Parte I:
ÉL ESTUVO EN EL
“SHEOL =HADES”:
(1 Pedro 3:18, 19)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el
justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu;… en el cual también fue y predicó a los espíritus
encarcelados”.
(1
P. 3:18-19).
Introducción:
Este es uno de
los pasajes más difíciles del Nuevo Testamento. Las preguntas que surgen del
pasaje son:
1) ¿Qué Significa EN EL CUAL?
2) ¿Qué Significa Que FUE Y PREDICO?
3) ¿A dónde FUE?
4) ¿Qué PREDICO?
5) ¿Quiénes eran los ESPÍRITUS ENCARCELADO?
Hay varias teorías en cuanto a la
interpretación de este pasaje, siendo una de las más satisfactorias la que
interpreta el pasaje como significando que por el mismo Espíritu que dio vida a
Cristo (En Su Resurrección), Cristo había testificado a los desobedientes de la
época de Noé en su misma época, señalando así a la idea del Cristo. Cualquiera
sea su postura veremos varias interpretaciones y terminando si es posible con
Lucas 16, sobre si hay otra segunda oportunidad para salvar sus almas. Veamos:
I. POSTURAS TEOLÓGICAS: EL DESCENSO DEL
SALVADOR AL HADES:
1.1. Esta Doctrina En El Credo De Los Apóstoles.
Después de que el Credo de los Apóstoles
ha mencionado los sufrimientos, muerte y sepultura del Señor Jesús, continúa
con las palabras
"descendió a los infiernos (hades)". Esta afirmación no estaba en el Credo
desde muy al principio, ni es tan universal como las otras. Por primera vez se
usó en la forma del Credo de Aquilea (alrededor del 390 A. D.), "Descendit in interna". Entre
los griegos algunos tradujeron "inferna" por "hades", y otros por "partes bajas".
Algunas formas del Credo en donde se
encuentran estas palabras no hacen mención del entierro de Cristo, en tanto
que, en las formas romana y oriental, se menciona por lo general el entierro,
pero no el descenso al hades. Rufino hace notar que estas últimas formas
contienen la idea del descenso en la palabra "sepultado".
No obstante, posteriormente, la forma
romana del Credo añadió la afirmación de que estamos tratando, después de
mencionar el entierro. Calvino arguye correctamente que para aquellos que las
añaden después de la palabra "sepultado", debe denotar algo adicional.
Debe recordarse que estas palabras no se encuentran en la Escritura, y que no
se basan en declaraciones directas de la Biblia como el resto de los artículos
del Credo.
1.2. La Base Bíblica De Esta Expresión.
Hay cuatro pasajes de la Biblia que especialmente
debemos considerar aquí:
a. Efesios 4:9: "Y eso de que subió ¿qué es, sino que
también había descendido primero a las partes bajas de la tierra?",
como equivalente a "infierno". Pero esta es una
interpretación dudosa. El Apóstol arguye que el ascenso de Cristo presupone un
descenso. Pues bien, lo opuesto de la ascensión es la encarnación, compárese
Juan 3:13. De aquí que la mayoría de los comentadores toman la expresión como
refiriéndose tan sólo a la tierra. La expresión puede derivarse del Salmo 139:
15 y referirse más particularmente a la encarnación.
b. 1 Pedro 3: 18, 19: que habla de Cristo
como "siendo
a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también
fue y predicó a los espíritus encarcelados". Este pasaje se
refiere, según se supone, al descenso al infierno y al propósito del descenso.
El Espíritu a que se refiere tiene que entenderse que es el alma de Cristo, y
la predicación de que se habla debió haber tenido lugar entre su muerte y la
resurrección. Pero lo uno es precisamente tan imposible como lo otro. El
Espíritu mencionado no es alma de Cristo sino el espíritu vivificante, y fue
ese mismo Espíritu viviente por el que Cristo predicó.
