EL CANTAR DE LOS
CANTARES:
(Cantares 2:1-17)
8)
El Amado. Cant. 2:2.
El
varón confirma la autoevaluación de su amada. Ella es como un
lirio, es verdad, sólo que su belleza es tal que a su lado las demás mujeres
parecen cardos. Ella también es su amada, su amiga y compañera, la más bonita
de todas las doncellas. ¡Qué manera maravillosa de alentar la autoestima de su
amada, que por un momento dudó de su belleza frente a las demás jóvenes!
Quizá esas jóvenes se pasaron la vida “cuidando su propia
viña”. Como muchachas pudientes, tuvieron más tiempo y recursos para
prestar atención a su arreglo personal. Pero ella tiene una belleza natural sin
parangón. Esta frescura y belleza simple es también característica muy
destacada de la mujer latina.
9)
La Amada. Cant. 2:3-7.
Después de una seguidilla de piropos
entre el amado y la amada, ella es la primera en irrumpir en un monólogo
cargado de excitación sexual y contradicciones, de nuevas comparaciones con el
reino animal y vegetal, y de una gran expectativa por hacer el amor. Es muy
probable que en la primera parte de su monólogo (vv. 3-7), la amada esté
describiendo un sueño erótico.
Es interesante notar que, como ocurre en
otros casos de poesía amatoria del Cercano Oriente, la mujer es la que toma la
iniciativa y la que más se expresa. Algo similar ocurre en algunas subculturas
del continente latinoamericano.
La amada no tiene inhibiciones en
expresar toda la pasión y deleite sexual que siente junto a su amado. Lo
compara con un manzano, que es un símbolo del amor (ver 8:5). Ella pondera aquí
su destreza para hacer el amor.
En América Latina, donde generalmente
son los varones los que alardean de sus cualidades sexuales, sería interesante
conocer qué piensan las mujeres.
Nótese:
el
paralelismo entre las palabras de ella y las de él en el versículo anterior:
· La expresión me
agrada sentarme bajo su sombra; su fruto es dulce a mi paladar ha sido un
rompecabezas para los exégetas. En buena medida, esto es así debido a
prejuicios respecto de las expresiones de la sexualidad en la pareja humana. Se
ha sugerido que la mujer se está refiriendo al efecto deleitoso y refrescante
que produce en ella la presencia de su enamorado.
· Otros ven aquí
una referencia al sabor dulce y fresco de las palabras y acciones del amado.
Aun otros señalan el manzano como símbolo de sus caricias amorosas, que ella
saborea y disfruta. En cualquier caso, la muchacha está expresando aquí su
placer en las técnicas amorosas en las que él la ha instruido.
La sala del banquete (lit. “casa del vino”)
es el lugar donde el vino se cultiva, se produce, almacena o consume (i.e. la viña).
Puede ser la recámara o dormitorio privado donde se celebra el banquete íntimo.
Él toma la iniciativa en llevarla al lugar de celebración del amor.
Su bandera se refiere al hecho de que él
es dueño de ella, y en consecuencia, ella puede mirarlo y seguirlo en la
dirección en que él la conduzca.
Esta dirección, en este momento
particular, es hacer el amor con ella. La frase puede ser traducida literalmente
“y su deseo en
cuanto a mí fue hacer el amor”, o más simplemente “sus intenciones
eran hacer el amor”.
El solo pensar en que su amado la lleva
a la experiencia sexual excita sobremanera a la amada, que estalla en una
exclamación sumamente sensual. Envuelta de pasión, reclama imperativamente que
la agasajen (lit. “sustentar” o “sostener”) con pasas, y que la refresquen con
manzanas.
Se creía que las manzanas tenían un alto
poder afrodisíaco, y combinadas con las pasas o tortas de pasas, tenían la
virtud de restaurar las fuerzas para continuar haciendo el amor. Ella está
padeciendo de un deseo insaciable, que hace que se sienta literalmente enferma
de amor.
Por fin, su pasión encendida parece
encontrar satisfacción en los brazos de su amado (¡no será la única vez que ella experimente
esta satisfacción sexual!; ver 8:3). Este abrazo se refiere a la
unión sexual (Salmo 5:20). La posición asumida indica que ambos están
acostados. Ella apoya su cabeza sobre el brazo izquierdo de él, mientras él
acaricia cariñosamente el cuerpo de ella con la mano derecha, y la prepara para
la relación sexual.
De manera inexplicable, la amada parece
interrumpir el juego amoroso casi al punto de la consumación, para dirigirse a
un grupo de testigos imaginarios. No será ésta la
única vez que haga algo así (ver 3:5; 8:4).
