Parte I:
LA
BATALLA DECISIVA EN EL GÓLGOTA:
(Rom.5:8)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Dios
da prueba de su amor para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros”
(Rom.5:8).
“Theologia
crucis –theologia lucis” (La Teología de la cruz es la teología de la luz-
Martín Lutero).
Introducción:
El odio
de los fariseos llevó a Cristo a la cruz, siendo su ejecución el crimen
judicial más infame de la historia del mundo. Se ha calificado el hecho como “el asesinato más cobarde de un embajador
que jamás se ha visto, y el ultraje más vil que rebeldes jamás han perpetrado
contra el benefactor de su patria”.
Pero detrás del crimen máximo de todos los tiempos
se halla la obra de Dios quien cumple por medio tan extraño el Plan Eterno.
Dios ha convertido este acto de alevosa y diabólica
rebelión contra su Persona en el medio para la Expiación de los pecados y la
Salvación de los mismos Rebeldes. Al golpe insultante que asestaron a su Rostro
Santo, respondió con el beso de amor y de reconciliación. Nosotros llegamos al
límite de toda maldad por nuestra rebelión contra Él, mas ÉL escogió aquella
misma hora para la manifestación más sublime de toda Gracia y Bondad para con
nosotros. Así es que el hecho vergonzoso de la cruz, en cumplimiento del Plan
de Redención, llegó a ser el eje de la historia humana, y no sólo eso, sino de
toda la supra historia universal.
El momento en el calendario humano sería, con toda
probabilidad, según los más recientes cálculos de los eruditos, el día siete (7) de abril del año 30 d. C., pero
como “hecho
eterno” la cruz es el fundamento de todo el victorioso proceso de la
Redención.
I. El Significado De La Cruz Para Dios:
La cruz* es el hecho más trascendental de la historia de la Salvación: mayor aún que el de la Resurrección, bien que los dos son inseparables. Se puede
decir que la cruz es la victoria, mientras que la
Resurrección es el triunfo, siendo más importante aquélla que éste, bien que el
triunfo es la consumación natural e inevitable de la victoria. En la
resurrección, pues, se manifestó públicamente la victoria del Crucificado, bien
que la victoria en sí había sido ganada cuando el vencedor exclamó: “¡Consumado** es!”
(Jn.19:30).
*Cruz: G4716 σταυρός =
staurós: de la base de G2476;
estaca o poste (como clavada erecta), i.e. (específicamente) poste o cruz (como
instrumento de pena capital); figurativamente exposición a la muerte, i.e.
negación propia; por implicación expiación de Cristo:- cruz.
**Consumado: G5055 τελέω = teléo: de G5056;
terminar, i.e. completar, ejecutar, concluir, descargar (una deuda):- pagar,
satisfacer, terminar, acabar, consumar, cumplimiento, cumplir.
(Strong).
1.1. La Cruz Es La Evidencia Suprema Del Amor De
Dios:
En la cruz el Señor de Toda Vida entregó a la muerte
a su Amado, a su Unigénito Hijo, al Mediador y el Heredero de la Creación
(Col.1:16; Heb.1:2-3). El Cristo que murió en la Cruz era el Señor de todo, en
Honor de quien los astros siguen su curso por el espacio, y al otro extremo de
la Creación, en cuya honra los Insectos revolotean en un rayo de sol
(Heb.2:10).
Etimología:
Cruz: stauros =
(σταυρός
G4716) denota, primariamente, un palo o estaca derecha. Se clavaba
en ellas a los malhechores para ejecutarlos. Tanto el nombre como el verbo stauroo,
fijar sobre un palo o estaca, debieran distinguirse originalmente de la forma
eclesiástica de una cruz de dos brazos.
La
forma de esta última tuvo su origen en la antigua Caldea, y se utilizaba como
símbolo del dios Tamuz (que tenía la forma de la mística Tau, la inicial de su
nombre) en aquel país y en los países adyacentes, incluyendo Egipto. A mediados
del siglo 3 d.C., las iglesias se habían apartado de ciertas doctrinas de la fe
cristiana, o las habían pervertido. Con el fin de aumentar el prestigio del
sistema eclesiástico apóstata, se recibió a los paganos en las iglesias aparte
de la regeneración por la fe, y se les permitió mantener en gran parte sus
signos y símbolos.
