viernes, 25 de agosto de 2017

EL CANTAR DE LOS CANTARES (III) (Heb.: shir ha-shirim) EL CANTAR DE LOS CANTARES: (Cantares 5:2-8:14)

EL CANTAR DE LOS CANTARES (III)
(Heb.: shir ha-shirim)
(Cantares Capítulos 1 al 8)


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

EL CANTAR DE LOS CANTARES:
(Cantares 5:2-8:14)

El Esposo Alaba a La Esposa:
 “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; Tus cabellos como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de GalaadTus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,  Que suben del lavadero,  Todas con crías gemelas, Y ninguna entre ellas estérilTus labios como hilo de grana, Y tu habla hermosa; Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu veloTu cuello, como la torre de David, edificada para armería; Mil escudos están colgados en ella, Todos escudos de valientes…”.
(Cantares 5:2-8:14)

VV. 5:2-8. La próxima escena, después de la noche de boda, presenta a la esposa cuando rehúsa dejar entrar al esposo (vv.2-3), se entristece porque él se ha ido (vv.5-6) y sale a buscarlo (vv.7-8). El rey ha dejado mirra en la puerta (v.5) como señal de que ha estado allí. Los guardas la confundieron con un criminal (v.7).

IV.    REALIZACION. Cantares 5:2-8:14:

La segunda parte de Cantares presenta el proceso de maduración de la pareja en su relación matrimonial. La situación no parece ideal. Se presentan nuevos problemas, conflictos y frustraciones.
La pareja necesita ajustarse mutuamente, especialmente en su vida sexual. Pero la solución a estas tensiones viene cuando los enamorados reconocen su responsabilidad compartida y los deberes que el uno tiene para con el otro (ver 1 Cor.7:3-5).

Nótese: que a lo largo de esta segunda parte (como en la primera) es la mujer la que mayormente se expresa. Evidentemente en Cantares se oye el timbre distintivo de la voz femenina.

4.1.   Sueños y Frustraciones. Cant. 5:2-8:4:
Esta sección nos presenta básicamente la perspectiva de la amada sobre los conflictos que se plantean en la vida matrimonial.

1) La Amada. (Cant.5:2-8).
Una vez más, la amada se encuentra soñando (5:2-7). Puede ser que este sueño haya ocurrido inmediatamente después de su primera experiencia sexual (4:16-5:1), aunque no necesariamente. Nuevamente hay una combinación de invitación y negación, de búsqueda y encuentro, con un cierto tinte de angustia y frustración, como en el sueño pesadilla anterior (2:3-6; 3:1-4). Nótese que en cada caso, la experiencia onírica concluye con un reclamo a las hijas de Jerusalén (2:7; 3:5; 5:8). La mujer es la protagonista de la acción (nótese el uso enfático del pronombre personal yo, vv. 2, 5, 6, 7), y el contenido de este poema tiene que ver con su relación con su esposo.

En su sueño, la mujer ve y oye a su esposo golpeando con insistencia a la puerta y llamándola (2:8). La actitud de él parece tierna y seductora, a juzgar por la manera en que la nombra (hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía). Frente a tales piropos, ¡qué mujer se resistiría a abrir la puerta a su amado! Sin embargo, ella no parece estar muy dispuesta a hacerlo (v. 3). ¿Será que hubo una riña entre los enamorados y que este sueño inquieto es expresión de ello?
Ella no parece tener muy en cuenta la situación de él, que está empapado por el rocío, quizás después de haber pasado la noche entera fuera de la casa (v. 2b), bien sea porque efectivamente se pelearon o porque así lo requería su trabajo como pastor (1:7). La cuestión es que las excusas que ella pone (v. 3) para no levantarse y abrir la puerta, parecen de poco peso, en labios de una mujer que en otro momento se excitaba con sólo oír la voz de su amado (2:8).

Su primera excusa es estoy desnuda, y la segunda es no me quiero ensuciar los pies”. La palabra cómo (ekaka[1]  H349) refleja una indisposición petulante para actuar, más bien que una imposibilidad de actuar. Ella no quiere saber nada con él. Es probable que su rechazo tenga connotaciones específicamente sexuales, es decir, que frente a los avances de él, ella no está dispuesta a hacer el amor esa noche.
En algunos casos, el vocablo pies es un eufemismo para los genitales. Lava tus piesy dormir con mi mujerson expresiones paralelas en 2 Sam.11:8; 11:11 (ver Deut.28:57; Rut 3:3-9; Is.7:20). Es probable que el poeta esté jugando con un doble sentido en esta sección.
Por un lado, parece describir una situación concreta de una mujer acostada y durmiendo en una habitación, que no quiere abrir la puerta a un hombre mojado por el rocío de la noche, que golpea porque quiere entrar.
El otro sentido es el de un sueño erótico, en el que el hombre solicita sexualmente a la mujer, pero ésta se niega a hacer el amor presentando excusas no muy convincentes.

