sábado, 12 de noviembre de 2016

UN DÍA COMÚN Y CORRIENTE: (Mateo 24:36-44; 25:1-13)

UN DÍA COMÚN Y CORRIENTE:
(Mateo 24:36-44; 25:1-13)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre… Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre… Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,… y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre… Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado… Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada… Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor… Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa… Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.  (Mt. 24:36-44) 

I.     La Nube Del Señor:

Leyendo un artículo. “Un día en Pompeya”, me llamó la atención que se repetía permanentemente el tema de que el 24 de agosto del 79 d. C., había empezado como un día común y corriente. La gente realizaba sus actividades habituales en sus casas, en el mercado y en el puerto de esta próspera ciudad romana de 20,000 personas. A las 8 de la mañana, empezaron a verse una serie de emanaciones en el cercano MONTE VESUBIO, las cuales fueron seguidas durante la tarde por una violenta erupción.
En menos de 24 horas, Pompeya y muchos de sus habitantes quedaron sepultados debajo de una espesa capa de ceniza volcánica. Algo totalmente inesperado.

A lo largo de la Biblia se menciona muchísimas veces la presencia de una nube. Si leemos bien Ex.13:21, se nos dice que Dios iba delante de los hebreos en una columna de nube. También en Num.16:42 surge la nube cubriendo el tabernáculo en un momento difícil para Moisés y Aarón. En Deut.31:15, Dios se aparece en la columna de nube:
·      Cuando Moisés subió al monte para estar cuarenta días y cuarenta noches, al séptimo día él llamó a Moisés de dentro de la nube (Ex.24:16).
·      Cuando Salomón traslada el arca en el tiempo de dedicación del templo, de Jehová se llenó con una nube (2 Cron.5:13). Todo indica una relación entre la nube y la presencia de Dios. Ahora bien, a esta nube se la conoce en algunos escritos hebreos como la shekinah, pero no es una palabra que esté en la Biblia.

*H6051 עָנָן = anán: de H6049; nube (como cubriendo el cielo), i.e. nimbo o nubes de tormenta:- niebla, nube, nublado. (Strong).

Hay quienes sostienen que es también la nube shekinah que apareció en el monte de la transfiguración*, (Mateo 17:2, V.5. Nube), la que más tarde le llevó a Jesús (Hechos 1:9, nube**) y la que en el futuro será la que Jesús utilizará en su segunda venida. El estudio de esta nube ha llevado a muchos a producir teorías atractivas.
*G3339 μεταμορφόω = metamorfóo: de G3326 y G3445; transformar (literalmente o figurativamente «metamorfosis»):- transfigurar, transformar. (Strong).
**G3507 νεφέλη = neféle: de G3509; propiamente nublado, i.e. (concretamente) nube:- nube.

NOTA: SHEKINÁ:
(Habitación). La palabra en sí no se encuentra en la Biblia. Se usa en el Tárgum y en los escritos cristianos primitivos para referirse a la presencia de Dios. Sin embargo, la idea que expresa esta palabra, "Dios que habita, que mora entre los hombres", es un concepto básico tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Debe leerse junto con la palabra "GLORIA", presencia de Jehová. En Núm. 16:42, la nube oculta y revela la presencia de Dios. Dios habita entre los hombres por su sola voluntad, y permanece siempre Señor de su presencia (Éx. 19:9, 16: 18). No se puede disponer de ella. Hay que confiar en ella y obedecerle (Éx. 13:21, 22; Éx. 40:34-38). Así desciende sobre el templo (1 R. 8:10) y habita allí entre querubines (Salm. 80:1; Is. 6:1-9).
Sin embargo, la tradición profética no da por sentada la permanencia de esa presencia, independientemente de la conducta del pueblo y la voluntad divina (Jr. 7:4ss; Ez. 8:6):
·      En el Antiguo Testamento, se afirma que en los tiempos mesiánicos volverá la Shekinah (Ez. 43:7, 9; Hag. 1:8; Zc. 2:10; Is. 60:2).
·      En el Nuevo Testamento, el pasaje central sobre la encarnación (Jn. 1:14: "habitó entre nosotros") es una clara referencia a la tradición veterotestamentarios de la Shekinah. En Lc. 2:9; Mt. 17:5; 2 P. 1:17, encontramos manifestaciones alusivas directamente a fenómenos visibles o audibles que acompañaban esa presencia divina. (Fuente: Wilton M. Nelson).