La
interpretación que comúnmente dan los protestantes a este pasaje es que
Cristo en espíritu predicó por medio de Noé a los desobedientes que vivieron
antes del diluvio, que eran espíritus aprisionados cuando Pedro escribió, y por
lo mismo, podían ser designados de ese modo.
Bavinck
considera que esto es insostenible e interpreta el pasaje como que se refiere a
la ascensión, la que él considera como una rica, triunfal y poderosa
predicación a los espíritus en prisión
c. 1 Pedro 4:
4-6:
particularmente el versículo 6, que dice como sigue: "Porque por eso también ha sido predicado
el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres
pero vivan en espíritu según Dios". En relación con esto el
Apóstol advierte a los lectores que no deben vivir el resto de su vida en la
carne conforme a la concupiscencia de los hombres, sino conforme a la voluntad
de Dios, aun cuando con ello ofenden a sus anteriores compañeros y sean
ultrajados por ellos, puesto, que éstos tendrán que dar cuenta de sus hechos a
Dios que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos.
Los "muertos"
a quienes el evangelio fue predicado evidentemente todavía no
estaban muertos cuando se les predicó, puesto que el propósito de esta
predicación era en parte "que pudieran ser juzgados según los hombres en la
carne". Esto podría haber tenido lugar sólo durante la vida
terrenal de ellos. Con toda probabilidad el escritor se refiere a los mismos
espíritus aprisionados de los que ya habló en el capítulo precedente.
d. Salmo 16:
8-10: (compárese
Hech. 2: 25-27, 30, 31). Especialmente el versículo 10 es el que viene a
consideración aquí, "porque no dejarás mi alma en el Seol ni permitirás que tu
santo vea corrupción". Pearson partiendo de este pasaje llega a
la conclusión de que el alma de Cristo estuvo en el infierno (hades) antes de
la resurrección, porque se nos dice que no fue dejada allí
Pero debemos notar lo siguiente:
i. La palabra nephesh
(alma) se usa con frecuencia en el hebreo como pronombre personal y sheol
como el estado de muerte.
ii. Si entendemos
aquí de esa manera esta palabra, tendremos un claro paralelismo de sinónimos.
La idea expresada sería que Jesús no fue dejado en poder de la muerte.
iii. Esto está en
perfecta armonía con la interpretación de Pedro en Hech. 2: 30, 31, y la de
Pablo en Hecho. 13: 34, 35. En los dos casos está citado el salmo para probar
la resurrección de Jesús.
1.3. Interpretaciones Diferentes De Esta
Expresión Del Credo:
1- La iglesia
católica:
la toma para dar a entender que, después de su muerte, Cristo fue al Limbus
Patrum, en donde los santos del Antiguo Testamento estaban esperando la
revelación y aplicación de la redención de Cristo, y les predicó el evangelio,
y los sacó de allí para llevarlos al cielo.
2- Los
luteranos: consideran
al descenso al hades como el primer paso de la exaltación de Cristo. Él fue al
bajo mundo para revelar y consuman su victoria sobre Satanás y los poderes de
las tinieblas, y para pronunciar contra ellos sentencia de condenación. Algunos
luteranos colocan esta marcha triunfal entre la muerte de Cristo y su
resurrección; otros después de la resurrección.
3- La Iglesia de Inglaterra: sostiene que,
entre tanto que el cuerpo de Cristo estuvo en la tumba, el alma fue al hades,
más en particular, al paraíso, la morada de las almas de los justos, y les dio
una muy amplia exposición de la verdad.
4- Calvino interpreta: la frase
metafóricamente como refiriéndose a los sufrimientos penales de Cristo en la
cruz, en donde El, de verdad, sufrió las angustias del infierno. Similarmente
lo hace el Catecismo de Heidelberg.
Según la
posición acostumbrada entre los Reformados, las palabras se refieren no
solamente a los sufrimientos en la cruz sino también a las agonías del
Getsemaní.
