La “Psicologización” De La Iglesia:
(2 Pedro 1:3)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Como todas las
cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento[1] de aquel que nos llamó
por su gloria y excelencia”.
(2 Pedro 1:3)
Uno de los fenómenos de la era en que vivimos
es la manera en que la Iglesia ha sido infiltrada por la psicología secular. En
contradicción a 2 Timoteo 3:16, 17, la Biblia ya no es considerada como
suficiente base para el aconsejamiento. Necesitamos psicoterapia. Ya no se
confía en el Espíritu Santo para que produzca los cambios necesarios en la vida
de los creyentes.
Ni en la competencia para orienta de personas sabias como
los ancianos y ancianas de las Iglesias. Tienen que enviar a su gente a un
terapeuta profesional. Esto a pesar del hecho de que Dios nos ha dado en la
Palabra y mediante el Espíritu todo lo necesario para la vida y la piedad (2
Pedro 1:3).
I. La Dependencia De Dios A Los Problemas De
Los Creyentes:
Durante generaciones, los cristianos llevaron sus
problemas al Señor en Oración. Ahora han de llevarlos a un psiquiatra o a un psicólogo. A los jóvenes ya no se les
apremia a que prediquen la Palabra. Ahora el lema es “Practicad la orientación psicológica”.
La orientación
profesional ha llegado a ser una vaca sagrada hasta tal punto que alguien
saldrá inevitablemente en su defensa. ¿Qué es lo que está tan mal con ella?
Daré a continuación once puntos por los que está mal.
1.1. La Atención De La Persona Es Dirigida Al YO
En Lugar De A Cristo:
Este es un fallo fatal. No hay victoria en el YO[2]. El autoexamen no es una cura. Los buenos
marinos no echan el ancla dentro del barco.
Necesitamos, y
este Alguien es Cristo. Más tarde o más temprano debemos darnos cuenta de que
nuestra ocupación con Cristo es el camino a la victoria en la vida cristiana (2
Corintios 3:18).
V.18: La gloria que el Espíritu imparte al
creyente es superior, en calidad y duración, a la que Moisés experimentó. Al
contemplar la naturaleza de Dios sin el velo en nuestra mente, nos
asemejamos a Cristo. En el evangelio vemos la verdad de Cristo y ella transforma
nuestra moral en la medida que la entendemos y la usamos.
Cuando
aprendemos de la vida de Cristo podemos entender lo maravilloso que es Dios y
lo que a Él en realidad le agrada. En la medida que nuestro conocimiento[1] se profundiza, el
Espíritu Santo nos ayuda a cambiar. Llegar a ser como Cristo es una experiencia
progresiva (véanse Romanos 8:29; Gálatas 4:19; Filipenses 3:21; 1 Juan 3:2).
Cuanto más cerca sigamos a Cristo, más nos asemejamos a Él.
Ibsen, el
dramatista noruego, cuenta acerca de una visita que hizo Peter Gynt a un
hospital psiquiátrico, Toda la gente parecía normal. Nadie parecía loco.
Hablaban muy razonablemente acerca de sus planes. Cuando Peter le mencionó esto
a un médico, éste le dijo: “Están locos. He de admitir que hablan de manera muy
racional, pero todo es acerca de ellos mismos. Están, de hecho, muy
inteligentemente absorbidos en su Yo. Es el Yo mañana, mediodía y noche. No
podemos apartarnos del Yo aquí. Lo arrastramos con nosotros, incluso en nuestros
sueños. Ah, sí, joven, hablamos de manera racional, pero estamos bien locos”.
1.2.
La Psicología Moderna Se Basa En
Sabiduría Humana, No Divina:
Es la opinión de
los hombres en lugar de la autorizada Palabra de Dios. La variedad de opiniones
humanas se ve en el hecho de que hay más de 250 sistemas de psicoterapia y más
de 10,000 técnicas (incluyendo una para ayudar a tus animales domésticos), y
cada una de ellas pretende la superioridad sobre las demás.
Dice Don Hillis: “Esta
tendencia conlleva al menos un elemento de peligro: el razonamiento humano toma
el puesto de la Palabra de Dios para la resolución de los problemas emocionales
y espirituales. Las respuestas racionales… que no estén basadas en principios
espirituales pueden dar un alivio temporal, pero a su vez pueden resultar
desilusionantes y perjudiciales”.
