jueves, 3 de noviembre de 2016

Parte I: JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS: (Hechos 1:7-9)

Parte I:
JESÚS: LOS CUARENTA DÍAS PERDIDOS:
(Hechos 1:7-9)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

La ascensión
“Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra… Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (Hechos 1:7-9)

INTRODUCCIÓN:
En este capítulo de su Evangelio, Lucas nos refiere la triunfante Resurrección del Señor, con muchos detalles que no hallamos en los otros evangelistas.
Siempre los curiosos quieren saber si fue en verdad que el Señor Jesús Resucito, después de estar tres días y tres noches en la tumba, por semana santa los medios televisivos trataron la Muerte y Pasión de Jesús pero una de ellas causo más interés por TUHISTORY (29-04-2013 En el programa de noche), entre teólogos y sacerdote católico sobre el tema: “Jesús: los 40 días perdidos”, creo que dan las evidencia que realmente si Jesús resucito en verdad, pero veamos quienes vieron esta Resurrección Gloriosa de Nuestro Señor y Salvador.
Ahora bien, véase el afecto y el respeto que las mujeres demostraron hacia Cristo, después que murió y fue sepultado. Obsérvese la sorpresa cuando hallaron removida la piedra y vacía la tumba. Los cristianos suelen quedar confundidos con lo que debiera consolarlos y animarlos. Esperaban hallar a su Maestro en su sudario, en vez de ángeles en ropajes refulgentes. Los ángeles les aseguraron que había resucitado de entre los muertos; ha resucitado por su poder. Estos ángeles del cielo no traen un evangelio nuevo, pero recuerdan a las mujeres las palabras de Cristo, y les enseñan a aplicarlas.
Podemos maravillarnos de estos discípulos, que creían que Jesús es el Hijo de Dios y el Mesías verdadero, a los que tan a menudo les había dicho que debía morir y resucitar, y luego entrar en su gloria, y que en más de una ocasión le habían visto resucitar muertos, pudieran tardar tanto en creer en su resurrección por su poder. Todos nuestros errores en la religión surgen de ignorar u olvidar las palabras que Cristo ha dicho.
Ahora Pedro corre al sepulcro, él que tan recientemente había huido de su Maestro. Estaba asombrado. Hay muchas cosas que nos causan estupefacción y confusión, y que serían claras y provechosas si entendiésemos correctamente las palabras de Cristo.
Veamos otros puntos. Según el arreglo de las evidencias por A. T. Robertson, hubo once apariciones de Jesús registradas después de la resurrección y antes de la ascensión, más el encuentro de Pablo con Jesús en el camino a Damasco. Diez de estas apariciones se encuentran en los Evangelios, o, según, Culpepper solo nueve. Cada Evangelio relata los eventos en una manera particular, ninguno pretendiendo abarcar todo lo que ocurrió (ver 20:30), pero todos concuerdan en los hechos básicos: la tumba vacía, la resurrección corporal de Jesús, las apariciones sólo a los discípulos, los cuales las recibieron con dudas y reserva, pero finalmente todos fueron convencidos.
Las diferencias en el contenido y la manera de presentar las apariciones hacen difícil un arreglo armónico. Algunos sugieren que estas diferencias restan valor a su autenticidad, pero otros creen que más bien la confirman, porque, como dicen, ¿qué autor falso o impostor habría dejado tantas diferencias? Las diferencias reflejan el propósito de cada redactor y su conocimiento personal de los hechos, o las tradiciones a su disposición. Morris acota que las mencionadas diferencias indican que tenemos la evidencia espontánea de testigos, no la repetición estereotipada de una historia oficial. Juan es muy independiente en su presentación, no relatando ninguna de las historias que los otros presentan. Lindars, quien rechaza la paternidad juanina, sugiere que el autor tenía a mano solamente tradiciones de tres de las apariciones. Plummer observa que las características distintivas de Pedro, Juan, Tomás, Magdalena y otros están en completa armonía con lo que se sabe de ellos de otros pasajes.

Varios eruditos ofrecen un intento de armonizar las apariciones, adoptando distintos criterios. Nos limitamos aquí a presentar el esquema de A. T. Robertson:
Ø a María Magdalena (Mr. 16:9–11; Juan 20:11–18);
Ø a las otras mujeres (Mt. 28:8–10);
Ø a los dos discípulos en camino a Emaús (Mr. 16:12 s.; Lc. 24:13–32);
Ø a Simón Pedro (Lc. 24:33–35; 1 Cor. 15:5);
Ø a los diez discípulos, sin Tomás (Mr. 16:14; Lc. 24:36–43; Juan 20:19–25);
Ø el domingo siguiente a los once discípulos, con Tomás presente (Juan 20:26–31; 1 Cor. 15:5);
Ø a los siete discípulos y la pesca milagrosa (Juan 21:1–25);
Ø a 500 personas en un monte, y una comisión a los discípulos (Mr. 16:15–18; Mt. 28:16–20; 1 Cor. 15:6);
Ø a Jacobo (1 Cor. 15:7);
Ø a los once, dándoles una comisión (Lc. 24:44–49; Hech. 1:3–8);
Ø la última aparición y la ascensión (Mr. 16:19 s.; Lc. 24:50,53; Hech. 1:9–12).

Veamos que sucedió en estos cuarenta días  después que el Señor Resucitó, con quienes se conectó o converso, o lo vieron para antes ascender a los cielos (al tercer cielo) su morada hasta su segunda venida.

Jesús: Los Cuarenta  Días Perdidos:




Cronograma de las apariciones:

1) María Magdalena Jn.20:11-17.
2) Camino a Emaús Lc.24:13-35.
3) Aparece a Los Discípulos Lc.24:36-49.
4) Tomás Jn.20:24-29.
5) Mar De Galilea Jn.21:1-19.
6) La Ascensión Hech.1: 6-11.

Si usted se da cuenta solo trabajaremos con seis hechos, o encuentro especiales del Señor con los discípulos y demás personas, que lo vieron después de la resurrección, hecho evidente que él vive, y está a la diestra de Dios Padre; ahora recuerda que según los hechos, el Señor ha tenido más encuentro con sus discípulos como usted ira notando en el presente estudio.


Véase Parte II:

















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