Tomando en cuenta el carácter de Cantares, el segundo sentido parece ser el dominante. En este caso, el v. 4 indicaría que el amado logró vencer la resistencia de la mujer, iniciando un juego amoroso muy agresivo: metió su mano. El vocablo mano (yad[2]  H3027) es usado a veces con connotaciones sexuales (ver el heb. en 1 Sam.15:12; 2 Sam.18:18; Is.56:5), y específicamente con referencia al pene (memorial en Is.57:8; y especialmente 57:10).
Si mano se refiere al órgano copulativo masculino, entonces el agujero de la puerta no puede ser otra cosa que la vagina de ella. El efecto de esta acción sobre ella es claro: Mi corazón se conmovió a causa de él.
Nuevamente, hay instancias en que el corazón (lit. vientre) se refiere a los órganos reproductores masculinos (2 Sam.7:12) o, como en este caso, femeninos (Rut 1:11; ver también Gn.25:23; Salmo 71:6; Is.49:1). Es evidente la excitación sexual de ella.

Ahora la amada parece deponer su actitud renuente a hacer el amor. Rota la resistencia, ella está dispuesta a entregarse totalmente a él.

Nótense: los paralelos en éste y los versículos que siguen con 2:10-3:5. Se repite la invitación del amado a levantarse (2:10, 13) y la respuesta de ella (3:2).

Da la impresión como que ahora ella quiere reparar su indiferencia anterior, y se involucra intensamente en el acto amoroso (el pronombre personal “yo” es enfático en los vv. 5 y 6). Lit., ella “se rinde” (“abrir”, ver 2 R.15:16; Is.45:1) al amor.

En el v. 6, da la impresión como que el sueño erótico se torna en frustración, para pasar a ser una verdadera pesadilla (v. 7). Después del acto sexual (abrí a mi amado), éste parece esfumarse. El alejamiento de su esposo hace que ella se sienta morir. Nuevamente se repiten las sensaciones 3:2. La angustia que ella experimenta en esta parte de su sueño se ve reflejada en su insistencia.

Nótese: el paralelismo de las últimas dos líneas. El v. 7 repite 3:3, sólo que en este caso la pesadilla es más dura, ya que antes de hacer su pregunta, ella resulta víctima de los que se supone están para proteger la ciudad y sus habitantes. Aparentemente la agresión de los guardias tiene connotaciones sexuales, ya que la mujer fue golpeada y despojada de su ropa. No es extraño que el inconsciente de ella elaborara un sueño de este tipo, después de un posible altercado con su esposo. La asociación de excitación sexual y orgasmo con su amado, y agresión sexual por parte de extraños parece un tema onírico lógico en un contexto de conflicto matrimonial.

El v. 8 cierra la sección de sueños y pesadillas, de deseos y frustraciones. El refrán se repite en 2:7 y 3:5, y reaparecerá en 8:4. En estos casos, sirve para introducir el versículo final de una sección mayor dentro de Cantares. Pero aquí, el balance del versículo es diferente y no parece concluir una sección importante. En cualquier caso, la amada parece hacer aquí un balance más objetivo de la situación real.
Más allá de los extremos de búsqueda y rechazo, deseo y frustración, ella no puede dejar de reconocer la verdad de que está desesperada por hacer el amor con él. La expresión que si halláis a mi amado, le diréis que estoy enferma de amor en hebreo es una pregunta retórica.
Ella está desafiando a las hijas de Jerusalén, preguntándoles: “¿Qué van a decirle a mi amado? ¿Qué estoy exhausta (hala[3]  H2470, débil, enferma, fundida”) de tanto hacer el amor? ¿Que no quiero más?” En su giro retórico lo que en realidad está queriendo decir es: “No sean tontas. ¿Cómo podría no querer más?”.

El Corazón Despierto 5:2:
1) Está presto para escuchar.
2) Está presto para responder.
3) Está alerta a las señales de peligro.
4) Está presto para ofrecerse para servir.

