Parte I
Introducción A
La Hermenéutica:
(Viendo La
Conexión…)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Creo que a todos
nos ha paso lo mismo que a mí, te arrepientes de no haber prestado más atención
en la escuela o el colegio cuando te enseñaban el curso de gramática y decían
lo mismo: “¿para qué quiero yo saber todo esto?,
¿Esto cansa, o no sirve para nada…?
mucho han obviado la lectura de la
Biblia, y no recuerda que ella está traducida finalmente en la lengua del
castellano y etc…, y requiere la observación de tal escritura gramatical.
“Conexión: Relación o enlace entre cosas, ideas, personas,
etc… Relación entre piezas conectadas”. (Según el
diccionario). Nuestro objetivo es aprender a ver las relaciones que hay entre
palabras y frases de la Biblia, como una clave en el estudio de la misma.
Siendo que Dios nos ha comunicado Su
Palabra por medio de idiomas humanos, podemos saber que ÉL, en este sentido, ha
seguido lo que nosotros percibimos como “leyes” de Gramática y Redacción, para comunicarse
con nosotros. Entonces, parte del buen estudio de la Biblia es el poder
reconocer la función gramatical que tiene cada palabra, y entender qué sentido
tiene esta función en el versículo o pasaje que estudiamos.
Aparte de las palabras grandes como VERBOS
Y NOMBRES
que vemos normalmente, como “crucificar”
y “justificación”,
hay otras palabras que a veces por ser pequeños e ir otras palabras más
grandes, se nos pasan por alto.
No nos damos cuenta de ellas y son precisamente
las palabras que pueden desatar el nudo y ayudarnos a entender correctamente un
pasaje bíblico. Se trata de palabras como estas y son: Conjunciones,
preposiciones, y adverbios, que describen la relación entre otras palabras.
De ahí el estudio: “Viendo la Conexión”.
I. Las
Conjunciones:
Una conjunción es una “palabra cuyo papel
es enlazar dos oraciones, o dos elementos de una oración que realizan la misma
función con respecto al Verbo o con respecto a cualquier otra palabra”.
En lugar de las clases usuales (copulativas, disyuntivas, adversativas,
consecutivas, finales) vamos a dividirlas de otra manera, en dos grupos: conjunciones
sencillas, y conjunciones lógicas.
No te den pánico estos términos porque
no es tan difícil. Verás por qué decimos “sencillas”
o “simples”,
y “lógicas”
a continuación, ya que vamos a tratarlas por orden y con ejemplos:
1)
Conjunción Simple. “o”, “y”, “ni”.
Una Conjunción
Simple: es una palabra que une dos oraciones como por ejemplo, las
palabras “o”,
“y”
y “ni”.
Mediante estas pequeñas palabras que aparecen a primera vista como casi
insignificantes, se hace una lista de palabras, frases, u oraciones. Ver la “y”,
“o”,
o “ni”
es ver algo que dice, “sigue leyendo porque no has llegado al final todavía”.
Estas
conjunciones sencillas funcionan como la pieza que conecta los vagones del
tren, es decir, hace un “tren” de palabras, frases u oraciones. Su papel de
decir que estas cosas van juntas y han de ser consideradas así. Por ejemplo,
vamos a ver como funciona la “y” en este sentido.
“Más buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia,...” Mt. 6:33.
Verbo JS
Observa cómo la
primera “y”
sirve para hacer una especie de lista de las cosas que el versículo dice que
hemos de buscar primeramente. Es como si el verbo “buscad” fuera la máquina de un
tren y las frases (1) “el reino de Dios” y
(2) “su justicia” fueran los vagones del
tren, conectados por la palabra “y”. La palabra “ni” funciona de la misma
manera, excepto en el negativo, por supuesto. Veamos esto por ejemplo en
Romanos 8:38-39 donde leemos:
“Por lo cual
estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,… ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Rom. 8:38-39.
La palabra “o”
tiene la función de darnos uno opción y decimos que hay que escoger entre
varias cosas. Es una señal de que, al contrario que con las palabras “y”
y “ni”
que conecta las cosas, aquí hay distinción. Es decir, de la misma manera
que no podemos nadar y guardar la ropa,
sino que hay que elegir, asimismo la conjunción “o” nos obliga a elegir. Veamos
un ejemplo. Si leemos en Lucas 16:13 veremos lo siguiente:
“Ningún siervo
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciar al otro. No podéis servir a Dios y
a las riquezas”. Lc. 16:13.
Está claro que
aquí hay que escoger entre dos amos, porque sólo se puede amar y servir a uno
de ellos, y por cierto no a los dos a la vez. Por si queda alguna duda, dice al
final, “no
podéis servir a Dios y a las riquezas”.
