viernes, 25 de agosto de 2017

EL CANTAR DE LOS CANTARES: (Cantares 7:1-13; 8:1-14 )

EL CANTAR DE LOS CANTARES:
(Cantares 7:1-13)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

VV. 1-9. Aquí Salomón exalta la belleza física de su esposa. Sus ojos centelleaban y brillaban como estanques; su nariz al parecer era distinguida (v.4). El Carmelo era notorio por su belleza.

9) El Amado. Cant. 7:1-9.

El amado parece ser el que responde a la pregunta que levanta su amada (6:13b). La respuesta se presenta en dos partes.
En la primera (vv. 1-5), el amado parece repetir algunas metáforas y comparaciones anteriores (4:1-6; 6:5-7), agregando nuevos elementos. En la segunda (vv. 6-9), la descripción es más íntima y personal.
En ambos casos, el contenido de la descripción es bien explícito y erótico.
El amado comienza su primera alabanza de ella a la altura de sus pies y va subiendo hasta llegar a la punta de su cabeza. Por 6:13b da la impresión como que la Sulamita está danzando delante de él con ropas muy sutiles o totalmente desnuda, de manera que sus encantos físicos quedan bien a la vista.
Es natural que, a la inversa de las descripciones anteriores que comienzan en la cabeza, aquí el amado se fije primero en los pies de su esposa. Ella está danzando con sandalias muy atractivas, que destacan la belleza de sus pies en movimiento. Ella sabe moverse cuando baila, de tal modo que sus caderas parecen más redondeadas y seductoras. ¡Sus caderas son una joya! ¡Sus muslos están tan bien torneados que son obra de las manos de un artista!

Los ojos del amado pasan de las caderas en movimiento ondulante al vientre desnudo, que también se mueve de manera sugestiva. La palabra traducida ombligo (sarr[1]  H8270) muy probablemente se refiere a toda la zona genital femenina. La palabra árabe sirr indica las partes “secretas”. La raíz sr significa un valle o un lugar para ser cultivado.
La idea de “arar” como eufemismo para la relación sexual está bien atestiguada en la literatura. De ser así, las partes íntimas de ella no sólo estaban perfumadas sino que eran promesa de gran placer (vino). De allí, el amado pasa a describir el vientre propiamente dicho, es decir, la parte baja del abdomen, por debajo del ombligo.
La referencia al montón de trigo puede querer significar el color de la piel en esa parte del cuerpo, mientras que la expresión rodeada de lirios puede ser una referencia al vello púbico. ¡Este hombre no deja de ponderar cada solo centímetro cuadrado del cuerpo de su amada, con el lenguaje más exquisito que uno se pueda imaginar! La mención de los dos pechos repite su alabanza Cant.4:5, sólo que aquí la comparación con los venaditos y los mellizos de gacela parece más adecuada, en razón de los movimientos de la mujer mientras danza.

El recorrido de la mirada del amado sigue ahora más arriba, para presentar símiles repetidos, pero modificados. En 1:10 y 4:4, el cuello aparece rodeado y engalanado con bellos collares; aquí se lo alaba por su belleza natural (su dignidad, torre; y su color, marfil). Los ojos, que anteriormente se los comparó con los tonos iridiscentes de la malva y el gris de las palomas (1:15; 4:1; etc.), aquí son descriptos como estanques, es decir, calmos, profundos.
Cerca de los ojos está la nariz, que es mencionada aquí por primera vez. Se la compara con la torre del Líbano. Es probable que el símil se refiera a la blancura (laben  H3836, “ser blanco”) de la nariz, más que a su tamaño o forma. El v. 5 completa la observación de la cabeza, que se presenta majestuosa como el monte Carmelo. La cabellera, arreglada primorosa y lujosamente (como púrpura real), cae sobre los hombros de la mujer aprisionada (peinada) en trenzas.

