viernes, 20 de diciembre de 2019

Parte III ¿PUEDE ALGUIEN SABERLO CON CERTEZA?

Parte III
¿PUEDE ALGUIEN SABERLO CON CERTEZA?
(Salvación[1]Su Certidumbre2])

“Les dijo: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna...”.
(1 Juan 5:13).

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Pero no pueden hacer que sus seguidores digan que ni los problemas, la persecución, el hambre, la desnudez, la muerte, los poderes espirituales ni ninguna cosa que haya sucedido o pueda suceder, así como tampoco ninguna distancia física, puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús (Romanos 8:35-39).
¡Usted puede tener esa confianza alegre y triunfadora! Si ha aceptado a Cristo como Salvador, base la seguridad de su salvación en lo que la Biblia dice:
v Cristo satisfizo las demandas santas de Dios para usted.
v La salvación se ofrece gratuitamente.
v Reconozca que su fe es todo lo que Dios requiere de usted.
v Luego examine su vida y busque evidencias de obediencia a Cristo y amor a otros cristianos.
v Cuando lo haga, Dios le dará el testimonio interno del Espíritu Santo.

Reflexión.

Tómese unos minutos para repasar el modelo de seguridad bosquejado en este artículo. ¿Qué pasará si basa su esperanza de salvación en sus sentimientos y no en la autoridad de la Palabra de Dios?
¿Y si no recuerda la obra acabada de Cristo?
¿Y si empieza a pensar que la fe no es todo lo que Dios exige de usted?
¿Y si tiene el hábito de desobedecer los claros mandamientos de Dios?
¿Y sino ama a sus hermanos en la fe?
¿Cómo puede el Espíritu Santo usar la Palabra de Dios para testificar a su espíritu?


III.    OBJECIONES:
Aunque la Biblia nos da buenas razones para tener confianza respecto a nuestra relación con Dios y nuestra esperanza de eternidad, no todo el mundo está convencido. Las razones son muchas.
En esta sección veremos primero a tres personas que representan a la gente que lucha con la seguridad. Luego estudiaremos dos pasajes bíblicos difíciles. Finalmente consideraremos algunos factores de personalidad que causan dudas en la mente de muchas personas.

3.1. ESTUDIOS DE CASOS:
Los siguientes casos reales son representativos de algunos de los problemas que los cristianos tienen con la certidumbre[anexo]:

1- Primer caso. Una anciana que estaba en su lecho de muerte dijo a su hijo: «Creo en Jesucristo. Lo amo y he tratado de vivir para Él. Pero he distado mucho de ser perfecta. Ahora sólo puedo esperar que mi fe sea aceptable ante Dios». Murió como había vivido: con una triste incertidumbre acerca de su salvación personal.

2- Segundo caso. El propietario de un pequeño negocio asistía fielmente a la iglesia y era compasivo para con los pobres. Pero nunca gozó de la certidumbre de que iría al cielo. A un pastor le dijo: «Ahora mismo me siento bien respecto a mi relación con Dios. Pero no siempre es así. Con frecuencia me angustia el futuro. Tengo miedo de morir justo después de cometer un pecado grave». Siguió citando el comentario de Pablo acerca de ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor, diciendo que tenía miedo de ser reprobado. Concluyó diciendo: «Desde luego que me gustaría saber que voy al cielo; pero me temo que eso es imposible».

Ahora mismo me siento bien respecto a mi relación con Dios. Pero no siempre es así. Con frecuencia me angustia el futuro.

3- Tercer caso. Otra persona que tiene problemas con la certidumbre es una joven ama de casa que recibió al Señor hace pocos años y ha mostrado una gran transformación. Ella cree que la certidumbre es posible y la anhela. Pero se ve acosada por sentimientos de duda y temor acerca de todo, incluyendo su propia relación con el Señor. La carencia de certidumbre[2] de la salvación en estos casos proviene de dos fuentes:
(1) La mala interpretación que hacen de pasajes clave de las Escrituras, y
(2) Su propia constitución emocional.