2) Conjunción
Lógicos.
Después están
las conjunciones
lógicas, cuya función es distinta. Las llamamos así porque a más de
hacer listas como las sencillas, estas conjunciones tienen una función que
dirige nuestros pensamientos de manera lógica mientras leemos.
En la conjunción
simple, no influye el orden, pero en la lógica, sí. Para ayudarle a visualizar
el concepto, piensa, por ejemplo, en los letreros en una carretera, que
anuncian al conductor lo que viene.
Estas
conjunciones lógicas funcionan de esta manera, diciéndonos algo acerca de lo
que viene, y explican o definen relaciones entre palabras o conceptos, donde es
muy importante prestar atención al orden en que las relaciones. Vamos a
dividirlas en 10 grupos y ver un poco acerca de cada uno, recordando que son
como letreros en la carretera, para que cuando las veamos nuestra mente sepa
qué anticipar:
1- “Y”, aunque es una conjunción sencilla,
puede ser una lógica también. Por ejemplo, cuando la palabra “y”
indica un resultado o una consecuencia, entonces es lógica. No es difícil –mira Mateo
6:33 otra vez-
esta vez vamos a fijarnos en la segunda “y” que aparece allí.
“Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”. Mt. 6:33.
Mientras que la
primera “y” tiene la función
sencilla de hacer una lista, de juntar cosas que hemos de hacer, esta segunda “y”
tiene otra función –la de decirnos cuál será el resultado o la consecuencia. Es
como letrero que dice “viene algo después”.
¿Ves cómo aquí
no se puede cambiar el orden? Dios no promete añadir estas cosas a todos, sino
a los que buscan primeramente Su Reino y Justicia. Cuando hacemos esto, el
resultado es que Dios añade estas otras cosas. ¿Ves
cómo la segunda “y” funciona de
manera distinta? Es una conjunción lógica.
2- “Pero”, “sino”, “mas” y “antes”. Estas cuatro palabras son conjunciones
lógicas que separan y contrastan cosas. Son como letreros que indican lugares
que están en direcciones opuestas.
No todos los caminos conducen a Roma. Si giras a la izquierda, vas a Barcelona.
Si giras a la derecha, vas a Madrid. “Pero”, “sino” “mas” y “antes” hablan de cosas opuestas, contrarias, y nos
dicen esto: “¡CONTRASTE!”. Vamos a tomar un
ejemplo de cada uno.
“Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos”. Mt. 7:17.
“No os hagáis
tesoros en la tierra… sino haceos tesoros en el
cielo,…”. Mt. 6:19-20.
“…las aves del
cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”. Mt. 8:20.
“… y gastado todo lo que tenía, y nada había
aprovechado, antes
le iba peor”.
Mr. 5:26.
En todos estos textos se ve el
contraste entre las cosas: entre buenos
árboles y malos, entre tesoros en la tierra y tesoros en el cielo, entre las
aves del cielo y el Hijo del Hombre, entre lo que buscaba de los médicos y los
resultados de sus visitas.
En este sentido también estos términos
pueden ser usados para señalar un cambio de pensamiento o de tema en un pasaje. En Hebreos 6:9,
después de hablar de la condición irreparable de los que apostatan de la fe, el
escritor cambia y dice, “Pero en cuanto a vosotros,
oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores”. En 1 Corintios
11:17, después de la primera mitad del capítulo donde se habla de la doctrina
del velo, cambia de tema a partir del versículo 17, y lo señala diciendo, “Pero, al anunciaros esto que sigue, no os alabo…” Prestando
atención al término “pero”, lo vemos como un letrero que dice “ahora viene algo distinto”. Estas
conjunciones indican cosas opuestas, que no puedes juntar, obligándote a tomar
una elección.
3- “Porque” es una palabra que indica, como un
letrero, que lo que sigue es una explicación o una razón. De esta manera
también sabemos que si leemos un versículo que empieza con “porque”, en seguida sabemos que
hay algo que viene antes que necesitamos saber, y que ahora lo va a explicar.
Entonces,
sabemos que en busca del contexto hemos de mirar a los versículos que vienen
antes de la palabra “porque”, para encaminar nuestros pensamientos.
Por ejemplo, Mateo 6:21 dice:
“Porque
donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón”.
Al ver “porque”,
miramos a los versículos que vienen antes de éste, y vemos que este versículo
explica la razón detrás de las exhortaciones en los versículos 19 y 20. No
hemos de hacer tesoros en la tierra, sino en el cielo, porque el Señor sabe que
hay una relación directa e inevitable entre los tesoros y el corazón. ÉL quiere
que el corazón de Sus discípulos esté en el cielo, con ÉL, y no en una caja
fuerte, una finca, o una libreta.
