sábado, 26 de agosto de 2017

EL LLAMAMIENTO DE ABRAM: GÉNESIS 12–13:4:

EL LLAMAMIENTO DE ABRAM:
GÉNESIS 12–13:4:

Este capítulo empieza a relatar cómo Abraham anduvo por fe. (Su nombre de pila, por supuesto, era Abram = «padre enaltecido», que fue cambiado a Abraham = «padre de una multitud». Usaremos el nombre más familiar por conveniencia). El diluvio había destruido a una civilización corrupta, pero otra sociedad pecadora pronto ocupó su lugar.
Dios llamó a un hombre para empezar el cumplimiento de su promesa de Génesis 3:15, de enviar un Salvador al mundo. Este hombre era descendiente de Sem (11:10ss) y el padre de la nación judía. ¡Con este solo hombre Dios iba a bendecir al mundo entero!

I.      La Respuesta De Fe Abraham. (Gn.12:1–9):

A.    El Pacto (vv. 1–3).
        Dios llamó a Abraham en Ur de los Caldeos (Hch. 7:2–4), pero este se quedó en Harán hasta la muerte de su padre (11:27–32). Dios exige total separación para Él, incluso si es necesaria la muerte para lograrlo. Este llamamiento era completamente por gracia y las bendiciones de todo el pacto se debían a la bondad de Dios. Dios le prometió a Abraham:
(1) una tierra;
(2) un gran nombre;
(3) una gran nación; y
(4) una bendición que se esparciría por todo el mundo.
Responder a estas promesas exigió una gran porción de fe de parte de Abraham, por cuanto no tenía hijos, y él y su esposa estaban envejeciendo (11:30).

Nótese: la repetición de «Haré[1]» en los labios de Dios. Él lo haría si tan solo Abraham creía. No cabe duda que Dios ha cumplido sus promesas, porque Israel tiene su tierra (y tendrá más); los judíos han bendecido a todas las naciones al darnos la Biblia y a Cristo; y el nombre de Abraham lo reverencian:
·      judíos,
·      musulmanes,
·      cristianos, y
·      hasta incrédulos.

Los hombres de Babel querían hacerse un nombre para sí mismos y fracasaron (11:4); ¡pero Abraham confió en Dios y Dios le dio un gran nombre!

B.   El Compromiso. (vv. 4–6).
         «Lot fue con él»; este fue el error número dos. El padre de Lot, Harán, había muerto (11:28), de modo que Abraham tomó al joven bajo su protección, sólo para crearse serios problemas. Más adelante, Dios tuvo que separar a Lot de Abraham antes de poder avanzar su plan para la vida del patriarca.
No se cuenta su largo viaje desde Harán a Canaán, pero es cierto que exigió fe y paciencia finalizarlo. Es fácil ver que Abraham era un hombre rico, pero que su riqueza no fue una barrera para andar con Dios. Los viajeros llegaron a Siquem, «el lugar del hombro». ¡Qué maravilloso¡ es que el creyente viva en «el lugar del hombro», en donde «acá abajo [están] los brazos eternos» (Dt. 33:27).

C.      La Confesión (vv. 7–9).
La obediencia siempre conduce a la bendición. Después de que Abraham llegó a Canaán el Señor se le apareció para darle seguridad adicional. Abraham no vaciló en confesar su fe ante los paganos de la tierra. A dondequiera que iba levantaba su tienda y edificaba un altar.
(Véase 13:3–4, 18). La tienda habla del peregrino, una persona que confía en Dios de día en día y siempre está lista para mudarse. El altar habla del adorador que trae sacrificio y lo ofrece a Dios. Es interesante que el lugar de Abraham, Bet-el casa de Dios») estuviera al oeste, Hai montón de ruinas») estaba al oriente y Abraham avanzaba hacia «la casa de Dios».
En 13:11 Lot le dio la espalda a la casa de Dios y avanzó hacia el este, de regreso al mundo, con resultados desastrosos. También, siempre que Abraham se apartaba de la voluntad de Dios, perdía su tienda y su altar.

II.      El Desliz De Abraham En La Fe. (Gn.12:10–20):

A.      La Desilusión. (v. 10).
¡Hambruna en el lugar donde Dios lo condujo! ¡Qué gran desilusión debe haber sido esto para los peregrinos. Dios estaba probando su fe, para ver si confiaban en la tierra o en el Señor ¡En lugar de quedarse en Canaán y confiar en Dios, se fueron a Egipto, quizás por sugerencia de Lot¡ (véase 13:10). Egipto simboliza al mundo, la vida de autoconfianza; Canaán ilustra la vida de fe y victoria. 
A Egipto lo regaba el lodoso río Nilo; Canaán recibía las frescas lluvias de Dios (véase Dt. 11:10–12). ¡Abraham abandonó su tienda y altar y confió en el mundo! Véase Isaías 31:1.

B.     El Engaño. (vv. 11–13).
Un pecado conduce a otro:
·      primero Abraham confió en Egipto;
·      ahora confía en otra mentira para protegerse.
Génesis 20:13 aclara que Sara era tan culpable como Abraham, y 20:12 indica que la «mentira» era en realidad una verdad a medias, porque ella era su media hermana.
Parece que Abraham estaba más preocupado por su seguridad que por la de su esposa; o la seguridad de la simiente prometida. Si Sara hubiera seguido dentro del harén, ¡Dios no hubiera podido cumplir su promesa! Sin su tienda ni su altar Abraham actuaba como los del mundo (Salm. 1:1–3).