3.2. PASAJES BÍBLICOS DIFÍCILES:
Hay quienes anhelan certidumbre, pero se sienten intranquilos por la interpretación de ciertos pasajes de la Biblia. Examinaremos sólo dos de ellos, esperando que sean modelos para interpretar otros que superficialmente parecen contradecir la doctrina de la seguridad. 1 Corintios 9:27. Este versículo ha conturbado a algunos cristianos porque habla de una persona que queda descalificada después de años de fiel servicio a Cristo.
Pablo escribió: Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. ¿A qué se refería el apóstol Pablo cuando habló de ser eliminado?
Para responder a esta pregunta tenemos que examinar otras afirmación es hechas por el apóstol sobre este tema. Cuando leemos sus epístolas descubrimos una serie de pasajes en los que expresa su certeza. Él sabía que era hijo de Dios y coheredero con Jesucristo. Sabía que nada podía separarlo de Dios.
Lea la conclusión de Romanos 8 y verá la atmósfera de certidumbre y gozo. Lea Filipenses 1 y verá que Pablo se refiere a la muerte como ganancia. Después lea 2 Timoteo, escrita poco antes de su ejecución. ¡Qué aire de confianza! Cuando uno pasa a 1 Corintios 9:27, por tanto, debe recordar que ese versículo fue escrito por alguien que sabía que iba camino al cielo.
Con esto en mente, examinemos el contexto y el significado de la palabra griega traducida «eliminado». La raíz de la palabra significa «aquello que no soportó la prueba». Debido a que Pablo se refería a los premios otorgados a los ganadores en las competencias olímpicas, es probable que tuviera en mente las recompensas que serán dadas en el tribunal de Cristo (2 Corintios 5:10).

“La fe descansa en la sola Palabra de Dios; esa palabra, cuando se cree, da plena seguridad”.—H. A. Ironside.

Estaba refiriéndose sólo a quedar descalificado para el premio. No quería perder su recompensa por el servicio por no satisfacer a su Señor. No tenía miedo de perder su salvación. Filipenses 2:12. La instrucción de Pablo de que debemos ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor ha sido perturbadora para algunos.
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.

Note: que Pablo no dice que tengamos que trabajar para obtener nuestra salvación. El término griego que se traduce «ocupaos» se refiere a «ocuparse hasta llegar a un punto de consumación». Pablo se refiere aquí a la salvación como un proceso a través del cual crecemos y nos desarrollamos en la fe cristiana. Filipenses 2:12 no dice nada de conseguir la salvación.
Se refiere al proceso de maduración en cooperación con el Señor, que «en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (v.13). El «temor y el temblor» indican aquella maravilla reverente que debería llenar nuestros corazones al vivir día a día en humilde dependencia del Señor y en espera de nuestra gloria futura.

Sólo se puede llegar a una conclusión: la Biblia no se contradice cuando enseña la seguridad de la salvación.

Hemos considerado dos pasajes bíblicos que han perturbado a algunos que buscan certidumbre.  Y ya hemos visto que ninguno de ellos niega la posibilidad de tener confianza en nuestra salvación. Podríamos demostrar que lo mismo es cierto en otros pasajes que causan problemas, pero cuando se comprenden los versículos correctamente y se leen a la luz de otras porciones de la Biblia, el conflicto se resuelve. Sólo se puede llegar a una conclusión: la Biblia no se contradice cuando enseña que podemos estar seguros de nuestra salvación.

3.3. FACTORES DE PERSONALIDAD:
Como ya se ha mencionado antes, algunas personas reconocen que la Biblia enseña la posibilidad de la certeza, pero no parecen hallarla para sí mismas. Vimos un ejemplo de ello en la joven ama de casa mencionada en el tercer caso. Ella confiesa sus pecados, ora por otros, busca la guía de Dios, vive en obediencia y manifiesta mucho amor.
Pero con frecuencia tiene momentos en los que siente mucho miedo pensando que no es hija de Dios. Muchos creyentes se sienten acosados por las dudas. Si usted es uno de ellos no se condene así mismo. Su problema tiene más que ver con su constitución psicológica que con su estado espiritual. No se desespere.

“Cuando una persona está en Cristo está segura. Todo lo que el diablo puede hacer es preocuparla”.—Loveless.

Considere esta ilustración. Un hombre estaba pescando en un plácido lago cuando ya era oscuro. El aire estaba quieto y la luna se reflejaba perfectamente en el agua. Después de mirarla un rato, echó caprichosamente el anzuelo sobre el reflejo. La imagen se rompió en mil pedazos. Pero ¿se había roto realmente la luna? ¡Naturalmente que no! Su reflejo sí.
Sólo tenía que mirar hacia arriba para asegurarse de que la luna seguía estando allí, resplandeciendo con toda su belleza. De la misma manera, el gozo de la salvación de un cristiano puede quedar hecho pedazos por la duda, por ataques:
Ø Satánicos,
Ø Por circunstancias desafortunadas,
Ø Por temores corrosivos, o
Ø Por la depresión.

