martes, 8 de noviembre de 2016

Parte III: LIBERTAD MORAL EN CRISTO: (2 Pedro 1:5-7)

Parte III:
LIBERTAD MORAL EN CRISTO:
(2 Pedro 1:5-7)
 Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Prolegómeno:

“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;… al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;… a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (2 Pedro 1:5-7).


Lección 1

FE:

PASOS DE ARREPENTIMIENTO COMPLETO:

Para ser librado de la culpa y dominio del pecado es indispensable que la persona se arrepienta en una manera completa (2 Cor.7:12).

PASOS NECESARIOS PARA UN VERDADERO ARREPENTIMIENTO:

1.1.       Estar De Acuerdo Con Dios:

Primero es necesario reconocer lo que Dios acerca de nosotros es cierto, que nuestro corazón es engañoso (Jr.17:9-10), que no hay nada de bueno en nosotros (Rom.3:10-11), pues tenemos una naturaleza moralmente depravada.
Cuando pecamos no es por un descuido nuestro, sino porque nuestra naturaleza desea vivir así. Es importante en humillarnos en reconocer que la evaluación que Dios tiene de nosotros es cierto (vea Juan 6:36; Rom.7:18). Reconocer la seriedad de la inmoralidad: Lv.20:19; Rom.1:32; Lc. 12:2-3; Rom.2:16.

1.2.     Discernir Las Causa Básica Del Pecado:

Hay un pecado que es la causa de los demás pecados que cometemos. Es de no querer dar a Cristo el primer lugar de nuestra vida: es decir, no queremos dejarle gobernar nuestra vida o dejarle ser el centro de nuestra vida. No le damos la gloria y el honor que le corresponde de ser Dios en nuestra vida (Rom.1:21).


Más bien, él YO [EL EGO] personal es el centro y dios en nuestra vida. Por eso pecamos, pues incitamos a hacer como nosotros queremos. Este pecado se llama rebeldía o deslealtad. Esta es la causa de los demás pecados.

Hay que arrepentirse de pecados individuales, necesitamos arrepentimientos de no haber dado a Dios su debido lugar en nuestra vida. En vez de arrepentirnos de haber sido desleal.


1.3.    Entender El Propósito De Dios En Permitirnos Pecar:

Para hallar completa paz, necesitamos armonizar en nuestra mente lo que nos pasó, tomando en cuenta que Dios desea enseñarnos algo por medio de ellos. No es que Dios apruebe el pecado o que alguna vez pequemos. Más bien es que a veces él permite que caigamos en pecado para enseñarnos alguna lección importante, como por ejemplo:
a.  Humillarnos en reconocer que todo lo bueno que hay en nosotros se debe a la gracia de Dios (1 Cor.15:10).
b.   Convencernos profundamente que la Carne de nada aprovecha (Rom.7:18).
c.  Mostrarnos las consecuencias trágicas del pecado, para que lo evites a toda costa (1 Tim.1:13, 16).

1.4.    Reconstruir Nuestra Manera De Pensar:

No es suficiente tratar de olvidar lo que nos pasó. Necesitamos reconstruir nuestra manera de pensar acerca de nuestros pecados:
a.      Para que no sigamos  sintiéndose culpables después de ser perdonados. Para esto es necesario crear lo que dice Juan 1:9, sin depender de lo que sintamos o entendemos.
b.      Para poder dar gracias a Dios cuando recordamos lo que paso (1 Ts.5:18).
No podemos dar gracias por nuestros pecados, pero podemos darle gracias por perdonarnos tan grandes pecados y que la experiencia de pecado que tuvimos nos servirá para advertir a otras personas contra el pecado, y para saber ayudar a otras personas a salir de esa clase de pecado.

1.5.    Abandonar Nuestro Pecado y Hacer Lo Que Dios Quiere:

La prueba final de que estamos verdaderamente arrepentidos es que abandonemos nuestro pecado cambiamos nuestra manera de vivir, hablar y pensar (Lucas 3:8; Tito 2:13).