Sus
palabras parecen cerrar la primera parte de su monólogo, comenzado en 2:3. Su
reclamo es urgente y enfático: ¡Juradme! Según
Deut. 6:13 y 10:2, los juramentos sólo podían hacerse en el nombre del Señor: Cualquier otra cosa era idolatría y estaba prohibida (ver
Mateo 5:33-37).
Para
evitar nombrar al Señor, ella jura por las ciervas y por las gacelas del campo.
Es interesante que aun su juramento sea erótico, ya que estos animales que
menciona simbolizan el amor y son animales conocidos por su potencia sexual.
La
razón de tal juramento no está muy clara en el texto. Puede ser que
ella no quiere forzar el amor para que nazca antes de tiempo, sino que se
desarrolle como algo natural. Según el comentarista bíblico Delitzsch, lo que
ella está pidiendo es que “no interrumpan el dulce sueño de amor que ella está
gozando, llamándola a la realidad de la situación presente”, o, como
es más probable en el contexto, “no comiences el proceso de intercambio amoroso hasta que se
presente la oportunidad y ocasión apropiada”.
La
expresión puede querer decir: “No despierten, no
aceleren la pasión, antes que esté lista para brotar”. Quizá la joven
está advirtiendo a las “hijas de Jerusalén” a no entregarse sexualmente a
nadie (relaciones premaritales), hasta que sea con la persona adecuada y en el
momento debido, como parece ser el caso de ella.
Si esta interpretación es la correcta,
nos recuerda la exhortación de Pablo en 1 Cor.6:12-20 y el sabio consejo de
Prov.3:1.
La
expresión verbal del afecto. El enamorado le
expresa una y otra vez a su amada palabras de amor y de ternura: Cant.1:8; 1:11;
1:15; 1:16; 2:14; 4:15, etc. Palabras que ella devolverá también en afecto: Cant.
2:17; 2:16-17, etc. Ambos intiman afectivamente a
través de las palabras y las miradas:
Igual a aquella esposa, que en el silencio de la
noche le dice a su esposo:
—Querido, ¿me amas?
El, mirándola fijamente a los ojos y con voz tierna,
le responde:
—Querida, hace 40 años te dije que te quería, y sigo
queriéndote más ahora que cuando primero nos casamos.
El
amor se expresa en hechos pero también en palabras. Ambos
son parte de la intimidad afectiva.
Obstáculos
a la intimidad El machismo:
· Nos dijeron que
somos "machos"
y debemos aguantar en las situaciones difíciles;
· nos dijeron que
llorar es de maricones, nos dijeron que a golpes se hacen los hombres, que no
jugar al fútbol o no saber de autos es ser medio afeminado.
Así Concreto Como Lo Escribo Nos Lo Han Enseñado:
· No sorprende
entonces entender por qué en nuestro continente existen tantos hombres
golpeadores, mujeres abusadas sexualmente, hijos sin padre o madre abandonaron
el matrimonio por otro[a], hombres que tienen un sin número de mujeres y
abandonas con hijos, violencia familiar, etc.
· Qué decir de
muchas enfermedades psicosomáticas que esconden una incapacidad y a la vez una
intensa búsqueda de intimar con alguien.
· También esto
explica el por qué es más frecuente que el hombre tenga un aventura
extramatrimonial que enamorarse y mantener una relación estable. Justamente
enamorarse es entregarse al otro, es estar pensando en el otro, es intimar.
Cantar de los Cantares tira abajo el
mito del cowboy evangélico que sigue vivo en muchos creyentes. Creen que ser
hombre es algo así como el hombre solitario y silencioso, de pocas palabras, en
busca de aventuras que enfrentará con valentía.
No hay lugar para los sentimientos y
debilidades, no hay lugar para el llanto, para conmoverse. Sencillamente ser un
cowboy evangélico es no expresar NUNCA
ningún sentimiento.
2.2. Sueños y Frustraciones. Cant. 2:8-3:5:
1)
La Amada. Cant. 2:8-13.
Da la impresión como que el sueño
erótico de la amada se ve interrumpido por la llegada del amado. La mujer
vuelve a la realidad al despertarse con el timbre familiar de la voz de su
amado y el sonar de sus pasos que se aproximan.
El v. 8 presenta un paralelismo entre
montes y colinas, y entre saltando y brincando. La expresión monte y colina es
común en la poesía hebrea (Is.40:4; ver Ez.6:13). “Saltar” y “brincar” son verbos que también van
juntos.