Pero la pérdida del gozo de la salvación no significa que se haya perdido la salvación. El creyente tiene que mirar hacia arriba con la fe puesta en Dios y en las afirmaciones de Su Palabra para restaurar su confianza. Si se encuentra acosado por momentos de duda, considere las siguientes directrices para mantener la seguridad:
1. Lea su Biblia, especialmente el libro de 1 Juan, para que se acuerde del sólido fundamento en el que reposa su salvación.
2. Comuníquese con Dios mediante la oración y confiese todo pecado conocido.
3. Obedezca los mandamientos de Dios y haga lo que sabe es correcto.
4. Pase tiempo con cristianos sólidos y deje que su amor le ayude.
5. Acérquese a otros con genuino interés porque los ama.
6. Reconozca que sus dudas y depresiones pueden ser más emocionales que espirituales. Ello le ayudará a evitar sentimientos innecesarios de culpa debido a su supuesta falta de fe.

3.4. LISTA DE VERIFICACIÓN DE LA SEGURIDAD:
Si ha recibido a Cristo como Salvador, la seguridad de su salvación se fortalecerá continuamente cuando pueda contestar Sí a las siguientes preguntas:

v  ¿Disfruto la comunión con Dios, con Cristo y con otros creyentes? (1 Juan 1:3,4). ______  ‘  ______.
v  ¿Me inquieto cuando cometo un pecado o cuando lo veo en otros? (1 Juan 1:5-10). ______  ‘  ______.
v  ¿Soy básicamente obediente a los mandamientos de la Biblia? (1 Juan 2:3-5). ______  ‘  ______.
v  ¿Rechazo los valores erróneos del presente sistema del mundo? (1 Juan 2:15).
v  ¿Amo a Cristo y espero anhelante su retorno? (2 Tim. 4:8; 1 Juan 3:2,3). ______  ‘  ______.
v  ¿Practico el pecado menos que antes de ser cristiano? (1 Juan 3:5,6). ______  ‘  ______.
v  ¿Amo a otros creyentes? (1 Juan 3:14). ______  ‘  ______.
v  ¿He tenido respuestas a la oración? (1 Juan 3:22; 5:15). ______  ‘  ______.
v  ¿Soy consciente del testimonio del Espíritu Santo de las verdades de Dios? (Romanos 8:15,16; 1 Juan 4:13). ______  ‘  ______.
v  ¿Puedo discernir entre verdad y error espiritual? (Juan 10:3-5,27; 1 Juan 4:1-6). ______  ‘  ______.
v  ¿Creó las doctrinas básicas de la fe cristiana? (Juan 5:1). ______  ‘  ______.
v  ¿He experimentado alguna vez la oposición de otros debido a mis convicciones cristianas? (Juan 15:18-20; Filipenses 1:38). ______  ‘  ______.
(Adaptado de Salvation is Forever = La salvación es Por Siempre, de Robert Gromacki).
___________
Bibliografía:
[1] soteria = (σωτηρία, G4991), denota liberación, preservación, salvación. La salvación se usa en el NT:
(a) de liberación material y temporal de peligros y aprehensión:
(1) nacional (Lc.1:69: «cuerno de salvación», rv; rvr traduce «poderoso Salvador»; v. 71; Hech.7:25: «libertad», rvr; rv: «salud»);
(2) personal, como del mar (Hech.27:34: «salud», rv, rvr); de la cárcel (Filp.1:19: «liberación»; rv: «salud»); del diluvio (Heb.11:7: «que su casa se salvase», rv, rvr; vm: «la salvación de su casa»);
(b) de la liberación espiritual y eterna concedida inmediatamente por Dios a aquellos que aceptan sus condiciones de arrepentimiento y fe en el Señor Jesús, en quien únicamente se puede obtener (Hech.4:12), y en base de la confesión de él como Señor (Rom.1:16; Ef.1:13; véase más bajo SALVAR);
(c) de la experiencia presente del poder de Dios para liberar de la servidumbre del pecado (por ejem., Filp.2:12, donde la referencia especial, aunque no total, es al mantenimiento de la paz y de la armonía; 1 P.1:9). Está presente experiencia por parte de los creyentes es virtualmente equivalente a la santificación; para este propósito, Dios puede hacerlos sabios (2 Tim.3:15); no deben descuidarla (Heb.2:3);
(d) de la futura liberación de los creyentes en la parusía de Cristo por sus santos, salvación que es el objeto de su confiada esperanza (por ejem., Rom.13:11; 1 Ts.5:8, y v. 9, donde se les asegura la salvación, siendo la liberación de la ira de Dios destinada a ser ejecutada sobre los impíos al final de esta era, véase 1 Ts.1:10; 2 Ts.2:13; Heb.1:14; Heb.9:28; 1 P.1:5; 2 P.3:15);
(e) Cristo en la época de «la epifanía (o resplandor) de su parusía» (2 Ts.2:8; Lc.1:71; Ap.12:10);
(f) en sentido inclusivo, recapitulando todas las bendiciones otorgadas por Dios sobre los hombres en Cristo por medio del Espíritu Santo (por ejem., 2 Cor.6:2; Heb.5:9; 1 P.1:9-10; Jud.1:3);
(g) ocasionalmente, como virtualmente significando el mismo Salvador (por ejem., Lc.19:9; comp. Juan 4:22 , véase SALVADOR);
(h) en ascripciones de alabanza a Dios (Ap.7:10), y como aquello que es prerrogativa suya de otorgar (Ap.19:1). (VINE).
[2] certidumbre. (Del lat. certitūdo, -ĭnis). f. certeza[*]. || 2. ant. Obligación de cumplir algo. [*]certeza. (De cierto). f. Conocimiento seguro y claro de algo. || 2. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar. Microsoft® Encarta® 2009.
CERTIDUMBRE: griego: Véase también CERTEZA.
pleroforia = (πληροφορία, G4136), véase CERTEZA, Nº 1. Se traduce en Colosenses 2:2 como «pleno entendimiento» (rvr; vm: «plena seguridad»; 1 Ts.1:5: «plena certidumbre», vm: «plena seguridad»; Heb.6:11: «plena certeza»; Heb.10:22: «plena certidumbre»). Para un tratamiento más completo, véase CERTEZA, Nº 1. Véanse también ENTENDIMIENTO, PLENO, etc. (VINE).
-  Martin R. De Haan II. RBC. USA.
-  e-Sword-the. LEDD.
-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 16//08//2018. IGLESIA  EVANGÉLICA BAUTISTA EL SHADDAI”. Puyango-Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa.  Cel. 942-562691-Tumbes.

