miércoles, 14 de septiembre de 2016

MUJERES COLABORADORAS DE DIOS Vs. MUJERES OPOSITORAS A DIOS: (Jueces 5:7).

MUJERES COLABORADORAS DE DIOS
Vs.
MUJERES OPOSITORAS A DIOS:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel... hasta que yo, Débora, me levanté, me levanté como madre de Israel”. (Jueces 5:7). 
Introducción:
Maeyken Wens, la esposa de un predicador del siglo XVI, fue quemada viva en la hoguera. Su lengua había sido fijada a su paladar con un tornillo para que no pudiera cantar ni testificar durante su ejecución.
Adrian, hijo de Maeyken y un joven de 15 años, presenció la muerte de su madre. Con su hermanito Juan en un brazo, Adrian se quedó a un lado de la multitud de espectadores. Al ver los sufrimientos de su madre, se desmayó y permaneció inconsciente hasta después de la ejecución. Entonces buscó en las cenizas el tornillo que Maeyken tuvo en la lengua. Ese tornillo lo guardó como recuerdo del testimonio fiel piadoso de su madre, Bélgica 1573 –de Martyrs Mirror, Págs. 979-981- Fue quemada por la “santa inquisición”.

I.       Mujeres Opositoras A Dios:

Con desdén leemos en la Biblia de mujeres que fueron la vergüenza de su familia y de su nación, mujeres como Jezabel, reina de Israel, y Atalía, reina de Judá, que se dedicaron a hacer el mal.

1.1.  Jezabel:[1] Una Princesa Pagana, Llegó a Ser La Esposa De Acab[2], Rey De Israel (1 Reyes 16:31).
Jezabel (en hebreo, אִיזֶבֶל |אִיזָבֶל| Izével|   |ʾÎzāḇel| interpretado tradicionalmente como "no exaltada") es el nombre de una mujer que aparece en la Biblia.

Acab: Su pecado más grande fue el de unirse a una mujer extranjera [yugo desigual], fanática, astuta y perversa como Jezabel. Ella era de procedencia sidonia o fenicia, hija del rey de Sidón. El casamiento con mujeres extranjeras ya se ha visto como algo particularmente dañino en el caso de Salomón, ya que irremisiblemente resultaba en la introducción de la idolatría.
No faltan comparaciones entre Salomón y Acab en este sentido. Esto se aprecia aun en los nombres de los personajes involucrados. El suegro de Acab, el rey de Sidón, se llamaba Etbaal en heb. La forma fenicia de este nombre significaba “Baal existe”. No es ningún secreto que el rival más grande para Jehová en Israel sería en lo sucesivo Baal. Acab no tenía poca culpa en que así fuera en Israel.

a. Aun El Nombre De Jezabel Tiene Nexos Con El dios Sidonio.
Su nombre alude a Baal[3] como “príncipe”. Esta mujer es notable por su “celo misionero” al tratar por todos los medios de impulsar la idolatría más grosera e impura que puede imaginarse. Baal significa “señor y dueño”, y debía ser el sustituto de Jehová, el Dios de Israel. Para lograr esto, había que borrar toda señal del verdadero Dios. Acab construyó su propio altar y santuario al dios Baal.
Su afán fue convertir a todo Israel a este abominable culto. En este, se ofrecían víctimas humanas; hasta niños eran sacrificados. Esta clase de idolatría era más peligrosa que otra cualquiera.
Por ejemplo: Jeroboam adoraba los becerros, pero estos se consideraban como figuras de Jehová. Dios seguía siendo Dios. Pero entre los cananeos, Baal era el dios supremo. Jezabel fue tan enemiga de Jehová, que perseguía hasta la muerte a los profetas de Dios. Durante el reinado de Acab ella le abrió la puerta a cientos de profetas falsos.
Ella personalmente sostenía a 850 profetas paganos (1 R.18:9), mataba a los profetas de Jehová (1 R.18:13), e hizo voto de matar al profeta Elías (1 R.19:1-2).

b. La Muerte De Jezabel 2 Reyes  9:30-37.

