ESTUDIO
26
GÉNESIS
23–24: LA RATIFICACIÓN DEL PACTO:
Lectura bíblica: Génesis 24:1-66.
Texto Áureo: Génesis 24:1-2.
Objetivo: Los alumnos
aprenderán y confirmarán que el matrimonio convierte en uno a los cónyuges y
mucho más cuando disfrutan juntos de las bendiciones de Dios.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Estos
dos capítulos contrastan entre sí, porque en uno tenemos un funeral y en el
otro una boda. La tierra de Canaán es «tierra de monte y de vegas» (Dt. 11:11); la vida
cristiana tiene tanto tristezas como alegrías. Sin embargo, en ambas, Abraham
caminó por fe (Heb. 11:13–17).
El capítulo 23
muestra a Abraham como un doliente, que sufre más no «como los otros que no tienen esperanza»
(1 Ts. 4:13ss). ¡Qué testimonio fue para sus vecinos perdidos! Qué diferente el
sepelio de Sara de los sepelios paganos de esa época. ¡Qué extraño que el primer lote de tierra
que Abraham poseyó en Canaán fue una tumba! Génesis 49:31–33 señala
que seis personas fueron a la larga sepultadas allí.
Nótese: la manera tan
cuidadosa en que Abraham manejó sus asuntos de negocios, asegurándose de que
todo se haga «decentemente
y con orden». Es una vergüenza cuando los creyentes realizan
negocios dudosos, en especial con los perdidos. Nos concentraremos en el
capítulo 24 que es rico en lecciones espirituales. Vemos en Abraham, su criado
y Rebeca tres maravillosos ejemplos.
I. El Ejemplo De La Dedicación De Abraham (Gn.24:1–9):
En este momento
Abraham tiene 140 años (véanse 25:20 y 21:5). Dios le ha bendecido espiritual y
materialmente, pero quiere asegurarse de que se escoja la novia correcta para
Isaac. Por supuesto, vemos aquí un cuadro del Padre celestial escogiendo una
Esposa (la
Iglesia) para su Hijo (Cristo).
¿Cómo supo Abraham que
Dios proveería la mujer idónea para su hijo? ¡Confió en las promesas de Dios! Isaac era
posesión de Dios. Abraham lo había colocado en el altar años antes y sabía que
Dios supliría la necesidad. De otra manera, la simiente prometida nunca
nacería.
La mujer debía
venir de la familia de Dios; no debía ser de las mujeres paganas. Sin duda
había muchas cananitas hermosas y de talento que hubieran estado muy contentas
en casarse con Isaac y tener parte de su riqueza, pero esto iba en contra de la
voluntad de Dios.
En los
versículos 6 y 8 Abraham enfatiza este hecho; y necesitamos enfatizar hoy. «Con tal que sea en
el Señor» es la admonición de 1 Corintios 7:39–40 (véase también 2
Cor. 6:14–18). ¡Es
trágico cuando los padres empujan a sus hijos a casarse «en sociedad» y fuera de la
bendición del Señor! Abraham prefería que su hijo se quedara soltero
antes que regresara a Ur buscando esposa, o que tomara esposa de entre las
naciones cananeas.
II. El Ejemplo De La Devoción Del Criado (Gn.24:10–49):
En un sentido
espiritual el criado es un cuadro del Espíritu Santo cuya obra es traer al perdido
a Cristo y así formar su Esposa. No se da el nombre del criado, porque el
ministerio del Espíritu Santo es apuntar a Cristo y glorificarle.
Nótese: cuán a menudo
el criado menciona a su amo y al hijo de su amo. Vivía para complacer a su amo,
porque la palabra «amo» se halla veintidós veces en este capítulo. El
Espíritu ha sido enviado para representar a Cristo y hacer la voluntad del
Salvador en la tierra. El criado llevó consigo una porción de la riqueza de su
amo (vv. 10, 22, 30, 53), así como el Espíritu Santo es «las arras de nuestra herencia» (Ef.
1:14), dándonos apenas una pequeña porción de la gran riqueza que un día
disfrutaremos en gloria.
Además, el criado es un ejemplo al
procurar nosotros servir al Señor. Como ya se mencionó, el criado pensaba
sólo en su señor y en la voluntad de este. Es más, anhelaba tanto concluir su
tarea que no se preocupaba por la comida (v. 33; Jn. 4:31–34). Demasiado a
menudo ponemos las cosas físicas antes que las espirituales. El criado recibió
órdenes de su amo y no las cambió ni un ápice. Creía en la oración (véase Is.
65:24) y sabía cómo esperar en el Señor. No hay lugar para la impaciencia
precipitada en el servicio de Cristo.