charlyibsh@hotmail.com

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ANEXO:

1) Posturas Teológicas Sobre La Salvación:

Pelagio
En el segundo punto: Afirmaba que el hombre actual es totalmente libre para el bien y el mal, pudiendo por su propia fuerza evitar todo pecado y alcanzar la SALVACIÓN ETERNA.
-La epidemia de pecado que hay en el mundo se debe a la mala educación.
-A los malos ejemplos y al hábito o costumbre de pecar.

Juan
Calvino
En su segundo punto: Afirmaba la elección eterna e incondicional de los han de ser salvos.
En su cuarto punto: Afirmaba, el llamamiento eficaz a la salvación.
En su quinto punto: Afirmaba, la perseverancia final de los elegidos, debido a la preservación divina.


Jacob    Arminio
En su cuarto punto: Afirmaba la PÉRDIDA DE LA SALVACIÓN. El arminismo enseña claramente que un creyente verdadero puede total o finalmente apostatar de la fe y perecer; pero no niega que me parece que hay pasajes de la Escritura que presentan este aspecto (Woeks, 1:254).
-A un nivel más popular, los Arminianos algunas veces equiparan la posición de la seguridad con una licencia para pecar.
-Por supuesto, los calvinistas sí pecan y lo excusan, pero lo mismo hacen los Arminianos.

John
Wesley
En su tercer punto: Afirmaba que, Existe un Dios una Voluntad Antecedente Universal de Salvación o sea, Dios
Quiere que todos los hombres sean salvos:
-Por eso, aunque por naturaleza no pueden usar su albedrío para el bien, Dios ofrece a todos, en virtud de la obra de Cristo en el Calvario.
-La gracia que les hace libres y con la cual pueden aceptar o rechazar el mensaje de la salvación.
No existen decretos divinos que predestinan infaliblemente, desde la eternidad, al cielo o al infierno.