En 7:6-9 la alabanza que el amado hace de su esposa adquiere un tono aún más íntimo. El hombre está encandilado con la belleza física de su mujer (ver 1:8), quizá tanto como ella lo está respecto a él (ver 1:16).
Él no puede dejar de pensar en el placer que le produce recordar cuando hizo el amor con ella (4:16-5:1), o anticipar tal experiencia (7:10-12). ¡No hay nada más grande para un hombre y una mujer enamorados, que hacer el amor! Como dice el amado: “Qué extraordinariamente deleitoso es el amor por sobre todos los demás placeres”.
Ella es alta y elegante como una palmera. Sus pechos, que ya fueron descritos como dos venaditos (7:3; 4:5), ahora son comparados con racimos de dátiles, quizá para continuar con el símil de la palmera y expresando la dulzura y deleite que producen. Sumamente excitado, él quiere abordarla sexualmente y acariciar sus pechos. En el v. 8b continúa el símil en relación con los pechos, pero esta vez su dulzura (placer) es comparado con racimos de uvas.
La palabra traducida boca (ver nota de RVA) puede referirse a los pezones o a la vagina. En razón del contexto altamente erótico de este pasaje, es muy probable que el amado esté hablando de la fragancia de las partes íntimas de su esposa, bajo la excitación sexual (como de manzanas, ver 2:3, 5). En este momento, los besos de ella son tan placenteros como el buen vino. Para ella los de él son igualmente deleitosos (ver 1:2).

10) La Amada. Cant. 7:10-8:4.
Ahora, la mujer que ha sido objeto de tantos piropos de parte de su amado, le responde afirmando su entrega total. Por tercera vez (2:16; 6:3), ella confirma su fidelidad y su confianza en el amor que él le profesa. Ella se considera plenamente realizada, porque se siente una mujer deseada por su esposo. Su respuesta al deseo de él se expresa en los términos en que él ya la ha invitado a disfrutar de la vida (2:10-14). La idea de ir al campo es para pasar allí la noche juntos (ver nota de RVA).
Se nota cierta urgencia en su invitación (madruguemos, lit. “comencemos temprano”). Las frases que siguen se refieren todas al acto amoroso y tienen un marcado tinte erótico (ver 1:6; 2:13, 15; 6:11). Ella está ansiosa por hacer el amor con su esposo allí te daré mi amor!).

La amada parece estar preparada para el acto sexual. La mandrágora es considerada como planta afrodisíaca (ver nota de RVA). Los amantes no necesitan mayor estímulo que el que ya tienen, pero aquí probablemente la mención de la “manzana del amor” y su “fragancia” es otra referencia al hecho de que ella está lista para el acto sexual.
Todos sus atractivos y encantos están ahora a disposición de él, para que él se sirva como de un plato repleto de frutas frescas y secas, para que coma cuanto le plazca. Ella ha estado reservándose para él, y ahora es su gozo entregarse plenamente a su amado, expresándole de este modo su amor.

En 8:1, la amada introduce un deseo hipotético respecto de su amado. Lo que desea no es que él sea su hermano carnal, sino que él se sienta con la libertad de expresar públicamente su amor por ella. Lo que no estaba permitido hacer en público entre esposo y esposa, sí era permisible entre hermanos, como por ejemplo, besarse.
Otra cosa que ella haría de ser hermana de él, es llevarlo y meterlo en casa de su madre (v. 2). Obviamente, el propósito no sería el de jugar como hermanos carnales, sino hacer el amor como amantes. Tú me enseñarías significa que él le enseñaría los secretos del amor, en el lugar donde ella tuvo sus primeras experiencias sexuales (3:4).
Ella está dispuesta a aprender de él el arte de amar, aun cuando a lo largo de Cantares la amada se expresa sexualmente con gran maestría. La intención erótica de la mujer queda clara en las dos últimas líneas del v. 2. Las expresiones son de carácter distintivamente sexual (5:1; 7:2). Probablemente el v. 3 es el cumplimiento del deseo expresado por la amada en el v. 1, y repite 2:6.

En el v. 4 se repite por tercera vez este refrán (2:7; 3:5), que concluye con una cuarta sección de Cantares. A estas alturas, el amor ya está despierto y consumado (ver 8:5), y no necesita de mayor estímulo por parte de los testigos anónimos. De esta manera, toda esta parte, que comenzó con sueños confusos y frustraciones, alejamientos y desencuentros, concluye con los amantes cada uno en los brazos del otro.