4- “Para que”, “a fin de”,
“de modo que” y “de manera que”.
Estas frases se
constituyen conjunciones lógicas también. Como letreros en la carretera, nos
indican que lo que viene después es el propósito o la finalidad de los que
viene antes.
Muchas veces se
usa para concluir o exhortar, y siempre hace referencia a versículos que vienen
antes. Así que, como con el término “porque”,
sabemos al leer estas frases que hay que leer lo que viene antes en el texto
para estar en la onda. Si no, puede resultar como cuando entras al final de la
película sin saber de qué va, y es posible llegar a conclusiones precipitadas y
erróneas. Vamos a ver un ejemplo de cada expresión para que veas cómo indica un
propósito que sigue:
“Pero sabemos
que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se
cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios”. (Romanos 3:19).
“Ninguno que
milita se enreda en los negocios de la vida, a
fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. (2 Timoteo 2:4).
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;…”. (2 Corintios 5:17).
“…una gran sima
está puesta entre nosotros y vosotros, de
manera que los que quisieren pasar de aquí a
vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”. (Lucas 16:26).
5- “Así que”, “por lo
tanto”, “por esto”, “por tanto” y
“por lo cual” son como letreros que
indican que viene una conclusión o una aplicación. Nos dicen que hemos de leer
lo que sigue, teniendo en cuenta lo que acaba de decir. Son otras conjunciones
que nos advierten que hay que leer lo que viene antes para entender todo.
Por ejemplo,
Mateo 6:34, el versículo que termina el capítulo, que resume y aplica lo que se
ha enseñado, empieza con “así que”. Hebreos 12:1 empieza con la
expresión “por
tano”, indicando que no es un pensamiento nuevo sino la conclusión
de lo que venía diciendo en el capítulo 11. ¡Cuán
importante es no parar leyendo al final del capítulo 11, porque la conclusión y
aplicación está al principio de capítulo 12!
Filipenses 2:9
empieza con “por
lo cual”, y concluye la sección que habla de la humillación y
exaltación de nuestro Señor. Cuando ves una de estas conjunciones, sabes que
estás llegando al final de algo.
6- “Por lo demás” es una frase cuya función es
indicar la terminación o conclusión de un asunto o un cambio de tema. Tomamos
como ejemplo Efesios 5:33:
“Por lo
demás, cada uno de vosotros ame también a su
mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.
Aquí la fase
señala la conclusión del discurso sobre la relación matrimonial, y resume las
responsabilidades de cada uno antes de ir al siguiente tema –la relación entre
padres e hijos. En Efesios 6:10 leemos:
“Por lo
demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y
en el poder de su fuerza”.
En este caso la expresión
tiene la función de dar comienzo al párrafo que no enseña acerca de la guerra
espiritual y nuestros deberes como soldados de nuestro Señor. Así también en
Filipenses 3:1 vemos este uso de la frase para dar comienzo a otro tema. En
este sentido puede servir como un separador
entre temas o parrafos.
7- “Además”, “también”
y “así también”
son tres adverbios que funcionan en un sentido como conjunciones e indican que
hay más; que hay algo para añadir, y en este sentido ponen cierto énfasis sobre
lo que sigue. Son empleados para añadir un pensamiento a otro y juntar cosas.
Por ejemplo: Lucas 16:26 empieza con “además”
y enfatiza la imposibilidad de cambiar de lugares después de esta vida.
Hebreos 12:1 incluye la expresión “nosotros también”,
y “también”
hace resaltar la idea de que nosotros podemos y debemos ser añadidos a la lista
de los fieles de Hebreos 11. De esta manera el escritor cambia de narrativa a
la aplicación personal. En 2 Timoteo 3:8 leemos:
“Y de la manera
que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así
también éstos resisten a la verdad;…”.
Esta conjunción
enlaza a los hombres corruptos de los postreros día con el mal ejemplo de Janes
y Jambres, añadiendoles a la lista de los que resisten a la verdad. ¡Menuda fama!
8- “No solamente… sino
también”
es una frase cuya construcción pone un énfasis fuerte sobre algo que hay que
añadir o incluir. Combate el error de no incluir algo clave, como por ejemplo,
lo que vemos en 1 Tesalonicenses 1:5:
“pues nuestro
evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente,
sino también en poder, en el Espíritu Santo y en
plena certidumbre, como bien sabéis…”.