1.3. Muchos, Y Probablemente La Mayoría, De Los
Problemas Por Los Que Busca Consejo
Tiene Su Causa En El Pecado:
Matrimonios rotos, familias rotas,
conflictos interpersonales, ansiedad, drogas, alcohol, y algunas
formas de depresión. Para estos problemas no necesitamos el diván, sino la
Cruz. Sólo el Salvador nos puede decir: “Tus pecados te son perdonados; ve en paz”.
1.4.
La Orientación Moderna Se Dedica a La
Desviación De La Culpa:
Al pecado se le llama
Enfermedad. O está causada por el ambiente de una persona. Se les echa a los
padres la culpa por la conducta inaceptable de los hijos.
Como resultado,
se libera a la gente de la responsabilidad personal. John MacArthur habla de
una mujer que dijo que tuvo un problema durante años con fornicación compulsiva: “El consultor
sugirió que su conducta era el resultado de unas heridas recibidas de un padre
pasivo y de una madre imperiosa”.
Henry Sloane Coffin valoró la situación de manera
penetrante:
“La actual
psicología añade… coartadas morales. Los hombres y las mujeres se hacen
analizar, y encuentran emancipación en el destierro de los feos nombres que una
religión vigorosa daba a los pecados, y en la asignación de nombres sin
sugerencia de culpa. Son mal ajustados o introvertidos, en lugar de faltos de
honradez o egoísmo. Un padre de edad madura se cansa de su mujer y se enreda
con una mujer que tiene la mitad de su edad, y un terapeuta le dice que está
sufriendo de “un espasmo de readolescencia”, cuando se le
debería confrontar con el mandamiento “no
adulteras”.
1.5. La Psicoterapia[3]
Obra De Manera Directamente Contraria Al Espíritu Santo Al Enfatizar La
Importancia De Una Buena Autoimagen, De Un Caso Sano De Autoestima:
El Espíritu
Santo está tratando de llevar a los pecadores a la convicción del pecado, y
llevarlos al Arrepentimiento. Está tratando de Restaurar a los Creyentes
desviados y llevarlos a la confesión.
Cualquier
autoestima que no esté basada en el perdón de los pecados y en la posición del
hombre en Cristo es falsa hasta la médula.
1.6.
Luego Tenemos, Naturalmente, La Faceta
Financiera:
James Montgomery
Boice comenta:
“De modo que en nuestros tiempos tenemos el fenómeno singular de gente que
pagan a otras personas para que les escuchen, que es de lo que tratan las
profesiones de psiquiatría, psicología y consejería. La consejería es un
negocio millonario en dólares. Pero la realidad es que en la inmensa mayoría de
los casos no se trata de que los consejeros orienten o aconsejen a sus
consultantes. Básicamente, todo lo que hacen es escuchar. Se les paga para
hacer lo que en tiempos pasados otras personas hacían voluntariamente”.
Cuando una
señora se quejó de que en veinte años de acudir a un psicólogo no había
recibido ayuda, una amiga le preguntó: “¿Has ido alguna vez a la Iglesia en busca de ayuda?”.
“No. Todo lo que la Iglesia quiere es
tu dinero”.
“¿Cuánto le has pagado al psicólogo[4]?”.
“Le he pagado 60$ Dólares a
la semana durante estos veinte años, y esto con un salario mensual de 2,400$
dólares”.
“En Huancayo-Perú cobran de S/.
100.00, A S/. 120.00 nuevos soles por sección o consulta, imagínese, o saque
pluma”.
Y en verdad todos los centro de Salud están llenos de pacientes, aparte que los
pacientes tienen que ir al consultorio privado de los médicos psiquiatras y
psicólogos que da el Minsa, y EsSalud, tremendo negocio.
Aquí algunos
datos:
De acuerdo a los Estudios Epidemiológicos en Salud Mental (EESM) que desarrolla
el INSM “HD-HN” desde el año 2002(1), la presencia de al menos alguna
discapacidad o inhabilidad en la población general es en promedio del 14%,
fluctuando entre 8,3% en las ciudades de la Sierra Rural hasta 26.5% en Lima y
Callao (Gráfico Nº 1). En cuanto a las actitudes hacia la persona con trastorno
mental, se ha encontrado que la aceptación hacia ellas varía desde un 13.3% en
ciudades de la sierra rural hasta 35,1% en ciudades de la costa peruana; la
actitud de ayuda hacia ellas estuvo presente desde un 42,8% de personas en
ciudades de la costa peruana hasta el 58,7% en ciudades de la sierra rural. Las
actitudes de alejamiento fueron reportadas por 14,8% de la población, de
indiferencia por 4,3% y el rechazo explícito por 1,8% a nivel nacional (Gráfico
Nº 2). Favio Vega Galdós, Médico Psiquiatra. Censo al 2010. Esta es una
estadística a vuelo de pájaro, para que usted reflexiones al asunto.