2) Veamos En Cuanto a La Certidumbre*; En Cuanto a Perder La Salvación:
 *LA DOCTRINA DE LA CERTIDUMBRE:
La certidumbre es la comprensión de que uno posee la vida eterna. La falta de certidumbre a menudo trae trauma innecesario pero terrible a la vida de una persona, este es un de los puntos débil de muchos cristiano. ¿Por qué carecen algunos de certidumbre?
 
         Se Pueden Sugerir Cuatro Razones:

(1)   Hay quienes dudan de la realidad de su entrega a Cristo. A veces esto puede estar conectado con la imposibilidad de determinar la ocasión en que uno recibió a Cristo. La regeneración ocurre en un punto específico de tiempo. Las personas o están salvas o pérdidas en cualquier momento determinado. Nadie se convierte gradualmente. Pero todos si avanzamos, gradualmente, en nuestra comprensión de la conversión. Así que, mientras que a los ojos de Dios y en nuestra experiencia hubo un punto en el tiempo cuando fuimos salvos, en nuestra memoria o entendimiento puede que no podemos especificarlo.
     Algunas veces esta duda es más fundamental que simplemente un asunto de tiempo. ¿Confié en Cristo verdaderamente? Semejante duda se puede disipar por invocar de nuevo el nombre del Señor (y una y otra vez, si fuere necesario). Nadie puede nacer de nuevo más de una vez, pero uno puede sinceramente contarle al Señor su duda y clamar a Él de nuevo por la salvación.
(2)  Algunos carecen de certidumbre porque dudan de que el procedimiento que emplearon cuando expresaron su fe en Cristo fuera el correcto.
       Yo no pasé al frente cuando hicieron el llamamiento. ¿Estoy verdaderamente salvo?”.
          “¿Habré hecho la oración correcta?”.
          “Recibí a Cristo privadamente. ¿Es esto suficiente, o necesito hacer alguna clase de demostración pública?”.
         Este problema, que es muy real en más personas de lo que debiera ser, ha sido agravado por haberse elevado cierto método de invitación hasta el punto en que casi se convierte en el medio de la salvación.
(3)   Si uno no cree en la seguridad del creyente, entonces indudablemente carecerá de la certidumbre más de una vez en su vida.
(4)   Cuando el pecado entra en la vida del creyente, especialmente un pecado serio, entonces la duda acompaña a tal experiencia. La seguridad no concede una licencia para pecar, pero para tener la certidumbre necesitamos darnos cuenta de que los cristianos pecan (1 Jn. 1: 8, ‘V. 9’ 10), y que el pecado no hace que perdamos nuestra salvación. La experiencia normal cristiana nunca incluye la erradicación del pecado, porque todos ofendemos en muchas cosas (Santiago 3:2, VRVA). Esto nunca excusa el pecado, porque el cristiano también ha de crecer en santidad. Pero la experiencia del pecado no hace que perdamos la salvación.






Parte II ¿PUEDE ALGUIEN SABERLO CON CERTEZA?

Parte II
¿PUEDE ALGUIEN SABERLO CON CERTEZA?
(Salvación[1]Su Certidumbre2])

“Les dijo: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna...”.
(1 Juan 5:13).

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

En 1 Juan 5:1 leemos: «Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios...». Su fe en Jesucristo —su creencia de que Él es verdaderamente el Cristo, el Hijo de Dios— es lo que Dios requiere para formar parte de Su familia. Juan también nos dijo: «Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios» (1 Juan 4:15).
La gente podría ver a Jesús como el hombre más grande que haya vivido jamás, el supremo ejemplo a seguir, o la más impresionante revelación del amor de Dios. Pero si no lo confiesan como el Hijo de Dios, no son salvos.

¿Qué prueba la fe?
Su creencia en Jesucristo es una evidencia positiva de que el Espíritu Santo le ha dado nueva vida. Una persona hostil a Cristo o no receptiva no muestra ninguna evidencia de la vida que da el espíritu. Juan escribió:... Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado (1 Juan 3:24).
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios (1 Juan 4:2). El apóstol Pablo afirmó: «... y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo» (1 Corintios 12:3). Ahora bien, todos sabemos que cualquiera puede decir las palabras «Jesús es Señor». Pero Pablo se refiere a algo más que el solo hecho de producir esos sonidos. Quiere decir que nadie puede llamar a Jesús «Señor» como expresión de su profunda convicción interior «excepto por el Espíritu Santo».