2) El Cortejo Nupcial. Cant. 5:9.
Las preguntas de las muchachas de la ciudad sirven para montar la escena para una descripción pormenorizada de los encantos del amado. El amado parece ser mejor que cualquier otro amante, y las muchachas parecen tener curiosidad en averiguar en qué aspectos él es el mejor. Nótese: que ellas nombran a la amada (ver 6:1) de la misma manera en que él ya la ha calificado (1:8).

3) La Amada. Cant. 5:10-16.
Los poemas de amor que describen los encantos físicos de los enamorados eran comunes en el mundo antiguo, especialmente en relación con la mujer. Este es uno de los pocos casos en que un poema pondera la belleza física del varón.
Como en el caso de la descripción de la belleza de la amada (4:1-5; 6:5-7; 7:1-5), el amado es descrito desde la cabeza hasta los pies, se lo compara con algunos animales, con bellezas naturales, con flores y especies, con fuentes y arroyos, con la obra de los arquitectos, herreros y joyeros. La belleza que se presenta es la de un varón ideal. Él es un hombre modelo.

El v. 10 hace una descripción general del amado. No se refiere a que él sea caucásico en cuanto al color de su piel, sino que es radiante y saludable (sonrosado). Evidentemente, se trata de un individuo distinguido, un hombre sumamente buen mozo.
Parece que su cutis luce el tono cobrizo dorado (su cabeza es oro fino) característico de alguien que pasa mucho tiempo al aire libre y expuesto a los rayos del sol. Sus largos cabellos, sueltos y flexibles, son ondulados y negros como el cuervo (v. 11).

Nótese: que la amada describe los ojos de él de la misma manera en que él ha descrito los ojos de ella (como palomas, ver 1:15). Tan detallada es su descripción, que ella parece destacar el contraste entre el color del iris y el blanco de la esclerótica (bañados en leche y sentados sobre engastes).

Nuevamente se mencionan las mejillas (ver 1:10), pero esta vez son las de él las que se alaban. Es interesante notar que muchos de los piropos que él le ha dicho a su amada, ahora ella los aplica a él. ¡Más de un varón hispanoamericano se sentiría algo molesto si su amada lo ponderara por estar bien perfumado!
Pero un poco de loción facial no viene mal, si se aplica para agradar a la persona que se ama. Lo mismo vale para los labios, como instrumentos del beso amoroso (ver 4:3). Es difícil que una mujer, por enamorada que esté, quiera besar a un hombre barbudo, con mal aliento y transpirado.

De la cabeza de su amado, la amada pasa a la descripción de sus manos y sus brazos (el término hebreo puede referirse a cualquier parte del brazo, ver Jer.38:12). El vientre es el tronco del cuerpo, que a ella le parece como una plancha de marfil, quizá por lo blanco (son las partes menos expuestas al sol).
La mención de piedras preciosas no debe ser tomada más que como expresiones hiperbólicas, que pretenden destacar la belleza del cuerpo del varón. Finalmente, ella llega a las piernas o muslos, que los ve como columnas de mármol, debido a la fuerza de sus músculos y cómo están torneadas.

Para la amada, él es superlativo desde la cabeza hasta los pies (v. 15b). Para ella, su figura es como el Líbano, puesto que no hay nada más majestuoso que esa región al norte de Palestina, ni nada más imponente que los cedros que allí crecen. A sus ojos, él no tiene parangón.
Además, reconoce que su boca, como órgano del habla, es dulce (ver 2:3). Este hombre no sólo es físicamente atractivo para ella, sino que su conversación la seduce. ¡Todo él es deseable! (v. 16). Él es su amado (heb. dode[4]  H1730, amante, 1:13), es decir, su compañero sexual. Pero también es su amigo, es decir, su camarada y compinche. Un buen esposo debe ser ambas cosas para su esposa: un buen amante y un buen amigo.