De
ahí que se adoptara la Tau o T, en su forma más frecuente, con la
pieza transversal abajada, como representación de la cruz de Cristo. En cuanto
a la Qui, o X, que Constantino declaró haber visto en
una visión que le condujo a ser el valedor de la fe cristiana, aquella letra
era la inicial de la palabra «Cristo», y no tenía nada que ver con «la cruz»
(para xulon, estaca, árbol, que se usaba para la stauros; véase bajo, Nº
2). Este método de ejecución pasó de los fenicios a los griegos y romanos. Stauros
denota:
(a) la cruz, o
estaca misma (p.ej., Mt.27:32);
(b) la crucifixión
sufrida (p.ej., 1 Cor.1:17,18, donde «la palabra de la cruz» significa el
evangelio; Gál. 5:11, donde la crucifixión se usa metafóricamente de la
renuncia al mundo, lo que caracteriza a la verdadera vida cristiana; 6:12, 14;
Ef.2:16; Filp.3:18).
La
costumbre judicial por la cual el reo llevaba su estaca al lugar de la
ejecución, fue aplicada por el Señor a aquellos sufrimientos por los cuales sus
fieles seguidores iban a expresar su comunión con Él (p.ej., Mt.10:38).
Verdaderamente, en este gran acontecimiento, “Dios da prueba
de su amor para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros” (Rom.5:8).
1.2. La Cruz Es La Mayor Prueba De La JUSTICIA De Dios:
En la cruz el Juez de toda la tierra, y “como
manifestación de su justicia”, no perdonó aun a su propio Hijo
(Rom.3:25; 8:32). En el transcurso de los siglos, pese a muchos juicios
individuales y parciales. Dios no había castigado jamás el Pecado con Juicio
final (Hch.17:30). Tanto es así que a causa de su Paciencia su Santidad
aparentemente estaba en tela de juicio por “haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados” (Rom.3:25). En vista de ello, solamente la muerte
expiatoria del Redentor, como acto justificativo de Dios frente a la Pasada
Historia de la humanidad, pudo demostrar la Justicia irrefutable del Juez
Supremo de los hombres.
Comprendemos, desde luego, que la paciencia de los
tiempos anteriores se fundaba exclusivamente en el hecho futuro de la cruz, de la
manera en que todo Pecado Presente y Futuro puede ser expiado por la “justificación” del pecador tan sólo
por la mirada retrospectiva de la
justicia Divina hacia la cruz. Por ende la paciencia Pasada, el juicio Presente
y la Gracia Futura hallan todos su punto de convergencia en la cruz
(Rom.3:25-26; 1 Jn.1:9; Jn.12:31).
En el evangelio se revela por primera vez “una justicia
de Dios” (Rom.1:17 VHA) que no es sólo un atributo de Dios, sino
también y don que procede de Dios, y que es válido delante de su trono de
justicia al ser aceptado en sumisión y fe por el pecador (Rom.1:17; 2 Cor.3:9;
5:21).
1.3. La
Cruz Aumenta Maravillosamente Las RIQUEZAS De Dios:
Los redimidos en el cielo cantan: “Tú fuiste inmolado, y nos has redimido
para Dios con tu sangre de todo linaje y lengua y pueblo y nación, y nos has
hecho para nuestro Dios un reino de sacerdotes y reinaremos sobre la tierra”
(Ap.5:9-10). El cántico expresa maravillosamente el hecho de que los Salvos, en
su conjunto, son la posesión de Dios, un pueblo adquirido, que de su propiedad
exclusiva (1 P. 2:9; Tito 2:11). Claro está que no queremos decir que esta
riqueza adquirida por medio de la Cruz signifique un incremento de la Gloria
esencial de Dios, porque es infinito en todo.
Sin embargo, las Escrituras afirman que, el Redimir
la Iglesia, Dios ha ganado un instrumento eficaz para la Revelación de su
Gloria (Shekinah), puesto que aun
ahora, en este período en que vivimos, la función de la Iglesia no se limita a
testificar en la tierra, sino según Efesios 3:10-11, existe “para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la Iglesia a los
principados y potestades de los lugares celestiales”. Ante tal
pensamiento, ¡que
se eleve nuestro espíritu por encima del polvo de nuestra jornada de hoy,
hermanos!
¡Por
medio nuestro los principados de los lugares celestiales han aprendido hoy algo de la rica diversidad de la
sabiduría de nuestro Dios! ¡Que nuestro corazón vuele, pues, por encimas de las
estrellas, para morar al abrigo del trono de Dios el Omnipotente, quien se
digna ser nuestro Padre por medio de su Hijo!
II. El
Significado De La Cruz Para Cristo:
2.1.
Para Cristo Y Para Dios La Cruz Es La
Expresión Suprema De La AUTORIDAD De Dios.
Al iniciar su Misión Redentora en el
mundo el Hijo exclamó:
“¡Heme
aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad!”.
Y
la entera sumisión a la voluntad Divina le hizo ser.
“Obediente
hasta la muerte, y muerte de Cruz” (Heb.10:7; Filp.2:8; Rom.5:9).