Otra mujer objetó a lo que llamaba el doble estándar
de su analista.
“Durante
seis años fui a ver a mi analista cinco veces a la semana y me privé de muchos
de los pequeños extras de la vida, como vestidos bonitos y vacaciones, para poder pagarlo.
Pero cuando enfermaba y perdía una sesión, pasaba algo extraño. Mi analista
insistía en que mi enfermedad era una especie de venganza psicosomática que
estaba subconscientemente resistiéndose al tratamiento. Naturalmente, siempre
tenía que pagar. Pero cuando se iba para su acostumbrada vacación de un mes
entero en agosto, dejándome a la deriva, sola y llena de pánico con muchos
conflictos sin resolver, se suponía que yo tenía que entender cómo sus
vacaciones no interrumpen el análisis”.
Rollo May, una
voz líder en la profesión desde sus comienzos a principios de la década del
1950, lamentaba que la psicoterapia hubiera sucumbido al afán de lucro y a las “añagazas”.[5] “La psicoterapia”. Dice él, “se ha
convertido en un negocio donde tiene clientes y ganas dinero”.
Muchos que practican esta profesión afirman que para ser eficaz, el tratamiento
debe constituir un sacrificio económico para el “paciente”.
Éste no lo
respetaría si fuera una ganga. No hay para extrañarse de los chistes que hace
la gente: Un neurótico es uno que
construye castillos en el aire. Un psicótico es quien vive
en ellos. Un terapeuta es el que
cobra el alquiler.
1.7. A Veces Los Hay Que Pagar Una Pequeña Fortuna
Para Ser Analizados Cuando Lo Que Necesitan Es Un Médico Normal.
Durante dos años
de orientación, un autor se quejaba de que cuando trataba de leer se le nublaba
la vista. El terapeuta le contestó que “la incapacidad para concentrarse era un síndrome típico
en personas con ansiedad flotante”. Entonces difícil ganar dinero
suficiente para pagar al psicólogo, el consultante se fue a ver a un oculista.
Éste le sugirió que un par de gafas graduadas le curarán el síndrome. Se lo
curaron.
1.8. Los Consejeros Cristianos Pretenden Refundir
Las Mejores Percepciones De Hombres Irregenerados Como Freud, Rogers, Maslow, y
Jung Con Enseñanzas De La Biblia.
Es una unión
impía. En un congreso sobre consejería cristiana en 1988, Jay Adams dijo: “Con todo mi
corazón os apremio a abandonar la tarea infructífera a la que he aludido: el
intento de integrar el paganismo y la verdad bíblica… Pensad en los millones de
horas, y en que más de una generación de vidas ya ha sido gastada en esta tarea
sin esperanza. ¿Por qué no hay resultados discernibles? Porque sencillamente no
es factible… El aconsejamiento tiene que ver con cambiar a la gente. Y ya
sabéis, esto es cosa de Dios”.
1.9. Ni Siquiera En La Mayor Parte De La Práctica
Del Aconsejamiento Cristiano No Se Acepta La Oración Como “Técnica” Viable.
Con mucho, se
tolera. En el peor de los casos se descuida. Pocos terapeutas[6] cristianos pasan un tiempo
significativo Orando con sus consultantes.
¿Hemos de creer
acaso que la oración tiene sólo una importancia marginal para contender con los
problemas de la vida? ¿Acaso hemos estado equivocados todos estos años al creer
que si cumplimos las condiciones de Dios, ÉL dará respuestas a nuestras
Oraciones?
1.10. En Muchas
Iglesias, El Ministerio Es Psicología Con Un Ligero Barniz De Fraseología
Bíblica.
La gente va
a buscar pan, y reciben una piedra.
1.11. Para Decir
Sin Ambages, La Psicoterapia No Ha Resultado Eminentemente Eficaz., Y En Muchos
Casos Ha Sido Dañino:
En años
recientes, algunos valientes autores cristianos han levantado señales de alarma
acerca de toda el área de la consejería psicológica. Por ejemplo:
Ø
Capacidad
para Orientar, por J. E. Adams (1980).
Ø
La
Psicología como religión: La secta de la adoración del YO, por Paul C. Vitz
(1977).
Ø
La
vía psicológica/la vía espiritual, por Martin y Deidre Bobgan (1979).