1.6.    Definición:

El  pecado heredado es aquel estado pecaminoso con el cual nacen todos los humanos.
Los teólogos han usado varias clasificaciones para describir este concepto:
a.      Algunas le llaman, como, pecado heredado. Esto enfatiza la verdad de que todas las personas heredan este estado pecaminoso de sus padres, y los padres de los de ellos, hasta llegar a Adán y Eva.
b.      Otros le llaman la naturaleza pecaminosa, lo cual enfoca el hecho de que el pecado ha corrompido nuestra naturaleza entera. El término naturaleza pecaminosa provee un caro contraste entre esa naturaleza radical y sus frutos (los cuales son hechos particulares del pecado).
c.       Aun otros prefieren el término pecado original, porque el pecado original de Adán produjo esa corrupción de la naturaleza que fue transmitida por herencia a cada sucesiva generación.

1.7.    Jesús Es El Señor. (Rom.10:9):

La confesión con la boca y la fe en el corazón se refiere a la respuesta exterior e interior del cristiano. Su convicción íntima debe expresarse en lo interior. Cuando confiesa que Jesús es Señor afirma la Divinidad de Cristo y su exaltación, y el hecho de que él mismo, el cristiano, le pertenece. La creencia de uno en la resurrección demuestra que sabe que Dios actuó y triunfó en la cruz.

1.8.    El Remedio Para El Pecado Heredado:

El Remedio De Dios Es Doble:

1.      Nueva vida en Cristo al crear, la cual juzga a la carne (Rom.8:1; Gál.5:24); y

2.      La dádiva del Espíritu de Dios, que capacita al creyente para vivir libre del dominio de aquella vieja vida.

Etimología:

G4102 πίστις = pístis: de G3982; persuasión, i.e. credibilidad; moralmente convicción (de verdad religión, o la veracidad de Dios o de un maestro religioso), específicamente confianza en Cristo para salvación; abstractamente constancia en tal profesión; por extensión, el sistema de verdad religiosa (evangelio) en sí mismo:- fe, fidelidad, fiel, gracia. (Strong).


Lección 2

FE: a

DAR A DIOS EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE:

Dios, no es Dios en nuestra vida mientras él no tiene DOMINIO COMPLETO y AUTORIDAD SUPREMA en ella. Mientras estamos dominados por nuestro “YO” personal, mientras otra persona o cosa tiene el primer lugar en nuestra vida, Cristo no es Dios en nuestra vida.

Cristo es Dios (Rom.9:5; 1 Jn.5:20). Siendo Dios, él tiene doble derecho a nuestra vida:

1.      Por habernos creado (Salmo 100:3).
2.      Por habernos Redimido (1 Cor.6:19; 7:23).

Cristo desea salvarnos no solamente de nuestras culpas y del Infierno, sino salvarnos más que todo de nosotros mismos (para librarnos de una vida dominada por el egoísmo y la carnalidad). Vea lo que dice 2 Corintios 5:15 y Romanos 14:17, acerca de esto.

2.1.   PASOS PARA DAR A CRISTO EL PRIMER LUGAR:

1.      Pedirle perdón por nuestra rebeldía y deslealtad.
2.      Invitarle a tomar el trono de nuestro corazón.
3.      Entregarle nuestra vida y cuerpo, invitándole a tomar control completo (Rom.6:13; 1 Cor.6:15).
4.      Renovar esta entrega diariamente.
5.      Separar un tiempo cada mañana para orar y leer la Biblia buscando conocer mejor su voluntad.
6.      Consulte en toda decisión de la vida, y hacer lo que Él nos indica (Hech.9:6).
7.      Tomar en serio su PALABRA, llevándolo a la práctica (Lc.6:46; Is.66:2).

2.2.   ¿QUÉ SUCEDE CUANDO NACEMOS DE NUEVO?

Otra persona llega a vivir en nuestro corazón: El Señor Jesús. Esto es maravilloso, pero, aun después de nacer de nuevo, todavía tenemos aquella vieja naturaleza pecaminosa llamada “la carne”. El “YO” quiere continuar gobernando, y esto crea un problema, puesto que Cristo y el YO no pueden gobernar a la vez.
Sólo Cristo tiene el derecho de gobernar en nuestra vida, pero el “YO” continuara tratando de gobernar. Cada cristiano tiene que escoger si será gobernado por Cristo o por el YO. Los dos no pueden gobernar:

“Tenemos Que Escoger Entre Uno u Otro”.

Véase Parte IV:





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