudo ocurre con la palabra moderna temperancia.

9.9. En El Nuevo Testamento El Dominio Propio, Es Esencialmente “Fruto Del Espíritu” (Gál.5:22-23), VRV 2 “templanza”.

Se introduce una deliberada antítesis entre la vida espiritual y la embriaguez carnal en varios pasajes que describen la Inspiración profética (por ejemplo: Hech.2:15-17; Ef.5:18).


Lección 10
DOMINIO PROPIO: a
ORACIÓN Y AYUNO:

Es fácil a ser  insensible a la dirección del Espíritu Santo en nuestra vida, y así vivir en incertidumbre, por no poder discernir la dirección de Dios.
El creyente no debe ignorar cuál es la voluntad de Dios para él (Ef.5:17). Conocer la Voluntad de Dios no debe ser algo difícil para el creyente, pues la vida consiste mayormente de muchísimas decisiones pequeñas, y no de varias decisiones grandes. Así, si aprendemos a discernir la dirección de Dios en las decisiones pequeñas no nos será difícil conocer su voluntad en las decisiones grandes.
La Palabra de Dios (Biblia), Oración, Ayuno forma una combinación poderosísima que no sólo desarrolla sensibilidad espiritual en nosotros, sino que abre el camino para que Dios pueda obrar poderosamente a nuestro favor, según su voluntad.

10.1. La Oración Y Sus Beneficios:

a.      Diálogo del hombre con Dios.

Es un acto de ADORACIÓN y comunicación, e incluye la presentación de nuestros deseos a Dios, en el nombre de Jesucristo y con la asistencia del Espíritu Santo (Jn. 14:13, 14; Rom. 8:26, 27; Filp. 4:6). Algunos consideran Gn. 4:26 como el primer registro de una oración pública. La oración, juntamente con el AYUNO, era una de las prácticas del judío piadoso.

b.      En el Antiguo Testamento la oración estaba relacionada con el SACRIFICIO en el templo, y después del año 70 d.C., los rabinos llegaron a sostener que la oración era "mejor que el sacrificio".
En la sinagoga, aquella ocupó el lugar de este. Aunque no existe en la Biblia un orden al respecto, el judío acostumbraba orar al menos tres veces al día (Salmo 55:17; Dn. 6:10). Las horas de oración eran: la tercera, o sea las 9.00 (Hch. 2:15), la sexta, las 12.00 (Hch. 10:9) y la novena, 15.00 (Hch. 3:1). Al orar, se acostumbraba mirar hacia Jerusalén (2 Crón. 6:34; Dn. 6:10). Cuando la oración se hacía en los atrios del templo, el rostro se tornaba hacia el templo mismo. Ambas costumbres, las de las horas fijas de oración y la de mirar hacia Jerusalén, las practicaron también los primeros cristianos.
La oración no solo se practicaba en el templo, sino también en las casas o en los lugares apartados (Dn. 6:10; Lc. 1:10). Cuando se hacía en la casa, generalmente se usaba una habitación en la planta alta, denominada APOSENTO ALTO, una especie de azotea (Hch. 10:9). La posición usual para orar era de pie (Mt. 6:5), aunque también se hacía inclinándose o de rodillas (Hch. 21:5).

c.       El Nuevo Testamento manda orar en todo tiempo (Lc. 18:1; Ef. 6:18; 1 Ts. 5:17) y en todo lugar (1 Tim. 2:8).
De acuerdo con las Sagradas Escrituras, la actitud del espíritu del que ora es más importante que la hora, el lugar, la posición del cuerpo o las fórmulas. Se debe orar con intensidad espiritual (Lc. 22:44; Ef. 6:18; 1 Ts. 3:10).
Con excepción de la oración dedicatoria de diezmos y primicias en el Antiguo Testamento (Dt. 26:1-15) y del Padrenuestro en el Nuevo Testamento (Mt. 6:9-13), la Biblia no ordena la repetición de fórmulas fijas de oración. Aun en el Padrenuestro la intención es establecer los elementos principales que deben incluirse en toda oración cristiana y el orden de importancia en que deben presentarse.
En ocasiones ni las palabras son necesarias para que una oración sea eficaz (Neh. 2:4, 5). Puede ser un acto de contemplación, o un diálogo entre el orante y Dios en el lenguaje del espíritu. En el más puro sentido cristiano, una lágrima, un gemido o el silencio pueden convertirse delante de Dios en oración del más alto nivel espiritual (1 Sam. 1:10, 12, 13; Rom. 8:26). La Biblia dice que Cristo pasó noches enteras en oración. Probablemente no hablaba en voz alta, sino oraba en su fuero interno sin palabras siquiera. Eso es lo que hace practicable el mandamiento de 1 Ts. 5:17. La mucha palabrería y no la falta de palabras fue lo que Cristo censuró (Mt. 6:7).
La oración no debe usarse tampoco para ostentar religiosidad. En Mt. 6:5 Cristo no condena el hecho de la oración pública, sino la motivación orgullosa con que esta se hacía.
La historia bíblica revela un proceso evolutivo en la oración. En el Antiguo Testamento, con algunas bellas excepciones, la oración es un recurso para conseguir bienes materiales y protección temporal. No muchos encontraban en ella un medio de comunión verdadera con Dios. En el Nuevo Testamento la oración se convierte, en forma más general, en una experiencia del espíritu. Disfrutar de la presencia de Dios y la unión con Cristo son los fines principales.