El tercer paso en la consolidación del poder real en manos de Jehú fue el asesinato de Jezabel, la reina madre de Israel. Cuando le llegó en Jezreel la noticia de la muerte de su hijo y rey, orgullosamente y con frialdad se adornó para su muerte segura a manos de Jehú.
Algunos creen que su asociación con la fornicación (9:22; ver Jeremías 4:30; Ezequiel 23:40) indicaría que se adorna con la esperanza de atraer a Jehú para un encuentro sexual, para evitar que la asesinara.
Pero esa interpretación no concuerda con la acusación odiosa que le gritó por la ventana. Probablemente ella creía que la condición del cuerpo en el momento de morir caracterizaría la naturaleza de su existencia después de la muerte. No obstante, con cinismo evidente antes de su muerte insultó a Jehú y predijo equívocamente un reinado corto para él, pues el reinado de siete días de Zimri fue un fracaso que terminó con su furibundo suicidio (1 Reyes 16:15-20).
Sus propios ayudantes la tiraron por la ventana, evidentemente de una segunda planta. Al caer, su sangre salpicó la pared y a los caballos, los cuales la pisotearon. Sin preocuparse por su cadáver y con evidente desprecio e insensibilidad, Jehú comió y bebió tranquilamente. Así demostró que había algo de verdad en el insulto de Jezabel acerca de él y vislumbra un régimen tan cruel como el anterior.
Luego, pensando en la descendiente real como princesa de Fenicia, la mandó enterrar, pero solo encontraron el cráneo, los pies y las palmas de las manos de ella (v. 35). Así también se cumplió la profecía pronunciada por Elías sobre el desenlace final de la enemiga número uno de Jehová y sus siervos (1 Reyes 21:23).

1.2.   Atalia:[4] Fue La Hija De Acab y Jezabel y Llegó a Ser Esposa De Joram Rey De Judá (2 Reyes 8:18).
El rey Josafat arregló el matrimonio entre Jora, su hijo, y Atalía, la hija de los malvados Acab y Jezabel.
Atalía siguió los caminos idólatras del reino del norte trayendo la adoración de Baal a Judá, y dando inicio a la decadencia del reino del sur.

a. Cuando Joram Murió, Su Hijo Ocozías Llegó a Ser Rey.
Luego, cuando Ocozías fue muerto en batalla, Atalía asesinó a todos sus nietos, con excepción de Joás, y se hizo a sí misma reina (2 R.11:1-3). El matrimonio de Joram pudo haber tenido una ventaja política, pero espiritualmente implicó la muerte.

b. Al Oír La Gritería Del Pueblo, Atalía Se Apresuró Al Templo Para Investigar. (2 R.11:14-16).

Cuando se percató de la instalación del nuevo rey, gritó, avisando así a todo el mundo de la traición, incluso a sus leales. Ella calificó como traición lo que era un acto de suprema lealtad a Jehová. Pero en ese momento se encontraba sola e indefensa.
Conforme a las órdenes de Joyada, la sacaron del templo y la mataron en la entrada de la caballería del palacio real (v. 16), un portón exterior al área del templo y por eso un lugar apropiado para acabar con dicha mujer malvada.
Junto con su muerte cualquier esperanza de restaurar su poder cesó (v. 20). Su fin fue violento como el de su madre o madrastra Jezabel.

1.3.   Dos Mujeres Tristemente Notorias: La Historia De Jezabel y Atalía.
Sabemos que Jezabel creó muchos problemas para Elías. Su hija, Atalía, siguió en las pisadas de su madre. Las dos mujeres tenían los mismos defectos:

1- Eran Seguidoras De Una Religión Inmoral.
Jezabel introdujo el culto a Baal en Israel, y edificó allí en Betel un altar para la adoración de Baal. Atalía hizo lo mismo en Judá. Hicieron sacrificios a Baal. Las dos importaron sacerdotes de Baal a la región, para establecer el culto a Baal en cada país.

2. Las Dos Se Opusieron a Los Líderes Espirituales De Los Adoradores a Jehová. Jezabel Persiguió a Los Profetas y Mató a Muchos.
Amenazó la vida de Elías, y buscó la manera de matarlo (1 R.18:4; 1 R.19:2). Atalía interrumpe la adoración de Jehová en Jerusalén, y regala a Baal las ofrendas que daba la gente a Jehová (2 Crón. 24:7).

3. Eran Asesinas.
Jezabel mató a Nabot para apoderarse de su viña (1 R.21:8-14) y Atalía mató a la familia del rey de Judá (2 Crón. 22:10).