¿Adónde le lleva esto?
Quizá se sienta intranquilo porque sospecha que su profesión de fe no fue real. Todos hemos visto ejemplos de esto. Un joven simula aceptar a Cristo porque una muchacha en la que está interesado le ha dicho que no lo aceptará hasta que se convierta a Cristo. Hay veces en que algunos profesan fe en Jesucristo en un momento de profunda perturbación emocional y se olvidan de ello a la mañana siguiente.
Si no está seguro de si su fe es verdadera, evalúe porqué se siente así. Podría ser que su antigua expresión de fe fuera verdaderamente superficial y no de corazón. Podría ser que nunca entendiera realmente hasta ahora todo lo que Cristo ha hecho por usted, y que no cediera cuenta de que no se puede ganar la entrada al cielo. Si es así, ponga ahora mismo su completa confianza en Cristo para que le salve.
Arraigue su fe en lo que la Biblia nos dice de Cristo. Tal vez pueda señalar un momento determinado en su vida cuando decidió sinceramente poner su confianza en Cristo como Salvador y Señor. Si es así, sus dudas actuales pueden tratarse más de sentimientos no confiables que de un indicador confiable de su verdadera condición espiritual. En este tipo de situación, el hecho de que esté genuinamente preocupado es una señal muy alentadora.
Si reconoció su pecado y admitió su necesidad de perdón, y si pidió a Cristo que lo salvara creyendo que Él pagó la pena por todos sus pecados, ha hecho todo lo que Dios exige. Puede estar seguro de que es salvo. Confíe en la promesa de Dios. Dele gracias por su salvación. Y cuando vengan dudas en el futuro, hable con Dios sobre ellas y reflexione sobre lo que la Biblia dice.

Reflexión.

¿Cree que Jesucristo murió en la cruz para pagar por sus pecados? ¿Confía en su obra consumada para salvación? ¿Descansa en lo que la Biblia dice? Si puede contestar Sí a esas preguntas, ¿qué debe hacer cuando empiecen a perturbar las dudas sobre su salvación? Si ha profesado fe en Cristo, ¿ha visto evidencia en su vida de que es hijo de Dios?

2.3. COLUMNA 3: Su Obediencia a Cristo:
Algunos departamentos de policía tienen una división canina adonde tienen perros específicamente adiestrados para trabajo policial. Es increíble ver a estos animales en acción.
Los perros tienen una relación especial con la persona con quien han de trabajar y para lo cual lo adiestran. Tienen un fuerte sentido de la lealtad y responden rápidamente a las órdenes de sus amos. Ya sea que estén caminando por la calle o persiguiendo a un criminal, no hay duda en cuanto a quien pertenecen esos perros. La pronta obediencia del perro de la policía a la voz de su maestro revela su identidad.
De la misma forma, los que creen en Jesucristo deberían identificarse fácilmente por su obediencia a su Señor y Maestro. Esta obediencia se caracteriza por guardar sus mandamientos y arrepentirse del pecado.

El Guardar Sus Mandamientos.
Si miramos de nuevo 1 Juan leemos: Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos (1 Juan 2:3). Este versículo nos dice que los que hemos aceptado a Jesús como Salvador podemos estar seguros de que nuestra salvación es genuina debido a nuestra obediencia a É1.
Quizá usted tenga un sólido conocimiento de la verdad doctrinal acerca de la obra consumada de Jesucristo y lo haya aceptado como Salvador, pero siga dudando de que su fe sea algo más que mero conocimiento intelectual. Tal vez se sienta alentado porque su preocupación por su estado espiritual es evidencia de que su fe es real, pero desea evidencias algo más tangibles. Bien, aquí hay una: considere su conducta. Aplíquese esta prueba: «¿guardó los mandamientos de Dios?».
No debería ser difícil para usted determinar si su vida se caracteriza o no por la obediencia. No estamos sugiriendo, naturalmente, que tenga que guardar todos los mandamientos de Cristo a la perfección. Nadie lo hace.

El hombre que cree obedece; la falta de obediencia es una prueba convincente de que no hay una fe verdadera.—A.W.Tozer.