Posibles Conflictos Matrimoniales: 
1. Debido al concepto de que el sexo es pecado. Los gnósticos influyeron grandemente en los primeros cristianos. La mayoría consideraba al cuerpo como fruto del mal, fuente de impureza para el alma. Había entre ellos dos grupos: los que lastimaban el cuerpo torturandolo, ya que lo importante era el espíritu; y los que le "daban rienda suelta" a los apetitos ya que no importaba mientras cultivas en el espíritu.
Creció el concepto de que el sexo era expresión de la naturaleza carnal. Agustín, en el siglo V, fue más allá de sus contemporáneos al afirmar que el acto conyugal no es pecaminoso en sí mismo, pero sí es el único medio para que se transmita el pecado original; la única finalidad de la sexualidad eran los hijos dentro del marco de la fidelidad ya que el matrimonio era indisoluble. Sin embargo, hasta hoy algunos consideran que el acto sexual es pecado.
2.  Debido a Conceptos De Que En Ciertos Días No Se Debían Tener Relaciones Sexuales:
Por ejemplo, en la Edad Media (siglos VI al X) en el catolicismo aparecen los "manuales penitenciales" que mostraban las penitencias que correspondían de acuerdo con los pecados cometidos.
A los matrimonios estériles se les imponía la abstinencia, el placer sexual era implícitamente considerado como pecaminoso. Esto se ve muy claramente ya que durante ciertas fechas se prohíben las relaciones sexuales: los domingos, ciertas fiestas, etc., por ser "tiempos sagrados".
Por ejemplo:
·      los días jueves no se podían tener relaciones, en memoria de la captura del Señor,
·      los viernes en memoria de su muerte,
·      los sábados en memoria a la virgen María,
·      los domingos en homenaje a su resurrección,
·      los lunes en conmemoración a los muertos,
·    ¡y los martes y miércoles libre! siempre que no fuesen días de ayuno o festividades religiosas.
Este es el germen de alejamiento entre lo "espiritual" y lo "sexual", herencia que pesa aún en el día de hoy a nivel social y religioso.
Estaban prohibidas las relaciones durante la menstruación por la creencia de que podían nacer hijos deformes.
__________
Notas:
[1] H349 אֵיךְ = ek: también אֵיכָה = eiká; y אֵיכָכָה = eikáka; prolongado de la H335; ¿cómo? o ¡cómo!; también dónde:- cómo, qué, dónde. (Strong).
[2] H3027 יָד = yad: palabra primaria; mano (abierta [indicando poder, medios, dirección, etc.], a distinction de H3709, que indica mano cerrada); usado (como sustantivo, adverbio, etc.) en una gran variedad de aplicaciones, tanto literalmente y figurativamente, tanto prox. y remota [como sigue]:- ancho, anchuroso, bajo, bastante, brazo, cargo, compañía, conducto, consagrar, costa, cuidado, dedo, deuda, dirección, disposición, dominio, orden, eje, espiga, frontera, fuerza, garra, generosidad, hecho, homenaje, jurar, laboriosa, lado, llaga, lugar, mando, mano, mejor, moldura, monumento, ordenamiento, orilla, parte, poder, posibilidad, pulgar, ribera, rotura, senda, servicio, sobaco, soberbia, someter, territorio, vez, zurdo. (Strong).
[3] H2470 חָלָה = kjalá: raíz primaria [Compárese con H2342, H2470, H2490]; propiamente gastado o desgastado; de aquí, (fig) estar débil, enfermo, afligido; o (causativo) afligirse, enfermarse; también sobar (en lisonja), entretener:- angustia, anhelar, caer, débil, debilitar, desalentar, doloroso, enfermar, enfermedad, enfermo, enflaquecer, favor, heredad, herir, implorar, incurable, llegar, mujer de parto, orar, parto, presencia, suplicar. (Strong).
[4] H1730 דּוֹד = dod: o (abreviación) דֹּד = dod; de una raíz que no se usa que significa propiamente hervir, i.e. (figurativamente) amar; por implicación símbolo de amor, amante, amigo; específicamente tío:- (muy) amado, amor, hermano del padre, tío paterno. (Strong).


EL CANTAR DE LOS CANTARES:
(Cantares 6:1-13)

4) El Cortejo Nupcial. Cant. 6:1.

Después del panegírico de la amada, las doncellas de Jerusalén levantan una segunda pregunta. Esta pregunta no significa que él se haya alejado de ella, o se esté ocupando en otros menesteres. Más bien parece ser un recurso retórico del poeta para introducir el acto amoroso, que parece consumarse en 6:2, 3.
La pregunta de las muchachas sirve para que la amada diga cuál fue la reacción de su amado al juego amoroso que ella inició. Se nota una cierta envidia de parte de las doncellas, que quieren participar, como ella, del placer que la amada ha anticipado.

VV.2-3. A la pregunta de las hijas de Jerusalén en el v.1, la esposa responde que su esposo ha ido a su huerto favorito (v.2) y afirma la seguridad de sus relaciones (v.3).