4. Las Dos Tenían Hambre De Poder, y Gobiernan Con Mucho Celo, Para Satisfacer Sus Deseos Personales, Inclusive Sobre El Poder Del Rey.
Jezabel dominó a Acab y tomó decisiones importantes para la nación (1 R.21:25). Atalía controla a Joram (2 R.18:18) y gobierna en Judá (2 R.11:3).

II.     Mujeres Colaboradoras De Dios:


2.1. Entre Las mujeres Fieles y Santas Del Antiguo Testamento, Encontramos a Jacabed, Madre De Moisés:
La narración en Éxodo 1:22; 2:1-10, no nos dice mucho acerca de cómo fue pero debe haber sido una mujer:
- Además, Jacabed demostró sagacidad al obedecer la orden del faraón de echar al niño al Nilo.
- Además de ser una mujer piadosa, sagaz y preparada, es evidente que entendía bien la psicología de las mujeres egipcias. Sabía también la atracción universal de un niño, especialmente cuando llora. Siendo una mujer muy observadora, había notado la costumbre de una egipcia.
A pesar de su posición real, una princesa del palacio se acercaba diariamente al ribereño barrio hebraico con sus doncellas para bañarse (v. 5). Esto ofreció el escenario para un plan audaz y genial de una madre humilde que por amor de su niño hermoso hizo todo para salvar su vida. En aquel momento no pudo ni aun imaginar lo que significa tal hecho monumental.
Con la arquilla colocada estratégicamente para que la corriente no la llevara y que la egipcia la viera, la madre puso su niña a una distancia discreta para ver lo que le acontecerá (v. 4). La hija del faraón vio la arquilla entre los juncos y envió a una sierva suya para que la tomase (v. 5). Al abrirla, el niño comenzó a llorar, y la mujer egipcia, reconociéndolo como varón de los hebreos, tuvo compasión de él (v. 6).

Otra vez se ve el arte literario del autor demostrado magistralmente en el texto hebraico:
-      Siete veces empleó el sustantivo niño (vv. 2, etc.), y
-      siete veces se refirió a la hija del faraón (v. 5, etc.).

La narración fue bien preparada para su conservación y transmisión oral.
Ahora llegó el momento crucial; la madre había preparado bien a la niña. Al ver los hechos y al escuchar a su hermanito llorar, la hermana (probablemente María de 6 o 7 años de edad) se acercó a la princesa y recitó las palabras bien aprendidas de memoria: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas para que te críe al niño? (v. 7b). ¡Te críe! ¡Ya era niño de la egipcia!
Sin dilatar, la hija del faraón respondió: Ve (v. 8a), y la muchacha llamó a la madre del niño (v. 8b). No fue un encuentro casual el de las dos mujeres; fue uno lleno de emoción y de reconocimiento.
El diálogo fue breve y las palabras simples; sin embargo, el contenido tenía un sentido doble:
- Uno era para las siervas de la hija del faraón (y para los lectores casuales) que observaban el drama, y
- el otro era entre dos mujeres separadas por la raza y los niveles sociales.

La vida del niño estaba en juego entre ellas.
Y la hija del faraón le dijo: “Llévate a este niño y críalo. Yo te lo pagaré” (v. 9).
Literalmente el texto dice: “Yo te daré tu pago (o recompensa)”.
¿Cuál fue el pago que la madre quiso? ¡La vida del niño! Parece que la egipcia reconoció que la nodriza que la muchacha trajo era la madre del niño. El pago económico era secundario. Había entre las dos mujeres un entendimiento muy especial, y el Señor hizo otro milagro en su plan de redención mundial. Sin darse cuenta dos mujeres llegaron a ser instrumentos vitales en la preservación de la vida del libertador futuro del pueblo escogido.