Un contraste marcado: Hay un contraste marcado entre las palabras que se expresan aquí por el autor de los Cantares y algunos conceptos contemporáneos que rechazan la igualdad.

Sorprende ver que este tema genera reacciones "violentas" en muchos hermanos cuando se analiza la IGUALDAD en la interacción de la pareja. Pesan sobre nuestras espaldas interpretaciones parciales de las Escrituras, una historia machista y la propia historia personal. No por nada el tema de los papeles es uno de los temas principales en los conflictos de pareja. En Cantares vemos a una pareja darse el mismo lugar.

El machista es alguien con un profundo sentimiento de inferioridad y resentimiento hacia la mujer; su búsqueda es racionalizar argumentos que le permitan cubrir sus propios conflictos con el sexo opuesto.

Aprender del pasado. El autor de los Cantares nos puede enseñar  mucho con relación a la actitud debida hacia la esposa. La historia  contrasta con los Cantares.

En la revolución industrial, el hombre estaba en la calle y la mujer en el hogar. El en la calle, luchando y peleando y la mujer en la casa, tranquila y limpiando. El esperaba que ella recibiera a quien venía cansado de trabajar todo el día, que dijera a los hijos: “No lo molestes que papá viene cansado". "Mira, trabajé todo el día y lo único que quiero es comer, mirar ‘tele’ e irme a dormir”. Lo femenino se asoció a lo doméstico y lo masculino a lo intelectual y a la lucha. El matrimonio era un trato comercial. La menagier de París decía en 1939:

Tú, teniendo 15 años, y en la semana en que nos casamos, me rogaste, por favor, que fuera indulgente ante tu juventud y perdonara el que no supieras atenderme bien, hasta que hubieras aprendido más, y prometiste poner el mayor cuidado y diligencia... pidiéndome humildemente, en nuestro lecho, que, por el amor de Dios no te corrigiera delante de extraños o de parientes, sino que lo hiciera todas las noches o día a día en nuestra alcoba, mostrándote las cosas impropias o tontas hechas en el día pasado, y castigándote, si lo deseaba, luego no dejarías de enmendarte, de acuerdo con mis enseñanzas y correcciones, y harías todo lo posible por obedecer mi voluntad... y como estas dos cosas, salvar tu alma y alegrar a tu marido, son las más importantes, las he colocado en primer término”.
Conceptos equivocados de la mujer  Juan Luis Vives en 1528 en "Instrucción de la mujer cristiana" decía: "Que en el amor de la esposa debe haber gran obediencia y acatamiento al marido pues él ocupa el puesto de Dios en la tierra".

Fray Luis León en 1583 en "La Perfecta casada" decía: "No las dotó Dios del ingenio que piden los negocios mayores ni de fuerza... mídanse con lo que son y conténtense con lo que es su suerte, y entiendan en su casa y anden en ella, pues las hizo Dios para ella sola".

El escritor Honore de Balzac en 1829 decía: "El destino de la mujer y su única gloria es hacer latir el corazón de los hombres. La mujer es una propiedad que se adquiere por contrato; un bien mueble, porque la posesión vale por un título; en fin, hablando propiamente, la mujer no es más que un anexo del hombre".
___________
Nota:
[1] H8270 שֹׁר
1) Ombligo (Cant. 7:3).
2) Cordón umbilical (Ez.16:4). — Suf. שָׁרֵּךְ, שָׁרְרֵךְ. (Diccionario del Hebreo Bíblico).


EL CANTAR DE LOS CANTARES:
(Cantares 8:1-14)

VV. 1-3. La Sulamita desea que Salomón hubiera sido su hermano natural para poder expresar públicamente su afecto hacia él, algo impropio de una pareja casada en aquella cultura.

