DELICIAS DE LA NUEVA JERUSALÉN:
(Apocalipsis 22:1-21)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Después me mostró un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero… En
medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de
la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del
árbol eran para la sanidad de las naciones… Y no habrá más maldición; y el
trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,… y verán
su rostro, y su nombre estará en sus frentes… No habrá allí más noche; y no tienen
necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los
iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos…”.
(Apocalipsis
22:1-21)
Introducción:
Varias historias
bíblicas se centran en ESPERAR:
Abraham ESPERA un hijo (Génesis
12-21); los israelitas ESPERAN
ser librados de Egipto; los profetas ESPERAN
el cumplimiento de sus predicciones; los discípulos ESPERAN
que Jesús actúe como el Poderoso Mesías que aguardaban.
La
últimas palabras del Señor al final de Apocalipsis son: “Vengo en breve”, seguidas de una oración
resonante e inmediata: “Amén; sí, ven, ven Señor Jesús” (22:20). Por
esta razón, seguimos esperando.
Apocalipsis
22:1–5:
Esta conclusión de la visión de la ciudad de Dios muestra vínculos con la descripción
del paraíso en Edén (Génesis 2, 3):
1- El trono de Dios
y del Cordero es la fuente del río de agua de vida (compare 7:17; 21:6; 22:17).
El jardín del Edén tiene un río (Génesis 2:10). En la visión de Ezequiel un río
fluía desde el templo (Ezequiel 47:9; véase la aplicación de este pasaje a
Jesús en Juan 7:37, 38).
2- El árbol de la
vida (a diferencia de Génesis 2:9; 3:22, pero como en Ezequiel 47:7 ss.) es
considerado en forma colectiva. Como el símbolo del agua de vida, sus hojas son
para la sanidad en sentido espiritual, posiblemente en el primer caso para la
curación de las heridas que le han sido infligidas en su gran penuria.
3- Ya no habrá
más maldición cita Zacarías 14:11 e invierte la maldición pronunciada sobre el
paraíso original (Génesis 3:14–19). En la nueva Jerusalén los efectos de esa
maldición quedan completamente eliminados.
4- La meta de una humanidad redimida es
declarada aquí: Verán su rostro. Esa
visión implica la transformación de los que la contemplen para ser a su misma
semejanza (2 Cor. 3:18; 1 Juan 3:2). En cuanto al nombre… en sus frentes ver
sobre 3:12 y 19:12.
5- Reinarán por
los siglos de los siglos expande 20:4 y es el cumplimiento final de 3:21
(nótese que en 11:15, “reinará por los siglos de los siglos”, lo
cual incluye el reino
milenial y el de la nueva creación).
“He aquí el tabernáculo
de Dios con los hombre”
(Apocalipsis 21:3).
Hay coincidencia entre el
principio y el fin de la historia, correspondiendo la última hoja de las
Sagradas Escrituras a la primera, tratándose en ambas del paraíso* de Dios
(Génesis 1:2; 2:8 con Apocalipsis 22).
*H1588 גַּן = gan: de H1598; jardín (como cercado):- huerto, jardín,
paraíso.
G3857 ράδεισος =
parádeisos: de origen oriental [Compare H6508]; parque, i.e.
(específicamente) Edén (lugar de felicidad, «paraíso»):- paraíso. (Strong).
2 Corintios 12:4: Pablo habla aquí de una experiencia personal y real, cuando fue
arrebatado al cielo y recibió revelaciones de las que no podía hablar. Algunos
piensan que esto ocurrió cuando fue apedreado (Hch.14:19).
Sin embargo,
se subraya más el Omega que no el Alfa de los propósitos de Dios, ya
que el paraíso futuro no es sólo la reapertura de aquel que se perdió,
sino un paraíso celestial y eternamente glorificado.
Podemos señalar los siguientes contrastes entre:
·
Aquel que se perdió, y
·
aquel que simboliza las bendiciones y las glorias
del estado eterno.
1)
En el paraíso perdido Dios avisó de un peligro:
“En el día que de él comiereis,
moriréis” (Gn.2:17). En el paraíso glorificado reinará la
más perfecta seguridad: “No habrá más
maldición” (Ap.22:3).
2)
En el paraíso perdido la serpiente
dijo:
“Seréis como dioses” (Gn.3:5). En el paraíso glorificado las Escrituras declaran: “Su nombre
estará en sus frentes” (Ap.22:4). Por el nombre de Dios hemos de
entender su naturaleza y sus operaciones, con las que los redimidos serán
completamente identificados.
3)
En el paraíso perdido fue plantado el árbol del conocimiento (Gn.2:9):
En el paraíso
glorificado no se necesita tal árbol ya que los santos consumados disfrutan de
una visión directa del rostro de Dios (Ap.22:1-5).
4)
El paraíso perdido llegó a su fin
a causa de la derrota del hombre por su enemigo Satanás (Gn.3:24):
El paraíso
glorificado es el vergel donde se gozarán eternamente los vencedores en Cristo,
quienes “reinarán para siempre jamás”
(Ap.2:7; 22:5).