Verdades Prácticas: 
1. La vida sigue a pesar de la opresión. El hombre se casa y tiene hijos a pesar de las condiciones que lo oprimen. El hombre no detiene la vida por decreto; ésta sigue adelante, de acuerdo con el plan de Dios.
2. El afecto natural, por venir de Dios, desea y procura el bien para sus seres cercanos. De esta manera las criaturas nacen en un ambiente propicio para crecer y reproducirse.
3. El verdadero amor es abnegado. Está dispuesto a sacrificar su satisfacción por el bien de la persona amada. La madre de Moisés, pese al dolor que esto le causaba, se separó de su niño para salvarle la vida.
4. El Señor levanta aliados hasta de entre los que se oponen a su pueblo. La hija de faraón estuvo dispuesta a criar a Moisés a sabiendas de que era hebreo.
5. "La mujer tomó al niño y lo crió". Y así la carrera del siervo quedó asegurada. La influencia del hogar puede ser determinante en la vocación del individuo. Tras de cada gran hombre están los que en su infancia han influido en él con su enseñanza y ejemplo. La grandeza del carácter no se da en el vacío.
6. Un hombre que ha crecido desde bebé con el conocimiento de haber sido condenado a muerte por un tirano opresor y haber sido rescatado, puede hacerse preguntas acerca de un papel que tiene que desempeñar en el escenario de la vida. El corazón de este hombre es un terreno fértil para el llamado del Señor a una tarea especial relacionada con su experiencia, pues tiene una conciencia de destino.

Mujer De Fe:

1- Pero es el carácter del hijo donde aprendemos más de la madre. ¿Por qué escogió Moisés, cuando creció, dejó el palacio y sufrió aflicción con el pueblo de Dios declarando que ellos eran su pueblo?  (Hebreos 11:24, 25).
2- ¿Quién le enseñó acerca de Dios y de su pueblo escogido? ¿Quién le habló de la promesa de Dios de librarlos de la esclavitud de Egipto? ¿Pueden ver la fidelidad de la madre que, en los pocos años que lo tuvo, pacientemente le enseña lecciones al pequeño que darían frutos en días futuros?
Moisés  fue uno de los hombres más grande de la historia Universal pero a quién le fue confiado el trabajo de amoldar su carácter, lo que le dio sus metas en la vida, fue su Madre. Ella trabajó con Dios.

2.2.   Débora, La Profetisa: Jueces 4:1-5:1-31:

Inspiración: Los siervos[as] consagrados dirigen por inspiración. Débora convenció a sus seguidores que fueran más allá de su propia visión. El siervo que inspira a otros constituye modelo de integridad y valor. Les da a sus seguidores autonomía, y no sólo los trata como individuos, sino que alienta su iniciativa individual. No hay mejor forma de desarrollar liderato que el darle a una persona una labor y permitirle realizar. Esto fue lo que hizo Débora con el joven Barac.
Ella le designó la tarea de reclutar un ejército para derrotar a Sísara; no temió convertirse en un ejemplo de valor y heroísmo al ofrecerse como cebo para la emboscada.  

“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel... hasta que yo, Débora, me levanté, me levanté como madre de Israel”. (Jueces 5:7).

Jueces 4:4; 5:5. Débora es La Juana de Arco de la asombrosa historia de Israel. Israel cayó repetidas veces en la idolatría. En estos períodos había perdido todo sentimiento de conciencia nacional y habría renunciado a su prestigio y honor. Pero tenía también una resistencia y una elasticidad que le permite recobrarse como ninguna otra nación. Se recuperaba totalmente de lo que parecía una desintegración espiritual y política.
Esta capacidad de renacer de sus cenizas era un don de Dios. Que Dios tenia destinado que Israel tenía que restaurarse, se hace evidente de modo perfecto cuando consideramos la historia de Débora y los días en que vivió.
Casi todos los llanos de Palestina habían ya sucumbido a la fuerza de los cananeos. Jabín, el rey de estos, residía en Hazor y dominaba a Israel por medio de sus fuerzas armadas. Tenía un potente ejército, especialmente temido por sus novecientos carros herrados. En contra de ellos los esfuerzos de la infantería eran inútiles.
En consecuencia la gente de Israel que poblaba la tierra baja tenía que pagar tributo a Jabín. Vivían en condiciones de servidumbre. Sólo la gente de las regiones montañosas había conservado su libertad, simplemente porque los carros de guerra de Jabín no se adaptan al terreno montañoso. Los que vivían en las regiones de montañas como Efraín, poseían todavía una cierta organización, y habían resistido heroicamente.

