Parte VIII:
EL SEXO Y LA SUPREMACÍA DE CRISTO:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Capítulo VII
LA CODICIA:
Debe ser claro para los hijos de
Dios que la mujer también puede
codiciar. Es obvio que el varón puede caer en la
tentación de mirar a una mujer que no es suya y llegar a codiciarla. Sin embargo, pocos saben que la mujer también
es tentada en el área de la codicia. ¿En
qué manera? Para entender eso es
necesario estudiar el pecado de la codicia y
la instrucción a vivir en la santidad.
Examinaremos dos textos que nos ayudarán: Mateo 5:27-30 y 1
Tesalonicenses 4:1-8.
CODICIA, CODICIAR, CODICIOSO:
A. NOMBRE
epithumia = (ἐπιθυμία, G1939), denota codicia (Mr. 4:19;
1 Tim.6:9; Ap.18:14); en Rom.7:7, 8 se refiere al mandamiento de no codiciar,
que le convenció al apóstol de su culpa de abrigar deseos ilegítimos hacia
otros objetos además del deseo de beneficio.
Nota: Para pleonexia; «codicia» en 2 P.2:14:
B.
Verbos 1. epithumeo = (ἐπιθυμέω, G1937), fijar el deseo sobre (epi
= sobre, usado intensivamente; thumos = pasión), tanto si es de cosas buenas
como malas; de ahí anhelar, ansiar, codiciar. Se usa con el significado de
codiciar perversamente en Hech.20:33, de codiciar dinero y bienes; igualmente
en Rom.7:7; 13:9; 1 Cor.10:6; Stg.4:2; el Señor lo usa del deseo ilegítimo por
la mujer de otro.
2.
orego = (ὀρέγω, G3713), extenderse hacia. Se traduce «codiciando»
en 1 Tim.6:10.
Nota: El nombre epithumetes se traduce en 1 Cor.10:6
como «para que
no codiciemos» (lit., «para que no seamos codiciadores»).
C.
Adjetivo aiscrokerdes = (αἰσχροκερδής, G146), (aiscros = vergonzoso, y kerdos
= ganancia) denota codicioso de ganancias deshonestas (1Tim.3:8 y Tito1:7); en
algunos mss., también en 1Tim.3:3:
Es interesante
notar que en ambos textos que tratan el tema de la codicia y la concupiscencia,
la instrucción se dirige al varón. Sin embargo, es un grave error limitar la
aplicación sólo a los varones, pues cuando se caen en fornicación y adulterio,
la mujer también participa en el pecado.
Es imposible adulterar si no hay otra persona.
Mateo
5:27-30, 31-33:
El Trasfondo Del Texto:
La persona que
está hablando en el texto es Jesús y está corrigiendo las enseñanzas
equivocadas, el abuso de la
Palabra de Dios y la hipocresía de los líderes
religiosos.
Mateo 5:17, 18-20, 26, 27, 31. Su uso de la
Biblia (la ley).
Mateo 5:20. La
obediencia a la Biblia.
Mateo 5:21.
El enojo.
Mateo 5:27.
El
adulterio.
Mateo 5:21.
El
divorcio.
Mateo 5:33.
Hacer juramentos.
Mateo 5:38.
Los
abusos.
Mateo 5:43.
El trato al enemigo.
“A través de los siglos varios rabinos habían
interpretado y re-interpretado las Escrituras judías, especialmente la ley,
hasta que esas interpretaciones (conocidas como las tradiciones de
los ancianos) llegaron a ser más autoritativas
que la Escritura
misma. La esencia de las tradiciones era
un sistema de “quehaceres” y de “que – no - hacerse” que gradualmente se extendieron para cubrir casi cada aspecto de la
vida judía”. Por John MacArthur.
El problema de
los escribas y fariseos era que procuraban
cumplir la ley bajo su propia fuerza; pero como no pudieron hacerlo, entonces
escogieron las leyes que querían obedecer y se enfocaron sólo en esas leyes y
en lo externo.