5) La Amada. Cant. 6:2, 3.
Ella responde segura de contar con el afecto y la pasión fiel de su amado. Después de un período de creciente excitación sexual, en el que ella tomó la iniciativa mediante la alabanza del cuerpo de su amado, ahora él desciende a su huerto (v. 2). Como se indicó (ver 4:16-5:1), esta expresión y las que siguen se refieren al acto sexual.
La repetición de expresiones poéticas (cuatro en total), que tienen que ver con el acto amoroso, no sólo expresan la tremenda excitación sexual del momento sino que sirven para enfatizar la intensidad del mismo.
Al entregarse a su esposo, ella vuelve a experimentar lo que ya ha experimentado antes (2:16) y volverá a experimentar más tarde (7:10). El acto sexual es un poderoso recurso para sellar el pacto de mutua pertenencia entre los esposos. No hay otra experiencia, en la vida de una pareja, que sirva mejor para confirmar y solidificar las mutuas promesas de amor y fidelidad (Génesis 2:24).

6) El Amado. Cant. 6:4-12.
Terminado el acto amoroso, mientras ella descansa relajada a su lado, el amado parece seguir excitado y entusiasmado con la belleza de su amada. Quizá hasta el momento de hacer el amor se mostró algo resentido, probablemente por la anterior indiferencia de ella (5:3). Pero ahora, después de haber disfrutado juntos el uno del otro, él se siente más que motivado a exaltar los encantos del cuerpo y el carácter de su amada. Muchos de estos piropos ya han sido dichos, pero hay otros que se mencionan por primera vez en el poema.

Ella es bella. Esta no es sólo su opinión (1:15; 4:1), sino también lo que otras personas piensan (6:1). Ella es tan bella como la capital del reino, Jerusalén (Lam.2:15), o como una de las ciudades más deleitosas de Palestina, Tirsa (ver nota de la RVA). Ella es radiante y espléndida (imponente como ejércitos abanderados, ver 6:10).

Nótese: que él comienza con una descripción general de la belleza de ella, para pasar luego a una descripción pormenorizada de sus encantos (6:5-7). En este sentido, su panegírico sigue el orden inverso del hecho por la amada, quien comenzó con los detalles (5:10-15a), para concluir con una observación general (5:15b, 16).

El amado comienza por destacar los ojos de su esposa. Ya ha hecho referencia a ellos como hermosos y seductores (1:15; 4:1, 9). Ahora él dice que esos ojos lo ponen loco, es decir, la mirada de ella es tan sugestiva que para él es irresistible.
Su descripción del cabello, dientes y mejillas repite lo ya indicado en 4:1-3. No se sabe por qué el amado corta aquí la descripción física de su amada, que en el cap. 4 se extiende a sus labios, cuello, pechos y vagina.

No es probable que la referencia a reinas, concubinas y mujeres en el v. 8, tenga que ver con el harén de Salomón (1 R.11:3). Más bien lo que el poeta parece querer destacar es el lugar único y especial que la amada ocupa en el corazón del amado.

Nótese: el número creciente de mujeres (sesenta, ochenta, un sin número) y su rango descendente (reinas, concubinas, jóvenes mujeres), todo lo cual destaca la singularidad de la amada. Para él no hay otra que, como ella, sea su paloma y perfecta (1 R.5:2). Ella es también la favorita de su madre, más que la hija única. No tendría sentido llamarla “favorita” o predilecta si era hija única. Ella es una mujer muy especial. Las mujeres de Jerusalén (1 R.1:5) la consideran feliz en gran manera (bienaventurada). Tan grandiosa es, que incluso las reinas y concubinas la alaban, es decir, la ponderan. ¿Quién es aquella? se preguntan las mujeres más encumbradas (1 R.3:6). La respuesta no puede ser otra que ella, la amada. Esta hermosa mujer se levanta luminosa como el alba, bella como la luna, radiante como el sol e imponente como ejércitos abanderados.
Algunos comentaristas consideran que el amado termina aquí la descripción de la amada, que comenzó en 6:4. Su descripción estaría encerrada entre dos cláusulas similares (imponente como ejércitos abanderados, vv. 4, 10). En este caso, los vv. 11, 12 corresponderían a la amada y expresarían su creciente anticipación de la unión sexual, que vendrá más adelante.

Nótese: que será ella quien repita la segunda parte del versículo en 7:12. Sin embargo, en la RVA los vv. 11, 12 son considerados como parte del monólogo del amado. En este caso, la referencia del amado no puede ser a otra cosa que a la experiencia sexual ya vivida (6:2, 3). En 6:2, 3 tendríamos la evaluación de la mujer de esa experiencia, mientras que aquí se expresaría la evaluación del esposo sobre la misma (como en 4:12; 5:1).