La esposa de Lapidot, que vivía debajo de una palmera, entre Rama y Betel, en tierra de Efraín, los había inspirado a esta resistencia. Su nombre era Débora, y la llamaban «la madre de Israel». Era astuta, denodada y tenía el don de la profecía y del canto. Les recordaba a sus compatriotas en las montañas la historia de la liberación de Egipto, el paso por el Sinaí, y les profetizaba días mejores en el futuro.
Como juez, administraba justicia y les daba consejos. Su reputación era sólida y les inspiraba confianza. Con la ayuda de Barac organizó un ejército pequeño permanente entre el pueblo. Entrenó e inspiró al jefe de este ejército, Barac, y le dio instrucciones en la forma en que debía presentar batalla a Sísara, el general del ejército de Jabín. Su capacidad militar era evidente, y lo prueba que Barac requiriera de Débora que ella le acompañara a la batalla.
Se alistaron diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y los estacionó en el monte de Tabor. Débora dirigió destacamentos que se apoderaron de los pasos en las montañas. Conocía a Jabín y su altivez, y sabía que entraría en el valle del Cisón, terreno sumamente peligroso entonces para los carros herrados, por ser la estación de las lluvias.   

Todo sucedió como ella había previsto. Barac estaba esperando en la ladera del Tabor. Los otros bloquean los pasos hacia la región del norte. Barac descendió del monte con sus hombres. Sisara se hallaba en el valle de Cisón. Dios envió una tormenta de truenos y relámpagos que desbarató completamente las filas de Jabín. Las huestes de Barac se lanzaron contra el ejército en desorden de Jabín y los carros acabaron arrastrados o atascados en el turbulento Cisón. La derrota de Sisara fue completa. El mismo pereció en su huida en manos de una mujer, mientras descansaba agotado en una tienda. Dios llevó a cabo una gran victoria a través de una mujer. Barac contribuyó a la misma, pero las alabanzas no recayeron sobre él.

Débora era poderosa porque la movía el Espíritu del Señor. De Él recibía su inspiración y el fuego de su corazón. Su heroísmo se contagió a todos aquel día.

Aún hoy Dios elige a alguna mujer e implanta en ella del temor de su nombre. La nombra «madre de Israel». De ella irradia inspiración y despierta a los que duermen, para que la luz de Cristo los ilumine.

La Biblia deja en claro que esta victoria no se obtuvo gracias a una fortaleza militar superior ni a una estrategia mejor. Débora, Barac y el ejército israelita derrotaron a sus enemigos porque Dios estaba con ellos.
Aunque en nuestra vida personal no enfrentamos ejércitos enemigos, sí tenemos batallas por pelear. En lugar de tratar de pelear en nuestras fuerzas, necesitamos tomar en serio las palabras que dijo Moisés a Israel cuando enfrentaban al ejército egipcio: «Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos» (Éxodo 14:14).

Conclusión:
Que tal diferencia de mujeres dispuesta a servir a su Creador Dios, mientras otra mujeres tratan de quebrantar la ley de su Creador con sus propias razones, usurpando la autoridad superiores a ellas, como a sus maridos reyes.
Dios puso a menudo a mujeres en puestos públicos, pero no demoró en hacerlo cuando hubo necesidad. ¡Qué bendición para Débora que el estar dispuesta a ser Instrumento de Dios cuando ÉL la necesito! Jacabed, y Débora, trabajaron con Dios, ejercieron buena influencia sobre toda la nación y tuvieron parte en el desarrollo de los propósitos de Dios.
Nosotros también (Tu mujer, Tu hermana)  podemos ser (“Colaboradoras de Dios”) 1 Corintios 3:9…

Testimonio De Mujeres Valerosas:

Anneken uyt den Briel fue bautizada junto con su esposo, Arent Jans, a la edad de 24 años. A causa de la persecución en los Países Bajos, ellos huyeron a Inglaterra en 1536. Allí Arent murió.
Con su niño de 14 meses, Esaías, Anneken uyt den Briel regresó a los Países Bajos en 1538. Un día, Anneken y una compañera suya, Christina, estaban para entrar en una lancha que iba a Delft. Estaba cantando. Por esto los católicos las reconocieron, las arrestaron, y las echaron en la cárcel de Rotterdam. Un mes después, Anneken recibió la sentencia de muerte. Christina iba a morir con ella.
Rumbo a su muerte Anneken dijo al gentío allí congregado: “Aquí tengo un niño de 15 meses. ¿Quién lo quiere? Voy a dar todo mi dinero al que le da un hogar. (Anneken era de una familia adinerada, pero había dejado todo para servir a Jesús).
Un panadero con seis hijos tomó al niño entonces, junto con el bolsillo de dinero. En el bolsillo halló una carta que Anneken había escrito aquella mañana.