En vista de que el Hijo, igual al Padre en esencia y
gloria, se sometiera a la voluntad divina, es evidente que todo otro ser tendrá
que rendirse ante la autoridad del Trono Celestial.
2.2. La
Cruz Un Grado SUPREMO DELEITA El Corazón De Dios:
Debiéramos pensar siempre en primer término en lo
que es la cruz para Dios mismo, teniendo en cuenta el simbolismo del
holocausto del primer capítulo de Levítico que era “ofrenda encendida, olor
suave a Jehová = (Ha-Shem ‘El Nombre’ Adonaí). Fue preciso ante todo que Dios
quedara satisfecho por medio, recogiendo el lenguaje levítico, nos declara que
Cristo “se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
suave” (Ef.5:2).
2.3.
La Cruz Es La Base De Una Manifestación
Especial Del AMOR De Dios Para Con Su Hijo:
El amor que une al Padre con el Hijo en el seno de
la Deidad ha de ser necesariamente perfecta en su Eternidad, pero tal fue el
agrado del Padre ante la entrega voluntaria del Hijo que esta produjo una
manifestación especial de amor y de aprobación: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo
mi vida para volverla a tomar” (Jn.10:17).
2.4.
Para Cristo Personalmente La Cruz Es El CAMINO A La Diestra Del
Trono Como El Dios-Hombre Triunfador.
La posición esencial del Hijo es “en el seno del
Padre” (Jn.1:18), pero habiendo aceptado la Misión de Redimir al
hombre caído, y en cumplimiento de ella se encarnó, llegando a ser el “Hijo del hombre”:
el campeón de la humanidad que libra la batalla contra Satanás. En la cruz ganó
la victoria, derrotando al enemigo por el hecho de anular el Pecado y agotar la
muerte. Así pudo ascender a la diestra
de la Majestad en las Alturas (lugar de todo poder ejecutivo) revestido de la
doble gloria de su divinidad esencial e inalienable, unida ya con la gloria que
adquirió como el hombre vencedor (Jn.1:18; Filp.2:6-11; Heb.2:9; 8:1).
2.5. Por La Cruz Cristo SE
POSESIONÓ De Su Iglesia
Redimida:
Por haber pasado a través de la muerte, no se halla
ya solo como “el
grano de trigo”, sino acompañado de los suyos, gozándose en el fruto
abundante de la cruz en victoria glorificación (Jn.12:24).
Sólo así pudo alcanzar el gozo que le fue propuesto
y ser hecho perfecto como el autor y consumador de la fe; sólo así pudo ser el “primogénito
entre muchos hermanos”, la Cabeza de los innumerables miembros del
Cuerpo, adquirido aquella Iglesia que es “su cuerpo, la plenitud de Aquel que
hinche todas las cosas en todos” (Heb.2:10; 12:2; Rom.8:29; Ef.1:22-23).
Ciertamente Cristo, como persona divina, no pudo
ganar nada por medio de la cruz, ya que su gloria eterna era Infinita. El
hombre glorificado a la diestra del Padre no posee más divinidad ahora de la
que era suya en la eternidad, antes de encarnarse, sino que pide al Padre la
renovada manifestación de la misma gloria: “Padre, glorificame tu cerca de ti mismo con aquella
gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese” (Jn.17:5), En
cambio, como Redentor y el “postrer Adán”, Cristo ha ganado una nueva exaltación, teniendo ya un nombre que
es sobre todo nombre, en el cual se doblará “toda rodilla en el cielo, en la tierra y
debajo de la tierra” (Rom.5:12-21; 1 Cor.15:45; Filp.2:9-10).
2.6.
La Cruz, Para Nosotros Personalmente, Es
La Expresión Más Sublime Del AMOR Del Hijo De Dios:
Pablo se deleita en contemplar este amor Revelado en
la cruz: “El Hijo de Dios que me
amó, y se entregó a Sí mismo por mí’… Cristo amó a la Iglesia y se entregó a Sí
mismo por ella” (Gál.2:20; Ef.5:25). Cristo ha hecho que su muerte agonizante
en la cruz sea la bendita fuente de nuestra… ¡He aquí la respuesta de su amor
redentor a nuestra rebeldía y odio! Por medio la victoria aparente de Satanás
se convirtió en una derrota tremenda y decisiva, al par que la aparente derrota
de Cristo llegó a ser su victoria suprema, manifestación de su Poder Infinito
(Comp. Jn.4:9, 10; Rom.5:6-8).
III. El
Significado De La Cruz Para Nosotros:
3.1. El
Aspecto Individual:
Para
el cristiano, como individuo, la cruz encierra un doble significado:
Ø Por una parte es
la base de su justificación, por la que se arregla su vida pasada a la justicia
de Dios; y
Ø Por otra, es el
fundamento de su santificación, por la que se gobierna su vida según la voluntad
de Dios.