En su comentario acerca de Mateo 5, John
MacArthur escribió:
“Jesús no estaba alterando los términos de la ley en ninguno de estos pasajes. Más bien, estaba corrigiendo lo que habían
“oído” – el entendimiento de la ley”.
También
escribió:
“La ira y el deseo sexual son dos de las influencias
más poderosas sobre la humanidad. La
persona que cede a su señorío, pronto hallará que está siendo más controlada
por ellos en lugar de tener el control.
Cada persona ha experimentado la tentación de la ira y del pecado
sexual, y cada persona ha cedido a aquellas tentaciones en algún momento y en
cierto grado. Por causa de ese hecho,
cada persona es culpable ante Dios de homicidio y adulterio”.
El tema aquí
es el adulterio, es decir el pecado sexual de infidelidad de parte de una
persona casada. Romanos 7:2, 3. Es la entrega de los afectos conyugales a una
persona del sexo opuesto que no es su cónyuge mediante la unión sexual.
En aquel entonces
se creía que una persona estaba bien mientras no cometía adulterio; sin
embargo, en Mateo 5, Jesús corrige el enfoque.
Cambia el enfoque de lo exterior hacia lo interior; de los actos a
los deseos;
de las acciones al corazón. Jesús nos
lleva a ver la profundidad de nuestro pecado.
Jesús dijo que
el que mira a una mujer para codiciarla,
ya adulteró con ella en su corazón. ¿Qué
estaba enseñando Jesús?
“mirar a una mujer” – Habla
de fijarse en ella. Es diferente que
solamente ver a una mujer y Jesús aclara que está hablando de la mirada que desea;
la mirada que codicia. Fíjate en 2
Pedro 14. Entonces, la codicia tiene que
ver con el deseo en el corazón.
Jesús no está
diciendo que el deseo es igual que la acción en cuanto a la gravedad.
Desear a una mujer es menos grave
que dormir con una mujer. Está diciendo
que el deseo es igual al acto en esencia. El deseo y el acto son iguales en esencia
porque ambos son pecados y ofenden a Dios.
Es como robar. Robar 150,000
soles es diferente que robar 15 soles, pero ambos son robo, pecado y ofenden a
Dios.
Entonces,
aprendemos que la codicia es un deseo
en el corazón que ofende a Dios. La
codicia en el área sexual es un deseo en el corazón que ofende a Dios.
1
Tesalonicenses 4:1-8:
La definición general es: desear algo que Dios
no desea que tengamos. Es
querer algo que no es nuestro. La
definición general viene de Éxodo 20:17.
La codicia en el área sexual es el deseo sexual que deshonra a su pareja tratándola como objeto y no toma en cuenta a Dios. La definición en el área sexual viene de 1 Tesalonicenses 4:4, 5.
1 Tesalonicenses 4:4. Lo que se debe hacer: tener su esposa en santidad y honor.
1 Tesalonicenses 4:5. Lo que no se debe hacer: tenerla en pasión de concupiscencia como
los gentiles que no conocen a Dios.
El deseo sexual ha sido creado por
Dios y es bueno en su debido lugar y cuando es gobernado por estos dos aspectos:
·
Honor hacia la otra persona.
·
Santidad hacia Dios.
En otras palabras, el deseo sexual
debe glorificar a Dios dando honor al cónyuge en la intimidad sexual. El deseo sexual llega a ser codicia cuando el
honor y la santidad no están presentes.
El esposo debe tener a su esposa en santidad y honor. La santidad está relacionada con la obediencia
a los propósitos de Dios y el honor está relacionado con el trato a la esposa
en la intimidad sexual.
La codicia deshonra a su pareja tratándola como
un objeto.
Suena crudo pero esto es lo que
sucede cuando una persona usa el deseo sexual para agradarse a sí mismo en
lugar de agradar a Dios. En la codicia
la persona llega a ser un objeto. La
persona existe para traerme placer.