El criado sabía
cómo confiar en la dirección del Señor:
«Guiándome
Jehová en el camino» (v. 27). Véase lo que afirma Juan 7:17. Una vez
que supo cuál era la voluntad de Dios, no demoró, sino que se apresuró a
cumplir su tarea (v. 17). La hospitalidad de la casa era deliciosa, pero tenía
una tarea que cumplir para su señor y todo lo demás podía esperar.
Nótese: también que el
criado le informó a su amo cuando regresó (v. 66), así como nosotros tendremos
que rendir cuentas cuando veamos a Cristo.
Es interesante
suponer si el criado le enseñó a la novia mientras viajaban y le reveló cuál
sería su novio. «Él me glorificará», dijo: Cristo respecto al Espíritu Santo (Jn. 16:14).
III. El Ejemplo De La Decisión De Rebeca (Gn.24:50–67):
De nuevo vemos un cuadro de Cristo y su
Iglesia. Rebeca era una
virgen pura, así como lo será la Iglesia cuando se realicen las bodas en el
cielo (Ap. 19:7–8). Nótese: que Rebeca se
identifica con el rebaño, así como la Iglesia es tanto esposa como rebaño de
Cristo (Jn. 10:7– 18).
Ayuda Hermenéutica:
H7259
רִבְקָה = Ribcá:
de una raíz que no se usa probablemente significa tupir, cerrar al atar las
cernejas; encadenar (con belleza); Ribcá, esposa de Isaac:- Rebeca.
(Strong)
Rebeca tenía que tomar una decisión
importante: ¿se quedaría en
casa con su familia y continuaría siendo una criada, o creería por fe las
palabras del criado e iría para estar con Isaac, un hombre a quien jamás había
visto? Sin duda había obstáculos en el camino:
v
Su hermano
quería que se quedara por un tiempo (v. 55);
v
El viaje sería
largo y difícil; Isaac era un peregrino sin hogar fijo; y
v
Tendría que
dejar a sus seres queridos.
El mundo a
menudo aconseja al pecador que espere, así como Labán aconsejó a su
hermana.
(Nótese: sin embargo,
que cuando se trataba de conseguir cosas materiales, Labán podía moverse
aprisa, vv. 28–31. ¡Nos preguntamos si invitó al criado a su casa por cortesía o
por codicia!).
Ayuda Hermenéutica:
H3837 לָבָן = Labán lo mismo
que H3836; Labán, un mesopotamio; también lugar en el desierto:- Labán. לַבֵּן = Labbén. Véase H4192.
(Strong)
Los pecadores
por lo general no se apuran en cuanto a la salvación de sus almas. Hasta este
momento Rebeca se había movido de prisa (vv. 18–20, 28), pero ahora ellos
querían que anduviera más lento. «Buscad a Jehová mientras puede ser hallado» (Is.
55:6).
No podemos sino admirar su decisión: «Sí, iré». Este acto de fe
(«a quien amáis
sin haberle visto», 1 P. 1:8) cambió su vida. De una criada se
transformó en una novia, de la soledad del mundo al gozo del amor y
compañerismo, de la pobreza a la riqueza de Isaac. ¿Veía toda la riqueza de Isaac? ¡Por supuesto que
no! ¡Eso hubiera sido imposible! ¿Sabía todo
respecto a él? No.
Pero lo que vio
y oyó la convenció de que debía ir. Asimismo, con los pecadores perdidos de
hoy, el Espíritu les habla y les muestra las cosas de Cristo lo suficiente como
para que tomen la decisión correcta.
Habíamos dejado
a Isaac (en
cuanto a la narración se refiere) en el monte Moriah, porque en
22:19 se menciona sólo a Abraham. Isaac es un cuadro de nuestro Señor que fue
al Calvario para morir por nosotros, luego regresó al cielo para esperar a su
Esposa. En el capítulo 24 el criado (el Espíritu
Santo) fue a buscar a la novia.
Luego, cuando la
novia se acercaba, Isaac aparece para recibirla. ¡Qué
escena, puede ocurrir hoy! En «la hora de la
tarde» fue cuando se encontraron, así se oscurecerá este mundo
cuando Cristo vuelva por su Esposa.
La fe de Rebeca fue recompensada. Su nombre
aparece en la Palabra de Dios; disfrutó del amor y la riqueza de Isaac, y llegó
a ser una parte importante en el plan de Dios. Si hubiera rehusado ir, hubiera
muerto como una mujer desconocida. «El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre»
(1 Jn. 2:17).
CUESTIONARIO:
¿Génesis 49:31–33 señala que
seis personas fueron a la larga sepultadas allí?
¿Qué dijo: Cristo respecto al Espíritu Santo (Jn. 16:14)?
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