En 8:1, la amada introduce un deseo hipotético respecto de su amado. Lo que desea no es que él sea su hermano carnal, sino que él se sienta con la libertad de expresar públicamente su amor por ella.
Lo que no estaba permitido hacer en público entre esposo y esposa, sí era permisible entre hermanos, como por ejemplo, besarse.
Otra cosa que ella haría de ser hermana de él, es llevarlo y meterlo en casa de su madre (v. 2). Obviamente, el propósito no sería el de jugar como hermanos carnales, sino hacer el amor como amantes. Tú me enseñarías significa que él le enseñaría los secretos del amor, en el lugar donde ella tuvo sus primeras experiencias sexuales (3:4).
Ella está dispuesta a aprender de él el arte de amar, aun cuando a lo largo de Cantares la amada se expresa sexualmente con gran maestría:
·      La intención erótica de la mujer queda clara en las dos últimas líneas del v. 2.
Las expresiones son de carácter distintivamente sexual (5:1; 7:2).
·      Probablemente el v. 3 es el cumplimiento del deseo expresado por la amada en el v. 1, y repite 2:6.
Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre;
      Tú me enseñarías,
 Y yo te haría beber vino
    Adobado del mosto de mis granadas”. (Cantares 8:2). 
En el v. 4 se repite por tercera vez este refrán (2:7; 3:5), que concluye con una cuarta sección de Cantares. A estas alturas, el amor ya está despierto y consumado (ver 8:5), y no necesita de mayor estímulo por parte de los testigos anónimos. De esta manera, toda esta parte, que comenzó con sueños confusos y frustraciones, alejamientos y desencuentros, concluye con los amantes cada uno en los brazos del otro.

4.2.    Consolidación Del Matrimonio. Cant. 8:5-14:
En esta última sección de Cantares, todos los protagonistas del poema amoroso parecen darse cita para hacer sus últimos comentarios, mientras los amantes consolidan su relación de amor reafirmando su compromiso mutuo, sellándolo con la unión sexual.

1) El Cortejo Nupcial. Cant. 8:5a.
Esta sección comienza con las mismas palabras con que se inicia la tercera sección de Cantares (3:6-5:1), y ambas terminan con la consumación del amor. La pregunta ¿Quién es ésta? aparece también en 6:10, si bien en 8:5 la respuesta es explícita: se trata de la amada. Ella viene recostada sobre su amado, lo cual indica cercanía e intimidad.
Los enamorados parecen regresar de hacer el amor en el campo (7:11, 12). Ahora están tranquilos y su amor se ha vuelto a confirmar. La intervención del cortejo provee una transición a lo que sigue.

2) La Amada. Cant. 8:5b-7.
Una vez más es la mujer quien toma la iniciativa para expresar sus sentimientos respecto a las experiencias sexuales que está viviendo. En este caso, ella está asociando el manzano con la casa materna del amado.
Ya se ha indicado la connotación sexual que tiene el manzano en Cantares. En una ocasión anterior, ella comparó a su amado (el que hace el amor) con un manzano (2:3), y pidió ser refrescada con manzanas (satisfecha sexualmente, 2:5). Probablemente aquí se esté dando a entender que la pareja tuvo alguna relación sexual sobre la misma cama donde la madre del amado lo dio a luz (ver 3:4; 8:2). Así como ella “despertó” sexualmente (ver 2:7; 3:5; 8:4) en aquella ocasión, él también lo hizo gracias a ella.

Los vv. 6, 7 son los más hermosos de todo Cantares, y resumen el tema central de todo el poema, que es el amor. En estos versículos, la amada presenta tres imágenes, y cada una de ellas, a su vez, sugiere una característica distintiva o una cualidad del amor.
Las imágenes son la muerte, la tumba y el fuego; los atributos o virtudes sugeridos por estos cuadros son la fuerza, la pasión y la vehemencia.