La intimidad sexual es para glorificar a Dios dando placer al cónyuge. La
codicia es lo opuesto de dar. Es
conseguir placer utilizando la manipulación o fuerza si es necesario, obligando
a la pareja. Lo que hiere más a la
esposa no es el deseo de estar con ella cuando ella no desea sino el hecho de
haber sido obligada. La gran ofensa que
la mujer casada percibe y siente es: “!Tú quieres mi cuerpo, pero a mí no me quieres¡” Se siente usada. ¿Por qué?
Porque él está usándola. Ella es
un objeto y se da cuenta de eso. Tal
actitud y deseo es lo que está condenado en este texto. 1 Ts. 4.
Esta es la forma en que viven los inconversos:
·
Primero,
Pablo explica que no debemos
vivir en fornicación, y
· Luego,
mandó que cada uno viva en santidad y honor; glorificando a Dios al honrar a su
esposa. (Ella también debe glorificar a
Dios honrando a su esposo y buscando cómo agradar).
·
Luego, Pablo nos explica que ésta es la forma en que
viven los gentiles (los inconversos). ¡Por eso los
matrimonios de los inconversos son desastrosos! Hay pleito, discusión y contención porque dos
personas están viviendo juntas físicamente pero muy distanciadas en
espíritu. ¿Por qué? Porque se hieren el uno al otro queriendo
satisfacerse a costa del otro. Pablo
dice que no debemos vivir así.
Es preciso decir también que la
mujer inconversa vive para sí en codicia porque usa a su esposo como un objeto
para sus fines. Su codicia se manifiesta
en forma de manipulación. Así como la
mujer percibe que su esposo quiere sólo su cuerpo, así también el varón
comprende que ella le utiliza para sus fines.
La
codicia no toma en cuenta
a Dios.
¿Por qué viven las parejas inconversos
en egoísmo? ¿Por qué se hieren buscando
sus propios placeres? ¡Porque no conocen a Dios! 1 Tesalonicenses 4:5. Vivir para agradar a Dios produce amor,
armonía y gozo en la vida. También
provee el ambiente necesario para disfrutar al máximo el placer sexual como
Dios lo ha diseñado. La instrucción para
el esposo (y la esposa) en la intimidad sexual es tener a su esposa en santidad
tomando en cuenta los propósitos de Dios en la sexualidad. (Ef.5:5 Cols.3:6; Gál. 5:21; 1 Cor. 6:9-10;
Heb. 12:14; Mt. 5: 27-29; (v.3, v.8).
La
advertencia de un peligro.
Pablo advirtió a los creyentes de
Tesalónica que rechazar la santidad y vivir como uno quiere es peligroso. El peligro es: “…que
ninguno agravie o engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador en
todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a la inmundicia, sino a la santificación”. 1 Tesalonicenses 4:6, 7.
El asunto es serio. Dios es
vengador y habrá un juicio. Pablo está diciendo que quien no hace caso a
la instrucción acerca de la santidad y a la advertencia del juicio de los que
viven en inmundicia está en gran peligro porque Dios es vengador. Está en peligro de ir al infierno.
Esta es una lucha que tienes que ganar. No hay
opción y si no luchas por la santidad y por agradar a Dios, estás en peligro de
ir al infierno. ¡No tienes la salvación! Si no tienes deseo de agradar a Dios y
glorificarle, entonces no tienes la vida eterna. Fíjate bien en estos versículos: Efesios 5:5;
Colosenses 3:6; Gálatas 5:21; 1 Corintios 6:10; Hebreos 12:14; Mateo 5:28, 29.
La persona que no lucha y vive en
lujuria y lascivia no heredará la vida eterna.
Muchos que viven en fornicación, adulterio y homosexualidad se sienten
muy seguros por la doctrina de la seguridad de salvación. ¡Necesitan despertar! 1 Timoteo 2:19 dice: “A pártase de iniquidad todo aquel que
invoca el nombre de Cristo”.
La fe que salva es la fe que lucha contra la codicia.