1- La Base De
La Justificación.
Preciso era que nuestros pecados fuesen
cargados sobre el Fiador, quien debió llevarlos como sustituto en lugar de
otros, a fin de que éstos, habiendo muerto al pecado, viviesen luego a la
justicia (Is.53:6; 1 P.2:24; Heb.9:28; 2 Cor.5:21). De la forma en que la ruina
del hombre se produjo por un solo acontecimiento histórico –el de la Caída- así
tuvo que ser levantado de su postración por el Fiador mediante un solo suceso: el acto de justicia del Gólgota (Comp. Gn.3
con Rom.5:18). En Romanos 5:18* Pablo emplea la voz griega dikaioma que indica un hecho
justo, y no la palabra más corriente dikaiosune que significa
la calidad de la justicia o de la rectitud.
*Rom 5:18: Así
que, como por la transgresión de uno
vino la condenación a todos los hombres,
de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación
de vida.
*Justificación: G1345 δικαίωμα = dikaíoma: de G1344;
obra equitativa; por implicación estatuto o decisión:- ordenanza, juicio,
justificación, justo. Strong).
Justificación: dikaioma = (δικαίωμα G1345)
tiene tres significados distintos, y parece que la mejor descripción inclusiva
de este término es «una expresión concreta de justicia»; es una declaración de
que una persona o cosa es justa; y, de ahí, generalizando, representa la
expresión y el efecto de dikaiosis (Nº 1). Significa:
(a) una ordenanza
(Lc.1:6; Rom.1:32), esto es, aquello que Dios ha declarado que es lo recto,
refiriéndose a su decreto de retribución, «juicio»; Rom.2:26 «las ordenanzas de la ley»; esto es, demandas
rectas ordenadas por la ley; de la misma forma en 8:4: «la justicia de la ley», o su «ordenanza»,
esto es, colectivamente, los preceptos de la ley, todo lo que ella exige como
justo; en Heb.9:1,10, ordenanzas relacionadas con el ritual del tabernáculo;
(b) una sentencia
de absolución, por la cual Dios absuelve a los hombres de su culpa, bajo las
condiciones:
(1) de su gracia en
Cristo, por medio de su sacrificio expiatorio,
(2) el recibir a
Cristo por la fe (Rom.5:16);
(c) un acto justo
(Rom.5:18 «por la justicia de uno», RVR;
la VM traduce con mayor precisión «un solo acto de justicia»; cf. RV: «una justicia»,
donde se afirma también el carácter concreto de un acto justo); en efecto, no
se trata del acto de la justificación, ni del carácter justo de Cristo, como lo
sugiere la traducción de RVR y RVR77; dikaioma no significa carácter, como es
el caso de dikaiosune, rectitud, justicia, sino la muerte de Cristo, como acto
cumplido en coherencia con el carácter de Dios y sus consejos. Esto queda claro
al ser una antítesis a «la una sola transgresión» de la anterior
afirmación (VM). Para algunos, la palabra aquí significa un decreto de
justicia, como en el v. 16; ciertamente, la muerte de Cristo podría ser
considerada como el cumplimiento de tal decreto; pero, tal como sigue el
argumento del apóstol, el término, como sucede frecuentemente, pasa de un matiz
a otro; y aquí significa no un decreto, sino un acto. Lo mismo sucede en Ap.15:4 «acciones justas» (RVR; RV: «justificaciones»;
Besson coincide aquí con RV; VM: «perfecta justicia»).
Nota: En 1 Cor.1:30 y 2 Cor.3:9 se traduce el
término dikaiosune como «justificación» (RVR; RV tiene «justicia»
en el segundo pasaje; VHA: «justicia» en ambos); véase JUSTICIA, Nº 2.
(VINE).
La naturaleza esencial del pecado es la
rebeldía, que conduce indefectiblemente a la separación de la criatura del
Creador como fuente de vida, y por consiguiente, resulta en la Muerte del
Pecador. Obviamente la Expiación ha de corresponder a la naturaleza del pecado,
y por lo tanto, el Redentor debió sufrir la sentencia de la muerte para poder
efectuar la restauración de la vida. He aquí el significado de la declaración: “Sin
derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb.9:22).
Solamente por medio
de tal muerte pudo el Redentor anular el poder de quien tenía el imperio de la
muerte, es a saber, el diablo (Heb.2:14).
En la sabiduría eterna de Dios hubo esta necesidad: que la misma muerte, el gran enemigo de los hombres, llegase a
ser el instrumento de su Salvación, y que aquello que era tanto el resultado
como el castigo del...Véase Parte II:
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