Ø
Seducción
psicológica, por W. K. Kilpatrick (1983).
Ø
La
seducción de la cristiandad, por David Hunt y T. A. McMahon (1985).
Ø
Psicoherejía,
por Martin y Deidre Bobgan (1987).
Ø
Más
allá de la seducción, por David Hunt (1987).
Ø
Profetas
de la Psicoherejía, por Martin y Deidre Bobgan.
Los opositores o
bien han echado los libros a un lado con un ademán de desdén, o bien han
acusado a sus autores de provocadores de divisiones y una multitud de otros males.
Sin embargo, tienen que enfrentarse ahora con el hecho de que profesionales no
cristianos en este campo están publicando graves dudas y desilusión en cuanto a
la psicoterapia.
Unos pocos ejemplos son:
Ø
El
mito de la psicoterapia, por el doctor Thomas Szasz (1978).
Ø
Psicoanalización
y encogimiento de América, por Bernie Zilbergeld (1983).
Ø
Contra
la Terapia: Tiranía Emocional y el Mito de la Sanidad Psicológica, por Jeffrey
Masson (1988).
El doctor Szasz,
profesor de psiquiatría en la Universidad Estatal de Nueva York, ha sido un
crítico vocal durante años. Ha llamado a la psiquiatría[7] una pseudociencia, como la astrología y la
alquimia. Afirma que el concepto de enfermedad mental es un mito, una
cómoda etiqueta adoptada para disfrazar
y hacer con ello más aceptable la amarga
píldora del conflicto moral en las relaciones humanas. Insiste él en que
ninguna forma de conducta anormal es una enfermedad, y que por tanto el
tratamiento de las mismas no entra dentro del campo de la medicina.
Va aún más
lejos. Dice que quizá la mayoría de las técnicas psicoterapéuticas son dañinas
para los pretendidos pacientes. “Todas estas intervenciones y propuestas deberían por
tanto ser consideradas como dañinas hasta que no se demuestre lo contrario”.
Zilbergeld dice que por lo general es tan útil para un consultante hablar con
un lego como con un profesional.
Jeffrey Masson
es graduado del Instituto Psicoanalítico de Toronto y miembro de la Asociación
Psicoanalítico Internacional. Tuvo el cargo de Director de Proyectos de los
Archivos Sigmund Freud. En el prefacio de Contra la terapia, escribe. “Este es un
libro acerca de por qué creo que la psicoterapia, de cualquier tipo, es un
error. Aunque criticó a muchos terapeutas y terapias de manera individual, mi
objetivo principal es destacar que el mismo concepto de psicoterapia es un
error”.
El doctor Hans
J. Eysenck, profesor de psicología en la Universidad de Londres, descubrió que
entre el 66 y el 77 por ciento de los “pacientes” neuróticos[8] se recuperan o mejoran en gran
parte con o sin psicoterapia. La mejora es espontánea.
O. Hobart
Mowrer, profesor de psicología en la Universidad de Illinois, dijo: “Al ir desgranando el reloj de la historia las
décadas de este siglo, hemos descubierto gradualmente que el gran postulado de
Freud, esto es, que toda nuestra conducta puede ser achacada a otros y que la
meta de la vida no es actuar moralmente, sino librarnos de culpa, nos ha hecho
caer de la sartén al fuego”.
La pretensión de
que la psicoterapia tiene una gran proporción de éxitos no está basada en
hechos. En el estudio de Cambridge-Somerville, delincuentes juveniles
potenciales que recibieron orientación psicológica resultaron peores que le
grupo de control que no había recibido orientación.
También se
debería observar que en la psicoterapia se da un efecto psicosomático[9] o de placebo. “Una intensa expectativa de mejora, alimentada
por la promesa del terapeuta de que puede tratar el problema de manera eficaz,
lleva a una sensación de buenos resultados y de encomio entusiasta, aunque no
hay un cambio real”.
Así que, ¿Cuál es la conclusión?
Conclusión:
Es que “un gran
movimiento revolucionario que prometía explicar en términos científicos todas
las enfermedades neuróticas y curar muchas de ellas” ha fracasado en
su intento. Y en tanto que muchos profesionales seculares están admitiendo que
hay una práctica inexistencia de éxito dramáticos y de curaciones, la Iglesia
evangélica se está apiñando más y más en torno a la psicoterapia en lugar de en
torno a la Biblia como la brillante panacea para las Tensiones, Ansiedades, y
otros problemas, psico sociales de nuestros tiempos y necesidades.