La muerte es algo que ningún poder en la tierra jamás ha podido vencer. La muerte tiene una fuerza irresistible. Nadie ha podido contra ella, salvo Jesucristo. Así es el amor para la amada: inquebrantable e irresistible como la muerte. De esta manera, el v. 6 presenta el grito apasionado y urgente de la amada, que quiere estar cerca de su amado, para ya no separarse nunca más de él. Esto se ve claramente en la referencia al sello sobre tu corazón y sobre tu brazo.
El sello era un anillo trabajado o una piedra preciosa labrada. El hombre lo llevaba en uno de sus dedos, y la mujer atado con un cordel colgando de su cuello y arreglado de manera que pendiera sobre su corazón. Cuando estos sellos eran intercambiados por los amantes, esto era señal de que sólo la muerte podía separarlos. La fuerza de su amor era tan sólida e irresistible como la muerte misma.
Además, los sellos eran usados como marca de propiedad, como la firma personal en nuestros días. El contexto sugiere que la amada quiere marcar a su amado como propio (ver 2:16; 6:3; 7:10).

La segunda imagen es la de la tumba, y la virtud en cuestión es la pasión. Según la amada, la pasión (el deseo de poseer a la persona amada) es inflexible como la tumba. El amor tiene algo muy importante en la pasión sexual. El deseo ferviente por el ser amado enriquece y mantiene viva la llama del amor.
La pasión cautiva en forma absoluta a los que se aman. La palabra inconmovible traduce un término hebreo que significa:
Ø duro”,
Ø “firme”,
Ø obstinado”.
Así es la tumba (el Seol, ver nota de RVA y Salmo 30:15-16). No hay lágrimas ni gemidos que la conmuevan, ni ruegos o súplicas que hagan que devuelva los seres queridos que en ella yacen.

La tercera imagen es la del fuego, y la virtud que expresa es la de la vehemencia. ¡El fuego ardiente del amor es una llama divina! Estas palabras hablan de la intensidad del amor. Tan profundo y fuerte es el amor verdadero, que no hay adjetivos humanos que puedan describirlo. La amada dice que es una llama de Jehová (ver nota de RVA).
De aceptarse esta lectura, éste sería el único lugar en todo el poema en que se nombra a Dios. Tan vasto es su alcance y hondo su contenido, que es una hoguera imposible de apagar:
Ø El agua de todos los mares no puede apagar las brasas del amor (v. 7a),
Ø como tampoco las aguas de los ríos pueden diluirlo o lavarlo (v. 7b).
Ø Estas son algunas de las razones por las que el amor no está a la venta ni se lo puede comprar (v. 7c).
El amor no tiene precio. Si alguien ofreciera todas sus riquezas por un poco de amor, lo único que recibiría serían las burlas de la gente. ¿Por qué la gente despreciaría a una persona así?
Porque piensa equivocadamente que el amor se puede ganar, comprar o merecer. La amada, de amante pasa a ser filósofa, y a partir de su propia experiencia personal presenta una de las reflexiones más profundas y hermosas sobre el amor que une a un hombre y una mujer.

VV.8-9. La Sulamita recuerda la actitud de sus hermanos hacia ella cuando era joven. Si ella resistía la tentación (muro) la remunerarían (plata), pero si anduviese libre (puerta) ellos serían estrictos con ella (guarneceremos con tablas de cedro). Ella resultó ser virtuosa (v.10).

3) El Cortejo Nupcial. Cant.8:8-9.
Según algunos comentaristas, Cantares termina en el v. 7, puesto que lo que sigue no parece tener mucha relación con el resto del poema y representa un anticlímax después de los vv. 6, 7. Hay quienes consideran que los versos finales son como una especie de apéndice o agregado de editores posteriores.
Los vv. 8, 9 parecen reflejar una profunda preocupación por una hermana menor de edad, que evidentemente no ha alcanzado todavía su madurez sexual. La cuestión concreta que provoca inquietud respecto a ella es qué hacer cuando un hombre la pida en matrimonio (cuando de ella se empiece a hablar, ver Ez.16:7-14). Estos versículos pueden referirse también a la experiencia anterior de la amada, durante su pubertad o adolescencia.
La posible relación de estos versículos con 8:10 apoyaría esta interpretación, en cuyo caso los vv. 8-10 hablarían de la amada en términos de antes y después, de infancia y adultez sexual.