CARTA:
De Una Madre A Su Hijo Bélgica 1573:
Esta es una parte de la carta:
“Hijo mío, oye los consejos de tu madre, abre tus oídos a las palabras de mi boca (Proverbios 1:8). Mira, yo voy este día por el camino de los apóstoles y mártires. Voy a tomar de la copa de que  ellos han tomado (Mt.20:23). Voy por el camino en que Jesucristo anduvo. Voy a tomar de su copa y voy a ser bautizada con el bautismo con que él fue bautizado…
Mira, pues, hijo mío, tú también tienes que entrar a la vida eterna por este camino. Tienes que entrar también por la puesta estrecha. Tienes que recibir el castigo y las instrucciones del Señor. Inclínate bajo su yugo, y llévalo con alegría desde tu juventud. Porque el Señor no acepta a los que no castiga (Heb.12:6).
Mira, pues, hijo mío, el camino del Señor no tiene desviaciones. Él que lo deja, sea por un lado o el otro, heredará la muerte. Este camino es el camino hallado por pocos, y caminado por aun menos. De veras hay muchos que saben que éste es el camino a la vida. Pero el camino es demasiado duro…
Por esto, hijo mío, no te fijes en la gran multitud de pecadores. No andes en sus caminos. Sepárate de la senda de ellos, porque van al infierno como oveja a la matanza… Donde oyes de un rebaño pequeño-pobre, sencillo, y rechazado por el mundo-únete con ellos. Porque donde está la cruz, allí está Cristo. Que no te apartes de aquel lugar.
Huye del mundo. Únete con Dios. Teme a él solamente. Guarda sus mandamientos. Escribe sus palabras en tu corazón y será un árbol bonito, una planta bendita, creciendo en Sion (Salmo 92:13).
Por esto, mi hijo, lucha por lo bueno… Que Dios te deje crecer en su temor, y que te llene el entendimiento con su Espíritu (2 P.3:18). Santifícate para el Señor. Santifica tu conducta entera en el temor de Dios (Lv.20:7). Lo que haces, hazlo para la gloria del Señor… Ama a tus prójimos. Da con corazón abierto pan a los hambrientos. Viste a los desnudos. Y no procures tener  dos de cualquier artículo necesario. Siempre hay los que necesitan de tu abundancia (Mt.26:11).
Oh hijo mío, ¡que tu vida sea conformada al evangelio! ¡Que el Dios de paz santifique tu alma y tu cuerpo para su honra! Amén. (Filp.1:27; 1 Ts.5:23).
Oh Padre santa, santifica al hijito de tu sierva. Guárdale de la maldad por causa de tu nombre, ¡Oh Señor!
Pocas horas después de haber escrito esto, Anneken fue ahogada por las autoridades católicas en el Río Maas. Fue el 24 de enero, 1539. Tenía 28 años. –de Martyrs Mirror, Págs. 453-454-


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Notas y Bibliografía:
[1] H348 אִיזֶבֶל = Izebel: de H336 y H2083; casta; Izebel, esposa de Acab:- Jezabel. (Strong).
[2]H256 אַחְאָב = Akjab: una vez (por contracción) אֶחָב = Ekjab (Jeremías 29:22); de H251 y H1; hermano [i.e. amigo] de (su) padre; Akjab, nombre de un rey de Israel y de un profeta en Babilonia:- Acab.
[3]H1168 בַּעַל = Baal: lo mismo que H1167; Baal, deidad fenicia:- Baal, ídolo. (Strong).
[4] H6271 עֲתַלְיָה = Atalyá: o עֲתַלְיָהוּ = Atalyáju; de lo mismo que H6270 y H3050; Jah ha constreñido; Atalía, nombre de una israelitas  y dos israelitas:- Atalía, Atalías. (Strong).
[5] H1683 דְּבוֹרָה = Deborá: o (abreviación) דְּבֹרָה = Deborá; lo mismo que H1682; Débora, nombre de dos hebreas:- Débora. (Strong).
-    Dallas Witmer. James  W. Lowry.  Historia: La Fe Por La Cual Vale Morir.
-   e-Sword-the. LEDD.
-   Biblia de Estudio RYRIE.
-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 14//09//2016.





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