Un Tárgum (hebreo: תרגום‎, con vocalización, תַּרְגּוּם,[1] plural: תרגומים tárgumim[2]) originalmente era una traducción al arameo de la Biblia hebrea producida o compilada en el antiguo Israel y Babilonia desde el período de Segundo Templo hasta comienzos de la Edad Media (finales del primer milenio). Targum también significa "interpretación", además de "traducción".

Nosotros sólo podemos afirmar que dicha nube siempre indicó o cubrió la presencia divina; dicho de otro modo significaba la manifestación de la gloria de Dios. Aquí queremos afirmar que en la próxima venida del Señor, el firmamento será el escenario hacia dónde debemos dirigir nuestras miradas: habrá una gran señal en el cielo y veremos a nuestro Salvador viniendo sobre las nubes con gran poder y gloria.

(a) Estas Señales Serán Suficientes. Mt. 24:32-36.
La analogía[3] de la higuera ilustra el hecho de que habrá señales suficientes para anunciar de antemano la proximidad de la invasión romana. Aun cuando la temperatura es fresca en la primavera, la higuera anuncia la proximidad del verano por sus ramas tiernas y brotes verdes. Estas cosas (vv. 33, 34) se refieren a las señales que Jesús ya había mencionado (vv. 3, 15-26).

No pasará esta generación... (v. 34; Mt.23:36; comp. 11:16; 12:41) es una profecía clara que se refiere a la destrucción de Jerusalén. Jesús introduce la profecía con un solemne de cierto (amén  G281)[4].

Este evento se produjo casi exactamente a los 40 años de la fecha en la que Jesús pronunció estas palabras. Algunos de sus mismos discípulos serían testigos oculares de todas estas cosas que él había descrito. Aunque a éstos les parecía imposible que la profecía se cumpliera y menos en su generación, Jesús termina este párrafo asegurándose que aunque el mundo desapareciera, sus palabras se mantendrían en pie y se cumplirían (comp. 5:18).


(b) Cómo Esperar Su Venida. Mt. 24:37-25:13:
A partir de este momento, Jesús dirige la atención de sus discípulos decididamente hacia la culminación de los siglos y cómo ellos deberían esperarla (24:36-25:13). Emplea una variedad de métodos didácticos para grabar en sus mentes la importancia de estar preparados.
En esta sección Jesús emplea tres términos en referencia a la Segunda Venida:
·      Aquel día y hora (v. 36);
·      la venida del Hijo del Hombre (v. 39);
·      en qué día viene vuestro Señor (v. 42).

Jesús advierte que nadie puede pronosticar el tiempo en que la culminación de los siglos tendrá lugar, pues ese conocimiento pertenece sólo al Padre. Al afirmar que ni aun el Hijo (v. 36) sabía la hora de aquel evento, estaba contestando la pregunta de los discípulos (v. 3) y también revelando sus propias limitaciones, pues cuando se encarnó, se despojó a sí mismo... haciéndose semejante a los hombres (Filipenses 2:7)[5].
Su humanidad fue una realidad concreta y no meramente un espejismo, como sostenían erróneamente los gnósticos. ¡Cuánto tiempo se ha perdido y cuántos se han engañado por las vanas y orgullosas pretensiones de algunos que fijan fechas para la Segunda Venida! ¡Tales personas pretenden saber más que el mismo Hijo de Dios!