En cualquier manera, el pasaje habla de un tiempo de preparación para el matrimonio (v. 9). La estrategia de preparación tiene que ver con el carácter de ella. La muralla sugiere la firmeza de su carácter, que será fortificado mediante torreones de plata. Así, si ella es solicitada por los jóvenes, su familia la animará y estimulará a mantener su posición virtuosa. Por el contrario, si ella es puerta, es decir, está abierta a ser seducida o es accesible a ello, su familia proveerá de paneles de cedro para protegerla.
En realidad, estas dos cláusulas no están contrastadas sino que están en aposición, es decir, ambas imágenes enfatizan la necesidad de preparar a la jovencita proveyéndole fortaleza y seguridad. De este modo, estímulo y disciplina se combinan en un balance admirable, para desarrollar a la muchacha y prepararla para una vida de mayor felicidad sexual, en el contexto del matrimonio.

4) La Amada. Cant. 8:10.
Quien habla ahora es una mujer madura y sexualmente realizada. En clara referencia a las imágenes usadas por el cortejo en los dos versículos anteriores, la amada proclama su madurez y disposición para el amor y el matrimonio, que ya está experimentando. Ya no es la jovencita que necesitaba protección y disciplina; ahora es una mujer plenamente desarrollada (ver Ez.16:7-14).
Desde su pubertad frágil y su sexualidad inmadura, esta mujer ha llegado a ser, con el correr de los años, una persona sexualmente admirable para su esposo (a sus ojos). En la relación con su amado, ella es una fuente permanente de paz”, es decir, de plenitud, armonía y realización total. No es extraño que su nombre sea Sulamita: “la pacífica(ver nota de RVA en 6:13), “la plena” o “la completa”.

VV. 11-12. En contraste con Salomón, quien era muy rico (v.11), la Sulamita sólo podía darse a sí misma. Algo que hizo gustosamente y sólo pidió que Salomón se recordase de sus hermanastros (los que guardan su fruto).

5) El Amado. Cant. 8:11-13.
Las palabras iniciales de este verso recuerdan la parábola de la viña de Is.5:1-7, que es también una canción de amor. En el caso de Isaías se trata de una alegoría (Is.5:7), pero aquí no, si bien la interpretación tradicional identifica la viña con el harén de Salomón (ver 1 R.11:3). Pero no debe identificarse necesariamente al amado con el rey Salomón. El contraste que estos versículos plantean es entre los derechos del rey a administrar sus propias posesiones y el derecho de la amada sobre su propia persona.
Algunos ven aquí un contraste entre las grandes propiedades de Salomón (su harén con numerosas esposas y concubinas) y la persona de la amada, sobre la cual sólo ella tiene plenos derechos. Ella no es una propiedad de la que él pueda disponer y entregar al cuidado de otros, como pudiera ser el caso de otras mujeres de su harén.

La idea en este pasaje es que el propietario de la viña en Baalhamón, Salomón, la entregó en arrendamiento a los guardias, para que la explotaran. La renta que el propietario esperaba recibir era de mil piezas de plata, algo así como unos seis meses de trabajo en la mayoría de nuestros países de América Latina.
El propietario (Salomón) tenía pleno derecho a recibir el pago de la renta acordada. De igual modo, los arrendatarios tenían derecho a un 20% de la ganancia obtenida (doscientas piezas de plata quedaban en sus manos, v. 12c). En contraste con este contrato de arriendo de la viña, basado en el derecho de propiedad del dueño y la obligación contractual de los arrendatarios, el rey tiene una viña en relación con la cual rigen otros principios. Esta viña particular es mi viña, que no puede ser otra que su amada.
Muchas veces ella misma se comparó con una viña (1 R.1:6; 2:15). Esa viña, que durante los años de su pubertad y primera juventud, estuvo celosamente guardada por sus hermanos (1 R.8:8-9), ahora está madura y fructífera delante de él (v. 12a), lista para rendir frutos abundantes para su satisfacción, frutos que no tienen precio.
Anticipando el placer del último encuentro sexual, con el que concluye Cantares, el amado reclama ahora a su amada una palabra personal. Los compañeros (¿de él o de ella?; el hebreo no dice mis) son probablemente el grupo que se reunió para la celebración en 6:13.
Ellos quieren oír a la amada, el personaje central de todo el poema, decir una última palabra. El más ansioso por oírla es su esposo, que la invita a responder a su presencia y reclamo sexual (ver 2:14).