5)
En el paraíso perdido se hallaba un árbol de
vida que Adán no aprovechó (Gn.2:9):
En el paraíso
glorificado hay un maravilloso árbol de vida de
amplia extensión, cargado de variados frutos y de hojas sanadoras (Ap.22:2;
2:7). Al hacer constar la Escritura que las hojas serán para la sanidad de las
naciones, no significa que las enfermedades pasarán a la Nueva Creación,
sino que simboliza la prefecta sanidad con respecto a las enfermedades pasadas
de las naciones, de la manera en que la frase: “Dios limpiará toda lágrima de los ojos
de ellos” no implica que habrá lágrimas en el cielo, sino la
perfecta consolación divina en vista de las aflicciones pasadas.
6)
En el paraíso perdido hubo un rio
de agua que salía del Edén (Gn.2:10-14):
En el paraíso
glorificado habrá un río de agua de vida que sale del trono de Dios y del Cordero
(Ap.22:1, Comp. Ez.47).
El simbolismo
es obvio, pues raudales de vida sin medida ni límites de tiempo fluyen sin
obstáculo del trono de Dios y del Cordero, ya que nada habrá que impida el
pleno ejercicio de su voluntad en bendición.
7)
En el primer paraíso le fue concedido al hombre el señorío de la tierra (Gn.1:28-30; 2:19):
En el último
el Hijo del hombre será Rey glorioso de todo el universo,
asociando consigo en este amplio gobierno a los santos (1 Cor.6:2, 3).
8)
En el primer paraíso hubo sol creado para servir de lumbrera
(Gn.1:14-16):
En el postrero, el eterno Dios
Creador será Él mismo el Sol (Ap.22:5).
En los
contrastes precedentes se destaca que la nueva creación será nueva en todas
partes y aspectos, según el uso del adjetivo en las expresiones que siguen:
n Sobre nosotros se grabará el nuevo nombre (Ap.2:17).
n En nuestra boca se hallará la nueva canción (Ap.5:9; 14:3).
n Alrededor de nosotros contemplaremos la nueva Jerusalén (Ap.3:12; 21:2).
n Debajo de nuestros pies habrá una nueva tierra (Ap.21:1).
n Por encima de nosotros se desarrollarán para siempre nuevas
manifestaciones del eterno amor de Dios (Ap.3:12).
Como hemos
visto, el nombre indica la naturaleza y la operación de un ser, así que, el
hecho de que el Señor ha de poner sobre nosotros un nuevo nombre que ha de
darnos nuevas revelaciones de su gloria, desplegando siempre ante nosotros las
inagotables riquezas de su gloria (Ef.2:7).
“El que está sentado sobre el trono
dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap.21:5).
El apóstol
Pablo expresa el sentido de la meta final en estas palabras: “Para que Dios sea todas las cosas en
todos” (1 Cor.15:28), y de la misma manera contemplamos con rendida
adoración la consumación del plan milenial de Dios. Nuestras meditaciones sobre
el desarrollo del plan de la redención nos han conducido desde la puerta de la
eternidad antes de la existencia del tiempo hasta la puerta de la eternidad que
se abre después del desarrollo de estos siglos, hallando que la consumación es
el principio glorificado y eternamente nuevo, ya que el principio era Dios, y
la meta es también Dios “porque de él y para él son todas las cosas” (Rom.11:36).
En la Nueva
Creación, Dios mismo, el Rey de los siglos, sacará de su Plenitud Infinita, más
y más siglos (1 Tim.1:17; Ap.22:5; Ef.2:7), y en jubileos celestiales todas sus
criaturas redimidas le alabarán en perfección, resonando eternamente a través
de las esferas y mudos de la Nueva Creación este cántico Triunfal:
Concluyó:
Apocalipsis
pone fin a la historia humana así como Génesis le da inicio en el paraíso. Pero
hay una diferencia notable en Apocalipsis:
el mal deja de existir para siempre. Génesis describe a Adán y Eva que caminan
y hablan con Dios; Apocalipsis describe a las personas que lo adoran cara a
cara. Génesis describe un huerto con una serpiente maligna. Apocalipsis
describe una ciudad perfecta sin maldad. El huerto del Edén fue destruido por
el pecado, pero el paraíso es creado en la nueva Jerusalén.
El libro de Apocalipsis termina con una exhortación
urgente: "Ven, Señor Jesús". En un mundo de problemas, persecución, maldad e inmoralidad, Cristo nos
llama a permanecer en nuestra fe. Nuestros esfuerzos por mejorar nuestro mundo
son importantes, pero sus resultados no pueden compararse con la transformación
que Jesucristo traerá consigo cuando vuelva. Solo El controla la historia humana,
perdona el pecado y volverá a crear la tierra y traerá paz duradera.
Apocalipsis es sobre todo un libro de esperanza. Muestra que, sin que importe lo que ocurra en la tierra, Dios está al
mando. Promete que el mal no permanecerá para siempre. Y describe la recompensa
maravillosa que les aguarda a todos los que creen en Jesucristo como Señor y
Salvador.
“AL QUE ESTÁ
SENTADO EN EL TRONO, Y AL CORDERO, SEA LA BENDICIÓN Y LA HONRA Y LA GLORIA Y
DEL PODER, PARA SIEMPRE JAMÁS. ¡AMÉN!” (Ap. 5:13-14).
____________
Notas
y Bibliografía:
-Erich
Sauer. El Triunfo Del Crucificado.
-e-Sword-the. LEDD.
-Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 18//08//2016.
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