Ninguna señal especial (vv. 37-41). Para ilustrar el hecho de que nadie puede saber el día y hora (v. 36), Jesús cita el caso de Noé cuando, de repente, el diluvio cayó inesperadamente sobre la gente cuando cumplía las rutinas diarias (vv. 37-39).
Luego, describe dos casos —uno masculino y otro femenino— de cómo será la parousía[6], en forma totalmente inesperada (vv. 40, 41). En ese momento se producirá una separación. Los justos serán tomados (ver v. 41; comp. v. 31), quizá por los ángeles, y los injustos dejados (ver v. 41b).

El seguidor de Cristo debe vivir en la tensión entre el saber que su Señor volverá y el no saber cuándo. Jesús presenta dos imperativos para indicar cómo sus seguidores deben vivir mientras que esperan su retorno final:
·      Velad[7] (v. 42), y
·      estad preparados[8] (v. 44).
Son dos imperativos del tiempo presente, enfatizando una vigilancia constante y cuidadosa. Los dos son esencialmente sinónimos.

Dos Ilustraciones. Mateo 24:42-51:
Jesús presenta dos ilustraciones, en forma de parábola, sobre la importancia de la vigilancia constante:
v Primero, describe lo que pasa cuando el dueño de casa (v. 43) no toma las medidas apropiadas (comp. 1 Ts.5:2). Si Jesús hubiera vivido en nuestros días, quizá hubiera mencionado la necesidad de poner rejas en las ventanas y cerraduras fuertes en las puertas, dejando a alguien en la casa 24 horas al día para evitar un robo. ¡Cuántos lectores habrá que han sufrido pérdidas por los “amigos de lo ajeno” que aprovecharon un descuido en la vigilancia!
v La segunda, parábola presenta una advertencia a los súbditos del reino, como mayordomos, de vivir correctamente y servir fielmente en todo momento a fin de agradar a su Señor en su venida (Mateo 24:45-51).
Parece que Jesús está aludiendo a los líderes religiosos que, como mayordomos de los tesoros del reino, son responsables por la buena administración. Si especulan en cuanto al tiempo de la venida de su Señor, descuidando su ministerio y aun aprovechando su posición para lograr ventajas personales, el juicio será severo.

Fiel (v. 45) traduce el término griego pistós  G4103 [9] y en este contexto significa fiel en la obediencia, o fidelidad”. En cambio, prudente (v. 45b; comp. 7:24) significa uno que es juicioso y mira donde pisa”. Realmente la única manera de estar preparado para la venida del Señor es estar preparado siempre:
·      El que espera correctamente la venida del Señor será dichoso, oirá el bien siervo bueno y fiel (25:21, 23).
·      En cambio, el que dice saber el tiempo de la venida de su Señor, será tomado por sorpresa y castigado duramente.

II.   Una Parábola. Mateo 25:1-13:

A continuación Jesús ilustra, por medio de otra parábola, cómo el creyente debe esperar su venida. Es la de las diez vírgenes. Se observa de entrada que todo el cap. 25 es particular a Mateo.
Jesús continúa el discurso a los discípulos en el monte de los Olivos el martes al atardecer. Entonces (v. 1), que en el texto griego de Mateo se usa muchas veces como partícula de transición, aquí se usa como adverbio temporal, que es su significado básico. Parece que se refiere al día (24:36) que Jesús describe en el pasaje anterior, o sea, la parousía.
La frase será semejante a diez vírgenes... (v. 1) significa: ... “será comparado a la experiencia de diez vírgenes”.

La verdad central de la parábola se enfoca sobre la necesidad de estar siempre preparados para la parousía. En este caso la parábola reúne los requisitos de una alegoría, pues varios de los elementos tienen significado, por lo menos implícito. El novio es la figura central y representa a Jesús. Aunque algunos manuscritos griegos y versiones antiguas agregan “y a la novia” al fin del v. 1, es probable que se trata de un agregado de un escriba.
Las diez vírgenes (v. 1) representan la gente que espera la parousía, es decir, todos los que se identifican con la causa de Cristo. Entre estos, habrá muchos que no están preparados por ser creyentes meramente nominales.
La demora en la llegada del novio representa el lapso entre la primera y segunda venidas del Señor. La venida del novio en forma inesperada se refiere a la parousía. La entrada de las cinco vírgenes prudentes en la fiesta describe la salvación de las que estaban preparadas. El rechazo de las cinco vírgenes insensatas que no estaban preparadas describe el juicio y el rechazo final.