Una igualdad hermosa: El autor de los Cantares refleja el concepto de la igualdad entre los cónyuges. Fomenta una apreciación mutua entre los dos. Esto contrasta con los conceptos contemporáneos.

Así sucede muchas veces con la pareja: Se parte del presupuesto falso de la desigualdad en los derechos y libertades, de los papeles y responsabilidades de cada uno. El problema no son las peleas, sino el erróneo presupuesto del cual se ha partido.

Muchas parejas no ven las soluciones porque no pueden ver el problema. Una aceptación completa el uno del otro ayudará a resolver este problema.

6) La Amada. Cant. 8:14.
La mujer responde a su amado, y su respuesta es una síntesis de muchos de los anhelos expresados a lo largo de Cantares. Por cierto, su respuesta no podía ser otra que una invitación excitante a hacer el amor de inmediato. Ella lo llama a apurarse y a volar hacia ella (¡escápate, oh amado mío!). La frase tiene connotaciones eminentemente sexuales y expresa el reclamo de ella a que él le haga el amor de manera inmediata. Literalmente, ella parece estar pidiéndole que la atraviese o penetre.
El verbo hebreo barah[1]  H1254 se usa con esta connotación en Ex.36:33 (beriah), y en Is.27:1 en relación con la serpiente tortuosa o penetrante, que es también un símbolo sexual muy común. Las imágenes del venado y el cervatillo representan el jugueteo y la potencia sexual (ver 2:9, 17).
Los montes de las especias (ver 2:17; 4:6, 8, 10, 14; 5:13) son otra manera de referirse al monte de la mirra y a la colina del incienso (4:6), es decir, los pechos y las partes íntimas de la esposa. Ella está invitando a su amado a disfrutar sexualmente de “su viña”, a gozar con ella de la celebración del amor y la comunicación sexual a la que tienen derecho como esposo y esposa.
De este modo, el placer de la unión física y de la expresión sexual plena entre un hombre y una mujer que se aman en el contexto del matrimonio, cuenta con la aprobación divina, ya que el Cantar de los Cantares es parte del registro inspirado de la palabra de Dios revelada en las Sagradas Escrituras.

Concluyo:

El amor entre Salomón[2] y su esposa [Sulamita] no disminuyó en intensidad desde la noche de bodas. Los enamorados confiaron el uno en el otro y no tuvieron secretos. La devoción y el compromiso fueron la clave de su relación, así como los son también en nuestras relaciones conyugales, y nuestra relación con Dios. La fidelidad de nuestro amor matrimonial debe reflejar la perfecta fidelidad de Dios para con nosotros.
Pablo nos muestra cómo el matrimonio representa la relación de Cristo con su Iglesia (Ef.5:25-33), y Juan nos ilustra la Segunda Venida como una gran fiesta de bodas para Cristo y su Esposa, sus seguidores fieles (Ap.19:7-8; 21:1-2).

Muchos teólogos consideran que Cantar de los cantares es una alegoría que muestra el amor de Cristo por su Iglesia. Tiene aún más sentido decir que es un poema de amor sobre una relación amorosa real y humana, y que todos los matrimonios amorosos y comprometidos reflejan el amor de Dios.

           Dios Nuestro Señor Jesucristo Bendiga los Matrimonios, Amén.

                                    Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.


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Notas y Bibliografía:
[1] H1254 בָּרָא = bara: raíz primaria; (absolutamente) crear; (calificado) cortar (madera), seleccionar, alimentar (como procesos formativos):- atravesar, creación, creador, crear, criar, desmontar, desmonte, engordar, nacer, producir. (Strong).
[2] H8010 שְׁלֹמֹה = Shelomó: de H7965; pacífico; Shelomó, sucesor de David:- Salomón. (Strong).
-    e-Sword-the. LEDD. 
-    Biblia de Estudio RYRIE.  
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 25//08//2017.






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