Nos está
diciendo que el evangelio apostólico, el verdadero, no consiste solamente de
palabra. La predicación buena y eficaz no es una cuestión solamente de decir
ciertas palabras ortodoxas. “No Solamente…sino
también” nos indica que hay mucho más en la predicación del
evangelio, y que son cosas que no deberíamos olvidar. La expresión pone el
énfasis sobre estas cosas que es importantísimo verlas cuando predicamos el
evangelio: “poder”,
“el Espíritu
Santo” y “plena certidumbre”. Otro ejemplo es 1
Tesalonicenses 2:8, donde leemos:
“Tan grande es
nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de
Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy
queridos”.
Aquí la
expresión “no
sólo… sino también” recalca el efecto que los apóstoles tenían hacia
los tesalonicenses, y cómo se involucraron personalmente en la obra. No se
portaron como unos profesionales, fríos o alejados de los tesalonicenses.
No los trataban
como un “proyecto” impersonal,
sino que a más de predicarles como fieles mensajeros, los amaban y estaban
dispuestos a entregarles sus propias vidas. ¡Así Pablo les asegura que si no está entre
ellos en este momento, no es porque no quería estar o porque ellos no le
importaban!
9- “Si” es una conjunción que denota una
condición, o una relación condicional entre cosas. Puede ser en el sentido
positivo o negativo, como veremos a continuación. Gálatas 5:18 y 25 usan esta
palabra “si”
para indicar una condición. “Si sois guiados por el
Espíritu” indica que hay una condición que cumplir para saber si uno
está bajo la ley o no. Esta condición es, ser guiado por el Espíritu.
En el versículo
25 vemos como los que cuya condición es
“vivimos por el Espíritu”, también han de
andar por el Espíritu. En Romanos 8:9 tenemos otros dos ejemplos, uno positivo
y otro negativo, de cómo “si” pone una condición:
“Más vosotros no vivís según la carne, sino
según el Espíritu, si
es que el Espíritu de Dios
mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no
es de él”.
Si uno tiene el Espíritu De Dios morando en sí, entonces
no vive según la carne. Pero si no tiene el Espíritu, entonces no es de Cristo.
Relación con Cristo y Vida
Espiritual son condicionados sobre la de tener el
Espíritu Santo. 2 Timoteo 2:5 es un ejemplo de cómo “si” puede ser usado
para indicar negativamente una condición:
“Y
también el que lucha como atleta, no es coronado si
no lucha legítimamente”.
Para algunos es difícil leer este versículo y no pensar
en el caso de Ben Johnson, el atleta canadiense que perdió el oro que había
ganado en la carrera de 100 metros, porque después salió positivo el test de
dopaje, indicando uso de esteroides, y así él fue descalificado. No luchó
legítimamente, y ésta es la condición que hay que cumplir para ser coronado.
De esta manera en la vida cristiana también hay personas
que logran “éxito” usando
métodos que el Señor no aprueba. Por mucho que se destaquen y se alaban en esta
vida, no serán coronados en el Tribunal de Cristo, porque no luchan
legítimamente. Es una condición imprescindible.
10- “Que”, “lo cuál” o “la cual”, “el
cual” y “en cuanto a” son
expresiones que funcionan como puentes. Conectan las palabras que vienen antes
con las que van después, para modificar o indicar relaciones entre ellas, así
identificando ciertos atributos del antecedente. Por ejemplo, en Tito 1:2
leemos:
“en la esperanza de la vida eterna, la cual
Dios, que no miente, prometió desde antes del
principio de los siglos”.
Aquí vemos como la palabra “que” conecta la palabra “Dios” con la
frase “no miente”, así modificando la
palabra “Dios”, indicando que uno
de sus atributos, dicho negativamente, es que no puede mentir. Dios es verdad.
En Filemón 11 y 12 Pablo dice “el cual” para
identificar a Onésimo como el que Pablo engendró en sus prisiones (v.11) y el hombre que antes era inútil
pero ahora es útil.
Vemos el uso de “en cuanto a” como puente en 2 Timoteo 3:8 “…réprobos
en cuanto a la fe”.
Aunque este ejercicio puede parecer un poco seco, es un
paso importante en el Estudio de la Biblia. La única manera de llegar a
observar estas palabras y frases sin tener que consultar mecánicamente una
lista es por medio de la práctica.
Practicando con un capítulo cada día durante un periodo
de dos semanas puede traer grandes beneficios. Es como si añadiéramos otra
dimensión a nuestro estudio de la Palabra, y es una “dimensión” básica y esencial. Si aprendemos la disciplina de ver
estas CONJUNCIONES, notaremos cómo incrementar nuestra comprensión de lo que
leemos. Y junto con la mejora de comprensión vendrá una mayor habilidad de:
· EXPLICAR,
· APLICAR, y
· ENSEÑAR.
Las ESCRITURAS.
Véase Parte II
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