John Piper
escribe:
“El gran error que estoy procurando destruir es el error que dice: “La fe en Dios es una cosa y la lucha por la santidad es otra. La fe te ayuda a llegar al cielo y la
santidad te hace obtener galardones.
Puedes obtener la justificación por la fe y tu santificación por las
obras. Comienza la vida cristiana en el
poder del Espíritu y sigue en el esfuerzo de la carne”. Este es el gran error que
existe en nuestros días. Se dice que la
batalla por la obediencia es opcional porque sólo la fe es necesaria para la
salvación.
Nuestra respuesta es: la batalla por la obediencia es
absolutamente necesaria para la salvación porque esa es la batalla de la fe. La batalla contra
la codicia es absolutamente necesaria para la salvación porque es la batalla contra
la incredulidad. La fe sola libra del
infierno y la fe que libra del infierno es la que libra de la codicia”.
Capítulo VIII
LA CODICIA
SEXUAL EN LAS MUJERES:
La enseñanza de Jesús en Mateo 5 es directa y clara para los varones en
cuanto a la codicia y el adulterio en el corazón: el varón nunca debe mirar a una mujer para codiciarla. Ésta es una reprensión para los varones, pero
también lo es para las mujeres. A muchas
mujeres les gusta ser admiradas por su cuerpo.
Les agrada cuando perciben que un varón pone sus ojos en ellas, por eso
se visten de forma provocativa. Aunque
algunas mujeres no se ponen prendas exageradamente seductoras sino aquellas que
son un poquito reveladoras; ese poquito les encanta y revela un corazón de
codicia; un deseo de agradarse obteniendo la atención de un varón en forma
pecaminosa en lugar de agradar a Cristo.
No están glorificando a Cristo con su forma de vestir.
¿Recuerdas la
definición de codicia en 1 Tesalonicenses 4?
Codicia es deshonrar a otros y no tomar en cuenta a Dios. Es tratar a otros como un objeto
y utilizarlos para sus propios fines. La mujer que se viste provocativamente
revelando la figura de su cuerpo y enfatizando las zonas íntimas con el fin de
obtener lo que quiere (la atención de los varones y sentirse atractiva) está
cometiendo el pecado de codicia. Está
deshonrando a los varones utilizándolos para sus propios deseos
y provocándolos a codiciarla.
Promueve la codicia en el corazón de ellos. Si para el varón es un pecado codiciar a una
mujer (Mateo 5:28), ¡entonces para la mujer es pecado animar y provocar
intencionalmente la codicia en el corazón de los varones! Tiene un deseo que es mayor que su deseo de
agradar a Dios y está dispuesta a pecar para obtenerlo.
Querer ser codiciada es codicia:
La mujer cristiana debe ser casta y prudente en su
conducta. Tito 2:2-5. La
Palabra de Dios condena el hecho de incitar al sexo opuesto a
tener acciones, pensamientos y deseos sexuales que no agradan a Dios. Es un asunto serio pues los varones no son
los únicos que luchan con la codicia. La
dama cristiana debe cultivar la meta de ser una mujer piadosa que desea agradar
a Dios más que a los hombres. Querer ser codiciada es la versión femenina de la codicia.
Si usas tu cuerpo, tu carne para atraer a los varones
con el fin de obtener su atención;
¡Entonces no te sorprendas si atraes a un carnicero!
8.1. La Mujer Piadosa y Su
Vestido:
La mujer
cristiana debe tomar en serio lo que la Palabra de Dios dice en cuanto a su forma de
vestir. Su cuerpo ha sido diseñado por
Dios con el fin de ser sumamente atractivo y agradable para su esposo. Betsabé falló al bañarse a vista de David
provocando una seria de consecuencias que no se imaginó.
A las damas les interesa mucho su
presentación y eso no está mal, pues la Biblia afirma que la presentación de la mujer es
de suma importancia y su honor está en su cabello (1 Corintios 11:14). La idea es no poner demasiado énfasis en lo
exterior. Es decir, la dama debe
preocuparse por una buena presentación pero sin llegar al extremo de invertir
mucho dinero y tiempo y sin ser ostentosa.