5- Verdaderamente la Escritura: no enseña un
descenso literal de Cristo al infierno. Además, hay serias
objeciones a este concepto. No pudo haber descendido al infierno en el cuerpo,
porque éste estaba en la tumba. Si descendió realmente al infierno, tenía que
haber sido solamente en su alma, y esto indicaría que solamente la mitad de su
naturaleza humana participó en esta etapa de su humillación (o de su
exaltación),
Además, en tanto
que Cristo no se levantara de los muertos no llegaría la hora de una marcha
triunfal tal como la consideran los luteranos.
Y, finalmente, en la hora de su muerte
Cristo encomendó su espíritu al Padre. Esto parece indicar que El estaría pasivo más bien que
activo desde el momento de su muerte hasta levantarse de la tumba.
En resumen, parece mejor combinar dos pensamientos:
i. Que Cristo
sufrió las penas del infierno antes de su muerte, en el Getsemaní, y en la
cruz, y
ii. Que entró a la
más profunda humillación en el estado de muerte.
1.4. 1 Pedro 3:19: Predicó a Los Espíritus
Encarcelados:
Algunos piensan que esto significa que
Cristo, entre el tiempo de Su Muerte y el de Su Resurrección, descendió y
ofreció a quienes habían vivido antes de Noé (v.20) una segunda oportunidad de
Salvación, cosa que no tiene en las Escrituras base alguna.
Otros opinan que fue simplemente el
anuncio de Su victoria sobre el pecado a los que estaban en el Hades, sin
ofrecerles una segunda oportunidad.
Lo más probable es que se refiera al
Cristo preencarnado predicando por
medio de Noé a los que, por haber rechazado aquel mensaje, son ahora espíritus
encarcelados.[1]
II. DEFINIENDO CONCEPTOS: (Heb. Sheol; Gri.
Hades):
Se ha dicho que el Hades es igual a la
condición del preso que espera su proceso y experimenta la angustia del mismo
por anticipado, sobre su sentencia final del Juez.
2.1. El Sheol Antiguo Testamento: sheôl = שְׁאויל:
El Sheol[2] se relaciona con el dolor y la pena.
Deuteronomio 32:33, “Profundo”; 2 Samuel 22:2 “Infierno”.
1- El Sheol: se relaciona
con la dimensión espiritual de nuestra vida (Salmo 16:10; 86:13).
2- El Queber:[3] qeber = קֶבֶר, suele hacer alusiones al hecho de que
el cuerpo entra en él, sirviéndole de
morada (1 Reyes 13:30; 2 Reyes 13.21; Salmo 88: Jeremías 26:23).
3- 1 Samuel
28:19: “Mañana seréis conmigo tú y tus hijos”. Son palabras de
Samuel a Saúl. ¿En dónde tenían que encontrarse ambos al día siguiente? ¿En el
sepulcro?
Se ha discutido mucho el caso de Samuel, si realmente era Samuel
o si era un espíritu que le imitaba. Los judíos a través de los siglos, según
Carroll, aceptaban el texto lit. Como es. Y según el libro apócrifo
Sirácida 46:20 [Deuterocanónica-Biblia Católica. BL]
dice: “Después de su muerte Samuel
profetizaba y manifestó al rey su fin, y levantó su voz desde la tierra en
profecía”.
Josefo, el historiador judío, también acepta este pensamiento,
que Samuel realmente apareció. Pero añade que Dios le envió y que no vino por
la evocación de la adivina. La LXX parece verificar esto con su traducción de 1
Cron.10:13. Dice: “Así que Saúl murió por sus transgresiones, habiendo
transgredido la palabra de Dios, no guardándola, porque buscó a una adivina y
Samuel el profeta le contestó...”. Si
así fuera, sería el único caso de ello en la Biblia y de ninguna manera
establece la práctica o la posibilidad de evocar a los muertos. Jesús
conversaba con Moisés y Elías en el monte de la transfiguración (Mt.