Según la costumbre de los judíos en el día de Jesús, había tres etapas en el proceso de contraer matrimonio:
·      Primero, se concretaba el compromiso, cuando el padre del novio y el de la novia se reunían para establecer formalmente el pacto.
·      Segundo, se hacía una reunión en la casa de los padres de la novia, estando presentes los novios, los padres de ambos y otros testigos, para cambiar los votos y desposarse (comp. Mt.1:18). Este compromiso se consideraba tan serio que para romperlo tendrían que efectuar un divorcio.
·      Tercero, después de varios meses de espera, se realizaba el casamiento formal. En esta etapa final, el novio, acompañado por sus amigos, iba a buscar a la novia a la casa de su padre y la traía de vuelta en una procesión a su propia casa, donde se realizaba la fiesta.

Jesús usó el contraste entre los insensatos y los prudentes en el Sermón del monte (7:24-29) donde éstos oían y obedecían las palabras del Señor, mientras que aquéllos solamente oían”. No se trata de un contraste estrictamente moral, entre buenos y malos. En esta parábola, las insensatas (v. 2) no se prepararon, no tomaron las medidas necesarias para cualquiera eventualidad. En cambio, las prudentes hicieron lo que era necesario para estar prontas en cualquiera hora de la noche.
Dios concede a todos unos tiempos para prepararse para la venida del Señor, pero antes de su llegada. No fueron reprimidas por haberse dormido, pues ambos grupos se durmieron (v. 5). El hecho de velary estar preparados no significa que uno no puede descansar y dormir cuando corresponde.

La salvación es una experiencia personal e intransferible. No se debe culpar a las prudentes por no estar dispuestas a compartir su aceite con las insensatas. El aceite significa sólo un estado de preparación o una experiencia genuina de salvación, la cual no sirve para cubrir la necesidad de otro. Las prudentes contestaron a las insensatas en forma terminante, con una triple negación (en griego) que se traduce literalmente...:
·      Para que no,
·      no,
·      no nos falte... (v. 9).
Las lámparas (vv. 1, 3, etc.) probablemente eran recipientes en que se echaba una cantidad limitada de aceite de oliva, con una mecha que se extendía hacia arriba. Muchas veces llevaban esta clase de lámpara en la punta de un palo que se alzaba sobre la cabeza. En v. 7 el verbo alistar (G2885) [10] significa poner en orden”, o adornar”, y en este contexto significa limpiar la mecha y llenar la lámpara con aceite. De este término en griego vienen nuestras palabras cosmos y cosmético”. Por ejemplo, el mundo es el adorno creado, u ordenado”, por Dios.

Es inoportuno aplicar aquí el concepto de la iglesia como novia o esposa de Cristo (ver Efesios 5:25). Si se hace, se crea una confusión inevitable de ideas por la mezcla de distintas figuras. En todo caso, las cinco vírgenes prudentes representan a la iglesia universal. No pueden a la vez representar a la novia y las acompañantes.
El momento más dramático llegó cuando se cerró la puerta (v. 10). El verbo es un pretérito indefinido y denota una acción terminante, final y en este caso irreversible. El clamor desesperado de las cinco vírgenes insensatas, al darse cuenta de la realidad de su situación, no logró cambiar la decisión del novio.
Tampoco lo logró el hecho de llamarle ¡Señor, señor! (v. 11; comp. 7:21). La respuesta del novio se introduce en v. 12 con un solemne de cierto (amén  G281[4]). No os conozco (v. 12), en el texto griego, es un verbo del tiempo perfecto que significa: No os he conocido y no os conozco ahora (v. 12).
La conclusión es lógica (v. 13). La venida del Señor es segura, el tiempo de su venida es desconocido [no se deje llevar por las sectas, o lo que la ciencia diga, etc…], por lo tanto la vigilancia constante es el consejo para todos los sabios y prudentes.