Citando de nuevo a Don Hillis: “Quizá sea ya el momento para que
la iglesia haga un cierto examen de Conciencia acerca del hecho de que personas
religiosas están volviéndose más a los psicólogos y psiquiatras que a la
Iglesia en busca de ayuda. Quizá alguien debería inquietarse cuando la juventud
cristiana piensa que pueden hacer más por la humanidad como psicólogos y
psiquiatras que como pastores y evangelistas.
Quizá un examen renovado del Libro revelará una psicología espiritual que
proveerá respuestas espirituales a las necesidades emocionales y mentales del pueblo de Dios”. Hay lugar para
la orientación, pero ha de ser orientación bíblica. No debe desplazar la
Biblia, ni al Espíritu Santo, ni la Oración. No debe proveer excusas para el
pecado ni aligerar a las personas de su responsabilidad personal, ante Dios.
APÉNDICE:
SEDIN,
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UN TESTIMONIO:
Cuando tenía unos treinta y pocos
años me enredé con otra mujer.
Caí en un profundo pozo de pecado —y pecado de la clase más repelente— que me
llevó a rechazar todo pensamiento de Dios y que casi rompió nuestra vida de
familia. Cinco meses en un hospital mental bajo los cuidados de los mejores
psiquiatras no marcó diferencia alguna en mi actitud ante la vida. Salí del
hospital peor de cómo había entrado. Había desarrollado una terrible
tartamudez; tomaba fármacos de noche para intentar poder dormir, y tomaba
píldoras durante el día para intentar mantenerme en marcha; me esforzaba lo
indecible para evitar ningún contacto personal; desfallecía en la calle e
increpaba a quien quisiese ayudarme. Estaba decidido a proseguir con mi egoísta
y pecaminosa forma de vivir, por mucho mal que hiciese a otras personas.
Entonces,
una navidad, mi hijo Alan (que entonces tenía sólo ocho años) me dio una
tarjeta donde se veía al Señor de pie ante una puerta, llamando. «Mira, estoy a
la puerta y llamo; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y
comeré con él, y él conmigo». Apocalipsis 3:20 Durante largo tiempo
me aparté deliberadamente de esta imagen. Pero el llamamiento se hizo más y más
insistente hasta que finalmente, a las diez de la noche del 26 de junio de
1961, totalmente desesperado y casi incrédulo, dije: «Señor, tú dices que puedes cambiar las
vidas de las personas: entra en mi corazón y cambia la mía». Al
final había dado el paso de fe, e inmediatamente tuve respuesta a mi oración.
Desde aquel momento en adelante hubo una total transformación en mi vida.
Del libro New Life, New Lifestile, de Michael
Green,págs. 111-112 (Hodder and Stoughton, Londres 1991)
“Nota del editor”: Este artículo se presenta como
un tema a discutir; no significa que se está condenando la psicología. Se busca
una reflexión seria y acción consecuente de parte de Dios para que no se desvié
de lo que dice la Palabra por escuchar lo que “suena bien”, Señala a la
psicología como una técnica de la psicología que está haciendo estragos en el
seno de la iglesia porque ignora la confesión de pecados.
____________
Notas
y Bibliografía:
[1] epignosi = (ἐπιγνώσις,
G1922),
relacionado con A, Nº 3, denota un conocimiento total, discernimiento,
reconocimiento. Es forma intensificada del Nº 1, expresando un conocimiento más
pleno, o un conocimiento pleno, una mayor participación por parte del conocedor
en el objeto conocido, influenciándole más poderosamente. No se halla en los
Evangelios ni en los Hechos. Pablo lo usa 15 veces (16 si se incluye Heb.10:26)
de las 20 veces que aparece en el NT; Pedro lo usa 4 veces, todas ellas en su
segunda epístola. Contrastar Rom.1:28 (epignosis) con el verbo simple en el v.
21. «En las cuatro epístolas del primer cautiverio en Roma constituye un
componente de la oración introductoria por el bienestar de sus destinatarios (Filp.1:9;
Ef.1:17; Col.1:9; Flm.1:6)» (Lightfoot).
Se
utiliza con referencia a Dios en Rom.1:28; 10:2; Ef.1:17; Col.1:10; 2 P.1:3;
Dios y Cristo (2 P.1:2); Cristo (Ef.4:13; 2 P.1:8; 2:20); la voluntad del Señor
(Col.1:9); toda cosa buena (Flm.1:6); la verdad (1 Tim.2:4; 2 Tim.2:25; 3:7;
Tito 1:1); el misterio de Dios (Col.2:2: «a fin de conocer el misterio», lit.,
«a un pleno conocimiento»). Se usa sin mención de un objeto en Filp.1:9;
Col.3:10: «renovando hasta el conocimiento plenoª. Véase CIENCIA. (VINE).