C.      La Disciplina. (vv. 14–20).
Qué vergüenza que un rey incrédulo tenga que reprender al creyente Abraham. Mientras no se supo la verdad respecto a Sara, Faraón «hizo bien» a Abraham, pero cuando Dios intervino para mostrar la mentira a Faraón, tuvo que pedirles que se fueran. Qué pobre testimonio da el cristiano cuando se mezcla con el mundo y entra en componendas. Alguien ha dicho: «La fe es vivir sin trampas».
Abraham y sus descendientes han tenido que aprender esta lección. Lot vivió con el mundo y perdió su testimonio (19:12–14); y Pedro se sentó junto al fuego enemigo y negó a su Señor.

III.    Abraham Vuelve a La Fe. (Gn.13:1–4):
Los cristianos mezclados con el mundo no pueden ser felices. Deben regresar al mismo lugar donde abandonaron al Señor. Esto es arrepentimiento y confesión, lamentar por el pecado y enmendarse. ¡Abraham no podía confesar su pecado y permanecer en Egipto! No; tenía que regresar al lugar de la tienda y del altar, regresar a donde podía clamar al Señor y recibir bendición.
Este es un buen principio para que lo sigan los cristianos: no vaya a ninguna parte del mundo donde debe dejar su testimonio atrás. Cualquier lugar donde no pueda edificar el altar y establecer su tienda está fuera de sus límites.
Parece que la restauración de Abraham debería haber dejado atrás toda su desobediencia, pero no fue así. No cabe duda que Dios le perdonó y le restauró a la comunión, pero Dios no puede anular las tristes consecuencias del viaje a Egipto:

A.     Tiempo Perdido.
         Las semanas que Abraham y su casa estuvieron lejos del Señor se perdieron y no podían recuperarse. Todos los creyentes deben orar para evitar tales pérdidas. «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (Salmo 90:12).

B.     Testimonio Perdido.
         ¿Podría Abraham testificar de alguna manera a Faraón en cuanto al Dios viviente, después de haberlo engañado? Tal vez no. Qué triste será cuando estemos frente a Dios en el tribunal de Cristo y descubramos cuántas almas han ido al infierno debido al pobre testimonio de cristianos carnales.

C.      El Lugar De Agar En La Familia.
La criada de Sara, Agar, procedía de Egipto (16:1ss), y trajo indecibles problemas a la familia. Por supuesto, la sugerencia de que ella tuviera un hijo vino de Sara, pero la presencia de Agar ayudó a que se pensara en la trama carnal.
Cualquier cosa que traigamos de Egipto (el mundo sin Dios), al final nos causará problemas. Debemos estar crucificados al mundo y asegurarnos de que el mundo está crucificado a nosotros (Gál. 6:14).

D.     Más Riqueza.
         El aumento de las posesiones ayudó a la posterior disputa entre los pastores de Abraham y los de Lot. Más tarde Abraham rehusaría la riqueza del mundo (14:17–24).

E.      Lot Disfruta En Egipto.
         A este joven le gustó mucho Egipto (13:10), y aunque Abraham sacó a Lot de Egipto, no pudo sacar a Egipto de Lot. Es siempre trágico cuando un creyente maduro hace descarriar a un joven cristiano.
En 12:8 Lot usa la tienda y el altar de Abraham, pero cuando sale de Egipto, sólo tiene tiendas, no altar (13:5). No sorprende que Lot se dejara atraer por Sodoma y acabó siendo un desastre moral y espiritual.

Para Entender: Las Promesas:
He aquí muchas promesas grandes y preciosas. Todos los preceptos de Dios van acompañados de promesas para el obediente:
1. Haré de ti una nación grande. Cuando Dios sacó a Abram de su pueblo, prometió hacerle cabeza de otro pueblo.
2. Te bendeciré. Los creyentes obedientes estarán seguros de heredar la bendición.
3. Engrandeceré tu nombre. El nombre de los creyentes obedientes ciertamente será engrandecido.
4. Serás bendición. Los hombres buenos son bendición para sus países.
5. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré. Dios se ocupará de que nadie sea perdedor por algún servicio hecho en favor de su pueblo.
6. En ti serán benditas todas las familias de la tierra.

Jesucristo es la gran bendición del mundo, la más grande que el mundo haya poseído jamás. Toda verdadera bienaventuranza en el mundo ahora o que alguna vez llegue a tener, se debe a Abram y su descendencia. Por medio de ellos tenemos:
·      una Biblia,
·      un Salvador, y
·      un evangelio.
Ellos son la cepa sobre la cual ha sido injertada la iglesia cristiana.

Estudio Para El Domingo: Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia...

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[1] H6213 עָשָׂה = asá: raíz primaria; hacer, en el sentido y aplicación más amplios (como sigue):- abrir, acontecer, actuar, acumular, administrar, adquirir, afligir, amontonar, amparar, andar, aprovechar, arbitrariamente, arbitrio, arrojar, atormentar, cambiar, celebrar, cometer, comprimir, conceder, construir, consultar, consumar, convertir, cortar, crear, cumplir, dar, designar, destinar, dictar, disponer, edificar, ejecutar, emplear, emprender, estrujar, eximir, exterminar, fabricar, favorecer, formar, ganar, gastar, guardar, guisar, hacedor, hacer, instituir, ir, labrar, lanzar, lavar, librar, llevar, lograr, manejar, manifestar, mantener, medir, mostrar, obedecer, obrar, ocupar, ofrecer, ordenar, pasar, pensar, poner, portar, practicar, preparar, presentar, proceder, producir, proteger, realizar, rendir, reunir, sacrificar, seguir, señalar, servir, tejer, tener, terminar, tomar, trabajar, traer, tratar, usar. (Strong).

-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 16//07//2017.

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