Concluyó:
El Señor Jesús les dijo a sus discípulos que volvería un día mientras la gente estuviera ocupada en sus tareas, comiendo, casándose [adulterando, fornicando, emborrachándose, fiestas sensuales, etc…], y sin tener la menor idea de lo que estaba a punto de suceder. “Más como en los días de Noé, así será la VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE” (Mateo 24:37).  

El propósito del Señor era instar a sus discípulos a VELAR Y ESTAR PREPARADOS: “Por tanto, también vosotros [yo, tu, ustedes, nosotros] ESTAD PREPARADOS; porque el HIJO DEL HOMBRE VENDRÁ a la hora que NO PENSÁIS (V.44).

¡Qué sorpresa gozosa sería dar la bienvenida a nuestro Salvador durante este día común y corriente!

¡Quizá Sea Hoy!
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Bibliografía:
[1]       Adviértase que la palabra תַּרְגּוּם, sin embargo, es aguda, no llana: תַּרְגּוּם. Cf. también תרגום‎. Es, cuanto menos, lamentable y cuestionable que la Real Academia de la Lengua priorice la acentuación tárgum en detrimento de targum, forma igualmente existente en castellano y que tiene la ventaja sobre la anterior de ser fiel a la acentuación original de esta palabra.
[2]       Adviértase que la forma de plural תַּרְגּוּמִים es aguda, no esdrújula.
[3] analogía. (Del lat. analogĭa, y este del gr. ἀναλογία, proporción, semejanza). f. Relación de semejanza entre cosas distintas. || 2. Razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes. || 3. Biol. Semejanza entre partes que en diversos organismos tienen una misma posición relativa y una función parecida, pero un origen diferente. || 4. Der. Método por el que una norma jurídica se extiende, por identidad de razón, a casos no comprendidos en ella. || 5. Gram. Semejanza formal entre los elementos lingüísticos que desempeñan igual función o tienen entre sí alguna coincidencia significativa. || 6. Ling. Creación de nuevas formas lingüísticas, o modificación de las existentes, a semejanza de otras; p. ej., los pretéritos tuve, estuve, anduve se formaron por analogía con hube. || 7. Gram. morfología. Microsoft® Encarta® 2009.
[4] G281 ἀμήν = amén: de origen hebreo [H543]; propiamente firme, i.e. (figurativamente) confiable, digno de confianza; adverbio ciertamente (a menudo como interjección así sea):- amén, de cierto. (Strong).
[5] Se despojó a sí mismo. La kenosis* (vaciamiento) de Cristo durante Su encarnación no quiere decir que renunciase a ningún atributo de Su Deidad, sino que tomó sobre Sí las limitaciones de la humanidad. Esto implicaba un velo sobre la gloria que tenía antes de la encarnación (Jn.17:5) y el desentenderse voluntariamente de algunas de Sus prerrogativas Divinas durante el tiempo en que estuvo en la tierra (Mt.24:36).
*kenoo (κενόω, G2758), vaciar, hacer vano. Se utiliza:
(a) de la fe (Rom.4:14: «vana resulta la fe»; rv: «vana es»);
(b) de la cruz de Cristo (1 Cor.1:17: «para que no se haga vana»);
(c) de Cristo, al vaciarse a sí mismo (Filp.2:7: «se despojó a sí mismo» [rv: «(se) anonadó»]);
(d) del gloriarse del apóstol Pablo en el ministerio del evangelio (1 Cor.9:15: «antes que nadie desvanezca»; rv: «haga vana»);
(e) de su gloriarse en la iglesia de Corinto (2 Cor.9:3: «no sea vano»; rv: «sea vana»). Véanse DESPOJAR, DESVANECER, VANO. (VINE).
[6] parousia = (παρουσία, G3952), lit: presencia (para = con, y ousia, un ser; de eimi = ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con. Por ejemplo, en una carta sobre papiro una dama habla de la necesidad de su parousia en cierto lugar a fin de atender algunos asuntos relacionados con su propiedad allí. Pablo habla de su parousia en Filipos (Filp.2:12; en contraste a su apousia, su ausencia; véase AUSENCIA). Otras palabras denotan la llegada (véanse eisodos y eleusis, encima). Parousia se usa para describir la presencia de Cristo con sus discípulos en el monte de la transfiguración (2 P.1:16). Cuando se usa del retorno de Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, significa no meramente su llegada momentánea por sus santos, sino su presencia con ellos desde aquel momento hasta su revelación y manifestación al mundo. En algunos pasajes la palabra da prominencia al inicio de aquel período, implicándose el curso del período (2 P.3:4). En otros, es el curso del período lo que es prominente (Mt.24:3; 24:37; 1 Ts.3:13; 1 Jn.2:28); en otros la conclusión del período (Mt.24:27; 2 Ts.2:8).
También se usa esta palabra del Inicuo, del hombre de pecado, de su acceso al poder y de sus actos en el mundo durante su parousia (2 Ts.2:9). Además de Filp.2:12 (véase más arriba), se usa de la misma manera del apóstol, o de sus compañeros (1 Cor.16:17; 2 Cor.7:6-7; 2 Cor.10:10; Filp.1:26); y del día de Dios (2 P.3:12). Véanse PRESENCIA, VENIDA.
Nota: Para un tratamiento más pleno de parousia, vease Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 87, 88.
[7] gregoreo = (γρηγορέω, G1127), velar. Se emplea:
(a) de mantenerse despierto (p.ej., Mt.24:43; 26:38; 26:40-41);
(b) de vigilancia espiritual (p.ej., Hech.20:31; 1 Cor.16:13; Col.4:2; 1 Ts.5:6; 5:10, para lo cual véase Nota: más abajo; 1 P.5:8; Ap.3:2: «Sé vigilante», 3; Ap.16:15).
Nota: En 1 Ts.5:10 se traduce «para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él». No se emplea en este pasaje en el sentido metafórico de «estar vivo»; aquí se pone en contraste con katheudo, «dormir», que nunca es empleado por el apóstol con el significado «estar muerto» (tiene este significado solo en el caso de la hija de Jairo, Mt.9:24, donde en realidad se emplea en contraste con apothnesko, morir). Por ello, el significado de gregoreo es aquí el de vigilancia y expectación en contraste con la laxitud e indiferencia.
Todos los creyentes vivirán con Cristo desde el momento del arrebatamiento descrito en 1 Tesalonicenses cap. 4; porque todos ellos tienen ahora vida espiritual, aunque la condición espiritual y los logros de cada uno de ellos varían considerablemente. Aquellos que son laxos y dejen de velar sufrirán pérdida (1 Cor.3:15; 9:27; 2 Cor.5:10, p.ej.), pero el apóstol no está tocando aquí este aspecto del tema. Lo que sí pone en claro aquí es que el arrebatamiento de los creyentes en la segunda venida de Cristo dependerá solo de la muerte de Cristo por ellos, y no de la condición espiritual en que se encuentren. El arrebatamiento no es asunto de recompensa, sino de salvación.
[8] G1096 γίνομαι = gínomai: prolongado y voz media de un verbo primario hacer que sea («gen» -erar), i.e. (reflexivamente) llegar (llegar a ser), usado con gran latitud (literalmente, figurativamente, intensivo, etc.):- acabar, acercar, acontecer, alcanzar, caer, cesar, comportarse, constituir, continuar, convertir, cumplir, Dios (nos libre), dividir, divulgar, efectuar, espantar, expulsar, gobernar, hacer, intervenir, levantar, librar, llegar, llenar, (de ninguna) manera, nacer, participante, pasar, poner, producir, quedar, quitar, reducir, resultar, sobrevenir, suceder, temblar, venir, volver.
G2092 ἕτοιμος = jétoimos: de un sustantivo antiguo ἔτεος = éteos  (condicionamiento); ajustado, i.e. listo:- preparar, preparativo, presto, disponer, listo.
[9] pistos = (πιστός, G4103), adjetivo verbal, relacionado con peitho (véase FE, A). Se usa en dos sentidos:
(a) pasivo, fiel, digno de confianza, fiable, fiel, dicho de Dios (p.ej., 1 Cor.1:9; 10:13; 2 Cor.1:18; 2 Tim.2:13; Heb.10:23; 11:11; 1 P.4:19; 1 Jn.1:9); de Cristo (p.ej., 2 Ts.3:3; Heb.2:17; 3:2; Ap.1:5; 3:14; 19:11); de las palabras de Dios (p.ej., Hech.13:34; 1 Tim.1:15; 3:1; 4:9; 2 Tim.1:9; 3:8; Ap.21:5; 22:6); de los siervos del Señor (Mt.24:45; 25:21; 25:23; Hech.16:15; 1 Cor.4:2; 4:17; 7:25; Ef.6:21; Col.1:7; Col.4:7; 4:9; 1 Tim.1:12; 3:11; 2 Tim.2:2; Heb.3:5; 1 P.5:12; 5:3; Juan 5; Ap.2:13; 17:14); de creyentes (Ef.1:1; Col.1:2);
(b) activo, con el significado de creyente, confiante, que se apoya (p.ej., Hech.16:1, femenino; 2 Cor.6:15); Gal.3:9 parece estar bien traducido a este respecto, ya que el contexto destaca la fe de Abraham en Dios, más que su fidelidad. En Juan 20:27 el contexto demanda un sentido activo, ya que el Señor está reprochando a Tomás su falta de fe: «no seas incrédulo, sino creyente» (rvr, en lugar de la traducción de la rv: «sino fiel»). Con respecto a los creyentes, algunas veces la mención es en sentido activo, en ocasiones en el pasivo; esto es, algunas veces como creyentes, otras veces como fieles. Véase Lightfoot sobre Gálatas, p. 155.
Notas:
(1) En 3 Jn.1:5  se traduce «Amado, fielmente te conduces» en lugar de rv: «Amado, fielmente haces todo». La traducción literal es «tú haces (poieo) una cosa fiel, todo aquello que tú obras (ergazo). «Esto no queda bien como traducción. Hacer una obra fiel es hacer lo que es digno de un hombre fiel. La rv y rvr dan un significado, pero no es exacto como traducción. Westcott sugiere «tú haces seguro (piston) todo aquello que tú obras» (esto es, no perderá su recompensa). El cambio entre poieo, hacer, y ergazo, obrar, debe ser mantenido, como lo hace la nm, que traduce «tú obras fielmente todo cuanto haces». Cf. Mateo 26:10 (ergazo y ergon).
(2) Para el adjetivo apistos, véanse Incrédulo, INFIEL, etc. (VINE).
[10] kosmeo = (κοσμέω, G2885), principalmente arreglar, poner en orden. (En castellano, cosmético). Se usa de amueblar una habitación (Mt.12:4; Lc.11:25), y de arreglar, o disponer, las lámparas (Mt.25:7). De ahí, adornar, ornamentar, como adornar los monumentos funerarios (Mt.23:29); edificios (Lc.21:5; Ap.21:19); la propia persona (1 Tim.2:9; 1 P.3:5; Ap.21:2); metafóricamente, de adornar una doctrina (Tito 2:10). Véanse ARREGLAR, ATAVIAR. (VINE).
-    e-Sword-the. LEDD.
-    Biblia de Estudio RYRIE.
-    El Pan Diario 2016.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 25//01//2016.













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