No debe seguir la última moda, pero tampoco debe ser la última en dejar
la moda pasada viéndose ridícula.
Pablo y Pedro
ayudan mucho a las mujeres en este tema.
Sus instrucciones para la mujer cristiana son muy similares (1 Timoteo
2:9, 10.; 1 Pedro 3:1-6).
Pablo: El Vestido de la Mujer en 1 Timoteo 2:9, 10:
Con: Sin:
Ropa decorosa.
Pudor.
Modestia.
Buenas obras.
|
|
Peinados ostentosos.
Oro.
Perlas.
Vestidos costosos.
|
Pedro: El Vestido de la Mujer en 1 Pedro 3:1-6
No el externo de: Sino el interno:
El externo.
Peinados ostentosos.
Adornos de oro.
Vestidos lujosos.
|
|
El ornato de un
espíritu afable
y apacible.
|
La instrucción de Pablo en cuanto
a la forma de vestir de la dama cristiana en 1 Timoteo 2:9, 10 es muy similar a
la de Pedro en 1 Pedro 3:1-6. La dama
cristiana debe poner énfasis en lo interior en vez de lo exterior. La enseñanza positiva es que el vestido debe
ser decoroso,
modesto y piadoso; la instrucción negativa es que no debe ser ostentoso,
lujoso y costoso.
No arreglarse ni vestirse bien no
agrada a Cristo porque llama la atención hacia sí mismo. No le glorifica porque no dirige la atención
de otros al gozo que hay en el corazón donde mora nuestro Salvador. El descuido de una buena presentación también
es una falta, pues no glorifica ni refleja a Cristo sino atrae la atención
hacia sí mismo(a). Ningún extremo
(exagerar en arreglarse y descuidarse) agrada al Señor y no le glorifica.
La idea tanto para la mujer como
para el varón es vestirse para llamar la atención al rostro (y no al cuerpo o a
las zonas sensuales) con el fin de reflejar el gozo interno y así glorificar a
Cristo. La Biblia nos instruye que el
creyente debe tener un modo de pensar y una filosofía distinta a la del
mundo. Es importante entender no sólo lo
que debemos hacer en cuanto a la presentación personal sino también el por qué
nos vestimos así. Queremos agradar a
Cristo y glorificarle. El deseo debe ser
atraer la atención hacia Él mostrando lo que ha hecho en nuestro corazón. ¡Cuán
diferente es nuestro modo de vivir!
Mateo 5:27-28:
Hombres--------à Prov.6:24,
La
Comparación:
El
Vestir del Mundo:
|
El
Vestir Bíblico:
|
Énfasis en lo exterior, el cuerpo.
|
Énfasis en lo interior, el del corazón.
|
Atención dirigida al cuerpo y a las zonas íntimas.
|
Atención dirigida al rostro que
refleja gozo en el corazón.
|
Sensual y
provocativo.
|
Modesto y prudente.
|
Costoso, lujoso y vanidoso.
|
Sencillo mostrando buenas obras y el incorruptible
ornato de un espíritu afable y apacible.
|
Ostentoso, llamativo, llama la atención hacia sí mismo, exhibicionismo.
|
Decoroso, llamar la atención hacia las buenas obras
que a su vez dirigen la atención hacia Dios reflejando
Su imagen.
|
Confusión de los sexos – unisex.
|
Distinción de los sexos.
|
Novedoso y cambiante
siguiendo las modas actuales.
|
Prudente y firme siguiendo los principios eternos de
|
Meta: Glorificarse; egoísta.
|
Meta: Glorificar a Dios; Cristocéntrico.
|
Textos: 1 Pedro
3:1-7; 1 Timoteo 2:9, 10; 1 Corintios 11:2-16.
La enseñanza aquí no es arreglarse bien sino evitar las
modas del mundo, la ropa carísima y no poner énfasis en lo exterior. La belleza verdadera viene de un corazón
lleno de gozo y de manos que hacen buenas obras.
Véase Parte IX:
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