Nótense: los paralelos y las diferencias que existen. Si bien la experiencia sexual es la misma, las vivencias de cada uno tienen matices diferentes. Al igual que en 6:2, 3, las metáforas tomadas de la agricultura en los vv. 11, 12 son de marcado tono erótico (ver 7:12).

El v. 12 es el más difícil de interpretar de todo Cantares, y uno de los más difíciles en todo el AT. Las palabras son claras, pero la sintaxis es muy compleja. Probablemente, lo que el amado está diciendo es que, después de haber hecho el amor con su esposa, y quizá en medio de la somnolencia y estado de bienestar general después del orgasmo, él se imaginó (mi alma, napsi[1]  H5315) que se trasladaba sobre los carros de su pueblo.
En otras palabras, comenzó sin darse cuenta a quedarse dormido y a soñar que iba al frente de su pueblo, liderando una cuadrilla de carros reales. Un hombre satisfecho sexualmente suele tener este tipo de sueños.

7) El Cortejo Nupcial. Cant.  6:13a.
Los textos hebreo y griego enumeran a este versículo como el primero del cap. 7 (ver nota de la RVA), de modo que este capítulo consta allí de 14 versículos en lugar de 13 como en la RVA. Es evidente la urgencia del pedido que hacen los testigos anónimos (vuelve, subi[2]  H5437 se repite cuatro veces). Lo que no parece muy claro es el propósito del reclamo.

Vuélvete, vuélvete, oh sulamita*;
 Vuélvete, vuélvete, y te miraremos”. (Cant. 6:13) 

Etimología:
H7759 שׁוּלַמִּית = shulammít: de H7999; pacífica (con el art. siempre prefijo, haciéndolo un nombre de cariño); shulamita, apodo de la reina de Salomón:- sulamita*. (Strong).

Aparentemente, lo que estas personas quieren es que la mujer regrese, a fin de que ellos puedan examinar detenidamente la belleza de ella, que acaba de ser descrita. Por primera vez, se nos da a conocer el nombre de la amada.
Sulamita puede indicar un nombre propio, o el nombre del lugar de donde ella proviene. También es probable que no signifique otra cosa que “mujer de Salomón” y sea simplemente una forma femenina del nombre Salomón (ver nota de la RVA).

8) La Amada. Cant. 6:13b.
Otra posibilidad de interpretación del nombre Sulamita es que la raíz hebrea slm en este contexto tiene el significado de “dar un regalo de consumación” a una esposa, la mañana siguiente de la boda. En este caso, la Sulamita sería la consumada”, una mujer que ya ha tenido una relación sexual. Lo que sigue es una respuesta a: “¿Qué ven en alguien que ya no es más virgen?”.
La última línea plantea un serio problema interpretativo. La danza era una parte importante de la cultura hebrea, como expresión de gozo por la victoria en una batalla (Ex.15:20; 1 Sam.18:6), de alegría en la adoración a Dios (Salmo 149:3; 150:4), o simplemente de gozo por acontecimientos felices (Jer.31:13).
Generalmente era una práctica grupal, acompañada de canto e instrumentos. En este caso, probablemente se trata de un tipo particular de danza, conocida como la danza en medio de los dos campamentos o danza de los dos grupos (o ejércitos). De ser así, la mujer está preguntando a los testigos anónimos: “¿Por qué quieren ustedes mirarme a mí cuando hay tantos otros participando en esta danza?”. Una vez más (ver 1:6), la amada hace gala de su modestia y recato.

Véase los siguientes capítulos. 7:1-13: 8:1-14: Como parte final del estudio del matrimonio. Como parte sana, recuerde que aquí todo es puro, dentro del matrimonio.


__________
Nota:
[1] H5315 נֶפֶשׁ = néfesh: de H5314; propiamente criatura que respira, i.e. animal de (abst.) vitalidad; usado muy ampliamente en sentido lit., acomodado o figurativamente (corporal o ment.):- aliento, alma, anhelar, animal, ánimo, antojo, apetito, cadáver, contentamiento, corazón, cordial, cuerpo, dejar, deseo, esclavo, estómago, gusto, hombre, interior, íntimo, lujuria, matar, mente, muerte, muerto, persona, querer, ser, vida, voluntad. (Strong).


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