El apóstol Juan había hablado ya muy enérgicamente en esta epístola en contra de aquellos que dicen «no tenemos pecado», (1:8) y «no hemos pecado» (1:10). Ya había dicho que Dios en su gracia perdona y purifica diariamente por medio de la confesión (1:9). Sin embargo, pone en claro a todo lo largo de su exposición que los creyentes deben vivir una vida caracterizada por la justicia, no por el pecado.
Evalúe honestamente su vida. Si se da cuenta de que ama al Señor Jesús y de que anda en obediencia a Él, puede tomar eso como una indicación de que ha nacido de nuevo. Recuerde, no tiene que ser perfecto y su salvación no se basa en la obediencia.
Pero si genuinamente quiere obedecer los mandamientos de Cristo, y si ve evidencia de su crecimiento en la santidad, tiene una razón más para creer que verdaderamente es salvo. El alejarse del pecado. La otra cara de nuestra obediencia a Cristo es el rechazo del pecado en nuestras vidas.Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad (1 Juan 1:6).
Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios (1 Juan 3:6-9).
Estos versículos pueden sonar como si Juan estuviera diciendo que debemos ser perfectamente puros para estar seguros de que vamos al cielo. Pero eso no es lo que dice. El énfasis está en que los que hemos profesado fe en Cristo, hemos pasado de muerte a vida, de las tinieblas a la luz.
Si una persona afirma ser cristiana pero continúa viviendo en pecado, es decir, desobedeciendo los mandamientos de Cristo y viviendo como un incrédulo, entonces esa persona está engañada. La vida de un creyente no ha de caracterizarse por el pecado, sino por hacer lo correcto a los ojos de Dios. En otras palabras, lo que Juan dijo es esto:
v Si profesas fe en Cristo tu vida debe demostrarlo.
v No te vas a complacer en el pecado como estilo de vida.

Si nuestras vidas se caracterizan por la obediencia a Cristo, tenemos otra razón poderosa para estar seguros de que le pertenecemos.

Juan mencionó que los cristianos que pecan se pueden limpiar de su pecado (1 Juan 1:9). Aunque un cristiano peque, el pecado no lo domina ni él se entrega a un estilo de vida decadente (Romanos 6:11-14). Entonces, nuestra obediencia a Cristo tiene aspectos positivos y negativos: hemos de guardar Sus mandamientos y volvernos del pecado. Si nuestras vidas se caracterizan por esta clase de obediencia, tenemos otra razón poderosa para estar seguros de que pertenecemos a Cristo.

Reflexión.

Cuando lee la Biblia o escucha cuando alguien la enseña, ¿es presto a obedecer los mandamientos de Dios? Enumere algunas maneras en que su vida demuestra que es hijo de Dios y que tiene una relación con Cristo. Si sabe que ha confiado en Cristo pero ha estado andando en desobediencia, pídale perdón a Dios ahora mismo y exprésale que se compromete de nuevo a obedecerlo.

2.4. COLUMNA 4: Su Amor Por Otros Cristianos:
En muchas actividades de la vida, la gente se une por amor a algo, pero no necesariamente porque se amen unos a otros. Por ejemplo, los miembros de un equipo de béisbol puede que no se caigan bien mutuamente, pero juegan juntos porque aman el juego. O los miembros de una orquesta podrían no hablarse unos a otros, pero se reúnen porque aman la música.

Somos Distintos.
Los que creemos en Jesucristo debemos ser distintos. Debemos amarlo a Él antes que a nada en el mundo, y debemos acercarnos unos a otros por ese común interés. Pero la Biblia dice que debemos ir más allá. No sólo hemos de amar a Cristo, sino que hemos de amarnos unos a otros. De hecho, nuestro amor por otros cristianos está importante que es otra razón sobre la cual podemos basar nuestra seguridad.
Fíjese de nuevo en las palabras de 1 Juan: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos... Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él (1 Juan 3:14, 18, 19).
Juan dijo que el amor que usted sienta por otros cristianos le dará la seguridad de que es miembro de la familia de Dios. Esa es una característica que debe ser obvia en su vida. Puede que no sepa con toda certeza a qué tipo de amor se refería Juan. La palabra amor sola puede significar muchas cosas a mucha gente. Pero cuando Juan habló de nuestro amor por los creyentes, fue bastante específico.