[1] yo. (Del lat.
eo, de ego). pron. person. Forma de nominativo de 1.ª persona singular en
masculino y femenino. || 2. Fil. Designa la realidad personal de quien habla o
escribe. || 3. m. Fil. El sujeto humano en cuanto persona. El yo. Mi yo. || 4.
Psicol. Parte consciente del individuo, mediante la cual cada persona se hace
cargo de su propia identidad y de sus relaciones con el medio. || ~ que tú, que
usted, etc. exprs. coloqs. Si yo estuviera en tu, su, etc., lugar. □ V. ~
pecador. Microsoft® Encarta® 2009.
Griego: ego = (ἐγώ, G1473),
caso nominativo del pronombre personal de la primera persona. Sin embargo,
generalmente no se emplea en griego como tampoco en castellano, estando
implicado en la desinencia verbal; así, luo significa «desato». Cuando el
pronombre ego se añade al verbo, es casi invariablemente, por no decir que
siempre, enfático. El énfasis puede no ser demasiado evidente en algunos casos,
como p. ej., Mateo 10:16, pero incluso ahí puede ser tomado en el sentido de
que hay algo más de énfasis que si se omitiera el pronombre. Con mucho, el
mayor número de los casos se encuentra en el Evangelio de Juan, y ello en
declaraciones del Señor acerca de sí mismo (p. ej. 4:14,26, 32,38; 5:34, 36, 43,
45; 6:35, 40,41, 48, 51, dos veces, 63, 70). Ejemplos en las Epístolas son
Romanos 7:9; 7:14; 7:17; 7:20, dos veces, 24, 25. Hay más en este capítulo que
en cualquier otro fuera del Evangelio de Juan.
En
otros casos del pronombre aparte del nominativo, es por lo general más
necesario para expresar el sentido, aparte de cualquier énfasis.
Notas: (1) Kago = (esto es, kai
= ego) significa «aun yo» o «también yo» (p. ej., Mateo 2:8; 10:32-33); se traduce
«y yo» en pasajes como Mateo 11:28; Lucas 2:48, etc. (2) Para jemautou, traducido «como yo»
en 1 Cor.7:7, véase, Nº 2, y también ME, MISMO, PROPIO. (VINE).
[3] psicoterapia.
(De psico- y -terapia). f. Psicol. Tratamiento de las enfermedades,
especialmente de las nerviosas, por medio de la sugestión o persuasión o por
otros procedimientos psíquicos. Microsoft®
Encarta® 2009.
[4] psicólogo,
ga. m. y f. Especialista
en psicología. || 2. Persona dotada de especial penetración para el
conocimiento del carácter y la intimidad de las personas. Microsoft® Encarta®
2009.
[5] añagaza. (Del ár. hisp. annaqqáza,
señuelo, y este del ár. clás. naqqāz, pájaro saltarín). f. Artificio para
atraer con engaño. || 2. Señuelo para coger aves. Comúnmente es un pájaro de la
especie de los que se trata de cazar. Microsoft® Encarta® 2009.
[6] terapeuta. (Del gr. θεραπευτής). com.
Persona que profesa la terapéutica. || 2. adj. Se dice de cada uno de los
individuos de una secta religiosa, al parecer de origen judaico, que en los
primeros siglos de la Iglesia observaba algunas prácticas del cristianismo. U.
t. c. s. Microsoft® Encarta® 2009.
[7] psiquiatría.
(De psico- y -iatría). f. Ciencia que trata de las enfermedades mentales.
Microsoft® Encarta® 2009.
[8] neurótico, ca.
adj. Que padece neurosis. U. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo a la
neurosis*. Microsoft® Encarta® 2009. *Neurosis. (De neuro- y -sis). f. Med.
Enfermedad funcional del sistema nervioso caracterizada principalmente por
inestabilidad emocional. Microsoft® Encarta® 2009.
[9] psicosomático,
ca. (De psico- y somático). adj. Psicol. Que afecta a la psique o que implica o
da lugar a una acción de la psique sobre el cuerpo o al contrario. Microsoft®
Encarta® 2009.
- e-Sword-the. LEDD.
- Apuntes
Pastorales. Volumen XVIII. Número 1- 1968.
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