La oración ha involucrado generalmente ADORACIÓN, por la que expresamos nuestro sentimiento de la bondad y grandeza de Dios (Dn. 4:34, 35); CONFESIÓN, por la que reconocemos nuestra iniquidad (1 Jn. 1:9); súplica, por la que pedimos perdón, gracia o cualquier otra bendición (Mt. 7:7; Filp. 4:6); INTERCESIÓN, con la que rogamos por otros (Stg. 5:16); y ACCIÓN DE GRACIAS, con la que expresamos nuestra gratitud a Dios (Filp. 5:6).
Las Sagradas Escrituras contienen pasajes en los que pareciera que la oración pone al arbitrio indiscriminado del hombre los poderes ilimitados de Dios. Sin embargo, a esos pasajes los complementan otros que establecen condiciones claras para la eficacia de la oración, a saber: relación de hijo (Mt. 6:9, 26, 32; 7:11; 15:26), fe (Mt. 17:20; Lc. 11:24; Stg. 1:6), limpieza de vida (1 Tim. 2:8; 1 P. 3:7), armonía con la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14), corazón perdonador (Mr. 11:22-26), persistencia (Gn. 32:22-31; Lc. 11:5ss; Hch. 1:14; 12:5; Rom. 12:12; Col. 4:2) y buenos motivos (Stg. 4:3).
Es responsabilidad cristiana orar por los enemigos (Mt. 5:44), por los gobernantes (1 Tim. 2:1-3), los unos por los otros (Stg. 5:16), la obra de Dios y para que esta se lleve a cabo (Mt. 9:36-38) y para que su reino se establezca (Mt. 6:10). En Judas 20, se ordena orar en el ESPÍRITU SANTO, y según Jesucristo, lo mejor que Dios puede dar en respuesta a la oración es el Espíritu Santo (Lc. 11:11-13).
Entre los interrogantes con relación a la oración, algunos se preguntan: ¿Por qué orar si Dios sabe lo que sus hijos necesitan antes de que se lo pidan y si ya Él tiene un plan para cada uno? ¿Por qué no se producen estas cosas espontáneamente? La Biblia enseña que se debe orar porque, aun cuando Dios sabe todas las cosas, Él ha establecido intervenir en ellas generalmente en respuesta a la oración. Además, de esta manera se le impone al hombre cierto grado de responsabilidad y se le permite desarrollarse y establecer un orden de prioridades.
La oración no tiene como finalidad decirle a Dios lo que debe hacer ni cómo debe hacerlo. El Altísimo es árbitro de sus planes pero, siendo el hombre un ser moral, Dios no le impone su plan, sino que se lo ofrece. A través de la oración el hombre conoce la voluntad divina, la acata y se capacita para llevarla a cabo en su vida (Rom. 8:26, 27).
¿Por qué algunas oraciones no son contestadas? En realidad, Dios contesta todas las oraciones. Lo que sucede es que a veces su respuesta es negativa. A veces Dios explica el porqué de su negativa (Dt. 3:23-26; 2 Cor. 17:7-9).
Si el que ora tiene absoluta fe en el amor (Jn. 3:16; Rom. 8:32), la justicia (Gn. 18:25), la sabiduría (Judas 25) y la omnipotencia de Dios (Ap. 1:8), estará capacitado no solo para aceptar las negativas o el silencio de Dios, sino aun las circunstancias que parecen negar la eficacia de la oración. Saldrá triunfante aun frente a los casos más desconcertantes (Mt. 11:11; 14:1-12).
El que ora enfrenta en ocasiones grandes obstáculos, no todos naturales: personalidad, preocupaciones, limitación de tiempo, ambiente, desconocimiento de lo que conviene (Rom. 8:26), etc. Para que la oración llegue a Dios tiene que enfrentarse a las fuerzas espirituales de maldad (Dn. 10:12-14; Lc. 4:13; Ef. 6:10-20). En esta lucha la única garantía de triunfo en la oración viene del auxilio del Espíritu Santo (Rom. 8:26-28; Ef. 6:18).

Durante toda la historia de la iglesia grande hombre, han conseguido muchas victorias mediante este elemento de la oración.

10.2. Ayuno, (ar):
Ejercicio espiritual en el que un individuo o una comunidad se abstienen de comida. Aunque la práctica bíblica era que durara generalmente un día (hasta el anochecer), la Biblia cita ayunos de tres días, siete días, tres semanas y cuarenta días.
Las personas ayunaban por diversas razones. Lo hacían, por ejemplo, para prepararse antes de recibir un mensaje de Dios y antes de ir a cumplir una misión especial de Dios. Pero lo hacían también con motivo de la muerte de un ser querido o para conmemorar catástrofes nacionales; y para implorar la ayuda de Dios, discernimiento o perdón.

a.      El Ayuno En El Antiguo Testamento.
La revisión detallada de textos en el Antiguo Testamento nos ofrece el siguiente cuadro:
1. La mayoría de los pasajes del pre-cautiverio presentan el ayuno en un contexto de luto, tristeza y humillación (Jue. 20:26; 1 Sam. 31:13; 2 Sam. 1:12; 12:16-23).
2. Hay algunos pasajes que presentan el estado de tristeza y humillación en el contexto de la penitencia por el pecado (1 Sam. 7:6; 1 R. 21:9-27).
3. En los textos del cautiverio y especialmente en los del pos-cautiverio (donde se encuentran la mayoría de textos), el ayuno por lo general se presenta en el contexto de la penitencia y la humillación y como señal de conversión (Jr. 14:12; Jon. 3:5; Esd. 8:23; Neh. 9:1; 2 Cron. 20:3; Joel 1:14; 2:12; 2:15; Dn. 9:3; Salmo 35:13; 69:10; 109:24).
4. En Est. 4:3 la reina pide a sus paisanos que ayunen como un acto de solidaridad. Así el pueblo haría simbólicamente lo que Ester estaba haciendo literalmente: exponiendo su vida en favor de su pueblo. Etc…

b.      El Ayuno En El Judaísmo.
La ley de Moisés específicamente mandó ayunar en el DÍA DE EXPIACIÓN. Esto llevó a que el día se conociera también como "día del ayuno" (Jr. 36:6) o "el ayuno" Hechos 27:9. Después del cautiverio se establecieron intervalos regulares para la celebración del ayuno. Según Zc. 8:19, en el cuarto, en el quinto, en el séptimo y en el décimo mes habría de observarse otros cuatro ayunos que recordaban desastres en la historia de los judíos. Y está también el ayuno antes de la celebración del Purim, que se instituyó en los días de Ester (Est. 9:31).

c.       El Ayuno En El Nuevo Testamento.
El ayuno se menciona también en el Nuevo Testamento. Los judíos devotos ayunan (Hch. 27:9). Algunos ayunaban los lunes y los jueves (Lc. 18:12). Otros, como Ana, que servía a Dios en el templo con "ayunos y oraciones" (Lc. 2:37), lo hacían más a menudo. Los discípulos de Juan el Bautista ayunaban (Mr. 2:18). Jesucristo ayunó cuarenta días y cuarenta noches antes de la tentación (Mt. 3:2). Asimismo, se menciona el ayuno de Cornelio (Hch. 10:30), de los cristianos de Antioquía (Hch. 13:2-3), de Pablo y Bernabé (Hch. 14:23), y se registra la recomendación de Pablo a los matrimonios (1 Cor. 7:5).
Algunos opinan que pasajes como Mt. 17:21; Mr. 9:29; Hch 10:30 y 1 Cor. 7:5 no deben tomarse en cuenta porque no se encuentran en los manuscritos más antiguos, pero la existencia de estos versículos en muchos manuscritos demuestra por lo menos que la iglesia primitiva creía en el valor del ayuno.
Jesús no canceló la práctica, pero pidió que sus seguidores lo hicieran con la mirada fija en Dios, no en los hombres (Mt. 6:16-18).

Sobre este punto usted decide el tiempo y el día que Dios le disponga la necesidad de su persona o su iglesia. Pero ambos puntos son un buen recurso para pedir la dirección de Dios en su soberana voluntad.

Véase Parte VII:
  

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