17) y evidentemente los tres apóstoles
oían. Se les permitía entrar por un solo momento en el mundo celestial. Pero
resultó para su bendición y no para maldición como en el caso de Saúl.
Algunos señalan el hecho de que Samuel le indicó que al día
siguiente estaría con él, pero que realmente serían tres días. De esta manera
piensan probar que no hubiera sido Samuel porque él hubiera dicho la verdad.
Parece sin embargo, que fue al día siguiente que Saúl y sus hijos murieron. El
relato del cap. 29 es
algo que hubiera pasado antes o mientras y no es necesariamente cronológico.
Saúl además no vio nada simulado o ficticio en su encuentro con Samuel. Al
contrario, el mensaje de Samuel, como siempre, le dejó postrado y sin fuerzas.
Saúl, por querer saber lo que no le tocaba saber, consultó a una encantadora y
pagó con su vida el precio de su transgresión según la ley.
¡Totalmente
Imposible!
Los guerreros muertos en el campo de batalla no eran
enterrados el mismo día, si es que eran enterrados, el cuerpo de Saúl no fue
hallado por los filisteos sino hasta un día después de su muerte, o sea; dos
días después de su “entrevista”, o “visión” con Samuel.
Samuel había sido enterrado en SAMA, Y SAÚL y sus hijos en
Jabes de Galaad. Está claro, por consiguiente, que la palabra de Samuel en 1
Samuel 28:18 no puede significar el Sepulcro. En cambio, se indican que el
espíritu sobrevive al cuerpo y pasa a un estado o condición que la Biblia
denomina Sheol.
2.2. El Hades En El Nuevo Testamento: jades = ἅδης:
En el Nuevo Testamento existe un
paralelo entre HADES[4] y MNEMEION[5], aparece
en plural, en el NT., 10 veces. Hades no aparece en Plural.
1- Mnemeion: tiene posición
geográfico, Juan 19:41. Pero Hades, al igual que Sheol, no lo tiene.
2- Mnemeion: se
relaciona con la entrada del cadáver dentro de la cavidad que ofrece Lucas
23:55. No así Hades.
3- Mnemeion: al
igual que Queber, debe ser cavado, es una realización del hombre (Mt.27:60;
pero jamás ocurre esto con Hadas. En 1 Corintios 15:55 vemos: “¿Dónde está, oh muerte
(thánatos), tu aguijón? ¿Dónde, oh Hades, tu victoria?”.
4- Según las reglas de la poesía hebrea, el paralelismo
Sinónimo del que sigue. Aquí, Hades (como
Seol en el Antiguo Testamento) amplia el significado de Thanatos (muerte). La
idea extraña un desafío al imperio de la muerte, al ámbito o morada donde sólo
reinaba la muerte.
5- El Señor Jesús en Lucas 16:22 ss.,
habla del seno[6] de Abraham, un estado dentro del (Hades = Sheol) que es
para los justos, a diferencia de otro que, en la misma situación de muerte y
tinieblas, es de condenación para los impíos [injustos].
III. LA CONQUISTA
DE CRISTO: Efesios 4:9-10:
Los
puntos principales de esta cita, más significativos para el autor, fueron la ASCENSIÓN VICTORIOSA y la Distribución
de los dones a los hombres. Algunos
otros aspectos, sin embargo, también son de especial interés. “EL LLEVÓ CAUTIVO LA CAUTIVIDAD” es traducido
por “Llevo Cautivo” (BJ), Y “El
Llevo Una Multitud De Cautivos” (RSV).
Interpretado
con respecto al Mesías, esto suele ser relacionado con la conquista por Cristo
de sus enemigos:
1) Satanás;
2) El Pecado;
3) La Muerte;
4) La Maldición.
Otros
(una minoría, pero incluyendo a muchos de los padres antiguos) explican estos “Cautivos” como amigos, es como los
Redimidos en la tierra, o como los santos del Antiguo Testamento en el Seol =
Hades.
Véase Parte II:
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