Somos Una Familia.
Juan usó la palabra amor para describir el sentido de unidad que tienen en Cristo todos los creyentes. Note: que mencionó específicamente el amar «a los hermanos», y que usó el término hermano seis veces (véanse los vv.13-17).
Es cierto que la Biblia dice claramente que los cristianos han de amar a toda la humanidad y desear la salvación de todos. Pero el apóstol Juan estaba diciendo aquí que nuestro amor por otros cristianos es una evidencia de salvación. Llamó nuestra atención al hecho de que somos una familia. Nos amamos unos a otros de una manera especial porque somos hermanos y hermanas en Cristo. Todo el concepto de «comunión» en esa primera epístola conlleva la idea de compartir.
Y ese compartir fluye de nuestro sentido de unidad en Cristo. ¿Le gusta estar con cristianos? ¿Le complace conversar con ellos sobre su común salvación? Si es así, puede tomarlo como una evidencia más de que es hijo de Dios.

Hemos De Estar Dispuestos a Sacrificarnos.
Ese amor entre hermanos no es meramente un sentimiento subjetivo que los cristianos han de sentir mutuamente. Es un amor activo. Está dispuesto a sacrificarse. El patrón es el amor sacrifica torio de Jesús por nosotros. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? (1 Juan 3:16, 17).
El amor cristiano abnegado y dispuesto a sacrificarse es una de las columnas sobre las que descansa la seguridad. El apóstol Juan, después de pedir una vida llena de amor y definir lo que eso significa, dijo lo siguiente: «Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él» (3:19). Eso debería darle seguridad.

Reflexión.

¿Ama usted a Jesucristo?
¿Ama a su familia espiritual?
Lea 1 Corintios 13:4-6 y repase las características del amor. Lea Filipenses 2:1-11 y note la relación que existe entre nuestra unión con Cristo y nuestro amor por otros cristianos. ¿Hay barreras de amargura que le están impidiendo amar a otro creyente? Dé los pasos necesarios hoy para quitar esas barreras que impiden el amor fraternal.

ALBARDILLA: La Seguridad Del Espíritu:
Imagínese por un momento que usted es el piloto de un avión pequeño. Mientras vuela puede verificar su progreso mirando hacia abajo para buscar guías conocidas, o puede mirar los instrumentos de navegación del avión. Sería muy perturbador si la brújula le dijera que lleva el rumbo correcto, pero el paisaje le resulta desconocido, o viceversa. Más cuando los instrumentos y las guías visibles concuerdan, usted se siente más seguro de que está volando con el rumbo correcto.
Cuando hablamos de la seguridad del Espíritu hablamos de una confirmación interior de que somos hijos de Dios. La persona que cree la Biblia sabe que se ha convertido en hijo de Dios mediante la fe. Pero esa persona también tiene la presencia confirmadora del Espíritu Santo. En 1 Juan leemos:... Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado (3:24). El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo (5:10).

Confirma Lo Que Sabemos.
Nuestro propio espíritu puede decirnos que somos hijos de Dios porque nuestra seguridad se construye sobre cinco razones que ya hemos considerado:
La autoridad de la Biblia.
La obra de Cristo.
Nuestra fe en Cristo.
Nuestra obediencia a Cristo.
Nuestro amor por otros cristianos.
El Espíritu Santo confirma en nuestro corazón lo que ya creemos que es cierto. De hecho, sabemos que el Espíritu participa en cada paso del proceso. Es el Espíritu quien nos ayuda a reconocer la verdad de la Palabra de Dios. El Espíritu nos ayuda a reconocer la obra consumada de Cristo.
El Espíritu nos asegura que nuestra fe es genuina. Cuando vivimos en obediencia al Señor, Él nos alienta a seguir. Y es el Espíritu quien produce en nosotros el amor por nuestros hermanos en la fe y nos asegura que este amor es una marca del cristiano.

Coopera Con Nuestro Espíritu.
Nuestra experiencia cuadra con Romanos 8:16: «El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios».
Algunas versiones de la Biblia dicen que el Espíritu da testimonio con nuestro espíritu. Esto significa que Él fortalece el testimonio que ha hemos recibido de nuestro propio espíritu.

Produce Paz Interior.
Las religiones hechas por el hombre o las filosofías pueden ayudar a la gente a afrontar una tragedia o la muerte con valor. Hasta pueden inducir a algunos a dar su vida por una causa.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor... El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. —Romanos 8:15, 16.

Véase Punto III: