COMISIÓN DE
ISAÍAS:
(Isaías 6:1-13)
Visión y
Llamamiento De Isaías:
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre
un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo… Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas;
con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban…
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo,
santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria… Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz
del que clamaba, y la casa se llenó de humo… Entonces
dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al
Rey, Jehová de los ejércitos…”.
(Isaías
6:1-13).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Isaías está en la parte exterior, cerca del altar,
enfrente del templo.
Se supone que se abren las puertas del santuario y que el velo que oculta el
lugar santísimo se descorre, presentándose a la vista del profeta una visión
del Señor, quien se le presenta a manera de un monarca oriental, asistido por
serafines, como sus ministros de estado (1 Reyes 22:19), y revestido de un
manto flotante con cola (símbolo de dignidad en el Oriente) que llena el
templo.
“Entonces él
dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo
el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda”. (1 R. 22:19)
NOTA: Luego dijo Micaías: escucha, pues, la palabra de Jehová... (v. 19). Para
confirmar lo anterior, el profeta le pinta a Acab otro cuadro por medio de una
visión. El rey
Jehová está en su trono rodeado por un ejército de espíritus y ángeles.
Es como un concilio divino (Is.6:1-8; Jr.23:18-22; Deut.13:1-5) en donde se
discuten los resultados de la batalla. En realidad, esta visión es un intento
por explicar el porqué de la discrepancia entre la profecía de Micaías y la de
los 400 profetas; es decir, ¿por qué Micaías prevé un desastre para Acab?
El profeta fiel dice que recibe “palabra” de Jehová. Es interesante que no emplee la
fórmula tradicional “Así dice Jehová...”. La razón es que Micaías, de
hecho, no entrega en esta ocasión una palabra directa de Dios, sino un dabar (heb.
que puede significar una historia tanto como una palabra). Micaías, pues,
recuenta una historia acerca de Jehová en la que se explica cómo Jehová
conspira para lograr la muerte de Acab.
Dice
Walsh que esta narración presenta un reto a la disposición de Acab de seguir la
profecía optimista de los 400. Al explicar cómo los profetas de la corte han
sido engañados y a su vez han engañado a Acab, Micaías descubre la trampa divina
y prácticamente incita a Acab a que caiga en la trampa.
Esta afirmación de que Isaías había
visto a Dios, fue el pretexto, según la tradición, para que lo aserrasen, en el
reinado de Manasés (tradición no confirmada por el cap. 1:1; véase la Introducción).
(Hebreos 11:37). En el caso de los otros profetas, las visiones ocurren con
frecuencia; pero en el de Isaías ocurre sólo esta vez, la que se singulariza
por su claridad y sencillez.
En el año que murió el rey Uzías—Sea de
muerte literal o civil, cuando, a causa de su lepra[1], dejó de ejercer
sus funciones de rey[2] [Chaldee] (2 Cron. 26:19-21) en 754 a.
de C. [Calmet]. Según la cronología común, en 758.
No se trata del comienzo de las
profecías de Isaías, sino de su elevación a un grado superior en el ministerio
profético; el v. 9 y siguientes tienen el tono de uno que ya conocía por
experiencia la obstinación de aquel pueblo.
Señor[3]—aquí significa Adonai; en el v. 5, Jehová[4].
Se insinúa que el que habla en el v. 10, según Juan 12:41, es Jesucristo.
Isaías sólo pudo haber “visto” al Hijo, no a la divina Esencia (Juan 1:18).
Las palabras del v. 10 se atribuyen por
el apóstol Pablo al Espíritu Santo (Hechos 28:25-26). De donde se infiere que
aquí está sobrentendida la Trinidad como una unidad, como también en la triple
repetición de la palabra “Santo”[5] (v. 3). Isaías menciona el manto, el templo y
los serafines, más no la forma de Dios. Sea de ello lo que fuere, la escena era
diferente de la usual Shekinah[6].
Esta se manifestaba sobre el
propiciatorio; mientras que aquélla apareció sobre un trono; la Shekinah se
manifestaba en forma de nube y de fuego; de esta otra no se especifica ninguna
forma. Sobre la primera estaban los querubines[7]; sobre la segunda los serafines. La
primera no tenía ningún ropaje; la segunda tiene un amplio manto y cola.
V.1: Murió el
rey Uzías: La fecha en que usualmente se consigna su muerte es el 740 a.C.
La historia de Uzías se encuentra en 2
Reyes y 2 Crónicas. Al Señor sentado: Juan afirma que ningún ser humano ha
visto jamás a Dios (Juan 1:18); de acuerdo con Juan 12:41 Isaías vio la gloria
de Cristo y Jehová, lo mismo que Moisés.
Véanse
las notas:
a Éxodo 33:19-23; 34:6-7. La palabra usada aquí para designar al Señor es
Adonai, que significa «Supremo Señor y Maestro» (véase Apocalipsis 4:2).
NOTA: Éx.33:18-23. Ruégote que me muestres tu gloria—Esta es
una de las escenas más misteriosas descritas en la Biblia: él tuvo, para su consuelo y aliento, una manifestación
espléndida y completa de la majestad divina, no en su brillo sin velo, sino
hasta donde admitiría la debilidad de la humanidad. El rostro, la mano, las
espaldas, hay que entender en sentido figurado.
NOTA: VV.18-23: La petición de Moisés de
ver a Dios le fue otorgado, si bien no completamente y con grandes
precauciones. La oración de Moisés fue contestada plenamente en el Monte de la
Transfiguración siglos después (Lucas 9:32). Compare Juan 1:18).
Éx. 34:6. Pasando Jehová por delante de
él—en esta escena notable. Dios ejecutó lo que había prometido a Moisés el día
anterior. Proclamó: Jehová … misericordioso y
piadoso—En un período anterior Dios se había anunciado a Moisés en la gloria de
su majestad Autoexistente y eterna, como “Yo soy”;
ahora se da a conocer en la gloria de su gracia y
bondad, atributos que habían de ser ostentados esclarecidamente en la historia
y experiencia futuras de la iglesia. Estando por republicar su ley -estando
perdonando el pecado de los israelitas, y estando por ser firmado y sellado el
instrumento del perdón, por la renovación de los términos del pacto anterior-
era el tiempo más propicio para proclamar la extensión de la misericordia
divina que había de ser manifestada, no sólo en el caso de Israel, sino de
todos los que cometen ofensas.
NOTA: VV.6-7: Una
Auto revelación compacta de Dios. Él es
Jehová, con existencia propia, activo, todo lo que necesita circunstancias,
véase Gn.2:4. Él es Jehová, el infinitamente
fuerte. Véase Gn. 1:1. Es misericordioso (heb.
chen, se rebaja para protegernos). Véase Gn.8. Su amor (la otra palabra principal del AT., para
referirse a la gracia) por su pueblo es inalterable. Véase Os.2:19. Es piadoso, veraz y perdonador y al mismo tiempo, debe
castigar a los que pecan contra ÉL, perdonador y al mismo tiempo, debe castigar
a los que pecan contra ÉL.
V.2. Estaban—no quiere decir precisamente que estaban
de pie, sino que lo asistían [Maurer], manteniéndose en el aire con las alas
extendidas.
Serafines—en ninguna otra parte se
aplica este nombre a los ángeles que asisten a Dios, sino a las serpientes
ardientes y voladoras (llamadas así, no por tener alas, sino por moverse
rápidamente) que mordieron a los israelitas (Num.21:6), llamadas así por la
venenosa inflamación que causaban con sus mordeduras.
Seráf
= (en
hebreo) significa arder, lo que denota ardiente celo, deslumbrante brillantez
(2 R.2:11; 6:17; Ez.1:13; Mateo 28:3) y rapidez de parte de los serafines,
similar a la de la serpiente, para servir a Dios.
Etimología:
H8314 שָׂרָף = saráf: de H8313; ardiendo,
i.e. (figurativamente) (serpiente) venenosa; especialmente seraf o criatura simb.
(Por su color de bronce):- serpiente ardiente, serafín. (Strong).
La forma de Satán, semejante a la
serpiente (Najash), al aparecerse a la mujer, quizás tenga alguna relación con
su forma original de un “saráf” de luz. La cabeza de la serpiente era el
símbolo de la sabiduría en Egipto (cf. Núm.21:8; 2 R.18:4).
Los serafines, con seis alas y una faz,
difícilmente pueden ser identificados con los querubines, que tenían cuatro
alas (los del templo sólo tenían dos y cuatro rostros (Ez.1:5-12). (Apocalipsis
4:8). El “rostro”
y los “pies”
denotan forma humana; algo de una forma serpentina (acaso la cabeza de un
basilisco, como en los templos de Tebas), puede haberse incluido; de ahí que el
querub se compusiese de varias formas de animales. La voz seraf, sin embargo,
acaso provenga de una raíz que significa: a la semejanza de un príncipe aplicada en Daniel 10:13
a Miguel [Maurer]; del mismo modo que querub proviene de una raíz que
significa noble cambiando la m en b):
· Dos—sólo dos alas de las seis estaban
dispuestas para volar al punto para servir a Dios;
· dos
velaban sus rostros, como indignos de mirar al Santo Dios o de penetrar en sus
secretos consejos, que ellos cumplían (Ex.3:6; Job 4:18; 15:15),
· dos
cubrían sus pies, o más bien todas las partes inferiores de sus
personas—práctica observada en la presencia de los monarcas orientales, como
señal de reverencia (comp. Ez.1:11, sus cuerpos).
El servicio del
hombre a fortiori consiste en una espera reverente, más bien que en un servicio
activo prestado a Dios
V.3. Apocalipsis 4:8:
Aquí se halla implícita la Trinidad (véase
la nota sobre “Señor”,
Isaías 6:1). La santidad de Dios es el principio fundamental de todas las
profecías de Isaías. Toda la tierra—El hebreo es más enfático, la plenitud de
toda la tierra es su gloria (Salmo 24:1; 72:19).
V.4. Los quiciales de las puertas—más exacto, los
cimientos de los umbrales.
Casa—el templo. De humo—la nube de la
Shekinah (1 R.8:10; Ez.10:4).
V.5. Muerto (Éxodo 33:20).
El mismo efecto se produjo en otros por
la presencia de Dios (Jueces 6:22; 13:22; Job 42:5-6; Lucas 5:8; Ap.1:17). Labios—apropiado
al contexto que describe las alabanzas de los labios, cantados antifonalmente
(Ex.15:20-21; v. 3) por los serafines; apropiado asimismo al oficio de hablar
como un profeta de Dios, oficio que estaba a punto de serle conferido a Isaías
(v. 9). Visto no a Jehová mismo, en sentido estricto (Juan 1:18; 1 Tim.6:16);
pero sí el símbolo de su presencia.
V.6. Hacia mí—el serafín estaba en el templo,
Isaías fuera de él.
Un carbón encendido—literal, una piedra
caliente, usada, como en algunos países en nuestros días, para asar carne, como
la carne de los sacrificios. El fuego era símbolo de purificación, puesto que
elimina la escoria de los metales (Malq.3:2-3). Del altar—de los holocaustos,
situado en el atrio de los sacerdotes delante del templo. El fuego que ardía
sobre él fue encendido por Dios la primera vez (Levíticos 9:24), y mantenido continuamente ardiendo.
V.7. Boca… labios—Comp.
la nota del v. 5.
La boca fue tocada, por ser ésta la
parte que había de emplear el profeta después de su consagración como tal. De
ahí que las “lenguas
de fuego” descansan sobre los discípulos (Hechos 2:3-4) cuando
eran consagrados para hablar en varias lenguas acerca de Jesús.
Culpa —la consciente indignidad para
desempeñar su oficio como mensajero de Dios. Limpio— literal, cubierto, es
decir, expiado, no por algún efecto físico del fuego para limpiarlo del pecado,
sino en relación con el altar de los sacrificios, del cual, el Mesías, que es
quien comisiona aquí a Isaías, había de ser en su muerte el anti-tipo. De donde
se infiere que sólo por virtud del sacrificio se puede perdonar el pecado.
V.8. Enviaré… por nosotros.
El cambio de número indica la Trinidad
(cf. Génesis 1:26; 11:7). Aunque éste no es argumento seguro para fundamentar
esta doctrina, pues el plural puede ser una mera indicación de majestad,
concuerda con la verdad probada en otro lugar ¿A quién…?
Quién lo cual indica que pocos estarían
dispuestos a realizar el sacrificio que la presentación de tan desagradable
mensaje para los judíos, requeriría de parte del mensajero (comp. 1 Cron.29:5).
Heme aquí—prontitud de celo ahora que ha sido especialmente habilitado para
ello (v. 7; comp. 1 Sam.3:10-11; Hechos 9:6).
V.9. Oíd bien—hebreo, oyendo oíd, esto es, aunque oigáis las
amonestaciones del profeta repetidas veces, ya estáis sentenciados, a causa de
vuestra perversa voluntad (Juan 7:17), para no
entender.
En su revelación Dios ha dado bastante
luz para guiar a los que sinceramente desean saber, a fin de que puedan hacer
su voluntad; también ha dejado tinieblas bastante densas para confundir a los
ciegos voluntarios (cap. 43:8). Tal es lo que hizo Jesús al pronunciar sus
parábolas (Mateo 13:14). Ved por cierto—O:
Aunque veáis repetidas veces, sin embargo, etc.
V.10. Engruesa el corazón. (Salmo 119:70).
“Vuelvelo más endurecido mediante tus amonestaciones” [Maurer]. Este
resultado no es el fruto de la verdad misma, sino del corrupto estado de sus
corazones; por eso Dios los abandona aquí judicialmente (cap. 63:17).
Gesenius
usa los imperativos como futuros: “Proclamad la verdad,
y el resultado de tal proclamación será el que se volverá tanto más
endurecidos”
(Romanos 1:28; Efesios 4:18); pero tal exposición no define tan bien como la
primera el designio de Dios de abandonar a los pecadores al endurecimiento
judicial (Romanos 11:8; 2 Ts.2:11).
· En la primer cláusula el orden es: el corazón, los oídos, los ojos;
· en la segunda es al revés: los ojos, los oídos, el corazón.
La corrupción fluye del corazón
y penetra en los oídos y los ojos (Marcos 7:21-22); pero al través de los ojos
y los oídos, la sanidad llega al corazón (Romanos 10:17) [Bengel]. (Jeremías
5:21; Ezequiel 12:2; Zacarías 7:11; Hechos 7:57; 2 Tim.4:4).
En Mateo 13:15, las palabras están
citadas en el modo indicativo, está engrosado (Versión de los Setenta), no en
el imperativo, engrosa; la Palabra de Dios en cuanto al futuro es tan segura
como si ya se hubiese cumplido. El ver con los propios ojos no convencerá a la
voluntad que se opone a la verdad (comp. Juan 11:45-46; 12:10-11). “Uno tiene que amar las cosas divinas para entenderlas” [Pascal], sea sanado—de su enfermedad espiritual
(cap. 1:6; Salmo 103:3; Jeremías 17:14).
V.11. ¿Hasta
cuándo—continuará este miserable estado de endurecimiento de la nación que la
conducirá a su destrucción?
Hasta—(capítulo 5:9), cumplida primeramente en la cautividad
de Babilonia, y más plenamente en la dispersión cuando la ciudad capital fue
tomada por el romano Tito.
V.12. (2 R.25:21)
la desamparada—esto es, el abandono de los domicilios por parte de sus
habitadores (Jeremías 4:29).
V.13. y volverá, bien qué habrá sido
asolada—mejor: Pero volverá a ser abandonada, para ser consumida; si una décima
parte sobreviviera a:
· la primera destrucción, será destruida
por,
· una
segunda (cap. 5:25; Ezequiel 5:1-5; 5:12). [Maurer y Horsley].
En la Versión Inglesa “volverá”,
se refiere al residuo de pobres dejado en el país a raíz de la deportación a
Babilonia (2 R.24:14; 25:12), quienes después huyeron de miedo a Egipto (2 R.25:26),
y regresaron posteriormente de allá con otros que habían huido a Moab y a Edom
(Jeremías 40:11-12).
Estos
sufrieron ulteriores juicios divinos. Olmo—mejor, terebinto (cap. 1:29). En la
tala queda el tronco—mejor: “Como
el terebinto o la encina que cuando son cortados (Job 14:7), el tronco subsiste,
así la simiente santa (Ez.9:2) será la vitalidad de aquella tierra”.
Las semillas de la vitalidad todavía
existen en aquella tierra y en el esparcido pueblo de Judea, las que sólo
aguardan la vuelta de la primavera del favor de Dios para brotar (Romanos 11:5;
11:23-29).
Según Isaías, no todo Israel está
destinado a la salvación, sino tan sólo el residuo elegido. Dios muestra
inmutable severidad hacia el pecado, pero también fidelidad a su pacto al
preservar un residuo, y precisamente es para éste para quien Isaías reserva el
legado de la segunda parte de su libro (capítulos 40-66).
Deje
a Dios utilizar sus circunstancias para traer profundamente el limpiamiento
desde su trono de gracia:
· W. Tozer
escribió: "Es
dudoso que Dios puede utilizar a cualquier hombre hasta que él lo haya
lastimado profundamente". No resuelva sus circunstancias. Deje
a Dios utilizarlas para su gloria.
· Alan
Redpath dijo: "cuando Dios desea hacer una tarea imposible él toma a un
hombre imposible y lo machaca".
· Jesús dijo: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a
Dios". (Mt. 5:8).
Después
de los 70 años en Babilonia, la décima parte regresaría. Ese remanente,
a su vez, será sometida a otro castigo (volverá a ser destruido), pero no
erradicado. Israel
florecerá como el roble y encina.
Conclusión:
Esta
terrible visión de la majestad divina sobrecogió al profeta con una sensación
de su propia vileza.
Estamos acabados si no hay un Mediador entre nosotros y este Dios santo. Un
vistazo de la gloria celestial basta para convencernos que toda nuestra
justicia es como trapos de inmundicia.
Tampoco hay un hombre que se atreva a
hablarle al Señor, si ve la justicia, la santidad, y la majestad de Dios, sin discernir su
gloriosa misericordia y gracia en Jesucristo.
El carbón encendido puede denotar la
seguridad del perdón y la aceptación en su obra, que se da al profeta por medio
de la expiación de Cristo. Nada es poderoso para limpiar y consolar al alma
sino lo que se toma de la satisfacción hecha por Cristo y su intercesión.
Quitar el pecado es necesario para que hablemos con confianza y comodidad, sea
a Dios en oración o de parte de Dios al predicar; y a los que se quejan de su
pecado como carga, y se ven en peligro de ser condenados por él, les será
quitado.
Es gran consuelo para los que Dios
envía, el hecho de que van por Dios y por tanto pueden hablar en su nombre,
seguros de que Él los sostendrá.
__________
Notas y
Bibliografía:
[1]
H6883 צָרַעַת
= tsaraát: de H6879;
lepra:- lepra.
(Strong).
[2]
H4428
מֶלֶךְ
= mélek: de H4427; rey:- príncipe, reino,
rey, tirano. (Strong).
[3]
H136 אֲדֹנָי = Adonai: forma
enfática de H113; el Señor (que se usa solo como nombre propio de
Dios):- (mi)
señor. (Strong).
[4]
H3068 יְהוָֹה = Yejová: de H1961;
(el) auto Existente o Eterno; Jehová, nombre nacional judío de Dios:- Jehová, el señor.
Compárese con H3050, H3069. (Strong).
Jehová: Por HA-SHEM: Que significa “El-nombre”,
para referirnos al nombre santo.
Los judíos
evitamos mencionar el nombre santo para no tomarlo en vano.
Hoy en día,
pocos son los que saben pronuncia las cuatro letras del nombre santo “YHVH” =
(יְהוָֹה = Yejová). Jehová
no es necesariamente una traducción y pronunciación fiel, es el resultado de
conjugar las vocales de Ado-nai (ADONAI), con las letras o consonantes del
nombre santo (ya que las vocales en hebreo), y reemplazar la Y por J, lo cual es inapropiado.
Consideremos
conducirnos con respeto y utilizaremos Ha-Shem, para referirnos al nombre santo
de D-os. (YEHUDAH
BEN, David. EL EVANGELIO ETERNO DE D-OS. Edit. Benei Yehudad Inc. Primera
edición Octubre del 2001. Colombia).
[5] H6918
קָדוֹשׁ
1) Santo (Ex.29:31; Num.6:5; Is.1:4).
2) Santo: Ser celestial,
ángel (Dn.8:13; Zc.14:5). — Var. קָדֹשׁ; Const. קְדוֹשׁ; Suf. קְדוֹשׁוֹ; Pl. קְדוֹשִׁים;
Suf. קְדֹשָׁיו. (Diccionario Bíblico Hebreo).
[6] SHEKINÁ =
(habitación). La
palabra en sí no se encuentra en la Biblia. Se usa en el Tárgum y en los
escritos cristianos primitivos para referirse a la presencia de Dios. Sin
embargo, la idea que expresa esta palabra, "Dios que habita, que mora entre los hombres",
es un concepto básico tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo
Testamento. Debe leerse junto con la palabra "GLORIA", presencia de
Jehová. En Nm. 16:42, la nube oculta y revela la presencia de Dios. Dios habita
entre los hombres por su sola voluntad, y permanece siempre Señor de su
presencia (Éx. 19:9, 16, 18). No se puede disponer de ella. Hay que confiar en
ella y obedecerle (Éx. 13:21, 22; Éx. 40:34-38). Así desciende sobre el templo
(1 R. 8:10) y habita allí entre querubines (Salmo 80:1; Is. 6:1-9).
Sin embargo, la
tradición profética no da por sentada la permanencia de esa presencia,
independientemente de la conducta del pueblo y la voluntad divina (Jr. 7:4ss;
Ez. 8:6). En el Antiguo Testamento se afirma que en los tiempos mesiánicos
volverá la Shekinah (Ez. 43:7, 9; Hag. 1:8; Zc. 2:10; Is. 60:2). En el Nuevo
Testamento el pasaje central sobre la encarnación (Jn. 1:14: "habitó entre
nosotros") es una clara referencia a la tradición veterotestamentaria
de la Shekinah. En Lc. 2:9; Mt. 17:5; 2 P. 1:17 encontramos manifestaciones
alusivas directamente a fenómenos visibles o audibles que acompañaban esa
presencia divina. (Nuevo Diccionario Ilustrados de la Biblia).
[7] H8314
שָׂרָף:
1) Ardiente,
calificativo dado a cierto tipo de serpientes venenosas (Num.21:6; Deut.8:15).
— saráf meoféf = serpiente voladora (Is.14:29).
2) Serafín,
espíritu que se manifiesta como fuego (Is.6:2; Ver Diccionario Bíblico RVA). —
Pl. שְׂרָפִים. (Diccionario De Hebreo Bíblico).
H8314 שָׂרָף = saráf:
de H8313; ardiendo, i.e. (figurativamente) (serpiente) venenosa;
especialmente seraf o criatura simb. (Por su color de bronce):- serpiente ardiente,
serafín. (Strong).
Serapîm = (שְׂרַפִים,
H8314), «ardiente, noble». Serapîm se refiere a los seres
ministrantes en Is.6:2; 6:6 y podría sugerir alguna forma serpentina (aunque
con alas, manos humanas y voces) o bien seres «fulgurantes». Uno de los serapîm
ministró a Isaías llevándole un carbón encendido del altar. (VINE).
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
21//07//2017.
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