La idea es que el amado viene corriendo
rápidamente al encuentro de su amada. Los animales que se mencionan, venado y
cervatillo, sirven para reforzar la idea de la agilidad, premura, velocidad y
virilidad con que el amado se aproxima a ella.
Ahora él ha arribado (v. 9) y se
encuentra detrás de nuestra cerca, mirando por las ventanas. El amado está
todavía fuera de la casa, pero busca a su amada a través de cada ventana
abierta. La expresión atisbando por las celosías sugiere que el amado se acerca
para mirar por entre las hendijas.
Uno se pregunta por qué se demora en
esta acción, en lugar de entrar directamente al interior de la casa y
encontrarse con su enamorada. Quizá su intención es excitarse y excitar a su
amada sexualmente con este juego de escondidas y con la demora del encuentro.
Probablemente desde afuera de la casa y
a través de las celosías, el amado despierta a su amada y la invita a dejar de
soñar, levantarse de la cama y salir a dar un paseo por el campo.
El viene entusiasmado del campo, y por
eso su invitación es enfática, según lo indica el uso del imperativo en hebreo
y los pronombres que los siguen: levántate y sal.
El día parece estar tan lindo y la
naturaleza se muestra tan exuberante, que no es para quedarse en la cama, ni
siquiera soñando con el amor, como parece haber estado la joven (vv. 3-7). De
esta manera, el mejor tratamiento para una mujer postrada porque se siente
enferma de amor (v. 5), no es siempre una satisfacción inmediata a su deseo
sexual, sino un paseo al aire libre, fuera de la ciudad, en el que los amantes
gocen de la compañía mutua.
De todos modos, nótese que su invitación
no es una orden ni un capricho de él. El amado quiere sacar de la cama a su
amada con expresiones cargadas de ternura y pasión: amada mía (ver 1:9; 2:2) y hermosa mía (ver 1:8). Su invitación al paseo está
envuelta por estas expresiones de amor (vv. 10, 13b).
Además, el amante estimula su interés en
salir describiendo la belleza de la naturaleza que despierta a la primavera. Esta es la razón de su invitación: Disfrutar la belleza de la creación.
El invierno, o estación lluviosa en
Palestina, cuando se hacía la siembra, ya ha pasado. ¡Es la primavera, la estación del amor!
Las flores silvestres están floreciendo sobre la alfombra verde de los campos.
Las aves y los seres humanos se sienten movidos a cantar. ¡Es el tiempo de la canción!
La presencia y canto de la tórtola son
evidencias de que la primavera ha comenzado. La tórtola es un ave migratoria
que hace nido en Palestina durante la primavera y el verano (Cant.8:7). Por el
contrario, la paloma, que se menciona en otros textos (Cant. 1:5; 2:14; 4:1;
etc.), es la paloma de las rocas, que reside de manera permanente en grandes
números en Palestina.
Después del olivo, la higuera era el
árbol más importante en Israel y, como la vid, era símbolo de paz y seguridad
(1 R.4:25; Miq.4:3-5; Zc.3:10). La higuera florece hacia mediados de marzo e
inmediatamente produce un primer higo de verano, que es el precursor del
verdadero higo, que madura hacia agosto y septiembre. Si el árbol no produce
los primeros higos estériles, tampoco va a producir los verdaderos frutos (ver
Mateo 21:18-22).
Otra evidencia de la llegada de la
primavera es que las vides están florecidas (Mateo 2:15; 7:12). La atmósfera
está saturada de la fragancia que despiden las flores silvestres y las vides en
flor. No hay
tiempo que perder. La mejor opción para el día es salir a pasear por
el campo. ¡Levántate,
oh amada mía! ¡Oh hermosa mía, ven!
(v. 13).
Obstáculos
a la intimidad. Estereotipos[4]. Solemos
clasificar a hombres y mujeres con características específicas: Varón. Vea Parte II.
___________
Notas y
Bibliografía:
[4] estereotipo. m. Imagen o
idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. 2. Impr. Plancha utilizada en estereotipia*.
*Estereotipia. (De estereo- y el gr. -τυπία, de
la misma raíz de τύπος = molde). f. Repetición involuntaria e
intempestiva de un gesto, acción o palabra, que ocurre sobre todo en ciertos
dementes. || 2. Impr. Procedimiento para reproducir una composición
tipográfica, que consiste en oprimir contra los tipos un cartón especial o una
lámina de otra materia que sirve de molde para vaciar el metal fundido que
sustituye al de la composición. || 3. Impr. Oficina donde se estereotipa. || 4.
Impr. Máquina de estereotipar. Microsoft® Encarta® 2009.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
25//08//2017.
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